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Recuerdos Oscuros por yaoiana

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Notas del fanfic:

Hola a todos y todas, hace rato no publicaba un fic en esta categoría.. .espero les guste

Recuerdos Oscuros

 

Lo llevaba en sus brazos… cargaba a aquel ser al cual ahora le debía eterna devoción… si eterna puesto que su amo ahora era un ser inmortal, era un demonio al cual debía cumplir ordenes cabalmente.

 

Lo contemplaba dormir… realmente había sido un completo tonto al no haber consumido inmediatamente aquella alma humana, por su descuido le fue arrebatada; por su descuido estuvo a punto de perderla ante otro demonio; y por su descuido…  permitió que esa alma llena de venganza y odio  fuera transformada en un demonio.  Siguió con su camino hasta una mansión abandonada,  su amo aunque fuera demonio le exigía seguir el ritmo de vida al cual estaban acostumbrados… el menor seguir simulando ser un conde de la alta burguesía  y él su mayordomo.

 

Lo recostó en la mullida cama y le susurró al oído “bochan, le cambiaré la ropa por la pijama, permítame por favor”.   Observó como Ciel se rascaba los ojos y luego bostezaba mientras se incorporaba.   Por su parte,  él comenzaba a quitarle los zapatos finos de cuero, los calcetines, aquel pantalón infantil pero de tela fina y la camisa para finalmente ponerle aquel largo y blando camisón de algodón.    Sin embargo, algo en su mente hizo un clic al recordar  que mientras Ciel estuvo hipnotizado,  estaba  al cuidado de ese otro demonio.   Su amo jamás le había comentado que había ocurrido en esos momentos.

 

-       Bochan… me permite hacerle una pregunta

 

-       Mhm? De que trata Sebastian

 

-       ¿Quien es mejor… el o yo?

 

-       ¿El o tú?  No entiendo tu pregunta Sebastian, ¿a quien te refieres?

 

-       Claude…   quien es mejor sirviéndole… ¿ el o yo?

 

 

Vio la cara de sorpresa en el rostro de su amo y luego divisó como meditaba la respuesta.    Lo vio suspirar y mirarlo con esas orbes azules tono rey…  siendo humano o demonio, su amo no perdía aquel encanto juvenil y provocador…  lo deseaba en todas las formas posibles.

 

-       Supongo que es mejor malo conocido que bueno por conocer

 

-       Si que es poco sincero mi amo…   y… ¿el intentó propasarse con usted amo?

 

-       Pensé que solo era una sola pregunta Sebastian

 

-       Perdone mi curiosidad joven amo…  acepto cualquier castigo digno, pero deseo saber la respuesta

 

 

Su conde se acurrucó en la cama, lo miró fijamente como buscando las palabras para comenzar su relato.    Cerró sus ojos y pudo ver aquellas hermosas pestañas largas color ébano… cuanto deseaba marcar poro a poro el cuerpo de su dueño.

 

-       Si…  pensé que lo había soñado, pero no fue así, al parecer me privó de mis sentidos y aprovechó eso   - espetó fríamente –

 

-       Desgraciado…  - murmuró por lo bajo lleno de ira-

 

-       Solo... me tocó y besó Sebastian…  no es para tanto

 

-       Es decir que… ¿usted esperaba más?  -  mirándolo realmente molesto-  ¿ deseaba usted que el concluyera?... dígamelo  - dijo pero ahora no se encontraba en el papel de mayordomo, sino, de un demonio llevado por los celos-

 

-       Se… Sebastian…  ¿por qué estas molesto?

 

-       Estoy molesto porque yo debía ser el primero en poseer sus labios,  el primero en tocar su cuerpo… el primero en ver su cara llena de éxtasis y el primero en profanar su cuerpo… llevó esperando mucho tiempo y me molesta que por un descuido mío, otro se haya atribuido algo que por derecho era mío.

 

 

El mayor no había sido consciente que mientras hablaba, su cuerpo había arrinconado contra la cama a su joven amo.   El menor lo miraba con sorpresa y no esperaba menos, le había mostrado sus más fervientes deseos a su amo y no sabía si esto cambiaría su relación.

