Nuevos vientos
Resumen: Después de volverse los campeones de la FFI los chicos de Inazuma Japón han seguido con sus vidas, algunos tienen la vida que esperaban otros la que nunca se imaginaron. Han pasado diez años y nuevos vientos soplan en Raimon. YAOI
Advertencia: Inazuma Eleven no me pertenece si no el yaoi seria claro clarito y completo *o* este fic es completamente yaoi así que si no te gusta el yaoi por favor dale a tu botón de back y ahórrate un momento desagradable para ti y para mi. Los eventos de este fic se desarrollan después del campeonato de la FFI ocurrido en Inazuma Eleven y se ubican (después del prologo y el primer capítulo) al principio de Inazuma Eleven Go.
Introducción
Han pasado 20 años del final del Football Frontier International en el que Inazuma Japón se hizo con el preciado campeonato. Los jugadores volvieron a sus secundarias y se graduaron de sus respectivas escuelas, terminaron los cursos superiores y siguieron la universidad y luego sus vidas, muchos se dedicaron al fútbol de forma profesional después de todo tenían el talento, otros decidieron otros caminos para sus vidas.
Prologo
Kazemaru Ichirota se apresuro a terminar de hacer el desayuno era el primer día de su hijo en la secundaria y no quería que llegara tarde.
-Kirino Ranmaru espero por tu bien que ya estés despierto jovencito-grito asomándose por las escaleras.
-Hai, hai papa ya estoy despierto-se escuchaba la vos soñolienta del pelirrosa.
-Apúrate a bajar a desayunar o llegaras tarde-le aseguro Kazemaru mientras se apresuraba a servir el desayuno. Poco después bajo Kirino con el uniforme azul de la segundaría Raimon y el cabello rosa atado en dos coletas para que no le molestara sentándose en la mesa a desayunar. Kirino en realidad no era su hijo, era el hijo de su hermana, pero su cuñado había muerto en un accidente poco antes del nacimiento de Kirino y luego su hermana había muerto en el parto así que Kazemaru se había encargado del cuidado de Kirino desde el momento del nacimiento de su sobrino y para él era como su hijo. Muchas cosas habían cambiado en la vida de Kazemaru por esta acción, el que acababa de ser fichado para un equipo profesional tuvo que dejar el brillante futuro que le esperaba en el fútbol y en su lugar se convirtió en un maestro con un salario muy inferior al de un jugador profesional, pero cada vez que veía a su pequeño Kirino no se arrepentía de su decisión, podía que su vida no fuera lo que una vez creyó que seria, pero era una buena y placentera vida. El era profesor de matemáticas y ayudaba de asistente voluntario en el club de fútbol que era llevado por su ex-entrenador de cuando era parte de Inazuma Japón, Kudou Michiya.
Este era el primer año de Kirino en el Raimon y su hijo era muy talentoso en el fútbol había jugado en primaria como defensa y quería hacerlo en el Raimon también, Kazemaru no tenía ninguna duda de que con su talento su hijo lograría entrar en el equipo y hacerse un titular. Terminaron de desayunar y mientras Kirino iba por su mochila, Kazemaru fue por las llaves del auto para poder marcharse.
-o-o-o-o-
Kidou Yuuto entorno los ojos detrás de sus lentes. Kidou era el centro campista y estratega estrella del equipo de fútbol profesional de Italia. Obviamente entre su salario de deportista y lo que le dejaban las empresas de su padre dinero no le faltaba razón para que tuviera tanto una casa en Italia como en Japón y la razón de que ahora estuviera en Japón tomando unas vacaciones forzadas y no en Italia entrenando era simple, su hijo Takuto Shindou. A su hijo se le había ocurrido la grandiosa idea de que, quería estudiar en el instituto Raimon así como lo hizo él en su día y que quería jugar fútbol en el Raimon, así que después de mucho discutir Kidou había terminado cediendo avisando a los sirvientes de Japón que irían a ocupar la casa y que Shindou se quedaría en ella de ahora en adelante. Dado que jugaba para Italia el lugar de Kidou estaba en Italia, si tenía su propio avión y podía ir a Japón cada vez que tuviera tiempo e hiciera falta pero Shindou siempre había vivido con él y aunque sus sirvientes eran muy aplicados no era lo mismo.
