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Monster por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

el fic no me pertenese :3 

 

 

Esquizofrenia. Todos los doctores decían lo mismo, no hay cura y solo se puede controlar… no hay nada que hacer. Escuchaba voces todos los días que lo atormentaban pero no podía pararlas, todas esas pastillas no servían de nada pues los medicamentos ya habían perdido su efecto desde hace mucho tiempo.

 

 


Sus padres estaban aterrados pues la enfermedad de su único hijo era destructiva tanto para el como para las personas a su alrededor pues al no poder diferenciar la realidad de sus fantasías podía llegar a lastimar a alguien.

 

 

 

Debieron tomar medidas drásticas cuando el chico mato al gato de la familia alegando que el animal le susurraba cosas satánicas en idiomas del demonio que solo el podía entender. Le construyeron una especie de celda en el sótano y ahí lo mantuvieron desde su tierna infancia hasta el fin de la adolescencia.

 

 

 

Ya tenía veintiséis años y aun seguía ahí encerrado, en vez de ayudar a controlar su enfermedad, el encierro y aislamiento hicieron de él una bomba de tiempo. Pasaba las horas hablando con las paredes, inventando historias sobre conspiraciones divinas en contra de él.

 

 


Su rostro fino adornado con esos cabellos de oro, Takanori era un hombre realmente apuesto pero estaba completamente loco. Se reía a carcajadas todas las noches poniéndole los pelos de punta a los vecinos y a sus padres, se auto mutilaba y a veces hasta se cortaba pedazos de su propia piel y se los comía.

 

 


Sus padres decidieron que lo mejor para el seria enviarlo a un hospital o algo pero al mismo tiempo no querían deshacerse de su hijo pues aunque estuviera enfermo seguía siendo su único hijo. Decidieron que lo mejor sería contratar a alguien que lo cuidara en casa, como un enfermero-niñero que supiera y pudiera lidiar con la enfermedad del joven.

 

 


Pusieron un anuncio en el periódico y esperaron por días que pronto se hicieron semanas, creyeron que no encontrarían a nadie que quisiera el trabajo, hasta esa noche.
Era tarde y llovía a cantaros, caían relámpagos y truenos haciendo que el perturbado muchacho se escondiera bajo su cama, podía ser un psicópata en potencia pero los rayos y truenos le daban muchísimo miedo así que se escondió bajo su cama y abrazo a su oso de peluche favorito.

 

 


Sus padres cerraron ventanas y puertas por el viento y se disponían a dormir cuando escucharon el sonido del timbre. Alguien llamaba a su puerta. Abrieron la puerta y vieron a un joven alto y delgado parado ahí.

 

 


-discúlpenme por venir tan tarde y de esta forma- se disculpo el apuesto joven- me llamo Takashima Kouyou y he venido por el anuncio en el periódico.

 

 


Los señores hicieron pasar al muchacho y lo entrevistaron, pronto quedaron fascinados con él pues a pesar de su corta edad se había graduado como medico con honores y su especialidad era la psiquiatría y parecía capaz de poder ayudar a su hijo. Le ofrecieron una cama para que se instalara pues su hijo requería cuidados las veinticuatro horas del dia y Takashima no tenia ningún problema con eso.

 

 


A la mañana siguiente Takashima se despertó y pidió permiso a los señores para prepararle el desayuno a su nuevo paciente. Preparo el plato preferido de Takanori, sándwich de crema de maní y mermelada de cereza.

 

 


Bajo las escaleras hacia el cuarto donde Takanori era prisionero y vio una puerta cerrada con un candado, en primera instancia pensó que los padres de aquel joven eran muy malos e inconscientes por mantener al muchacho en esas condiciones.

 

 

 

Metió la llave que la madre de Takanori le había proporcionado y quito el candado, abrió la puerta y se encontró con un cuarto poco iluminado, de color beige sin ventanas, en las paredes habían dibujos y palabras que el enfermo había escrito ahí. Había una cama pero no vio al muchacho, sonrió y camino hacia el mueble, alzo las sabanas que caían hasta el suelo y ahí lo encontró. Takanori estaba debajo de la cama temblando y abrazando un muñeco de peluche.

 

 


-Takanori…-susurro el doctor llamando la atención del chico- sal de ahí, te tengo un regalo.

 

 


-tu… tu eres otra alucinación, quieres hacerme daño.

 

 


-no digas eso, estoy aquí para ayudarte, mira- dijo ofreciéndole el sándwich- te traje esto.

 

 


El muchacho salió lentamente de debajo de su cama y lo miro con unos ojos de atención impresionantes, intentaba no parpadear para no perder de vista al ese sujeto ni por una milésima de segundo. Takashima le acerco la comida y Takanori la tomo y comenzó a comerla, se relajo un poco y Takashima aprovecho este momento para acariciarle la rubia melena y Takanori no se resistió.

