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La batalla se había alargado, logrando que las esperanzas se fueran acabando, en el campo de batalla solo se podía observar sangre, dolor y muerte.
Los hombres caían uno tras otro de los dos bandos, nadie sabía quién iba a hacer el ganador ya que no se podía ver cuántos soldados habían perdido.
Los hechizos se lanzaban en ambos bandos, ataque, defensa, ilusiones, sellos, invocaciones, se murmuraban miles de ataques, en cada lugar se podía observaba una batalla intensa, una batalla a muerte, pero donde más se veían movimientos era donde se encontraba el líder del ejercito Sharingan y el príncipe del Reino.
Un joven rubio de complexión delicada recitaba varias invocaciones, hechizos de defensa y ataque, vestía un hermoso kimono de color blanco con enormes mariposas de alas naranjas y rojas, en su mano traía varios sellos y un enorme rosario de color negro, alrededor de él había un gran escudo que lo mantenía a resguardo a él y a su protegido mientras eran rodeados por los restos de lo que fue su campamento, varios cadáveres de los guardaespaldas del príncipe y alrededor de quince soldados que los atacaban sin darles tregua, el rubio ojiazul con gran maestría lograba detenerlos, pero la invocación de una deidad logro golpear fuertemente la barrera, el ojiazul cayo arrodillado ante el golpe escupiendo un poco de sangre.
El príncipe del reino de Sharingan por primera vez desde que inicio la pelea se sobresaltó, se suponía que él era indiferente ante esa guerra mientras observaba todo sentado.
- No se levantes por favor majestad- con esfuerzo el ojiazul se levantó y sacudió su vestuario se volteo para ver a su líder, y dándole una hermosa sonrisa trato de tranquilizarlo – estoy bien, solo me agarro desprevenido – a pesar de que su voz era tranquila el azabache noto el esfuerzo que hacia su general al tener que soportar los ataques que lanzaba “Shukaku” – no se debe levantar si no todo abra sido en vano
Con una tranquila sonrisa se giró y tomando fuertemente su rosario comenzó con el ataque, primero un conjuro de defensa y después uno de ataque de fuego, gracias a eso logro acabar con los hombres que lo rodeaban pero la invocación seguía enfrente de él manteniéndose quieta esperando una nueva orden.
El rubio volteo a ver a su príncipe, y dando una reverencia salió del escudo.
- Oh que conmovedor, hasta el final el general debe dar todo con tal de salvar a su príncipe – se escuchó la voz burlona del invocador – no ibas a poder mantener el escudo si seguía abarcando todo ese espacio ¿verdad Naruto… - el príncipe solo desvió la mirada hacia el suelo apretando su puño con impotencia – o debo de llamarte General Kyubi?
El rubio no contesto, frente a él se encontraba un joven pelirrojo de ojos aguamarina, quien vestía un hermoso kimono de color blanco con aves negras.
- Un placer volverlo a ver General Sabaku No Gaara – con una ligera reverencia saludo el ojiazul, casando que el pelirrojo lo mirara molesto.
- Solo ríndete Naruto no te quiero lastimar – pidió, al no recibir respuesta volvió a atacar, el rubio solo esquivaba hábilmente, al no tener su escudo principal solo le quedaba su habilidad, pero un rápido ataque de “Shukaku” lo lanzo contra un tronco, con esfuerzo se logró levantar, murmurando invoco una gran serpiente quien logro enroscarse alrededor de la deidad, con otra invocación logro aprisionarla, el joven Sabaku lanzo varios seños y dándole más fuerza a su invocación logro liberarla -¿Por qué no invocas al gran Kyubi?
Pregunto extrañado, en el mundo había nueve reinos cada uno de ellos tenía una deidad, seis ocupaban un continente entero como territorio, los otro tres se encontraban en pequeñas islas, o eso fue en la antigüedad. El más poderoso de todos los reinos era el Sharingan quien tenía como protector al Kyubi logrando que la mayoría de los países le temiera, formándose en una alianza varios de ellos intentaron acabar con ese reino, llevándolos a su destrucción. Actualmente el reino Sharingan ocupaba cuatro continentes y dos islas, y a pesar de que solo se defendieron fueron considerados una amenaza para los tres reinos restantes.
