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Infiel por Ciel Phantom

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Notas del fanfic:

hace no se cuanto exactamente saque este fic, que se quedo por ahi, relegado al olvido, pero hoy dije.

ya estuvo bien, vamos a terminar todo lo que tenemos pendiente y vueala, ahi lo tiene.

borron y cuenta nueva.

por eso espero que le den un calido y recibimiento al nuevo y mejorado Infiel.

Atte: Ciel Phantomhive

Notas del capitulo:

Nada nuevo que agregar, aun sigo sin lo derechos de autor de kkm y mil disculpas por mi ausencia en esta categoria, espero un calido recibimiento y miles de comentarios.

Atte: Ciel Phantomhive

Infiel

 

Resumen:

¿Que había sido todo eso? Yuuri se sostuvo a la pared para no caer. Estaba shockeado. Gwenldal se casaba y Conrad ¿tenía un hijo? ¿Cuándo fue eso? ¿Por qué no se lo habían dicho? ¿Ellos solo cumplían un pedido de Shinou? Y sobre todo ¿en dos días terminaría su compromiso? ¿Por qué nadie se lo dijo?  Se sentía traicionado.

 

Capitulo 1 Encuentros

 

Como cada tarde Yuuri intentaba poner atención en sus clases de esgrima, con la espada en mano se preparaba para arremeter contra su padrino para así demostrar sus avances; Conrad por su parte lo miraba con su siempre perfecta sonrisa, se notaba a leguas y sin lugar a duda que Wolfram le había estado ayudando a practicar al rey, la pregunta era ¿en qué momento? Hasta donde él sabía su pequeño hermano últimamente estaba más ocupado que de costumbre, por ello aquella simple pregunta le alborotaba su a veces inexistente curiosidad porque el Patriota de Rutemberg trataba en lo posible de no se entrometerse en esa relación, evitando tener malos pensamientos y terminar con un serio trauma.

 

 —Veo que ha mejorado mucho. —Comenzó la conversación intentando sonsacarle información, no se quedaría con la duda, pues de paso si la respuesta era satisfactoria podía avanzar de esa misma forma en otras aéreas, como equitación y manejo de maryoku.

 

 —Nací para practicar este arte. —Contesto con algo de superioridad y arrogancia que lo único que buscaba era desviar la atención de su oponente.

 

—¿De verdad?  —El castaño entrecerró los ojos embelleciendo su sonrisa, el rey entendió que no podía engañarlo. —Está bien, Wolf me ha estado dando algunos consejos. —Se ruborizo. —Antes de ir a dormir… —Susurro lo último, le era penoso admitir que de un tiempo para acá se llevaba mejor con el rubio e incluso ahora platicaban durante varios minutos, metidos entre las sabanas las conversaciones se volvían intimas y las palabras cálidas. 

 

Ya se lo suponía, Conrad amplió su sonrisa antes que de un solo movimiento desarmara a su rey, el movimiento anterior de esquive era uno que Wolfram siendo aun cadete invento para contrarrestar su avance siempre había sido un buen espadachín

 

—Conrad. —El nombrado salió de su divagación para mirlo, ese tono empleado al llamarlo era nueva. —¿Cómo puedes saber si alguien te gusta más qué...? —Su cara se torno más roja que la sangre. —No, no nada olvídalo déjalo así no contestes. —Echo a correr como loco.  —Es mas ya me voy gracias por tu tiempo. —Soltó al vuelo ya casi en la puerta del Pacto de Sangre

 

El León grito el nombre del pelinegro antes de que el chico se perdiera de vista, el rey solo se detuvo sin darle la cara.

 

—Solo debes verlo a la cara y lo sabrás. —Yuuri entro aun mas rápido al castillo y el castaño rio bajito, su ahijado era tan trasparente, si tuviera que contestar esa pregunta la respuesta seria tan parca como acertada. “Si, estas enamorado de mi hermano”. Pero no podía decirle eso, porque era parte de la belleza de crecer y madurar

Caminaba sin ver, agachado y contando sus pasos, lo único que deseaba era evaporar el color rojo de su rostro, es más, quería volverse avestruz y enterrar su cabeza lo que le restara de su vida, muy bien eso era algo exagerado, pero igual y no estaba lejos de la verdad. Choco contra algo o alguien y su trasero en el suelo le indico que fue lo bastante fuerte como para lanzar  también a la otra persona.

 

La exclamación hizo al rey mirara a quien de forma exagerada le pedía disculpas. Un joven de aparentemente unos diecinueve o veinte años de edad le daba la mano ¿Quién era? jamás en su vida lo había visto.

 

Su amabilidad le impedía aceptar del todo la escusa, había sido él quien por distraído propicio el altercado por eso el pelinegro sobándose la cabeza y tomando la fuerte mano del chico también comenzó a disculparse.

 

—¡Oh! Pero que modales los míos, Majestad déjeme presentarme.  —E hizo una reverencia.  —Mi nombre es Lord Von Radford Lear. 

 

Yuuri rápidamente encontró el parecido con el hombre tan intimidador que llevaba ese apellido y formaba parte de las cabezas de las diez familias nobles de Shin Makoku, el joven delante de él lo miraba con sus ojos de  un azul petróleo profundo y enmarcados por una piel blanca, sin despreciar para nada esa melena de cabello de color negro azulado atada en coleta baja y que llegaba un poco mas debajo de los hombros.

