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El titiritero por Uruhasa_13

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Se amaban, se amaban con locura y vivían felices sin molestar a nadie. Takanori era un chico de ciudad que se había mudado al campo para poder encontrar un poco de paz y fue ahí donde conoció a Kouyou quien supo conquistarlo y enamorarlo.

 

 

 

Su vida era totalmente común y corriente. Vivían en una vieja y gran mansión en la cima de una colina lo que los hacía alejarse un poco del pueblo. Todos en el pequeño pueblo los conocían pues eran personas muy amables que gustaban de ayudar a la comunidad como les fuese posible.

 

 

 

Takanori se dedicaba a enseñar en una pequeña escuela primaria en el pueblo, los niños lo adoraban y siempre estaban alrededor del profesor Matsumoto. Kouyou, por su parte, era un querido titiritero que se dedicaba a hacer espectáculos en la plaza del pueblo, todo el mundo siempre estaba en punto de las seis de la tarde en ese lugar para ver las maravillosas representaciones de su amado titiritero. Sus historias hablaban de amor, casi siempre eran de princesas que se enamoraban de príncipes quienes las salvaban de un enorme dragón de de algún hechicero.

 

 

 

La vida en aquel pueblo era dulce y ellos amaban vivir ahí pues a pesar de ser un pueblo de costumbres y creencias tradicionales aceptaban y querían mucho a la pareja homosexual que tanta alegría habían brindado a su pueblo.

 

 

 

Esa noche todo fue diferente. Había sido un largo y extenuante día, Takanori había salido algo tarde de la escuela y se dirigió directamente al taller donde su novio trabajaba en unos nuevos títeres para una nueva historia. Su taller no era el lugar preferido del pequeño pues su novio tenia marionetas a medio pintar colgadas, además de marionetas rotas y en reparación por todos lados.

 

 

 

-Kouyou- dijo Takanori entrando al estudio de su novio.

 

 

-¿Qué pasa Taka?- este no lo miro, estaba realmente concentrado en una marioneta de un dragon rojo con ojos azules y grandes alas.

 

 

-ya es tarde… ven a dormir.

 

 

-debo terminar esta marioneta para mañana… me acostare mas tarde.

 

 

-pero… hoy es un día especial.

 

 

-¿especial?- Kouyou alzo la mirada apartándola del dragón para mirar a Takanori a la cara. Su rostro expresaba tristeza y decepción.

 

 

-lo olvidaste… ni siquiera sabes que olvidaste ¿verdad?- el castaño trago gordo y negó con la cabeza lentamente- hoy es nuestro aniversario de tres años juntos.

 

 

-cariño…-Kouyou se levanto dejando la marioneta a un lado y abrazo a su novio, era verdad que había olvidado por completo la fecha- perdóname no fue mi intención olvidar algo tan importante, es solo que las marionetas…

 

 

-ese es el problema… ¡tus tontas marionetas!

 

 

-no seas así… es solo un pasatiempo.

 

 

-ese pasatiempo absorbe todo tu tiempo y ¿Qué hay de mi? Siempre estoy en segundo lugar después de tus tétricos muñecos.

 

 

-pero estos muñecos son mi vida, es lo que amo hacer.

 

 

-muy bien, esto ya es el colmo ¿Qué prefieres? Tus mugres muñecos o yo.

 

 

-no digas eso… eres lo más importante para mí pero…

 

 

-pero no soy tan importante como las marionetas- Takanori abrió la puerta del estudio y antes de irse miro a Kouyou que aun tenia al dragón en sus manos- voy a salir a caminar un rato y cuando regrese hablaremos seguido de esto cerró la puerta sonoramente.

 

 

  

Kouyou sabía perfectamente que sería inútil ir tras su amado pues él tenía un carácter muy fuerte y era preferible que aclarara su mente y después poder sentarse a hablar como personas civilizadas así que dio un gran suspiro y siguió con el gran dragón.

 

 

 

Fue una noche larga y el castaño se había quedado completamente dormido sobre el dragón que ya estaba terminado, salió de su estudio y busco a su amante por todas partes pero no lo encontró, vio el reloj y se dio cuenta que ya eran las nueve de la mañana y seguramente estaba en la escuela dando clases como todos los días. Decidió esperar a Takanori como todos los días, fue a la cocina y preparo una taza de café. Estaba muy tranquilo tomándose su café cuando de repente el teléfono sonó, no se preocupo de lo que pudiera ser así que contesto como siempre lo hacía.