Takuto Shindou había llegado a su vida cuando solo tenía un año y su relación y la de Akio Fudou se tambaleaba por sus constantes y estúpidas peleas. Los padres de Shindou eran sus compañeros de equipo, habían muerto en un accidente de automóvil. Al principio Akio y el solo se habían hecho cargo de Takuto por unos días y sin darse cuenta el pequeño mocoso se les había metido en el corazón, se habían acostumbrado a tenerlo alrededor a levantarse por las noches a ver que no le faltara nada, de pronto ya no peleaban tanto no fueran a despertar a Shindou de su siesta o lo fueran a asustar con sus gritos. Cuando consiguieron localizar a los tíos de Takuto estos les dijeron que no podían hacerse cargo del niño que tenían su propia vida, pensaban dejarlo con los sirvientes hasta que Shindou tuviera edad para ir a un internado.
Kidou tuvo que sonreír al recordar aquel momento Akio había perdido los papeles y casi había saltado sobre los tíos consanguíneos de Shindou pero Kidou mas frió lo había detenido y había ofrecido adoptar al pequeño renacuajo que había llegado para quedarse en su vida y la de su pareja. Los tíos aceptaron sin muchos problemas felices de deshacerse de la pequeña carga y así Akio y Yuuto se habían convertido de pronto en los orgullosos padres de Takuto Shindou.
Y como no estar orgullosos de su renacuajo si su hijo no era solo un excelente centro campista y estratega como lo eran él y Akio si no que también era un excelente músico, capaz de arrancarte lagrimas mientras tocaba el piano. Decidiera ser músico o futbolistas Kidou y su pareja estaban seguros que a Shindou le esperaba un buen futuro. Incluso siendo tan joven ya tenía dos súper-técnicas, la primera era Fortissimo, Akio le había ayudado a crear la técnica y era un chute tremendo. Y la segunda era el Kami no Takuto que el mismo le había ayudado a crear el, con la que su hijo al mover las manos dirigía los pases de sus compañeros de equipo indicándole también los espacios que habían para moverse en el campo, creando una serie de pases perfectos, casi como un director de orquesta. Si sin duda a su hijo le iría bien, no dudaba de que su pequeño entraría al club de fútbol del Raimon y lo aria sin necesidad de su nombre o el de Akio, lo aria por sus propios méritos.
-Estamos listos-bajo Akio las escaleras con Shindou detrás de el. Akio vestía una camisa blanca y negra, unos pantalones negros botas negras y una chaqueta roja con su cabello ahora largo suelto y sin el mechón blanco que solía llevar en la adolescencia.-Nuestro hijo está decidido y 100 por ciento seguro de lo que hace, no quiere escuchar hablar de estudiar en Italia-suspiro acercándose a besar a Kidou que sonrió pasándole un brazo por la cintura.
-Eso ya lo sabíamos-le recordó divertido mientras veía a su hijo con el uniforme del Raimon y su maletín blanco.
-¿Se dejan de besar y nos vamos?-pregunto Shindou divertido.
-Por supuesto-sonrió Kidou.-vamos la limosina nos espera. –les indico.
-¿No te da nostalgia que tu hijo vaya a estudiar al Raimon?-pregunto Akio en tono pícaro.-A mi me da celos, ¿Por qué no en Teikoku? Yo estudie ahí-se quejo. Provocando una sonrisa en su pareja y en su hijo.
-Por que la mayoría de los Inazuma Japón vinieron del Raimon, con excepción de tu y el tío Sakuma, así que iré a él Raimon y me volveré el mejor estratega que haya tenido alguna vez esa escuela-aseguro el joven.
-Seguro que lo harás hijo-le sonrió Yuuto.
-o-o-o-o-
-Papa despiértate llegaras tarde-trataba Tenma Masukaze de levantar a su padre Endou Mamoru. Endou murmuro algo inteligible antes de abrir sus ojos-hasta que despiertas, voy a llegar tarde por tu culpa-lo acuso Tenma.
