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Self Harm por Kannon

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Self Harm.

 

El cuchillo golpeó el suelo manchándolo con un par de gotas de sangre; el brazo le ardía cada que las lágrimas caían sobre su piel.

Hace tanto tiempo que no lo hacía, hace tanto… Y se sentía tan bien.

Había olvidado cómo se sentía la punta filosa de la navaja abrirle la piel, había olvidado lo cálida que la sangre se sentía al salir de su cuerpo; y las palabras volvieron a su cabeza ‘no tan profundo, no tan suave’.

 

-*-

 

ChanYeol se tiró boca abajo sobre su cama, la sabana le molestaba bajo la sensible piel del brazo izquierdo, ahí estaba de nuevo, ahogándose en sus propias lágrimas.

Había sido un día pesado y al llegar a casa no fue mejor, en cuanto cruzó la puerta lo recibieron con ‘llegaste muy tarde’ y ‘eres un idiota’, la sonrisa que había mantenido en todo el día se fue borrando poco a poco y los ojos comenzaron a llenársele de lágrimas, parpadeó lentamente y respiró hondo, guardándolas para su soledad.

 

-Estúpido- dijo para sí mismo –eres un idiota.

Se levantó y tomó su guitarra quedándose después en el suelo, comenzó a afinarla recorriendo con los dedos las cuerdas, el brazo, y pegó la frente en ella, la cabeza le dolía, los brazos le dolían, las piernas le dolían, pero lo que más le dolía era el irse dando cuenta poco a poco que en verdad era el idiota que todos decían.

 

Al siguiente día se sentó en su pupitre de la escuela y agachó la cabeza recostándola en sus antebrazos, sentía como cada parte de ella le punzaba, sus ojos estaban hinchados y la garganta le dolía por haber pasado más de diez minutos vomitando todo lo que no comió.

 

Cuando sus amigos llegaron, levantó la cabeza y sonrió amplio mostrando sus blancos dientes.

-¿De nuevo no dormiste?- preguntó JongIn al verlo, dejando sus cosas en el asiento de al lado.

-No pude, un gato maulló toda la noche- mintió.

-Ten, energía- dijo SeHun dejándole sobre el pupitre un vaso de café y se sentó detrás.

ChanYeol tomó el vaso y dio un gran sorbo sintiendo como le raspaba por la garganta.

Minutos después, por debajo del marco de la puerta entró BaekHyun al salón, ChanYeol le sonrió de la misma forma que al resto de sus amigos pero éste sólo rodó los ojos y se sentó detrás de JongIn.

Pasó más de media hora y el profesor no llegó, así que decidieron salir a desayunar al restaurant junto a la escuela y volver para la siguiente clase. ChanYeol caminaba detrás de ellos pesadamente casi arrastrando los pies, cerró por un momento los ojos y sacó de su bolsillo un caramelo, llevándoselo a la boca.

 

BaekHyun y ChanYeol iban a todos lados juntos y siempre se sentaban uno al lado del otro, pero al llegar al restaurant, BaekHyun decidió sentarte junto a JongIn dejando sólo a ChanYeol del otro lado de la mesa, todos se quedaron viendo el espacio vacío y llevaron la mirada al más alto de los cuatro después hacia el más bajo; SeHun se sentó rápidamente junto a ChanYeol y dejó su mochila en el suelo subiendo los codos a la mesa.

-Y ya no me ha llamado- dijo resoplando –No sé porque no me ha llamado, ¡dijo que lo haría!

-Si yo fuera Tao, tampoco te llamaría- dijo BaekHyun riendo.

La mesera se acercó y tomó las órdenes de todos, ChanYeol sólo pidió una taza de café y un pan dulce.

-¿No vas a comer nada más?- preguntó JongIn.

-Desayune en casa- contestó volteando a ver su plato.

