Ultimo año… nunca pensé que llegaría a este punto y mucho menos que fuera la mejor del curso. Definitivamente esto parece un sueño.
Mi nombre es Ivana. Tengo 18 años y hoy es mi último día de escuela. Soy pelinegra, ojos negros, ni flaca ni gorda.
Hoy es el último día de clase, así que, mientras pasa el día les contare un resumen de lo que ha sido mi vida.
Tengo madre, padre y hermano menor, él tiene 10, si mis padres se decidieron tenerlo mucho después de haber nacido yo. Yo con 18 y el con 10 ¡que injusto! Yo quería una niña pero no pude hacer nada. Desde que era pequeña estudie en un colegio de monjas, no saque nada de ellas. ¡Bien! Bueno y para rematar era solo de mujeres, nunca me molesto y bueno… a decir verdad desde niña nunca me han gustado los niños, no me agradaba estar con ellos ni nada, solo con mis primos, pero el resto nada que ver, nunca me cayeron bien los niños y no es por un trauma ni nada pero así soy yo, rara.
Nunca he sido muy sociable, incluso mi madre dice que habla más un mueble que yo. Yo no salía, yo no hablaba con nadie y prefería mil veces quedarme sentada en el sofá de la sala viendo pokemon que salir al parque a jugar con un montón de idiotas. De niña era muy juiciosa, me crio mi abuela, mi madre me podía dejar todo el día en la casa sola y yo no hacia daños y comía sola, sacaba la comida necesaria para mí, no le abría la puerta a nadie, no hacia ruido y mantenía en el televisor viendo pokemon, digimon, coraje el perro cobarde y muchas otras. También jugaba todo el día con el play 1 (todavía lo tengo ¿pueden creerlo? Y aparte de eso ¡funciona el muy cabrón!) También yo era la única que sabía conectarlo, tenía 3 años ¡3 años! Y mis primos de 12 no sabían o puede que me dejaran hacerlo por darme gusto. Siempre me ha gustado el anime (¿a quién no?) nunca jugué con una Barbie, siempre tuve pero… nunca me gusto jugar con ellas, era más fan de los carros y muñecos de acción, no es que no fuera femenina pero es que eso no cuadraba conmigo. Si yo usaba vestiditos pero eran hechos por mi abuela y esos ¡si me gustaban! El último vestido que use fue el de mi primera comunión.
Conforme crecía les cogía confianza a pocas personas, por ejemplo en primaria tuve una amiga ¡una sola! Se llamaba carolina, pero el decíamos pulga porque chiquita y su apellido era pulgarin, entonces le cuadraba a la perfección. Éramos bastante unidas, incluso una vez peleamos y ella no aguanto ni media hora y me hizo unos dibujitos pidiéndome perdón, no recuerdo porque peleamos pero ella dibujaba muy bien y la verdad todavía los tengo y me encanta recordar los lindos momentos que pase junto a ella. Era algo pobre y le faltaban varios meses para pagar la matricula del colegio, es algo caro y bueno yo sabía que ella no tenía. En sexto ella se pasó, pero a fin de año, estaba en sexto pero después se fue, desde ese día no la volví a ver.
Y desde eso comienza maso menos mi historia. Antes de comenzar les comentare unas mínimas cosas, primero, mi padre es militar así que es obvio que viva en una unidad militar. En esa unidad militar, llamada cuarta brigada, hay una escuela primaria, ya saben dan clases hasta quinto. Yo salía muy poco así que me dedicaba a ver por la ventana, había una cancha bastante grande al frente de mi casa o apartamento. Allí siempre, a la misma hora, salían los niños de la escuelita (así le decimos) a descanso, yo siempre los miraba jugar ya que había una niña que en particular me llamaba la atención. Era castaña y tenía unos ojos hermosos, aunque tan lejos no se los alcanzaba a detallar bien, para mi eran muy lindos. Tenía la cara más inocente que ustedes se puedan imaginar, una sonrisa que te mata y dientes perfectos. Cuando sonreía sus cachetes tomaban una forma muy hermosa, no sé cómo explicarlo pero se veía tan hermosa cuando sonreía. Casi siempre la veía sola pero a veces llegaba un niño y la invita a jugar y yo al veía feliz y extrañamente eso me hacía feliz. Llego el día que se graduó (si allá se graduaban en quinto) y no la volví a ver… hasta que empezó primero de bachillerato.
