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7 Días por MayoM

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Notas del fanfic:

Disclaimer

Este fic está basado en Slam Dunk, los personajes pertenecen a Inoue Takehiko.  Mi propósito es divertirme y divertir, haciéndoles vivir escenas inverosímiles, alegres, dramáticas, románticas...y bueno, obviamente una pizca de "Noches Buenas". 

Notas del capitulo:

-                 “Joven Rukawa, su vuelo es el día Martes a las 10 am hacia América, no olvide llevar el pasaporte. Atte. Jeffrey Jones.” 

Fan Fic Basada en el Anime/Manga Slam Dunk derechos de autor al mangaca Inoue Takehiko.

 

 

 

7 Días

 

 

 

Capítulo 1 “El mejor jugador de Shohoku: Rukawa Kaede”

 

 

 

 

 

El marcador contra Kainan acabó 78 – 85, llevándose la victoria la preparatoria de Shohoku. Había un hombre clave, y ese era Rukawa Kaede, aquel chico de cabello negro y de una mirada completamente neutra, que solo cambiaba cuando sus tenis hacían eco en la cancha de Basquetbol. Shohoku se llevó los aplausos, los gritos y las alabanzas del público completo, nunca antes los japoneses habían repletado aquellos gimnasios en donde se llevaban a cabo los duelos, sin embargo, desde el año pasado que la gente comenzaba a valorar dicho deporte como se debe.

 

 

 

Sakuragi había marcado 28 puntos, robando balones, haciendo rebotes, anotando tres clavadas y cometiendo 3 faltas, por otro lado, Rukawa había logrado hacer 7 clavadas, 7 tiros de tres puntos y 4 tiros simples, lo que le sumaba 43 puntos en el partido, prácticamente la mitad. Por otro lado, el capitán Miyagi logró anotar 10 puntos, haciendo una defensa completa que superó más de una vez al centro que en este caso, era Kiyota. Y finalmente, los cuatro puntos que quedaban fueron realizados por el novato Luka, un muchacho que jugaba de defensa y tirador junto a Yasuda. Había sido un juego completamente pesado, pero Shohoku supo obtener el primer lugar, desterrando de esa manera al Rey de Kanagawa: Kainan.

 

 

 

El sueño de ir al campeonato nacional se había cumplido una vez más, claro que ahora el fin era, ganar la copa. No solo Sakuragi soñaba levantando el trofeo y recibiendo halagos de su gran actuación, en ello también estaba Rukawa y Miyagi.  Siendo este último de tercer año, volcaba todas sus fuerzas en alentar a su grupo, en salir campeones, en derrotar fantasmas pasados, atrás quedaban los pases mal dados, los rebotes perdidos, atrás quedaban los sentimientos de pérdida, atrás quedaba la lesión de Sakuragi, lo que importaba ahora, lo único que quitaba el hálito a los jugadores de Shohoku, era ganar el Campeonato Nacional. Nada más.

 

 

 

- Es usted un gran jugador – Un hombre chaparro, de gorra blanca y con ojos alegres de color azul se acercó al 11 de Shohoku, aun Rukawa no recobraba fuerzas para hablar, había dejado todo en la cancha, convirtiéndose en el Jugador más valioso de la preparatoria roja y en el hombre clave para ganar el partido contra Kainan. – Sería un agrado verlo jugar en la liga más importante de los Estados Unidos… ¿Has pensado viajar a América? – La voz de dicha persona se tornó ansiosa, incluso sus ojos se posaron en los azules de Rukawa, esperando una respuesta positiva, se podía leer en su mirada, en la forma que lo interceptaba y negaba que alguien más se acercara a ellos.

 

 

 

- Lo he pensado – Dijo el Súper Lucky, recibiendo la toalla que Ayako le entregaba y pasando de ella por su frente y cuello, quitándose de encima todo el sudor. Se sentó en la banca, al lado de él Sakuragi bebía una botella de agua, mirando de reojo al pelinegro, sin embargo su atención pasó hacia la hermana de Hikoichi, quien en ese instante le hacía una entrevista a Kiyota. Hanamichi fue corriendo para que lo entrevistaran a él, pues se decía internamente. “Fuimos nosotros los que ganamos, ¿para qué entrevistar a monos perdedores?”  

