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Una Noche por Na Na

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Notas del fanfic:

Hoola a todos, este es un one.shot lemon dedicado para is queridas A quick Kiss, espero lo disfruten n_n

 

 

Notas del capitulo:

Bueno, aquí estoy (?)

Espero lo disfruten n_n *empieza a brincar*

 

Una Noche

 

 

 

 

–Sabes que es peligroso ir contigo al volante. ¿Qué tal si muero?

– ¿Por quién me tomas? – se defendió DongHae ante la conjetura.

Desde hacía quince minutos, o tal vez veinte, el castaño intentaba convencer a su novio de que lo acompañara a un club. Y es que no quería ir solo, además de que eso ayudaría a su novio a que se relajara.

–Muy bien – desistió el rubio –. Vamos antes de que me arrepienta y huya.

 

 

******

 

 

–Estoy seguro que te encantara – DongHae arrastraba a su novio al club.

–Odio estas cosas – decía el rubio tratando de convencerlo para que no lo llevara.

–Vamos, este te va a encantar.

–DongHae, por favor.

–Solo esta noche, ¿sí? Vamos Hyuk, ándale – DongHae agitaba el brazo de Hyukjae con el propósito que el otro aceptara.

HyukJae no pudo resistir al infantil carácter de su novio, y al puchero que este le hizo, así que acepto entrar. DongHae empezó a dar saltitos a su alrededor y luego lo tomo de la mano para guiarlo hasta la entrada.

Una vez ahí, DongHae se acercó al guardia, un tipo alto, con brazos fornidos y una cara de pocos amigos. HyukJae observaba hablar a su novio con el hombre quien revisaba la tableta de madera que tenía en las manos, buscando su nombre. Cuando lo encontró, Hae hizo señas a Hyuk para que avanzara hasta él, mientras el guardia abría la puerta y los dejaba pasar.

DongHae agradeció al hombre y HyukJae deseaba irse. Apenas había ingresado al lugar, la música alta ya lo había mareado. DongHae lo guiaba, tomado de la mano, a través del pasillo donde había parejas besándose. Se sorprendió al ver a dos hombres besarse sin ser mal vistos por nadie.

–Es un club alternativo – le dijo su novio una vez sentados en barra -, por eso te traje.

– ¿Y nadie les dice nada? – pregunto curioso.

–No. Pueden venir quienes quieran y nadie les ira nada. Este lugar es libre, por así decirlo – le sonrió el castaño.

–Hola y bienvenidos – un hombre robusto tras la barra les sonreía – ¿Desean algo?

–Sí, un manhattan, y...

–Un Martini – completó HyukJae.

–Y ShinDong...  – Hae se dirigía a al chico tras la barra.

–A la cuenta de Heechul hyung – y empezó a preparar los pedidos.

HyukJae miró inquisitoriamente a su novio, quien le dijo que el susodicho era el dueño.

"Para ser verdad, tiene pinta de serlo", juzgó HyukJae.

Había unas pequeñas tarimas en la pista de baile donde había gente bailando; había luces de colores por todo el lugar y mesas cerca de las paredes.

El Martini estuvo a su frente y le dio un pequeño sorbo disfrutando del dulce sabor de la bebida. HyukJae escuchaba, algo aburrido a su novio hablar con el tal ShinDong. Bebió lo último de su copa, y miró todas la bebidas del aparador del frente, cuando, mirando a través del espejo, pudo observar como un joven lo miraba. Cuando sus miradas se encontraron, el joven no quitó la mirada, solo le sonrió de lado. HyukJae se incomodó un poco, así que pidió el trago más fuerte que tuvieran.

– ¿Estás bien? – DongHae lo miraba preocupado. Su novio no acostumbraba a beber.

HyukJae solo asintió y se bebió aquella bebida de un solo sorbo. Sintió aquel liquido recorrerle la garganta y llegar a su estómago.

Regresó la vista al mismo lugar de antes, viendo como el pálido rostro del otro lo observaba fijamente con una mirada lascivia. Observó a un hombre acercarse a la mesa del otro y sentarse a su lado. El de finas facciones miró al recién llegado y lo besó en los labios, tan posesivamente que HyukJae quiso estar en lugar del pelinegro.

