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Nunca olvides cuánto te amamos por Yukio x Rin-Cest

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Capítulo 2

 

“—Existe un secreto sobre ellos…—comentó el anciano al rubio chico, este le miró con sus ojos azules brillando de emoción

— ¿Secreto? Oh, quiero saberlo, dígamelo por favor, señor—pidió Naruto realmente interesado en el tema, mientras que miraba a su alrededor vigilando que Jiraya no le encontrara pronto

—Bueno, bueno, chico, es un secreto, no puedo decírtelo… Tan fácil—dijo sonriendo ligeramente, el blondo suspiró

—Vamos, vamos, yo quiero saber, y usted quiere contarlo, dígame qué es…

—Son esclavos—soltó finalmente, Naruto le miró asombrado

— ¿Esclavos?—repitió “Yo no soy ningún esclavo” pensó algo confundido

—Sí, sí… Eso es lo que escuché… Eso es lo que está registrado en ese papel… El pergamino de Konoha, que habla sobre los poderosos jinchurikis…

Fue entonces que toda la atención del rubio volvió a centrarse en las palabras de aquel señor, quien en medio de la calle había logrado convencer al rubio de comprarle una billetera con forma de rana.

—Hace algunos años, un niño de Konoha robó un importante pergamino… Nadie sabe qué hay en él, pero el rumor dice que son técnicas ninjas prohibidas…

—Eso escuché…—murmuró Naruto, sabiendo de qué pergamino hablaba

­—Eso no fue lo único que se robaron, no, no… Esa misma noche desapareció el pergamino más importante, el pergamino del arma secreta de Konoha…

“¿Qué tiene que ver esto con los Jinchurikis?” pensaba Naruto comenzando a perder el interés en aquel asunto

—Sin él, Konoha está totalmente en la ruina. Ninguna otra villa debe saber esto, muchacho, es información secreta.

—Woah, ¿es verdad? ¡Dímelo! Dime que dice ese pergamino…

—Habla sobre el mejor método para extraer el poder de un Jinchuriki…

—Y cómo asesinarlos… —completó una voz que a Naruto se le hizo demasiado conocida, Jiraya lo había encontrado

El rubio lo miró con sorpresa y miedo a la vez. ¡Tenía que ser una broma!

—Naruto—le llamó con calma el ermitaño— Es tiempo de que sepas, porqué te traje conmigo a este viaje”

 

El sonido de una fuerte explosión hizo que Naruto finalmente volviera a ver lo que había a su alrededor. Sintió de inmediato su cuerpo adolorido por las heridas de su reciente batalla utilizando la energía del Kyubi. Gruñó ligeramente debido al dolor provocado por las quemaduras.

— ¡Naruto!—escuchó el grito de Yamato, lo vio de reojo corriendo a su dirección

Fue entonces que notó que el subterráneo en el que estaba ya no lo era tanto, la luz del día le daba de lleno en la mejilla.

— ¿Estás bien?—preguntó el capitán al alcanzarlo, Naruto se levantó del suelo, donde había terminado debido a la repentina explosión, causante del derrumbe a unos metros.

—Lo estoy—respondió de inmediato

El capitán asintió mientras le dedicaba una mirada al exterior, su boca pareció querer moverse, pero algo le hizo callar.

—Quédate aquí—ordenó a Naruto, y salió de la pequeña cueva de donde se encontraban

Fue entonces que el rubio aprovechó la única oportunidad que tenía.

Recapituló entonces lo que había pasado desde que salió de la villa…

Se dirigieron en busca de la supuesta guarida, donde les esperaba Kabuto junto con la inesperada presencia de Orochimaru, quien luchó con ellos hasta que Naruto dejó al Kyubi al mando de su propio cuerpo, cosa que le causó grave daño físico. Ambas personas huyeron, y, debido a que no había tiempo que perder, Naruto no dejó ni que le colocaran vendas al cuerpo, forzándose a sí mismo a ir en busca del malnacido científico que tenía a su mejor amigo.

Luego de encontrar la guarida real Yamato les dio a los tres una semilla que serviría como señal para él, así sabría dónde estaban durante la misión. Sai y Sakura fueron los primeros en meterse a la guarida, que era más bien un sinfín de túneles subterráneos,  pronto Yamato y Naruto les siguieron, dando como resultado la división del equipo.

Naruto estaba apostando todo en aquel lugar, si Sasuke resultaba no estar…

­—No, esta vez no lo dejaré irse fácil—aseguró mientras se sacaba la semilla de la boca, donde la había estado guardando todo ese tiempo, y la aplastaba con facilidad.

Salió corriendo a su encuentro, sin saber que él mismo no estaba tan preparado como pensaba. Lo observó casi en el mismo instante que salió de la cueva. Sus ojos no parecían notar nada más.

