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Expo por Fyrea

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Notas del fanfic:

Wii! Volví! Con otro shot Jongkey! *o* ajsjasjajsa... La verdad es que no quedé cien por ciento conforme, pero espero que les guste! (:

Notas del capitulo:

Bueeeno... no quiero decirles mucho, sólo lean... en las notas finales les contaré un par de cosillas que me inspiraron para el fic... jasjasjasa... se reirán de mí! pero... así es la vida! ajsjajsa (:

Espero les guste! n-n

Se había quedado dormido, así que apenas notó la hora que marcaba su celular, se vistió lo más rápido posible, tomó su maqueta y sin probar bocado salió a la universidad.

 

Entró en la facultad con los pulmones a punto de reventar. Cuando recobró el aliento vio a sus compañeros ya realizando los últimos retoques a sus maquetas, así que él se ubicó en el lugar que le había sido asignado los días previos y le dio los últimos vistos buenos a la suya. Estaba entusiasmado con la idea de que los profesores de los cursos avanzados vieran su trabajo en aquella muestra. Era uno de los mejores dentro de los de primer año, eso era algo que nadie se veía capaz de discutir, pero si se lo escuchara decir a un profesor su alegría (tanto como su ego) llegaría al cielo.

 

En medio del hall, cada uno a un costado de su maqueta, se encontraban Kibum y sus compañeros, esperando que chicos y chicas de grados superiores fueran a ver sus trabajos, para luego dar paso a los profesores que, sin evaluar, tomarían cuenta de sus esfuerzos.

 

 

 

La muestra había empezado hacía veinte minutos y Kibum se encontraba explicando a un grupo de chicos de tercer año en qué se había inspirado para crear su maqueta. Se sentía maravilloso que los de tercer año vieran con ojos de asombro su proyecto. De pronto, una voz que ya conocía hizo que le recorriera un escalofrío por la espalda. Cuando pudo ubicar desde dónde provenía esa voz se sintió un poco tenso.

 

 

 

Desde que había entrado en esa facultad había algo que lo hacía sonreír como estúpido cada vez que estaba en la cafetería. Cierto chico moreno, tanto más bajo que él y que poseía una sonrisa contagiosa. Kim Jonghyun. 20 años, segundo año de Arquitectura; uno de los mejores de su clase, aunque no le gustara sobresalir. Sí, había echado mano a sus conocidos para saber esto y aquello sobre el moreno que ahora se encontraba a unos discretos metros de él junto a unos amigos, escrutando a su compañera sobre su maqueta. Sentía que pronto se acercaría a él y le haría preguntas sobre su proyecto. Pero también sentía que Jonghyun podría preguntarle sobre cualquier cosa y él le respondería algún disparate.

 

 

 

Los chicos de tercero se despidieron y siguieron husmeando las maquetas de sus compañeros. Quiso desvanecerse cuando notó de soslayo cómo Jonghyun se acercaba a él y observaba detenidamente su maqueta. Comenzaron a sudarle las manos, tenía a Jonghyun a menos de un metro y ambos permanecían en un silencio que lo impacientaba, pero pronto notó cierta ventaja en aquella situación. Cayó en la cuenta de que no haría mal en observarlo, sólo un poco, de todas maneras, él no se daría cuenta ya que miraba atento la maqueta y tenerlo a esa distancia era una oportunidad única.

 

Recorrió el rostro del mayor con cautela, sin verlo directamente y que fuera obvio para todo el mundo que se hallaba en el hall que estaba devorándose con la mirada al moreno, que al parecer no tenía intenciones de irse de allí y como tampoco había hecho amago de hacer preguntas, Kibum se tomaba su tiempo disfrutando de poder delinear con su vista cada rasgo de Jonghyun. Su cabello, tan suave en apariencia, se preguntó cómo sería poder mezclar sus dedos con aquellas hebras castañas; sus ojos, aquellos que siempre veía desde lejos ahora le parecían los de un cachorro y creyó por un momento que esos ojos también se posaban en él, pero luego se dio cuenta de que seguían inmersos en su maqueta, en esos momentos deseó ser un pedazo de cartón o una astilla, hasta un pedazo de plástico sólo para que aquella mirada se posara en él con tanto ahínco; sus labios, y ¡Oh, por Dios, sus labios! Se veían tan dulces, tan sonrosados que quedó prendado de ellos, eternos segundos en que sintió su pulso acelerarse pasando pronto a una arritmia totalmente estremecedora.

