Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La historia de mi pasado por Shin Black

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

ningun personaje me pertenece, bah solo Kazuya Sanada.

La historia de mi pasado

 

Llevaba a próximamente media hora sentado en una silla justo frente a su balcón, pestañando continuamente observando como los árboles de cerezo que bloqueaban su visión. Abril era su mes favorito, no por nada era cuando el jardín de su antigua casa comenzaba a florecer y su madre siempre le proponía que vaya para poder ver aquellos capullos abrirse. Este año no sería la excepción.

Volteó otra hoja del enorme libro de arte gótico que había sacado de la biblioteca y notó esos matices que le fascinaban. Por algo había comenzado a estudiar arte apenas salió de la preparatoria, lo que no pensaba y aun estaba en un lago de shock era el futuro incierto que le esperaba, aun con sus tiernos diecinueve años recientemente cumplidos.
Escuchó aquel sonido de la sonaja y un ligero chillido suave como el del despertar de un bebé. Giró su cabeza y observó aquella hermosa cuna decorada con flores artificiales celestes, envuelta en una tela clara que impedía que algún mosquito o mosca que entrara por la ventana pudiera acercarse a su príncipe.

Se levantó y caminó con lentitud hacia aquel rincón de su pequeña habitación, apenas había lugar suficiente para una cama, un ropero y sus cosas, a duras penas pudo hacer entrar la gigante cuna que sus padres le regalaron cuando cumplió cuatro meses de embarazo y por lo cuales pasó mucho tiempo hasta el nacimiento del bebé, decorando y pintando, haciendo dibujos en aquellos barrotes blancos con extrema precaución. Estaba seguro que sería niño. ¡Era de suponerlo! Estaba en los genes de su ex pareja y seguramente seguiría de esa forma.

Corrió levemente la tela y observó al niño sonreírle con dulzura, con esa hermosa pijama a dos piezas celeste con un pollito dibujado en el pecho, Niou y Yagyu se lo habían regalado en conjunto cuando el pequeño nació y tenía un indescriptible olor a vainilla que fascinaba al bebé.
Yukimura cargó al niño en sus brazos y susurrando suavemente una canción de cuna lo meció. Su cabecita caliente y con incipiente cabello oscuro comenzó a relajarse encima de su hombro y el latido del corazón se sentía en el pecho. El niño estaba vivo.

 

–Kazuya…–susurró en voz baja–. Veo que no te dormirás por nada del mundo ¿ne, amor?

 

El niño parecía realmente despierto y vivaz a estas horas del día, Seiichi se sentó cómodamente en la silla donde anteriormente estaba y sentó al pequeño en sus piernas para que éste apreciara también los cerezos caer. Kazuya sonrió y aplaudió alegre mientras Seiichi le acomodaba los cabellos detrás de las orejas.

 

–¿Quieres oír una historia? –Lo acomodó mejor para que lo escuchara–. Es triste, pero tiene un hermoso final.

 

El niño miró expectante, no había duda que era inteligente y digno hijo de sus padres. Seiichi lo volvió a tomar y levantarse de la silla para caminar unos pasos y dejarlo en aquel suelo cubierto por una suave alfombra que impedía que el pequeño pasara frío al tener contacto con la cerámica. Rodeado de juguetes se sentó junto al niño que inmediatamente tomó sus cubos. Tal vez era necesidad propia de expresarle a su hijo lo que sentía en su corazón a esta edad que apenas entendía las cosas, pero la historia merecía ser contada y escuchada.

 

–Aaaay, mi niño, esta historia empieza aun antes de lo que crees. Hace ya un año. Tú ni siquiera estabas en mí. Cometí tantos errores de joven, pero no me arrepiento, pues esta es mi vida ahora y la afronto con todo mi cuerpo.  –Le acaricia la cabeza–. Descubrí que estaba embarazado cuando apenas tenía un mes. Creí que mi vida había acabado. ¡Yo! El hijo de dios del tenis, estaba esperando un hijo, renunciaría al tenis por ello, mi vida sería un desastre….un horrible desastre…

 

 

Creí que llegaba mi fin, realmente lo creía pues no sabía que depararía mi futuro en el momento que recibí mi diploma. ¡Estabas dentro mío en ese entonces! Era Marzo, siete de marzo. El único que sabía de tu existencia era yo y nada más que yo, pero es un secreto demasiado fuerte para mantenerlo por mucho tiempo. Fue entonces que me acerqué a mi compañero, el siempre inteligente Yanagi, él racionalmente me diría que hacer, pero ¿la respuesta me agradaría?

