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¿Dónde está Sakuragi? por MayoM

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Notas del capitulo:

Una chimenea como testigo de aquellos dos hombres, regalos que no se esperaban y palabras que nacieron en el momento para monumentarse en ellos. 

 

Fan Fic Basada en el Anime/Manga Slam Dunk derechos de autor al mangaca Inoue Takehiko.

 

¿Dónde está Sakuragi?

 

Capítulo 2 “¡Yo los quiero!”

 

 

Hanamichi se acercó a la chimenea, poniendo otro leño en el interior de manera que el frío extremo que se comenzaba a sentir fuese apaciguando, en eso la mirada de Rukawa se posó sobre el 10 de Shohoku, esto hizo que Sakuragi sintiera un pequeño malestar.

 

- ¡AH! ¿Por qué no te largas? Nada te cuesta caminar y preguntar… pues como dicen, ¡Preguntando se llega a Atenas! ¿O era París? No… Bueno… c-como

 

- A Roma.

 

- ¿Qué?

 

- Que preguntando se llega a Roma. No a Atenas, idiota… - Kaede se acomodó mejor en el sofá, y como era de esperarse, el sueño lo comenzó a atacar, haciendo que su cuerpo se vaya relajando a tal punto que ni caso hacía de las miradas enojadas que tiraba el pelirrojo, no encontraba aun su jodidas llaves. Revolvió sillones, cajones, debajo de la alfombra, tirando maldiciones molestas por no poder encontrar aquel manojo, si no las tenía no salía, así de simple.

 

- ¿Qué buscas? – Pronunció suavemente Kaede, abriendo medianamente de sus ojos y posando apenas la vista sobre el cabello del Rey del rebote. Tapó un bostezo con su mano derecha.

 

- No te importa.

 

- Torpe.

 

 

Hanamichi siguió buscando, pero no encontró nada, llevaba ya diez minutos en ello, nuevamente Rukawa volvió a hablar.

 

- El próximo año serás capitán. – Soltó la bomba de golpe, eso hizo que Sakuragi, quien en ese momento atacaba un cajón, detuviera sus maniobras, girándose y acercándose al zorro dormilón con una pequeña sonrisa. Rukawa se dio cuenta de que había captado la atención del pelirrojo, y a su vez, Hanamichi notó que Rukawa lo miraba a los ojos.

 

- Oh bueno, eso es natural… ¡SOY EL GENIO HANAMICHI SAKURAGI! AHAHAHAH- Dijo lleno de confianza, apartando las cosas del cajón sin encontrar las llaves. - ¿Por qué? – Preguntó al final, cansado de buscar, se acercó a un sofá, frente a Rukawa, en respuesta el Super Loki simplemente se hundió de hombros, pero la verdad era que dejando el mando Miyagi, a sabiendas que mucho le pedirían a él ser el nuevo capitán, pues no se veía dirigiendo a unos jóvenes, prefería que fuese el animal que tenía en frente, el nuevo cabecilla.

 

- ¿Encontraste las llaves? – No deseaba poner su verdad a oídos de Sakuragi, de alguna manera lo conocía y no, no comentaría nada al respecto.

 

- … Tsk, me cansé, no pienso buscar más. Pasaré la navidad solo y punto. – Soltó, mirando hacia una ventana y luego se acercó a la chimenea, allí removió los leños, agrandando la llama. – Tú deberías volver a casa.

 

- ¿Te preocupo?

 

- NO, solamente que no quiero que te quedes, largo.

 

- No quiero.

 

- ¿QUÉ? Estás loco si piensas que pasaré la navidad contigo, no seas idiota, largo.

 

- No quiero.

 

- AAAAAAAAAAAAH! Eres insoportable, ¿no tienes otro diálogo? No quiero, no quiero, torpe, idiota, no quiero, no… ¡Siempre dices lo mismo! – Aquello dejó en silencio al 11 de Shohoku, no quería discutir, menos en esa fecha. Ni siquiera eso respetaba el pelirrojo. Un suspiro de resignación salió de sus labios, apoyando de su cabeza en aquel sofá, no quería irse de allí sin saber en dónde diablos vivía Mito, pero al parecer Hanamichi no le ayudaría con eso.

 

- Sólo dime donde vive Yohei. Insistió el moreno. El crujir de la madera se escuchaba de fondo, Sakuragi podía hacerlo, pero no quería, ¡Era hacerle un favor al zorro! ¡ESO JAMÁS!

 

- Puf, entonces te quedarás, te aburrirás… no te pienso decir.

 

- Ven, acércate…

 

- ¿Qué?

 

- Que vengas te digo… -

 

- No.

 

- Idiota… - Se puso de pie y se acercó al pelirrojo, con un gesto molesto. Lo miró a los ojos con profundidad… y lo golpeó directamente en el estómago, un golpe fuerte, certero… eso faltaba quizás allí, se veía aburrida la reunión.

 

- ¡P-pero…! … ¡RUUUUUUKAWA! – Se lanzó sobre Kaede, tomándole de la ropa y empujándolo hacia el sofá donde ambos cayeron, dando vueltas aquel sillón, Hanamichi lo tenía de la camisa, moviendo al Super Loki sin perdón alguno, haciendo que la cabeza del muchacho se golpeara con fuerzas sobre el suelo, tanto que llegó a crearse una fisura y la sangre brotó por culpa de aquella acción. – Tú te lo buscaste, te golpearé y sacaré mi frustración…

 

-Hazlo…

 

-… ¿Qué? ¿Qué te fumaste? Tú no eres así. – Lo miró con cautela, como estudiando sus gestos, y también lo miraba expectante, creyendo que haría en cualquier instante un movimiento.

