Ocean Soul
by karuNeko
Cap. I A veces el sueño se convierte en el augurio.
Por un largo pasillo iluminado de hermosas lámparas distribuidas de manera uniforme con forma de bellas flores de gardenia, camina de forma tranquila un joven de hermosa cabellera negra como el ébano de la noche con dos mechones descansando en cada costado de su rostro, tez nívea, ojos color ónix, un chico endemoniadamente sexi de gran porte y clase, llevando puesto unos pantalones de mezclilla conjuntado con una camisa blanca desabotonada hasta el pecho con un saco abierto en tono negro, continuo con su caminata de forma tranquila hasta situarse frente a una puerta de madera decorada con figuras del mar como caracoles, conchas y la asimilación de las olas, al girar el perchero observo en el interior de la habitación hasta encontrarse con una hermosa vista iluminada con un candelabro en el centro de la habitación se dirigió hacia la cama que estaba rodeada y cubierta de hermosas cortinas traslucidas en tonos naranja y blancos, con sus manos se abrió paso entre las telas para embelesarse con una hermosa figura recostada en la cama, a la cual se le apreciaban en ambas manos unas cadenas y en el cuellos también que lo apresaban, este hermoso ser se despertó al sentir la presencia del azabache levantándose en dirección a este hincado en la cama llevo ambas manos al cuellos del moreno para abrazarlo viéndolo a la cara con tan inocente rostro provocando que el azabache lo tomara de la cintura para abrazarlo con más fuerza acortando la distancia que había entre ambos, este hermoso ser solo se limito a abrir esa hermosa boca con tan carnosos labios para pronunciar.
-Sasuke...- diciendo en el oído del mayor.
El oji-noche se cayó de su cama al escuchar la alarma, aun no podía creer tal sueño, se sento con suma pereza pero aun mas intrigado por aquel sueño.
-[Otra vez este sueño].- se alboroto el cabello.- [Hasta cuando seguiré teniendo este sueño extraño, ese chico quien será porque me llama por mi nombre, ¿como sabe mi nombre? seguro estoy loco].- se levanto del piso para dirigirse al baño pues tenía que arreglar un asunto en su entrepierna no era la primera vez que tenía un sueño de ese tipo, pero cada vez que lo hacía terminaba en las misma circunstancias .-[Solo lo he visto en ese sueño me pregunto si…].- en verdad existirá una belleza como él…
-Sasuke.- Tocaron a la puerta de la recamara del azabache.- ototo date prisa que hoy es el gran día.- Un chico igual al primero solo que con la tez mas pálida, ojos obscuros, el cabello corto color negro, entro a la habitación.
-Si te atreviste a entrar a mi habitación… Sai estás muerto….- Amenazo desde en baño.
-Vamos ototo no te enojes además está ya no es más tu habitación.- se sentó en la desordenada cama, mientras observaba la puerta del baño con una sonrisa.- Recuerda que hoy nos mudamos.- se cruzo de piernas y brazos.
-Si por desgracia también iras con nosotros.- salió del baño observando la risa de su Nii-chan.
-A pesar de que soy tu Nii-chan me tratas de lo peor.- su rostro cambio a uno afligido.
-Deja de fingir que eso no va contigo.- lo tomo del cuello de su camisa.
En el marco de la puerta se encontraba un joven parecido a ambos de piel caucásica, cabellera igual azabache pero a diferencia de que es larga atada de cólera adornada con una cinta roja, ojos igual ónix pero afilados pero en ambos llevaba unas singulares marcas que asemejaban a ojeras de cuerpo fuerte, a simple vista se podía observar que es mayor que los otros dos morenos.
-Ustedes dos, par de idiotas dejen de estar peleando y apresúrense a empacar.- dijo en tono firme para que ambos escucharan claramente las ordenes que les estaba dando. Los menores no se molestaron en objetar, el albino salió de la habitación de Sasuke mientras este solo esperaba a que el mayor abandonara el lugar.
