A unas cuantas calles de Marukawa Shoten, en un tranquilo restaurante familiar se encontraban en una de sus mesas, dos morenos que a pesar de estar sentados frente a frente ninguno de los dos se dirigía la mirada, puesto que estas se posaban en la entrada y al momento de que dos ojiverdes -uno más alto que el otro- entraron al restauran padre e hijo se levantaron y bramaron
— ¡Idiotas!
— ¡Gomenasai! — se disculparon padre e hijo
Un joven que fácilmente podría decirse que era Masamune hace unos años atrás, solo a exención de los ojos verdes y los centímetros de diferencia, era la copia del mayor de los Takanos a los 19 años. Se sentó al igual que su padre y les hicieron señas a los recién llegados para que se acercaran a la mesa, estos caminaron sonrojados hasta donde los muy enojados Takanos se encontraban, y no era para menos puesto que estos habían estado esperando a los ojiverdes desde hace ya media hora.
— ¿Ritsu dónde estabas? y ¿Con quién? —pregunto Masamune a su esposo a penas llego a la mesa
— ¡¿Dónde más?!— se sonrojo el dueño de la compañía Onodera — En la compañía… Mamá fue de visita y por eso llegue tarde — explicó antes de sentarse al lado de su esposo — Me saca de quicio esa mujer — se sonrojo aún más mientras hacía pucheros; él llevaba ocho años a la cabeza de la compañía que heredo luego del retiro de su padre.
— ¿Y tú?— pregunto Rin Takano, el hijo menor de Ritsu y Masamune a su hermano mayor y mellizo: Naoki Takano, un oji verde de 19 años el más similar a Ritsu con la diferencia de que este tenía un rostro un poco más severo y era más alto que su padre, el cual aún se encontraba de pie y fulminaba con la mirada a su mellizo
— Estaba en casa de los Yukina — intento tomar asiento al lado de su hermano pero este le arrimo la silla negándole el permiso a este — Estaba haciendo un trabajo con Kei — el menor arrimo la silla dándole permiso de sentarse a su lado pero le volteo la mirada en dirección a la ventana
— ¿Celoso? — pregunto Masamune hilarante y los mellizos se sonrojaron
— ¡Urusai! — gruñeron estos
Ritsu simplemente sonrió al ver a su amado esposo e hijos, simplemente no se acuerda en que punto de su vida logro repetir aquellas palabras que juro nunca jamás volverle a decir a Masamune, pero justamente al momento en que dejo de un lado su orgullo logro expresar sus verdaderos sentimientos a primer y único amor; y gracias a esas palabras se encontraba sentado junto con su familia en ese momento. Claro no todo el tiempo las cosas fueron rosas, chocolates y osos.
Primero tuvo que atravesar el drama de confesarle a su familia que la persona con quien quería pasar el resto de su vida era un hombre, y a los pocos meses de haber contraído matrimonio con su adorado moreno, su inesperado y sorpresivo embarazo, el cual le trajo a sus dos tesoros (y dolores de cabeza). Cuando sus demonios digo hijos tenían 8 años su esposo fue promovido editor en jefe de los departamento de mangas Shonen y él tuvo que dejar Marukawa Shoten para irse a trabajar en la compañía de su familia para un año después heredarla tras el retiro por la delicada salud de su padre, tuvieron que mudarse para que él y su esposo se encontraran más cerca de sus respectivos trabajos; pero a pesar de todo no podía estar más feliz con su vi…
—Ritsu… ¿Me amas? — pregunto de la nada su esposo despertando a este de sus pensamientos
— ¡¿QUE?! — Se sonrojo— ¡NO! — Sus hijos explotaron en carcajadas como cada una de las veces en que su padre negaba sus sentimientos — ¡Dejen de reírse!... ¿Quién podría enamorarse de alguien con tan mal genio?
—Tu — respondieron lo más cortante que pudieron los tres Takanos, provocando los habituales gritos de Ritsu, lo que detuvo la pelea fue el sonido del celular del mayor de los Takanos
— Moshi moshi Takano Masamune al habla… Aja… Ok… Aja… ¡IDIOTAS!... Voy para allá — tranco el teléfono y suspiro — Paso algo en la editorial, debo irme lo más rápido posible— Se levantó bebió de un solo trago lo que le quedaba del café, beso la frente de sus hijos y a su esposo en los labios, se colocó el saco que se encontraba en el respaldo de su asiento y antes de marcharse — Llegare tarde
— Pero no has cenado —Ritsu se sonrojo mientras hacia un pequeño puchero, su esposo que aún no se había movido le sonrió pervertidamente, le planto otro beso, aunque un poco más profundo
—No te preocupes cuando llegue a casa te ceno
— No será necesario ya que Rin te llevara la cena a la editorial, y además mañana tengo que trabajar
—No me importa —contesto haciendo sonrojar más a su esposo antes de irse riéndose a carcajadas
…
— Buenas noches, bienvenido a Marukawa Shoten, ¿En qué podemos ayudarlo?