Definitivamente el mundo es muy pequeño. Ella, la niña que yo siempre observaba estaba en mi colegio, en mi salón y casi al lado mío. Se llamaba Valeria. ¿No se los dije? Ese nombre me encanta, y no, no es porque sea de ella. Bueno volvamos al tema. Como les dije mi mejor amiga, carolina, estudiaba conmigo así que le mande a preguntar a Valeria que donde vivía, pero claro la muy pendeja la cago. Cuando le pregunto le dijo que la pregunta iba de parte MIA les juro casi la asesino. La parte buena es que, ¡vive por mi casa! No en la cuarta brigada, por el barrio y muy cerquita, por la iglesia y la iglesia me queda a dos cuadras.
Desde que entro al colegio me pareció que ella quería llamar la atención, ese día ella canto una ranchera, ¿pueden creerlo? Yo tampoco pero así fue. Después ella me pareció tan fría, bueno, no más que yo, pero si era bastante fría. Ella estaba en mi transporte pero no hablábamos, tenía una casa bastante grande y la verdad muy bonita, mi mama siempre quiso una así. Pulga se fue al año siguiente… esperen, esperen se me olvido una parte, va a ser breve pero es como importante, yo también tenía una amiga, bueno conocida, nos llegamos a llevar bien en 7, bueno en 8 ella me empezó a gustar y yo la cague al decirle y bueno hasta el día de hoy me sigue odiando.
Donde iba… ¡a si! Valeria se hizo amiga de Shirley (que nombre ¿no?) bueno ellas dos juntas ¡no son nada bueno! Ahora si esa niña me saco la paciencia. Me caía mal cuando estaba con Shirley haciendo sus pendejadas. El destino es tan… no sé, en ese tiempo pensaba que era un maldito desgraciado, ahora lo adoro. Valeria le toco ese año también en mi transporte y bueno… ¡se hizo al lado mío! Cuando empezamos a hablar me di cuenta que teníamos muchas cosas en común, odiábamos a las mismas personas, escuchábamos la misma música, bueno la excepción era que yo escuchaba de TODO y ella electrónica, rock, etc. Ella cambiaba drásticamente cuando estaba sin Shirley, me encantaba ese lado de ella, ya no era la misma persona fría que yo conocía, ahora era Valeria.
Conforme pasaba el año yo me volvía más unida a ella, incluso de vez en cuando iba a su casa y la pasábamos ¡genial! Un día me emborracho, es que ella tiene un bar en su casa. Al siguiente año, como a mitad de año me empezó a gustar Valentina, ¡NO A ENAMORARME! No yo nunca he creído en eso. Bueno yo no le dije, a ella le dijeron que me gustaba y como que se asustó o no y se alejó de mí, saben lo más irónico es que ella también era muy amiga de Valeria. Gracias a eso Vale y yo hablábamos muy poco, ósea solo en el transporte, ya que yo no quería incomodar a Valentina (ósea la que me gustaba) yo le conté a Vale lo que paso, excepto la parte de que Valentina me gustaba, no sé, me daba miedo perderla a ella también por eso.
Bueno ahora les contare como es Valeria, o al menos tratare de describirla física y sus gusto.
Físicamente ella es… ¡HERMOSA! Dios que mujer. Bueno su cabello es castaño con toques rojos, ¿saben por qué? Pues su hermana se lo tinturaba mucho y su mama se lo hacía quitar y bueno le quedaban lugares rojos y se le ven hermosos de verdad. Ojos cafés. Sus ojos tienen como un brillo especial que hace que yo no aparte la mirada de ellos, se ven hermosos, aunque sean comunes, los de ella, tienen su toque especial lo cual los hace únicos. Sus labios… ¡DIOS ELLA ES PERFECTA! Son carnosos y yo siempre los he deseado, siempre. Su sonrisa es única, es muy hermosa, a mí me hipnotiza, mejor dicho toda ella me emboba. Tiene un cuerpo envidiable. Creo que hay término, tal vez luego sea más específica.
