¡Madre santa! Que frio el que hace a estas horas. No es que sea por el calentador del cuarto, o porque un niño con su pelo anaranjado me tuvo sudando el estómago durante toda la noche. Es muy simple en realidad, aquí y en todas partes hace demasiado frio a las 5 y 30 de la mañana. No demore nada en salir de la cama, ponerme mi uniforme de entrenamiento viejo y salir del cuarto. Eso sí… Llevo más de 5 minutos tratando de adaptarme a este clima pero…
Entro de nuevo y saco el buzo gris que estaba en mi valija; era el que usaba para ir al colegio en las mañanas y me recuerda a casa. Salgo de nuevo y antes de que el frio me vuelva a impedir que camine, lo hago y comienzo a bajar las escaleras… intentando calentarme metiendo mis brazos por entre mi camiseta.
Esta todo tan solo que hasta me da miedo. El sonido de mis pisadas genera un ruido que empieza a sonar a lo lejos, escucho su eco. Las luces están apagadas, pero la mañana hace suficiente luz para ver por donde camino y hacia dónde voy. Cuando llego a la entrada del Bloque veo todo azul oscuro… sonara raro, pero no está ni de día con el sol; ni de noche con el cielo oscuro… esta azul oscuro. Todo lo que veo es soledad, silencio y… grillos jaja, escucho muchos grillos. Me sonrió para mí mismo, hasta en este lugar hacen ruido esos bichos cansones jaja. Prosigo mi camino con las rodillas y parte de los muslos recibiendo una brisa que los ponían a temblar.
Acelero el paso intentando calentarme, cuando el fin veo a alguien moviéndose en ese gran azul oscuro. No debo seguirlo para saber que nos dirigimos al mismo lugar ¿O quien más entrenaría a esta hora? No tardo en ver el campo de césped. Debo decir que nunca había visto uno a estas horas, se ve algo sombrío y tétrico… aunque después de unos minutos corriendo, sería como cualquier campo normal. Veo varias sombras en una esquina… dudo un momento en si seré bien recibido, pero avanzo firmemente hacia ellos. Si ya me he levantado y he aguanto este camino… sería un tonto si no…
-Oye ¿Tu qué haces aquí? –mi cuerpo se paralizo del susto. Esa voz me hizo erizar los pelos y pensar en que me pasaría lo peor -¿No eres muy pequeño para estar aquí a estas horas? –no me había girado, no quería verle la cara, no sabía que explicar… bueno si lo sabía, pero… pero… no sé qué… - Oye ¿Estas bien? Pareces tembla… -y entonces me puso frente a frente con el que casi había hecho que mojara mis pantalones. Con una gorra blanca vi la cara de Taichi, que estaba tan sorprendido como yo de vernos la cara de nuevo.
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-¡Tommy!! ¡Viniste!! –me saludo Yoshitory bastante animado. Estaba tan despeinado que parecía un vagabundo, su sonrisa amplia me mostraba su cicatriz en su mejilla - ¿Qué te parece el clima? ¿Es agradable no crees? –dijo irónicamente, todos a su alrededor se rieron.
-Muy agradable –respondí, correspondiendo su saludo con una sonrisa. Mis dientes temblaron de frio en ese momento, a lo cual sonrió y me abrazo calurosamente.
-Ya te acostumbraras –me calentó con sus manos mis mejillas, que estaban rosadas por el viento que las golpeaba – El entrenar en estas condiciones nos fortalece para ganar. ¡¡OIGAN TODOS!! –Grito llamando la atención de todos – ¡Él es Tommy! Ya saben… el que se enfrentó con el calvo Mizuo –no sé porque… pero me estoy avergonzando de ser el centro de atención. Sentía ojos de asombro, de sorpresa y también de desprecio.
-Pero no parece tan fuerte-
-Escuche que era rubio-
-¿Es él? Es muy niño para estar aquí ¿No creen? –
Se escuchaban murmullos en todas direcciones, todavía estaba siendo atrapado por Yoshi, cuya fuerza no podria superar. Al fin me solté para encontrarme cara a cara con un señor alto muy musculoso que ya conocía.
-¡HIMMYY!! ¿QUE HACES EN ESTA PRÁCTICA? – Grito con su tono habitual mi buen amigo el entrenador. El amo y señor de la clase de deportes de mi salón estaba frente a mí con esa cara de enfado que, aunque solo la he visto una vez… jamás de los jamases la iba a olvidar.