Sin importar lo que pensara el oji azul, pasó una de sus manos enguantadas por las mejillas de su conde… no podía negarlo, estaba celoso de cualquier sujeto que se acercara a su perfecta alma.

 

 

-       Lo deseo joven amo… no sabe a que tortura me ha sometido… porque  ahora más que nunca, usted se ha vuelto intocable para mi... jamás podré obtener su preciada alma.

 

-       ¿Estas consciente del atrevimiento que te estas tomando... Sebastian?  

 

-       Si amo... no importa el castigo que me implique, lo recibiré con mucho gusto si usted me permite continuar

 

Afiló su mirada ante la sonrisa petulante de su amo, este lo miraba entre divertido y egocéntrico... gesto que le molestó y lo llevó a pensar que su conde consideraba sus palabras como una infantil jugarreta. 

 

 

-       Sebastian...  - riendo-  has perdido tu estilo como demonio... creí que un demonio tomaba sin preguntar lo que apetecía   - sonrió lascivo mientras miraba a su mayordomo con sus ojos purpuras macabros-

 

El mayor no necesitó otra palabra, era obvio que su amo le estaba dando el permiso de proseguir pero… ¿por qué?, ¿lo hacía porque también le apetecía?  ¿ por diversión?  ¿por verse vencedor?... debía admitirlo… su amo era más demonio que él mismo…  podría llegar a ser más cruel y despiadado que cualquier otro… pero eso le encantaba… le gustaba ser el juguete de su bochan.

 

 

-       Sebastian…  te ordeno que me tomes  - dijo seguro de sí,  pues en el fondo, le complacía saber que volvía loco de deseo a su demonio-

 

-       Bochan…  siendo orden o no… es  lo que pensaba hacer

 

 

Se quitó los guantes prontamente para delinear con sus largos dedos, aquella sonrisa traviesa de Ciel.  Sus dedos pasaron por el pequeño rostro y luego se enclavijaron en la delgada cintura, sosteniéndola con fuerza.     Posó sus labios en la boca de su conde y se sorprendió de aquel exquisito sabor… definitivamente su amo era magnifico en todas sus facetas.

Con su lengua incitó la de su amo, creando una estupenda danza de saliva y lenguas… realmente el mejor elixir que había probado en años.   En aquella misma danza, se dio a la tarea de reconocer todo dentro de esa cavidad, por lo cual contempló un poco los dientes y las mejillas internas de su amo…  solo cuando fue necesario el oxígeno se apartó de aquel manjar.

 

-       Bochan…  realmente es exquisito

 

-       Adularme no te hará las cosas más fáciles… Sebastian

 

-       ¿Adularlo? No amo… le hago un cumplido   - sonriéndole al ver como levemente se sonrojaba-

 

-       I..diota

 

 

Le dio un beso más sereno y prosiguió con los mimos a su joven amo.   Olió el dulce aroma a vainilla que destilaba Ciel y luego con su lengua recorrió un costado de su cuello;  su lengua se movía arriba y  abajo, llenando aquella piel con su saliva… era tanto el placer que de su boca salieron sus colmillos y en un acto placentero lo mordió sin miramientos.

Sus ojos se tornaron magenta cuando probó la sangre del oji azul, era la manzana de la discordia entre los demonios pero su ego subía al recordar que solo le pertenecía a él…    solo cuando escuchó un sonido lastimero, su mente regresó al lugar y al acto que hacían, pensó en sacar sus dientes pero la voz de su ahora amante lo detuvo.

 

 

-       Hazlo tan doloroso como puedas… graba el dolor de mi vida en mi alma

 

Aquellas palabras lo descolocaron un poco… eran las mismas que su amo le había dicho al momento de arrebatarle su alma…  su amo… su Ciel… su amor y ahora su demonio era el ser más abstracto y curioso que jamás hubiera conocido, tal vez ese era el motivo por el cual lo amaba de una manera tan diferente a la mundana; y sabía que luego de dar aquel paso… lo amaría de una forma más profunda.

