Caminaba sobre ese enorme pasillo ya muy conocido en esa escuela, donde solo aquellos que tenían el respeto y admiración de todos eran dignos de pasear por ese extenso pasillo. Si ese era Kibum o para todos los presente en esa escuela Key.
-¿Es nuevo ese gorro? –se acercó Taemin su mejor amigo con los libros en sus manos.
-Sí combina perfecto con mi atuendo ¿no? –salió la Diva que Key que llevaba dentro.
-Como siempre hyung –dijo abriendo su casillero depositando sus libros dentro.
-Anda, date prisa que si llegamos tarde de nuevo a la clase nos mandaran hasta el final de la fila, y sabes que odio sentarme al fondo.
Ambos chicos caminaron rápidamente rumbo a su aula no sin antes captar las miradas de muchos como ya era costumbre en ese colegio.
-Llegan tarde –anuncio el profesor son ese tono molesto –Al fondo joven Kim.
-Pero… -su reclamo quedo a medias, sabía que de todas formas ese profesor que solo le agobiaba más la vida, no cambiaría de parecer. Gruño por lo bajo y se dirigió hacia ese horrible lugar.
Muchos pensarían que quizás no era tan malo sentarse hasta el fondo, que no era “tan horrible” como Key lo consideraba. Pero había una gran razón para serlo.
Key era como todo un chico de ensueño, con sus mejillas blancas que se pintaban de un rosa muy peculiar, sus altos pómulos dejando ver sus perfectas facciones, sus ojos tan endemoniadamente rasgados y felinos demostrando así lo profundo que podían ser esos orbes color avellana. Su pelo teñido en un rubio claro, quedando perfectamente con su rostro y sobre todo con su piel con ese blanco lechoso y suave, pareciendo toda una figura de porcelana, sus labios eran igual todo una obra que se conjugaba perfecto al rostro, eran rosados e uniformemente bien delineados como un corazón, luciendo por de mas apetecibles ante la vista de cualquier chica incluso chicos.
Y no solo el mismo Kibum pensaba de esa forma, más bien así era visto ante todos, excepto por alguien… por una persona, la que estaba al fondo del salón.
-¿Puedes quitar tu fea mochila del asiento? –dijo en tono arrogante el rubio frente a esa abandonada butaca, la amabilidad era cero usual en Key.
-Si-i, cl-aro –tartamudeo el chico retirando su mochila del lugar.
Kibum limpio con suma exageración el asiento, como si tuviera una especie de suciedad impregnada. Después de mucho limpiarla y recibir dos llamadas de atención por el docente de que tomara asiento, lo hizo.
-Joven Kim –llamo el docente.
-¿Si? –respondió Kibum al unísono con el chico de alado. Provocando que toda la clase estallaran en risillas y murmullos, enfureciendo más al rubio.
-Kim Jonghyun –especifico el maestro.
-¿Diga? –hablo el mencionado, el que estaba a un costado del rubio. Ganándose así la vista de todos.
Kibum recuerda aun cuando entre juegos Taemin le pregunto cómo describiría a Jonghyun. Una risa escandalosa se apodero del chico y miles de ideas le llegaron a la mente pero ninguna era tan eficaz y propia para describir a Jonghyun: FEO.
Sus anteojos gruesos y negros, abarcando casi la mitad de su rostro, ese rostro que tenía unos pómulos muy sobresalientes simulando una cara como la de un dinosaurio, su cabellera castaña toda oscura dejando ver la resequedad y las puntas todas rebeldes sobresaliendo más en su anticuado peinado. Y si el cabello era todo un desastre, aún faltaba por ver la otra mitad de su rostro que estaba fuera de esos lentes, en la cual su cutis con exceso de brillo no ayudaba en nada a su ¿metálica sonrisa? Sí, tenía frenillos. Para Kibum ese chico del fondo, Jonghyun era la fealdad en persona.
-¿Está de acuerdo joven Kibum? –cuestiono el maestro.
Kibum aun perdido en sus pensamientos, solo asintió sin poner atención.
-De acuerdo tienen una semana para entregar el proyecto final, del cual dependerá su calificación final, eso es todo jóvenes pueden retirarse –anuncio el maestro saliendo del salón.
-¿Proyecto? ¿De qué habla? –Kibum se levantó de su asiento sorprendido.
-El proyect-o que acaba d-e explic-ar… -el castaño aclaro un poco la garganta por lo que iba a decir –en donde s-omos equipos tu-u y y-o.