 

–Aborta.

–¿Qué? –Seiichi Yukimura abrió su boca para decir algo, pero inmediatamente Yanagi le miró con confianza.

–Hoy día existen muchos mecanismos no riesgosos para perder un embarazo. Solo mírate Seiichi, acabas de cumplir dieciocho años y te graduaste del colegio, ahora es cuando comienza tu vida, y si la inicias con un bebé en brazos ¿qué pasará? ¡Adiós tenis, adiós proyectos!

–Mi mamá me tuvo joven…..ella también tenía proyectos y los ha cumplido aún conmigo.

–Pero tenías un padre. Yukimura Eishiro es un gran hombre, él se hizo cargo de tu madre y de ti, pero…..Sanada.

–¿Sanada qué? Es una familia tradicional ¿no? –preguntó enojado, Yanagi negó.

–Esta hace mucho tiempo comprometido con una joven de linaje igual al de él, ¿entiendes? Sanada termina su carrera en la policía y se casará. Si sus padres saben de este bastardo…

–¡Yanagi!

–Es su nombre propio, es correcto decirlo –Seiichi cruza los brazos, Renji continua–. Si saben de ese niño, no querrán que te acerques a Sanada, es mejor el aborto.

–No….no lo sé Yanagi…. –baja la mirada, Renji le coloco una mano en el hombro.

–Nadie más que tú podrá decidir qué hacer con esto. No tienes el apoyo del padre, y dios sabe si tendrás el de tu familia. Sólo tu puedes decir si sientes o no amor por ese nuevo niño.

–Yo………………….no sé.

–¿Amas a ese bebé?

–Creo que no.

–¿Entonces qué te ata a él? No lo quieres, no lo amas, abórtalo o dalo en adopción si es que crees que merece una vida feliz con padres unidos.

–Pero si vive, en algún momento cuando tenga una edad promedio querré verlo y…..no sé qué decir, creo que en algún momento querré experimentar de nuevo esto, pero con una pareja estable o algo así, jamás me podré olvidar que maté a mi primer hijo ¡jamás!

–Entonces, no quieres matarlo, no quieres darlo ¿qué quieres, Seiichi? –Yanagi parecía más frío o era que Seiichi comenzaba a estar hormonalmente inestable, inmediatamente cubrió su rostro y lloró–. Seiichi….

–Creo que si lo amo.

–¿Amas a tu hijo? Eso no es malo, Seiichi, es muy bueno…..demasiado bueno….

–¡Pero no quiero tenerlo ahora! Si pudiera arrancármelo y esperar unos años y volverlo a poner, ahí estaría mejor él y yo. ¡Tengo dieciocho años! Recién cumplidos Yanagi, no sé qué hacer de mi vida ni que me espera, y ahora me cae esto….yo, no sé qué hacer.

–Bueno…..Sanada….

–Sanada y yo tuvimos sexo por el alcohol hace unas semanas atrás, estábamos bromeando y comenzamos a tomar, tengo miedo que el consumo de alcohol en ese momento afecte a mi bebé, al feto, y….no sé, no entiendo nada.

–No piensas con lógica, lo afectaría si fueras una “madre” alcohólica, solo has tomado una vez y para tener sexo con Sanada –Yanagi tira su cabello hacia atrás–. Sólo tú decides que hacer con tu vida, Seiichi, nadie más.

 

Esas palabras resonaron en mi cabeza durante tanto tiempo. Creí que todo estaría bien, que crecerías y seríamos felices juntos, pero las cosas comenzaron a empeorar desde entonces. Los tres meses en los que no tuve nauseas trajeron en cuenta unos dos meses con sangrado y perdidas, dolores de vientre e intentos de abortos casi naturales que no lograron alejarme de ti, supongo que la vida nos mantenía unidos y a pesar que en algunos momentos deseaba haberte perdido, tú te aferraste a mi intensamente hasta destruir mi cuerpo. No me importó nada, ya mi vida comenzaba a tomar un terrible giro cuando supe que tu padre, Sanada Genichirou, se casaría. Él no estaba enamorado, ni mucho menos, pero era parte de ser un Sanada aceptar sus primeras nupcias con esa mujer. Era linda, pero mucho más lindo era nuestro amor o lo que yo creía amor.

