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Deidara-chan por jackifsy

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Notas del fanfic:

Es la primera vez que me animo a escribir de naruto, pero sí se me han ocurrido algunas fanfics sobre todo de los akatsuki, no sé tengo una obseción con Deidara y Sasori, Me encantan!!!!!!!

Notas del capitulo:

No sé que tan seguido actualizaré y espero que los días no se me acumulen porque pronto entraré en exámenes...

Uso algunas malas palabras por si acaso

Igual espero que lo difruten y sean pacientes conmigo ;)

1.-Perdiste la apuesta

Pain, Kisame y Deidara estaban en la casa del primero disfrutando de una tarde después del agobiante colegio, apenas era el tercer día de clases y los profesores ya se ponían pesados con las materias de primer curso. No hacían mucho, solo conversar, pero cada vez el silencio se prolongaba más y más hasta hacerse incómodo.

—Realmente no hay mucho que hacer ¿No?— dijo Kisame sentado sobre uno de los muebles de la sala al igual que sus amigos.

—Mph…— Pain se quedó pensativo unos segundos— ¿Y si jugamos cartas?

—Que aburrido— comentó Deidara.

— ¿Y si lo hacemos con una apuesta?— propuso Kisame más interesado.

—No tengo dinero, mis padres me castigaron por molestar a mi hermana mayor— dijo Deidara.

— ¿Quién habló sobre dinero?— respondió Kisame sonriendo de forma maléfica.

Una hora después.

— ¡No! ¡Ni crean que lo haré!— gritaba el rubio completamente enojado por haber perdido el juego.

—No puedes negarte Deidara, perdiste— dijo Pain sonriendo malicioso al igual que Kisame.

—P-pero…— el rubio revolvió las cartas y la tiró al aire ¿Cómo pudo aceptar esa tontería?

—Tendrás que vestirte de chica en el colegio por todo un trimestre entero— dijeron sus amigos al unísono.

— ¡No!— se volvió a negar el rubio cubriéndose la cara con las manos— ¡Qué vergüenza!

—No te preocupes, no creo que alguien te reconozca, lo único que te caracteriza como chico es el uniforme— dijo Pain en un mal intento de animarlo.

—Y como tu hermana ya se graduó podrás usar el de ella— continuó Kisame.

—Me podrían expulsar si alguien se entera— espetó Deidara con preocupación, más por el hecho de la humillación.

—Nadie se va a enterar, somos los únicos que te conocemos en esa preparatoria.

—¡Ah, Maldición!— gritó el rubio dándose por vencido— está bien, pero nadie se puede enterar, me cambiaré en el colegio y no les permitiré tomarme ni una foto.

—Por nosotros está perfecto— dijo el de piel azulada.

—No te puedes cambiar en el colegio, sería muy arriesgado— interrumpió el de cabellos naranjas y numerosas perforaciones— ven a mi casa en las mañanas y aquí te cambias, igual te queda de paso al colegio al igual que a Kisame.

—Entonces empezamos mañana 15 de abril y se termina el 15 de julio— terminó Kisame.

Esa tarde Deidara tuvo que entrar a escondidas al cuarto de su hermana y robar de su armario sus uniformes de la preparatoria, por suerte esta no se dio cuenta.

A la mañana siguiente el rubio guardó uno de los uniformes en su maleta, se vistió con el suyo y después de desayunar se dirigió a la casa de Pain, ya en ella, el de cabellos naranjas lo esperaba con una sonrisa impaciente y a su lado estaba Kisame también expectante.

—Son unos idiotas— dijo Deidara ingresando.

—Vamos, ve a cambiarte, Dei-da-ra-chan— dijo Pain pronunciando cada sílaba de su nombre con cierto tono de burla.

—Idiotas— repitió el rubio caminando hacia el baño y encerrándose— «maldito sea el momento en que me metí en esto»— pensó al tener el uniforme de su hermana entre sus manos.

Sus amigos lo esperaban impacientes del otro lado de la puerta, esto realmente les encantaba, molestar a Deidara era uno de sus pasatiempos preferidos, no sabían que justamente él perdería la apuesta, pero fue un golpe de suerte, a Deidara era al único que realmente lo confundirían con una chica, a Kisame por obvias razones los descubrirían al instante al igual que a Pain, el rubio fue el único que no llamaba tanto la atención como para que lo recuerden a diferencia de los otros dos.