 

Sobresaltándolo un poco, Jonghyun comenzó a alejarse de él para observar las demás maquetas del hall uniéndose a sus compañeros, dejando a Kibum desconcertado y aún acelerado. ¿Por qué no le había preguntado nada, cuando a sus compañeros los había cubierto a preguntas? ¿Qué observaba tanto en la maqueta? ¿Por qué se había ido sin siquiera mirarlo?

 

En esas cavilaciones estaba cuando otros alumnos de segundo se acercaron a ver su maqueta. Disipó amablemente las dudas, tratando de apartar su pensamiento de Jonghyun, cosa que se le dificultaba sabiéndolo a su espalda, y más cuando él se acercó a uno de sus compañeros, le musitó algo en voz baja y se fue. Kibum supuso que se había marchado. Se sintió defraudado y aliviado a la vez.

 

 

 

El resto de la mañana pasó algo más rápido y los profesores quedaron encantados con su trabajo. Lo halagaron y catalogaron su proyecto de innovador, cosa que no hacía más que estirar la sonrisa que llevaba engrapada al rostro. No tenía clases por la tarde, así que se sentía liberado por ese día. Silbaba de pura alegría cuando oyó que alguien lo llamaba.

 

- ¡Kibum!

 

No, no podía ser. Se lo estaba imaginando. Sí, eso era. Lógico, después de haberlo tenido toda la mañana deambulando por su mente.

 

- ¡Kim Kibum! - Lo llamaron nuevamente.

 

Se paró en seco y se volteó a ver, sólo por curiosidad y su sorpresa fue más que enorme al corroborar sus pensamientos.

 

- Woow, qué rápido caminas – dijo Jonghyun una vez a su lado, afirmando las palmas de sus manos en sus rodillas para ayudarse a recobrar el aliento.

 

Kibum lo miró perplejo. De seguro aún estaba dormido en su cama y por eso estaba soñando con que Jonghyun le hablaba. Esa era la única explicación coherente que encontraba a todo aquello.

 

- Lo siento – dijo riéndose de la expresión de Kibum. - Kim Jonghyun – dijo tendiéndole la mano a Kibum, regresándola luego a su costado al darse cuenta de que no podría tomarla por llevar la maqueta.

 

- Su-supongo que no... debo presentarme... – Logró decir Kibum.

 

- No, pues... ya me sé tu nombre – dijo el mayor entre risas, a lo que el menor pensó “Bueno, yo también me sabía el tuyo”, aunque se limitó sólo a devolver el gesto. - ¿Caminas para tu casa? – preguntó como si nada.

 

- Eeh... sí... – contestó Kibum cada vez más perplejo. Un gran signo de interrogación se cernía ahora sobre su cabeza.

 

- Te acompaño. – “Siquiera es una pregunta” pensó el menor. - ¿Te ayudo con eso? – preguntó Jjong señalando la maqueta.

 

- No te preocupes... estoy bien.

 

- Dámela, yo la llevo – dijo con una sonrisa que aturdió al rubio.

 

Le quitó la maqueta y esperó a que comenzara a caminar. Kibum no sabía qué rayos decir, siquiera sabía por qué le estaría hablando, no era como si se fuera a quejar o algo, pero estaba confundido y las mariposas que comenzaban a revolotear por su estómago no ayudaban a disminuir el nerviosismo.

 

- Tu maqueta está buenísima – rompió el silencio Jonghyun. – Concuerdo en cuanto a que es innovadora.

 

- Eeh... Gracias – dijo sonriendo. – Pero... ¿Cómo sabes lo que dijeron los profesores? – le escrutó.

 

 - Es que en esa facultad no se mueve un pelo sin que yo lo sepa – le dijo en tono de broma, guiñándole un ojo. Kibum sintió que podía derretirse ahí mismo por ese solo hecho.