 

 

 

-¿sí?

 

 

-¿Takashima-san?

 

 

-si… ¿Quién habla?

 

 

-soy el señor Fujiwara el director de la escuela primaria.

 

 

-¿hay algún problema?

 

 

-si, vera, hoy el señor Takanori no se presento a trabajar y me preguntaba si estaba enfermo o algo por el estilo.

 

 

-o por dios…

 

 

-¿pasa algo?

 

 

-si… él no está aquí conmigo…

 

 

Fue en ese momento cuando todos comenzaron a buscar al profesor desaparecido y lamentablemente lo encontraron. Su cuerpo sin vida y apuñalado en el pecho varias veces se encontraba en las orillas del río cercano, al parecer un ladrón inexperto lo asecino queriendo robarle la cartera.

 

 

 

Fue un día obscuro en la historia de aquel tan tranquilo pueblo. El titiritero no podía creerlo, su novio, la persona que mas amaba en la vida estaba muerta y por su culpa pues si hubiera recordado su aniversario no habría salido a caminar y no lo hubieran asecinado.

 

 

 

Desde ese momento nada fue igual en el pueblo. Se respiraba un aire de tristeza y de inseguridad, de ser un pueblo pintoresco y alegre paso a ser un lugar triste y desolado donde todos recordaban a esa perdona tan valiosa que por culpa de un infame acecino se les había ido. Todos lloraban la muerte de Takanori y en especial Kouyou.

 

 

 

Era más que obvio pensar que la persona más afectada en todo este asunto del asesinato era el titiritero. Ya no daba sus espectáculos, ya ni siquiera mostraba su cara por el pueblo, se había encerrado en su propio mundo que consistía en esa gran casona y sus títeres.

 

 

 

Los años pasaron y la tragedia se había ido junto con el tiempo, el pueblo recobro poco a poco esa chispa de vivacidad que era tan característica de ese lugar, las personas estaban nuevamente en ese lugar bello y alegre que todos amaban. Solo quedaba una persona en el pueblo que no podía superar la tragedia, era el titiritero. Kouyou se encerró de por vida en esa gran casa viviendo de un pequeño huerto de vegetales y cazando animalillos por el bosque cercano, ya no iba más al pueblo, su casa paso de ser una enorme mansión a una gran y tétrica “casa embrujada” ya que el la había dejado deteriorarse con el tiempo.

 

 

 

Su pasatiempo seguía siendo el mismo, tallar marionetas, pero no importaba cuantas marionetas tallara, su corazón seguía vació, seguía sintiéndose solo, abandonado y sobre todo, culpable.

 

 

 

Una noche, Kouyou tuvo un sueño muy extraño; soñó que Takanori estaba con él y hacían el amor como siempre después de un largo y tedioso dia de trabajo, se despertó jadeante y rompió en llanto. Ciertamente la cordura del titiritero se deterioraba paulatinamente pero nadie se daba cuenta y nadie hacia nada para ayudarlo. El castaño se despertó conmocionado y no pudo regresar a dormir en lo que resto de la noche, estuvo pensando en lo que podría significar aquel sueño raro y finalmente llego a una conclusión.

 

 

 

Esa misma mañana salió de su casa e hizo lo que no había hecho en muchísimo tiempo. Arranco su auto, que ya estaba hecho una chatarra por los años de estar parado, y fue al pueblo. Las personas que lograron reconocerlo se sorprendieron mucho ya que el ir al pueblo era algo doloroso para él.

 

 

 

Compro muchas cosas, telas, pintura, madera, hilos, entre otras cosas. Estaba reuniendo materiales para una marioneta  pero esta no sería cualquier marioneta, esta sería la última que construiría. Al llegar a casa tomo todos esos materiales y se encerró en su taller.

 

 

 

Estuvo en su taller durante casi una semana trabajando en lo que sería el proyecto más importante de su vida. Tallo con delicadeza cada parte de la nueva marioneta, coció con dedicación sus ropitas y peino cuidadosamente su cabello. Puso especial atención en su rostro pintando en la madera unos ojos profundos y unos labios carnosos. No era una marioneta cualquiera, esta era más grande que las que él solía hacer pues tenía el tamaño real de una persona… una persona en específico. Le dio forma a todo su cuerpo esculpiendo en la madera una figura perturbadoramente humana.

 

 

 

Era perfecta.