—Vamos Deidara, ya sal— dijo Kisame golpeando levemente la puerta.

—Esto es vergonzoso— dijo el rubio del otro lado.

—Será mejor que salgas o llegaremos tarde.

— ¡Malditos desgraciados!— gritó el rubio abriendo bruscamente la puerta.

Kisame y Pain quedaron boquiabiertos al ver a Deidara, el uniforme le lucía muy bien con una pólera blanca, la falda corta de azul oscuro dejando ver sus largas y blanquecinas piernas, las medias bajas y los zapatos. El rubio tenía un leve sonrojo en sus mejillas y apretaba los puños con fuerza, realmente deseaba que se lo tragara la tierra.

—Pff…— Kisame no lo soportó más y comenzó a reírse a carcajadas, Pain no tardó mucho en unírsele— jaja, te ves hermosa, Deidara-chan— dijo entre risas mientras se sostenía el estómago con fuerza.

—Muy hermosa— afirmó Pain colmando la paciencia  del rubio.

— ¡Cállense imbéciles!— gritó enojado.

Sus amigos respiraron profundo y calmaron su respiración.

—Lo decimos en serio, se te ve genial— el de cabellos naranjas lo miró de pies a cabeza, de no ser porque sabía que era Deidara juraría que era una chica.

—Solo una cosa más— dijo Kisame sacando de un jalón la coleta que el rubio siempre llevaba— ahora sí.

— ¡Agh! ¡Malditos!

—Buenos, vámonos o nos darán un reporte.

Los tres agarraron sus cosas y se encaminaron al colegio. Deidara iba con la cabeza gacha completamente sonrojado, sentía que todo el mundo a su alrededor lo miraba, pero no era así, en realidad casi no había personas en las calles. Sin embargo cuando llegó al colegio muchas miradas masculinas sí se posaron sobre él, claro que aquellos chicos lo miraban como "ella" y quedaban cautivados por la belleza andrógina del rubio.

—«Los mataré, los mataré, los mataré, los mataré»— se repetía Deidara refiriéndose a sus amigos.

—Hey, Deidara, deberías ver como todos los chicos te devoran con la mirada— comentó Kisame en voz baja.

El rubio apretó los dientes con fuerza, sentía ganas de llorar de la vergüenza y no apartaba la vista del suelo hasta que chocó con la espalda de alguien, retrocedió un par de pasos por el impacto y miró al frente encontrándose a un chico pelirrojo de ojos grises y expresión neutra.

—L-lo siento— se disculpó el rubio.

—No te preocupes ¿Te encuentras bien?— le preguntó el pelirrojo.

—S-sí, perfectamente.

—Sasori-kun— un chico de cabellos azabache, ojos rojos y de misma expresión que el pelirrojo se acercó a este— vamos a…— detuvo su oración al notar la presencia de la rubia que acompañaba a su amigo— ¿Quién es? ¿Tu novia?

—« ¿Qué?»— Deidara le dedicó una mirada asesina al pelinegro.

—No, solo una chica— contestó el nombrado Sasori.

—« ¿Una chica?»— pensó con furia el rubio, pero recordó lo que llevaba puesto y se tranquilizó, los dos chicos lo observaron indiferentes lo que lo incomodó, sonrió forzadamente y se fue— «¿Dónde demonios se metieron esos idiotas?»— pensó mientras caminaba a su salón.

—Es linda ¿No Itachi-kun? — comentó Sasori a su amigo.

—Sí, muy linda.

Ya en su clase Deidara observó a sus amigos sentados en sus puestos y conversando animadamente, se les acercó y los miró con odio.

— ¿Por qué carajos me dejaron solo?— les preguntó.

—Una chica no debería usar ese vocabulario— comentó Kisame con burla.

—Deidara-chan, actúa más femenina o te descubrirán— continuó Pain.

—Deja de decirme "Diedara-chan" mierda, respóndanme.

—Cuando nos dimos cuenta ya no estabas a nuestro lado así que vinimos al salón— respondió el de cabellos naranjas.

—Mph…

—Oye ¿Eres nueva?— preguntó una chica de cabellos rosado y ojos verdes— ¿Cómo te llamas? Yo soy Sakura.

