- Esto no te va a doler - me susurraba seduciéndome con su dulce voz en mi oído; y su boca, mordiéndome suave y dulcemente mi oreja, como si supiera que ese era mi punto débil y que me excitaría.
- Aaah~... - cómo sucedió todo esto? Cómo y cuándo me dejé excitar y llevar por este estúpido perro?? - Ah~ -
I
DUEÑO
- Mmmm.... Mira que tal éste? Es pequeño y peludo. También muy movido - me decía mi novia señalándome un perro que estaba detrás de la vitrina de la tienda de mascotas. - Y desde cuándo te interesó tener un perro? A ti siempre te han gustado los animales pequeños y tranquilos como los conejos por ejemplo - me preguntó con aquellos ojos grandes lleno de curiosidad aferrándose de mi brazo.
- No lo sé. Sólo quería tener uno y ya - comencé a caminar llevándomela conmigo.
- No será porque te conmoviste con esa película? Pues me pareció ver caer unas cuantas lágrimas de tus ojos ese día - tenía unas de esas sonrisas burlonas seguidas con una mirada que escondían algo... Nada bueno.
-No lloré,.... Fue sólo que me cayó algo en el ojo –
Me descubrió. No soy nada bueno con las mentiras, y mi debilidad que siempre trato de mantener en secreto es que soy una persona muy sentimental aunque no lo parezca. Sólo ella lo sabe y por eso dice que me ama.... Bueno una de las tantas cosas que ama de mi.
Me besa y sonrío porque de verdad la amo.
- Y bien. Cuándo compraras uno? –
- No lo sé…. Recuerda que tener un perro en un departamento no es fácil… -
- Verdad – sonrió – Pero cuando te decidas avísame que quiero ayudar a escogerlo – asentí contento.
Caminamos de la mano mientras recorremos el parque lleno de perros felices jugando con sus dueños igual de felices en el jardín, todo un perfecto paisaje como si el mundo me sacara en cara que TODO el mundo tiene perro.... Todos menos yo. Hasta mi novia tiene uno, siempre me dice « Recuerda, tu perro tiene que ser como tu alma gemela. Siempre tiene que estar a tu lado. Entenderte y reconfortarte con tal solo mirarte a los ojos. Y siempre alegrarte cuando ves su colita moverse. Y más que nada sentirte feliz cuando estás con él ».
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Mi novia. La luz de mi vida. Kyoko. Ella es alguien dulce, linda, de cabellera larga y un poco ondeada de color negro, estatura mediana, grandes ojos castaños y dueña de una hermosa voz y sonrisa, sin decir que es la más bella (sexy) e inteligente de mi clase. Me saqué la lotería.
- Y cómo está Pelusita? - le pregunté por su perro que irónicamente es un pastor alemán de tres años.
- Ah, está bien, aunque... - se queda en silencio unos segundos cubriéndose la boca pensando en algo - ... Creo que debo de alimentarlo más porque la otra vez encontré en su hocico al hámster de mi hermano jejeje –
No la culpo, la otra vez que fui a su casa, su perro Pelusita, me recibió con mucho "cariño". Mordió mi ropa y luego se comió los apuntes de mi cuaderno.... Y mi tarea. La excusa de "Si hice la tarea pero un perro se la comió" no iba a funcionar jamás con mi profesor, si no fuera por Kyoko quien le explicó el por qué no llevé la tarea no sé que hubiera sido de mí. Pues los castigos de nuestro profesor son, no sé... digamos que ayuda a volar su imaginación con su segundo trabajo, que según él es secreto pero todo el salón, en especial la chicas, sabemos.
Seguimos caminando por la calle hasta que nos topamos con una caja gigante de cartón en medio de la vereda. Extraño. La caja temblaba mucho, pensando que adentro podría hallarse un pobre animal enfermo y abandonado mi novia se acercó para sacarlo. Pero cuando lo abrió encontró a un muchacho. Estaba durmiendo en una posición muy incómoda; de tez blanca, su cabello era un tanto largo a comparación de la mía de un color castaño claro casi tirando para rubio. Aparentaba tener casi nuestra edad pero no sé nada más acerca de ese extraño muchacho.
Después de quedarnos viéndolo durante largos segundos Kyoko llegó a reconocerlo. Resultó ser su amigo de la infancia que no veía desde hace tiempo pero dijo que no sabía por qué estaba ahí en esas condiciones.
- Podrías llevártelo a tu casa? Sé que tus padres salieron de viaje por trabajo y que no regresarán por un tiempo - me rogó.
- Pe-pero... - tartamudeé. Llevar a un completo desconocido a mi casa?? Y encima a un "gran" amigo de su infancia!! La amo pero eso es lo más estúpido y loco que me ha pedido.
No habló, al ver su rostro supe que estaba preocupada.
- Sabes? Yo... Yo me voy por un tiempo fuera de la ciudad.... Y sé que él también se queda sólo en su casa ya que sus padres también viajan mucho por asuntos de negocios - miraba al tipo de la caja con una expresión de pena pero a la vez de alegría por haber encontrado a su amigo.