Este una vez quedo solo en su recamara se apresuro a terminar de guardar sus pocas pertenencias que aun le faltaban, odiaba la idea de tener que mudarse a un lugar incivilizado olvidado de la mano de dios o al menos eso es lo que le relataba su hermano mayor Itachi ya que había vivido en aquel lugar antes, adoraba su vida mundana en París pero por ordenes de su padre Fugaku el patriarca de la familia que decidió regresar a su tierra natal una ciudad llamada “Konoha” ya les había contado a sus tres hijos sobre aquel lugar las hermosas costas, el paisaje lleno de vegetación, la amabilidad de las personas, todo ello lo tenia arto con nauseas, repudiaba ese lugar, porque se tenían que ir, pero a su mente le regresaba aquella conversación.
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La familia se encontraba reunida en la sala una hermosa mujer de cabellera obscura, ojos del mismo color, de porte y gracia con una belleza exuberante se encontraba de lo más tranquila sirviendo un poco de té en la mesa central vestida de un hermoso vestido violeta sin mangas, llevaba un collar de perlas al igual que los aretes.
-Madre para eso tenemos a la servidumbre no deberías ser tu quien nos sirva el te.- Recrimino el menor de los morenos.
-No te preocupes Sasuke para mi es un placer poder hacer esto.- Observo al menor quien tenía una mueca de disgusto para después sonreírle.- Después de todo soy su madre.- termino por decir.
-Pero a todo esto porque estamos reunidos madre.- exclamo el mayor de los hermanos.
-La razón por la que los mande llamar es simple-. Entro a la sala interrumpiendo a Itachi un hombre mayor de cabellera azabache que le llega hasta el hombro, ojos del mismo color que su cabellera de unos 40 años aproximadamente con un traje gris.- tomo asiento en uno de los sillones indicándoles a los demás con la mano que hicieran lo mismo.- La razón por la que estamos reunidos es porque les informo que nos mudaremos.- se cruzo de brazos, los chicos se quedaron asombrados ante tan inesperada noticia.
-Pero….- iba a recriminar el menor de los hermanos pero fue detenido por la mirada seria de su progenitor.
-Esto es un hecho nos mudaremos en menos de un mes como ustedes saben las acciones siguen en aumento.- Hizo una pequeña pausa para continuar.- Es por esa razón que mi hermano Madara me necesita.
-Pero y las acciones de Paris.- Dijo el mayor de sus hijos.
-Por ello no me preocupo ya que Izuna se hará cargo.
-¿Tío Izuna?.- Pregunto extrañado.- Que no se supone esta en el extranjero de vacaciones.- Contradijo el albino a su progenitor.
-Eso es verdad, si mal no recuerdo él no se aria cargo de las acciones de la familia.- Le secundo el menor.
-Ambos tienen razón pero mi hermano menor al parecer contraerá matrimonio y de amor no vive uno, por esa razón regresara a Francia asistiremos a la boda cuando se realice.
-Eso quiere decir que regresaremos a la cuidad de Konoha .- Pregunto observando a sus padres.
-Si.- Menciono la azabache.- Su padre y yo ya comenzamos con los preparativos, sus papeles ya están en orden para la transferencia de colegio, sus profesores ya están informados solo nos falta terminar con los preparativos de la mudanza de nuestras pertenencias regresaremos a nuestra antigua casa en Konoha, solo que aun se encuentra en reparación por ello estaremos viviendo en casa de su tío Madara por un tiempo, hasta que la nuestra quede en buen estado para habitarla.- Termino por decir.
La información dada nos les parecía del todo muy bien tomada por sus hijos, sobre todo por el menor de los Uchiha al ver la reacción en su rostro que era todo un poema.
-Sasuke, hijo sabemos que no te quieres mudar pero es para el bien de la familia, sabemos a la perfección que ustedes ya tienen una vida en este lugar.- Miro a sus tres hijos pero en especial a Sasuke.- Se que extrañaran a sus amistades pero es un hecho que nos mudamos.- Comento con tristeza la mayor al ver el enojo de su hijo menor.
