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Mi Pasado, Mi Presente Y Mi Futuro por KuroAshi_ZxS

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Notas del fanfic:

Holas de nuevo!!! o3o/

Aqui llegue con la continuacion de mi Os "re Wa Daisuki" tal y como les prometi. Si de casualidad nolo han leido antes no se preocupen, eso no afecta con la trama de la historia pero si prefieren leer antes la primera parte seria aun mejor

steve98 este fic va dedicado a ti, espero te guste mi vida >/////<

Saludos a todos mis posibles lectores y espero les guste ^^

Notas del capitulo:

 One Piece pertenece a Eiichiro Oda, si no quien sabe…

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas

Los distintos puntos de vista del fic sera divididos por "xxxxx" con la primera letra del nombre de quien relata, osea, Z, S o A, en caso de que hablen ambos. Pro ejemplo: "xxxxxS" que en este caso, seria Sanji quien habla n.n


Sin mas preambulos, les dejo con mi fic:

Mi Pasado, Mi Presente Y Mi Futuro

xxxxxS

Esa noche, había sido la más maravillosa de mi vida, y quizás también de la tuya…

Te amo y me amas, ambos lo sabemos, pero aquella vez me hiciste sentir que por primera vez en mi vida yo era alguien importante…sentirme por primera vez querido y  no despreciado como ya tantas veces me había ocurrido en el pasado…

Quizás sea destino, karma, suerte o mera coincidencia; pero agradezco enormemente el estado etílico que traías esa vez, aquella ingesta excesiva de alcohol en tu cuerpo que me llevo a tus brazos, tal como lo estoy ahora…

Es irónico ¿no? Que justamente hubiese sido tu vicio que me llevara al mio. Y no, no me refiero a los cigarrillos, ya no… o al menos, ya no desde que me volví adicto a tus labios, marimo…

Aquella ocasión, por primera vez en mi vida te vi borracho, completamente borracho. Y aun dudo como le hiciste para acabar con todo el alcohol del barco…

Lo recuerdo perfectamente: habíamos anclado en una nueva isla y que, por mandato de mi adorada pelirroja, ambos debíamos quedarnos a cargo del Sunny por nuestra última pelea. Serian, si no me falla la memoria, cuatro noches completamente  solos y, para evitar que acabásemos destrozando el barco y pudiésemos dormir de forma  al menos decente, nos turnaríamos para hacer la guardia aleatoriamente.

 El clima de aquella isla no era muy favorable que digamos, pero la verdad no me sorprendía, después de todo nos encontrábamos en una isla que variaba desde el otoña al inverno produciendo mas de alguna repentina nevada.

Pero la noche del tercer día, cuando me encontraba durmiendo en mi cuarto desperté sobresaltado por culpa de truenos y relámpagos. Se había desatado una tormenta, algo nada raro (o más bien dicho usual) en el grand line.

Aunque a su vez, era algo que lograba traerme horrible recuerdos una y otra vez  desde que “eso” había ocurrido durante mi niñez…

Tal vez otras veces no me afectase directamente al encontrarme en constante movimiento durante todo el día, o tal vez porque el calor que me brindaban mis nakama me reconfortaba en los momentos en que mi pasado intentaba hundirme nuevamente…

Pero esa noche, me encontraba completamente solo…

Mi alma se hundió en los recuerdos de mi primer y antiguo hogar, en los tripulantes de aquel navío pero por sobre todo en los cocineros y el capitán, quienes habían sido como hermanos y padres para mi.

Y si, digo primer hogar porque antes de que el capitán me acogiese vivía solo en una de las tantas islas que se encuentran en el North Blue. Y en la cual, desde que tengo memoria había vivido solo en las calles al ser huérfano y no tener a nadie conmigo. Aun desconozco el motivo por el cual acabe así, no se si mis padre me abandonaron o no y que, aunque sea una incógnita que siga presente hasta el día de hoy, nunca les culpe de ello…

Las cosas siempre pasan por algo, y yo nunca he pretendido odiar a alguien sin saber lo que había ocurrido ni menos bajo que circunstancias ocurrió.

Entonces, guiado por mis propios pasos acabe en cubierta, dejando que mi cuerpo se mojase por completo producto de la lluvia. Mi mente revivía uno a uno los recuerdos de aquel desastre que me arrebato a mi familia en la cual solo Zeff y yo logramos sobrevivir, el hambre y la desesperación que sufrimos en carne propia, sentir como tu cuerpo se marchita lentamente y como la muerte te acecha a cada paso sin poder hacer nada para evitarlo…

Casi sin darme cuenta la tormenta fue amainando progresivamente mientras mi mirada se perdía en el oscuro firmamento hasta que una mano ajena sobre mi hombro logro traerme de vuelta a la realidad.