Debo Ser…
XVI. Como si empezara a Preocuparme.
La vida es increíble ¿No creen? Sorprendente, inexplicable y a veces… una maldita porque… Es algo interesante darse cuenta de que algunas personas no nacen para estar juntos, ya saben, por más que se buscan y se juntan, el destino los separa de formas increíbles. Pero también está el caso en que el destino te manda una carga pesada que te dificulta el camino por la vida; Esta carga, piénselo como lo piensen se manifiesta de diferentes formas y situaciones… pero jamás tenemos claro que es esa dificulta, y porque rayos aprieta el actuar normal de nosotros, nos hace actuar diferentes, nos cambia internamente.
Lamentablemente; Aunque algunos lo podrían considerar bueno el saber que causa sus dificultades. Yo, de primera impresión me he dado cuenta de lo que una persona puede llegar a generar dentro de mí. No se confundan, no es nada sentimental ni agraciado… simplemente es el desahogo de todo lo malo que puede salir de mi.
Se llama Shun Wolf, es un militar retirado del ejército alemán. Que combatió en hace algunos años en la frontera contra grupos radicales Austriacos en Europa. Y ese individuo es justamente quien da la clase de deportes en mi salón, y gracias al destino de la vida… es el primer entrenador del equipo del instituto. A quien acabo de conocer gracias a su asistente técnico: Taichi Yagami.
¿Cómo se todo eso? Jaja les parecerá algo gracioso, pero cuando eres nuevo no siempre te tratan bien en todos los lugares que pretendes visitar. Mi amigo el entrenador, me puso a prueba durante casi los 70 minutos del entrenamiento. Y ordeno a Yagami que dirigiera la prueba de iniciación para el “Pequeño” que quería entrenar con los grandes. Allí, durante casi una hora me permití escuchar varias cosas sobre el jefe de la práctica.
-¿Todavía quieres estar aquí? –me pregunto Taichi una vez.
-Claro… Lo que sea por estar en el equipo –dije casado. El ejercicio de turno era cargar unos balones muy pesados de un lado a otro y después saltar con ellos sobre la cabeza. A pesar de estar sudando, el frio que no avistaba el sol hacia que se hiciera cada vez más difícil saltar.
- Pero te falta mucho para que te deje estar en el equipo. Si todos aquí son de 15 para arriba y tú tienes 12 –me respondía preocupado –además hay un equipo para los de tu edad –
-Tengo 13 tonto… aahh… -en un esfuerzo por saltar, el peso del balón me había hecho perder el equilibrio y caer a la manga fría como el hielo – ¿Hay un equipo más joven? No lo sabía, donde… -
-¡HIMMY NO TE VEO CORRER!! –Escuche un grito a lo lejos - ¡VAMOSSSS! ¿YA TE CANSASTE NIÑO?
-Pero Taichi me dijo que hiciera esto… -respondí suspirando.
-No le respondasss –dijo Taichi mirándome preocupado.
-¡¿QUE DIJISTE?! –rugió de forma espeluznante y empezó a acercarse rápidamente. Parecía un espectro que me quería devorar, con ese cabello canoso y esa mirada helada –NO QUIERES CORRER ¿ES ESO? –
-No… es que Taichi me puso… -balbuceaba normalmente sin mirarlo.
-MIRAME LA CARA CUANDO HABLAS COMO NIÑA, HIMMY-rugió asustándome. Tuve que mirar esos ojos intimidantes y ese cuerpo de mastodonte – ¡CORRE! –ordeno señalando una portería –¡QUE CORRAS TE DIGO! –
-Pero estaba haciendo… -
-YAGAMI VIGILA EL ENTRENAMIENTO –ordeno con rudeza –ESTE NIÑO ES MIO –vi una sonrisa brillante en su rostro escalofriante –HIMMY, ¡QUIERO VERTE CORRER! ¡AHORAAAA! –rugio más fuerte que nunca. Yo obedecí por temor a que me mordiera, pues su boca estaba tan abierta, que por sus gritos se parecía un oso con hambre.
Ante las risas y burlas del resto del grupo, que estaban haciendo espacio reducido ante las ordenes de Taichi. Me puse en tarea de trotar alrededor del campo con el entrenador Wolf pisándome los talones a cada momento. “Corre” “Mi abuela es más rápida” “Pareces camello”; Era lo que se animaba a gritar el entrenador justo detrás de mí. Pensaría que era para darme alientos, pero la verdad es que era una imposición de ese viejo hacia mi ¿Tan mal le caigo?
