Kurapika
Desde que los vi en aquel barco sentí como tenía que estar junto a ti, no podía dejar de observarlos, en especial no podía apartar la mirada de ti -¿Por qué alguien como él estaría aquí? -Me lo pregunte muchas veces, sinceramente no encajabas para cazador, o eso pensé en aquel momento.
También recuerdo que desde aquel momento te odie. Si, te odie. Tú fuiste el único en todo ese barco me observo y se dio cuenta de mi silencio, te odie por lo prepotente de tus palabras, me observabas y yo no me di cuenta… fue por esa razón quizás que te forcé a enfrentarnos a un duelo, no quería aceptarte, te odiaba, pero también te envidiaba. Durante nuestro duelo pude comprender lo fuerte que eras, pero sentía que tu motivo, el que dijiste, no era verdad. Aquella tormenta me ayudo a darme cuenta que no te odiaba, al contrario, quería estar cerca de ti ¿Por qué no disculparme entonces? Tengo que admitir que ese Gon nos ayudo a entendernos bastante, de no ser por él, quizás aun estaríamos peleando, le debo mucho a ese chico.
Recuerdo que eras muy obstinado por ese tiempo, aunque aun guardas eso en tu esencia, me molestaba el hecho de que aun así me preocupara por ti -¿Por qué no solo dejarlo y ya?- cada vez que superábamos las pruebas nos alegrábamos, pero tú eras al primero que veía – pasamos –
Llegamos los tres al lugar de la prueba, aun me molestaba que solo pensaras en obtener la licencia solo por el dinero, mientras que yo… no me servía de nada el dinero si no podía vengarme. Mis pensamientos se disiparon al momento en que escuche el timbre que dio inicio a la prueba del cazador.
La primera prueba trataba de correr, la resistencia física era algo importante, y para mantener el ritmo hay que guardar la mayor energía posible, pero tú te empeñabas en discutir con Killua, a pesar de ni siquiera conocerlo. Me sorprendí cuando le escuche decir que aun era un adolecente, parecías tan mayor que de hecho me asuste, pasamos corriendo durante tres horas, pronto te cansaste, murmurando cosas sobre que esto era imposible para alguien común como tu - ¡¿de qué hablas?! ¿No querías ser rico? – entonces me di cuenta que debías tener otro motivo, ya que aun así te levantaste y trataste de seguir corriendo, pero tus piernas ya no te obedecían.
-parece que no solo te interesa el dinero-
-¡calla! ¡Esto es solo por dinero!-
Mentiste, se notaba que mentías, pero aun así no podía hacer nada. Tompa te llevo donde había una supuesta sabia para que recuperaras fuerzas, te llevo y con tus escasas fuerzas nos dijiste que siguiéramos adelante, que no nos preocupáramos por ti. Te seguimos hasta el túnel porque estábamos preocupados, según Tompa habían caído en una trampa, pero mientras más nos adentrábamos, mas me embriagaba ese dulce olor, de pronto vi la imagen de una araña, los recuerdos de ese día comenzaron a envolver mi mente, basta ¡basta! Quería que se detuvieran, esa maldita araña me las pagara, me vengaré… un golpe me trajo de nuevo a la realidad, ese Killua me golpeo con todas sus fuerzas, pero volví a la realidad, nos habían engañado, Killua me dijo que esa era una sabia para que la gente viera las más horribles ilusiones, un arma que usaban los asesinos. Killua nos ayudo a encontrarte, estaba realmente feliz de que estuvieras bien, muy feliz…
Logramos alcanzar a todos los demás, sin Killua no lo habríamos conseguido.
-Realmente eres un mentiroso-
-¡yo no mentí! Mi objetivo es ganar mucho dinero- dijo mientras corría – me convertiré en cazador aun que me cueste la vida
-no, será en doctor-
Después de todo, tú si eres una buena persona, aunque trates de ocultarlo, me hace feliz saber esa parte de ti. Verte correr con tanto animo me alegra – creo que tendré que seguir su ejemplo –