Me gire hasta toparme contigo, tan solo ligeramente empapado en comparación de mis propias ropas, con un leve sonrojo en las mejillas y se notaba a simple vista que tenias dificultades para mantenerte en pie. Al bajar un poco mas la mirada me di cuenta del porqué de su estado: en su mano derecha mantenía aferrada con fuerza una botella de vino a medio vaciar.

Y eso solo significaba una cosa: el marimo estaba borracho por primera vez en su vida, o al menos que yo supiera, ya que dudaba cuanto había bebido en realidad para acabar en aquel estado.

Me sobresalte al sentir como tirabas la botella al suelo, derramando el poco contenido que aun conservaba en el piso de la cubierta y dirigía, no sin cierta torpeza, su mano ya disponible hacia mi rostro, acariciando con delicadeza mi mejilla.

Atónito, lleve mi propia mano hacia mi cara descubriendo que esta se encontraba húmeda producto de finos ríos que las recorrían y como la lluvia había amainado ya del todo solo quedaba disponible una posible solución: eran mis propias lágrimas saladas las que recorrían mis mejillas.

 Ignoraba desde que momento había empezado a llorar y, al darme cuenta de la situación en la que me encontraba me sonroje levemente desviando la vista de los penetrantes ojos que me observaban inquisitoriamente. Odiaba sentirme tan expuesto…

De un momento a otro sentí una calidez muy reconfortante rodearme, y para cuando quise darme cuenta me encontraba encerrado en un abrazo protector de parte del marimo.

Zoro me había rodeado con sus fuertes brazos mientras situaba mi cabeza en su fornido pecho, acariciando mi espalda rítmicamente y enredando sus dedos en mis lacios cabellos en un mudo y sutil intento por calmar mi destrozada alma.

Rompí esta vez en un llanto aun mas desgarrador que el anterior, dejando que el peli verde me consolase con sus dulces caricias, sintiéndome protegido entre los brazos de quien por mucho había sido mi eterno rival.

Contrario a todo lo que pensaba me sentía totalmente cómodo junto a Zoro, disfrutando de su presencia y de la totalmente inusual preocupación y cuidado hacia mi persona.

Desde que tenia memoria siempre me había mantenido oculto tras una mascara, así lo había aprendido ya que durante mi infancia la debilidad era un lujo que no se me permitía poseer. Había aprendido de mala forma a valerme por mi mismo, razón que se vio justificada cuando conocí a Zeff con mayor profundidad; criándome entre piratas desde aquel entonces y convirtiéndome en definitiva en un hombre rudo que no conocía el significado a la palabra temor…cuando por dentro era todo lo contrario…

Muchas veces paso por mi cabeza el suicidio, pero conforme pasaba el tiempo esta idea se fue perdiendo. Quizás fue por las personas que conocí y que cambiaron mi vida o quizás por todo lo que viví; pero eso no significaba que aquellas heridas en mi alma dejasen de doler. Es mas, incluso podría afirmar que algunas de ellas se habían profundizado con el pasar de los años.

Por fuera podía parecer un chico alegre, feliz y despreocupado; pero por dentro muchas veces me encontré desolado y destrozado. Por eso es que creo que al verme solo aquella noche y sin motivos por el cual seguir aparentando deje salir en forma de lágrimas todo lo que había llevado cargando durante tanto tiempo…aquellas mismas lagrimas que ahora eran retiradas con sumo cariño por Zoro…

Nunca había esperado verme de esa forma, tan frágil y desamparado. Y, claro esta, menos aun desmoronarme justamente frente al espadachín de la tripulación.

Lentamente mis sollozos fueron perdiendo intensidad hasta que pude calmarme lo suficiente como para levantar la cabeza y mirar a mi acompañante a los ojos. Me sorprendí enormemente, no lo puedo negar, al darme cuenta de lo que sucedía en esos instantes.

El sonrojo de sus mejillas no había desaparecido, pero a su vez unas ligeras lágrimas habían aparecido esta vez en su rostro, las cuales no me dejaron reaccionar cuando sentí sus labios sobre los míos, acariciándolos levemente hasta que logro abrirse paso hasta mi boca, saboreándola a conciencia sin dejar un solo recodo sin revisar.

