No, definitivamente no era envidia, él no sentía envidia de nada o nadie, solo tenía curiosidad, por esos libros de magia y ocultismo que Kevin poseía, y pues en medio de toda la curiosidad, era normal que le diera el impulso por aprender algo de lo que aquí había escrito.
--bueno y si no es envidia de Kevin, ¿Por qué te ocultas para leerlos? Y ¿por qué no le has dicho que te ayude o algo así? Seguro el tiene algo más de experiencia en esto que tu—Hablo Camila, la hermana mayor de Dexter.
--por que yo… no necesito ayuda de nadie para aprender—Dexter, era un chico terco y soberbio, tanto que ni el mismo se daba cuenta.
--ajam… ahora cuéntame una de vaqueros—se recostó en la cama mientras veía como su hermanito, quebraba su terca cabeza leyendo esos libros en diferentes idiomas... muchos de ellos no conocidos por la humanidad.
--Camila, ya te dije… no le tengo envidia a mi novio… solo, solo es curiosidad—escondió su rostro en el grueso libro de pasta amarillenta—y ya sabes por si alguna vez le da a ese loco por dejarme… tener algo para retenerlo—susurró.
--hahahaha… con que de eso trata todo esta locura de aprender a ser mago… quieres que tu amorcito te encuentre interesante…hahahah—Camila, rodaba en la cama mientras se reía a carcajadas. —aunque, ¿sabes? También es un poco, odioso de tu parte… ¿o sea si él te deja lo obligaras a estar con tigo?—lo miro seria, demostrando los lazos de sangre que compartía con Dexter, la chica era un poco bipolar.
--y ¿Qué con eso? No dejare que me deje nunca—Dexter no se atrevía a levantar su cara de los libros.
--ok, hermanito vamos por partes… primero dudo enormemente que el caramelito que tienes como novio, te vaya a dejar, o sea a leguas se nota que babea por ti—lo miro enojada—o sea no se qué te vio, eres arrogante, terco odioso e inaguantable—
--Gracias, por eso te quiero tanto hermanita—el chico sabia utilizar bastante bien el sarcasmo.
--¡pero si es la verdad!... o sea mírate—Dexter la miro con odio—yo estoy mucho mas buena que tu—sonrió coqueta.
--Camila, creo que deberías ir al sótano y encerrarte por el resto de tu vida… india miserable—si, Dexter no tenía pereques a la hora de decir las cosas.
--Hahahahah a veces eres tan adorable—de nuevo su hermano la miro con odio—bueno ¿en qué iba? Ah sí, que tu idiota no te dejara… y que esa actitud, que estas tomando para con él, es odiosa no creo que él, se merezca que te comportes así—definitivamente Camila era bipolar, su semblante durante la conversación, cambio de uno burlesco ha uno serio, en menos de diez segundos.
--Ok… usare tu misma estúpida forma de organizar las ideas, ya sabes para que entiendas—esta vez fue el turno de Camila para mirarlo con odio—primero no lo llames idiota… soy el único que tiene derecho a llamarlo así; segundo, ¿qué si soy odioso?… no lo perderé no importa lo que digas… y tercero, te agradecería que TE LARGES DE MI HABITACIÓN… no se ¿qué haces aquí en primer lugar?—levando el rostro para mirarla fijamente.
--Oki doki… me voy, me voy, ya que mi hermanito no me quiere aquí—hizo amague de querer llorar—a demás yo solo venía a decirte que el lindo de Kevin esta abajo con mamá, ya sabes ella de nuevo preguntándole que si por ser un druida, puede quedar embarazado y tener hijos—sonrió satisfecha, seguido dejo la habitación rápidamente, todo con tal de no escuchar el berrido de su estúpido hermano.
--¡Kevin estaba abajo y tu no me lo habías dicho!.... serás inepta—berreo a los cuatro vientos.