 

-       Yes, my lord…

 

Con más libertad, comenzó a rasgar la ropa de su amo, dejando unas cuantas heridas en el perfilado y pequeño pecho.   Decidió lamer los rasguños y agudizó sus sentidos para escuchar los perfectos sonidos excitantes de Ciel.    Sentía las manos del menor aferrarse a sus cabellos y halarlos con fuerza… al parecer tendría que deshacerse de la idea de hacer el amor dulcemente… su amo, aunque no quisiera reconocerlo, tenía un alma salvaje y eso lo apasionaba.

 

Con sus dientes mordía el plano vientre del oji azul, enterrando de vez en cuando sus colmillos; luego ascendió ante los pezones y comenzó a recorrerlos con su lengua… su amo se percataría que su lengua no solo era buena para hablar, sino para llevarlo al paraíso terrenal y volverlo a traer de allí.  Movía aquel órgano arriba y abajo, en forma circular y luego con sus labios succionaba, observando atento el color carmín  que tomaban ahora;  sus dientes también se hicieron partícipes, halándolos  y succionándolos, presintiendo cuanto le gustaba a su Conde.

 

 

-       Mhgm… Sebastian… idiota… no puedes arrancarlos…

 

-       Lo sé…  es solo que es tan adictivo que no quiero detenerme…

 

-       Entonces sigue… hay más por recorrer

 

 

Acató la sugerencia de Ciel y decidió descender,  hundió su lengua en el pequeño ombligo y mientras lo lamía, con sus hábiles manos recorría las piernas y caderas del menor.   Siguió bajando hasta toparse con la virilidad ya erecta, sonrió lascivamente y pasó su pulgar por la punta.

 

-       Veo que le han gustado mis caricias… bochan

 

-       Cállate y continúa…

 

 

Sonrió sinceramente, su amo siempre sería un ser rebelde.   Comenzó a quitarse la ropa, prenda por prenda, quedando desnudo y viendo como el oji azul lo miraba atentamente.    Ambas miradas se perdieron la una en la otra,  comiéndose con los ojos; su amo tan solo pasó la mano por sus pectorales y sonrió…  sonrió satisfactoriamente.

 

-       Me has conocido infinidad de veces desnudo… y esta es la primera vez que yo te veo a ti

 

-       ¿Y le desagrada algo de mi?

 

-       No… por el contrario  -  tomando con su mano la  larga intimidad del mayor- me gusta mucho.

 

Gruñó ante aquel contacto y notó la divertida y sensual mirada de su amo… realmente era un juego bastante excitante.  

Movió su cadera contra la mano de Ciel, haciendo que la masturbación fuese más profunda e intensa, al parecer su amo le entendió, puesto que lo apretó más y comenzó a moverse más rápido.   

 

Mordió sus labios ante la rica sensación, su grande y largo falo hacia un ferviente contacto contra la mano de su joven amante y cada vez se hacía más intenso.   Pero gruñó con molestia ante el cese de tan apasionante caricia, lo cual llevó a que mirara a su amo con reprobación.

 

-       No me mires así… tan solo quiero que lo recorras por todo mi cuerpo

 

Asintió ante la orden de su conde, realmente aquel reciente demonio lo sorprendía… era el ser más impredecible que había conocido.     Tomó su virilidad ya goteante  y comenzó a pasarlo desde el tobillo hasta la rodilla se su amo, notaba  aquella línea de semen que iba quedando y eso lo excitaba.

Continuó y esta vez pasó se la rodilla por todo el muslo hasta terminar en el vientre,  punto específico el ombligo;  allí tomó su glande y comenzó a meterlo en el pequeño agujero, escuchando los sonoros gemidos de su amo.

 

-       Mhgm… si… Sebastian… lléname…

 

 

Prosiguió con su acción, metiendo con más fuerza su pene en el ombligo de Ciel; aquellos gemidos comenzaban a nublarle el juicio.    Ascendió con parsimonia sobre el fino pecho, rodeó con su glande húmedo los pezones del Conde y siguió su aventura hasta llegar a una mejilla.   Pasó su larga virilidad por allí y también lo hizo por la nariz de Ciel.

 

-       Adoro su nuevo olor… bochan

 

-       ¿Nuevo… olor?  ¿a que huelo… Sebastian?