Sharingan era gobernado por Uchiha Itachi, el heredero al trono era Uchiha Sasuke el hermano menor de rey, el cual gobernaba en la mitad del territorio mientras es protegido por Naruto Uzumaki invocador y guardián del Kyubi, esta pareja es considerada como la más peligrosa ya que nunca habían perdido ninguna pelea.
- ¿Por qué no invocas al Kyubi? – volvió a preguntar el guardián de “Shukaku” quien volvió al ataque, el rubio simplemente sonreía tranquilamente, esquivando los ataques.
- Hace más de doce años que no nos vemos, ¿verdad General Gaara? – comento tranquilamente el rubio mientras invocaba a un gran halcón - ¿Cómo ha estado?
- … - era verdad tenían más de doce años que no se veían, fueron separados cuando apenas tenían 7 años, cuando la alianza entre sus reinos se rompió, en ese entonces solo eran unos niños que no sabían del mundo, el reino de Sharingan era gobernado por el rey Fugaku Uchiha quien fue asesinado un año después de que la alianza se rompiera y el mismo año en que la guerra estallo.
- Ahora es guardián del rey Sai ¿se siente feliz a su lado? – la batalla no había acabado pero parecía que al ojiazul no le importaba.
- Sí, estoy feliz estando a su lado – se sonrojo ya que tener esa conversación en medio de una guerra era algo extraño.
- Es su primera pelea ¿verdad?
- ¿eh?
- Es la primera vez que pelea en una batalla con “Shukaku” ¿verdad? – el pelirrojo estaba sorprendido, a decir verdad era la primera vez que estaba en una guerra, a pesar de que ya había invocado varias veces a su deidad en ninguna ocasión fue para que esta peleara – ¿sabe qué pasa si realiza la invocación de una deidad muchas veces?
La sonrisa del rubio extraño al Sabaku quien solo atino a negar, vio que en el escudo el príncipe seguía con la mirada en el suelo apretando fuertemente su puño, volvió a mirar al rubio quien seguía con una tranquila sonrisa en el rostro.
- El invocador pierde sus sentimientos…
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Recuerdo
La batalla había terminado y como en las antiguas ocasiones habían vencido, se dirigían triunfantes a la ciudad principal donde la gente los recibió con miles de aplausos, al entrar al palacio varias doncellas se lanzaron sobre el rubio llevándoselo con ellas, el azabache solo veía y con un suspiro se dirigió al despacho de su hermano.
Al entrar esperaba que el mayor lo tirara por el enorme abrazo que este siempre le daba, pero extrañado logro entrar sin ningún percance y por primera vez en más de cinco años lo encontró serio y leyendo varios libros.
- Itachi ¿Qué sucede? – el rey lo miro seriamente y negando con la cabeza comenzó su explicación.
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El ruido de sus pasos se escuchaba fuertemente, corrió hasta que se encontró frente al templo del Kyubi, sin pedir permiso entro encontrándose con los gritos de las sacerdotisas y doncellas quienes estaban rezando alrededor del rubio, este extrañado lo volteo a ver pidiendo que los dejaran solos.
- ¿Por qué no me lo dijiste? – pregunto una vez que las mujeres salieron, el rubio simplemente le hizo una señal para que se sentara.
- Que fue lo que supuestamente no te dije Sasuke – pregunto extrañado el rubio, quien con una sonrisa trato de restarle importancia al asunto.
- ¿Por qué Naruto? – su voz se escuchó triste y dolida, el rubio dejo su sonrisa y con tranquilidad comenzó a explicar.