--¡Dexter! No le grites a tu hermana, eso no es educado—una vocecita bien conocida para el cascarrabias, habló.
--¡Amor!... no la defiendas, es una inepta... si no hubiera sido por ella hubiera bajado de inmediato… evitándote el vergonzoso momento que mi madre seguro te hizo pasar—
--bueno, no fue vergonzoso—Dexter lo miro suspicaz—ok, si fue muy vergonzoso; pero entiendo a tu madre… ella aun guarda la esperanza de que su hijo le traiga nietos—
--no es, razón para que te haga ese tipo de preguntas…--Dexter podía ser dulce cuando quería, y ahora mismo lo era… Tenía abrazado a Kevin por la cintura, mientras recarga su frente contra la del druida y repartía pequeños besos por todo su rostro.
--Adoro, cuando eres meloso—sonrió bobamente el pelirrojo.
--y yo odio, cuando arruinas el momento—lo soltó, regresándose a la silla donde antes estaba sentado.
Kevin suspiro cansado, ¿cómo podía Dexter ser tan cabezota?—nene, y ¿qué haces?—se acerco, apoyando sus codos sobre el borde del espaldar de la silla.
--nada… no hago nada—con avidez intento, ocultar los libros
--oye, oye, oye… ¿estabas leyendo esos libros?—Kevin le arrebato uno de los tomos que Dexter intentaba ocultar—debiste decirme, muchos de estos libros están escritos en elfico, y dudo que tu sepas ese idioma—
--que más da, eso a ti no te importa—le rapo, el libro de las manos.
--oye…. No seas grosero que solo te estaba intentando ayudar—
--y por qué no vas y ayudas en otro lado, donde si te necesiten—no deseaba hablarle así, pero le enojaba de sobre manera que las personas se metieran en sus asuntos.
--ook… a veces no sé cómo te soporto—el joven druida empezaba a molestarse.
--pues, no lo hagas y lárgate de aquí—golpe bajo, Kevin podía soportarle varias de sus irreverencias; pero esto sí que le lastimo.
--Dexter, te amo y por eso a veces soporto tus estupideces… pero hoy, hoy te estás pasando—lo miro esperando, una disculpa. Pero al no obtenerla continuo—mira, no soy idiota… aunque sé que tú crees que si—el castaño desvió la mirada—Sé que leías eso porque quieres aprender, algo de magia… y sabes no me molesta, pero si me interesa saber ¿Por qué no me lo consultaste?—Kevin cambio su expresión de enojo por una de tristeza--¿no confías en mi?—
--ok… primero, no te creó un idiota; a veces lo digo pero eso no significa que sea verdad—Kevin, sonrió; no solo por la disculpa disimulada que su novio le daba; si no que además le dio risa la palabra “a veces”, y es que Dexter la usaba casi todo el tiempo.
--bien y ¿entonces?—Kevin no se rendiría hasta escuchar la disculpa de su cabezota novio.
--¿entonces qué? Lárgate… lo que haga o deje de hacer no te incumbe—el druida poseía una paciencia increíble, pero ahora mismo la había perdido toda.
Iracundo y muy frustrado levanto la mano y le planto una fuerte bofetada en el rostro a Dexter, el chico de ojos oscuros lo miro sorprendido, nunca se imagino que su Kevin fuera a hacer tal acto; y así que indignado cerro su puño y lo estrello contra el abdomen del pelirrojo, rápidamente Kevin rodo su cuerpo y de una patada a ras de tierra tumbo al suelo a Dexter.
Inclinado hacia adelante por el dolor en su abdomen, Kevin miraba con tristeza y decepción. Mientras que al frente tumbado en el suelo, Dexter solo fruncía el seño con rabia. Ambos se estaban dejando llevar por la ira; la tensión era palpable, fijos y pendientes en cada movimiento que hiciera el contrario.