—Eh… yo…

—Ven conmigo— Sakura lo cogió de un brazo y lo jaló hasta un grupo de chicas— Hey, ella es nueva.

—Oh, es muy bonita ¿Cómo se llama?— preguntó una chica rubia, aunque sus cabellos eran más claros que los de Deidara, y de ojos celestes.

—No me lo ha dicho— contestó la de cabellos rosados, todas lo observaron esperando su respuesta.

—Eh… me llamo… me llamo Dara…— realmente no se le ocurrió nada mejor que el nombre de su hermana.

—Yo soy Ino— dijo la rubia— ella es Hinata-chan— continuó presentando a una chica de cabellos negros y ojos de un lila pálido— y ella Temari-chan— terminó con otra rubia de ojos verde oscuro.

—Hola— saludaron Hinata y Temari.

— ¿Por qué no viniste los primeros días?— le preguntó Sakura.

—Porque estuve enfermo- digo enferma, sí, tenía gripe.

— ¿Y qué hacías con Pain y Kisame? ¿Los conoces?

—Eh, sí, son mis amigos.

— ¿¡Qué!?— preguntaron todas algo exaltadas.

—Pero son muy raros— comentó Ino cruzándose de brazos.

—Dan… un poco de miedo— dijo Hinata con una mano delante de su pecho.

—Para nada y lo siento, pero debo volver con ellos— Deidara les sonrió y volvió con sus "raros" amigos.

El rubio se sentó en su puesto, delante de Pain, y se viró para hablar con ellos.

— ¿Por qué dejaron que me llevara?— les preguntó con la misma expresión de odio de antes.

—Que te juntes con chicas ayudará a que te hagas más femenina— dijo Pain.

—Los golpearé— amenazó el rubio.

—Todos sentados— el profesor Gai entró en el salón y todos los alumnos se sentaron.

Deidara les dedicó una última mirada asesina a sus amigos y se viró.

—Hoy se les tomarán algunas pruebas de diagnóstico…— Gai fue interrumpido porque la puerta del salón fue abierta dando paso a dos jóvenes que Deidara reconoció al instante. El rubio escuchó suspiros y murmullos por doquier, al parecer eran populares— Itachi-kun y Sasori-kun, apenas es el cuarto día de clases y ya llegan tarde, por esta vez no les daré un reporte, tomen asiento por favor.

—Nuestros puestos han sido ocupados— comentó el pelinegro al ver los lugares que el día anterior les pertenecía, ahora ocupados.

—Eso es por llegar tarde, busquen otro lugar— les dijo el profesor.

Los recién llegados buscaron puestos, algunas chicas les señalaban lugares cercanos a los suyos, pero ambos posaron su mirada en Deidara y a dos lugares disponibles al frente y a lado de "ella".

—«No, no, no, no, no, no se sienten ahí, no»— rezaba en su mente, sin embargo sus ruegos no fueron escuchados pues lo apuesto jóvenes se sentaron en esos lugares— «maldita sea mi suerte»

—Como les decía— continuó Gai— se les tomará pruebas de diagnóstico para evaluar sus conocimientos en las materias— los alumnos suspiraron, signo de que la idea no les agradaba en los más mínimo— empezaremos con matemáticas, todos saquen lápiz y borrador— Gai fue repartiendo las hojas mientras dictaminaba las reglas— no pueden hablar durante la prueba, no pueden prestarse los útiles, al que vea mirando a otro lado que no sea su hoja se la retiraré y tendrán un enorme cero en disciplina y por último no pueden hacer preguntas, esta prueba no irá en las calificaciones, solo es para saber que les falta reforzar— cuando terminó se sentó detrás de su escritorio y con ojo de águila vigiló a sus estudiantes.

Deidara no tuvo problema, era realmente bueno en matemáticas, en casi todo realmente, sus padres no le permitían sacar malas calificaciones, querían que fuera como Dara, completa perfección. Exactamente 45 minutos después el profesor retiró las pruebas escuchando las quejas de sus alumnos.

—Tienen diez minutos de descanso antes de la segunda prueba, continuaremos con Sociales— anunció Gai.

— ¡Qué horrible! No sabía nada de nada— dijo Pain.