 

 


-mi nombre es Takashima Kouyou y desde ahora seré tu doctor.

 

 


Takanori seguía comiendo como si el castaño no estuviera hablando pero era un hecho que ya confiaba en el y estaba bien seguro de que no era una alucinación.
Cuando el primero termino de comer se sentó en su cama y junto sus piernas a su pecho y las abrazo, Takashima tomo la única silla de ese cuarto y la puso frente a su paciente y se sentó para verlo a la cara pero Takanori la escondió entre sus rodillas

 

 


-Takanori… no debes hablar si no quieres aun, y si no quieres tampoco me mires, solo escucha- aunque no quería verlo en ese instante, Takanori puso a atención a lo que el iba a decir- se que no eres muy sociable y que haces cosas que te pueden dañar tanto a ti como a otras personas pero estoy aquí para poder ayudarte a curar eso.

 

 


-ellos…-dijo susurrando.

 

 

 
-¿ellos?

 

 


-ellos me dicen que debo matar- se abrazo con más fuerza- ellos dicen que vendrán por mi si no mato gente… mis padres me han mantenido aquí y no me han dejado matar a nadie… por eso es que estoy enfermo.

 

 


-matar a nadie no te curará- se sentó en la cama junto a Takanori, con su mano acaricio el cabello rubio del más pequeño quien descubrió su rostro y miro a su doctor a la cara-

 

 


-es por eso que a veces me corto- Takashima puso especial atención a eso, no esperaba que aquel chico se abriera tan fácilmente pero hablaba con mucha naturalidad- ellos me piden carne… carne humana.

 

 


Enseguida, Takashima pudo darse una idea de lo mal que estaba la enfermedad del muchacho, bien sabia que el encierro solo había empeorado las cosas que de por si iban mal. Fue por su maletín y saco un frasco de pastillas y tomo un par y se las dio a Takanori.

 

 


Los días pasaron y Takashima no lograba avances con el tratamiento de Takanori quien cada dia parecía más perturbado pero de cierta manera el sentía una paz inminente cuando estaba cerca del castaño. De cierta manera los medicamentos habían logrado disminuir la agresividad de Takanori pero no pudieron eliminar esas voces que el oía y que le pedían carne humana.

 

 


Una noche, los padres de Takanori se habían ido al teatro con unos superiores de su trabajo dejando a Takashima a cargo de todo. Decidió que ese sería el momento perfecto para comenzar a introducir a Takanori a una vida un poco más normal y decidió comenzar por sacarlo de aquel cuarto.

 

 


Takashima abrió la puerta del cuarto sin ventanas en donde se encontraba Takanori y la dejo abierta, el muchacho se negaba a salir pues decía que aquellas voces lo obligaban a quedarse dentro del cuarto pues si salía no sería capaz de controlar a esas voces que le pedían matar. Takashima creyendo en sus instintos de doctor y en todos esos libros de psicología que había leído le insistió para que saliera del cuarto. Takashima se resistió un poco pero al final subió las escaleras y por primera vez en muchísimos años pudo sentarse en el sofá de la sala de estar de su casa.

 

 


-¿Cómo te sientes?- le pregunto Takashima intrigado.

 

 

 
-debo… debo regresar a mi cuarto… no es… no es seguro que permanezca aquí.

 

 


-¿Por qué?

 

 


-ellos… ellos me dicen que quieren sangre- tapo sus oídos de una manera infantil y comenzó a temblar de una manera violenta.

 

 

 
Takashima corrió al lado del joven y lo abrazo intentando hacer que se calmara y poco a poco lo fue logrando. Takanori se aferro al cuerpo de Takashima y comenzó a llorar en su pecho.

 

 


-¿Por qué lloras Takanori?

 

 


-porque…. Porque ellos reclaman tu sangre.

 

 

 
Takashima abrió los ojos muy grandes y trago gordo, por un segundo estuvo a punto de salir corriendo de ese sitio pero algo lo ataba a Takanori, ese joven se había hecho especial para él a pesar de todos sus trastornos.

 

 


-¿mi sangre?

 

 


-me dicen que debo… debo obtenerla haciendo esto…

 

 


Takanori se abalanzo sobre Takashima besándolo y acariciando su cuerpo. En ese momento Takashima no entendió nada pero no iba a detener al chico, eso se sentía muy bien y no iba a parar.

 

 


Takashima correspondió el beso y las caricias, comenzó a desnudar a su acompañante quien hizo lo mismo con el. Pronto ambos estuvieron solo en ropa interior. Takanori comenzó a besar el cuello de su ahora amante y bajo lentamente por su pecho.