Después de casi 30 minutos de gritos, acosos y empujones de ese mastodonte. Me dio la oportunidad de participar en el entrenamiento… claro, según él: recoger los discos, organizar los conos y contar los balones, era parte esencial de mi entrenamiento.
-SI QUIERES REGRESAR AQUÍ, TE ESPERARE EL MARTES –dijo antes de marcharse hacia en gimnasio con todos los demás. Mientras que Taichi y yo teníamos que guardar el material del equipo.
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-Le agradas –dijo el castaño mientras ponía el candado de seguridad.
-¿En serio? –Dijo con todo el sarcasmo que pude expresar – Y ¿Porque soy tan privilegiado? Jaja –reí irónicamente.
-Llevo 6 años conociéndolo y no supe de alguien a quien se le memorizara el nombre tan rápido –dijo intrigado -¿Ya lo conocías? O ¿Se habían visto antes? –lo que decía tenía mucho sentido ¿Cómo se aprendió tan rápido mi nombre? Si nadie lo había hecho tan rápido.
-Jamás lo había visto, ni siquiera lo reconozco –dije serio –pero parece que mi apellido le suena muy familiar… si se mantiene gritándolo –
-Jaja al menos te conoce –dijo el castaño sonriendo –A mí me dio clases 3 años seguidos y solo me conoció cuando me gradué y empecé a trabajar en la escuela ayudándole. Ni siquiera recuerda que yo fui su goleador los últimos dos años –agrego resignado pero después sonrió – así que ya te conoce, y por lo que veo te dejara entrenar aquí –
-¿En serio? Seria genial no solo ser él recoge balones –me anime un poco.
-Jaja oye no están malo, aunque si debes soportarlo siempre y todos sus gritos… –se sobo los oídos -…pero con el tiempo te acostumbras. Además vale la pena –
-jaja espero que tengas razón, porque él es mi profesor de deportes –dije sobándome la mejilla mientras me reía de mi pena, más gritos para mí –Por cierto puedo preguntarte algo –
-Claro, dime “Tommy” –sonrió al usar el diminutivo, aunque se ve que está pensado algo raro.
-MMM Ahora todos me llamaran así –reproche entre dientes el apodo que me había dejado colocar, parecía gruñendo - ¿En que trabajas aquí? Eres profesor… entrenador… O ¿También ayudas con el aseo? Jaja –puse cara divertida, aunque a él no le hizo mucha gracia.
- Jaja Que gracioso. La verdad es que no soy bueno estudiando, así que apenas alcance a graduarme de aquí. No quise ir a la universidad pues no tenía para pagarla, y además no tengo a donde ir –sonrió tristemente –Así que me quede aquí; como fui el goleador del equipo mis dos últimos años, me colocaron de asistente del entrenador y me permitieron dar clase de deportes a algunos grados menores, como el de tu hermano el pelirrojo. Además voy a la ciudad a hacer compras y vueltas y esas cosas –su semblante era triste- pero no puedo quejarme… me fue bien –
- A que te refi… -
-Rayos, mira la hora –se exalto de repente. Era la hora del desayuno… -No llegues tarde a las clases, el jefe no lo permite jaja No querrás que te grite –
-Más de lo que ya me grita es imposible jaja –nos reímos ante mi respuesta. De todas maneras me va a gritar cuando me vea en deportes, lo sé.
-Jaja si ves, ya te acostumbraste jaja – me volvió la mano despidiéndose y comenzó a alejarse – Recuerdas la tarjeta roja que te di –asentí. La tenía guardada entre mis cosas… o eso creía– Siempre llévala contigo pero no se la muestres a nadie, te será útil cuando de verdad la necesites –y se dio la vuelta.
-¿Para qué sirve eso? – pregunte toscamente.
-Para ser importante –respondió antes de cruzar la esquina del almacén donde estábamos y perderse de vista. Sin esperar mucho camine en la misma dirección, vi la entrada del coliseo ahí al ladito y sonreí ligeramente al pensar en lo que habíamos hablado. ¿El entrenador me conoce?
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Me la pase todas las clases de la mañana pensando en la historia de Taichi y en su pasado. Tanto así, que había borrado esa sonrisa tonta que siempre me hacía enojar. Cuando hablaba de su pasado, el castaño despeinado se llenaba de penumbra y sentía como si intentara contagiármela. Pero no es al único que le cae mal a su alma el recordar las cosas que se vivieron, soy un vivo ejemplo de ello. Aunque si lo pienso bien, en los últimos días no he tenido sueños o breves recuerdos de mi pasado ¿Sera que estoy muy a gusto en este lugar? ¿O es porque no ha pasado nada que tenga parecido con lo que me ha traumado? ¿O será porque los recuerdos solo vuelven cuando necesites sentir dolor?