–Kim RyeoWook – mencionó ShinDong asustando a Hyuk –. Es el socio del dueño, y el de al lado, el pelinegro, su novio, JongWoon, si mal no lo recuerdo – HyukJae miró a su costado y no encontró a Hae –. Fue al baño – dijo ShinDong limpiando un vaso.

– ¿Vienen seguido? – miraba como el pelinegro besaba el cuello de RyeoWook.

– No – le sirvió otro martini –, son raras las veces que viene, y cuando lo hace viene con el tipo ese. Cortesía de la casa – señaló la copa.

– ¿Se divierten? – llegó DongHae sonriendo.

–Sí. Le contaba del futuro clima de mañana. Según dicen lloverá.

–No creo que llueva – habló HyukJae para despistar a su novio –. Estará soleado.

"Y caliente como él"

–Probablemente – el castaño se sentó de nuevo conversando con ShinDong, mientras HyukJae regresaba la vista a RyeoWook.

Observaba aquel rostro, parecido a una muñequita de porcelana según su criterio, ser iluminado por las tenues luces.

JongWoon besaba el cuello de RyeoWook, mientras éste último observaba  a HyukJae con una mirada cargada de placer.

HyukJae se estaba excitando ante las furtivas miradas de Wook, quien se mordía el labio seductoramente ante sus ojos.

RyeoWook le dijo algo a su novio y se levantó de la mesa caminando hasta la pista de baile.

–Voy al baño – habló el rubio dejando a DongHae con la palabra en la boca y caminando con rapidez para alcanzar al chico.

Lo seguía con la mirada, intentando no perderlo de vista y abriéndose paso entre la multitud. Le era difícil quitar la vista de aquel angelical y pacífico rostro, que cuando lo perdió se abofeteó mentalmente por ser tan despistado.

Lo buscaba con desesperación, y cuando lo halló, fue halado con fuerza hacia un pasillo que, hasta ahora, le era desconocido.

– ¿Por qué me mirabas? – preguntó una angelical voz en la oscuridad.

No podía divisar con exactitud al dueño de la voz, pero cuando la luz llegó a iluminar el lugar, pudo observar el rostro de finas facciones frente a él, más cerca de lo que llegó a imaginar en la corta media hora que llevaba ahí.

–Has sido tú – refutó algo irritado.

Wook se dio la vuelta dispuesto a irse, cuando la mano de su acompañante rodeó su muñeca y lo pegó con fuerza a la pared. Durante los pocos minutos que pasaron así, sus ojos no se despegaron de los del otro en ningún momento, observando lo poco que podían transmitirse.

– ¿Quién eres? – preguntó HyukJae, a sabiendas que ya lo conocía.

–No te interesa – contestó con arrogancia.

–Y entonces, ¿Por qué me mirabas? – preguntó HyukJae perdiendo la paciencia.

–No es así, eras tú quién lo hacía. Además, ¿Con qué clase de gente vienes? – inquirió con una mueca de desagrado.

– ¿Qué? – indagó confundido.

–El tipo ese con el que viniste.

– ¿Hablas de mi novio?

–Así que es tu novio… Pues es feo – sentenció –. Y al parecer un idiota empedernido.

–No te permito que hables así de DongHae. Tú no lo conoces y no tienes derecho de juzgarlo.

–Pues él no te merece.

–Y según tú, ¿Por qué no me merece? – preguntó curioso.

–Viene seguido y cada vez con un tipo diferente.

–Estás equivocado – y un silencio se estableció entre los dos.

La música inundaba el ambiente, las luces los acompañaban, y las personas bailaban sin importarles su conversación. Los estaban callados, HyukJae intentando no creer las palabras de Wook, y Wook tratando de saber el siguiente movimiento de Hyuk.

–Yo podría ser mejor que él – habló primero RyeoWook en un susurro casi seductor.

– ¿En serio?

RyeoWook cayó un momento antes de contestar con una afirmación, a lo que HyukJae colocó sus manos a los costados de su cabeza pegándolo más a la pared.

–Entonces compruébalo – y arremetió contra sus labios.