 

–Entiendo lo que me dices pero no puedo aceptar este convenio –Sanada se arreglaba mientras Yukimura cruzaba los brazos, ya con un pequeño vientre.

–¿Convenio? ¡No es un acuerdo legal, es nuestro hijo!

–Pequeño detalle.

–¡Pequeño detalle! Eres un idiota…..–Seiichi se enfureció y le arrojó el saco, el cual se estrelló involuntariamente en el rostro del moreno.

–¡Que más quieres! Te doy el apellido, lo pondré como heredero, estoy haciendo todo lo que tú quieres como SIEMPRE y aun así nunca estas conforme. No puedes pedirme que ame a un niño que no busque.

–¡Yo tampoco lo busque! –Sanada le miró con odio–. Es verdad.

–¿No lo buscaste? No me hagas reír, ahora vete que necesito preparar mi discurso.

–Estoy embarazado.

–Tienes cinco meses, sabes dónde está la salida.

–Estúpido –Seiichi caminó hacia la puerta y lo abrió–. Yo tampoco lo amaba.

–¿Entonces para que lo sigues teniendo? Tú no lo amas y yo menos, ¿por qué tenemos que seguir con esto? –Sanada se acerca a Seiichi y le coloca una mano en el hombro–. Dalo en adopción.

–No quiero.

–¿Quién te entiende? ¿Lo quieres o no? Es tu problema si lo amas, no el mío.

–¿ACASO NO SIENTES NADA POR TU HIJO?

–No, ahora largo de aquí y llámame cuando haya nacido así acordamos cuotas.

–Y horarios de visita.

–Cuotas.

 

Bufó y cerró la puerta con ira.

 

Todos los hombres temen a ser padres, temen a no ser amados y a ser rechazados por sus hijos. Sanada no era sincero con sus sentimientos pues hoy día, cuando lo veo entrar para pagar la cuota del mes, veo sus ojos brillando al verte jugar en tu cuna o moverte, aunque cree que no lo miro, sé que te toca suavemente acariciándote la cabeza y besa tu frente con extrema dulzura. Sé que durante mis últimos meses tomó clases para poder cargarte sin lastimarte, y estuvo junto a tu incubadora los dos días que estuviste internado.

Esas cosas se saben amor mío, tu padre te ama más que a nada pero teme decirte la verdad, que vive una fantasía que odia y una felicidad que no es real. Finge estar contento cuando lo único que quiere es abrazarte, besarte y darte todo el amor que un padre puede darle a su hijo de meses de vida, y aunque me gustaría apartar esos pensamientos no puedo hacerlo, pues cuando miro ese cartelito de madera hecho con extremo cuidado con tu nombre tallado con esa caligrafía perfecta de Sanada, me doy cuenta que tengo razón.

 

–Sabes qué hijo mío, tuviste suerte en tener una madre como yo, aunque no soy lo mejor que pudo haberte tocado luche cada minuto contigo a mi lado, sabía que tú eres la única persona que puede amarme sin importar nada, que aunque peleáramos cuando seas un adolescente, me mirarás a los ojos y sabrás que todo lo que hago es por amor. Que cuando vayas de visita a casa de tu padre, me extrañarás y llamarás, para saber si estoy bien en mi soledad.

–iaaai aaa….–habla en su lengua infantil apenas entendible.

–Jajajaja…..mi bebé hermoso…..–Seiichi lo abraza.

 

Hubo muchos momentos donde quise morir y hacerte morir, pero no pude, el amor de mi corazón siempre fue mayor a todas esas ideas. Sanada me ha ayudado a no perder esa esperanza, mis padres, que a pesar que al principio te aceptaron reacio están felices con tu llegada, esta habitación que algún día será un departamento para nuestra familia, tú y yo, tal vez Sanada algún día se dé cuenta que le necesitamos para poder armar mejor esta hermosa comunidad que hemos formado, y probablemente llegue el momento en que puedas tener uno o dos hermanos. Quiero que abras los ojos y esperes, mi niño, la historia de mi pasado te la he contado y la del futuro la estamos construyendo. Pronto seremos La familia Sanada.

 

Fin

Notas finales:

Espero les haya gustado


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).