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Auto-control por Fujimiya no Didos

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Auto-Control


Por: Fujimiya no Didos
Milo x Camus



Desde que partí de la isla de Milos con mi nueva tutora y sobre todo mi maestra en adelante, decidí contenerme; desde ese momento en adelante ya no lloraría o demostraría tristeza, sin importar con que me fuera a encontrar en el nuevo lugar al que iba, aunque había escuchado que los entrenamientos para llegar a ser caballero de oro eran muy duros y que muchos no llegaban hacerlo o por que se rendían en el camino o por que... se morían en el intento. Con más razón, debía ser el Caballero de Escorpio, por eso estaba dejando atrás todo lo que quería, y si mostraba esos sentimientos en el arduo camino para llegar hacerlo, les demostraría a los demás que era débil; si lloraba ante una acción fría de mi maestra o compañeros les insinuaría la superioridad que tenían en mi, en mis sentimientos, algunas cosas y me volvería vulnerable, indefenso, débil; y yo, sacando que llegara o no hacer caballero dorado, ante los demás podría ser cualquier cosa, menos débil.

Con esa decisión tomada, la primera medida que implemente fue callar todo en dolor que me daba partir de mi amada Milos, pero no fue fácil, casi me fue imposible; el ver como el barco se alejaba de ella y el pensar en cuando la volvería a ver o cuando volvería a estar con todo lo que deje en ella, me creaba un nudo en la garganta, que para que no estallar desviaba mi mirada así mi maestra, mirándola seriamente, quizás en el fondo sentía que ella era la culpable de ese "Adiós" que tenia que decir. De todas formas, de ahí, saque la fuerza para tragar el dolor que amenazaba con salir, diciéndome que nunca lloraría yo por esto. Pero era un niño y cuando se dio la oportunidad de estar solo en mi camarote no pude evitar sentir, como delincuente, las lagrimas escapaban de mis ojos, si de una cárcel de pestañas se tratara, y surcaban toda mi mejilla para chocarse con mis labios, carceleros de los quejidos o suicidándose en el precipicio de mi mentón.

Así empecé mi duro entrenamiento. Por las noches estaba sumamente cansado y sobre todo adolorido, pero como dije nadie lo notaria, una sonrisa picara era la mascara del esfuerzo dado y una actitud sarcástica y traviesa el disfraz de la tristeza que me causaba el nuevo lugar.
Hacia ya casi un año que estaba ahí y apenas si hablaba con algunos discípulos de las otras casas; todos estaban distraídos, buen mejor dicho, concentrados solamente en su entrenamiento y no tenían tiempo para divertirse y para mi eso era muy importante, distenderse, reír, pero con ellos así y mi maestra obligándome a atender, además de que me comí varios reproches del patriarca por estar "molestando" a los demás, no podía convertir el lugar en uno agradable y el recordar como me divertía en mi Milos me volvía a llenar de una tristezas que solo escapaba por las noche en lo alto del techo del que seria mi santuario, no me pregunten como así para subir asta ahí, solo lo hacia... y ahí, trataba de callar mi dolor, mi bronca, tragando el nudo de mi garganta y diciéndome que era un tonto por ponerme así con algo tan insignificante. Pero... aun así, algunas gotas saladas prófugas de mis ojos se caían y, es así, q' saque el vicio de contar a esas fugitivas. Siempre eran pocas, no llegaban ni a las siete.

Igual no me alcanzaba el auto-control que tenia, porque al parecer era el único que estaba así, los otros no demostraban ningún malestar por estar ahí, haciendo eso, perdiendo su niñez...

Es verdad, que no estaban todos, faltaban casi la mitad que estaban entrenando en otros sitios del mundo, pero entre los que estaban ese sentimiento me volvía el mas débil ante mis propios ojos y quizás, algún día seria el que impidiera que llegue hacer caballero y eso no podía pasar, porque me lo prometí y les prometí que seria el guardián del templo de Escorpio. Así, poniéndome caprichoso con mis bromas, utilizando ese despecho otorgado por los demás a favor de mi diversión y escapando de vez en cuando de mí maestro conseguí que poco y nada me importara y callar o, quizás, esconder en mi inconsciente todo triste pensamiento, lo que logro por ultimo mi objetivo, que desaparecieran las siete lágrimas.