-Mamá no te preocupes por Sasuke el de todos modos no tiene amigos.- Paso su brazo por el cuello del azabache.
-Sai deja de molestarme.- Lo miro reprochándole por lo dicho.
Por otra parte el mayor de los hermanos Uchiha se acerco a su padre guiándolo para hablar lejos de los demás en la sala.
-Padre estas seguro de esta decisión.
-Itachi si tu intención es negarte a viajar con nosotros….- Fue interrumpido por el mayor de sus hijos.
-No me refiero a que no me quiera mudar, pero padre recuerda lo que le sucedió a Sasuke antes de que viniéramos a Francia.
-Eso paso hace mucho.- Tomo del hombro a su hijo.- Sasuke ya no es un niño, él no recuerda lo sucedido, no veo por qué sería un impedimento para la mudanza, además le agradecemos a Kami-sama por tenerlo aun con vida.- su rostro se torno triste.
-Vamos chicos será mejor que pasemos a la mesa a cenar.- Les llamo con dulzura la morena, mientras Sasuke observaba de lejos a su padre y hermano mayor en verdad no sabía de lo que hablan en secreto.
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-Hum….- Suspiraba profundamente.
-Chicos no olvidan nada.- Menciono la morena.
-No por desgracia también viene Sasuke.
-Quieres callarte copia barata.
-Me deberías tratar con respeto.- Despeino los hilos negros del menor.- Recuerda que soy un año mayor que tú pequeña cacatúa.
-Pero te comportas peor que un hermano menor.- Le recrimino mientras quitaba las manos de su nii-chan de su cabeza.
-Ototos bakas.- se llevo la mano a la cabeza.- Ya estamos listos.- Se subió a la camioneta.
Una vez todos dentro del vehículo, se puso en marcha con dirección al aeropuerto. Cada uno iba realizando diferentes actividades Sai se encontraba dibujando, Sasuke jugando con un juego de video de PSP, Itachi leyendo un libro mientras su padre conducía y su madre observaba el paisaje dando a fin de cuentas un último vistazo del que había sido su hogar por varios años, pero no se sentía triste al contrario añoraba regresar a Japón que había sido su hogar desde niña, sobre todo extrañaba a cierto rubio con el que ella y su esposo habían crecido, el solo hecho de pensar que su amigo de la infancia quien también había formado una familia la hacía feliz.
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En alguna otra parte en Japón, un hombre de unos cuarenta años aproximadamente de pelo color azabache con ligeros toques azulados largo hasta la cintura con flequillo hasta los hombros enmarcando un lado de su rostro, cubriendo su ojo derecho completamente, alto, de tez blanca, ojos ónix, un hombre apuesto ante los ojos de mujeres y hombres, vestido con un traje negro que dejaba ver a la perfección ese aire de superioridad, se encontraba observando hacia afuera el movimiento de las olas.
-Mi señor todo está listo para la llegada de Fugaku-sama y su familia.- Menciono una de las sirvientas que se le acerco interrumpiendo el silencio del mayor.
-Tenten quiero que todo esté completamente listo antes de la llegada de mi Ototo.- Menciono con un rostro sin expresión alguna.- Si algo sale mal.- acerco su rostro al de la chica que se comenzaba a sonrojar por la cercanía de su amo.- Serás tu quien reciba el castigo.- Una vez amenazo a la joven se alejo de ella.
-Si mi señor.- realizo una reverencia, para después retirarse.
El peli-largo observo por el gran ventanal hacia afuera nuevamente le tranquilizaba ver el movimiento de las olas del mar por ello su hogar se situaba lo más cerca de ellas, para así poder disfrutar del paisaje cuando quisiera sin la necesidad de salir.
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Los cinco integrantes de la familia Uchiha se encontraban en el aeropuerto, los dos menores se encontraban agotados por las disputas en el interior del avión, cosa que desconcertaba al resto de la familia pero para ellos eso era lo mejor por lo menos así llegarían con tranquilidad a su nuevo hogar, pero al recordar la pelea el mayor sentía que le estallaba la cabeza.