 

 

 

Pasaron dos días luego de aquel juego contra Kainan, los ánimos estaban altos, tanto así que toda la preparatoria, a cada jugador, titular o no, daba palmadas y palabras alentadoras.

 

 

 

- ¡Ganaran el campeonato! ¡Kaede eres el mejor! ¡Muy bien hecho capitán Miyagi! ¡Sakuragi, eres el rey del rebote! –

 

 

 

Cada palabra era bienvenida, llenaba los corazones, el alma, el cuerpo de todos los jugadores de basquetbol que pertenecían a la preparatoria Shohoku. Un sentimiento alegre, un sentimiento victorioso recorría las venas de cada uno, y Hanamichi por primera vez en toda su vida, sentía que cada paso que daba lo aproximaba más a su sueño.

 

 

 

- ¡Ganaremos el Campeonato Nacional! – No solo él lo pensaba de esa forma, sino que todo el equipo.

 

 

 

Lunes 18 de Junio.

 

 

 

El entrenamiento había dado fin, sin embargo dos alumnos de segundo seguían haciendo rebotar la pelota sobre la cancha, ninguno de los dos quería mirarse, ninguno de los dos quería hablarse, siempre habían sido un par de tercos y hasta el momento no cambiaban aquello. Sakuragi aprovechó de realizar dos clavadas, siendo la tercera un hermoso movimiento de su cuerpo, girando en el aire y encestando de espaldas, acción que el pelinegro divisó con atención, podían odiarse mutuamente, pero ambos se sentían confiados el uno del otro, Hanamichi se había convertido en un excelente jugador. Finalmente, ambos se agotaron del entrenamiento y avanzaron hacia las duchas, sin hablarse, sin mirarse, si siquiera intentar demostrar que ambos estaban conscientes de que el otro estaba ahí presente. Se metieron a las duchas, disfrutando del agua tibia que les devolvía la relajación de sus sudados y contraídos músculos. Sakuragi salió primero, vistiéndose y guardando de su ropa de entrenamiento en su bolso. Miró de reojo el bolso de Kaede, allí estaba el celular del muchacho, con intenciones de saber que guardaba el Súper Lucky, con esas ganas de entrometerse que siempre posee nuestro Hanamichi, se acercó a pasos parsimoniosos a este, cogiendo del móvil y sentándose sobre una banca comenzó a hurguetear, leyendo mensajes, mirando lo números que tenía en su libreta de contactos, pero volvamos atrás, un mensaje le llamó rotundamente la atención, los números no eran japoneses y por lo mismo, abrió de este.

 

 



    • - “Joven Rukawa, su vuelo es el día Martes a las 10 am hacia América, no olvide llevar el pasaporte. Atte. Jeffrey Jones.”



 

 

La mirada del pelirrojo se fue haciendo pequeña, notando que algo ahí no estaba del todo bien, su entrecejo se cerró en un gesto de impaciencia, pues se quedaría para enfrentar al moreno, algo que no demoró en pasar. El cuerpo de Rukawa se dejó ver, la piel blanca del Súper Lucky era superficie para gotas de agua que se perdían en sus piernas, Kaede alzó la vista, tomando una toalla que sirvió para envolver su desnudez, sin embargo una cosa le llamó su atención; ¿Qué hacía SU móvil en manos del torpe de Sakuragi?

 

 

 

-  Devuélvemelo. – Pidió el moreno con el brazo estirado hacia el pelirrojo, pero este no lo hizo, manteniendo el silencio como protagonista por ese momento, sin embargo, estando ya decidido Sakuragi en querer saber qué significaba ese mensaje, se acercó al pelinegro con una mirada que rozaba en la incertidumbre, se notaba la preocupación en su rostro, esos ojos siendo llenados de miedo a la respuesta que pudiese dar el Súper Lucky.