- Y... Cuándo te vas? - le pregunté triste, deseando que nunca se fuera. Por qué recién me lo dice ahora??? Me rompe el corazón.
- Mañana por la tarde sale mi avión - me abrazó para consolarme pues sabía que me echaría a llorar.
- Por qué tan pronto? - no pude evitarlo, me salieron lágrimas. Estaba llorando.
Después de lo sucedido en el parque me acompañó hasta mi casa ayudándome a llevar a su amigo con todo y caja. Ella se fue, lo acosté en el sofá cubriéndolo con una manta y lo dejé ahí, durmiendo; a la mañana siguiente cuando iba a salir para acompañar a Kyoko él seguía durmiendo.... Confié en él y me fui dejándolo solo en casa. Nos volvimos a ver Kyoko y yo en el aeropuerto, ella dice que no será la última vez.... Pero yo creo lo contrario. Las últimas palabras que me dijo fueron «Cuídalo bien, él es como un hermano para mi. Un hermano muy querido. Te amo» nos besamos y se fue.
Por mi mente recorrió el temor de no volverla a ver.
Cuando regresé a casa el tipo seguía inmóvil, durmiendo. Dudé unos instantes si seguía vivo. Me le acerqué para observar mejor su cara (la cual era muy fina) pensando que necesitaría un baño, además, lo más importante: qué clase de amistad han tenido ambos. Seguía mirándolo hasta que...
- Por que me miras tanto? - abrió los ojos de golpe sorprendiéndome hasta el punto de hacerme caer al suelo. Se levantó del mueble y se me acercó muy cerca a mi rostro, demasiado cerca - ¿Quién eres? ¿ Y qué hago yo aquí? - lo empujé lejos de mi (odio que invadan mi espacio personal, en especial los extraños) y le explico todo lo sucedido - Mmmmm.... Entonces yo viviré aquí - preguntó feliz.
- Si, hasta que mi novia regrese –
Me miró como si estuviera estudiándome.
- Ya que voy a vivir aquí contigo necesito tu nombre –
- No es necesario que lo sepas por ahora.... No creo que te vayas a quedar tanto tiempo -
Creo que siento un "poco" de celos hacia él, de seguro tuvieron una larga amistad. Más larga que la mía eso es seguro.
Miro el reloj, ya se había hecho tarde y ya tenía que irme q dormir; pues a mis 15 años ya era muy responsable.
- Me voy a dormir - le dije mientras me dirigía a mi habitación.
- Y yo? –
- Duerme donde quieras - no me importaba. Estaba muy cansado como para pensar en eso.
Aahh~ que caliente es mi camita, y que suave está mi almohada.... Pero por qué rayos tiene pelos en la parte de arriba?? Debe de ser un sueño, si, eso debe ser. Me acurruco más a mi almohada y lo olfateo un poco. Y por qué huele tan bien? No importa, no pienso soltar esta almohada por nada del mundo. Me aferro mucho más a ella.
- Pervertido - ah?.
- Aaaahh!!! - grité asustado al descubrir que el objeto al que abrazaba era el tipo ese - Qu-Qué haces en mi cama??!!!! –
- Tú dijiste que podía dormir donde quisiera –
- Pero no en mi cama!!! - es idiota acaso? Era obvio que me refería al suelo.
Veo la hora en mi celular. Rayos! Me quedé dormido y se me hizo tarde. Ahora tendré que ir corriendo al instituto.
- Qué sucede? - me pregunta viéndome como apurado comienzo a desvestirme.
Demonios! Por lo apurado que estoy me olvidé que él aun sigue aquí. Lo saco afuera casi a patadas para poder cambiarme tranquilo.
- Hay huevo, jamón y leche en la refrigeradora. Prepárate el desayuno - le digo antes de salir corriendo de mi casa.
¿Por cuánto tiempo lo tendré?
Ya pasó una semana, y mi novia no regresa y peor aun, no se ha comunicado conmigo; y lo "mejor" es que el vago de su amigo no hace nada.
Él está tirado en el mueble viendo en la televisión un programa de comedia.
- Hey tú! - le hablo interrumpiendo su entretenimiento - Si vas a vivir aquí tendrás que ayudar en algo, entiendes? O es que acaso quieres que te trate como a un perro de mascota? - crucé los brazos sentado en una silla frente a él con un aire de superioridad infinita esperando a que dijera «Haré lo que quieras» o mejor aun «Me voy» pero no, fue todo lo contrario.
- Guau! - ladró.
- Eh? Por qué ladras? –
- Tú lo has dicho. Acepto la segunda opción. Desde ahora seré tu perro. Mucho gusto, espero que me alimentes, me cuides, me asees y más que nada me des mucho amor - me dio la "pata" muy gustosamente sonriendo - Desde hoy tú eres mi dueño - saltó encima mío lamiéndome la cara.
Creo que acabo de cometer un grave error….