-Espero que con este nuevo ambiente ustedes dos se tranquilicen un poco.- Se llevo una de sus manos a su cabeza.- La vergüenza que me hicieron pasar dentro del avión no tiene nombre.
-Todo fue culpa de Sai de no haberme molestado.- trato de justificarse.
- Tranquilo querido.- La moreno tomo del hombro a su pareja.- No tienes por qué molestarte después de todo ellos son hermanos es obvio que de esa manera se muestran el cariño que se tienen el uno al otro, además el avión en el que viajamos es privado.- le guiño el ojo a los menores.
-Oto-san, Ka-chan tiene razón no hay que culpar a Sasuke y Sai de que el avión casi se estrellara en medio de la nada, después de todo ellos se quieren no es eso cierto.- al escuchar las palabras de Itachi la morena junto con los Uchiha no pudieron evitar que una gotita bajara por sus nucas, pues era cierto el avión en el que viajaban era privado pues bien sabia que los más jóvenes Uchiha se la pasarían peleando por lo tanto el patriarca de la familia decidió que lo mejor era viajar en privado para que ninguno de sus hijos lo pusiera en vergüenza, pero lo que ninguno de los integrantes se esperaba era que ambos hermanos menores comenzaran una disputa por una tonta consola de videojuegos la cual comenzó de manera normal sin alarmar a ninguno solo la madre quien trataba de tranquilizar a sus hijos que a pesar de ser mayores de edad se seguían comportando como infantes pues Sasuke se encontraba tranquilo jugando cuando de repente Sai le arrebata el videojuego y comienza a jugar el azabache molesto se lo arrebato pues era de él, de ahí comenzó una disputa que llego hasta la cabina de control como fue que llegaron hasta ese lugar ninguno de los dos se había percatado o puesto atención hasta que Sai por accidente cocho con uno de los pilotos que no sabía qué hacer si ocuparse de los controles para seguir por con el viaje o tranquilizar a los chicos que se encontraban invadiendo su área de trabajo, ambos morenos sequian pelando tratando de arrebatarse el susodicho video juego hasta que cayeron en cuenta de que el avión decencia sin consideración pues los movimientos tranquilos se tornaron bruscos y violentos, fue en ese momento en que su padre fue a la cabina para llamarles la atención, los reprendió, ordenando a ambos a que se fueran a sentar saliendo de la cabina de control, ambos se sentaran en sus respectivos lugares sin objeción alguna y así continuaron durante el resto del viaje pero bajo la estricta mirada de su progenitor.
-Todo fue tu culpa.- Desvió la mirada después de acusar a su hermano, mientras se cruzaba de brazos.
-Espero que en verdad se comporten.- Menciono la mayor aun con una gotita en la nuca.
-Pues vallamos a nuestro nuevo hogar.- menciono en mayor de los hermanos.
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Al llegar a su destino el Uchiha mayor les ordeno de la manera más atenta a que se comportaran en la casa de su hermano mayor no quería dar una mala impresión, bastante tenía con que sus hijos se comportaran peor que niños de preescolar, sus hijos asintieron con la cabeza sabia a lo que se atenían si desobedecían las ordenes de su progenitor. En la entrada se encontraba el peli-largo al cual vieron desde el auto, una vez bajaron de la camioneta saludaron al anfitrión.
-Madara nii-san.- subió los escalones para darle un fuerte abrazo.
-Bienvenido ototo.- correspondió al abrazo de igual forma.- ¿Como estuvo el viaje?, ¿Lo disfrutaron?.- se separo para saludar a la morena.- Mikoto sigues igual de bella a pesar de haberte casado con mi hermanito.
-Gracias Madara, tu siempre tan galante.- Se rio al ser besada en la mano.
-Madara.- dijo en tono de queja mientras que sus hijos contenían la risa.
-Itachi, Sai, Sasuke es un gusto verlos de nuevo, veo que han crecido bastante.
-Así es ji-san.- menciono el mayor los otros dos solo hicieron una pequeña reverencia.