-Joven, ya que lo veo tan interesado en la clase lo invito a que me diga ¿Cuál fue el detonante de la primera guerra mundial? –la profesora de historia interrumpió mi momento de reflexión. Una señora bastante vieja y canosa que se paraba en el pizarrón a escribir jeroglíficos que nadie entendía, golpeaba el mapa que había colgado con dureza para llamar la atención. Debes en cuando le gustaba atormentar a los estudiantes con grotescas miradas arrugadas -¿Y bien? Sabe algo o debo enviarlo donde al coordinador para que le diga a él. Señor desconocido – sonreía de forma asquerosa… intente no mirar su cara.
-Pues profesora si se refiere a la situación por la cual empezó la guerra, debo mencionar que fue el asesinato del archiduque serbio a manos de militares austriacos –dije sonriendo sin mirarla fijamente, aunque por su silencio había quedado perpleja de que supiera la respuesta.
- Muy bien… pero la… -escuche que alzaba la voz cuando.
-Tiene razón, la situación por la que se desato todo fue por lo que le mencione; Pero según la historia, los países europeos durante las anteriores décadas habían tenido conflictos económicos, políticos y religiosos, sobre todo los países que luchaban por expandir sus colonias en África. –interrumpí bruscamente. Hablaba con libertad, sin balbucear y con plena seguridad de lo que decía –Esto llevo a que hubiera una gran tensión para 1914, y la muerte de este personaje del cual no recuerdo el nombre, sirvió para saldar esos sentimientos nacionalistas entre los estados, provocando así una de las batallas más bélicas en la historia de la humanidad –respire hondo después de ese discurso – perdón por interrumpirla –sonreí haciendo una reverencia.
No lo había notado, pero todos miraban hacia la esquina donde yo estaba sentado. La mayoría me miraba completamente perplejos, los otros reflejaban miradas de envidia. Sentía como la mirada anciana de la profesora se posaba sobre mí, no quería voltear y encontrarme con una mirada de regaño, por eso simplemente me dedique a mirar al tablero haciéndome el tonto.
-Muy bien, entonces continuemos… -dijo finalmente la profesora dejándome en paz y siguiendo con su clase –
Me siento súper alto. Han sentido que hacen algo muy bien que llama la atención de mucha gente y se sienten orgullosos y hasta se sonrojan que los miren tanto. ¡Me siento! así. Me siento importante por responder de esa manera una pregunta bastante complicada, realizada por una profesora que parece que es de las que pega reglazos. Tal es ese sentimiento que no puedo volver a pensar en lo que estaba reflexionando… me dedico a prestar atención a la clase, pues es lo único que puedo hacer.
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-Joven. ¡Quédese un momento! –Me reprimió la profesora apenas sonó el timbre para el receso –Ya sé que es nuevo ¿Cómo se llama? – pregunto con voz dulce.
-Tomoky –respondí algo tembloroso ¿Me castigara?
-Muy bien ¿Dónde aprendiste tanto? –Me sorprendió la pregunta – No es normal que alguien responda con tanta seguridad esto… -la mire disperso ¿A qué se refiere? -… Llevo enseñando historia más de 50 años, y jamás me habían respondido de esta manera, ni siquiera en este instituto tan “aclamado” –cambio un poco su voz cuando menciono aclamado, como si fuera sarcasmo – ¿De dónde vienes? ¿Quién te enseño de tal manera la historia? –pregunto incesante…
-Mi madre estudio historia, ella me contaba cosas a veces –respondí con aire deprimido.
-Entiendo ¿Y a ti te gusta la historia? –mirándome fijamente –
-Pues… no se me dificulta. A veces saber sobre las cosas que pasaron es genial-sonreí abiertamente. Si había algo sobre lo que lo que me gustara estudiar era la historia; las matemáticas y las otras materias no se comparaban con esta. Saber los hechos, las batallas, las muertes, los descubrimientos… era lo mejor que tenía para hacer en la escuela.
