Se despertó cuando los molestos rayos de la mañana se colaban en su habitación, más específicamente sobre su cara. Abrió lentamente los ojos volviéndolos a cerrar rápidamente y con fuerzas por la abundante luz; se removió debajo de las sábanas hasta que se chocó con algo…no recordaba que se haya acostado en el borde de la cama, ya que tenía una increíblemente amplia y cómoda por lo que siempre se acostaba en el centro, tanteó con la mano hasta que pudo sentir su calidez y que se movía después de su contacto.
Se sentó rápidamente y con la respiración agitada… ¿Qué había pasado en la noche? Luego de unos minutos se acordó de todo y con una sonrisa se volvió a recostar con cuidado al lado del chico bajito que dormía plácidamente.
Flashback:
Salía de su departamento con prisa, ya que se le estaba haciendo tarde –como de costumbre – y además llovía torrencialmente. Subió a su auto y fue hasta el lugar de ensayo.
–Kai me va a matar esta vez– pensó mientras estacionaba y se apuraba para llegar hasta la sala.
Se sorprendió al ver que era el segundo en llegar y que en la esquina de la sala había alguien mirándolo sorprendido.
–No pensé que ibas a venir– dijo el castaño mirándolo divertidamente.
–Yo tampoco pensé que iba a ser el segundo- respondió y agregó –sinceramente estaba esperando oír decir a Kai con una de sus sonrisas aterradoras “Aki-chan llegas tarde…nuevamente” – imitando la voz del baterista.
El más bajo no pudo reprimir una risa al escuchar la imitación del rubio mal teñido, –Sí, realmente te lo hubiera dicho– suspiró –Uruha me llamó y me avisó que no va a venir por la lluvia, no puede salir de su casa–.
– Waah, realmente está lloviendo muy fuerte – dijo mientras afinaba el bajo.
– Por ahora, ensayemos nosotros dos – dijo Ruki, sonriéndole amablemente. El bajista se sonrojó levemente, nunca se había fijado bien en la hermosa sonrisa que tenía el vocal, por lo que solamente se limitó a asentir.
Los minutos fueron pasando hasta que llegaron a ser 2 horas y media y seguían siendo solamente ellos dos. Al rato que se habían puesto a ensayar, Aoi envió un mensaje a Ruki avisándole que no iba a poder ir, asimismo Kai le envió un mensaje a Reita.
– Nee Reita, hacemos el ensayo hasta acá? –
– No tengo problema – dijo sonriéndole felizmente. El vocalista ante aquella expresión tan linda y sincera no pudo evitar que un color carmín se apoderase de sus mejillas y rápidamente de toda su cara, teniéndolo que ocultar mirando para abajo.
Reita no notó eso ya que fue a acomodar el bajo y buscar algo para tomar – “No hablo mucho con Ruki, supongo que puede ser una buena oportunidad no?” – Ruki-san, quieres una cerveza? – le extendió y añadió – yo también voy a beber, es más divertido beber si se hace con una buena compañía no? – Ruki asintió con una pequeña sonrisa - la cual el bajista consideró tremendamente atractiva e inocente -.
Se sentaron y comenzaron a charlar y a descubrir que tenían muchos intereses en común; así hasta que se dieron cuenta que se les había acabado el alcohol.
– Ha? Se terminó el alcohol y yo sigo con ganas de beber – hizo un puchero como niño al cual se le terminaron los dulces – Ruki… quieres venir a mi departamento a seguir bebiendo? Tu compañía realmente me gusta –. Esa proposición realmente lo sorprendió, se quedó pensando unos instantes y contestó un – sí, cómo no – no se le ocurría otra cosa, sabía que si hubiera dicho otra palabra hubiera hecho algo que podría haber lastimado a su precioso bajista.
Se dirigieron al auto del rubio fueron hasta su departamento; cuando entraron, el vocal se sentó y esperó a Reita quien no tardó en traer muchas - demasiadas, quizás- latas de cerveza.
– No crees que es mucho para una persona que vive sola? – dijo divertido mientras tomaba una lata y le agradecía.
– Puede ser – rió con gusto – pero es situaciones como esta es bueno tener –
Bebieron, bebieron y bebieron hasta que Ruki - bastante borracho – dijo:
– Nee, Reita-san, sabes que siempre me fijé en ti pero nunca me animé a hablarte, siempre con ese aire misterioso –
– Oh, así que Ruki estaba observándome – dijo también un borracho Akira – sabes qué? Realmente te ves muy sexy tomando y jodidamente atractivo – pronunció estas palabras sin dejar de observarlo fieramente, deseándolo.
– Pfff, qué dices? Aquí el único apetecible eres tú – se acercó atrevidamente al rostro de Reita, plantándole un fugaz beso en los labios para luego lamerse los suyos degustando los labios contrarios – dulce y embriagador – añadió.
Mierda…lo estaba provocando y lo encontró; rápidamente lo jaló hacia él y le plantó un beso suave, masajeando los labios del menor, quien le correspondía animadamente. Pronto, esos besos no eran suficientes, por lo que empezó a delinear los labios con su lengua pidiéndole permiso para entrar en la cavidad del vocal, el cual permitió que la lengua contraria inspeccionara todo a su paso hasta encontrarse con la suya iniciando así la pelea para saber quién cedía.