-Pasen a la casa.- invito a pasar a la familia dentro de la mansión, un lugar elegante alejado de la cuidad, se podía apreciar desde antes de su llegada el paisaje marino contrastado por los bosques, esa mansión se encontraba a orillas de un acantilado por así decirlo a sesenta metros sobre el mar (me puse a investigar xD), era sin duda de un diseño perfecto a la vanguardia con el solo hecho del contraste de la naturaleza, la vista sobre el mar aporta también el brillo azul de sus aguas como elemento imprescindible en la decoración, el panorama se visualizaba a lo amplio del mar que se dejaba ver por los grandes ventanales de cristal una mansión magnifica ante los ojos de los Uchiha.
-Veo que mandaste reconstruir la mansión.- menciono Fugaku.
-Si tu hogar sigue intacto no me tome la molestia en arreglarla, ya que no sabía si era una buena idea.- menciono mientras los dirigía hacia el comedor en donde los Uchiha menores se sorprendieron al ver que las paredes eran de cristal (bueno en realidad las que dejan ver el paisaje al mar) su asombro no quedaba ahí pues atreves del cristal podían observar la piscina.- Parece que su mansión estará en poco tiempo, pero aun así están en su casa, siéntanse libres de pasear por el lugar.- los chicos asintieron al igual que los mayores, se sentaron en el comedor donde estaba una impresionante mesa llena de comida marina que les sirvió cada una de las empleadas.
La comida continúo hasta que cada uno fue a las habitaciones que les habían asignado.
-Me siento en una casa de cristal.- menciono el albino mientras se abrazaba a si mismo.-aunque debo admitir que la comida estuvo esplendida.
-El tío Madara es conocido por lo excéntrico que es.- menciono Itachi.- por eso no me sorprendió este recibimeinto.
-Y eso que tiene de raro, por lo menos nuestras habitaciones son normales y no tengo que verlos.- bufo Sasuke.- a todo esto iré a la cuidad me aburre estar con ustedes.
-No iras a menos de que nuestros padres no te dejen ir.- menciono el mayor
-Acaso piensas impedírmelo.- arqueo una ceja.
-En realidad no pero ya que vas a la cuidad nos caería bien que nos trajeras algunas golosinas.- Sonrió con cinismo.- de otra forma mamá no te dejara ir.-
El azabache molesto acepto, para su mala suerte era su hermano de lo contrario lo abría mandado golpear desde hace mucho. Se dirigió al puerto pues la cuidad estaba más alejada pero eso no quería decir que la mansión de su tío estuviera en el olvido solo era cuestión de veinte o quince minutos de caminata al puerto y veinticinco a la cuidad, prefirió caminar para familiarizarse con el que ahora sería su hogar al llegar al puerto vio una isla no muy alejada del lugar, observo a unos jóvenes que preparaban sus lanchas para partir. Se acerco a ellos.
-Oigan ustedes.- detuvo su caminata una vez tubo la atención de los chicos.- ¿rentan las lanchas?
- Debes ser nuevo en la cuidad.- Menciono un chico de cabellera negra con cejas pobladas.- Las lanchas las rentamos por horas si quieres una debes tener un permiso.- termino por decir.
-Si no tienes uno o no sabes conducir uno de nosotros te puede llevar a donde quieras.- Comento un joven de cabellera café algo alborotada que acariciaba un enorme perro blanco.
-Tengo un permiso así que quiero esa lancha.- señalo una de color blanco con una línea central en color azul obscura muy moderna por cierto.- una vez hizo el trato subió al vehículo, los chicos le pidieron que no se alejara mucho pues las olas podrían ser peligrosas, el asintió pero su curiosidad era más grande así que les pregunto por la isla, uno de los chicos le menciono que se encontraba desierta pues creían las personas del lugar que estaba maldita, eso alimento mas su curiosidad dirigiéndose a la isla que de cierta manera le llamaba la atención pues le parecía un lugar perfecto para pasar el rato. Una vez encallo en las orillas de la playa, aseguro la lancha, no se quería quedar en la isla por lo que la aseguro lo más que pudo.