HyukJae se sentía tan bien besando aquellos finos labios con posesión y frenesí.

RyeoWook lo tomó de la mano guiándolo a través del pasillo hacia una de las habitaciones del club. No se sorprendió, después de todo el dueño era HeeChul.

Entraron en la habitación, y HyukJae no perdió tiempo. Lo pegó contra la pared devorando sus labios. RyeoWook rodeó la cintura del rubio con sus piernas.

Desabotonaba su camisa, y Hyuk bajaba sus manos hasta el trasero de Wook.

–Soy HyukJae – mencionó entre el beso –, y sé tu nombre, RyeoWook – el aludido gruñó bajando sus piernas quitando la camisa del rubio.

–Tengo veinticinco – habló Wook mientras HyukJae rodeaba su cintura con sus brazos.

–Veintisiete – Wook rodeó su cuello con sus brazos ingresando su legua en la boca del mayor.

La guerra entre sus bocas hacía que la temperatura en aquel pequeño cuarto aumentara, provocando el deseo de tocar más piel de la que se veía.

Las manos de RyeoWook se paseaban por el abdomen de Hyuk, y éste último tocaba su trasero sacando uno que otro suspiro de su parte.

Wook no quiso quedarse atrás, y bajó su mano hasta los pantalones del otro, zafando el único botón que la prenda poseía. Metió su mano por él, llegando hasta el no pequeño objetivo, acariciándolo por encima de la tela de la ropa interior.

HyukJae gimió entre el beso, provocando una ladina sonrisa en el rostro del otro. Las caricias en su entrepierna aumentaron, al igual que la temperatura de su cuerpo. No quiso que continuara, así que desabotonó el pantalón de Wook, bajándoselo de un solo tirón.

–No podemos hacerlo – dijo RyeoWook tratando de quitárselo de encima.

– ¿Por qué? – preguntó algo agitado ante la previa acción.

–Nuestras parejas, que crees que pase cuando lo sepan.

–Si no lo contamos, no tienen por qué saberlo – y besó de nuevo aquellos labios mordiéndolos con muy poca delicadeza.

El pantalón de HyukJae no demoró en desaparecer, y pegar más las caderas de RyeoWook a las suyas.

Ambos gimieron ante el contacto. HyukJae se movió un poco, frotando así su miembro sobre el del menor, sacando más gemidos de aquella dulce boca.

RyeoWook, sintiéndose en desventaja, le quitó la última prenda que el rubio poseía, paseando sus manos por toda la extensión de su trasero, deleitándose con aquella carne. El mayor hizo lo mismo, mordiendo el labio del otro hasta, casi, hacerlo sangrar.

El menor bajó la mano hasta el falo semi erecto de su amante, otorgándole caricias totalmente desquiciantes.

–Deja de jugar, y vamos a la acción – el rubio lo tomó de las piernas y lo obligó a que rodeara su cintura con las piernas, mientras el menor se aferraba a su pecho, besando sus labios y rasguñando casi toda su espalda.

En aquella, donde la temperatura era mayor que la del sol, había, para suerte de ambos, una cama que parecía realmente cómoda, y era lo que, en momentos como los atravesaban esa pareja, era necesaria.

HyukJae sostenía con fuerza los muslos del menor y besaba con desenfreno sus labios. Ese sentimiento de desenfreno que ninguno de los dos había experimentado anteriormente con ninguna de sus parejas, aquel desenfreno que los permitía, todavía, seguir besando los labios del otro, disfrutando de algo que, posiblemente  no se vuelva a repetir.

Empero en aquello momentos, lo que menos les importaba, era el mañana, si lo repetían o no lo discutirían después. Ahora, simplemente, querían disfrutar de aquello que sus cuerpos pedían  a gritos: Acción.

El rubio caminó hasta la cama, recostando al menor sobre ella, y él encima. Se encontraba en medio de sus piernas, listo para penetrarlo sin contemplaciones ni miramientos.

– ¿Tengo que prepararte? – inquirió devorando su cuello, aferrado sus manos a sus caderas y pagándolas más a él.