No tardó en ceder ante Reita y sus caricias, lentamente sentía más calor y buscaba más contacto físico. Reita se percató de esto y cortó abruptamente el apasionado beso entre ambos, el vocal lo miró intrigado y deseoso, por lo que lo agarró de la muñeca y lo llevó a su habitación y lo lanzó ahí, se posicionó sobre él comenzando a besarlo nuevamente para luego bajar a su cuello lamiendo y mordiendo todo a su paso.
– Mmmhg… – jadeó el vocal, tirando la cabeza hacia atrás para dejar más expuesto su fino cuello. Aprovechando esa posición, desprendió con fuerza la camisa del menor para encontrarse con el blanquecino pecho regado de lunares que subía y bajaba agitadamente.
Fue bajando hacia su pecho, lamiendo y succionando a su paso hasta que llegó a los pezones; allí se detuvo y con su lengua comenzó a delinear los mismos, una vez lubricados succionó y mordió el pezón erecto que tenía en su boca.
– Ahh… mm Akira… – salió de su boca un grito sin contener. Akira siguió inspeccionando el pálido cuerpo de Takanori con su lengua; del pecho fue dejando un camino de besos húmedos hasta llegar al vientre y entretenerse con el ombligo del mismo mientras que sus manos paseaban libremente por el cuerpo contrario inspeccionando todo a su paso, regalándole deliciosas caricias que solamente lograban despertar más la excitación y ansias de Ruki.
Una vez que se decidió a dejar de jugar con el ombligo, volvió a subir a su rostro uniendo sus labios de manera desesperada y fiera, mordiendo, succionando e inspeccionando todo. Sus manos estimulaban los pezones del vocal logrando que este gimiera en el beso.
– Ahmmm… Rei..tahh – gemía mientras levantaba las caderas en busca de contacto de sus partes íntimas.
– Veo que no puedes aguantar más castañito – sonrió lascivamente, así que procedió a masajear lentamente, como si fuese una caricia, la entrepierna del chibi por encima de los pantalones aún puestos.
– Akira…más fuerte…mmm – el pantalón realmente lo estaba matando y el de bandita no hacía nada para aliviarlo, así que decidió darle la misma lección. Tomó su rostro entre sus manos y le dio un beso mucho más voraz que los anteriores solamente para demostrarle que él también podía dominar si quisiera.
Esto a Akira lo tomó por sorpresa, de dónde rayos el enano había aprendido a besar así!?! Pensando esto y mucho más excitado por el beso, no se percató de que ahora él se encontraba debajo del menor.
– Así que te gusta jugar sucio eh?... – dijo el bajista tratando de recuperar el aire.
– Ya tan sorprendido solamente por un buen beso? – se acercó, delineó sus labios y se alejó sentándose en las caderas de Reita dejándolo con las ganas de otro de esos besos – Solamente te estoy haciendo pasar por lo mismo que yo Aki-chan – sonrió lascivamente antes de empezar el vaivén de caderas haciendo que los miembros chocaran entre sí
– Ahhgg mierda – jadeó Reita ante los movimientos del menor apretando sus caderas y dejando marca en ellas.
– Amm… ahhki… – gemía mientras aumentaba el movimiento y terminaba de desabrochar la camisa del de bandida.
– No ahhguanto m-más… te parto Takanori – y terminando de decir esto dio vuelta al menor y jaló sus pantalones hasta despojarlo totalmente de ellos teniendo para sí la imagen de un vocal totalmente excitado, sudado y jadeante debajo suyo.
Después de mirar esta escena con gula, apretó sin pudor el miembro del menor solamente cubierto por los bóxers rojos.
– AHHMM… m-máhhhs… – Al escuchar decir aquellos, prácticamente arrancó los bóxers y bajó hasta la entrepierna del menor para darle una gran lamida que al castaño lo tomó por sorpresa.
Takanori al sentir que la presión disminuía, ya que sus bóxers le fueron prácticamente desgarrados, dio un suspiro de satisfacción y alivio, pero lo que vino después lo tomó totalmente…
– Por Di.. AHH! – Reita se tragó el miembro entero y rebosante empezando un frenético sube y baja. Lamía, mordía un poco la punta sacando gemidos graves provenientes de un vocal totalmente cachondo. Con la mano libre comenzó a jugar estimulando los testículos del chibi.
– Uhh… un poco… más… rahh… rápido – tomó los mechones de Akira para profundizar las embestidas y aumentar el ritmo de la felación que le estaba haciendo el rubio, el cual aceptó gustoso el ritmo impuesto.
El castaño estaba en el tercer cielo, ya veía el orgasmo cerca hasta que de repente esa sensación se vio cortada. – Qué mier… – – Shhh… que lo mejor está por venir – susurró grave en su oído un Reita totalmente caliente, lo cual hizo estremecer al vocal, lamió y mordió el lóbulo del más bajo mientras desabrochaba sus pantalones y bajaba sus bóxers juntamente dejando libre la poderosa erección que tenía encima.