-Por fin algo de paz.- Realizo su caminata por los alrededores quería adentrarse mas pero por ahora lo mejor era recorrer las costas su caminar seguía tranquila hasta que de pronto escucho algo.- Creí que no habría gente en esta isla.- siguió caminando para ver de dónde provenía ese sonido las grandes rocas no le impedían moverse con facilidad.- [Alguien está cantando una canción].- continuo prestando atención mientras se dirigía con cuidado por un pasillo entre enormes rocas.- [una melodía pero quien la canta].- siguió el sonido hasta el final del corto pasillo donde se encontró a una persona dándole la espalda sobre una gran roca en medio del agua cantando melodiosamente. (La canción que interpreta se llama Turn Loose The Mermaids de Nightwish)
Una cometa sobre un cementerio gris
Al final de la línea, a lo lejos
Un niño aferrándose a la magia del nacer y al temor…
Oh, qué hermoso solía ser
Solos tú y yo en lo más lejano del mar
Las aguas tranquilas aun se estremecen
Al final del rio, las luces del ocaso
Todas las reliquias de una larga vida vivida
Aquí, viajero cansado, descansas tu bastón
Sueña el viaje desde tus ojos
El azabache quedo embelesado al escuchar a aquella persona cantar sin importarle nada sus paso los guiaron a aquel ser de tan prodigiosa voz.
Buen viaje, amor, es hora de que te vallas
Revise tus dientes y calenté los dedos de tus pies
En el horizonte veo que ellos vienen por ti
La gracia de las sirenas, el llamado eterno
Hermosas en el catalejo del porche de un anciano
Las sirenas que liberaste trajeron de vuelta tus lágrimas
El azabache no se había percatado de que con su pie empujo una roca al agua provocando que aquel ser al escuchar la roca caer al agua dejo de cantar, volvió la cabeza mirando estrepitosamente a su espalda para encontrarse con un par de ónix de mirada profunda, un chico de cabellera obscura, ambos se miraron fijamente fue entonces que el azabache observo que aquella persona que se encontraba cantando, contaba con un par de bellos zafiros que lo miraban de manera seductora, una hermosa piel canela tan hermosamente bronceada, de cabellos dorados con un peinado algo singular pues a partir de su nuca descansaban dos mechones que le llegaban hasta la cintura, unas curiosas marquillas en cada una de sus mejillas que lo hacen lucir como un lindo kitsune. Este observo al azabache determinadamente para después zambullirse en el mar, una vez dentro, salió a la superficie nuevamente miro fijamente a los ojos del moreno.
-Ven.- le extendió las manos para llamarlo.- No tengas miedo, ven a mi.- Lo llamo con una voz seductora por no decir mas que sensual. El azabache obedeció inmediatamente parecía estar en una especie de hechizo al cual no podía resistirse siguió su camino asta aquella hermosa criatura.- Ven….- sonrió de medio lado al ver que el moreno estaba a punto de caer al agua.
-[Naruto].- el rubio se giro en el agua para ver quien lo llamaba pues lo estaba interrumpiendo.- [Naruto que crees que estas haciendo deja tranquilo a ese humano].- observo que un peli-rojo lo estaba observando.
-[Nii-chan].- se sorprendió al ver que nadaba hacia él, su rostro se torno molesto.
-[Saca del trance a ese humano nos tenemos que retirar ahora].- ambos no decían palabras solo intercambiaban miradas al parecer de esa forma se comunicaban el rubio volvió a ver al azabache algo furioso, pues su hermano había frustrado su plan, el peli-rojo se zambullo al fondo del mar mientras el peli-rubio dio un ultimo vistazo.-[Ya me encargue de ese humano no recordara nada, así que apresúrate ototo que ya se acerca el día].- le dijo al rubio, mientras el peli-rojo lo esperaba en el interior del mar.
-Tú alma me pertenecerá.- dicho eso se zambullo detrás del peli-rojo.
Cont. *OOoo*ooOO*