De pronto un ruido de algún plato rompiéndose en la cocina, un piso abajo, hizo que Kevin desviara la mirada hacia la puerta, acto que fue aprovechado por Dexter para lanzarse encima del chico, para someterlo. Kevin intentaba zafarse y forcejeaba, pero al ser un poco más bajo que Dexter y por la posición en la que estaba, le era casi imposible.
--Dexter, suéltame… esto es estúpido… se supone que somos pareja no podemos agarrarnos como viles delincuentes callejeros—razono Kevin aun forcejeando en el piso de madera.
Dexter, ignorando la queja del pelirrojo solo aumento la fuerza con la que lo sostenía.
--no me dejas, mas salidas—suspiro cansado, pronto los ojos de Kevin brillaron de un intesto color esmeralda, de inmediato el árbol de manzana que habitaba apacible el jardín de la caza de Dexter y adornaba de manera natural la ventana de la habitación del chico; estiro sus ramas, rompiendo los vidrios de la ventana hasta llegar a la espalda de Dexter, las ramas se enredaron en los pies, manos y cadera del de ojos oscuros y lo alejaron del joven druida.
--suéltame—hablo por fin.
--De verdad que siento mucho hacerte esto; pero si no lo hago, solo seguirías encima de mí sin escuchar palabra alguna—camino de izquierda a derecha por la habitación, siendo seguido por la atenta mirada de Dexter—Amor, mira aun no entiendo porque te comportas de ese modo tan odioso pero yo…--
--¡cállate y suéltame! Esto es abuso de tus poderes… es injusto, si yo también los tuviera las cosas no te sería tan fácil—grito retorciéndose entre las ramas—ya estarías en el suelo, rogándome piedad—berreo furioso.
--O sea que tú… ¿en verdad querías lastimarme?—Kevin era fuerte, en verdad que Kevin era fuerte… pero no lo suficientemente fuerte, como para soportar esto; agotado emocionalmente por fin rompió en llanto.
--Yo...yo… no—ver el llanto de su hasta ahora novio, le bajo la ira a cero, permitiéndole razonar sobre todas idioteces que había dicho hasta el momento.
--tu, tu ¿Qué?... no quisiste decir esas cosas… ¿eh? Pues señor imbécil ya las dijiste—se seco las lagrimas con la manga del saco que, dolorosamente Dexter le había regalado meses atrás— ¿sabes? Dexter, estoy demasiado agotado emocionalmente… me largo—los ojos de Kevin volvieron a brillar en verde esmeralda, transformándolo en un pequeño gato color naranja, lanzo un maullido que se podría interpretar de dolor y finalmente salió por la ventana destrozada por el árbol.
--¡Kevin!...no te vayas, espera yo no quise decir todo eso… solo estaba enojado…--gritaba desesperadamente—Kevin, ¡por lo menos deberías desatarme!—efectivamente el druida lo había dejado aun empotrado entre las ramas del manzano.
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--hahaha ahora sí que metiste las cuatro patas hermanito—se burlo Camila en el marco de la puerta; obviamente escucho toda la conversación que tuvieron los dos chicos.
--y que lo digas—
--wow… ¿ahora estas dócil?… creo que así es como debiste compórtate, frente a Kevin—hablo mientras acercaba un serrucho, y cortaba las ramas que mantenían prisionero a su hermano.
--lo sé…--
--bueno, ¿a mi si me dirás por que actuaste de manera tan misteriosa y explosiva?, no es que yo crea en tu buena voluntad—rio siniestramente—se que eres un desgraciado, altanero y Dios me libre, también un miserable… pero Kevin vio algo en ti, no sé qué, pero lo vio; y como tu hermana tengo que también descubrirlo—sonrió de nuevo, solo que esta vez con una mirada dulce.
--¿quieres la verdad?... pues aquí te va la verdad—calló, un segundo; Camila lo miró expectante—a Kevin lo han venido molestando últimamente, ya sabes los idiotas lo ven flaquito y bajito y creen que por eso tiene el derecho de humillarlo—
--no es como si tú fueras un físico culturista—se burlo Camila.