-Está bien. Puedes irte Tomoky –dijo serenamente – Pero espero no volverte a ver tan perdido en mi clase –me reprimió con su mirada y después sonrió -Yo sé que será interesante tenerte con nosotros-
-Gracias –hice una reverencia y salí del salón rápidamente, pues el receso ya se iba a acabar –
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- ¡¡Hermano!! ¡Aquí! –Escuche a Rei, que estaba parado en su silla saludándome.
Yo le respondí el saludo abiertamente mientras camino por el comedor. Es la hora de almuerzo y como solo falta dos clases para quedar libres del horario escolar, se nota que hay mucho ánimo por acabar la semana. ¿Me pregunto qué harán un fin de semana en este lugar? ¿Habrá actividades lúdicas o es libre todo el día?
-Hola a todos –salude a los que estaban en la mesa. Estaba Rei, que me abrazo sofocándome como si hubiera pasado mucho tiempo desde que nos vimos; Los gemelos bebían un líquido verde limón mientras hablaban entre sí, se notaba que les gustaba pues había varios pares de vasos sobre la mesa; Y sorpresivamente Fuko me saludaba mientras comía su sopa de tomate –Es raro verte por aquí jaja-
-Fuko se encontró con él en la fila y entonces me invito a sentarme aquí-señalo a Rei – Fuko dijo que no, pero es demasiado problemático… así que dije que si -respondió serio mientras se metía otra cucharada a la boca.
-No soy problemático ¡Quería que te sentaras con nosotros tonto!! –resoplo Rei inflando los cachetes he intentado no mirar al peliblanco – entonces no volveré a invitar al tonto que tiene nombre de niña a nada… UUUHH –ese puchero al final me causo algo de risa por la forma en que lo hizo. Resalto sus mejillas rosadas jaja
-¡Que no es un nombre de niña! –Dijo Fuko levantándose con una cara enojada – Fuko es un nombre de niño también… ¡Enano Naranja!! –tenía una arruga de enojo en su frente.
-¿Enano quién? –Rei se levantó y confronto a Fuko, solo le llegaba a los hombros-
-No es obvio jaja mírate hasta donde llegas –coloco su mano sobre sus hombros, que era justo la máxima altura de Rei – ¡Ni comiendo naranjas me alcanzaras JAJA!!–
Note como los gemelos disfrutaban ver la confrontación entre ellos dos. Debo admitirlo, ver a dos amigos insultarse y mirarse de esa forma era algo cómico, hasta ellos mismos se reían cuando insultaban al otro…
-Demuéstrame cuan hombre eres… niña-
-Deja de decirme así… pervertido. No me toques ahí –Los de la mesa estábamos mirando una escena algo… anormal. Rei estaba tocando la zona intima de Fuko… estaba manoseándolo, como si buscara algo.
-¿Te da pena? ¿O es que no eres hombre y no tienes? –AAAHHH no podía creer que esas palabras salieran de la boca de Reisuke. Koji, Daji y yo teníamos la boca abierta de la sorpresa que nos llevamos –Demuéstrame que no eres niña… -
-Ya está bien…-empujo a Rei para alejarse de el – Te demostrare cuan duro pego –empuño su mano amenazando a Rei.
-Lo veremos jaja –se reía Rei.
Justo al mismo tiempo en que el peli anaranjado termino de reírse fingidamente. Los dos se sentaron y continuaron comiendo como si nada hubiera pasado. Al mirarlos, sentía como me caía una gota por la cabeza al pensar: “Si se caen tan mal ¿Por qué no se van de la mesa y ya?” JAJA. Esto demuestra cuán fuerte se ha vuelto su amistad, pelean a muerte y aun así son capaces de sentarse en la misma mesa. Sonrió a ver como se lanzan miradas amenazantes.
-Parece que se formara una rivalidad –dije sentándome por fin a comer. Los gemelos me miraron afirmando lo que decía y riéndose de lo infantil que se portaban esos dos.
La sopa de tomate estaba algo picante, pero me gusto al igual que la cosa que tenía carne en el otro plato, aunque no sé qué era: Tenia carne, cebolla y creo que maíz. El líquido verde era limonada; Ahora entendía porque los gemelos bebieron tantos vasos, está realmente refrescante. Koji se había levantado y había traído tres vasos más con el líquido.
-¿Cómo le haces para repetir? –pregunte curioso. Ya había más de 12 vasos vacíos sobre la mesa.
-Koji conoce a muchos empleados de aquí –dijo Daji bebiendo el vaso que su hermano le había entregado.
-¿En serio?-me sorprendí.