Sus gustos… aun no los conozco todos pero así es más o menos ella. Le gusta el anime, no, le encanta, igual que a mí. le gusta el rap, electrónica, rock, no le gusta el reggaetón (a mí solo el viejo o los clásicos que así les dicen) no le gusta la gente que mantiene diciendo sarcasmos, es muy inteligente (me enseño en un día todo un periodo de matemáticas y gane el examen) se subestima mucho, quiere hacerse piercings y tatuajes por todo el cuerpo y bueno yo no le veo nada de malo pero es que ella quiere estar llena de eso y se quiere rapas, tinturar el pelo y yo nunca se lo he dicho pero no quiero que se lo haga porque ella es demasiado bonita como para hacérselo, no le veo nada de malo pero tampoco llenarse de eso. Esto se me está haciendo largo, creo que ya se me están aburriendo, más bien voy al punto y poco a poco les explico más.
Mi mama y papa son homofóbicos y cuando se dieron cuenta de que me gustaba Valentina casi me sacan del colegio y me sacan del país, obvio no deje que eso pasara. Yo llegue a un punto en el que sufrí mucho y yo, bueno no daba para más, yo era sola, sola y llego Valeria y nos hicimos tan amigas que un abrazo de ella me hacía feliz, incluso todos los días me daba uno y hubo días en que no me los dio y yo estaba sumida en la tristeza, ella siempre ha sido mi soporte para vivir.
Aquí paro la explicación, falta más pero creo que los aburriría, ahora si hablemos del presente.
Ya estamos en la despedida, todo mi salón está llorando, yo no. Yo estoy muriendo por dentro, este será el último día que vea a Valeria, lo sé y desde que me encariñe con ella supe que eso pasaría, que ella no me iba a durar para siempre y que quisiera o no la tenía que dejar seguir con su vida y yo seguir con la mía.
Por fin el bullicio acabo y todas se empiezan a ir, otras les coquetean a los DJ’S todas son un montón de putas, aunque me caen bien, en cierta forma.
-¿vamos?-me pregunto Valeria, me impresiono que me hablara pensé que se iría con Shirley.
La mire y estaba sonriendo, me mata esa sonrisa.
-claro. Pero… ¿A dónde?-pregunto parándome de mi asiento y empezando a caminar con ella.
-No se… demos una vuelta.-me pareció buena la idea.
-genial.
Todo el camino la pasamos hablando y riéndonos. Me encantaba estar con ella. Ella es muy fría, como lo dije al principio, pero saben… conocer el lado tierno de una persona fría no tiene precio.
Ella de un día para otro se volvió lo más importante para mí, sin ella no soy capaz, sinceramente no sé qué voy a hacer cuando este pequeño paseo termine y nos separemos para no volvernos a ver.
Llegamos a mi casa, hasta aquí llegaríamos ella y yo.
-Oye…-me llamo vale.
-dime.-ella me miro y yo igual, no se los dije pero, ella y yo nos podemos quedar por horas mirándonos la una a la otra y no nos cansamos, es como si ella también se perdiera en mis ojos y yo en los de ellas. Incluso ella sabe leer los ojos y una vez me dijo ‘‘tu mirada es vacía, pero tiene un toque de esperanza’’ y tiene razón, siempre me he sentido vacía y aun así sigo con la esperanza de algún día tener la vida que siempre he soñado.
-te quiero-siempre me lo dice, yo también la quiero. Me dio un abrazo. Uno fuerte. Sus fuertes brazos me hacían sentir completa y amada.
-yo también te quiero-dije sin aun deshacer el abrazo.
Nos quedamos un rato así y luego nos separamos.
-¿Qué vas a hacer?-me pregunto
-Bueno… entrare a la universidad, estudiare ingeniería de sistemas, me graduare…-no me dejo terminar.
-digo… ¿Dónde vivirás?-Contigo. Siempre he querido eso pero es imposible.
-con mi madre, supongo.
Ella se quedó en silencio.
-¿y tú?-me atreví a preguntar.
-No se… creo que mi madre me va a echar de la casa-dijo riendo.
-¿Por qué lo haría?
-ya sabes, yo me quiero llenar de tatuajes y eso y ella no me acepta por eso, incluso si lo hago creo que me quita el apellido y me desconoce cómo hija-ambas reímos.
-no enserio, donde vas a vivir.