Ahora mi interior era una perfecta Caja de Pandora que ni siquiera mi consiente conocía que tenia adentro. Estaba sellada por el silencio y la mentira de que por fin había conseguido ser fuerte y protegida por el escudo que formaba la ironía y seducción. Cosas que habían surgido ya en mi adolescencia, cuando ya todos éramos caballeros, si había logrado cumplir mi promesa y eso me llenaba de orgullo aunque no pudiera ver a las personas a las cuales les había prometido. Igual aprendí a que no afectara lo que deje, pero... no lo que no podía tener.

Ya para entonces, todos estaban en el santuario y mucho mas relajados, dándose tiempo para divertirse, a mi parecer se acordaron un poco tarde de eso, asta algunos ni se enteraron de que eso existía, como Shaka de virgo que se la pasaba meditando o el serio sin expresión de mi amor.

Ellos dos habían llegado de donde entrenaban ya con el titulo de sus respectivas armaduras. Cuando conocí a Shakas me asombro, era mucho mas serio que los demás, nunca abría sus ojos y se la pasaba meditando, siempre me pregunte si era humano o una clase de vegetal con forma de hombre. Pero... cuando vi por primera vez a ese ángel tan elegante, con esa mirada intensa como los mares mas fríos que allá en este mundo, con su larga melena siendo acariciada por la brisa fresca que recorría la inmensidad del santuario y con un esculpido cuerpo que dejaban enseñar esa apretada calza y musculosa, me quede anonadado, embellecido por tan magnifico espectáculo que era el verlo solamente caminar así su templo.

Pocos días después de su llegada ya le estaba revoloteando alrededor, quería conocer, de tan esplendida obra de arte, lo más que se pudiera y más aun cuando note que su carácter era muy serrado, serio, alerta y a la vista de los ojos comunes sin sentimiento alguno.

No caía en ninguna de mis bromas o seducciones, ni se reía o daba inicios de que le hubiera causado gracia cuando otro de los caballeros era victima de mis chistes picantitos. Pensaba que se si llegaba a sentarse con las piernas cruzadas se convertiría en otro vegetal mas y eso ni loco dejaría que le pase.

Costo más de un año poder entabla una conversación con él en la cual sus respuestas no fueran monosílabas, pero cuando lo logre me sentí inmensamente feliz, porque era solamente con migo con quien hablaba palabras y eso denotaba que yo era especia para él, pero... suponía que me quería como un amigo, mientras que yo... yo ya no lo podía sacar de mi mente, su misterio me hechizaba, su suave perfume, que sentía al colgarme de su cuello, como solía saludarlo, me embriagaba y su mirada, su intensa mirada, al verme directo a los ojos me hacía su esclavo; y mi ángel elegante no lo notaba, no notaba que me moría de amor con su sola presencia, que ser su amigo me era insuficiente, que eso me asfixiaba, que él era la fuente de mi oxigeno y su simple amistad me negaba ese gas tan valioso para la vida.

No podía lanzarme a decirle todo lo que sentía, como tantas beses quise hacer pero me contenía, apenas estaba naciendo una amistad entre nosotros para abalanzarme sobre él con algo tan serio, todavía ni sabia si le atraían los hombres o las mujeres y ni sabia como le iba ha sacar esa información si cada ves que tocaba un tema sexual lo detenía ¡¡¡Pero que tipo tan discreto!!! Y yo, mientras tanto, volví ha sentir un fuerte dolor en el pecho por la impaciencia, la incógnita y que al parecer había mas de un 50% de que no me correspondiera y si no lo hacia corría la posibilidad de que no quisiera ser mas mi amigo; y el pensar solo eso hacia que en la Caja de Pandora, que estaba dentro mío, hubiera mucha presión creando otra ves esas siete rebeldes lagrimas en lo alto de mi oscura y estrellada soledad.