 

- ¿Y es por... esa misma razón... que sabes mi nombre?

 

- No – contestó con una pequeña risilla. – Tu maqueta lo traía.

 

- Oh. – Fue todo lo que pudo decir. Qué tonto había sido.

 

- ¿Te gusta la carrera?

 

- ¿Ah? – preguntó algo confuso. – Oh, sí, claro. Por algo estoy en ella – contestó sonriente una vez que procesó la pregunta.

 

Después de unos minutos de plática Kibum le avisó a Jonghyun que vivía en una casa de esa calle, así que estaba bien si lo dejaba hasta ahí, para luego tomar de regreso su maqueta.

 

- Gracias por acompañarme.

 

- De nada. Cuando quieras – volvió a sonreírle.

 

- Bueno... supongo que... nos vemos – dijo a modo de despedida el rubio.

 

Jonghyun se acercó por su costado y sin más aviso que su cercanía, lo besó. Cálidamente el moreno posaba sus labios sobre los de Kibum y cuando los soltó sólo dijo “nos vemos”, para luego marcharse sin más. 

 

Cuando volvió en sí, se giró para hablarle, si es que algo coherente lograba salir de su boca, pero cuando volteó lo único que pudo ver fue su silueta alejándose a varias cuadras de distancia. ¿Y se había quejado de su rapidez para caminar?

 

Se quedó allí al menos dos minutos con todos sus segundos, pero apenas sus piernas le respondieron caminó la distancia hacia su casa. Abrió la puerta como pudo y luego la cerró dándole un leve golpe con el pie. Iba a subir las escaleras cuando la voz de su madre lo sacó de su sopor.

 

- Kibummie, ¿cómo te ha ido con la presentación? ¿Tienes hambre? – consultó su madre al no ver expresiones en el rubio.

 

- Bien, mamá – le contestó tratando de esbozar una sonrisa que sentía pero no podía terminar de expresar. – Dejaré la maqueta y bajaré a comer.

 

Subió rápidamente y apenas entró en su habitación dejó la maqueta encima de la mesa en la que siempre trabajaba para luego volverse a cerrar la puerta. Se lanzó sobre la cama y su sonrisa surgió como la de un ganador de la lotería. Se tocaba los labios como si eso pudiera volverlo en el tiempo quince minutos atrás y estuviera de nuevo frente a Jjong, esta vez disfrutando al cien por ciento del momento y habiendo aventado lejos la maldita maqueta que lo había impedido de un mejor contacto con el moreno.

 

Comenzó a reír nerviosamente, totalmente embobado en el recuerdo cuando de pronto una duda le incomodó el pensamiento. ¿Por qué? ¿Por qué se le había acercado? ¿Por qué lo había besado? Esas preguntas comenzaron a hacer mella en su mente cuando sintió unos nudillos golpeando la puerta.

 

- Bummie, tu almuerzo está servido. No dejes que se enfríe – lo apremió su madre del otro lado de la puerta.

 

- Enseguida bajo – replicó levantándose de la cama con aquella duda en el semblante.

 

 

 

El resto de la tarde estuvo pensando en aquella molesta pregunta que luego fue seguida de otra. ¿Cómo debería reaccionar la próxima vez que le viera? Se sentía confundido, y la alegría sentida luego del beso había sido sustituida en cierta parte, pero no del todo, por una sensación de desconcierto.

 

 

 

Más tarde, y luego de haber dado las buenas noches a sus padres, regresó a su habitación con las sensaciones entremezcladas. Previendo el insomnio que lo abatiría, tomó un par de somníferos, se puso la pijama y verificó su alarma para que no le ocurriera lo de aquella mañana. Apenas tocó la almohada con la rubia cabellera los somníferos surtieron efecto.

 

 

 

Al oír su alarma, la mañana siguiente, salió de su cama de manera rauda y se dispuso a elegir su atuendo del día mientras guerreaba por mantener alejados los recuerdos del día anterior, aunque sus dudas pelearan por abrirse paso.

 

Salió de su casa con los audífonos en las orejas a todo el volumen que le permitía su reproductor, ahogando sus pensamientos en el intento de seguir la letra de la canción que atronaba sus oídos.

