Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Celos? por Angel_Chan

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Serie: Sherlock.

Pareja: John-Sherlock.

Clasificación: Romance.

Advertencia: Lemon.

Capítulos: 3 + Extra.

Palabras: 2597.

Notas: Creo que es la primera vez que publico un fic que está totalmente acabado en su totalidad, bueno al extra aun le falta un toque para darle el fin, pero creo que, aun así lo iré subiendo de a poco.

Fecha: 19/03/2013.

Beta Reader: Pleasy TheYoko Stay.

Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Arthur Conan Doyle, y a la BBC.

Primera parte.

 

Sٕólo era otro experimento, y Sherlock sólo era un niño que no entendía mas de las mitad de las cosas habituales que ocurrían a su alrededor. Eso era de lo que John se había dado cuenta con el correr de los meses en los que había estado al lado del detective.

Pero no le parecía que fuera a rasgarse las vestiduras por ello; en verdad él no se había dejado convencer. Aunque Sherlock no se diera cuenta, él había aceptado hacerlo antes que siquiera su compañero se lo pidiese… Pues en realidad era algo a lo que estaba aspirando, algo que había estado deseando.

Luego del caso de Irene… o ‘La mujer’ como Sherlock se refería a ella, algo había cambiado en él, algo tan imperceptible, pero que resultaba ser tan obvio para John.

Aunque no quisiera aceptarlo le había dolido ese simple apelativo con el que, según Adler, Jim se había referido a él. John supo algo al respecto por Mycroft, y pensar en que Sherlock aun era virgen era tan extraño como pensar… bueno, era lo suficientemente raro para él.

No encontró la respuesta que hubiera esperado. Sí, su corazón estaba acelerado… Pero parecía estar analizando más las cosas que lo que podía estar disfrutando; en el caso que pudiera disfrutar estar con otro hombre.

—No creo que esto vaya a funcionar, Sherlock. —John suspiró, sintiendo el tenso brazo del detective envolver su espalda.

—Haz que funcione, John… Tú tienes experiencia en esto. —Sherlock clavó sus azules ojos en el rostro redondo del doctor. —¿Puedes hacerlo funcionar?

—Sí, pero vas a tener que dejar de mirarme… Deja de analizar cada movimiento que hago.

—Si lo hiciera de ese modo, esto no sería un experimento.

John apenas sonrió, tiró de la sabana de la cama de Sherlock sobre sus cuerpos, sobre sus cabezas, y lo ayudó a quitarse los calzoncillos antes de comenzar a estimularlo.

—Tendrás que confiar en mí, Sherlock. —Murmuró, viendo cómo la vista de su compañero se debatía en enfrentar sus ojos o seguir aquel movimiento que conseguía estremecerlo. —Cierra los ojos y recopila la información que puedas sólo sintiéndola…

¿Confianza? Eso no era difícil de cumplir. Sherlock confiaba en John, más de lo que el doctor pudiera creer.

Así lo hizo, cerró sus ojos, cubierto por la sabana aun podría ver a John sobre su cuerpo. No podía decir que estaba arrepentido, pero tampoco sabía cómo iba terminar todo eso; por primera vez en su vida no podía deducir nada… Sólo que no estaba dispuesto a retroceder.

Sintió una húmeda huella sobre su pecho, demasiado cerca de su corazón para ser una coincidencia, y estuvo tentado a abrir los ojos, pero rápidamente los labios del doctor fueron hacia su cuello, su largo y blanco cuello, elegante y altivo.

Jamás había hecho algo como eso, era la primera vez que estaba sobre otro cuerpo masculino, pero no debía ser tan diferente a uno femenino. Al menos para John no lo era, Sherlock era sumamente sensual, erótico si se lo sabía mirar… y él sí había sabido como mirarlo.

Se armó de paciencia, mientras se las apañaba para apartar los brazos y piernas de Sherlock; aun tenía sus pantalones puestos, pero no sería nada bueno dejar al detective tener dos segundos para pensar, mientras intentaba sacárselos. Apenas liberó su miembro, enterró su redondo rostro entre su cuello y su hombro izquierdo, respirando con dificultad.

—John… —Por primera vez, Sherlock se permitió gemir. Tomó una de las manos del doctor, obligándolo a mirarlo fijamente sin que apartase los ojos de él.