-Bueno… te iba a proponer…-se quedó un momento en silencio pensando que decir-no se… si… tu…
-vale, ve al grano-ella rio y yo igual.
-Bueno… si quisieras no se… vivir conmigo-debo estar soñando. Valeria me está pidiendo que vivamos juntas.
-¿Qué?-dije un poco aturdida.
-Sí, es enserio-dijo muy seria.
-no puedo… creer que me estés pidiendo eso.
-bueno si o no.-no es que no quisiera pero… el vivir juntas se me hacía extraño y demasiado peso.
-Vale, no es que no quiera pero… te has puesto a pensar; tu y yo, viviendo solas, gastos, convivencia…
-si pensé en todo eso y estoy dispuesta a eso.-dijo muy segura
-genial… ¿y donde viviremos?-ella sonrió
-hay que empezar por eso.-dijo riendo
-esto es increíble. Bien, ¿empezamos mañana?
-me parece perfecto.-dijo y me dio un abrazo de despedida.
Entre a mi casa muy feliz. No sé si era por el abrazo o por que iba a vivir con Valeria.
-hola hija-me saludo mi mama.
-hola-soy muy cortante.
-¿Cómo te fue?
-bien-demasiado cortante.
Cerré mi puerta con seguro, sin saludar a mi papa, no tenía ganas, lo tenía que soportar todo el día y de remate saludarlo, es mucho trabajo.
Prendí mi computador y me puse a buscar una universidad. Bueno ya lo tenía lista pero me faltaban unas últimas cosas para entrar.
Tocaron a la puerta y abrieron sin ser invitados.
-hija, ¿estas ocupada?-me pregunto mi madre.
-si-dije algo enojada.
-tu papa quiere hablar contigo.
-dile que no puedo.
-Ivana, por favor, has el intento-me pidió rogando.
-te dije que no puedo. Estoy ocupada, trato de tener futuro.
-como ¿viendo esos muñequitos diabólicos?-no se los dije, así le dice al anime. Cada que lo dice me dan ganas de pegarle.
-te he dicho desde que tenía 13 años que ¡no son diabólicos!
-no me grites-dijo enojada
-mama, por favor no me molestes.
Peleamos un rato y al final termino yéndose. No estaba de ánimo para nada.
Después de arreglar bien lo de la universidad, horarios, presupuesto y todo eso que sé que les aburriría con solo mencionarlo, me fui a mí trabajo. No es uno muy bueno pero me da dinero y hoy me toca paga. Tengo bastante dinero ahorrado, imagino que Valeria también, tal vez lo de comprar el apartamento (no pienso todavía vivir en casa) no sea de mucho problema.
Vale y yo salimos a buscar el apartamento, afortunadamente, encontramos uno y no era muy caro y era pasable solo para nosotras dos. Era amplio, tenía 1 baño, la cocina era bonita, la sala bastante grande, el único problema era que… solo tenía una habitación.
La verdad ella no puso problema, al contrario, paso por alto lo de que solo había una habitación y además… yo no quería molestarla con eso porque se veía tan feliz, como si la idea de vivir juntas en verdad… le gustara.
-ven, vamos a cenar a mi casa-dijo ya al final del día. Habíamos hecho recocha el resto del día, es que casi no nos demoramos en elegir un lugar para vivir, pensé que nos demoraríamos, no sé, ¿una semana? Tal vez, mi mama nunca fue buena para eso y yo la verdad me conformaba con cualquier cosa.
Su casa seguía siendo la misma de siempre, con varios cuadros, unas decoraciones envidiables y claro… la nevera vacía, por mi culpa, ¡Shh! No le digan. Salude a su mama, ¿pueden creer que me ama? Es que… un día me lleve a Valeria sin permiso y ella se enojó mucho y aun así no me odia. Si yo le hubiera hecho a mi mama, me mata a mí y a la culpable de eso.
-¿tu papa está?-me atreví a preguntarle, es que ellos no se llevan muy bien. Nunca supe la historia completa pero sé que por culpa de ese señor Valeria casi se suicida.
-Si-dijo neutra, como siempre cuando habla de él.
Esperamos hasta que la comida estuviera hecha y mientras tanto fuimos al bar de ella y me intente robarle un poquito de vodka, me estaba dando de todo y no me quería dar vodka, eso es un descaro.