 

 

 

- ¿Te vas? – Preguntó con suavidad, pero aquello quedó atrás para cuando las manos de Hanamichi tomaron los hombros desnudos de Kaede, interrogándolo con la mirada – Dime Zorro, ¿te vas? ¡Contesta de una maldita vez! – Se dejó llevar por la desesperación del momento, por el terror de quedarse sin un 11 en Shohoku, no sabía qué, pero se sentía con el derecho de saber perfectamente qué sucedía allí.

 

 

 

- Eso no es de tu incumbencia, ahora suéltame – Rukawa movió uno de sus hombros con brusquedad, librándose del agarre que Sakuragi tenía sobre su cuerpo, mirándole de soslayo comenzó a vestirse.

 

 

 

- Me importa, ni siquiera lo sabíamos… no avisaste, ¿quién te crees? ¿Eh? No puedes dejarnos, vamos al campeonato, ¡vamos a ganar la copa! ¿Por qué te largas? ¿Acaso ganar el campeonato nacional no es tu deseo? ¿No es lo que anhelas? ¡Eh! – Se acercó nuevamente, empujando a Rukawa y haciendo que este soltara en parte de la ropa que tenía en sus manos, apenas y se había logrado poner un bóxer.

 

 

 

- Tú cabeza de idiota no lo entendería, déjame tranquilo, ya mucho tengo con que mi madre no me… ¡Arch! Salte de mi camino… vete ya – Kaede se vistió más rápido aun, buscando simplemente abandonar los camarines, dejando a un Hanamichi desorientado por los hechos que recién estaba comprendiendo, el zorro se iba, los dejaba a la mitad del camino, el imbécil se largaba y no había siquiera avisado. Quiso golpearlo.

 

 

 

Al siguiente día, apareció un Hanamichi completamente desvelado, no había dormido, pues pasó la noche y madrugada pensando sobre la nueva situación, sobre cómo sería ahora el asunto del campeonato. Ryota era el capitán, sin embargo se sentía pasado a llevar.

 

 

 

- Estúpido zorro – Murmuró, ganándose la mirada de Mito.

 

 

 

- ¿De qué hablas Hanamichi? – Preguntó mientras se llevaba a la boca unos dulces de menta, era la hora de almuerzo y ni Ookus, Noma y Takamiya aparecían, estaban solo ellos en la azotea de la preparatoria.

 

 

 

- ¿Eh? Oh…nada, nada… ¿Dónde se metieron esos imbéciles? –

 

 

 

- Seguramente se están comiendo los obentos de los de primero… - Soltaba Yohei con la boca llena, tragando con cierta dificultad mientras dejaba los palillos dentro de su propio Obento. – En dos semanas comienza al campeonato… ¿Cómo te sientes? ¿Asustado? – Miró por el rabillo de su ojo a Sakuragi, quien soltó una carcajada enorme.

 

 

 

-¡¿Asustado?! HAHAHAHAHA ¡Eso jamás! Verás cómo halagaran a este genio… ¡Ya lo verás! – Y fue así como se terminó su almuerzo, poniéndose de pie junto a su amigo y saliendo de allí, topándose con Rukawa cuando abrieron la puerta para bajar a los salones. Ambos se miraron discretamente, eran testigos de una verdad y no deseaban contarla a terceros, se notaba en sus ojos. Se despidieron con la ya tan conocida indiferencia, Kaede fue directo a sentarse en el cemento donde dormiría por unas cuantas horas, y Hanamichi bajó las escaleras a los salones sin referirse al tema, Mito, quien conocía perfectamente a su amigo, notó una atmósfera completamente extraña en ese instante, pero se quedó en silencio.

Notas finales:

¡Hola, Hola! 

Primero, muchas gracias por leer, espero que les haya gustado y picado el bichito de la curiosidad para seguir la lectura, es una historia nueva y por lo mismo me tiene de cabeza escribiendo, puedo decir que me encanta escribirla.

Un saludo a todas y todos, 

¡Felices Fiestas!

Pd: Los espero con reviews para saber sus comentarios~

 

~Mayo.


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