En ese momento Key quiso reír, aunque no sabía si de la gracia que le causaba el mal chiste de ese chico que tenía a un costado o por el temor que fuera cierto…
-¿Es una broma? –por primera vez el rubio le dedico una mirada. Incluso después de verlo se arrepintió, era demasiado tenerlo así de cerca.
-No –contestó con temor Jonghyun –el maestro te pregunto si queri-as hacer equip-o conmigo y tu asen-tiste…
Las maldiciones mentales por haber contestado sin prestar atención comenzaron a retumbar en la cabeza de la Diva.
-¡No, no, no! Yo no planeo hacer equipo con alguien como tu…
-Sé que n-adie quie-re, per-o…
-¡Deja de tartamudear! Que no te entiendo –amenazo Key.
-Esta bie-en –el dedo del rubio apuntándolo en clara señal de advertencia hizo que carraspeara un poco –está bien –dijo al fin claramente Jonghyun.
-Bien, iré con el maestro para pedir mi cambio, no quiero hace equipo contigo –recogió su mochila y caminó directo a la salida.
-Espera –se puso en su camino evitando que caminara –te propongo un trato.
Key pensó seriamente en ignorar al chico de baja estatura que tenía en frente y pasar a un costado de él sin ningún problema, pero se detuvo curioso ante la propuesta del otro.
-¿Qué trato? –cuestiono con desconfianza.
-Bueno este… yo… -le comenzaron a sudar las palmas de las manos por el nerviosismo de lo que iba a decir.
-¡Habla! –Key uso su mirada más afilada de lo normal. Ciertamente lo desesperaba de una manera poco usual ese chico.
-Es que… -tomo aire pesadamente –te propongo hacer el proyecto solo.
Los ojos de Key se abrieron como platos, ¿quiere decir que el no hará nada? Pero… ¿Por qué?
-Y que ganas tú con hacer todo el trabajo solo… -lo miro con más desconcierto, porque el rubio no era tonto, él sabía que las cosas se hacen para obtener algo y en la propuesta que Jonghyun le había hecho el único beneficiado era el propio Key, así que y ¿él?
-Bueno pues –se tensó un poco el castaño –tu ayuda.
Las risas de Key resonaron fuertemente en el aula ya vacía haciendo un eco aterrador.
-¿Mi ayuda? –Bufo -¿en qué te debería de ayudar?
No obtuvo respuestas de Jonghyun.
-Bien, iré a cambiar de equipo –decidido a empujar si fuera necesario al chico que obstruía su paso, Key avanzó.
-¡No! –tomó el brazo del rubio –de verdad, escúchame.
Key con la mirada amenazante le vocifero en un leve susurro “deja mi brazo y no me toques”, haciéndose a un lado y esperando por la respuesta del castaño.
-Te propongo un trato, como te dije yo haré todo el proyecto, si tú me ayudas a… a bueno… a conquistar a un chica –soltó sin más.
-¿Tu? ¿una chica? –Key reprimió sus risas escandalosas que estaban por salir.
-Si –contesto el castaño con la mirada gacha tratando de ocultar su vergüenza.
-Para empezar, ¿Quién es la chica en discordia?
-Es… es Yoona.
Si en ese momento le hubieran dicho a Kibum que los extraterrestres existían y lo secuestrarían al término de su clase, lo hubiese creído completamente al menos eso era para él más creíble que lo que acababa de escuchar.
-¡¿Estas de broma?! –Grito casi histérico –Ella –evito por todos los medios pronunciar si quiera el nombre de la chica. Se detuvo antes de continuar al ver el rostro horrorizado de Jonghyun por el cambio tan inesperado. Tomo un poco de aire –respira 3…2…1 –soltó el aire.
-“Ella” si sabes ¿Quién es? –pregunto irónicamente. El castaño asintió sin entender.
-Y de todas las chicas tiene que ser “ella” –seguía haciendo énfasis en su nombre por la conmoción que aun tenia –la misma chica que siempre se ha quedado con todos los chicos más populares de la escuela, la que siempre consigue tener toda la atención en vez de tenerla yo, y sobre todas las cosas la que tiene el peor estilo para vestirse y pretendes ¿Qué te ayude con “ella”?
Bajo los ojos de Jonghyun, Yoona era la chica más linda, tierna que podía existir, durante el receso apartado de todos siempre estaba ahí mirándola y memorizando cada momento que podía. Desde sus cabellos largos y castaños claros hasta quizás las graciosas muecas que hacía, era lo más lindo que jamás había presenciado.