El otro simplemente negó con la cabeza. Su mente no procesaba, ahora, palabras, estaba impedido hablar ante el placer que sentía al ser mordido en todo su cuello.

El mayor tomó su miembro y lo guio a la entrada del otro, ingresándolo despacio. Lo que menos quería era lastimarlo. Lo que escuchaba era exquisito a sus oídos. Los gemidos que aquel pequeño ser que yacía debajo de él, emitía los gemidos más excitantes que algunas vez HyukJae pudiese escuchar. Ni DongHae se llegaba a comparar con sus gemidos, ni con el placer que sentía el penetrarlo. Al salir y entrar de aquella húmeda cavidad que lo recibía gustosa.

Las embestidas empezaron, provocando un placer que nublaba la vista de ambos. HyukJae se movía sobre RyeoWook, mientras éste movía sus caderas en busca de más contacto.

Cuando el mayor tocó el punto exacto dentro de RyeoWook, este último dio un gemido tan alto, que, si no fuese por la música que sonaba afuera, hubiera sido escuchado hasta por el mismo guardia que yacía afuera con su cara de pocos amigos.

HyukJae se movía rápido, dando en ese punto repetidamente, sin dejar de otorga placer al falo de su amante al mismo rimo en que lo embestía.

HyukJae no estaba seguro si podía comparar aquel acto con el paraíso. Pueda que sí, por el inmenso placer que sentí al penetrar al menor, pero bien podría ser el infierno. Estaban engañando a sus respectivas parejas. No les importó que ellas estuvieran afuera, en espera de ellos para disfrutar de la noche. Solo les importó el placer de sentir algo nuevo, algo desconocido, algo prohibido.

Sintió su mano húmeda, y supo que el menor se vino en su mano. Aumentó la velocidad de sus embestidas, sintió pronto la llegada al clímax, y no se equivocó. Unas estocadas más y se vino dentro del menor.

Cayó sobre, agitado, sudado, cansado, pero satisfecho.

Ver aquella fina cara de porcelana a su merced, con los labios entreabiertos, sonrosada, pidiendo por más, fue algo que no imaginó ver, pero que lo consiguió después de todo.

Ambos regulaban su respiración, tratando de asimilar el bombardeo de emociones que sintieron antes.

El mayor salió despacio del otro, echándose a su lado respirando agitadamente todavía.

– ¿Y qué tal? ¿Fui mejor, o no? –preguntó el de cara de porcelana, colocándose de lado, mirando su rostro.

– ¿Por qué te interesa saber? – el rubio estaba ya más tranquilo.

–Tú dijiste que lo probara, y, bueno, eso hice. Así que ahora – se acercó a él llegando hasta su oreja – debes decirme que tal estuve – y la mordió con suavidad y sensualidad.

–Pues en verdad eres mejor – tomó su rostro y lo besó salvajemente, separándose minutos después.

Hyuk se levantó de la cama, tomando su ropa y vistiéndose, sin siquiera mirar al ser que yacía en la cama envuelto en las sábanas.

– ¿Vendrás mañana? – preguntó RyeoWook antes de que saliera de la habitación.

–No lo sé, ¿Vienes tú? –lo regresó a ver.

–Sí – dijo seguro,

–Entonces aquí estaré – y salió por la puerta.

RyeoWook estaba más que seguro que esa era una clara invitación para repetir aquello, y él no era de la clase de personas que rechazaban las invitaciones.

HyukJae caminó entre la gente abriéndose paso hasta llegar a la barra.

– ¿Dónde estabas? –DongHae estaba preocupado ante su desaparición.

–Estaba en el baño – se aceró y depositó un tierno beso en sus labios –, estaba lleno y me tocó esperar. Lo siento –acarició su mejilla con dulzura.

–No te preocupes – el castaño le sonrió –. Odio cuando los baños de llenan.

–Deberían venir más seguido – habló ShinDong interrumpiendo la conversación de la pareja – ¿Qué les parece si viene mañana?

–Me parece genial –dijo DongHae ante la afirmación de su novio con la idea.

ShinDong le guiñó un ojo al rubio, mientras le servía otro trago.

"Te veo mañana, Kim RyeoWook"

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, dejen reviews n_n

 


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