Entre amistad y llantos casuales paso el tiempo y me dio la oportunidad de conocerlo como yo quería y en el proceso el porcentaje negativo fue bajando y una esperanza naciendo. Fue cuando, por fin, después de casi dos años, estando solos, le pude robar una sonrisa, mas que eso, fue una carcajada sincera así una broma mía, creo que en ella libero toda la risa que había guardado durante tanto tiempo. Y no me pude controlar, al verlo ahí riendo, con esa sonrisa que iluminaba todo su bello rostro, que mostraba lo tierno que era realmente por dentro y yo embriagado por la omnipotencia que me otorgo el haber hecho ese milagro, actué sin pensar, precipitadamente, y cuando mis labios tocaron los suyos, en la primera oportunidad que serró su boca para calmarse, sentí esa calidez, esa dulzura que emanaba de ella, me volví loco, ya todo estaba jugado, si lo perdía, al menos tendría este celestial recuento, que haría que llegara a mas, aventajándome en el asombro que tenia el hombre que invadía todos mis sueños y en el hecho de que tenia que recuperar en aire que había perdido al reír. Así que cuando separo sus labios por reflejo de su asfixie introduje mi lengua en ella, ¡que respire por la nariz, yo no me iba ha perder esa oportunidad por que el niño se estaba ahogando! Y sí se decía que los dioses posen el privilegio de los mejores manjares, entonces, yo era un dios saboreando lo mas exquisito de todo universo. Sin embargo duro poco, por que los fuertes brazos de mi amor me empujaron con rudeza así atrás, igual las incontables sensaciones que recorrieron mi cuerpo en eso instantes nunca me las he olvidado, es imposible aunque quisiera, porque se han prendado de mi, en mis labios, en mi boca y no han deseado desaparecer nunca mas de allí. Aunque, tampoco puedo olvidar el dolor que me ahogo cuando sentí ser rechazado tan cruel mente por sus brazos.

Después de eso mi mirada se mantuvo baja, no podía verlo a los ojos, me dolía mucho lo que sabia que iba a suceder, igual, tratándome de contenerme lo mejor posible para encontrar las fuerzas necesarias para seguir cavando mi sepultura, levante la cabeza con los ojos cerrados al principio y cuando por fin lo pude ver en totalidad para luego enfocarme en sus ojos, se veía calmando la respiración acompañada, seguro, por latidos fuertes por como se movía su pecho y en su rostro, algo que me alivio sutilmente, una expresión de asombro, pero nada mas, ni asco, ni odio por que lo había besado. Eso me dio el último empujón que me faltaba para tirarme por completo de cabeza a la pileta sin importar si había o no agua; así pronuncie adelante de él lo que tanto me atormentaba por las noches:-- "Te amo". Baje la mirada, por que la suya se había clavado en mí y me miraba tan seriamente que me congelaba y me detenía en mi intento por liberar todo lo que tenia adentro. Suspire hondo y proseguí:--"Desde el primer momento en que te vi me deslumbraste y cuanto mas te conocía mas dependiente me volvía de vos, hasta al pudo de que solo soñaba con hacerte reír, hacerte feliz... Bueno, creo que por unos momentos lo conseguí". Levante la vista con una sonrisa mita triste, mita nerviosa y con las lagrimas que ya no pude contener mas y que ya no eran solo siete sino un montón...

Mi respiración estaba muy agitada por los nervios y cuando hablaba ni podía respirar de lo rápido que lo hacía, sin importar continué:-- "Yo lo ultimo que quiero es perder tu amistad, se que no me correspondes..." Me pareció haber escuchado mi nombre pronunciado por su melodiosa vos, pero si fue así no le hice caso y seguí:--"no... no te pido que lo hagas, aunque seria lo mas hermoso que me pasara en la vida y seria el hombre mas feliz del mundo, y te juro que haría todo lo posible por que vos fueras inmensamente feliz..." Me desboque, los devorantes nervios no me dejaron controlarme en lo que decía y estaba sacando absolutamente todo afuera y pidiendo socorro internamente, ¡piedad, que algo me calle! Y al parecer me escucho; yo estaba con la mirada baja y mis ojos llenos de lagrimas cuando él llevo una mano a mi barbilla para que lo mirara a los ojos, pero no me di cuenta asta que su suave mano toco mi rostro y cuando lo tuvo en alto con la otra limpio mis lagrimas, aunque, igual no pude ver bien su rostro porque de los nervios me estaba desfalleciendo y empezaba a ver todo nublado; trate de pronunciar su nombre pero fui interrumpido por sus labios que se apoyaban en los míos y al serrar los ojos caí por fin desmayado.

No se, pero desde que desperté de ese desmayo creo que la Caja de Pandora se vació porque no sentía ninguna tristeza en mi interior y todo... gracias a él, a su presencia, porque el saber que el ser que mas amaba estaba ahí, correspondiéndome, haciendo del pilar principal que sostenía mi alegría, haciéndome sentir que si él estaba nada era imposible porque yo a su lado era lo mas fuerte que existía; me libero de todo lo que callaba, ya que desde entonces nada importaba excepto él, mi amante... mi novio, ¡que lindo que sonaba eso, Mi Novio!