El menor escuchó el ruido de el cierre bajando, lo cual hizo que se estremezca más, sabía que la parte más excitante estaba cerca. El bajista seguía mordiendo su lóbulo y repartiendo besos en esa zona, luego fue bajando hasta las clavículas para morderlas y hacerle visibles chupones.
Ruki jadeaba, no daba más, lo quería sentir ya dentro suyo, quería sentir cómo lo embestía con fuerza y que ese miembro grande y rebosante lo partiera a la mitad si fuese posible. Tomó una de las manos del bajista y empezó a lamer los dedos de manera sugestiva, provocando que el otro se endureciera más si eso era posible ante la imagen que le estaba regalando el castaño. Apartó su mano de la boca de Takanori y fue directamente a su entrada metiendo el primer dígito, haciendo círculos con el mismo para que se acostumbrara, pero la respuesta del menor lo dejó totalmente descolocado.
– Mierda Akira, tómame de una puta vez y párteme a la mitad! – Ese comentario había terminado de mandar a volar la poca, si es que aún la poseía, cordura que le quedaba; ahora sí iba a probar al gran Suzuki Akira que no solamente era muy bueno con el bajo, sino también en la cama.
– Como tú digas – y habiendo terminado de decir esto, lo penetró de una sola vez, sintiendo como el anillo lo apretaba asfixiando deliciosamente su miembro y la calidez del interior de Takanori lo volvía loco.
– Ahh… qué… estrecho… delicioso – echaba la cabeza para atrás, tratando de asimilar la oleada de placer que recorría su cuerpo.
– Ahmmm… que grande... ahhh… muévete y rómpeme – dijo totalmente caliente y con la saliva escapando por la comisura de sus labios.
Al principio las estocadas fueron lentas, quería disfrutar lo más posible ese momento, además del hecho de que habían jugado mucho. Los gemidos por parte de ambos no se hicieron esperar y por ende las embestidas eran cada vez más fuertes tratando de encontrar ese punto que haría al vocal llegar a la nota más alta que pudiera. En una de las embestidas especialmente ruda que dio Reita pudo escuchar la nota que quería oír.
– AHH… ahí! Ahhhmmm… más…. Más duro….mmmhh… – Chau, eso era lo que necesitaba escuchar para mandar a la mierda la poca consciencia y delicadeza que le quedaba para terminar arremetiendo con todo contra el delgado cuerpo del menor que se retorcía del placer cada vez que su bajista golpeaba ese punto. Una embestida fue la que les avisó que el final estaba cerca…
– Ahhh joder Taka…Takaahh – gemía Reita sin contenerse, necesitaba hacerlo, tenía que sacar toda esa excitación que tenía atrapada en su cuerpo.
– Ammm Reita más duro, faltaaah poco – habiendo dicho esto comenzó a masturbarlo al ritmo de sus embestidas, la entraba del menor se contraía cada vez más rítmicamente haciendo que el bajista rozara las puertas del cielo. Poco falto para que después se corrieran juntos en un sonoro gemido que llevaba el nombre contrario.
– Ves… te lo dije, el único sexy y atractivo eres tú. – Dijo el bajista volviendo a besar esos labios de manera suave y tierna.
– Idiota, eso porque no ves las caras sensuales y provocativas que haces – rió para acomodarse mejor en el pecho de Akira. “Lo mismo va para ti, enano sensual” pensó Akira con una sonrisa a en sus labios con la cual se quedó dormido….
Fin del Flashback:
Había recordado todo lo que pasó la noche anterior sin dejar de sonreír y contemplar al “inocente” chico que tenía acostado a su lado. Sin poder resistir más, acarició sus mejillas y acomodó el pelo castaño que impedía que apreciara bien el hermoso rostro de la voz de su banda. Ante este contacto el de menor estatura se removió y fue despertando poco a poco, todavía no entendía nada ya que veía todo borroso, “quién está a mi lado?” se preguntaba, hasta que de repente todos los recuerdos le sobrevinieron a la memoria y se puso colorado como un tomate….se sentó rápido en la cama y quedó mirando a Reita de manera vergonzosa mientras que este lo miraba divertido.
– Buen día Taka…– la voz de Reita era ronca debido a que recién se levantaba y que la noche anterior estuvo ejercitándola bastante.
– Bu-buen día – respondió un avergonzado Ruki. Estaba a punto de pedirle disculpas por lo acontecido la noche anterior, que por favor se olvidara de todo lo que le había dicho ya que fue un desliz por lo borracho que estaba pero que en realidad él “no” sentía nada por el bajista.
– No tienes por qué ser tan tímido, ah, y no te preocupes por lo de anoche, no lo pienso olvidar y no estoy molesto contigo, estoy muy feliz de que me hayas dicho eso y que te quedaras en casa. – como si leyese el pensamiento del menor se acercó y lo abrazó fuertemente para que se tranquilizara y que sintiera de que realmente estaba feliz que no era mentira lo que le había dicho.
– Por favor, quédate conmigo hoy todo el día – susurró en su oído cosa que al menor le erizó los pelos de la nuca, pero habiéndole dicho así solamente pudo decir…
– Hai…–.