Aún recuerdo tu imagen suave y limpia, ronroneando ante cada una de mis caricias. También recuerdo todas esas noches de lujuria y pasión desenfrenada que sucedían noche tras noche en este oscuro y sucio cuarto de pensión. Tú sonrisa despistada, tus cabellos bermejos, las hermosas esmeraldas que tenias por ojos y esa suave y perfumada piel en algunos momentos podría jurar que se traba de seda misma.
Me pregunto ¿habrá valido la pena haber dejado todo eso? Sonrió ante la duda, si antes de ti lo único que me mantenía con vida era mi causa, mi propia justicia y la de los demás pero tenías que entrar como un remolino a mi vida y desordenarlo todo desde mis principios hasta mis metas, tan solo si nos hubiéramos conocido en otros tiempos…
¿Qué sentirás ahora al saber que te he abandonado? Conociéndote estarás preguntándote que has hecho mal, no queriendo ver que ha sido mi decisión más no tu culpa nunca podría encadenarte a un destino tan fúnebre como el mío. Eres demasiado bueno como para caer en la oscuridad en la cual ahora estoy sumergido.
Ya no siento nada, porque todas mis lágrimas y plegarias hace ya bastante tiempo que se me agotaron, el rogar a los dioses por que las cosas cambien nunca funciono. Nunca lo ha hecho.
Puedo escuchar a lo lejos las sirenas, los gritos, los sollozos ya están cerca y con ellos mi final.
─Te están buscando matador.─ grita histéricamente uno de mis tantos vecinos. Ya no puedo hacer más se que hasta aquí he llegado, por el solo hecho de pensar distinto, por buscar igualdad, por pelear por la libertad de mi pueblo.
¡Matador! ¡Matador! Aclama la gente mientras abuchean y lanzan objetos desde sus ventanas a las patrullas que se acercan lentas pero seguras de su destino, ellos reconocieron mi lucha y ahora huelen mi muerte.
Gobierno absolutista, fascistas, cerdos, régimen totalitario son las palabras que resuenan en la calle, palabras llenas de fuerza y resentimiento, palabras del alama obrera, palabras que él quiso dar poder hacerlas escuchar pero como a cualquier soñador de cortaron rápidamente las alas. En ese momento fue cuando se convirtió en el “matador” un hombre el cual peleaba por causas perdidas, alguien que exigía libertad de pensamiento y palabra y así fue ganando simpatizante a su causa, gente la cual era capaz de hacer cualquier cosa con tal de que su causa fuera tomada en cuenta y así fue, rápidamente fueron vistos como enemigo del estado y se les declaro una panda de revoltosos que solo querían hacer daño pero en las calles se sabía la verdad se sabía la lucha por la liberación del pueblo.
En ese punto en el cual la rebelión se transformaba de pacifica a violenta lo conoció a él, al chico de clase alta el cual iba a protestas y repartía folletos. Al principió le pareció un total payaso, un chiquillo hipócrita de buena familia que solo hacia eso por encajar con sus demás amigos pero que tan equivocado estaba al descubrir que ese chico flacucho, desaliñado y torpe sería el alma más noble que conocería en su miserable vida. Sus primeros contactos no fueron los mejores él rubio lo trataba con un desprecio y frialdad que harían que cualquiera se alejara pero él distraído pelirrojo no lo hizo y así fue metiéndose poco a poco en el mundo del rubio. Aún cuando en el camino se encontrara con golpes, palabras hirientes y demás pero a pesar de todo nunca desistió hasta encontrar ese núcleo frágil y desesperado del rubio el cual le conmovió hasta los huesos.
─ ¿Y cuál es tu nombre?─ Preguntaba ansioso un pelirrojo de mirada limpia al rubio hostil
─Eso no es de tu incumbencia.Respondía cortante
─Claro lo sé pero es que me has parecido una persona fascinante desde que te vi y quise saber.
─ ¿Así? Porque no mejor desapareces de aquí.
─Lo hare si me dices tu nombre.─ Decía mientras le mostraba una bella sonrisa
─ ¿Eres imbécil o algo?
─Algo
El rubio solo sonrío antes de levantare de su asiento irse no sin antes contestarle al chico.
─Mihael ese es mi nombre.
Sentía nostalgia al recordar esa primera conversación que tuvo con el oji verde.
Murmullos, el ruido seco de una puerta derribada, gritos ya estaban por él. Y así sentado en lo más oscuro de aquella maloliente habitación prendió un cigarrillo del cual dio una larga calada.