Empecé a vivir un cuento de hadas, si fuera por mí hubiera cantado la relación a los cuatro vientos, pero mi sabio niño de ojos azules y fríos como los mares de Siberia me hizo recapacitar, no sabíamos si los otros caballeros nos iban a aceptar siendo, ahora, homosexuales y sobre todo, si el Patriarca aceptaría nuestra relación, porque si no lo hacia existía la posibilidad de ser expulsados y los dos habíamos perdido tantas cosas valiosos para estar en donde estábamos, que perder las armaduras así de fácil seria un insulto a todo lo que ya no estaba.

Ante todos, la relación seguí igual, yo paresia un niño ansioso revoloteando alrededor de su padre para que jugara con él, pero en la intimidad, era el espectador del más divino regalo del cielo, el ver como "mi vida" me miraba sonriente y respondía a todas mis absurdas charlas con alegría. Todo era perfecto y no saben como desee y deseo que el tiempo se hubiera detenido ahí, en ese paraíso...

En esta vida hay que ser realista y admitir que la realidad nunca fue, es y será color de rosa; mas creo yo, que podría ser marrón por todos los colores que posee, y mi mundo con su bello tono amorronado por circunstancias ajenas a mi, en menos de 30m paso al negro azabache, solo en 30m nada mas, todo se derrumbo en menos de 30m.

Atenas se había liberado de la flecha dorara incrustada en su pecho y subía templo por templo al encuentro de Arles, acompañada por los sobrevivientes y reviviendo a los caballero de bronce.

Cuando llego a mi templo me uní a ella que estaba respaldada por Mü, Aldebaran, Arioria y Shakas, después, en la casa de Capricornio Shyriu fue revivido, dejando al valiente y noble Shura en su letargo infinito. Pero yo a todo esto poca atención le preste, mi mente, pensamientos, todo mi ser estaba sumergido en mi interior agonizando por tratar de sentir sus cosmos, que hacía unas horas desapareció. Al entrar en su santuario serré los ojos y me deje llevar por las sensaciones. Se presentía, cuanto mas nos introducíamos en ese frió ambiente, la presencia de dos cuerpos, pero ningún rastro de vida, asta que poco a poco, gracias a la divinidad de nuestra diosa, el cosmos del caballero de bronce invadió el santo recinto, ese lugar privado, solo de mi amor y mío. Y de mi ángel elegante, de su cosmos, nada; Atenas solo retomo la marcha ordenándome que ayudara a poner de pie al recién revivido.

Mis ojos aun serrados, se abrieron enfocando solamente a quien tenía que ayudar y después al suelo para marcharme con los demás. Pensé que si no lo veía, nada de eso estaba ocurrido, que el tiempo, como yo lo deseaba, se había detenido en mi Edén, que esto solo era una pesadilla de la cual pronto me despertaría de golpe, asustado por los intensos sentimientos que me carcomían desde adentro y que no se como mis labios y ojos pudieron contener, y así agitado, sentado en mi cama sentiría sus suaves manos acariciando mi espalda para calmarme.

Ya todo término, Sagas se suicido delante de todos. Atenas se quedo con los mal heridos caballeros de bronce mientras nosotros nos encargaríamos de nuestros compañeros caídos en la batalla, dándoles el santo sepulcro me merecían. Como eran cinco, igual que nosotros, cada uno agarraría a uno de ellos y lo llevaría hacia el cementerio, yo me encargaría del guardián y fuente de energía de mi alma, de él, el hombre que había borrado todas mis tristezas y las suplanto por verdadera alegría.