Sus manos tampoco se quedaron quietas, avanzando en su búsqueda por mi cuerpo mientras empezaba a retirar mi ropa mojada con lentitud desesperante. No entendía porque en vez de separarme de su cuerpo me acercaba cada vez mas, como su estuviese hambriento de aquel hombre que me tenia entre sus brazos…

Y ese era justamente el mayor de mis problemas: que quien me estaba haciendo perderme entre sus caricias y el placer de sus besos no era una hermosa chica, sin un fuerte hombre en toda la extensión de la palabra.

Casi sin darme cuenta nos encontrábamos acostados en la cubierta con Zoro posicionado sobre mi cuerpo, recorriendo mi ya desnudo y húmedo torso con sus manos y lengua; acariciando de paso mis pezones, lamiéndolos a gusto y mordiéndolos alternativamente. Gemía a viva voz gracias a su trato, sin importarme lo mas mínimo hasta que sus labios volvieron a sellar los mi boca en un beso que esta vez correspondí, sintiendo un leve sobresalto de su parte antes de que retirara mis pantalones con un poco mas de brusquedad, acariciando de paso mis muslos, logrando arrancarme un par de jadeos mal contenidos.

 Un fuerte escalofrió me recorrió esta vez al sentir su tibio aliento sobre mi entrepierna luego de que ya se viese retirada también mi ropa interior; gimiendo mas fuerte cuando su lengua empezó a recorrer mi extensión de manera pausada, saboreando todo a su paso hasta terminar por introducirla por completo en su boca.

Casi ni me di cuenta tampoco cuando sus dedos comenzaron a introducirse en mi interior con suma delicadeza, dilatándome con una paciencia y dulzura que hasta ahora no conocía en el.

Tampoco supe porque me sentía tan preparado y confiado sobre todo en el instante en que empezó a introducirse en mí con cuidado, logrando que el dolor aminorara aun y a pesar de que estaba en esos momentos perdiendo mi virginidad.

Espero unos minutos antes de empezar a moverse, acariciándome y besándome a la par de forma apasionada como lo es su espíritu en las más duras batallas, pero a la vez tan delicado como si fuera el más precioso de los tesoros.

Durante unos minutos, o quizás horas, nos olvidamos del mundo y de todo; solo centrando nuestra atención el uno en el otro sin vernos en la necesidad de preocuparnos de nada mas.

Y, aunque con cada roce de tus manos parecías poder llevarme al cielo en cada instante, la culpa empezaba a carcomerme por dentro. Solo necesitaba en el estado en que se encontraba el marimo, casi al borde de su conciencia debido a su estado mientras que yo por mi parte me encontraba totalmente lucido y que, por mas que ambos estuviésemos disfrutando de en aquel momento, lo mas probable es que me odiase con toda su alma…

En el momento en que alcanzamos y yo empezaba a perder la conciencia debido  al cansancio y al esfuerzo físico que había realizado, Zoro susurro en mi oído dos palabras que hicieron que mi corazón diese un brinco y empezase a sentir un cálido sentimiento estallar en mi pecho.

Desperté algo desorientado a la mañana siguiente, dándome cuenta de que aun me encontraba abrazado fuertemente al marimo en una posición en la cual el frio de la madrugada no me viese afectado y sintiendo el suave césped de la cubierta acariciando mi espalda. Me sonroje intensamente al darme cuenta del detalle de que él ya se encontraba  despierto, regalándome una sonrisa cálida antes de besar mis labios y repetir aquellas mismas palabras que me había dedicado la noche anterior acompañadas de mi nombre….

“Te amo, Sanji...”

Y fue en ese momento, justo en ese preciso momento fue cuando supe que yo también le amaba, quizás desde cuando. Pero una cosa estaba más que segura: amaba a ese rudo peli verde con todo mi corazón…

Ese mismo día el marimo se declaro y nos convertimos en novios, tres años desde que les contamos a nuestros nakama de nuestra relación y cinco desde esa maravillosa noche…

Y hoy, luego de que hemos unido nuestras vidas para siempre en el altar me entregare a ti nuevamente como siempre y como nunca a la vez porque te amo Zoro, tu siempre me lo has demostrado y es hora de que me toque ser quien te demuestre con todo su ser este sentimiento que me desborda y que me ha convertido definitivamente en tu esclavo….

xxxxxZ

Todo parecía un sueño, un jodido sueño del cual temía despertarme….

Desde pequeño siempre había sido consiente de mis gustos, por lo cual había intentado por todos los medios formar una imagen de un tipo rudo y despreocupado a base de entrenamiento y meditación.