 

 

 

Había hecho una especie de marioneta de tamaño real de su novio el cual había fallecido y el pensaba que ese pedazo de madera bien moldeado era Takanori. Como ya había mencionado, la cordura del castaño se deterioraba y esto era la culminación de su mente.

 

 

 

-oh, Taka- le dijo al títere de madera con lágrimas en los ojos- ya ha pasado mucho tiempo mi amor… ¿Qué dices?- acerco su oreja al rostro del muñeco- ¿Qué quieres hacer qué?... oh cariño yo también he esperado por este momento.

 

 

 

Kouyou beso los labios de madera bien esculpidos y comenzó a acariciar al muñeco imaginando que era su amante quien lo abrazaba. Pero la fantasía no le duro mucho pues el muñeco, aunque era muy realista, no podía tocarlo ni acariciarlo como su pareja solía hacerlo. Se frustro una vez más y se fue a dormir tratando de pensar en la forma de darle vida a su fantasía de traer a su amado con él una vez más.

 

 

 

A la mañana siguiente se despertó muy animado, había pasado la noche pensando en las posibles soluciones a su problema y después de unas horas pensando llego a una conclusión. Había visto en un documental sobre magia negra que algunas personas podían traer a la vida objetos inanimados llamando al alma de un difunto y que mejor forma para reunirse con su amado que esa.

 

 

 

Busco en internet un par de rituales vudú. Esa misma noche preparo todo. En medio del bosque dibujo una estrella de cinco picos con ceniza y en cada punta puso una vela de color negro, en medio de la estrella coloco al muñeco y lo más importante, tenía que poner algo con la esencia del difunto en el muñeco, Kouyou puso un mechón de pelo dentro de la camisa del muñeco de madera. Espero a que dieran las tres de la mañana, la hora muerta, y se paro en frente de la estrella de ceniza, alzo sus brazos al cielo y comenzó a repetir el conjuro que había leído.

 

 

 

-oh, noche obscura que eres el alivio de las almas malditas- el cielo comenzó a nublarse y se comenzaron a escuchar truenos- te pido hoy, que ayudes a esta pobre alma en pena que sufre por haber perdido algo que amaba- comenzó a llover cada vez mas y mas fuerte- te pido que traigas conmigo nuevamente el alma de tu servidor Takanori Matsumoto- se comenzaron a ver relámpagos, el cielo resonaba de una manera fuerte y estruendosa, llovía a cantaros y Kouyou estaba empapado pero eso no le impidió seguir- ¡ayúdame!  ¡Responde a mi llamado! Oh, obscuridad que todo lo sabe… ¡ven a mí!

 

 

 

En ese momento un enorme relámpago cayo justo donde estaba el muñeco de madera, el castaño se aterrorizó pero en también se alegro. La alegría no le duro mucho pues lo único que había provocado ese relámpago era que su perfecta marioneta de madera se prendiera en llamas. Kouyou lanzo un estruendoso grito de desesperación y frustración. Se resigno. Empapado y lleno de ceniza entro a su casa, se baño y se acostó a dormir.

 

 

 

A la mañana siguiente se despertó muy cansado, no quería despertarse, quería estar en cama por los próximos cien años. Escucho unos pasos, no pudo dormirse de nuevo, eran pasos que provenían de la cocina, se levanto  sigilosamente y tomo un bate de béisbol y fue rápidamente a donde los ruidos provenían. Se escondió detrás de una pared y finalmente salió dispuesto a romperle la cara a cualquier intruso…

 

 

 

-buenos días cariño- esa voz, era la voz de Takanori, Kouyou no podía creerlo… ¿Cómo era posible?

 

 

El castaño se froto los ojos, no creía en lo que estaba viendo, su novio difunto estaba ahí parado frente a él con un plato con huevos fritos y pan francés.

 

 

-Ta… Ta… Takanori…- trago saliva.

 

  

-¿si?- se acerco al castaño quien pronto se dio cuenta de que no era su Takanori, al menos no su cuerpo. El muñeco de madera era quien estaba enfrente de él.

 

 

El muñeco se acerco al castaño y lo abrazo fuertemente, el más alto no pudo más que corresponder el abrazo, era más que obvio que no era su Takanori pero esa esencia y ese olor tan característicos lograron engañarlo.

 

 

 

Durante las siguientes semanas Kouyou fue el hombre más feliz del mundo pues pudo tener de regreso a su amado aunque este se desaparecía por las noches y reaparecía por la mañana. Kouyou comenzó a preocuparse, no quería perder a su Takanori una vez más así que una noche decidió seguirlo, el muñeco camino hasta el bosque y se detuvo en seco, el castaño permanecía escondido entre unos arbustos.