John quiso advertirle que se relajara, que necesitaba hacerlo para no sentir dolor, pero sus ojos fijos le habían robado la capacidad de hilar palabras coherentes. Movió sus caderas de manera lenta pero segura, logrando que Sherlock gruñera estaba vez, de manera gutural y grave, siendo aun más lúbrica su voz.

—Sherlock… —John se obligó a cerrar sus ojos y no dejar que las manos del detective lo separaran de él hasta que se hubiese acostumbrado a tenerlo dentro de su cuerpo. Intentar no verlo era difícil, más aun sabiendo, lo expresiva que estaba siendo su cara, luego de atravesar por tantas sensaciones.

El experimento de Sherlock se había llevado su cordura, la poca que tenía ya luego de vivir con el detective… además de sentirse altamente atraído por este.

----

John despertó por el repetitivo sonido del teléfono de Sherlock, sonando una y otra vez, pero no simplemente sonando de manera normal, no… sino con el conocido ‘gemido’ femenino.

Se levantó de un salto al ver que estaba solo en la cama. Aunque rápidamente encontró al dueño de la habitación, viéndolo fijamente, sentado muy cerca de la cama. Se cubrió apenas con las sabanas sueltas de la cama, confundido.

—¿Qué haces allí, Sherlock?... Debiste llamarme, pude ir a dormir a mi propia cama. —John suspiró, viendo que el detective no había movido ni un solo musculo, y tampoco parecía interesado en contestarle. —Déjame adivinar… ¿Estas arrepentido?

“No hay nada que se pueda hacer al respecto” Pensó John, pero sabía que no podía agregar eso a su frase, por mucho que lo pensara.

Sherlock pareció dispuesto a contestarle por fin, cuando el sonido de su teléfono se repitió una vez más, haciéndolo desviar la vista de John. Pero no se le escapó la mirada curiosa y confundida de parte de doctor.

—Ese es…

—Sí, ella está viva… John. —Apenas si apartó sus ojos de la pantalla, antes de enviar un mensaje, y volver a guardar el teléfono nuevamente en el bolsillo de su chaqueta.

—Es bueno saberlo. —Murmurٕó John, y enseguida se puso a vestirse.

Sherlock lo observó tranquilo a pesar de todo, y sabia que debía hablar antes de que su compañero acabara de dejar su cuarto, pero hablar nunca se le había dado muy bien… a menos que estuviese explicando un asesinato.

—Lo sé, John…

El doctor apenas elevó su rostro, sonriéndole de lado, pasó sus brazos por la camisa, pero no se molestó en prender los botones.

—Sí, lo sé… Mycroft me contó cómo lo hiciste con ella. —John suspiró pesadamente, recordó la mano blanca sobre su propia muñeca, y su vista clavada en sus ojos. —Sólo tengo una pregunta, Sherlock… ¿Por qué esperaste hasta ese punto? ¿No era lo mismo hacerlo antes y ahórrarte todo esto? —Pudo ver cómo ahora los ojos azules escapaban de su vista. —Aunque quieras pensarlo así, yo no soy como ella, Sherlock… Yo no soy ella.

—Eso también lo sé, John.

Sherlock se había preguntado, una y otra vez, qué era lo que tenia Irene que se le hacía casi irresistible; pero al mismo tiempo… no dejaba de preguntarse, por qué ni siquiera ella despertaba ni deseo ni pasión en su cuerpo.

¿Entonces, era él quien estaba mal?

—La salvé, porque reconocí que era una mujer inteligente, alguien que utiliza más su cuerpo que su cabeza, pero aun así inteligente… y creo que para probarme algo también.

John estudió esa mueca, algo que no había visto a Sherlock hacer desde que se había mudado a ese mismo departamento.

—¿Qué? —Acabó por preguntar, ya sobrepasado de curiosidad.

—Nada relevante, en realidad. Por cierto: Eres bueno, o eso creo… —Titubeó algo avergonzado. —Pero no sé si es algo que quiera repetir.

El doctor tuvo ganas de reírse, a veces se le hacía difícil seguir el tren mental de Sherlock; por supuesto que no esperaba que quisiera volver a hacerlo… y si así lo hiciera, tal vez no sería con él.