—Ni me digas, creía que estaba leyendo egipcio en vez de números— continuó Kisame— ¿Cómo te fue Dei-?— el de piel azulada fue interrumpido pues la mano del rubio tapó su boca.

—Me llamo Dara— les dijo bajito.

—Ok ¿Cómo te fue Da-ra-chan?— preguntó Kisame queriendo burlarse.

El rubio le sacó la lengua y sonrió orgulloso.

—Me sabía todo— respondió con aires de grandeza.

—Me lo suponía— dijo Pain resignado, Deidara era muy inteligente.

—Dara-san ¿No?— una voz a sus espaldas lo llamó y con algo de miedo se volteó para encontrarse con la penetrarte mirada del azabache amigo de Sasori.

— ¿S-sí?— dijo algo nervioso.

— ¿Cuál era la respuesta de la pregunta cuatro?

—Eh… 42.

—Gracias, Sasori-kun ¿Cómo te…?— Deidara y el pelinegro observaron al pelirrojo sorprendidos, a este parecía salirle humo por las orejas y sus ojos no enfocaban bien— Sasori-kun— se levantó y fue donde su amigo.

— ¿Qué le pasa?— no pudo evitar preguntar el rubio.

—Las matemáticas no son el fuerte de Sasori-kun.

—Muchos… números— susrró el pelirrojo.

—Ya cálmate, Sasrori.

—Muchos… números— de pronto colapsó haciendo que su frente se golpeara con la mesa.

—Ah…— Deidara se puso de pie algo preocupado.

—Está bien, solo deja que su mente se enfríe— le dijo el azabache.

—Eh, ok— y se volvieron a sentar los dos.

—Por cierto, me llamo Itachi— se presentó.

— ¿Cómo supiste que me llamo Dara por cierto?

—Porque tu amigo te llamó así— contestó Itachi refiriéndose a Kisame.

—Ah…

En cuanto a Kisame y a Pain realmente estaban haciendo un esfuerzo sobrehumano para no reírse a carcajadas.

— ¿Eres buena en matemáticas?— le preguntó Itachi.

—Sí… un poco, creo ¿Y tú?

—Más o menos.

—Muy bien, seguiremos con la siguiente prueba— anunció Gai comenzando a repartir las hojas.

Fueron pruebas muy largas y tediosas, a muchos les parecían absurdas porque no sabían ni j de cómo responder y para otros si les parecían fáciles. Para cuando tocó la campana de recreo ya habían rendido cuatro pruebas: matemáticas, sociales, química y literatura. Los chicos prácticamente salieron como zombis del salón mientras agradecían a cualquier ser divino que los haya salvado de esa tortura a la que los sometía Gai.

—No podré soportar cuatro horas más de esto— dijo Kisame mientras caminaban por el patio.

—Maldito Gai-sensei, esto es una tortura— continuó Pain.

—Exagerados— susurró Deidara para sí.

Kisame le sonrió a Pain y este le devolvió la sonrisa cómplice.

—Oye, Da-ra-chan— dijo el de piel azulada.

— ¿Cómo me llamaste?— preguntó el rubio dándose media vuelta para encararlo.

—Parece que a Itachi-san le gustas— continuó Kisame— pff— él y Pain comenzaron a reírse a más no poder, incluso un par de minutos después les dolía el estómado de tanta risa.

—Cállense par de idiotas— a Deidara le cabreaba todo eso y no sabría si lo soportaría durante todo un trimestre.

Sin embargo sus amigos no se detuvieron, no podían, disfrutaban mucho reírse del rubio. Y este no estaba dispuesto a seguirles el juego así que se alejó de ellos a paso decidido mientras apretaba los puños con fuerza.

—Mierda… soy un chico, un chico, no una maldita chica— se quejó en voz baja y caminando con la cabeza gacha— odio esto…— de pronto chocó con alguien— «mierda ¿Otra vez?»— pensó al darse cuenta que era Sasori y que a su lado estaba Itachi.

—Dara-san— dijo el pelirrojo.

—Lo siento… no estaba viendo por donde caminaba.

—No te preocupes.

— ¿Qué te sucede Dara-san?— le preguntó Itachi— pareces molesta.

