— ¡Wilson!
House entro a la oficina de su mejor amigo haciendo estruendo con su voz. Wilson sabia que nunca se libraría de aquellos sustos.
— House ¿Sabías que las personas normalmente golpean la puerta antes de entrar? —le reprocho aún impactado de ver lo desconsiderado que era su amigo, pero él se acomodo en el sillón de su oficina y mientras se estiraba perezosamente, dejo su bastón a un lado.
House, como de costumbre rodo los ojos y le dijo. —Esas personas seguramente son consideradas — Y Wilson podía asegurar eso, el no entraba a la oficina de House de esa manera.
— Y que te trae por aquí. —pregunto mientras volvía su mirada al pequeño grupo de carpetas y hojas en su escritorio, tomo una carpeta en sus manos y se dispuso a terminar con el papeleo lo más pronto posible para ir a su vacía habitación de hotel.
— Es el nuevo paciente, sospechamos…—rió tontamente y se corrigió. —Cuando dije sospechamos, hablo de mí porque, por alguna extraña razón mi equipo desapareció. —soltó con sarcasmo.
Wilson dejo los papeles a un lado y miro a su amigo asombrado. —Espera. ¿Hablas de todo tu equipo?
— Si, al parecer Cuddy tiene un pequeño trabajo especial para ellos.
Gruñó y acomodo su pierna sobre el sillón de Wilson. Por un segundo esto le molesto, pero luego lo olvido para seguir preguntando.
— ¿Foreman, Cameron y Chase solo te dejaron con este caso y ya?
— Así es.
Wilson abrió su boca en asombro, pero luego la cerró y vio a su amigo con suspicacia. —No los despediste ¿Cierto?
— ¡No!
House estiro su espalda sobre el sillón y miro el techo, Wilson pensó que se veía particularmente interesado en su estructura y consistencia.
— ¿Entonces…?— pregunto sin comprender del todo lo que su amigo intentaba pedirle.
— necesito que me ayudes con este paciente.
Wilson estiro sus manos lejos, como si apartara la idea sutilmente. Él no podía hacer eso, tenía suficiente con su trabajo.
— House, soy jefe de oncologogía en este hospital, no puedo dedicarme al departamento de diagnostico cuando tengo un departamento completo que atender y supervisar. — Wilson tomo de vuelta la carpeta y desprendió algunas páginas. — Lo siento, habla con Cuddy.
— Hablé con ella, — House le menciono sin sostener su mirada por mucho tiempo a la de Wilson. Le dio unos pequeños golpes a la alfombra con su bastón y continúo. —Ella sugirió que me apoyaras a mí y al departamento de diagnostico en tu tiempo libre.
— ¿Mi tiempo libre? — Wilson acaricio el puente de su nariz y luego junto sus palmas frente a House para intentar negociar. — De acuerdo. Pero.
House mostro una cara inmutable mientras muy dentro de él sonreía satisfecho.
Wilson se hundió en su silla — Tendrás que dejarme vivir en tu casa por un tiempo House, no puedo salir del hospital, luego ir a tu casa. Me imagino. Y luego volver al hotel todos los días. Además ya no quiero continuar pagando un alquiler diario.
House no dijo nada y entonces Wilson agrego. — Se que te molesta tener a alguien viviendo contigo, pero si quieres mi ayuda…
House lo sorprendió con un asentimiento. — De acuerdo, te quedaras en mi sillón.
A Wilson le sorprendió la falta de protestas y lloriqueos, pero a su vez se sintió aliviado de no tener que pagar el costoso alquiler de la habitación que alquilaba en el centro.
Antes de que pudiera dirigirse de nuevo a House, este se encontraba cerrando la puerta tras su paso.
Pensó era extraño que Cuddy le quitara su equipo completo a House, pero conociendo los famoso pleitos entre ese par, lo más seguro era que se tratara de algún tipo de venganza de Cuddy.
Bien él pagaría las consecuencias también.
**************
Wilson coloco su maleta en la acera, frente al condominio de House. Conocía muy bien el departamento de su amigo y sabia que en el si cabía su pequeño sofá cama. Así que más le valía a House no protestar cuando los de mudanzas lo trajeran de la bodega y lo instalaran en su sala.
Cerró la puerta de su auto y la cajuela. Sintió el duro frio de los inviernos en New Jersey.
Vivir solo en una habitación de hotel era deprimente, pero más deprimente era el hecho de volver a cargar con un matrimonio fracasado, no era el primero, esta vez era su tercera esposa la que lo echó de casa luego de que discutieran por la falta de comunicación o interés entre ambos y todas esas excusas que utilizas para terminar con un matrimonio.
Wilson quería que su abogado le diera los papeles de divorcio y así acabar de una buena vez con Marisa y su insoportable carácter.
Golpeó la puerta con los nudillos de su mano y espero a que House abriera la puerta antes de que se congelara allí fuera.
— House, ábreme —golpeo de vuelta y en el tercer intento House lo hizo.
— Deberías ser más paciente cuando golpeas la puerta de un lisiado.
Wilson rodó los ojos y tomo de sus maletas para entrar. — Si, por supuesto.
House cojeó hasta su sillón donde al parecer veía una película en piyama. —Deja tus cosas en el armario, no quiero tropezar con tus maletas. — House se escuchaba tan tedioso como Wilson esperaba que fuera.
— ¿Quién es el paciente? —pregunto Wilson mientras metía las maletas en el armario, dejo caer una caja de zapatos y gruño cuando de esta rego una gran cantidad de papeles inservibles de consultas. —House, deberías contratar a alguien de limpieza…
— El paciente es un hombre de cuarenta años, sin antecedentes cardiacos, diabetes o de drogas, pero que tiende a desangrase por cada orificio de su cuerpo. —House hizo un mohín de enigma, se encogió de hombros y tomo de su botella de cerveza. — ¿Qué opinas, un interesante caso?
— De hecho si, ¿Podría ser leucemia? —soltó su idea más práctica, era oncólogo y lo más probable es que pensara en todos los tipos de cáncer existentes antes de llegar a un acertado diagnostico. En verdad, esto sería muy interesante, trabajar con House en un diagnostico de pronto no le pareció tan mala idea.