— Buenas, soy Takano Rin, el hijo de Takano Masamune el jefe de los departamentos de manga shonen —alzo el bento que llevaba en las manos —Vengo a traerle la cena — la recepcionista se notaba que era nueva, porque reacciono al igual que cualquier chica nueva en la editorial al ver al joven moreno, y como toda nueva, recito las preguntas que más sacaban de quiso al joven
— ¡Woo! No sabía que Takano-san tuviese un hijo, ¡Eres igual a él! ¡A exención de los ojos claro!... ¡Oh Dios Takano-san está casado! ¡No tiene pinta de ser un hombre casado! ¡Woo!
—Si está casado con mi PADRE — hizo énfasis en algunas palabras para que le quedara muy claro a la rubia— El dueño de la compañía Onedara, tengo un HERMANO MAYOR… Y sí, mi padre, TAKANO MASAMUNE ES GAY, así que aléjate — dicho esto siguió su camino dejando a la pobre chica algo aturdida.
—“Odio a tod@s que se intentan acercar a mis padres, Naoki y también…” —los pensamiento de Rin se detuvieron al recordar a Kenji y no pudo evitar sonrojarse cuando la puerta del ascensor se abrió y se encontró con su mejor amigo.
— ¡Rin!— dijo el joven de 20 años de ojos como el caramelo y cabellos un poco más oscuros que la paja, antes de lanzarse a los brazos de su mejor amigo y plantarle un beso en la boca
— ¡Kenji! — Lo separo mientras se sonrojaba— ¿Qué haces?
— ¿Que, qué hago? — Kenji sonrió de la forma que más le gustaba al joven Takano—Saludo a mi mejor amigo
—¿Kenji no estamos algo grandes para saludarnos de esa forma? — en vez de reclamo parecía más bien estar haciendo puchero
— No — respondió instantáneamente — Papá y Masamune-chichi están por allá —estas palabras pusieron alerta a Rin y rápidamente busco a su padre, el cual estaba demasiado cerca (en su opinión) de Yokosawa. Empujo ligeramente a Kenji y prácticamente se teletransporto al lado de su padre empujando a Yokosawa y lanzándole una mirada fulminante a su tío, este entendió que había llegado “el bebito celoso” de Takano y les dio espacio
— No me gusta que hagas eso — reprendió Masamune
—¿Hacer qué? — a pesar de que Rin fuese la fotocopia de él, sus ojos eran los de su amado Ritsu, por lo que se le hacía muy difícil regañarlo, no solo a él sino también a su hermano
— Nada — se sonrojo al recordar el día de que sus hijos llegaron al mundo…
…
Hace 19 años
Era 30 de abril un hermoso día de primavera, las flores de cerezo se veían por todas partes y para completar el escenario era el segundo día de la Golden Week, por lo que era día libre nacional.
—Ritsu voy a casa de los Yukina a buscar un manuscrito que Kou tiene para mí, cualquier cosa me llamas
Dejo a su esposo viendo una película, no duraría mucho, máximo una hora…. La casa de los Yukina no estaba muy lejos de su casa, por lo que en 15 minutos ya se encontraba tocando el timbre, quien lo recibió fue Kou con su bebe en brazos
— Hola Takano-san – saludo Yukina haciendo una voz infantil pretendiendo ser él bebe que apenas tenía unos cuantos mechones de color canela – ¿Ha venido por el manuscrito de mi papi?
— Yukina deja de hacer eso y dame el manuscrito, deje a Ritsu solo…
— Aún le queda una semana ¿no? ¿Qué podría pasar?, vamos entra…— empezó a jugar con pequeño bebe que hoy exactamente cumplía un mes de nacido, mientras entraban a la casa — ¿Quieres te, cola, café o algo?
— No gracias, solo el manuscrito — el de cabellos de color canela suspiro y dejando a su hijo en manos de Masamune fue en busca del manuscrito que tenía que entregarle — ¿Dónde está Kisa?
— En el mercado, no debe tardar… — El hilo de su conversación se detuvo cuando el teléfono del mayor empezó a sonar
— ¿Qué paso Ritsu? – pregunto a penas contesto
—Los bebes ya vienen — contesto Ritsu entre jadeos
— Ya voy para allá— colgó el teléfono y antes de que el otro preguntara — Ritsu entro en trabajo de parto — le arrebato el manuscrito de las manos y salió corriendo.
— ¡Voy contigo! — dijo Yukina colocando a Kei en un coche y tomaba su suéter y el de su hijo, para luego salir corriendo tras Takano el cual ya había corrido un buen tramo.