—Ah… nada… nada…— respondió forzando un sonrisa ¡Le estaba pasando de todo!

—Itachi-kun— un chico de parecido al mencionado se acercó, sus cabellos eran oscuros solo que más largos y alborotados, pero sus ojos eran igual de rojos.

—Ah… Madara-kun, hola— dijo Itachi.

—Hola— la mirada de Madara se posó sobre la linda rubia— ¿Quién es?

—Se llama Dara-san, está en nuestro curso, Dara-san él es nuestro primo Madara-kun, está en segundo curso.

— ¿Nuestro?— preguntó confundido el rubio.

—Sasori y yo somos hermanos— le aclaró Itachi.

— ¿¡Qué!?— preguntó sorprendido— no se parecen en nada.

—Siempre nos lo dicen— dijeron con indiferencia Itachi y Sasori.

—Mmm… Dara-chan— dijo Madara mirándolo de pies a cabeza sin vergüenza alguna.

—«¿Dara…chan? ¿Quién se cree este para tomarse esas confianzas?»— pensó Deidara molesto.

—Que chica tan linda— continuó Madara sonriendo coqueto.

—Jeje… arigato…— dijo Deidara sonriendo falsamente halagado y ocultando un puño fuertemente cerrado tras su espalda.

—Me gustaría invitarte a salir un día de estos.

—Jeje… «Ni lo sueñes»

—Madara-kun tu novia se enojará— interumpió Sasori que ya conocía perfectamente a su primo.

—Terminé con ella hace dos días y estoy buscando una nueva— contestó guiñándole un ojos a "Dara-chan"

Deidara se estremeció ante eso, Madara lo ponía de los nervios.

—Jeje, yo me voy pronto debe sonar la campana— el rubio se fue con la atenta mirada de Madara sobre su cuello— « ¡Maldición! Mataré a Kisame y Pain por meterme en esto»

—Bueno, nos vemos chicos— les dijo el mayor a sus primos y se retiró.

—Creo… que no debimos presentársela— comentó Sasori en voz baja.

—También yo, lo siento.

Deidara fue a su salón y apenas entró su mirada se dirigió a sus "amigos", caminó hacia ellos con cara de "están muertos", sin embargo antes de siquiera estar cerca, Sakura lo interceptó.

—Dara-chan ¿Cómo te fue en las pruebas?— le preguntó con esa horrible voz chillona.

—Me fue bien, nada complicado— respondió forzando una sonrisa amable, aunque en su cabeza solo formulaba el crimen perfecto con Kisame y Pain.

—Que bien, a mí también me parecieron fáciles ¿Comparamos respuestas?

—Después, ahora debo decirle algo a Pain— el rubio la evadió y caminó de nuevo a su puesto.

—Dara-chan ¿Dónde estuviste?— preguntó el de piel azulada con clara intención de fastidiar.

— ¿Acaso te escondiste con Itachi?— continuó el de cabellos naranjas.

— ¿O con Sasori?— terminaron los dos al unísono.

Deidara se mantuvo callado y con la mirada fija al suelo durante algunos segundos, después sonrió y se tronó los dedos con una mueca amenazante en el rostro.

—Pain… Dara-chan me está asustando— le dijo Kisame retrocediendo un poco.

—O-oye… no te enojes, solo jugamos— dijo el de cabellos naranjas.

—Ustedes me metieron en esto, los mataré— la voz del rubio parecía la del mismo demonio y Kisame y Pain jurarían que le salia fuego por los ojos.

—Tú te metiste solo, nosotros no te pusimos un arma en la cabeza para que aceptaras la apuesta— espetó el de numerosas perforaciones.

Deidara bajó los puños y se sentó, por más que le doliera, era la verdad. Kisame y Pain suspiraron aliviados, por un segundo pensaron que les había llegado la hora. El día continuó lento para el rubio, lo que más quería era irse a casa y quitarse esa molestosa ropa de chica. No entendía como las mujeres soportaban tener todo el tiempo las piernas cerradas, ya que si no lo hacían, la estúpida falda las exhibiría. El rubio quería tener las piernas abiertas, mantenerlas todo el tiempo juntas ya le estaban provocando calambres.

Por fin la tan ansiada campana sonó dando aviso de que era el momento de ir a casa. Deidara esbozó una sonrisa, pero al instante se le borró al recordar que apenas era el primer día de todo un trimestre.