 

- No quiero pelear Sakuragi… pero si tú quieres golpearme, hazlo.

 

- Ah…No lo haré, así no. – Se salió de encima, poniéndose de pie y luego de que Rukawa también se irguiera, acomodó de nuevo aquel sofá. Desde allí se podía ver hacia la habitación del pelirrojo, y a su vez, una repisa en donde estaban los tenis de Hanamichi. Unos blancos, negros, y un par más de color negro y blanco. - ¿Sabes? Lo hago por misericordia, si te golpeo seguro acabarías muerto.

 

- Puede ser, ¿esos son los tenis de primer año? – Señaló hacia la habitación del muchacho, era como si no hubiera pasado nada y el tono de su voz se seguía escuchando igual de monótona como siempre. El pelirrojo se acercó a mirar, y allí se notaban sus zapatillas, asintiendo con una sonrisa de idiota en aquel momento.

 

- Ajá, esos son mis tenis, eran de un tal Yodo. – Dijo con confianza y orgullo, como si el tal Yodo fuese alguien MUY conocido.

 

- ¿Yodo? ¿Tu vecino?

 

 

- ¡NO! Yodo, el de la NBA, un americano, decían que era bueno, no he buscado aun quien podría ser. – Soltó al final con un poco de desconfianza, sin embargo, el solo nombramiento de la NBA hizo que Rukawa entrecerrara un poco sus ojos, ese era un sueño cercano, irse a América, triunfar en los Estados Unidos, ser reconocido como el mejor jugador de Japón en el exterior. ¡El Super Loki, Kaede Rukawa! 

 

Hanamichi fue hacia su habitación, tomando los tenis y mostrándole de ellos a su…invitado.

 

- Esa vez recuerdo que Haruko me acompañó, fue un momento hermoso… Haruko~ - Murmuraba idioteces, para ese momento el moreno tenía en sus manos aquellas zapatillas, mirándolas con cuidado, estaban un poco gastadas, se notaba, pero eran realmente hermosas. Las observó bien y bajo, en la planta, salían dos iniciales. “M. J” Kaede entrecerró aún más los ojos, los cuales se abrieron de golpe.

 

- ¡Michael Jordan! – Soltó, semejante grito hizo que Hanamichi volviera al mundo, asustado por aquello.

 

- ¿Eureka?

 

 

- No idiota, son de Michael Jordan… ¡el mejor jugador de USA! ¿Jamás lo escuchaste? – Y fue así como Rukawa sin permiso se escabulló hacia la habitación del pelirrojo, tomando la otra zapatilla, las tenis blancas, nuevamente las mismas iniciales. - … - No entendía como habían parado en mano de Sauragi, de ese torpe… Miró a Hanamichi, con una suave mirada que recaía y se volcaba de apoco en una súplica.

 

- Siempre quise uno de estos…

 

- … ¡Damelos! Son míos – y se los arrebató de las manos, pero no fue fácil, el pelinegro jaló con fuerzas y se llevó a Sakuragi encima, quedando ambos en esa cama. - ¡AH! ¡ZORRO LADRÓN! Son míos, devuélvemelos…

 

 

- Pero si ni siquiera sabes quién es Michael Jordan, además… p-puedo entregarte algo a cambio… l-lo que quieras, yo… Prometo darte lo que desees si me regalas uno de estos.

 

 

Sí, Kaede tenía una debilidad y eso rotaba en América, era un amante de la NBA y de Jordan, aquel basquetbolista estrella de esa liga. No quería soltar los tenis de Hanamichi.

 

Por otro lado, sí… ambos estaban en esa cama, Sakuragi sobre él, se acomodó y le rodeó con las piernas, apretando un poco más de las caderas ajenas solamente para que le doliera y le devolviera las zapatillas, sin embargo este no lo hizo.

 

- ¿Hacer todo lo que yo diga?

 

 

- Sí.

 

- Ay zorro, eso te pone en desventaja.

 

- Ya lo sé.

 

 

Nuevamente el silencio se hizo presente, Rukawa, quien mantenía apretada las tenis contra su estómago, comportándose como un niño de 6 años, quería irse de allí con su regalo, ¿era navidad no? Pero entonces la presencia del Rey del rebote, lo fue incomodando, ante eso se removió, y con ello…incomodó a Hanamichi.

 

- … Salte de encima.

 

- No, además… estoy pensando en qué obligarte a hacer, así que te esperas. – Se rascó la nuca, apresando con más fuerzas las caderas ajenas. - ¡AH! No se me ocurre nada, a ver… ¿qué odias zorro? - 

 

- A ti -  Respondió el muchacho, mirando los ojos del más alto, solo que su mirada se fue haciendo un poco nerviosa, retirando de ella en un segundo, ¿nervios? Sí, pues la sonrisa que mostraba el rostro de Hanamichi no era nada agradable, daba miedo incluso. - ¿En qué piensas? ¿Qué planeaste?

 

- Bueno, si tú me odias… entonces, solo hay una cosa que puedes hacer…

 

- ¿Qué?

 

- Uhm….

 

- Salte de encima me… est-… - Pero la voz del muchacho se detuvo en ese instante, ya que una mano invasora subió por debajo de su camiseta hasta salir del borde que rodeaba el cuello de Kaede. –No, ¿q-qué haces? ¡Basta! No…

 

- Dijiste que harías cualquier cosa, ahora te aguantas. 

 

Notas finales:

¡Hooola!

Sí, dije que tendría dos capítulos pero creo que no podría acabar la historia allí, así que OHYES, tendrán un tercero y final.

Lo subiré antes del 24, eso no lo duden. ¡Gracias por leer, espero sus reviews para saber que piensan. 

¡Felices Fiestas!

 

~Mayo. 


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