Llegue solo a su templo, respirando más fuerte a medida que me acercaba, los ojos otra ves cerrados, pero ahora muy fuertemente, creo que ni quería sentir la presencia de su cuerpo, por que eso, aunque no lo viera, me empezaba ha confirmar de que no despertaría, porque eso no era una pesadilla nada mas. Los abrí y al instante me derrumbe con un grito que no pudo formar ninguna palabra, fue tan intenso que provoco un vació en mi boca callándose así mismo. Lo abrase con todas mis fuerzas y un llanto que me ahogaba surgió de mi. Mis lágrimas se derrumbaban en su pecho congelado, aunque la fina capa de hielo que lo cubría se fue derritiendo por el calor de mi cosmos, dejándome tomar, de nuevo, contacto con su cuerpo... ahora inerte. Levante la cara y mire su rostro, se veía relajado con lo que paresia ser un intento de sonrisa el sus labios; una mano se apoyo en él para acariciarlo, pero tardo en hacerlo, la sensación fría bajo ella la demoro, era tan aterrador sentir eso, tan doloroso el sentir como me moría por dentro, como me quedaba sin alma y la impotencia de no poder detener ese proceso, de no poder evitarlo, estaba en pánico, apunto de volverme loco, ya ni sabia que existía la palabra coherencia y así invadido por la desesperación empecé a suplicarte que te levantaras:-- "Desperta, por favor desperta,..." le hice un pucherito y le sonreí lo mas tiernamente que podía, ¡Como si me oyera, como si me viera! :-- "Mírate, estas re frió, hay que darte un baño con agua caliente si no te resfriaras". Hablaba muy entrecortado por el llanto y las lagrimas que no cesaban en caer. --"Dale... Amor despástate, no quiero que te enferme, por favor, ¡DESPERTATE!". Me abrace más fuerte a él sacudiéndolo un poco. Después volví a colocarme muy cerca de su rostro, casi en su oído y con una sonrisita nerviosa dije:-- "Además, ya lo habíamos decidido decirles a todos sobre nosotros, podríamos decirles mañana, que te parece, será mas fácil que la Diosa lo entienda antes que el Patriarca, Si! Dale, juntos podemos lograr todo... ¡¡¡POR FAVOR DESPERTATE!!!". Le acariciaba el rostro y lo miraba suplicándole que me obedeciera, pero no lo hacia, seguía ahí sin moverse, como si yo no le hubiera dicho nada.

No se cuanto tiempo estuve así, para mi el mundo, el universo había desaparecido y solo me encontraba yo, en la nada, sosteniendo fuertemente a mi alegría, mi alma, que no me respondía. No me di cuenta cuándo en nuestro santo recinto apareció Mü observando mi desgarradora escena. …l se acerco a mi, me levanto el rostro y me hablo:--"Milo, ya es hora, hay que llevarlo". Y con eso me separo del cuerpo de mi amado, lo cargo en sus brazos y empezó a marcharse por donde vino. Me quede ahí, derrumbado, donde estaba viéndolos, llorando cada vez más fuerte. Cuando el santo de Aries desapareció entre las escaleras, me levante y corrí asta la estrada del templo donde los volví e ver, iba ha continuar pero el cosmos de Shakas me detuvo diciéndome que no lo haga.

Desde entonces una por una de las emociones que pensé que ya no existían en mi renacieron y la Caja de Pandora tuvo que volver a funcionar, pero estaba muy débil, y todavía trabajo muy duro para lograr la fortaleza que ella tenia, pero cada ves mas me doy cuenta que esa fuerza me la daba él, y me desespero al verme tan frágil como cuando era un niño pequeño solo en un lugar desconocido.

Ya ha pasado un año, dos meses y un día y sigo recordando todo a la perfección, todos los sentimientos que me hizo sentir, todas las exquisitas sensaciones del primer beso que le robe, toda la inmensa amargura que me hizo sentir el adiós. Pero se que el dolor que causa su ausencia nunca lo callare, por un lado, porque no puedo, es demasiado fuerte, y por otro, porque no lo deseo, ya que en él no he podido ver rastros de debilidad y si la hay bienvenida sea porque significa que si hay algo que me importa mas que mi propia vida o la de mi Diosa y es él, CAMUS.



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Nota de la Autora: Esta historia esta inspirada en una texto q' escribí sobre mi en el peor momento de mi vida, cuando hacia poco había perdido al ser q' mas amo, así que se la dedico completamente a Artax.
Nota 2: Espero que les allá gustado, ya que es el primer fanfic que publicare, había escrito otros yaoi y estaba escribiendo uno shonen-ai angts pero el disco rígido de maki (mi compu.) se le dio por quemarse y perdí todo T-T. Quisiera seguir escribiendo y por qué no darle una continuación a esta historia, asi q' si lo desean manden reviews o escriban a Ran-Chan@Hotmail.com

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