--No, pero ya me he hecho alguna que otra fama… entre esos bastardos—sonrió autosuficiente—la cosa es que Kevin se puede defender solo, ¡pero el muy imbécil no lo hace!... hace dos semanas tenía un hematoma en el ojo y una cortadura de navaja en el brazo—frunció la mandíbula con fuerza—Dice algo como: “no puedo usar mis habilidades, eso es abuso de poder”—suspiro, intentando bajar el lívido que amenazaba con disparar esa ira tan característica de él--¿Cómo querías que reaccionara, cuando si los usó conmigo? –Dexter golpeó lo primero que vio, lamentablemente fue la pared y el golpe le dolió más a él.
--si que eres idiota… y si todo eso es así como dices, ¿Por qué carajos no le explicaste eso a él? En lugar de estar tratándolo como un saco de papas—
--Pues porque quería aprender magia, para defenderlo… yo no me corto con esas tonterías de “abuso de poder”… pero quería hacerlo en secreto, sin que él se enterara, o sea no podía pedirle ayuda porque si él sabia de mis intenciones, no me ayudaría y tampoco me gusta mentirle—
--hahah no te gusta mentirle, ¿pero si insultarlo?— ¡vaya!, que su hermana podía ser cruel.
--eres miserable, yo sintiéndome como un vil gusano y tú le echas sal a la herida—
--bien merecido te lo tienes...—sonrió victoriosa—y ahora ignorando lo fabuloso que es para mí, verte humillado… la pregunta es ¿cuándo vas a ir a pedirle disculpas al gatito que hiciste llorar?—
--cuando deje de hacerlo, ¿sabes? Él es en extremo caprichoso, así que mientras este llorando no atenderá razones—aunque si por él fuera, iría ahora mismo a pedirle perdón, aun si eso significaba humillarse, pero conocía bien al druida; así que debía esperar.
--ahora si te humillas… debiste pensar eso antes de hablarle tan rudo…--si, en efecto; a Camila le gustaba echarle sal a la herida.
--¡que te calles zorra!—grito, sacando a patadas a su hermana… de nuevo.
Entre tanto Kevin desahogaba sus penas de amor sentando en un árbol del parque de la ciudad, hablando con una ardilla, para muchos puede sonar algo estúpido las ardillas no hablan pero Kevin sabía, que no era así, y que además de escucharlo atentamente, las ardillas eran las mejores dando consejos románticos; no como esas palomas cabeza de chorlito, que de lo único que sabían era de hacer bromas; es más, Kevin recomendaba expresamente, que cualquier persona con algún conflicto amoroso, escuchara atentamente a su ardilla más cercana.
--y entonces, el muy idiota, me dijo que abusaba de mi poder eh insinuó que quería lastimarme—lloriqueo. Como respuesta la ardilla chillo tres veces.
--si yo sé que él, es algo testarudo y muy enojón—la ardilla chillo dos veces más.
--No, no… yo lo amo llevamos juntos casi dos años—la ardilla chillo cuatro veces.
--pero, es que no le puedo perdonar cada insensatez o idiotez que se le ocurre—la ardilla largo un chillido.
--si… yo sé pero no me dan ganas de hacerlo… no ahora—un chillido cortó y dos largos, salieron del pequeño hocico.
--¡exacto!—exhaló pesadamente—tu si me entiendes, si fueras metro setenta más alto, con menos pelo y sin esos dientes raros… y no una ardilla creo que me enamoraría de ti—la ardilla también largo un suspiro.
--¡Kevin!—grito una voz conocida para el joven druida.
--¡Señora Jennifer! ¿Qué hace aquí?—pregunto a la madre de Dexter.
--pues venia a buscarte… ¿Qué hacías ahí arriba hablando solo?—pregunto la mujer algo desconcertada.
