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Maldición Sanguínea por aikoyukizero

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Notas del fanfic:

hola, este es mi nuevo fanfic espero les guste 

Notas del capitulo:

hola! esta es mi primera historia de SebasxCiel espero no equivocarme con la personalidad de los personajes.

 

Toque la puerta y entre con el carrito del té al despacho de mi amo, coloque el carrito frente al escritorio  y comencé a servir el té. Mi amo estaba junto a la ventana de espaldas a mí.

 

¿Sebastián?  ¿Qué tan bueno eres para cuidar niños? - menciono tomándome por sorpresa aun sin girarse.

 

¿Porque la pregunta amo? - conteste ladeando la cabeza y contemplando al anciano que tenia frente, aunque para su edad se había mantenido bien y aun era acreedor a muchos coqueteos por muchas damas de alta sociedad incluyendo a la reina. Su pelo seguía siendo de un color azul obscuro, sin una sola cana, su rostro impecable sin una sola arruga, su cuerpo seguía siendo delgado pero fuerte. Lo único que desentonaba en esa perfección eran sus ojos de un apagado azul rey, sin brillo sin luz sin vida...sin alegría debido a su triste pasado: la muerte de la persona que mas amo, lady Renata de Phantomhive asesinada 3 semanas después de dar a luz a su único hijo: Vincent Phantomhive. Su esposa le era todo y también era la razón por la que estoy aquí, para vengar su muerte a cambio del alma de mí amo: el conde Anthony Phantomhive. Dueño de las empresas Phantom.

 

Quiero que cuides a mi nieto - dijo serio, girando su silla y viéndome fijo.

 

¿Su nieto my lord? - pregunte extrañado por la petición tan repentina.

 

Sí, mi hijo y su esposa me lo encargaron pues harán un viaje y no pueden llevarlo, sin embargo yo tengo que viajar a Italia a arreglar unos asuntos - menciono colocando su rostro en sus manos y, viéndome mas serio de lo normal, prosiguió - quiero que cuides de Ciel con tu vida en mi ausencia, es una de las personas más importantes para mí... - menciono, se quito el parche que cubría su ojo - ES UNA ORDEN SEBASTIÁN.

 

Su ojo derecho brillo con la marca del contrato y por acto reflejo pose una rodilla en el suelo llevando mi mano derecha hacia dónde se supondría estaría mi corazón, mis ojos brillaron en un escarlata digno del hijo de Lucifer.

 

Yes My Lord - dije solemne para después desaparecer entre la sombra de plumas negras con destino a la mansión donde estaba el pequeño nieto de mi presa:

 

………………….Ciel Phantomhive.........................

 

 

 

 

 

 

Al llegar a la mansión toque a la puerta y me recibió una sirvienta de pelo rojo y lentes.

Buenas noches vengo de parte del señor Anthony Phantomhive para cuidar al pequeño-dije ya que aquella mujer solo se me había quedado viendo.

Eeehhhh??....-tartamudeo sonrojándose, suspire esto sería difícil.

Abueloooo!!-escuche gritar a una linda vocecilla y mire detrás de la sirvienta.

Me quede perdido en aquella imagen: un pequeño niño con un hermoso pelo azul marino, una piel fina y una hermosa sonrisa en su rostro, era muy parecido a su abuelo solo que a diferencia de este sus ojos tenían un brillo “deslumbrante” que emanaba luz y felicidad con tan solo abrirlos; aunque esa felicidad no duro por mucho pues desapareció para convertirse en desilusión- no vino mi abuelo –susurro haciendo un puchero y bajando su cabecita.

Con permiso-susurre y pase de largo a la sirvienta, acercándome al pequeño, levante con cuidado su rostro y le sonreí- el tenía unos asuntos importantes que atender por eso no pudo venir, pero ya verás que nos divertiremos mucho jugando.

El pequeño volvió a tener una mirada alegre y asintió con una gran sonrisa dirigida a mí, algo raro se sintió en mi corazón al saber que esa sonrisa era para mí. El pequeño me abrazo y después me jalo del pantalón.

Vamos, vamos!-dijo ansioso- juguemos!

Creo que me acostumbrare…-susurre sonriendo al pequeño y siguiéndolo.

Algo en mi cabeza me decía que las cosas cambiarían y el culpable seria ese pequeño.