- Sabes, cuándo nos atacaron por primera vez murieron muchas personas, varias esposas perdieron a su amado, varios niños se quedaron sin padres, fueron perdidas que todo el mundo sintió, a pesar del ejército que teníamos y de que ganamos, al final resulto que también habíamos perdido ya que mucha gente murió – sonrió tristemente - yo sabía que la guerra no iba a terminar pronto, así que esa tragedia se iba a repetir una y otra vez, yo no podía permitir eso, no podía ver a nadie llorar de nuevo – azul y negro se encontraron en una significativa mirada - así que le pedí ayuda a Kyubi y este me dio la solución, gracias a eso no hemos perdido a ningún hombre en más de cuatro años a pesar de que nos atacan muy seguido, a veces sin darnos un día de descanso – se quejó con un tierno puchero - así que eso está bien ¿verdad?
La enorme sonrisa que tenía el ojiazul solo lograba lastimarlo más, ellos habían estado juntos por más de doce años a pesar de que él era cinco años mayor que el rubio con un carácter serio y frio hicieron un buen equipo, cuando eran niños el rubio era una persona muy alegre y bromista, él había pensado que el cambio de Naruto fue por la guerra nunca creyó que fuera por culpa de una maldición.
- Deja de utilizar al Kyubi – ordeno fríamente el rubio simplemente sonrió.
- No puedo hacer eso, alrededor de todo nuestro territorio hay un escudo el cual impide un ataque sorpresa.
- Utilizaremos guardias para ese trabajo
- Durante las batallas los clones son los que pelean, mientras que el ejército real se queda en las ciudades que estén cerca por si alguien logra escapar.
- Utilizaremos a nuestros hombres para la pelea
- Majestad ¿sabe cuántos clones mueren durante el ataque? – el azabache bajo el rostro – del 100% de nuestro ejército, el 20% cuida las ciudades que están alrededor de la batalla, el 10% está en la ciudad principal protegiendo a los guardias que están durmiendo en la batalla, el 70% del ejercito son los hombres que duermen ocupando su mente para controlar el cuerpo de mis clones, en la última batalla murió el 35% - el ojiazul sonrió tranquilamente - ¿usted cree que mis sentimientos valgan la vida del reino?
El ojinegro golpeo el suelo de madera con su puño logrando partirlo, el rubio no se exalto ante esto.
- ¿Cuántas de tus emociones has perdido?
- … - Naruto no perdió su sonrisa – el 60%
El Uchiha asintió sin mirarlo a los ojos.
- ¿Cuál es la acción que toma más emociones?
- La invocación del Kyubi
- Dejaras de hacerlo.
- Pero…
El azabache estiro su mano, en esta se encontraba un hermoso rosario negro.
- Pero esto… - el ojinegro con cuidado coloco el rosario en el cuello de su guardián.
- Esto significa que nunca nos vamos a separar – con cuidado acerco al rubio hasta lograr abrazarlo
- Yo perderé por completo mis sentimientos
- Yo lo impediré – con cariño acaricio su rostro, ese era el momento de admitir que lo amaba, si lo amo desde la primera vez que lo vio, y ahora era momento de decírselo, él no iba a perderlo no lo haría – te amo
- … - de los ojos del ojiazul comenzaron a caer delicadas lágrimas – pero yo…
- Te amo – sus labios se posaron delicadamente sobre los labios del menor, su beso fue lleno de cariño y amor, separándose lentamente sonrieron.
- Yo también te amo Sasuke – sonrió feliz – y no importa que Kyubi diga que ya no siento nada, te seguiré queriendo mientras respire.
El azabache abrazo fuertemente a su amado y con una sonrisa pícara se alejó.
- Ya lo sé “dobe” – el rostro del ojiazul se sonrojo al máximo y con enojo golpeo el hombre del príncipe.