 

Faltando 15 minutos antes de que comenzara la siguiente clase, SeHun se puso de pie para indicar que era hora de irse, ChanYeol se dirigió al baño y les dijo que ya los alcanzaba. Cerró la puerta tras él con la espalda pegada por completo y tomó una gran bocanada de aire, sus ojos se llenaron de lágrimas pero las contuvo una vez más, guardándolas para la obscuridad de su habitación; se miró al espejo y sonrió, ampliando cada vez más, jalando los labios, intentando que la sonrisa llegara hasta sus ojos. Se hincó frente a la taza del baño y viendo al interior introdujo en su boca un dedo, lo más profundo que pudo hasta tocar su campana, tosió, su estomago se contrajo… Y nada, un segundo dedo… Y lo mismo, pasaron así un par de segundos hasta que sintió como el café que había tomado subía por su garganta y salía por entre sus dedos.

 

--

 

-¿Cuántos caramelos comes al día?- preguntó JongIn cuando se quedaron hasta tarde en la escuela a terminar un trabajo y a pesar de que todos juntos habían ido a comer, ChanYeol decidió esperar a lo que hubieran preparado en casa y optó por comprar golosinas.

-Las suficientes como para mantenerme despierto- contestó moviendo la cabeza hacia los lados.

-¿No es mejor si duermes?- dijo BaekHyun con un notorio enfado.

-Sería lindo, pero no puedo dormir en las noches.

-No, comes demasiada azúcar.

-Y escucho todos los ruidos de mí alrededor.

-Como sea- BaekHyun rodó los ojos y siguió en su libro.

 

Esa misma noche, ChanYeol llegó a su casa con una enorme sonrisa después de que JongIn le dio una enorme paleta de caramelo. Entró sin hacer mucho ruido pero apenas e iba a la mitad del camino rumbo a su cuarto cuando su padre le interceptó con la boleta de calificaciones en mano.

-¿No me ibas a enseñar esto nunca?

-¿Cómo lo conseguiste?

-Se usar una computadora ¿sabes? Tienes un mes reprobado en una materia, ¿eres imbécil acaso? ¿No te es suficiente con lo que pago por tu educación como para que me salgas con estas estupideces?

-Lo siento…

-Un lo siento no es suficiente por lo que pago, si hubieras pasado el examen de la escuela pública otra historia sería, pero no, eres un gran idiota que ni un examen puede aprobar.

ChanYeol suspiró pesadamente y con la cabeza agachada caminó hacia su cuarto, cerrando la puerta con llave, ya habían pasado más de dos años que había entrado a esa escuela y su padre aún no olvidaba el hecho de que no había quedado en la escuela pública. Se recostó en su cama boca arriba y cerró los ojos con fuerza esperando que las lágrimas no comenzaran a caer.

 

Dos meses después, ChanYeol se encontraba con su grupo de amigos dentro de un teatro esperando que la función, donde JongIn era el principal, comenzara.

Las luces bajaron y dieron la tercera llamada, la música comenzó y un montón de niñas pequeñas salieron detrás del telón con sus pequeñas zapatillas de ballet y sus pequeños tutus. SeHun, BaekHyun y ChanYeol no quitaban la vista de encima, y después de tres canciones finalmente salió JongIn en medio del escenario, los tres gritaron y aplaudieron llamando la atención del resto de los asistentes. ChanYeol sonreía con cada giro, cada salto y cada mira desde el escenario que JongIn les daba; bajó su mano al reclinatorio y chocó con el brazo de BaekHyun, BaekHyun giró su mano dejando la palma arriba y tomó la de ChanYeol entrelazando sus dedos. Ninguno de los dos se volteó a ver, pero de vez en cuando BaekHyun apretaba la mano de ChanYeol, haciendo a éste sonreír aún más.

 

Al final de la función ChanYeol corrió hacia JongIn y lo abrazó con fuerza llenándolo de felicitaciones dando pequeños saltitos, SeHun detrás abrazándolo después y BaekHyun le llenó el rostro de besos.