Esta va por ti Mail el amor de mi existencia, el sol que me salvo de mi oscuridad que los dioses se apiaden de este pobre pecador cuyo más grande error fue el querer un mundo mejor.
Un repentino estruendo hizo que apartara sus orbes azules del cigarrillo y las fijara en las personas que entraban armadas llenando su habitación.
─Hasta aquí llegaste bastardo.─ Le escupía con voz grave un hombretón apuntándole con un arma.
─No me concederá unas últimas palabras─ Pedía burlón
─Una basura como tú no merece eso
─Es solo para agregar dramatismo además eso no haría ninguna diferencia de todos modos ya estoy muerto
─Di lo que tengas que decir pero que sea rápido que quiero disfrutar el momento en el que el gran “matador” fue arrinconado como una rata.
─Gracias, que al parecer que en este gobierno las palabras son privilegio que a unos pocos se le concede. No tengo de que temer ya que mis palabras seguirán vivas aún después de mi muerte, que esta revolución no soy yo, somos todos. Soy la voz de los que hicieron callar sin razón por el solo hecho de pensar distinto. Aunque yo muera el movimiento seguirá vivo─ Y al finalizar esto la primera bala estrello contra su hombro izquierdo y de esa le siguieron varias podía sentir el frío metal combinado con la pólvora desollar su carne, desgarrar sus músculos, acabando con su vida.
─Y este es el final del gran Matador.─ Anunciaba él hombretón dando una orden muda para que abandonaran el lugar y así se fue desocupando poco a poco hasta que no hubo ni un alma ahí.
Después de unos minutos gente fue entrando de poco a poco a la pequeña habitación viendo horrorizados la escena.
─ ¡El matador ha muerto!─ Gritaba uno de los presentes a las calles anunciando la muerte del líder del movimiento revolucionario.
La gente que se encontraba en el cuarto lloraba a los pies del cadáver que yacía cubierto de sangre y pólvora, muchas de ellas rezando y pidiendo por su almas otras simplemente con miradas tristes y pechos acongojados.
Sacaron su cadáver aún tibio de aquella pensión dispuestos a darle un entierro justo a aquel chico, pero antes de que pudieran subirlo a un auto un pelirrojo apareció lleno de desesperación pidiendo ver al muerto, la gente no tuvo corazón para negar la petición del bermejo ya que conocían la relación que tenía con el difunto.
Al ver horrorizado el cuerpo sin vida de su amor no pudo más que llorar.
─ ¿¡Que te han hecho!?─ preguntaba entre sollozos al muerto
─Joven a todos nos ha dolido su pérdida─ Trataba de consolar uno de los presentes
Esto a Mail le pareció estúpido ya que ninguno de esos desconocidos había conocido al rubio como él, ellos nunca se afrontaron a su desesperación, a su locura, a su ira pero ya no quedaba nada de eso ya que el ya no estaba. Un grito de furia y desesperanza salió de boca, ya no podía continuar, no sin él.
─Vivió como quiso─ Escucho a lo lejos al alzar la vista vio a una de las compañeras más cercanas del rubio, una chica alta y de cabellos dorados llamada Lidner.─Y murió como tal.
─ ¡No merecía morir!─gritaba desconsolado el pelirrojo.
─Claro que no pero esa fue su decisión y como tal deberías respetarla.
─Qué voy a hacer sin él?─
─ Seguir adelante como él hubiera querido, eso es lo que hubiera querido de todos─ consolaba de una manera generalizada.─ Este no es el fin es un nuevo comienzo para todos de seguir lo que Mihael comenzó, así que quiten esas caras tristes y ¡luchemos por la revolución!
─ ¡Por la revolución!─ Gritaba animada la gente del rededor
¡Por la libertad!
¡Por la Justicia!
¡Por Matador!
El pelirrojo solo escuchaba y veía a la multitud agitarse por las palabras de la rubia, Mail no podía pensar en todo ello, solo en el dolor, así solo le dio un último adiós a su amado beso sus fríos labios y se levanto.
─ ¡Por Mihael!─ grito a todo lo que sus pulmones daban y así la concurrencia enloqueció y empezó a corear el nombre del difunto, definitivamente Mail seguiría con la causa en la que el rubio creyó tan fervientemente.
EL terminaría su trabajo, todo por la única persona que realmente significo algo en su vida. Aunque le costara la vida misma.