No me daba vergüenza que la gente descubriera que me gustaban los hombres pero en cierto modo temía que eso ocurriese… temía que todo lo que había alcanzado durante estos años se desmoronase frente a mis ojos por ese simple detalle, perdiendo el respeto que había ganado en unos y el miedo en otros…

Y entonces había llegado el…. Había llegado Sanji a mi vida…

La verdad, nunca antes había creído en el amor a primera vista; pero cuando entre por la puerta de aquel restaurant marino y le vi por primera vez sentí mi corazón amenazando por escapar de mi pecho.

Entonces me di cuenta de que, por primera vez en mi vida, me había enamorado…

Pero a pesar de saber que ese estúpido cocinero me había robado el corazón nunca fui capaz de hablar de aquello con nadie, ni siquiera con el capitán a quien consideraba mi primer amigo y una especie de hermano menor para mí. Sanji era un mujeriego, el mayor que había visto en mi vida, y el simple hecho de verle coquetear con toda muchacha que se interpusiera en su rango de visión destrozaba poco a poco y me hundía en el mar de los celos día a día cada vez más….

Ese era el principal motivo, si es que no el único, por el cual ahogaba mis penas en el alcohol.

Antes de entrar en la tripulación no solía beber demasiado, pero luego de que le conociera cada vez la bebida me consumía más y más sin conseguir lo que deseaba en realidad. Ya que, como los chicos no me conocían antes no notaron el cambio en mi persona, a sus ojos yo solo era un compañero que tenía un vicio excesivo con el alcohol como lo tenía el cocinero con el tabaco.

Por eso quería emborracharme, porque deseaba olvidar todas mis preocupaciones aunque fuera por un par de horas…

Nunca lo había logrado mi cometido debido a la gran resistencia que tenia con el alcohol, pero después de muchos intentos fallidos lo logre. Esa noche tenia guardia por culpa de la arpía pelirroja que, sin saberlo, me dio una oportunidad perfecta y difícil de desaprovechar pero a la vez no sabía si agradecerle u odiarla ya que no haría la guardia sola, sino que Sanji también se quedaría a cargo de Sunny conmigo.

Así que aproveche mi turno de aquella vez para beber todo el contenido alcohólico que se encontrara a bordo del barco, barriendo inclusive con las reservas secretas del cocinero que para mi ni para nadie ya eran tan “secretas” como el creía que eran.

Una fuerte tormenta se desato pasada la media noche, pero a pesar del horrible clima acabe  haciéndole caso a mi instinto terminando en cubierta intentando torpemente de mantener el equilibrio.

Me sorprendí bastante al ver al cocinero también allí, por lo que me acerque a él lo mas rápido que mi estado me lo permitía. La lluvia, para cuando logre alcanzarle, había amainado en su totalidad; pero Sanji no parecía haberse percatado de aquel detalle, parecía ido; por lo que preocupado le tome del hombro obligándole a darse la vuelta y que, con eso, mi corazón se rompiese en pedazos…

Estaba llorando, Sanji estaba llorando con un evidente dolor mal contenido en sus hermosos ojos azules…

No se porque, pero al verle en aquel estado tan deplorable no pude hacer mas que abrazarle intentando mediante gestos y caricias mitigar aunque fuese un poco su dolida alma. Y quizás fuese por mi estado etílico o quizás porque era la primera vez en mi vida escuche a mi corazón en vez de mi cabeza pero esa noche, por primera vez en mi vida, le bese.

En mi interior solo podía rezar porque Sanji no me golpease por mi atrevimiento, deseando que tomase aquel arranque de pasión como una acción producida por el alcohol que ya debería hacer notado más que nada en mis movimientos. Pero el solo verle tan sumiso, con su linda carita sonrojada y la ropa completamente húmeda provocada por las pequeñas gotas que recorrían su cuerpo una enorme ternura me invadió desde lo mas profundo de mi ser.

Esa noche le hice mio, acariciando todo su cuerpo  con cariño y besando sus labios con amor, pero por sobre todo, demostrándole lo que sentía mediante gestos y no palabras las cuales, muchas veces, no alcanzan para expresar todo aquello que guardamos en nuestra interioridad. Consiguiendo también luego de aquella maravillosa velada el valor suficiente para declararme a la mañana siguiente luego de despertar aun abrazados en cubierta por el cansancio que había hecho mella en nuestros cuerpos-

Y de aquel encuentro, ya habían pasado cinco años. Cinco maravillosos años desde que mi hermoso rubio me había aceptado y se había convertido en mi novio…tres años desde que le habíamos revelado a nuestros amigos sobre nuestra relación y tan solo unos pocos meses desde que le había pedido ser mi esposo.