-¿Que hora es?-bostezo el portero de la legendaria selección japonesa.
-Casi las 7 de la mañana así que levántate báñate y bajemos a desayunar-exigió Tenma.
-Vale, vale-saco Endou los pies de la cama para levantarse. Tenma y el eran un dúo bastante singular, después de que su esposa, Natsumi Raimon muriera dando a luz al hijo de ambos, Endou se había deprimido mucho pero entonces había conocido a Tenma, un bebe que había nacido el mismo día que su hijo muerto en el mismo hospital, mientras que él había perdido a Natsumi y a su hijo ese día, Tenma había perdido a su madre y su padre era desconocido, un loco impulso le había llevado a adoptar al pequeño huérfano, cierto que tuvo que mover a todos sus contactos y pedir favores como loco pero al final lo había conseguido y hoy por hoy Tenma Masukaze Mamoru era su hijo, solo suyo. Su hijo cursaba su último curso de primara y el próximo año entraría a la segundaría Raimon, su hijo no tenía mucho talento a la hora de meter goles, pero tenía una gran habilidad para el regate y un amor por el fútbol que rivalizaba con el de Endou aunque puede que eso fuera un poco su culpa suponía. Así que lo de los goles era lo de menos, su hijo era un centro-campista ya aprendería en su momento y sería un gran jugador de fútbol si así lo quería, Endou estaba seguro de eso.
-Tienes que estar a las ocho en el club para tus practicas padre y antes de eso me tienes que dejar en la escuela-le recordó Tenma su agenda así era su hijo, a veces parecía que Tenma lo cuidaba en lugar de él a Tenma.
-Hai, hai, te paso a recoger a las tres-asintió Endou sentándose a desayunar con su hijo.
-o-o-o-o-
-Amemiya, Kyousuke, apúrense-les ordeno Goenji Shuuya a sus dos hijos más jóvenes, solo Yuuichi ya estaba listo y desayunando tranquilamente.
-Ya déjales papa este es su ultimo año en primaria-sonrió Yuuichi Tsurugi tan relajado y amable como siempre moviendo su silla de rueda para poder llevar su plato al fregadero. Yuuichi ese día empezaba su segundo año en el Raimon.
Si en sus tiempos en el Raimon como goleador estrella, alguien le hubiera dicho a Goenji que acabaría siendo el padre de tres jóvenes este no se lo habría creído pero esa era la realidad.
Amemiya Taiyou había sido el primero en llegar a su vida, cuando su hermana pequeña Yuuka había salido embarazada, Yuuka era muy joven y solo había sido un error y un descuido, ella no se sentía lista para tener un hijo así que había decidido darlo en adopción con el acuerdo del padre del pequeño, Shuuya simplemente no podía permitir que su sobrino acabara en cualquier orfanato con sabría dios quien así que había adoptado a su sobrino y se había convertido en su padre.
Luego dos años después sus amigos y compañeros de equipo del equipo nacional de Japón los Tsurugi, habían tenido un accidente en el que había muerto ambos padres y Yuuichi había quedado en silla de ruedas solo Kyousuke había quedado ileso. Yuuichi era su ahijado así que era su responsabilidad pero no había manera en el mundo de que él fuera solo a adoptar a Yuuichi y dejar a Kyousuke a su suerte, así había terminado adoptando a los dos hermanos y poniéndole fin a su carrera como delantero en el mundo del fútbol. Nada le impedía seguir jugando, el era una estrella, el gerente de su club era incluso capaz de hacerle de niñera con tal de no perder a su jugador estrella, pero cuando acepto ser padre de tres niños que no tenían a nadie más y le necesitaban también acepto las responsabilidades que venían con esto y ser un jugador de fútbol podía ser caótico sobre todo en plena temporada de juegos y clasificatorias, así que había dejado su puesto y se había dedicado a ser padre consiguiendo un trabajo en el Fifth Sector la organización que se encargaba de regular y controlar el fútbol en Japón, hoy por hoy era el presidente de Fifth sector y dividía su tiempo entre sus obligaciones como presidente y sus obligaciones como padre con bastante éxito.
Continuara…