 

Después de ese día, sólo se veían en la escuela, dejando las salidas sociales para convivir con otras personas o simplemente quedarse en casa a descansar, al menos así era para los amigos de ChanYeol. Los sábados, ChanYeol se la pasaba encerrado en su cuarto buscando algún pretexto para poder salir, no importaba con quien no importaba a dónde, sólo no quería estar en su casa, escuchando de nuevo las mismas palabras, viendo su rostro en todos los espejos de la casa y sintiendo la sangre salir de su cuerpo manchando el suelo.

 

ChanYeol llegó dos semanas después tarde a clase, SeHun fue el primero en salir corriendo hacia él cuando lo vio llegar, con la mirada hacia el suelo y cubriéndose la mitad de la cara con una bufanda.

-¡¿Qué te paso?!- preguntó alarmado al verle los ojos hinchados y las lágrimas aún correr hacia sus cubiertas mejillas.

-Nada, no es nada – respondió y se sentó en su lugar, sacando un dulce de menta, llevándolo a su boca.

Ni SeHun ni JongIn insistieron ese día, pero al final de la penúltima clase BaekHyun tomó del brazo a ChanYeol y lo llevó al patio, se veía molestia en su rostro y al llegar, lo soltó para cruzarse de brazos y mirarlo fijamente.

-Ya dime de una vez por todas que tienes- demandó.

-No tengo nada.

-No me vengas con esas cosas, dime que tienes, dímelo ahora.

-BaekHyun, no tengo nada…

-¿Crees que no te conozco? Ahora dime que tienes.

-Sólo no me siento bien.

-¿Cómo te quieres sentir bien si no duermes? Y te la pasas tragando dulces.

ChanYeol cerró los ojos y respiró hondo.

-No tengo nada.

-¿Sabes ChanYeol? Quizá ese es el problema, que nunca tienes nada, en vez de guardártelo todo deberías decir las cosas, así tus padres no se la pasarían diciéndote de cosas, así podrías demostrarles que no eres el gran idiota que todos creemos, por primera vez en tu vida deberías dejar de callarte la boca.

Y con eso, BaekHyun se dio media vuelta dejando a ChanYeol ahí.

Tomó su celular y le envió un mensaje a SeHun pidiéndole de favor que se llevara sus cosas pues no volvería a clase ya que su dolor de cabeza había empeorado.

ChanYeol tomó el transporte público y llegó corriendo a su casa, encerrándose de nuevo en su cuarto. No había nadie pues aún era temprano, así que sin ponerle el seguro a la puerta, sacó de uno de sus cajones una navaja.

-El gran idiota que todos creen…- susurró y rozó con la punta su piel, trazando una línea blanca que poco a poco iba enrojeciendo –ni muy profundo… ni muy suave –y presionó rompiendo su piel con la navaja, al terminar la primera línea por su antebrazo, su celular comenzó a sonar, miró la pantalla y antes que pudiera decir algo para contestar, la voz de JongIn lo interrumpió del otro lado de la línea.

-¿Estás bien?

-¿mmm?- contestó intentando que su voz no sonara quebrada.

-BaekHyun volvió hecho un demonio y SeHun me dijo que se iba a llevar tus cosas. ¿Seguro que estas bien?

-No…- y rompió en llanto.

-Chan… Channie ¿qué sucede?

-No lo sé… Yo, yo sólo quiero desaparecer, JongIn. Quiero desaparecer y que todos olviden al idiota de ChanYeol.

-No eres un idiota.

-Si lo soy… Si lo soy.

-Escúchame bien, NO LO ERES.

-Si no lo soy, entonces ¿por qué sigo siendo así de miserable? ¿Por qué parece que todo me sale mal?

-… Yo…

-No tienes que decir nada…- y colgó la llamada dejando caer su celular al mismo tiempo que la navaja.

 

ChanYeol no fue los siguientes dos días a la escuela, vomitaba todo el día comida que no había ingerido y tomaba más pastillas para el dolor de cabeza de las recetadas en el frasco, por las noches se servía una taza de café llena de azúcar e iba constantemente a la tienda para comprar más cosas dulces que lo mantuvieran despierto.

