Un silencio abrumador rodea el lugar, sentado en una banca verde rodeada por la bruma, un viento friolento le golpeo removiendo sus cabellos castaños, haciendo que su piel desnuda se erizará. Aun podía escucharlas, aquellas risas, aquellas burlas, esas palabras hirientes que esas personas escupían sobre su ser. Le dolía recordar lo que habían dicho y hecho, recordar hizo que su mirada se perdiera y amargas lágrimas comenzaran a caer en el polvoriento piso del parque.
Un nuevo viento volvió a golpear su rostro, llevándose consigo algo de la espesa bruma, dejando ver a la lejanía las luces de algunos de los automóviles que aun circulaban por las calles, intentando iluminar el camino a sus conductores. Dio un suspiro, de alguna forma sabia que se encontraba en un lugar seguro, “Seguramente nadie iría a un parque a la una de la madrugada”, de cierta forma ese pensamiento le dio confianza.
Se levanto para continuar su andar, tenía que huir lo más lejos posible, el clima le era benéfico para escapar pero a la vez un problema. Continuo caminando y de pronto se detuvo, las pudo escuchas, aquellas voces que tanto atormentaban su mente se escuchaban a la lejanía, comenzó a temblar, tenía que huir y pronto.
-RAPIDO, NO DEBE ESTAR LEJOS-
Aquel grito hizo que su cuerpo se paralizara, su mente comenzó a rememorar todos los malos momentos sufridos desde que “ellos” comenzaron a arruinar su vida, el momento en que llego y dijeron que su familia lo había entregado para pagar sus deudas, el día en que perdió su inocencia y paso a convertirse en el “juguete preferido del Jefe”. Recordar aquella noche provoco que su mirada se perdiera, aquellas manos frías recorriendo todo su pequeño cuerpo, siendo forzado a hacerle sexo oral a aquel viejo y al momento en que eyaculo se vio obligado a tragarse toda aquella asquerosa sustancia viscosa .
Aquel terrible dolor que sintió mientras ese grande miembro profanaba su pequeña y virginal entrada, cada grito de dolor, cada suplica, cada lagrima derramada en vano, el hombre no se detenía, al contrario, cada embestida la realizaba con mayor rapidez y fuerza. Aquel hombre pasaba mas haya de ser un depravado del simple deseo carnal, pasaba mas allá de utilizar a las personas para su satisfacción sexual, el llegaba a la completa enfermedad del “PEDOFILISMO”.
-Anda lindura, dime que te de mas-le ordeno
-Noo, por favor, sáquelo, me duele-lagrimas comenzaban a salir de sus hermosos ojos de color ciruela
El hombre frunció el seño al oír aquellas palabras, la ira estaba en su máximo volumen, sin pensarlo una fuerte bofetada se escucho en el pequeño cuarto oscuro seguido de un furioso grito.
-MALDITA ZORRA, NO ENTIENDES QUE AHORA ERES MIO, TU FAMILIA TE ABANDONO, YA NO TE QUEDA NADIE MAS QUE YO Y SI QUIERES SEGUIR CON TU PUTA VIDA ME TIENES QUE OBEDECER ¿ME HAS ENTENDIDO?-
El pequeño de apenas siete años asintió con una mirada llena de miedo, su lindo rostro se veía deplorable por las lágrimas y la suciedad que había en ese cuarto el cual ya tenía unos rastros de polvo en su cara.
El ruido de un pájaro moviendo las ramas de los arboles lo hizo salir de sus recuerdos, tenía que huir y este era su principal objetivo. Tratando de no hacer mucho ruido se echo a correr, tenía que alejarse de ese parque, de pronto una luz lo alumbro.
-Demonios-se dijo a sí mismo y un grito se escucho
-LO EH ENCONTRADO SEÑOR- dijo aquel hombre mientras se acercaba a el castaño
-MUY BIEN- fue la respuesta que aquel ser que se encontraba unos metros atrás dio
La mirada del joven que acaba de ser descubierto en su huida se lleno de miedo, ahora se veía de unos 12 años, sabía que si lo atrapaban sería el fin de su miserable vida. Decidido empezó a alejarse del hombre que lo había descubierto.
-Oye espera, que crees que estas asiendo, no te resistas y te perdonaran la vida, no seas imbécil Takato
-Y tú crees que quiero regresar a esa miserable vida de juguete sexual al lado de esos viejos pervertidos Hirokazu
-Al menos te tratan mejor que a lo demás-dijo con algo de enfado- no tienes que trabajar en la sala de prostitución.
-Lo sé, por eso Hirokazu escapemos juntos
-No Takato, si me escapo y me encuentran me mataran, así como lo harán si no te detengo-y en ese instante se lanzo en contra de aquel joven que era su amigo
Takato al ver a su único amigo, que tenía en aquel horrible lugar, dispuesto a atraparlo no pudo hacer nada más que correr, se fue perdiendo entre la espesa neblina y sin darse cuenta llego hasta la carretera. EL otro joven de igual cabellera castaña un poco más oscura se quedo estático al ver la horrible escena que estaba en frente de sus ojos.
Los demás perseguidores fueron llegando igualmente estáticos ante la escena. Un automóvil deportivo color rojo acababa de arroyar a la persona que tenían que capturar, si fueran en su auxilio ponían en peligro aquella organización de “trata de personas” donde lo principal era complacer a los enfermos del Pedofilismo, en especial a los grandes políticos, y al ver salir al hombre ya algo mayor pero no desconocido para ellos decidieron mejor dejar el lugar.
El hombre que salía del auto era el Jefe de un grupo de policías encargado de buscar a las grandes organizaciones de prostitución en todo el país, se asusto un poco al ver al joven inconsciente, pero después reviso sus signo vitales y vio que solo había sido la reacción del golpe, sin pensarlo dos veces lo subió en el asiento de copiloto y continuo con su trayecto.