Un auto negro se paseaba por las agitadas calles de la ciudad de Tokio, un joven Azabache se encontraba al volante de este, Su cabello se movía al ritmo del viento, Iba elegantemente vestido de traje, Como para alguna clase de evento Y llevaba puestas unas gafas oscuras. Un semáforo en rojo detuvo su trayecto por unos momentos…
Al mismo tiempo, no muy lejos de la avenida principal, se encontraba un rubio de hermosos ojos ambarinos, Que iba en su moto, Directo al estudio donde trabajaba; Ambas calles se cruzaban, y En cuanto el semáforo cambio a verde, El auto negro junto al apuesto azabache pasaron frente al rubio, Que no pudo evitar apartar la mirada de aquellos cabellos negros.
-Qué Guapo…- murmuro para sí mismo el joven Edward
Una vez fue el turno del rubio, este presiono el acelerador y salió disparado hacia su destino, sin percatarse, de que un pelinegro lo observaba desde el retrovisor de su auto.
El Azabache esbozo una sonrisa, aquel rubio le habia parecido demaciado atractivo, ya se ocuparia despues de investigar quien era, para que asi, no se le pudiera escapar; Realmente aquello le habia parecido un encuentro del destino...
-Ya nos volveremos a ver...- murmuro para si, concentrandose en el camino que tenia por delante, claro esta, primero tendria que ocuparse de la montaña de papeleo que le esperaba en su oficina...
Quien sabe, Quizas el destino tenia preparado algo para ambos, quizas este no seria su primer encuentro, quizas sus caminos se cruzarian de nuevo...muy pronto...
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-Si, el es perfecto- hablo la voz de un hombre ya mayor de edad, alrededor de unos 63 años -Sus fracciones son las indicadas, es algo bajo, pero lucira perfecto para nuestros mas recientes modelos- añadio mientras miraba un expediente sobre su mesa con la foto de un joven rubio.
-Tiene usted toda la razon, señor- esta vez fue la voz de una mujer, rubia, alrededor de unos 25 años.
-Riza, llevale este expediente a mi hijo y pidele que contacte con esta agencia- el hombre le entrego a la joven el sobre con los documentos.
-Enseguida señor- y dicho esto la joven se marcho de alli.
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La joven toco la puerta de la oficina de su jefe dos veces -Soy yo- dijo con su habitual tono autoritario y femenino.
-Pasa- se escucho contestar del otro lado de la puerta.
La joven abrio la puerta y entró -Tu padre ya eligio a la imagen del comercial- comento mientras ponia un sobre de manila en el escritorio -Hay esta el expediente y los documentos correspondientes-
-Dejalos ahi, en un momento los reviso- el azabache tenia una pila de documentos en su escritorio -Es todo?- pregunto alzando un poco el rostro para ver a la joven.
-Si, señor- le contesto esta -Si no necesita nada mas me retiro-
-Bien, Puedes retirarte- el pelinegro abrio lentamente el sobre. para ese entonces la joven ya habia abandonado la habitacion; al sacar los documentos, mustang no pudo evirtar sorprenderse -Edward Elric- Pronuncio mientras miraba la fotografia -Asi que ese es su nombre- una sonrisa se poso en los labios del azabache, quien diria que el destino queria que se encontraran de nuevo....