Sai miraba al azabache sin expresión, Sakura lo miraba totalmente asombrada, ¡lo habían encontrado! Mientras que Yamato analizaba la situación.

— ¿Dónde está Orochimaru?—cuestionó el capitán

La pregunta no pareció llegar al Uchiha, quien le regresaba la atenta mirada al rubio del equipo.

—Está muerto… —respondió finalmente

—Sasuke-kun—llamó Sakura, sin lograr evitar que le temblara la voz— Sasuke-kun, ¡Entonces al fin podrás volver a la aldea con nosotros!—gritó

—Hm…

—No le interesa regresar a la villa­—comentó Sai tranquilamente, Sakura le miró con enojo

—Claro que regresará—dijo ella

“Es ahora o nunca” pensó Naruto, Yamato estuvo a punto de gritarle a Naruto que dejara de hacer lo que sea que planeara, pero fue demasiado tarde.

Naruto comenzó a realizar sellos rápidamente, convocando 6 clones. Estos comenzaron a avanzar directo a Sasuke, seguidos por Naruto, quien tras rebasarlos ordenó a estos hacer un muro.

— ¿Pero qué demo…?—se preguntó Yamato al ver que uno de los clones le cerraba el paso Sai y Sakura exclamaron cosas similares al encontrarse en la misma situación.

— ¿Qué significa esto, Naruto?—cuestionó Yamato

— ¡Detén esto, Naruto!—gritó Sakura

Sasuke sintió que todo pasaba casi en cámara lenta.

­­— ¡Sasuke!—le gritó Naruto, el chico le miró sin entender­ ¡Sasuke! ¡CORRE!

Si el azabache estaba confundido,  no lo demostró. Miró a Naruto una vez más, dio media vuelta y una vez que lo sintió a unos pasos atrás comenzó la carrera. Sai, Sakura y Yamato continuaban tratando de pasar a través de los clones, cosa nada fácil debido a que estos luchaban totalmente en serio. Sakura dio un certero puñetazo en uno, logrando desaparecerlo, pero tan pronto como hizo esto, uno más fue en su defensa.

­— ¡NARUTO!

Sasuke y Naruto se alejaban considerablemente del punto donde se encontraba la guarida de Orochimaru, cosa que alegraba de sobremanera al blondo. Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, en medio de muchos árboles y lo que seguramente era un amplio bosque, Sasuke frenó. Naruto se detuvo también al verlo quedarse quito de repente, sabía que tarde o temprano el chico le pediría una explicación (Y una muy buena) para lo que acababa de pasar, pero aun así el menor seguía deseando que eso se prolongara un poco más.

—Naruto—le llamó el azabache, el mencionado sintió algo extraño al volver a oír su voz pronunciando su nombre, lentamente el mayor se giró para verlo— ¿Qué significa esto?

Una vez que sus miradas se encontraron Naruto supo que había elegido bien en quién apoyarse. Si bien nunca podía darse nada por seguro con Sasuke, no era de los que traicionaban del modo en que lo habían traicionado ya.

“El no fingiría una amistad, no lo necesita” pensó y fue ese solo pensamiento el que lo irritó bastante. Formó una pequeña mueca en su rostro al contestar.

—No quiero hablar de eso—declaró, el azabache estuvo tentado a alzar una ceja debido ello, Naruto desvió la mirada mientras que sentía un repentino dolor en el brazo, involuntariamente llevó la mano libre a donde sentía el dolor, cosa que no pasó desapercibida para Sasuke.

— ¿Qué fue lo que pasó?—preguntó esta vez, sonando tan frío como siempre, mientras daba un paso involuntario en su dirección

—No quiero ha… ­ ¡Argh!... ­—Naruto no fue capaz de completar la frase debido al dolor, Sasuke esta vez no esperó ningún tipo de palabra para acercársele y poner una mano en la herida, notando de inmediato que no era solo el brazo

—Naruto, ¿qué demonios pasó?—exigió saber

—D-duele—fue lo único que alcanzó a decir Naruto, sentía que todo el cuerpo pesaba, estaba realmente cansado

Cuando sus piernas fallaron Sasuke alcanzó a detenerlo, pasó una mano por debajo de sus brazos, acercándolo a su cuerpo y apoyando su peso en él. Sasuke supo que debía moverse rápido, o Naruto se le desmayaría ahí mismo.

— ¿Puedes caminar?—preguntó más bien por cortesía, incluso si el chico podía hacerlo, no lo dejaría avanzar por su cuenta.

Ni bien habían dado un paso cuando escucharon un repentino estruendo no demasiado lejos de su posición. Si Sasuke no se equivocaba, esa era una roca siendo partida fácilmente en pedazos.