-Si… AAHH que deliciosa es la limonada que hacen aquí –suspiro después de beberse el vaso de una sola vez – Como me castigan tanto, el “Sumo importantísimo Mizuo” me obliga a hacer servicio social como ayudando a muchos de los empleados del instituto –lo miraba atento –He ayudado en la cocina lavando platos, he limpiado las duchas en la tarde, y a veces me ha tocado acompañar al vigilante a hacer las rondas… aunque me gusta eso, pues no te imaginas cuán grande es este lugar… –dijo con brillo en los ojos.
-Cuando vimos que hoy había limonada, Koji uso sus contactos para que le dieran más –interrumpió Daji –Sabes, es bueno tener un hermano así – y le toco la cabeza despeinándolo.
-Hablando de hermanos ¿Saben dónde está Konu? –Se me ocurrió de repente ¿Por qué no lo había pensado antes? ¿Por qué Konu no está con nosotros? – ¿Alguien sabe si esta con algún amigo? Es raro que no haya venido a almorzar –
-Yo lo vi –afirmo Fuko mientras comía el dulce que venía en la bandeja del almuerzo –Estaba en la entrada con un niño de gafas cuando yo llegue, pensé que era su amigo así que lo salude y entre a almorzar -¿De gafas? El único que conozco que usa gafas es…
-¿Alguien más lo vio? –pregunte intrigado.
-Hoy antes de salir para clases… -Rei con un dedo en la boca, nos dejaba pensativos a todos -…vi que estaba hablando con Keijo. Estaban hablando de niñas creo, pero el hermano Konu se reía de todo lo que él le decía –Respiraba cortadamente, la preocupación me invadida y la cara atontada de Rei no me ayudaba a relajarme.
– ¿Sabes si ayer Konu estuvo con Keijo? –pregunte poniéndome de pie… creo que estaba alterado. Por mi mente se atravesaban varios pensamientos - ¡¿Alguno de ustedes sabe?! –me referí a los demás… preocupándome aún más por el silencio que guardaban.
-Ayer antes de ir a entrenar le dije que lo esperaba, y él me respondió que me adelantara que él llegaba solo –dijo Daji con cara de preocupación –No sé si estuvo con Keijo y tampoco me pareció sospechoso en ese momento, pero ahora que lo mencionas… ese Keijo nunca me ha caído bien –
-¿Crees que Keijo quiere hacerle algo malo a Konu? –Pregunto Koji de repente –No podría ser que quieran ser buenos amigos-
-¡¡Vamos Koji!! ¿Keijo haciendo amigos? –Recrimino su hermano –Hemos estado con el 3 meses y conocemos su forma de pensar, viste como trataba a Reisuke; Además se peleaba con… -
-¡DAJII!-le callo Koji. Hubo un choque de miradas entre los dos que pensaba que era sin sentido.
-¿Con quién se peleaba? ¿A quién te refieres? –pregunte serio. Porque no sabía de eso, si ese alguien peleaba con Keijo, y lo conocen los gemelos… ¿Qué rayos me esconden? - ¿DE QUIEN HABLAS? –Grite enojado llamando la atención del comedor.
-SSHHH baja voz –dijo Daji tranquilamente, mirándome de la misma forma que lo hizo la primera vez que lo vi, espeluznante. Tenía esos ojos, con los que un león asecha su presa; pero sonreía como si estuviera disfrutando algo… me erizaba las manos veros así –No tienes que gritar para saber la verdad –
Me volví a sentar repentinamente. No sé si su respuesta me hizo calmarme, o fue su mirada que advertía algún peligro… el caso es que de repente no pude gritar por más que quisiera. Quería saber dónde estaba Konu y de quien hablaban hace un momento, pero no era capaz de soltar la lengua.
-Lo siento –dije muy apenado cuando ya nadie se fijaba en nosotros- Es que estoy preocupado por…-
-Todos lo estamos –interrumpió bruscamente Koji al mismo tiempo- Crees que después de esta semana podríamos olvidar todo lo que ha cambiado. Ahora nos ayudamos entre todos y somos más unidos como grupo, jamás habíamos sentido tanta amistad con alguien –señalo a su hermano y a él; Luego sonrió –Nada le pasara a Konu ni a ti mientras estemos aquí, créelo de verdad –
-¿Y Reisuke que? –pregunto el peli naranjado algo triste.
-Si Rei, tú también –afirmo Daji.