-solo un poquito-le dije con cara de perrito mojado.
-no-dijo seria y a punto de reírse.
Le puse mi cara más tierna y ella empezó a sonreír, ¡carajo! ¡Cómo me encanta su sonrisa!
-¡dame!-me subí a la barra y ella intento bajarme.
-¡Ivana!-empezó a forcejar conmigo y yo intentaba alcanzar el vodka. Estaba muy cerca, un centímetro más y seria mío.- ¡bájate!-sentí que empezaba a caer y por instinto me aferre a ella. La pase por encima de la barra y ambas caímos al piso, ella encima de mí y yo claro recibí todo el golpe.
Estaba a milímetros de mi cara, podía sentir su cálida y embriagante respiración sobre mí. Me quede mirando sus ojos como embobada, ella igual los míos. De un momento a otro empezó a sonreír y yo igual, luego nos reímos a carcajadas. Esos momentos no los pasábamos desde que estábamos en noveno.
Nos llamaron para comer y yo fui y me lave la boca para que no oliera a nada raro… ósea cerveza y alcohol.
Su papa y su mama, más nosotras estábamos en el comedor. Me preguntaba donde estaba su hermana, Alexandra, era raro no verla. La comida paso normal hasta que salió el tema de que Valeria y yo viviríamos juntas.
-vaya… las dos se fueron al mismo tiempo-aporto su papa. Eso significaba que Alexandra también se había ido, tenía unos 23 años o más.
-si… se fue con su novio-Valeria se atraganta con la comida al oír esa palabra novio trate de ayudarla pero todo estaba bien.
-y tu… niña-¿niña? Ahora si lo mato-¿tienes novio?-¿A dónde quieres llegar con la pregunta?
Mire a Valeria de reojo antes de responder… iba a matar a su papa con la mirada.
-ahh… no, no tengo.-esta conversación se me estaba tornando un poco incomoda.
-¿y eso? Se necesita un hombre, siempre-hizo un énfasis en la palabra siempre ¿de verdad era tan machista?
-puedo vivir sin uno-dije muy seria y apunto de asesinarlo.-además no creo en eso.
-es que nunca te has enamorado-me pregunto.
-la verdad… no-dije y ese señor casi se cae de la silla y claro la mama estaba muy sorprendida. E tenido muchos novios pero… nunca estuve con ellos por algo más que física atracción, me gustaban pero no llegaba a quererlos o amarlos. Incluso Valeria es de las pocas personas que me han llegado a gustar y han llegado al punto de quererla… por eso pienso que tal vez, algún día, se me pase lo que siento por ella.
-¿nunca has tenido novio?-este señor se pasaba con las preguntas.
-sí, pero nunca he llegado a amarlos… o quererlos. Como le dije, no creo en el amor.
Su padre empezó a renegarme de que tener un hombre al lado era necesario y su madre me decía que el amor era la cosa más hermosa… eso lo sé. Pero para serles sincera el amor en las personas que están casadas solo dura 5 años desde que se casan, ya lo que queda es el cariño o la costumbre de estar juntos y querer a la otra persona. No digo que eso pase con todas, puede que exista el caso de que enserio el amor les dure para siempre.
-no entiendo por qué quieres vivir con mi hija. Es una inmadura, una rebelde, una…-no lo deje terminar. Que criticara de esa manera a Valeria me ponía enojada y con ganas de matarlo.
-Me voy-dije con una sonrisa sarcástica.-gracias por la comida. Vale, nos vemos luego-me despedí y me fui de esa casa.
Valeria se disculpó por el comportamiento de su padre, le dije que no había problema, que lo que me enojo fue que la tratara de esa manera sabiendo que él no ha sido el mejor papa del mundo que digamos.
Llegue a mi casa y me percaté de que mi hermano estaba afuera. ¿Pueden creer que el sale más que yo? Yo salgo cada medio siglo y el… TODOS LOS DIAS.
Paso una semana y Valeria y yo empezamos a poner todo en la casa. Nos llevamos su cama. Era doble y yo la mía no la quería sacar. Ya teníamos todo listo, el problema era que no teníamos comedor pero a ella no le importó, a mi menos, yo casi ni lo uso en mi casa, preferimos, ambas, comer en el mueble.