“Están aquí” pensó, adivinando quién era la causante de aquello

El Uchiha analizó sus opciones rápidamente, podían llegar a un escondite en poco tiempo, pero nada les aseguraba que sus enemigos les alcanzaran, o bien podría dejar al rubio a su suerte y huir, era mucho más rápido si avanzaba solo…

“—Nadie podría ganarle a Haku, él es el ninja más rápido”

Sasuke hizo una mueca al recordar aquella batalla, hacía bastante tiempo que no pensaba en aquel chico. En un movimiento rápido levantó a Naruto y se lo colocó en el hombro, igual que un saco de papas.

—O-oye… ¡Teme!—medio gruñó Naruto debido al repentino golpe, sentía todo el cuerpo dolorido

—No hagas ruido, dobe…—ordenó mientras comenzaba a correr de nuevo

Naruto no pudo evitar su sorpresa al escuchar aquel insulto de nuevo. Primero sonrió un poco, y luego sintió los ojos aguados. Se limpió algunas lágrimas rápidamente, para luego sonreír de nuevo.

“Elegí el lugar correcto” pensó Naruto

A unos metros de ellos se encontraba Sakura, quien había destrozado ya dos rocas del tamaño de una casa solo por la furia. Aunque habían derrotado ya cuatro clones de Naruto, dos más continuaban distrayéndolos, cosa que la hacía enojar más.

Sin querer perder más tiempo lanzó un puñetazo al suelo, provocando un mini-terremoto que acabó con los dos rubios. Yamato y Sai también salieron afectados por el golpe.

— ¡Sakura!­—regañó Yamato

—Estás realmente enfadada, ¿no?—preguntó Sai mientras salía de los escombros.

La peli-rosa le ignoró por completo mientras miraba el horizonte.

“Naruto… Cuando te alcance…” pensaba hecha una furia.

 

 

El sol comenzaba a ocultarse, y Naruto continuaba inconsciente. Se encontraba acostado sobre la única cama de la pequeña cabaña donde Sasuke le dejó horas atrás, mientras buscaba algo para comer y vigilaba el perímetro.

A unos metros de la cama estaba la mochila de Naruto, que, además de un baño a unos pasos de esta, era lo único que había dentro de aquella casa. Todo estaba, prácticamente, vacío. Naruto se encontraba tendido sin la chaqueta, que había sido colgada por Sasuke en uno de los barrotes de la cama.

Aquel sitio no había estado habitado en mucho tiempo, pues era uno de los tantos escondites de Orochimaru, quien se encargaba de que la cabaña fuera indetectable. Ese era el sitio donde descansaba si necesitaba tiempo para estar solo con sus investigaciones.

Fuera de la cabaña, a pocos metros de la puerta, se encontraba una pequeña e improvisada fogata, donde Sasuke cocinaba el almuerzo-cena para Naruto y él mismo. Su mirada, aunque estaba fija en la comida, no parecía estar tomándole demasiada atención.

El habitual chico serio no había cambiado demasiado en esos años, por lo que aún era fácil notar que algo rondaba su mente, distrayéndolo casi por completo. Y ese algo tenía un nombre: Naruto.

Se aseguró de que el pescado que preparaba estuviese bien cocido, y una vez que terminó apagó el fuego para luego entrar a la cabaña, donde Naruto comenzaba a despertar.

El azabache lo miró moverse en la cama, inquieto al principio, poco a poco se calmó antes de abrir los ojos y parpadear un poco confuso. Sasuke examinó atentamente las acciones del chico.

Se sentó tan rápido en la cama que incluso se mareó. El Uchiha chasqueó la lengua a modo de regaño, ¿por qué era tan descuidado? Naruto miró en dirección del sonido, encontrándose con la vista ónix del mayor.

Tragó duro.

Sasuke se acercó a la cama con la comida en las manos, extendió una de las brochas de pescado a Naruto, quien le miró confundido, y sin embargo la aceptó. El Uchiha no dijo ni una palabra, simplemente tomó asiento a un lado del rubio, y comenzó a comer. El menor le miraba de manera extraña, según Sasuke.

Estuvo tentado a preguntar si tenía monos en la cara, pero al ver que el rubio parecía estar a punto de llorar cierta culpa se adueñó de él. Las cosas que le dijo… Las cosas que hizo…

Contrario a todos los insultos que esperaba, recibía aquello. Era más de lo que imaginó.

El Uchiha miró a Naruto, observó como de un momento a otro soltaba el pescado, que terminó en el suelo sin que él lo viera, y se lanzó  abrazarlo con fuerza.

—Sasuke—chilló el rubio en un hilo de voz, aunque lo trató, no fue capaz de evitar las lágrimas

Quizás el peso que sentía en sus hombros era más de lo que pensaba.

Las manos de Sasuke dudaron, pero finalmente terminó regresándole el abrazo.

—Sasuke…

—Aquí estoy—contestó Sasuke—Naruto… Aquí estoy.

 


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