-¡EEHH Que bien! –Se exalto Rei, parecía celebrando un gol - ¿Por qué no le quieren contar a mi hermano sobre Johan y el otro? –pregunto confundido.
-Lo sabía. Antes de que nosotros llegáramos había 6 niños como siempre ¿Cierto? –Afirme sorpresivamente, aunque después de lo que había dicho Daji lo tuve que deducir. Keijo se peleaba con los anteriores miembros del dormitorio también.
Los gemelos se miraban tensamente ante lo que Rei había revelado. Seguro estarían pensado en si contarme o no. Pero por su forma de intentar negarlo, podría atreverme a pensar que alguien les advirtió que no dijeran nada o… en realidad no debían decir nada.
-Correcto. Antes de que ustedes llegaran habían otros dos niños en el 404: Johan y Erin –hablo Daji después de casi un minuto de mirarse con su hermano – Ellos se fueron 2 semanas antes de que ustedes llegaran y…
-HHOLAAAAA –escuche una voz familiar – ¿Cómo están todos? ¡Hola hermano! –Konu brindado un saludo largo y se había sentado a la mesa sonriéndome como siempre - ¿Por qué esas caras?-
- ¿Estábamos preocupados por ti? –Dije desesperado después de comprender la sorpresa -¿Dónde estabas? No me avisaste que comerías con alguien… estaba a punto de salir corriendo a buscarte – lo mire enojado.
-Es que Keijo me invito a conocer un lugar, y como me trato tan bien ayer decidí acompañarlo… –abrí los ojos de par en par ¿Dónde lo habrá llevado? ¿Ayer? –…vimos la piscina sabes, no sabía que aquí había piscina.
-Entonces ¿No te hizo nada?-pregunto Koji mirándolo fijamente.
-Me presento a unos chicos del club de natación, diciendo que yo era quien había actuado tan valientemente ante esos tontos que vigilan –se veía orgulloso al decir eso –Me invitaron a nadar mañana en la tarde… y aaa claro, me regalo esta cosa –saco de su bolsillo un aparato blanco algo pequeño y unos audífonos –dijo que era un regalo de bienvenida de parte de suya ¿Se ve genial no creen? –dijo presumiendo su aparato, debe ser un…
-Wow un Ipod, hace tiempo no veo uno –Menciono Fuko, quien había estado callado durante toda nuestra “pelea”, si le podemos llamar así. Se lo arrebato a Konu en un santiamén –Wow y es de los originales, y tiene mucha capacidad… y ya tiene canciones y todo, eres muy afortunado –le sonrió a Konu y se lo devolvió antes de que este se le tirara encima, que ya tenía cara de golpearlo por querer robarle su Ipuf o como se llame.
Tanto los gemelos como yo nos mirábamos secamente mientras Konu le presumía a Rei su nuevo juguete, sabíamos que aquí había algo raro… pues Keijo no era alguien muy amable que digamos; No le gustaban los niños ricos. Y sobre todo, no regalaría un Ipuf… y menos a alguien que apenas conoce. Por lo poco que desconfió de él, y por la forma en que me miraban sabía que tendríamos que tener una charla para hablar sobre el asunto. Sobre ¿Qué diablos está tramando Keijo? ¿Y porque Konu está en medio de todo esto?... Creo que debería contarles todo lo que vi el miércoles, porque ahora que lo pienso… tengo más preocupación que… JAJAJA esos dos pequeños se habían puesto un audífono cada uno y estaban moviendo la cabeza para arriba y para abajo al mismo tiempo jaja parecían rokeros.
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-Hola a todos, cuanto tiempo sin verlos –Apareció de repente cargando una caja y depositándola en el centro de la habitación – Hola Tomoky; Hola Konamu… hola los demás –dijo moviendo las manos tontamente saludando a mí a Konu especialmente –Espero que hayan tenido una gran primera semana de clases, lo cual me alegra mucho de verdad –se expresión denotaba su interés por nosotros. En su cara no había más que una sonrisa fingida.
-¿Qué haces aquí? –Pregunto Koji casi gruñendo.
-Soy el encargado de este dormitorio y puedo venir cuando quiera –dijo sonriendo toscamente –No empecemos de nuevo –
-¡Pero si nunca vienes! –Alcanzo a decir konu tristemente – Si eres el encargado ¿Por qué nunca vienes? –sonreí ante la pregunta del Pelirrojo, si le agradábamos a Takuya tanto como pensaba… le respondería a Konu –Apenas te he visto hoy después de esta semana, ¡No te imaginas todo lo que nos ha pasado! –dijo emocionado.