 

 

Al llegar a la gran habitación el pequeño comenzó a buscar juguetes entre sus... Juguetes. La habitación era grande y estaba repleta de juguetes bien acomodados.

 

hum ete y ete... No, ete no- decía el pequeño, eligiendo detenidamente los juguetes; sonreí, el verle hacer eso era en verdad entretenido.

 

lito!-grito girándose con una sonrisa y con sus brazos llenos de juguetes, hacia mí. Le dedique una gran sonrisa, un bello color rojo pinto sus mejillas y se me quedo viendo. Solté una risilla.

 

¿Y bien? ¿Qué vamos a jugar?...... ¿al té o a las muñecas? -mencione burlón, el salió

 d su trance e hizo un puchero de  molestia.

 

eso es d niñas -dijo enojado, trataba d aguantarme las ganas d reírme pero era imposible así que estalle en risas algo que n le gusto pues se cruzo d brazos  y sus ojitos contenían las lagrimas que luchaban por salir, pare las risas sin quitar la sonrisa d mi rostro, me arrodille para quedar a su estatura y lo abrace.

 

Tranquilo pequeño era solo una broma-susurre en su oído, el peque m abrazo y sonreí ante la calidez d ese acto-bien y a que jugaremos?

 

El pequeño se separo feliz y comenzó a recoger los juguetes pasándome algunos.

 

A los sodaditos -menciono entusiasmado.

 

 Nos sentamos en la alfombra y comenzamos a jugar...

 

Después d 20 minutos:

 

¡Aja! ¡Te gane!-menciono el pequeño saltando y aplaudiendo al ver mi último soldadito "muerto" mientras q yo fingía tristeza.  Su estomago gruño haciendo sonrojar al niño. Sonreí.

 

¿Tienes hambre?-pregunte y el asintió, me levante y le tome de la mano- vamos, te preparare algo.

 

Bajamos a la cocina y lo senté en la mesa mientras que preparaba algo rápido, después de un rato lo cargue hacia el comedor y lo senté en la cabecera, le serví la cena y lo mire comer con una sonrisa.

 

Los días pasaron entre risas y juegos y yo cada día me sentía más unido a este pequeño, su hermosa sonrisa, sus ojos llenos de luz me hacían experimentar una paz y tranquilidad que en mi larga, muy, larga existencia nunca había sentido…

 

Sin embargo, no todo dura para siempre, sus padres regresaron al mes, en la noche, Ciel ya estaba dormido:

 

Muchas gracias por cuidarlo-dijo la madre de Ciel con una sonrisa.

 

Fue un placer-respondí con una reverencia.

 

Un carruaje te llevara con mi padre-menciono el padre de Ciel- gracias por todo.

 

Hice una reverencia a ambos y salí, ya fuera alce mí vista hacia la ventana del pequeño, sonreí con tristeza, sería mejor así: sin despedidas, sin lagrimas…

Suspirando subí al carruaje y solo me dedique a mirar por la ventana.

 

 

 

2 años más tarde encontré a los culpables de la muerte de Renata de Phantomhive y cobre el contrato.

 

Gracias, se-sebastian-fue lo último que susurro el viejo antes de morir, con una sonrisa, me sorprendí de aquello pues él nunca había sido así conmigo y sin embargo su sonrisa era cálida, pero no le preste importancia alguna.

 

Hora de regresar al infierno-susurre mirando al cielo, su color azul obscuro iluminado por la luz de la luna me recordó a Ciel-  ¿qué estarás haciendo mi niño?-pregunté al viento y desaparecí.

 

 

 

 

 

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*Años más tarde*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

 

Caminaba por el inmenso inframundo, contemplando las torturas que se les daban a las almas que caían aquí cuando sentí que era invocado, sonreí y me dirigí hacia allí. Saboree el alma de lejos, aun teniendo un sentimiento de odio el alma seguía siendo blanca…y apetitosa.

¿Me has invocado?-mencione viendo de espaldas a lo que parecía un niño tapado con una cobija.

Quiero vengarme-susurraba enojado, sonreí divertido, sin embargo algo en aquella voz me llamo la atención.

Dame tu alma y obtendrás la venganza que deseas-le dije- solo recuerda que una vez que rechaces la fe te será imposible atravesar las puertas del cielo.

No me importa-dijo y se giro hacia mi- tómala! Y dame lo que pido!

Quede en shock al verlo…

 

-Ciel-

 

 

Notas finales:

gracias por leer


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