 

 

 

-Kouyou- dijo el muñeco en voz dulce- se que estas escondido ahí… ven aquí.

 

 

-Taka…-el castaño salió de su escondite – regresa conmigo a la casa, me preocupa que algo te suceda estando aquí afuera…

 

 

-oh siempre eres tan dulce y te preocupas por mi- el muñeco lo beso, sus labios hechos de madera se movían con tanta naturalidad que ni siquiera parecía madera. Comenzaron a acariciarse y a quitarse la ropa uno al otro hasta quedar desnudos. Si, en medio del bosque hacia frio pero eso no impidió que Kouyou se adueñara de su amante como tantas veces lo había hecho. El cuerpo de madera del pequeño no era un gran impedimento pues con cada caricia su piel de madera se sentía mas como piel humana. Se besaban apasionadamente, Kouyou bajo sus manos hasta la entrepierna del chico de madera e increíblemente encontró algo que el no había tallado anteriormente, un pene y un ano.

 

 

 

Comenzó a masturbar el miembro del menor haciéndolo gemir de placer, esos sonidos que tanto había extrañado estaban por fin de vuelta con él. Se puso en posición y lo penetro, su cavidad era suave y no parecía de madera. Después de un rato jugando con el interior de Takanori sintió que algo estaba mal, las suaves paredes del interior de su amante se estaban haciendo duras y rasposas y lo que era peor, la cavidad comenzaba a cerrarse. Kouyou intento salir del cuerpo del muñeco pero ya era demasiado tarde.

 

 

 

-¿pero qué demonios…?

 

 

-¿Por qué te sorprendes cariño?- Kouyou miro al muñeco a la cara, su expresión ya no era la que el había construido, era una cara diabólica con ojos rojo brillante de los cuales caía una especie de líquido rojo y espeso… era sangre. Kouyou empezó a temblar, estaba atrapado dentro del muñeco.

 

 

-¿Qué… que es todo esto?- ya era completamente presa del miedo.

 

 

-ahora me perteneces- la voz del muñeco sonó distorsionada lo cual espanto aun mas al castaño.

 

 

Kouyou hizo un último intento de salir de ahí pero lo único que sintió fue la opresión de su miembro entre las paredes de madera. La presión era tanta que la madera hizo que el pene de Kouyou literalmente explotara llenándolos de sangre a ambos.

 

 

 

-hiciste un trato con las tinieblas- dijo el muñeco con voz distorsionada- entregaste el alma de tu difunto a cambio de unos días con él, como dicen, nada en esta vida es gratis, todo tiene un precio.

 

 

-¡aléjate demonio!

 

 

-¿ahora me llamas demonio? Humano insolente, criatura ilusa.

 

 

El muñeco de madera tomo a Kouyou y con sus manos perfectamente talladas arranco la piel del pecho del castaño, quien sentía todo ese dolor en carne propia. Cada pedazo de carne que arrancaba la lanzaba y quedaba en el pasto. Llego a los músculos… Kouyou seguía consiente y sentía todo. Luego los huesos comenzaron a verse, increíblemente el castaño aun vivía, ya no podía gritar pero aun sentía el desgarrador dolor de todo eso. Rompió las costillas y comenzó a sacar los intestinos del mayor, todo estaba lleno de sangre. Finalmente lo que paso tenía que pasar, Kouyou debía pagar el alto precio por haber hecho tratos con el maligno.

 

 

 

Días después encontraron el cuerpo del titiritero desmembrado en el bosque, había intestinos y órganos colgando de los arboles. Esa comunidad jamás fue la misma, fueron condenados, estaban malditos.

 

 

 

Cada noche, en el pueblo se encierra en sus casas antes del anochecer, pues tienen miedo… miedo a convertirse en uno más de sus títeres…

 

 

Notas finales:

bueno~ tenia tiempo desde que se subió un fic xD 

 

que les pareció? yo no lo había leído y me partió el corazón :C ciertamente no me gusta el Uruki pero este me hiso sentir algo mal D':

 

Alma de tinta es la autora pero yo le di la idea asi que merezco algo de merito e-é(?

 

ya saben de as nuevas de gazette? seguramente XD yo no he parado de rodar feliz en todo el dia~

 

ok ya xD muchas gracias a los que leen y dejan reviews y también a os que solo leen :3


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