Se a cerco a donde su padre lo esperaba con un hombre alto y fuerte, de cabellos plata y largos, de piel bronceada y mirada penetrante, lo veía fijamente como si le perteneciera. Se paró frente a su padre y con voz cansada dijo:
- ¿me llamo padre?- pregunto Dita con voz fría, sin emociones como había sido desde la muerte de su esposo hacia siete meses. Grandes ojeras marcaban sus ojos, aquellos luceros celestes que dejaron de brillar y ahora se mostraban opacos, el resto de su cuerpo no era diferente, el ya de por sí delgado cuerpo había enflacado alarmantemente y el único signo de vida residía a la altura de su vientre que contenía a la criatura próxima a nacer en el mes de diciembre, en la etapa más fría del año y durante la época oscura del siclo, si lograba sobrevivir al frio invierno sería un hombre fuerte sino, no quería ni imaginarse lo que sería de su hijo.
- Os casareis mañana- Albafica sabía de la renuncia de su hijo a casarse, también sabía el motivo y aunque lo comprendía pues en su momento él mismo lo había hecho, con Dita las cosas eran diferentes, Dita no soportaría el peso del Clan él solo y por eso necesitaba casarse- Saga será vuestro compañero- dijo señalando al hombre a su lado- podéis iros- termino.
Dita dio media vuelta sin mirar nuevamente aquellos ojos esmeraldas que le taladraban la espalda, que caso tenia quedarse si ya todo estaba dicho.
Camino hasta llegar a la otra punta del pueblo no le interesaba nada de esa celebración ni de ninguna otra, vio como la luna empezaba a salir y el cielo se oscurecía, fijo su vista en el lugar donde los niños jugaban pero ya no había ninguno, la primera luna llena de invierno comenzaba su viaje a través del manto celeste, el día moría al igual que moría el fuego en cada choza, acabando con un siclo y llevándose en las cenizas lo malo de ese año concluso. Cada quien es consciente de sus penas, de si lo que hizo estuvo bien o no, cada miembro del clan se reúne alrededor de la gran hoguera, el anciano druida comienza el ritual, su canto anuncia el termino del año, el término de la cosecha y con ella el termino también del ciclo de luz*.
La luna está ahora en su punto máximo, por un instante todo queda envuelto en la oscuridad, el canto triste se detiene muere en los labios del anciano como muere la libertad de Dita, la hoguera se enciende, nace a la media noche y trae consigo nuevas esperanzas, o al menos eso se supone, Dita se aleja del lugar mientras que los demás arrojan a fuego muñecos hechos de madera que representan sus penas, los queman para dejar atrás el sufrimiento y la tristeza, pero él se aferra a ese muñeco, en el están los días felices a lado de su amado esposo, las promesas de amor eterno y las ilusiones de una vida juntos, lo lleva a su pecho y lo presiona contra este mientras que una lagrima cae de sus ojos, no quiere dejarlo atrás, arrojar el muñeco seria declarar que está listo para seguir adelante, gritarle al mundo que lo ha olvidado y él no quiere hacerlo, él siempre amara solo a Death, a su Death.
El ciclo oscuro del año ha dado comienzo, durará seis meses y morirá para darle paso al ciclo de luz, Samain anuncia el invierno como el Imbolc anuncia el retorno de la primavera y la lactancia de las ovejas, un tiempo de recreación y de vida pero para Dita desde hace siete meses todo es oscuridad y muerte. Death murió en batalla contra el Clan enemigo, murió con honor dando la vida por su Clan, pero al final de cuentas murió dejándolos solos, a él y a su hijo. El morir nunca se lo perdonaría porque murió sin él.
Una máscara espantosa lo saca de sus pensamientos, la celebración ha dado inicio y la barrera mágica ha cedido, los jóvenes arrojan piedras con marcas personales a la hoguera, si al día siguiente no aparecen se considera de mala suerte, los niños bailan con máscaras como la que acaba de ver, molestan a los adultos simulando ser malos espíritus que han venido buscando algo y no se irán hasta que lo obtengan: una fruta generalmente.
En la mesa principal los guerreros inician las batallas, es hora de demostrar quién es el más fuerte, aquel que tenga más en su poder lo es, porque el espíritu de los muertos ha quedado en su poder y estos tienen el deber de cuidarlo, aun así acepta los retos para demostrar su valía. El ganador es él, el que será su esposo al atardecer.
Cansado, triste y solo Dita toma un leño de la hoguera para encender el fuego de su hogar, aquel que compartía con Death y que ahora quedara abandonado al día siguiente él ya no estará más ahí. Entra a la choza y prende los leños que alguien más dejo, de seguro fue Shaka su primo menor y el único que comparte y entiende su dolor, porque su esposo también cayó muerto en esa batalla, Death y Shura murieron juntos como los buenos amigos que eran, ahora Shaka y él sufren pero a él al menos le queda el consuelo de su hijo, Shaka no tiene ni eso, Shura lo dejo solo y aunque su tristeza no la muestra como Dita, sabe bien que le hiere incluso más que él.
La casa esta fría y sola… tan sola como él y llora al pensar que su hijo no conocerá a su padre, sirve dos platos, uno para él y otro para… para… rompe en un llanto desconsolado al saber nuevamente solo, poco a poco se queda dormido aun llorando en sueños, porque sueña con Death. Despierta al sentir un escalofrió, la temperatura de la choza ha aumentado y al abrir los ojos lo ve. Ha cumplido su promesa y su espíritu esta frente a Dita. Nuevas lágrimas caen por sus mejillas sin poder evitarlo.
- Death- pronuncia con la voz cortada
- No llores- pide el espíritu de su esposo, antes de besarlo, Dita siente una caricia cálida en su vientre hinchado- Te amo- pronuncia para de empezar a desaparecer
- No, no… no te vayas- pide Dita desesperado, cae al suelo y siente nuevamente esa cesación de calidez en su boca
- Pronto estaremos juntos….
Ya amaneció, el sol se muestra nuevamente y su luz ilumina la choza de Dita, la noche de Samain ha terminado y los espiritas han sido reclamados nuevamente a su mundo, solo una noche al año se les he permitido regresar, una cuantas horas para volver con aquellos que dejaron en el mundo físico, una noche es poco para un corazón separado, unas cuantas horas insuficientes para el alma, su único consuelo el saber que pronto estarán juntos.
Él lo presentía ahora lo sabe, su cuerpo débil no soportara el parto, su hijo vivirá y crecerá a pesar del frio clima, será un buen guerrero y un buen líder como su padre y Dita en aquel diciembre se reunirá con Death para seguir juntos por siempre.