 

 

 

Sus clases de la mañana pasaron en vilo. No prestó atención a ninguno de sus profesores y las dudas volvieron a su mente. Sentía que no podía mirar a Jonghyun ese día. No se sentía capaz. ¿Qué pasaba si sólo lo había besado para burlarse de él? ¿Significaría eso que se había dado cuenta de cómo lo miraba? “¡Aaah! ¡Kibum qué idiota!” se refunfuñó para sí mismo.

 

 

 

Para el almuerzo se sentó con algunos de sus compañeros en una mesa de la cafetería, tal como todos los días en que tenían clases por la tarde. Apenas se ubicaron, miró impacientemente en todas direcciones, temiendo que en cualquier minuto apareciera esa persona que antes esperaba con ansias poder divisar.

 

Cuando se acercó el término del break y ya pensaba que Jonghyun no aparecería, fue justo cuando apareció. Kibum quería que se lo tragara la tierra y no atinó a otra cosa que escapar al baño mientras el moreno parecía encaminarse en su dirección. Casi llegando a su destino dio cuenta de la mala idea que había tenido. “¿El baño? ¿En serio, Kibum? ¿Buscas escapar o que te atrape?”.

 

Jonghyun caminaba a su espalda, metros más atrás, así que aceleró el paso y siguió hasta dar con el fondo del pasillo donde estaban las escaleras. Salió del edificio y no se vio capaz de volver a sus clases de la tarde.

 

 

 

- ¡Qué tonto eres, Kim Kibum! – Se regañó a sí mismo, tendido en su cama con sus manos cubriendo su rostro. - ¡Tonto, babo, baka, dumb! – se recriminó en todos los idiomas que pudo, hasta que se quedó dormido.

 

 

 

Aún habiéndose recriminado todo el resto de esa tarde, no pudo evitar actuar del mismo modo los dos días que le siguieron a ese. Apenas Jonghyun aparecía por la cafetería a él le entraban unas ganas enormes de correr, aunque ahora lo hiciera porque se avergonzaba de su actitud, y vaya que sabía que lo que hacía sólo lo empeoraba, pero ya no podía darle la cara a Jonghyun, moriría de la vergüenza si lo hacia.

 

 

 

Pero para el día viernes un cambio se alojó en su mente desde el mismo momento en que abrió los ojos, un repentino y vertiginoso cambio, pero tenía que aprovechar la valentía que ahora sentía. Debía acabar con ese juego del perro y el gato que él había comenzado. Así que cuando vio a Jonghyun hacer su entrada en la cafetería a la hora de almuerzo tragó saliva e hizo su mejor esfuerzo para, al menos, permanecer en la silla y no volver a correr. Tenía que dispar sus dudas y pedirle disculpas por la actitud idiota que había adoptado los últimos días... pero Jonghyun pasó por su lado sin siquiera mirarlo.

 

¡Estúpido, estúpido, estúpido! Era obvio que se aburriría de tu actitud” pensó el rubio con pesadumbre. “Apuesto que nunca más querrá volver a hablarme.

 

- ¡Kiibuum!

 

- ¿Qué pasó, qué pasó? – dijo removiéndose en la silla, sobresaltado.

 

- Pasa que llevo tres minutos llamándote y sigues con cara de idiota sin inmutarte – le dijo Nicole que estaba afirmándose en la mesa hacia él. – El profesor de Estructuras me pidió que si te veía te dijera que fueras a su oficina.

 

- ¿Yo? ¿Para qué?

 

- Para invitarte a un trago – le contestó sarcástica, para luego estallar en risas. - ¡Cómo voy a saberlo! Sólo me pidió que te avisara... por su cara, te recomendaría que fueras enseguida.

 

- Ok, ok – dijo levantándose y al pasar por el lado de la chica le revolvió los cabellos.

 

 

 

Debía ir hasta el cuarto piso, pero cuando puso los pies en el tercero tuvo que pararse a descansar. Por millonésima vez se preguntaba cuándo rayos pondrían un bendito ascensor en ese lugar. Tomó una larga bocanada de aire y se dispuso a seguir, pero una mano fuerte lo asió hacia el pasillo que daba a los baños de ese piso.