Cuando llegaron a casa de Takano entre este y Yukina ayudaron a Ritsu a montarse en el carro para luego ir lo más rápido que pudieron al hospital. El moreno no supo cuánto estuvo esperando a fuera del quirófano, mientras esperaba llego Kisa, el cual primero reprendió a su esposo por no avisarle que se encontraba en el hospital y luego saludo al moreno que iba a hacer un hoyo en el piso de tanto que daba vueltas; cuando la luz del quirófano se apagó el moreno perdió todo color en el rostro y al ver a un doctor sonriente, no pudo aguantar la alegría que derramo unas cuantas lágrimas. Al entrar encontró a su amado con dos bebes en brazos uno de con una pelusita por cabello del color del caramelo y el otro de un café oscuro
—Masamune ven y conoce a nuestros hijos
—Me gusta como dices nuestros — el ojiverde se sonrojo pero no pudo contradecirle puesto que a él también le gustaba el hecho de que fueran sus hijos
A la hora Ritsu se quedó profundamente dormido por lo que los bebes fueron solo para el mayor de los Takanos por un buen rato, cuando los recién nacidos abrieron los ojos el mayor no pudo esperar para que su esposo los viera…
— ¡Ritsu mira! — grito el mayor mientras se acostaba al lado de su esposo el cual perezosamente abría los ojos y al terminarlos de abrir se encontró con dos pares de ojos color esmeralda que lo observaban con curiosidad — Sus ojos son iguales a los tuyos — dijo el moreno al borde del éxtasis
— ¿Cómo los llamaremos?
— El que se parece a ti se llamara Naoki puesto que será un niño honesto no como tú — Ritsu bufo pero a su esposo no le importó —Y el que se parece a mí se llamara Rin ya que es compañero de Naoki
…
— Papa di ¡Ah! – dijo el menor sacando de sus pensamientos a su padre mientras le intentaba dar de comer, este al ver a su hijo pequeño haciendo esa pose, le vino a la mente otro recuerdo, de mucho antes de que sus hijos nacieran, cuando un día llego a su casa y se encontró a su esposo solo con un pequeño delantal blanco, esperándolo para darle la comida en la boca; Masamune se sonrojo y abriendo la boca acepto la comida que le ofrecía su hijo.
“Rin eres igual de dulce que tu padre antes de que termináramos”— suspiro —“E igual de celoso y protector que mi Ritsu actual”
— Rin recuerda donde estas — carraspeo fríamente Kenji a las espaldas de su amigo, este lo miro feo pero obedeció y dejo los palillos en una servilleta
— Ten cuidado cuando regreses a casa — se despidió Rin y se fue junto con su mejor amigo, y al estar solos en el elevador…
—No me gusta que actúes así con otros hombres aunque sea tu padre ese otro — dijo Kenji fríamente con su rostro ligeramente sonrojado
— Sabes que siempre soy así con mis padres y mi hermano… — el mayor suspiro resignado puesto que desde que tenía uso de razón su amigo siempre se comportaba así con sus padres y hermano
— Rin ¿Quieres salir conmigo mañana?
—…— el menor al principio se sorprendió por la falta de insistencia de su amigo, pero asintió rápidamente mientras rostro se iluminaba— ¿Puedo llevar a Nao? — la sonrisa que se acababa de formar de Kenji en el rostro desapareció
— N… — pero al ver al ojiverde tan ilusionado término asintiendo — Pero Kei viene con nosotros — la alegría del otro se esfumo, previendo que Rin empezara un berrinche muy típico de él y al estar ya en planta baja, al abrirse la puerta el mayor se inclinó y como se saludaron se despidieron— Adiós —se alejó mientras se relamía los labios y dejaba solo a su amigo en el elevador
Cuando el moreno llego a su casa encontró a su padre en su estudio y a su hermano dormido en su habitación; este observo a su hermano mayor dormir, adoraba ver dormir a su hermano, pero lo adoraba más cuando dormía en su propia habitación y mucho más cuando dormía en su propia cama. Se metió en la cama, se inclinó sobre el rostro de su hermano y empezó a garabatearle con marcador el rostro del bello durmiente, en el séptimo trazo, el mayor se despierta.
— ¡Idiota! — tiro a su hermano de la cama y ante este grito Ritsu se acercó a la habitación del menor de sus hijos pero al ver que era una de sus habituales peleas regreso a su estudio
— Ese es tu castigo por quedarte dormido en mi cuarto — él moreno le dedico una mirada severa a su hermano — Por cierto ¿Por qué te encuentras en mi habitación? – Naoki se sonrojo y su mellizo solo asintió — Anda a lavarte la cara, aquí te espero — su mellizo asintió y antes de salir de la habitación - ¡Ah por cierto! Mañana tenemos una cita con Kenji y Kei
— ¡¿Nani?!