—No tienes por qué preocuparte… no tiene que pasar si no quieres. —John buscó sus zapatos bajo la cama, aun no había amanecido y aun podía seguir durmiendo algo más de tiempo en su cama, aunque quizás no consiguiera conciliar el sueño.

Sherlock asintió, pero ya había pensado que John le diría algo semejante, y chasqueó su lengua en desaprobación… y por qué no, en frustración.

—Y qué sucede si yo si quiero, digo… ¿Estarías dispuesto a repetirlo?

—¿Como un anexo más a tu experimento?... ¿Pretendes probar alguna otra cosa?

—No necesariamente… Dicen que el sexo ayuda a liberar tensiones y aclara la mente.

John sonrió de lado, sabía que no sería bueno cuando se sintió atraído a Sherlock la primera vez, sabía que los sentimientos que tenía no llegarían a nada más que a hacerlo pasar por sufrimientos y dolores. No había esperanzas para lo que él sentía, no era como si Sherlock fuese a cambiar años de férreas creencias y deducciones por un manojo de sensaciones superfluas.

Pero no era del todo descabellado pensar en que era mejor ser parte de su reducida experiencia sexual antes de tener que despertar en mitad de la noche por los disparos, o debido a una agudísima nota extraída con violencia de su violín.

—A ti te vendría bien liberar tensiones de vez en cuando. —John sonrió, no le molestaba entrar en el juego; después de todo seguirían con su relación como hasta ese momento, con el plus que les podía dar el sexo… Sólo que dudaba que Sherlock estuviese interesado en repetirlo nuevamente en un corto lapso de tiempo.

----

Bueno, en su defensa el doctor podía decir que se dedicaba justamente a eso, a la medicina, y también había sido militar… Pero no era, ni nunca seria, capaz de deducir las cosas como lo hacía Sherlock. Y la situación en sí no se llegó a dar como él se la había imaginado.

El detective había vuelto a repetir la experiencia apenas pasados unos días, luego de que un simple caso de asesinato estuviera resuelto.

John aun no sabía cómo era que había pasado, pero la incapacidad de su compañero de piso para comunicarse en temas triviales lo había llevado a ser, para su gusto, demasiado directo. El cuerpo delgado irrumpió en su cuarto en medio de la noche, pues dormía poco o nada mientras atendía algún caso, y en esos momentos llevaba unos tres días sin hacerlo…

—John. —Llamó con fuerza, haciendo que el doctor se pegara un susto de muerte.

—¡Sherlock, no vuelvas a hacer eso! ¿Quieres?

Por suerte para el detective, John no tenia como costumbre dormir con su arma cerca, si no hasta podrían haber tenido un momento muy horrible.

—¿Estabas dormido, John?

—No, estaba hablando con mi inconsciencia un momento… ¡Claro que ya me había dormido, Sherlock! ¿Qué sucede, se escapó el ‘loco de la sierra’? —John preguntó volteándose hacia su mesa de noche, para cerciorarse de que aun no había pasado ni una hora desde que se había ido a dormir.

—¿Ese es el nombre que le pondrás al caso cuando lo subas al Blog?

—No lo sé, no lo he pensado aun… —John sintió los pies terriblemente helados de Sherlock acercarse a los suyos con lentitud. El doctor no se había percatado que el detective estaba en su cama, a su lado y cubierto por sus sábanas. —¿Qué haces Sherlock?

—Dijiste que podríamos repetirlo… ¿Lo olvidaste?

No, como podía olvidarse de algo así. Pero lo cierto es que él no era como Holmes, él no podía permanecer despierto por días, y necesitaba al menos unas horas de sueño si quería que sus músculos funcionaran para algo… aun más si era que requería una cantidad considerable de energía.

—Sí, lo dije… y no lo he olvidado, Sherlock. ¿Ahora?

—¿Tienes planeado algo más… además de dormir?

John negó, sin evitar dibujar una semi sonrisa en sus labios. Muy al contrario de lo que él mismo había pensado, todo su cuerpo, y más aun su mente, estuvieron despiertos en el menor tiempo posible. Comenzó a desprender los botones de su camisa, viendo que Sherlock seguía los movimientos de su mano con total curiosidad.