—«Maldición»— pensó mientras guardaba sus materiales.

—Dara-chan, vamos, te irás a cambiar a mi casa ¿No?— le preguntó Pain.

—Claro, si mi familia me viera… sería la burla de todos… en especial de mi odiosa hermana, aunque todos lleguen tarde a casa no me pienso arriesgar— respondió el rubio.

La casa del de cabellos naranjas era completamente confiable pues sus padres casi siempre estaban en viajes y no tenía hermanos, prácticamente vivía independientemente, sólo que una señora de vez en cuando iba para hacer la limpieza.

Los chicos abandonaron el salón y caminaron algo apresurados por el paso de Deidara. Pero al salir del edificio el rubio fue interceptado por alguien de sorpresa por lo que terminó chocando contra su pecho.

—«Mierda»— pensó mientras se sujetaba la nariz, a ese paso se la terminarían rompiendo, vio de quien se trataba encontrándose con Madara.

—Dara-chan, hola— lo saludó.

—Madara-san— respondió sonriendo dulcemente— «¿Qué carajos con esas confianzas?»

—Dime solo sempai, no es necesaria tanta formalidad.

—Dara-chan, nos vemos después— dijo Pain ganándose una mirada asesina a la que no tomó mucha importancia pues se alejaba sonriente con Kisame.

—« ¡Malditos!»— gritó el rubio en su mente.

— ¿Alguno es tu novio?— le preguntó el pelinegro.

—No, solo mis amigos— respondió haciendo un énfasis en la última palabra.

— ¿Y tienes novio?

—No, realmente no me interesa— Deidara esperó que entendiera la indirecta.

Madara sonrió.

—Lo de invitarte a salir era en serio ¿Qué te parece el sábado?

—Eh… yo…

—Madara-sempai— lo llamó alguien a espaladas del rubio mientras este agradecía mentalmente la interrupción de aquella voz chillona.

—Sakura-chan ¿Cómo estás?

—Bien, como siempre, ¿Conoces a Dara-chan?

—Eso intento, la invité a salir pero no me responde aún.

— ¿Qué? Claro que irá ¿No es verdad Dara?

—«Perra, zorra, maldita bruja, te mataré»— pensó el rubio— c-claro— respondió sonriendo.

—Entonces te recogeré en tu casa a las dos de la tarde.

— ¡No!— dijo exaltado— no, este… nos encontramos en algún lugar mejor.

—Está bien, en la estación de tren entonces.

—Me parece bien— Deidara forzó otra sonrisa.

—Lo esperaré con ansias— Madara le guiñó un ojo y se fue dejando al rubio con un escalofrío recorriéndole todo el cuerpo.

—Ah…— suspiró la de cabellos rosados— es tan guapo, deberías aprovechar, parece estar interesado en ti.

—Claro… Sakura-san «un día me las pagarás y esos también malditos» me tengo que ir, nos vemos.

—Nos vemos.

Deidara corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a la casa de Pain e ingresó cerrando con un sonoro portazo.

— ¡Malditos hijos de puta!— gritó subiendo las escaleras caminó al cuarto del de cabellos naranjas, abrió la puerta de golpe sobresaltando a sus amigos— los mataré, haré barbacoa y me los comeré hasta engordar— Kisame y Pain se ocultaban detrás de la cama del segundo observando atentamente los movimientos del rubio— ¿Por qué chingados me dejaron con ese imbécil?— Deidra estaba fuera de sí, realmente su instinto asesino surgió.

—Etto… Dara-chan, calmat…— antes de poder terminar de hablar, Deidara le tiró una lámpara a Pain y como este la esquivó, el artefacto quedó hecho trizas al impactarse contra la pared— perdón, perdón, Deidara, lo lamentamos.

— ¡Son unos hijos de puta!— volvió a gritar el rubio antes de meterse al baño.

Los otros dos suspiraron aliviados. Deidara salió pocos minutos después vestido con su propio uniforme, les dedicó una última mirada asesina a sus acompañantes y se fue sin decir nada.

3blackshadows

Notas finales:

Me dejan algún review si les gustó

Y espero que la sigan hasta el final que no se cuado será jejej 

bye bye


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