 

Cuando volvió a la escuela, SeHun no dijo nada, sólo le sonrió y cuando JongIn se acercó a abrazarlo, al tomarle por la muñeca ChanYeol hizo una mueca de dolor, JongIn con los ojos muy abiertos le miró y levantó lentamente la manga de la sudadera del más alto, revelando las pequeñas cicatrices y marcas rojizas en su pálida piel.

BaekHyun entró al salón justo cuando la piel de ChanYeol fue expuesta, y con una mirada burlona entre risas dijo:

-No puede ser posible que andes con esa clase de estupideces, en verdad eres un idiota.

-¡BaekHyun!- dijo JongIn.

-¿En verdad lo crees?- dijo ChanYeol con lagrimas corriendo por sus mejillas -¿crees que soy un gran idiota?

-No le hagas caso…- dijo SeHun.

-Lo eres- respondió BaekHyun –me molesta tanto que te pongas así, como si quisieras que todo mundo te mirara con lástima. Pero sabes, a mí si me das lastima…

Antes de que pudiera decir algo más, ChanYeol salió corriendo por la puerta.

-Gracias BaekHyun- dijo SeHun rodando los ojos y regresó a su lugar mientras JongIn corría hacia ChanYeol.

 

Estaba encerrado en un cubículo del baño, tosiendo con fuerza, introduciendo un dedo más a su boca para poder vomitar, JongIn al escuchar los quejidos comenzó a golpear la puerta, agachándose y metiendo las manos por debajo de ella para jalarle por las piernas y llamar su atención.

-ChanYeol, ChanYeol no hagas eso.

ChanYeol se quebró por completo dejando salir el llanto, todo su cuerpo temblaba y JongIn podía sentir como cada pieza del alma de su amigo iba cayendo al suelo, le jaló más la pierna y ChanYeol se pegó a la puerta, aún sin abrirla.

-ChanYeol escúchame ¿sí?- dijo desde el otro lado del cubículo tomándole de las manos por debajo –No sé de qué hacer para que te sientas mejor, pero ten por seguro que ésta no es la forma.

JongIn pegó la cabeza a la puerta, y del otro lado de ella ChanYeol hizo lo mismo.

-Lo siento…- dijo en voz baja aún sollozando.

-No, no te disculpes… ChanYeol no me gusta verte así… No te hagas este tipo de cosas… Está bien enojarse, ésta bien llorar y sentirse triste pero no te hagas esto… Me duele tanto verte así…

ChanYeol se mordió el labio inferior y asintió, aunque JongIn no lo podía ver pues aún los separaba la puerta del baño, sonrió de lado estrechándole las manos. Lentamente se fueron soltando y ChanYeol se levantó, abriendo la puerta, sonrió ampliamente al ver a su amigo y le dio un fuerte abrazo.

-Me gusta tanto verte sonreír- dijo JongIn casi para sí mismo.

Al volver al salón nadie dijo nada, SeHun solo le palmeó el hombro y le dio un caramelo.

 

El asiento detrás de JongIn estaba vacío, pues a partir de ese día, BaekHyun decidió que no iba a tolerar más a quien había sido su mejor amigo durante tantos años.

Esa noche, ChanYeol estaba en su cuarto después de las palabras de su padre recordándole los pagos de la escuela y como había fallado hace ya más de dos años al no pasar el examen de la escuela pública. Sacó de su cajón la navaja y al poner la punta sobre su piel recordó a JongIn, recordó como la voz de su amigo casi se quebraba en el baño y como cuando le tomó de las manos se sintió tan seguro, recordó la palmada en el hombro de SeHun y las palabras de BaekHyun. Guardó de nuevo la navaja y se quedó mirando su guitarra.

-No lo haré…- dijo como si la guitarra le fuera a responder –No lo haré pero no por mí, no lo haré porque no quiero preocupar más a JongIn.