-Yo… no sabía eso, lo siento.
-Nadie lo sabe –replico Key.
-Pero, aun así –la vergüenza se apoderaba más del castaño –me ¿ayudaras?
Kibum en ese momento salió del aula, con una rabia que lo invadía ¿Qué pasaba por la cabeza de ese feo chico al pedirle algo así? No se había dado cuenta que era como pedirle compartir el almuerzo con su archí enemiga. ¡No! Él no podía acceder a eso así que decidido a hablar con ese maestro se dirigió a los casilleros de esa amplia escuela.
-¡Key! –un grito detuvo su paso.
-¡Key, espera! –se giró para encontrarse con esa voz que conocía bien.
-Amber, ¿Qué pasa? –pregunto fastidiado.
-¡Que humor! –la chica hizo un gesto de molestia fingida –solo vengo para avisarte que hoy en la tarde comenzamos con los preparativos de la fiesta.
-¡Maldición! –soltó. Lo había olvidado, él era el encargado para organizar la fiesta de graduación que sería en una semana y eso apenas le deba el tiempo necesario para las demás actividades escolares.
-No me digas que lo olvidaste, porque sino estas en serios problemas Key.
-No, claro que no, es solo que tengo un proyec… -sus palabras se detuvieron.
Una semana era todo lo que tenía de tiempo y tantas cosas por hacer. Ese proyecto era su salvación para salir con una nota perfecta en su último año. Pero esa fiesta era el sueño que desde que entro a primer grado ansiaba, su graduación, incluso paso sus últimos tres meses diseñando todo, desde la decoración del lugar, la música, prácticamente todo lo había planeado y diseñado como él quería que fuera su gran fiesta de ensueño y ahora que todo su esfuerzo se iba a ver materializado simplemente el tiempo y las responsabilidades escolares se le venían encima.
-Tienes un ¿qué? –Amber lo miraba confusa.
-¡Amber! –sacudió a su amiga de los hombros –no quiero, no quiero ayudar a ese feo con “ella”.
-¿de qué rayos hablas Key? –cuestiono zafándose del rubio.
Después de casi diez minutos de lloriqueos de Key, logro contarle a su amiga acerca del trato que acababa de recibir, el cual no quería hacer, pero ¿era buena idea no aceptar?
-Acepta.
-Pero…
-¡Nada! Anda Kibum –el rubio la miro molesto, sabía que no le gustaba que le dijeran Kibum, pero a eso Amber parecía no importarle.
-Mira, no pierdes nada con ayudarle y ganas muchas cosas.
-Pero es que… –gruñó –es “ella”.
-¿Y eso qué? Mejor aún, si es tan feo como dices que se quede con ella. Además tú necesitas mucho tiempo y ese trabajo te afecta severamente.
Amber tenía razón, a él no debería afectarle si ese chico feo lograba quedarse con “ella” –cosa que creía imposible –al contrario le beneficiaria en todos sentidos.
-Creo que… tienes razón.
La chica le palmeo el hombro –siempre la tengo Kibum ~ canturreó.
-¡Yah! –alejó su mano mientras Amber se iba a su próxima clase entre risas.
No tenía opción, iba ayudar a Jonghyun, todo para poder lograr lo que más quería y si tenía que sacrificar un poco su orgullo y hacer casi magia para que ese chico conquistara a su peor enemiga lo haría.
Antes de entrar al salón Key jaló a Jonghyun de la manga y lo llevo a un lugar apartado de las miradas, no quería que comenzaran chismes y mucho menos que lo vieran con alguien como él.
-Te ayudare –dijo el rubio lo suficientemente bajo.
-¿Qué? –
-Que te ayudare –lo apunto –pero una cosa te advierto no dirás nada y no planeo hablar con ella ¿de acuerdo?
-Sí –esbozo una sonrisa el más bajo, su metálica y brillante sonrisa. Key solo se estremeció al tenerlo así de cerca, alguien como él no debía estar tan cerca de la diva pensó el rubio.
-Bueno así que, ¿quieres conquistarla? Pues tendrás que hacer todo lo que te diga.
-Sí, lo hare –contesto algo nervioso.
-De ser así lo primero que debemos hacer es cambiar tu apariencia –Kibum agarro su barbilla mientras inspeccionaba el trabajo que tendría que hacer.
-Pero…
-Nada, hoy en la tarde comenzamos con este trabajo.