- No me digas a si “teme”
En definitiva Sasuke impediría que su prometido perdiera sus sentimientos
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Fin del Recuerdo
El pelirrojo estaba en estado de show mientras los otros dos revivían en su mente aquel recuerdo, Gaara no sabía nada de que perdería sus emociones, pero no le importaba su deber era proteger a su rey y eso era lo que iba a hacer, se preparó para lanzar el más poderoso ataque de “Shukaku”, pero este no se llegó a lanzar ya que por culpa de un sello el Sabaku perdió la concentración.
Frente a ellos apareció un joven encapuchado quien se interpuso en medio de los dos invocadores, Gaara al reconocerlo se arrodillo a su lado, el encapuchado con rapidez lo levanto abrazándolo fuertemente, el pelirrojo forcejeo logrando quitar la capucha del extraño mostrando al rey enemigo, el rubio lanzo un ataque contra el pero otro encapuchado lo impidió.
Aparecieron dos hombres más y para sorpresa de los presentes era el mismo rey de Sharingan y su guardián.
- ¿Qué haces aquí Itachi? – el joven Uchiha miraba todo fríamente
- Vine a ver como estaban – respondió saludando felizmente al general rubio y al pelirrojo- además a avisarles que llegamos a un trato.
- ¿Qué?
- Sí, yo no voy a permitir que mi Gaa-chan pierda su amor por mí, así que hemos llegado a un acuerdo – respondió mientras seguía forcejeando con su general, el joven Sabaku se encontraba sonrojado al ver que todos lo miraban, así que utilizando todas sus fuerzas logro soltarse, intentado mantener un poco de su orgullo se paró firme y con un conjuro hizo desaparecer a su deidad.
El Uchiha menor al ver que su tonto hermano ya había resuelto el asunto destruyo el escudo levantándose, en ese momento todo el “ejercito” de sharingan desapareció en una bola de humo bajo la mirada sorprendida del otro ejército, el rey Sai solo asintió feliz de no tener que perder a más de sus hombres, Sasuke se acercó a su general y ante la mirada sorprendida de los dos extranjeros lo abrazo fuertemente.
- Estoy bien Sasuke – se quejaba el rubio con tiernos pucheros al ver que el joven príncipe comenzó a revisar sus heridas – no me paso nada dattebayo
El otro no le hizo caso y siguió con su inspección mientras los otros cuatro los veían, Sai se acercó al Rey de Sharingan quien solo sonreí feliz viendo a su hermano, este al notar un poco de curiosidad en el rostro de su nuevo aliado decidió aclarar sus dudas.
- La razón por la que Sasuke siempre está sentado mientras se desarrolla una batalla es porque da toda su fuerza al rosario que trae Naruto, gracias a eso Naruto no utiliza nada de su poder para pelear, si no que toma la de mi hermano dejando a este indefenso…
- Cállate Itachi – ordeno el Uchiha menor, quien al haber terminado su revisión se encontraba tranquilo, el nivel de emociones del rubio se encontraba en 45% gracias a su poder así que todo estaba bien, el Uchiha mayor solo le enseño la lengua y se dio la vuelta “indignado” bajo la mirada enojada de Sasuke y el rostro sonriente del General ojiazul.
- Naruto perdió la mayoría de sus emociones, así que no sabe cómo actuar en algunas situaciones, así que no importa que tan cruel se vea la situación siempre debemos de sonreír, en nuestro reino toda la gente está al tanto de la situación así que Naruto es tratado con mucho cariño para que las únicas emociones que tenga sean de felicidad – el rostro serio del rey Itachi sorprendió a Sai quien solo asintió – si llegue a un acuerdo con usted fue por que no podía permitir más batallas, si Naruto deja de pelear con ayuda del poder de Sasuke recuperara más emociones – el rey se dio la vuelta y cambiando su expresión de una seria a un rostro sonriente se acercó a su hermano.
El joven extranjero se quedó totalmente quieto extrañado ante el comportamiento de ese Reino, el guardián del rey Itachi se acercó a él, y mostrando sus ojos azules con una dura mirada hablo.