 

- Jonghyun – susurró Kibum cuando éste lo soltó, mirándolo sin decir nada. – Yo... yo...

 

- ¿Por qué huyes de mí? – Kibum no sabía decir si su voz sonaba enojada o... dolida.

 

- Yo... Jonghyun... no es que...

 

- Mira, yo sé que fui precipitado... – dijo al momento en que miraba algo que se encontraba más allá de Kibum. – Pero es que... me gustas, Kibum – el rubio sintió que su corazón se detenía. – Cuando te vi entre todos quienes entraron este año a la carrera, tú llamaste mi atención por completo. – Ahora miraba fijamente a los felinos ojos de Kibum. – Me gustas. – Repitió.

 

- Tú... tú... – Kibum no sabía qué decir. Hasta allí había llegado su resolución de la mañana.

 

- Yo... ? – Lo instó el moreno.

 

- Tú también me gustas – respondió en un susurro.

 

No hizo falta nada más. Jonghyun lo tomó por la cintura y volvió a tomar sus labios tal como cuatro días atrás, suavemente. Sólo quitó sus manos de aquel lugar para pasarlas a las mejillas del rubio y poder besar con mayor intensidad esos labios que había deseado desde que los tocó por primera vez.

 

- Yo... – musitó Kibum entre el beso.

 

- Kibum, tú qué... – dijo Jonghyun entre risas, consternado por cómo Kibum lo tenía en ascuas todo el tiempo.

 

- Yo tenía que ir a hablar con el profesor de...

 

- No te preocupes por eso – le comunicó Jonghyun entre risas más sonoras.

 

- Siquiera sabes a qué profesor tengo que ver. ¿Cómo me dices que no me preocupe?

 

- Porque no tienes que ver a ningún profesor. Yo le pedí a tu amiga que te dijera eso para que subieras hasta aquí y poder hablarte – sinceró Jjong.

 

- Pero... pero... – Qué frustrado se sentía por ser tan idiota.

 

- Pero nada – le dejó un beso ligero en los labios sonrosados. – Me di cuenta que no podía ir de frente contigo... tenía que hacer algo. – Se encogió de hombros y volvió a tomar sus mejillas para volver a besarlo. -No me dejaste opción. - Rió mientras Kibum sonreía para luego seguir el ritmo de esos labios que se prometió no volver a ignorar.

 

 

 

Como todos los días ese piso se encontraba casi desierto, por no decir, completamente desierto, lo que lejos de molestarlos, los hacia sentir a sus anchas. Jonghyun no podía sentirse más dichoso y Kibum ya no podía sentirse de ninguna manera, sentía como una anestesia los besos de Jonghyun. Ambos olvidaron las clases a las que debían asistir más tarde.

 

Lo que pasó el resto del día, y de ahí en adelante... bueno, eso es otra historia.

Notas finales:

Como les prometí les contaré un par de cosillas.

Primero el hecho de la expo no es cien por ciento ficticio. La expo si se realizó, pero en mi carrera (Pedagogía en inglés), pero digamos que no me pareció muy entretenido decir que la expo era de unos posters en inglés ._. Y... Bueno, el chico de segundo (sí, yo estoy en primero) que me parece más atractivo en toda la carrera... hizo lo mismo que hace Jjong... se acercó... se quedó mirando mi poster y yo me aproveché del momento para observarlo entero! :$ soy una avorazada... a poco, no? xD ajsjasjajsa... pero no me preguntó nada! :c y a mis compañeros sí! :c y he de decir que yo no tuve la suerte de Key! >,< pero buee...

Y! el pasillo vacio no es sólo para la privacidad del Jongkey... en la facultad en la que estudio eso es exactamente lo que ocurre en el tercer piso... casi nunca hay alguien merodeando por allí .-. cosas que pasan! jasjasjajsa...

bueno y eso! n-n

Aaah! Se me olvidaba... eso de que lo que pasó después es otra historia no es tan mentiritas tampoco... si me dejan mucho amor en los reviews me lanzó a escribirles una continuación... hasta con lemon si es que gustan! jasjajsa (:

eso! Saludotes! n-n


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