 

-       A mí

 

 

Se relamió sus labios al poner su pene frente a los labios del oji azul,  su amor hacía presión para no abrirlos y ese pequeño juego le agradó.    Con una de sus manos haló uno de sus pezones y al ver que Ciel gemía, aprovechó para introducirlo dentro de su boca.

Gimió al sentir como lo apretaba aquella cavidad bucal y como su amante lo recorría con su lengua.   Sentía como su falo se ponía mas grueso en esa boca y  jadeó sonoramente cuando sintió los dientes de su amo incrustarse en su glande.

 

 

-       Es… usted muy travieso… joven amo

 

Notó la mirada deseosa del joven y comenzó a meter y sacar su virilidad de aquella boca.   Hubo un punto en el cual perdió la razón y su vaivén era más salvaje y rápido, logrando escuchar los sonidos de las arcadas de su amo… este intentaba sacar el largo miembro que le llegaba a la garganta.

Por su parte, estaba realmente excitado y solo sacó su virilidad al sentir que estaba por llegar… tomó su pene y lo tocó hasta venirse en el rostro de su amo… aquella imagen de Ciel llenó de su esperma, tan solo lo incitó más y su miembro retomó el calibre anterior.

 

-       Amo… lo deseo… lo deseo mucho…  - gimió ronco-

 

Miró las orbes llorosas de su amo…  este se encontraba algo contrariado pero deseoso…  escuchó de sus labios un “continua entonces”  y con ello retomó su accionar.    Lo besó y lamió las mejillas para retirarle un poco de su semilla y volvió a besarlo para compartir aquellos tres sabores… su saliva, la de su amo y su semen.

 

Se separó de aquella boca, viendo como un hilillo de saliva los unía aun, lo retiró con su larga lengua y luego le sonrió sinceramente a su amo… aquel momento era el mejor que hubiese tenido en su vida demoniaca.

 

-       Se… Sebastian…

 

-       Dígame… joven amo

 

-       Vente en mi boca…

 

-       Como ordene

 

Luego de aceptar la orden, acomodó bien en la cama al oji azul y se posicionó sobre el pero de manera invertida, formando un 69 y acoplando de manera magnánima su cuerpo.   Abrió las piernas de su amo e inclinó su cabeza para quedar en mejor posición para comenzar la felación.

 

-       Bochan, le agradecería que realizara lo mismo que yo

 

-       De… de acuerdo Sebastian

 

 

Le encantaba escuchar el tono quebrado en la voz de su amo… no sabía si era de vergüenza o de excitación, pero sea cual fuese el motivo,  sonaba como perdición para cualquiera.

Tomó con una de sus manos la intimidad de Ciel y con su lengua comenzó a mimar el joven y vigoroso glande; no obstante, si pensó que la sangre y saliva de su amo eran un elixir… aquel sabor de su semilla los superaba con creces.    

 

Tan ensimismado estaba en succionar más ese glande para probar aquella sustancia que no se percataba de los roncos gemidos del menor ni como le pedía que lo hiciera con menos intensidad… solo reaccionó cuando sintió aquella sustancia armiño en su boca; la tragó sin vacilar  y jadeo ante tal sabor.     Ahora que había probado aquella esencia, se dedicó a sentir las acciones del oji azul, como pasaba su lengua pequeña lengua por su virilidad… pero como quería escuchar más de esas exclamaciones de placer, con su lengua comenzó a lamer el pequeño ano color rosa.

 

-       Ahhh… Se…. Sebastian… no…. 

 

-       Amo… no se detenga… debe continuar

 

Sonrió para sí mismo al ver que su amo retomaba la acción; se sentía bien que su amo obedeciera una sencilla orden de su parte.   Sin tardar mucho, volvió a lamer aquel agujero, sintiendo como el cuerpo debajo suyo se contraía;  por otra parte, al sentir que estaba por venirse, comenzó a moverse intentando entrar más en la boca de su amante y gimió toscamente cuando lo logró.

 

Se apartó con cuidado y observó con lasciva como Ciel intentaba tragar lo que más podía de su semilla y lo sobrante, ver como se deslizaba por la comisura de sus labios.    Se inclinó y lamió aquellos restos, para después susurrarle al oído.