- Nosotros no queremos la guerra Rey Sai por eso se firmó ese tratado entre Sharingan y los otros tres reinos, pero… si lo llega a romper y nos ataca – los hermosos ojos azules se transformaron en unos completamente blancos – no solo Kyubi los atacara…
El joven ojiazul se dio la vuelta caminando hacia su protegido, el rey Sai solo sonrió sorprendido y dándose la vuelta se acercó a Gaara.
- Debemos de irnos, hay que darles algunas órdenes a lo que quedo de nuestros hombres
El pelirrojo asintió y dando una última mirada a donde estaba aquel extraño grupo siguió a su rey, llevándose como imagen la enorme sonrisa que tenía cada uno de ellos.
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- Maldición Itachi porque diablos no te trajiste alguna carreta… - sí, el gran rey de Sharingan el príncipe de ese reino y los dos guardianes llevaban más de dos horas caminando para llegar a su reino.
- No me veas así Sasuke, en ese momento solo pensaba en impedir la guerra, da gracias a que me preocupe por ti – se defendió el Uchiha mayor señalando acusatoriamente a su hermano – además nos venimos en una invocación de Dei…
Y así es cayo una gran piedra imaginaria en sus cabezas…
- Entonces porque no nos venimos en una invocación - comento inocentemente el rubio menor haciendo la piedra imaginaria más grande.
- … - el azabache mayor carraspeo – y ya que estamos por estos rumbos por que no mejor platicamos de cuando es la boda entre ustedes – el rostro rojo de Naruto y la mirada molesta de su hermano fue algo que acompaño al rey todo el camino ante su comentario.
Media hora después por fin llegaron a la entrada del reino donde ya los esperaba todo el pueblo con caras llenas de felicidad.
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La tarde ya había caído y después de esa gran celebración dedicada a que por fin ya no habría más guerra la realeza del reino ya se encontraba descansando o eso se suponía que debían estar haciendo, ya que el joven príncipe ni su guardián se encontraban en sus habitaciones.
En medio de un hermoso jardín lleno de miles de flores el joven Uchiha se encontraba abrazando a su ojiazul quien solo tenía los ojos cerrados.
- ¿Sasuke?
- Mph
- Te amo…
- …
- …
- Yo también te amo
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Fin
Extra…
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Las clases eran muy aburridas de que servía estudiar algo que él ya se sabía de memoria, con un ligero gesto de indiferencia hizo el libro a un lado y se recostó en el escritorio, sintiendo el tiempo correr lentamente.
- ¿Sasuke que significa “dobe”? - una voz ligeramente chillona interrumpió su descanso, con pereza volteo a ver a su “guardián”
El joven Uchiha seguía sin creer que ese niño rubio era su protector, era verdad que era muy lindo con unos hermosos ojos azules y cabello rubio pero su carácter dejaba mucho que desear.
- Respóndeme Sasuke ¿Qué significa “dobe”? – volvió a preguntar inflando sus mejillas, el azabache solo lo miraba con indiferencia y al ver que Naruto tenía en sus manos su libreta de idiomas se le ocurrió una ligera broma.
- Es la traducción de tu nombre, Naruto significa dobe – respondió un poco burlón el joven príncipe quien sintió un ligero remordimiento al ver la hermosa sonrisa que tenía el rubio ante ese descubrimiento.
Antes de que el Uchiha pudiera decir algo el joven Uzumaki ya había salido corriendo, Sasuke con aparente indiferencia se volvió a recostar pero nuevamente volvieron a interrumpir su descanso.
- Con que “dobe” significa Naruto ¿no, Sasuke? - la voz acusadora de su hermano le causo irritación – entonces Sasuke se traduce como “teme” ¿verdad?
Y así el futuro rey de sharingan se fue dejando enojado a su hermano. El tiempo pasó y por fin alguien le dijo la verdad a Naruto logrando que este dejara de hablarle al azabache por varios días, hasta que de una forma muy discreta el menor de los Uchiha se disculpó.