 

 

 
-¡AAHHG!- Takashima gimió de dolor pues Takanori le había enterrado las uñas enteras en el pecho y rasguñó dejando una herida larga y sangrante pero superficial.

 

 


-ellos… reclaman tu sangre…- repitió y acto seguido lamió la sangre del pecho de su acompañante quien encontró esto bastante excitante.

 

 


Takanori comenzó a besar el abdomen bajo de su amante quien se había olvidado por completo de su ética profesional y había comenzado a hacerle el amor al otro chico. El más pequeño abrió el pantalón de Takashima y saco su pene introduciéndolo en su boca y lamiendo de abajo hacia arriba engullendo todo el trozo de carne. El mayor no aguanto y se vino dentro de la boca del otro quien sin pensarlo dos veces trago todo el líquido blanquecino.

 

 


El rubio se levanto y quito sus pantalones, tomo el miembro de Takashima y con sus propias manos lo fue introduciendo en su interior. Mientras el pequeño se penetraba, Takashima comenzó a masturbar a su acompañante quien entre gemidos seguía susurrando que alguien reclamaba su sangre.

 

 


Ambos no tardaron en llegar al clímax. Takashima se vino en el interior de Takanori, mientras este dejo su esencia en la mano del mayor. Takanori se levanto de inmediato y se fue a la cocina mientras que Takashima se quedo en el sofá acostado, semidesnudo y jadeante. Jamás pensó que un chico esquizofrénico pudiera dar tan buen sexo, hasta estaba pensando en decirle a los padres del joven que de ahora en adelante el se haría cargo de su hijo.

 

 


-ellos reclaman… tu sangre… quieren… tu carne- Takanori apareció parado enfrente de él con un cuchillo en la mano. Ciertamente se veía muy atractivo pues su fino y blanco rostro con esa expresión de niño pequeño lo hacían verse bien, también había semen saliéndole de su entrada y le escurría por la pierna.

 

 


-Takanori- Takashima se levanto lentamente y se sentó en el sofá- ven aquí, deja ese cuchillo.

 

 

 
-no puedo… ellos me dicen… debo darles lo que quieren.

 

 


-¿Qué quieren?

 

 


-tu… tu carne- Takashima sintió miedo verdaderamente pues Takanori se acercaba decidido a él con el cuchillo bien agarrado.

 

 


-Tranquilo- trago gordo- no debes escucharlos… no deberías… las medicinas…

 

 


-siempre he podido escucharlos y me hacen daño, siempre lo hacen, se enojan conmigo si no les doy lo que me piden… ahora me piden tu carne y no se los voy a negar. Takashima estaba paralizado por el miedo, vio su vida entera pasar ante sus ojos, estaba paralizado completamente y comenzó a temblar. Los ojos de Takanori reflejaban miedo pero también ira, al parecer no quería hacerlo pero esas “voces” lo obligaban.

 

 

 

Takanori alzo el cuchillo y lo hundió en la frente de su doctor que enseguida murió. Los ojos de Takanori estaban abiertos mirando el cuerpo sin vida de su amante que descansaba en el sofá manchado de sangre.

 

 


Se arrodillo y puso sus manos en sus oídos, esas voces le seguían atormentando. Ahora le pedían algo mas, querían que se comiera su carne y bebiera su sangre.

 

 


-¡CALLENSE!- Takanori se puso en posición fetal, no lo soportaba, necesitaba acabar con todo eso, su casa era un baño de sangre y el no había querido que eso sucediera. Había comenzado a amar a ese doctor, quería pasar su vida entera con él pero eso ya no iba a poder ser posible.

 

 


Se abrazo, comenzó a temblar violentamente, estaba llorando y jadeando. Sentía que lo quemaban, debía acabar con eso y no iba a comerse a ese chico. Fue a la cocina corriendo y tomo el encendedor que sus padres habían dejado sobre la mesa y se prendió fuego a el mismo.

 

 


Cada segundo, cada maldito segundo era una tortura, el fuego consumía su piel. Sus gritos llenaban el lugar y por supuesto que los vecinos no dudaron en llamar a la policía.
Para cuando los padres del joven llegaron, encontraron a los bomberos y a la policía. Su casa se había quemado junto con su hijo y su doctor.

 

 

 

Notas finales:

que intenso bueno la pareja no me gusta asi que ddisfrute mucho leyéndolos morir (? xD 

 

ok ya ._. 

 

a las personas que dejaron reviews en los anteriores fics les digo que ya estan contestador por la autora :3

 

 

muchas gracias por leer :3


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