--no hablaba solo, estaba con este amiguito—señalo la ardilla sentada en su hombro. La mujer no cambio su mueca de desconcierto.
--bueno que más da… querido, yo escuche la discusión que tuviste con mi hijo—
--oh… siento que haya tenido que presenciar tal espectáculo—
--no te preocupes por mi… he aguantado el carácter tan peculiar de mi Dexter por años; estoy preocupada por ti y por mi nene—sonrió melancólicamente—solo quería, hablar y pedirte que por favor no odies a mi hijo, sabes que ha sufrido mucho rechazo desde pequeño, por su personalidad huraña, y más aun cuando declaro abiertamente sus gustos sexuales, si además le sumamos el hecho de que su padre nos abandono cuando se entero de la homosexualidad de Dexter… --la mujer se soltó a llorar.—por… por favor no lo dejes, eres todo lo que le queda…--
--ay no…por favor no llore señora Jennifer… yo hablare con él… se lo prometo, pero no le prometo arreglar nada a menos que el me pida una disculpa--¿en qué momento se había metido en este lio? Ah sí ya lo recordaba, aquel trágico día en que se le ocurrió bajar de su cómodo árbol de sauce.
La mujer sonrió victoriosa; haciéndole saber a Kevin que toda la familia de Dexter poseía una mente retorcida.
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--eres un idiota—
--lo sé—
--¿lo volverás a hacer?—
--no pretendo repetirlo—
--¿me dejaras ayudarte, con esos libros?—
--si—
Después de hablar con la señora Jennifer, Kevin regreso a la casa de esta para escuchar la famosa disculpa de su novio; Dexter totalmente arrepentido, explico con lujo de detalles el porqué de su enojo, cuáles eran sus intenciones con los dichosos libros, también prometió no volver a ser tan arisco; por lo menos con él.
--no me agrada que seas tan sumiso—Kevin lo miro con los brazos cruzados, ciertamente extrañaba el carácter fuerte de su Dexter.
--A mi tampoco, pero por ti lo que sea… de verdad lamento haberte gritado, es solo que no estoy acostumbrado a ver a más gente inmiscuida en mis asuntos aparte de mi, la ultima vez me humillaron frente a todo el salón de clases—la cabeza de Dexter aun permanecía gacha.
--¿pero?—
--pero yo confió en ti y sé… sé que no lo haces con malas intenciones—Kevin sonrió ampliamente.
--a si me gusta nene—le levanto el rostro, para darle un delicado beso—ahora tenemos que plantearnos buscarnos una casa para vivir los dos solos… tenemos ya 21 años encima, no es edad como para que una mamá interceda ante el novio por su adorable hijo—Kevin rio pícaro.
--Ya lo había pensado, deja que me gradué y arreglamos eso—
--Bien ahora… ¿en qué parte de los libros de magia ibas?—
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--Oh chicos…miren quien va ahí—exclamo un chico vestido con ropa holgada a sus cuatro acompañantes
--pero si son mariquita y maricota—se burlo un segundo chico de camiseta a colores y bermudas.
--Dexter solo ignóralos—Kevin solo quería seguir su camino, ignorando las estruendosas risas y comentarios varios que salían de esos cuatro muchachos.
--No amor, tienes que hacerte respetar—hablo Dexter, dando la vuelta para encarar a los cuatro maleantes. Kevin supo en ese momento lo que iba a pasar.
--¡DEXTER! Ni se te ocurra…--demasiado tarde, de las manos del joven castaño potentes bolas de fuego fueron lanzadas hacia los cuatro muchachos, que salieron corriendo despavoridos ante la intensa carcajada del joven mago.
Para Kevin tener de amante a un mago no sería fácil, pero ya con tiempo iría aclarando un par de cosas, entre ellas que:
LANZARLE BOLAS DE FUEGO A LA GENTE ESTA MAL