 

-       Le gustó el aperitivo bochan

 

-       No estaba mal…

 

-       Me alegra, porque ahora vamos por el plato principal

 

 

Abrió nuevamente las piernas de su amo, pero esta vez se encontraba frente de  el, para poder así ver cualquier gesto sexual que hiciera su amo.   Con su dedo índice tanteó el pequeño agujero, viendo como esta se contraía deseosa; cambió su digito por su pene, restregándolo contra aquella retaguardia.

 

-       Amo… su cuerpo me desea… quiere que entre…

 

-       Mmg… si lo ves… entonces porque no has hecho nada?

 

-       Que clase… de mayordomo sería sino consulto primero con mi amo?  - sonriendo divertido-

 

-       I… Idiota…

 

Sin preparación, comenzó a ingresar su glande en aquel estrecho interior.  Sintió  la presión en sus muñecas puesto que su amo lo sostenía fuertemente, como intentando mitigar el dolor.

 

Aquella expresión de dolor lo prendió más, provocando que metiera su hombría de una sola embestida.  Notó que ante su acción, su bochan se había mordido el labio inferior,  el cual ahora sangraba;  lo lamió y tragó aquel metálico sabor que le fascinaba.

 

-       ¿Duele joven amo?

 

-       No importa… te dije que lo hicieras así

 

 

Asintió y siguió moviéndose dentro de aquel interior… aquella carne caliente lo apretaba deliciosamente, tanto que le hacía perder el aire.  

Su amo tenía un hermoso gesto, entre excitado y adolorido, pero sabría que en poco sería solo deseo.

 

Se absortó en ver como su virilidad entraba y salía de aquella flor de Sodoma,  sus testículos golpeaban la retaguardia de Ciel y aquel sonido le agradaba.     Cuando sintió que su falo se movía con más libertad, inició con unas estocadas más fuertes que fueron apoyadas al posicionar las piernas del menor en sus hombros.

 

 

-       Ah… ahh… Sebastian….  

 

-       Hmgm… bochan… que bien se siente

 

 

Preso del deseo,  aumentó la fuerza de las embestidas, tomando las caderas del peli añil.  Su fuerza era tanta, que comenzaba a dejar las marcas de sus dedos en aquella perfecta piel… le gustaba ver aquel cuerpo mancillado por su lujuria.

 

Salió de su cuerpo y giró a su Conde poniéndolo en cuatro; volvió a tomarlo de la cadera y con aquel apoyo se  ayudó para entrar de una sola estocada.   Ahora el sudor y el presemen hacían que sus cuerpos sonaran extravagantes.

 

-       Amo… debería ver como entra y sale de usted

 

-       Ca… cállate y sigue… ahhhh

 

 

Cuando su lord gimió de aquella forma, supo que había tocado aquel punto clímax.  Se esforzó por seguirlo tocando, por lo cual lo penetró con más salvajismo.   Para incitar a Ciel, comenzó a morder la piel de la espalda y a dar pequeñas palmadas en los glúteos del menor.

 

-       Mhgm… eso me gusta… ahh… si… no te detengas

 

 

Agarró la virilidad de su amo y comenzó a mastúrbalo… sentía que en breve ambos terminarían por lo cual quería que fuera un orgasmo compartido.  Se movía a medida que embestía a su amo y en un gemido unísono… ambos llegaron.

 

Se recostó sobre su amo, intentando mitigar la fuerte oleada de placer.   Podía ver como  Ciel respiraba agitadamente y como su saliva se esparcía por todo el mentón y sábanas.

 

-       Bochan le gusto?

 

-       Si…  ahora sal de mi interior

 

-       No lo creo bochan

 

-       ¿A… que te refieres? ¡Quítate!

 

-       Un demonio aguanta tres veces más que un ser humano… así que si un ser humano aguanta dos orgasmos… un demonio aguanta seis

 

-       Mhg… esta será una noche larga.

 

 

Sonrió y apagó la vela del lugar, para dejar que la luna fuera testigo de aquella entrega demoniaca que duraría por eternidades.

  

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, sus comentarios son mi mejor recompensa :9 


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