—¿No piensas desvestirte también? —El detective asintió a su pregunta, pero no comenzó a hacerlo hasta que John no dejo caer la ultima prenda, en este caso su pantalón de dormir, a un lado de la cama. —¿Necesitas ayuda?

Sherlock negó esta vez, y le sonrió mientras alzaba su remera por sobre sus brazos, arrancándola luego de su cabeza, el pantalón acabó también en el suelo de la habitación de John, luego de unos segundos más.

—¿Puedo estar arriba esta vez? No de esa forma… —Explicó, apresurado. —Solamente arriba.

—¿Tu arriba mío?... ¿Montando, quieres decir?

Sherlock apenas ladeó sus labios, había tenido tiempo de revisar desde la laptop de John algunos videos, aunque no le habían llamado demasiado la atención; quizás John supiera cómo hacerlo bien.

—Sí, tú te acuestas y yo me siento en tu regazo… ¿Es así, no es verdad?

El doctor asintió, no era como si no lo hubiera hecho antes, pero dudaba que Sherlock pudiera hacer frente a esa posición. Además, sólo lo había hecho una vez, ¿Qué tan preparado se pensaba estar? No era necesario, pensó, Sherlock aun no sabía mucho de sexo… y él, aun pensando que no lo repetirían en mucho tiempo, no tenía a disposición ningún tipo de lubricante o similar.

—Puedes hacerlo si quieres. ¿Estás seguro, no? Digo… no es como si…

—No, John… No soy exactamente una de tus novias. Ambos lo sabemos.

—Bueno, no era eso lo que iba a decir… pero ya que pareces seguro de ti mismo.

Apenas se acomodó John en medio de la cama, Sherlock pasó una de su piernas sobre su cuerpo; el doctor pudo ver muy bien cuan excitado se encontraba ya el detective, y no pudo evitar pensar en que este llevaba tiempo pensando en volver a tener relaciones con él.

—Sólo ve despacio… —John hizo una mueca de dolor, cuando las manos de Sherlock no supieron que hacer. —Sera mejor que la próxima vez tengas algo de preparación… y un buen lubricante.

—¿Eso ayuda?... —La tensión en su boca no fue tanta como la presión de su dientes; si no fuera por las manos de John, tal vez no hubiera podido llegar a penetrarse él mismo.

—En este caso… sí, muchísimo.

—Debiste decírmelo antes. —Sherlock gruñó, la intrusión aun se sentía rara, por la presión que provocaba en su esfínter, haciéndolo doblarse hacia adelante… sobre el pecho de John.

—No tenía ni la menor idea de que querías repetirlo tan pronto… si no, me hubiera preparado antes.

Sherlock rió de buena gana, viendo el rostro de John frente a sí; estaba tentado de probar algo más, aun más osado… pero no era el tiempo, ni estaba preparado para ello.

—Sabes de sobra que necesito liberar tenciones constantemente… ¿Por qué habría de esperar para repetirlo?

Presionó las puntas de sus dedos sobre el pecho ancho, hasta que estas se volvieron blancas, comenzando a moverse lentamente.

—¿En verdad no quieres que lo haga yo? —La inexperiencia de Holmes le estaba haciendo pasar un pésimo momento al doctor.

—¡No!... ya sé cómo es que lo haces tú, te he dicho que eres bueno… ¿lo recuerdas? —Sherlock sonrió a la mueca de John. —Ahora es mi turno… ¿De qué te ríes?

—Es difícil de creer que me digas que soy bueno en esto, justo tú que no tienes experiencia… ¿Con quién me comparas para saber si lo hago bien o no?

El ex militar sostuvo las caderas delgadas entre sus manos, evitando que Sherlock se dejara deslizar hacia abajo, o hacia arriba.

—No lo sé… ¿Qué te han dicho tus novias hasta ahora?... Además, ¿es natural hablar mientras tienes sexo?... ¡Déjame moverme!

John dejó escapar una carcajada, seguida de un fuerte gemido, que en un segundo acalló con su propia mano, cuando soltó las caderas del detective dejándolo libre de moverse. Sherlock había jadeado a su vez, al parecer llegando muy profundamente en muy poco tiempo.

 

Continuará.

Notas finales:

Notas Finales: Bueno como ya dije… el fic está casi terminado, así que por primera vez no habrá demasiada esperas para que actualice. (Las lectoras de otros Fandom me mataran)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).