Saben la parte más graciosa es que no le he dicho a mis padres que me voy de la casa… a vivir con una amiga.
Ya me imaginaba la reacción de mi papa. Yo llegaría y diría: ‘‘papa, mama, me voy de la casa’’ en ese momento el rostro de ellos se ilumina y me dicen que me van a extrañar mucho, y yo daño el momento con lo siguiente: ‘‘viviré con una amiga’’ en ese momento ellos se asustarían y en la retorcida mente de ambos, se imaginarían a mí y a otra persona haciendo cochinadas y cosas que no son propias de la vida, según ellos. Empezarían a renegar y a decir un montón de babosadas que yo no prestaría atención.
Hoy me iría, y no sé como pero, lo que paso por mi mente que haría… paso. Si, paso al pie de la letra. Ellos hablaban y hablaban y peleaban solos y yo… bueno estaba pensando en Valeria… cosa que hago siempre… o bueno la mayoría del tiempo.
-¿y con quien vas a vivir?
-con Valeria-dije, como si fuera la cosa más normal del mundo. Y es que así lo era. Igual, entre ella y yo no iba a pasar nada y eso se los podía yo asegurar.
Y volvieron a gritar. Pelea, pelea y más pelea.
Mientras gritaban, me puse a arreglar lo que me faltaba. Me lleve mi computador, mi Wii, mi Play 3 y claro lo que es mío, ropa, mi cobija de cuando era una niña pequeña, la que usaba normalmente, mis mangas, mis posters, luego les cuento de que son y demás cosas.
-me voy ya.-dije ya lista para irme.
Mis padres seguían gritando… ¡QUE HARTERA!
-¡Jero!-llame a mi hermanito y vino corriendo.
-pero mira, como vas a dejar a tu hermanito-dijo mi papa casi a punto de llorar.-si él te quiere mucho…-no lo deje terminar.
-entonces… ¿quieres que me lo lleve?-obviamente sé que va a decir que no. Casi me pega cuando dije eso.
Abrí la puerta y tire las llaves a la mesa.
-no te daremos apoyo.-sentenciaron
-no me lo den-no lo necesito, puedo yo sola.
-no te volveremos a recibir.
-no me interesa.-era enserio.
-¿Para dónde vas?-me pregunto mi hermanito. Me puse a su altura y le dije con una sonrisa.
-me voy a mi casa.
-ya no vas a vivir aquí-dijo con cara de inocencia.
-no. Pero, eso no significa que te vaya a olvidar-me dio un abrazo y se despidió de mí.
Bueno, ya esta despedida se me hacía larga y Valeria me estaba esperando.
-¡ISABELA!-mi segundo nombre. Solo me llamaban así cuando verdaderamente estaban a punto de matarme-¡si usted sale por esa puerta, yo no le vuelvo a hablar!-quien decía todo eso era mi padre. En mi rostro se forma una sonrisa.
-no sabes cuánto anhelo ese día-le dije firmemente y cerré la puerta.
Siempre quise que me dijera eso. Es que… yo no quiero a mi papa, ni siquiera me importa. No lo odio, no me interesa su existencia. Él ha sido la persona más despreciable que yo he podido conocer. Engaña a mi mama, con dos viejas, yo me doy cuenta y el solo se pone a llorar y a contarme su historia. De tanto que me la había dicho ya me estaba cansando y me la sabia al derecho y al revés. Luego, todo su dinero se lo da a sus dos amantes, dejándonos a mi hermano, a mi mama y a mí sin nada. Rara vez nos daba algo para que pudiéramos seguir viviendo. Para colmo del descaro se consigue otra y nos sigue diciendo a Jerónimo y a mí que nos quiere y a mi mama que la ama. Aparte no me acepta como soy, tengo un cuadro diciendo que me aceptarían tal y como yo seria y que no me obligarían a ser como ellos. Pero es la mentira más grande que me han dicho. Cuando se dieron cuenta de que me gustaban las mujeres, casi me asesinan. Me llevaron al sicólogo, al siquiatra, me presentaron niños, incluso un día me pusieron a ver porno. No eso era el colmo.
-¿lista?-me pregunto
-eso no es una pregunta.
Desde ese día mi vida empezaba.