Pero hoy mismo y hace tan sol unas horas, nos habíamos unido finalmente en el altar consagrados en el matrimonio…

Luego de una pequeña fiesta privada con nuestros amigos más cercanos le lleve en brazos, a pesar de su eventual enfado y hermoso sonrojo, hasta el cuarto de hotel que compartiríamos durante nuestra luna de miel.

Le recosté con cuidado en la espaciosa cama matrimonial, besando sus labios con cuidado mientras me posicionaba sobre su cuerpo; empezando a frotarme lentamente y logrando arrancar algún que otro jadeo que fueron ahogados entre nuestras bocas. Mientras le mantenía ocupado comencé a quitarle su blanco saco y su camisa azul botón por botón, lentamente y sin ninguna prisa para poder degustar el delicioso cuerpo de mi amado.

Lamí su lóbulo derecho, descendiendo por su cuello hasta su torso ya desnudo, entreteniéndome unos minutos en sus rosados pezones ya tan conocidos y sabrosos para mí.

-mmm ahhh- profirió Sanji entre gemidos- mm marimo, lo haces ahhhh posta-

Sonreí socarronamente antes de volver a sus labios.

Tenía razón, lo hacia a posta. No por nada conocía cada punto sensible de su cuerpo y sabia que sus pezones eran un de ellos.

Casi sin darme cuenta y de un momento a otro tenia a mi rubio sentado en mis piernas y desabrochando la bragueta de mi pantalón con su boca para luego retirar algo mas apresuradamente mi ropa interior. Sanji era realmente hábil con las manos, como todo buen cocinero debía ser, pero en menos de unos minutos me demostró que también lo era con la boca, logrando hacerme jadear y tenerme literalmente derretido a sus pies.

Lamia y degustaba mi miembro como si estuviese sediento de mi esencia, cosa que logro instantes después tragando con gusto mi esperma sin mostrar señales de desagrado alguno.

Eso había sido demasiado por lo que, con algo de brusquedad nos despoje de la ropa restante y dejándonos completamente desnudos sobre la cama. Pero cuando empezaba a lubricar dos de mis dedos para prepararle el me afirmo de la muñeca mirándome con una mezcla de lujuria y travesura, advirtiéndome que tenia algo en mente y que no pararía hasta conseguirlo.

-no, no, Zorito-kun. Esta vez parto yo- susurro provocativamente sobre mis labios antes de lamerlos-

Mantuvo mis muñecas presas con suficiente fuerza sobre mi abdomen haciendo uso de solo una de sus manos, mientras que con la otra se encargaba de prepararse el mismo y rozar su cuerpo sobre mi entrepierna, despertándola rápidamente mas que nada por los deliciosos gemidos que profería y entre los cuales, y para mi libido, se distinguir mi nombre entre ellos.

Cuando se vio listo saco sus dedos de su interior y sin soltar el agarre que tenia en mi cuerpo empezó a penetrarse lentamente hasta llegar a la base de mi pene, arrancándome varis gemidos mal contenido y haciendo que me desesperara por poseerle de una vez por todas.

A pesar de mis intentos no me lo permitió, aumentando cada vez mas el ritmo hasta volverme prácticamente loco por el placer, gimiendo a viva voz con solo ver su rostro deseoso y esa sonrisa traviesa que tanto amaba hasta que alcanzamos el clímax a la par, acostándonos abrazados en la espaciosa cama mientras intentábamos recuperar el aliento perdido.

Al verlo junto a mi, a mi lado y dedicándome una mirada llena de amor y ternura como la que me regalaba en estos instantes me volvía el hombre mas dichoso del mundo. Sabía que había hecho la elección correcta al elegirle como mi pareja, pero más que nada, a la persona a quien entregarle mi corazón. Por eso…

-recuérdalo bien Sanji- le susurre aun entre jadeos mientras tomaba su fino rostro entre mis toscas manos- te amo y lo hare siempre. Eres mi niño, el amor de mi vida y la persona más importante que hay en mi corazón. Por eso recuerda: eres mí pasado…

XxxxxS

-mi presente…-

xxxxxA

-y mi futuro…-mencionaron ambos sellando aquel pacto con un beso, uno tan especial y cálido como el primero, pero sin duda, un beso que les demostraba a ambos que su amor no tenia ni nunca había tenido limites ni barreras…

The End

Notas finales:

Espero les halla gustado esta pequeña conti y sus rew si lo desean, espero verles en mis demas proyectos y hasta la proxima o3o

Sayo!!! x333

Kuro-Chan!


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