Y con eso cerró los ojos recostándose en su cama.

 -*-

 

Habían pasado varios meses en lo que sólo SeHun, JongIn y ChanYeol salían, hacían trabajos en equipo o simplemente perdían el tiempo vagando por las calles de la ciudad.

ChanYeol había tirado su navaja a la basura y todos los días llegaba a la escuela comiendo un emparedado.

 

-Energía- dijo SeHun dejándole un vaso de café en el pupitre.

-Gracias- respondió ChanYeol sonriendo.

-¿Me acompañaran a perforarme?

JongIn, quien iba entrando se les quedó viendo.

-¿Qué te quieres perforar?- preguntó extrañado.

-Tao me dijo que las perforaciones son sensuales así que quiero un arete en el cartílago.

-¿No te vas a poner a llorar como niña? Dicen que duele- dijo ChanYeol entre risas.

BaekHyun entró segundos después y se les quedó viendo, intentó dibujar una sonrisa en su rostro pero por primera vez recibió una fría mirada de parte de ChanYeol.

 

A pesar de eso todo parecía haber tomado un camino agradable.

Por las tardes al llegar a su casa, se iba directo a su habitación ignorando cualquier comentario en el camino, tomaba su guitarra y comenzaba a tocar cualquier melodía que le llegara a la cabeza.

Su sonrisa finalmente había alcanzado sus ojos, por las mañanas ya no se provocaba el vomito, y aunque a veces SeHun tenía que forzarlo a comer algo más que dulces, lo hacía. Y JongIn, JongIn le sonreía cada vez más, tomándole de las manos de vez en cuando estrechándole con fuerza.

 

 

 

Era una noche fría, tenía más de dos horas intentando dormir y no podía, una voz dentro de él le repetía una y otra vez ‘eres un idiota’, daba vueltas sobre la cama, se jalaba el cabello intentando distraerse del dolor hasta que finalmente se puso de pie, salió de su recamara intentando no hacer ruido y se escabulló hasta la cocina, abrió el cajón y tomó uno de los cuchillos, guardándoselo en la manga de la pijama.

 

Hace tanto tiempo que no lo hacía, hace tanto… Y se sentía tan bien.

Había olvidado cómo se sentía la punta filosa de la navaja abrirle la piel, había olvidado lo cálida que la sangre se sentía al salir de su cuerpo; y las palabras volvieron a su cabeza ‘no tan profundo, no tan suave’.

 

 

Quizá, sólo quizá esta sería la última vez que lo haría, porque a pesar de que la imagen de JongIn venía a su mente, no podía espantar a las voces dentro de su cabeza.

‘No tan profundo, no tan suave’ o al menos, así creyó haberlo hecho.

Notas finales:

Este fanfic en cierto modo fue vomito verbal.

Hay un momento en el que quizá se pierde un poco el hilo de la historia (ni beta-leído esta) pero quería sacarlo.

Es más una proyección, es más un sentimiento, y quiero darle las gracias a una persona que siempre ha estado a mi lado, a una persona que sin importar nada siempre me ha sonreído y llevado de la mano, una persona que amo con todo mi corazón y mi alma y que sin ella no estaría ahora donde estoy.

Ella es Lina, es mi pequeña JongLina que amo muchisimo, y que apesar de todo siempre esta ahí para mi, a las 3 de la tarde, a las dos de la mañana, no importa que hora del día sea, Lina siempre esta ahí.

Ahora, al leer esto podrán darse cuenta con cual de los personajes me he identificado, o más bien en cual de los personajes me proyecté, y pues tenía que sacarlo, porque a diferencia de las personas que son muy abiertas en sus asuntos personales yo no lo soy y terminó explotando de la peor manera.

 

Gracias Lina por estar siempre a mi lado y aunque aveces no paresca porque termino siendo todo un mar de emociones y lágrimas, ahí estoy yo para lo que necesites, se que para siempre es mucho tiempo, pero sabes que yo estaré ahí para siempre.

 


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