 

Yuuri exclamo contestando con gesto algo tentativo que conocía a su padre, pues claro que lo conocía, como no hacerlo, sus ojos de ese mismo color azul petróleo lo miraban feo en cada reunión.  

 

—Me da gusto que lo recuerde. —Sonrió Lear divertido por el gesto agrio en la cara del rey. —Nunca pensé tener el honor de hablar con usted en persona, es todo un honor majestad, solo  tengo que entregara estos dictámenes con Von Voltaire y me retirare, así que con su permiso.

 

 A Yuuri no le gustaba que lo trataran tan formal pero pedir que lo llamara por su nombre cuando se acaban de conocer iba en contra incluso de las tradiciones niponas, tampoco podía decirle que le llamara por su apellido, podría ofenderse, aunque después de compartir el pan sería más fácil, por ello y con todas las buenas intenciones que suelen con las que suelen ir cargadas las palabras y acciones del pelinegro lo invito a compartir la merienda con ellos, sonriendo a más no poder al revivir una afirmación rotunda y un agradecimiento por parte del joven quien dio otra inclinación y se marcho rumbo hacia la oficina del general.

 

—Será un placer departir con la familia real.

 

 

 

Familia real.

 

Esa era la frase que a Yuuri le tenía rondando en la cabeza. Salió al jardín trasero encontrándose con un Wolfram que como buen padre enseñaba a Greta a usar la espada, la niña sonreía y hacia embistes ofensivos; él se recargo en uno de los postes y miro la escena; el rubio se veía tan tierno.

 

El príncipe levanto la mirada y noto a Yuuri dedicándole de inmediato una sonrisa deslumbrante, de esas que notaba estaban reservadas solo para él y Greta.  Yuuri devolvió con creses el gesto, asustándose un segundo después cuando su hija aprovechando el descuido se había lanzado con todo su peso derribando al rubio, padre e hija se miraron para comenzar a reían sobre la suave hierba, Wolfram no desaprovecho el momento para hacerle cosquillas “castigándola” por ser alevosa.

 

Yuuri los observaba divertido, hasta que la voz risueña de Greta grito por su ayuda, entonces sin pensarlo se abalanzo contra el atacante de su hija, Wolf reía sin parar intentando defenderse mientras continuaba con su ataque a Greta cosa inútil teniendo a Yuuri sobre él, Yuuri por su parte ahí tirado en el suelo dando vuelas junto a esos dos lo supo esa era su familia, su hermosa familia.

 

Gunter carraspeo con la garganta un poco para que notaran su presencia, los tres levantaron la cabeza mirándolo, el consejero se limito a anunciar la merienda. Los tres asintieron poniéndose de pie y sacudiéndose la hierba dedicándose de vez en vez miradas cómplices, como si con ellas dieran solo una tregua que terminaría a la hora de dormir porque la cama era amplia y las almohadas buenas armas de combate.

 

 

 

 

En la mesa había sido colocado un puesto mas y aunque Wolfram lo noto no dijo absolutamente nada, estaba contento y no le apetecía arruinar esa aura de tranquilidad que respiraban últimamente. Greta le pidió que le enseñara a pintar dando pie a la conversación en la mesa. Su intención era contestar algo como “claro Greta una dama debe saber apreciar el arte” pero Yuuri se le adelanto.

 

—Mejor te pago unas clases.  —Yuuri no tenía ganas de ver los cuadros de Wolfram ser reproducidos por su hija o terminar haciendo de modelo también para ella, sinceramente odiaba permanecer incontables horas sin poder moverse y aguantando el hediondo olor de los excrementos de los osos abeja.

 

—Enclenque metiche ella me lo pidió a mí. —Grito dándole un coscorrón en la cabeza, un gesto bastante habitual y que hizo reír a más de uno en la mesa.

 

—Pero Wolf admite que no eres muy bueno para… —Y su alegato se quedo ahí por la entrada imprevista del Gwenldal.

 

—Disculpen la tardanza. —Dijo su regente tomando asiento.

 

—¡¡Ah!! Gwenldal —Sonrió feliz Yuuri ahora tendría un aliado, seguramente el general estaría de acuerdo con él. —Verdad que es mejor que…

 

—Sus majestades – el joven de cabello negro azulado hizo una reverencia, Yuuri se apeno ya se había olvidado que lo invito a cenar.

 

—¡¡Oh!! Wolf te presento a Lord Von Radford Lear. —Como marcaba el protocolo se coloco en pie indicándole con la mano el puesto delante de su prometido.

 

 

 

—Lear. —Gimió el rubio tan pálido como una hoja de papel.

 

—Mucho tiempo sin vernos Lord Von Bielefeld, sigue siendo igual de exquisito a la vista. —Yuuri no era tonto, podía ver un brillo extraño dedicado a su prometido incomodándolo tanto a él como a Wolfram.

 

—¿Wolf pasa algo? —Pregunto poniéndose cerca de él como si con esa simple acción impusiera su presencia, y algo de seguridad al príncipe demonio.

 

—No nada.  —Contesto sin bajar la mirada. —Si tiene razón a sido mucho tiempo sin vernos. —Educadamente regreso a su calma habitual restándole importancia.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Nos leemos en siguiente cap.

Dejen comentarios o mueran en el intento.


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