Extra 2…
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La guerra había estallado, sus padres habían muerto y él se había convertido con apenas 19 años en el rey de Sharingan, su hermano menor y el pequeño rubio habían tenido que luchar para defenderlos.
Ya habían pasado varios años desde que inicio la guerra y muchos sacrificios se habían hecho, su hermano tenía 22 años, Naruto tenía 17 y ambos habían pasado más de la mitad de su vida en medio de guerras, a sus 28 años lo único que deseaba es que esto acabara, tal vez la gente de su pueblo no viera todas las muertes de la guerra, ya que gracias a kyubi no habían pasado más tragedias que el primer ataque, pero eso no quitaba que había muchas muertes enemigas que a pesar de que no fueran de los suyos también tenían familia y amigos.
El ruido de la puerta interrumpió sus pensamientos, por ella entraron cuatro personas.
- ¿Qué sucedió Sasuke? – frente a él un joven azabache se sentó tranquilamente.
- Ganamos – respondió sin emoción, el Uchiha mayor miro a los acompañantes de su hermano, y solo pudo ver a los guardaespaldas de Sasuke.
- ¿y Naruto? – la mirada enojada de su hermano por primera vez le dio algo de miedo.
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Ambos se dirigían al cuarto del guardián rubio para ver cómo se encontraba la persona que salvo este, su hermano le contó que había sido una cruel batalla ya que incluso civiles lucharon, fue algo que le causó una gran tristeza al rubio, ya que no solo tuvo que matar a soldados sino también a mujeres y niños.
En medio de la batalla encontraron una prisión donde el Uzumaki rescato a la persona que en este momento estaba cuidando.
En silencio entraron en la habitación y hay vio la razón de porque el enojo de su hermano, Naruto acomodaba con delicadeza a un joven casi igual a él, este era rubio de pelo largo con unos hermoso ojos azules pero se podía ver que era un poco más alto que el ojiazul menor, al darse cuenta de que había más personas en la habitación el Uzumaki saludo.
- Buenos tardes Itachi-sama – no entendía porque pero a la única persona que Naruto le hablaba de “tu” era a Sasuke, con lo que demostraba que tan fuerte eran los sentimientos de ambos – perdone que traje a alguien más al castillo pero es un caso muy especial…
- No te preocupes, me alegro que hayan regresado con bien – “pero es un caso muy especial…” ¿especial? El azabache mayor miro detalladamente al rubio de pelo largo, era verdad que era muy lindo pero no tenía nada que el Uchiha mayor viera de “especial”, hasta que los hermosos ojos azules se fueron volviendo blanco y la tierra comenzó a temblar.
Naruto rápidamente se lanzó sobre el rubio poniéndole un sello en la frente durmiéndolo al instante.
- Él es el invocador de la deidad “kokuou” – la información sorprendió a Itachi ya que el único invocador de deidad que conocía era a Naruto, la mayoría de los invocadores ya habían perdido totalmente sus sentimientos por esa razón habían tenido que matarlos, al ver la sorpresa de Itachi, Naruto decidió resolver algunas de sus dudas.
- Su nombre es Deidara y al tener un carácter un poco peculiar logro que a pesar de que lucho muchos años le sobrevivieran el 10% de sus sentimientos – el rubio acariciaba inconscientemente el largo cabello de su nuevo protegido causando que una gran vena apareciera en la frente de su líder – por eso ya no puede luchar más, no sé porque pero al verlo yo quiero…
Sin soportarlo más el Uchiha menor jalo a su guardián.
- Itachi cuídalo desde ahora es tu responsabilidad - ordeno el azabache mientras se llevaba a Naruto lejos, el joven rey solo asintió con una gran duda en mente.
- ¿Quién se supone que es el rey? – se preguntó con una gran gota tipo estilo anime en la frente, con cuidado se acercó al rubio desmayado y con cansancio se sentó a su lado esperando a que este despertara, pudo ver detalladamente el rostro y con delicadeza comenzó a acariciar el cabello rubio. – bueno Deidara ahora eres mío…
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