- Es que he estado muy ocupado Konu, como me voy en penúltimo año tengo muchas cosas que hacer… –no estaba nervioso, ni se sobaba la cabeza buscando excusas. Parecía que por primera vez desde que lo conocí hablaba con seriedad - …Además si se lo que han pasado esta semana-
-¿En serio? –pregunto Konu animado.
- ¿Si? – dijo Koji irónicamente.
-SSHH, cállate tonto –le dijo Konu a Koji sacándole la lengua –No ves que quiero escuchar lo que dice –Alrededor de Koji se formó un aura oscura mientras él se sumía en la depresión. A Daji, Rei y a mí nos pareció algo nostálgico eso, mientras nos bajaba una gota algo grande por la mejilla. A Takuya también le sorprendió aquello.
- MMM bueno… -balbuceo mientras intentaba entender como un niño como Konu, había puesta casi al borde de tirarse por la ventana a Koji –Supe que están practicando Soccer con alguien nuevo –me miro con confianza –No es tan bueno como yo, pero sí que sabe cómo hacer que trabajen jaja –
-OOHH ¿Eres mejor que mi hermano? ¡Demuéstralo! –Alzo la voz señalándolo – ¡Ven a entrenar con nosotros alguna vez! – Ante la mirada sorpresiva de todos –Te reto a que vallas jaja –se rio solo.
-EEMM… bueno… yo no creo… -balbuceaba nervioso –
-Vamos Takuya –Interrumpí –No puede ser tan malo que estés con los estudiantes del dormitorio del cual estas encargado –dije algo sarcástico. Quería que Takuya hiciera su labor y se preocupar por nosotros, y por otro lado… quería jugar contra él. Es más, quiero saber qué es lo que tiene para demostrar.
-Pero… Tomoky… –protesto Koji, pero se detuvo cuando le calle alzándole mi mano.
-Espera… se lo que hago –dije antes de guiñarle un ojo, por lo cual se calló sonrojado. Se sentó al lado de su hermano y Rei quienes estaban al borde del tapete viendo la nueva adquisición de Konu. Aunque Daji estaba muy pendiente de lo decía Takuya.
-Está bien…-dijo por fin –Tú me avisaras cuando practiquen y yo iré –me señalo confiado- ¿Está bien así Konu? –
-¡SI!! –Grito eufórico –ahora podremos jugar todos, solo me falta invitar a Kei –
-EEMM ¿Un amigo tuyo? –pregunto Takuya mientras abría la caja que cargaba… o al menos la intentaba abrir jaja Que tonto, debe quitar la cinta primero –AAHH esta cosa… -refunfuño mientras mordía la cita que estaba pegada.
En realidad yo le quería ayudar, pero después de esto… JAJAJA creo que seguiré disfrutando de su ignorancia. Bueno, tan solo un poco más.
-Por cierto ¿Qué tienes ahí? –Pregunte evitando soltar una carcajada –De verdad me sorprendió verte aquí –dije con toda la ironía que podía tener-…Y más con una caja JAJAJA ¿Te ayudo? Se nota que estas que te mueres por abrirla –sonreía de forma seria. Me sentía súper alto mofándome de él así.
-¿Esto? ... EEHH es su cena –dijo suspirando. ¿Tan difícil es abrir una caja? – ¿No les parece raro que los hallan mandado a sus dormitorios antes de cenar? –
MMM ahora que lo dices: No fue normal que entrada la tarde; después de terminar los deberes de Konu y de Rei… y hacer los míos mientras ellos jugaban con esa cosa con audífonos, sonara una anuncio por los altavoces; Que solo los había escuchado una vez. Indicándonos que a la hora de la cena no bajaran al gran salón, pues no iban a servir comida allí. Solo nos dijeron que esperáramos en el dormitorio nuevas instrucciones. Tiempo después llego Takuya, aunque no hubiera pensado que mandaran la cena en cajas.
-Parece que nos tocó algo bueno hoy… -decía sonriendo.
-Déjame a mi… más bien ve a charlar con Konu –afirme serio –Creo que le caes demasiado bien, no lo eches perder –más que una amenaza era una petición… espero la halla captado. El solo me sonrió.
Luego de un minuto había abierto la caja. Solo había que cortar en el punto indicado la cinta… use el lapicero que tenía en el bolsillo y solo tuve que cortar una parte. Al ver los demás entretenidos, me atreví a mirar que era la cena. Increíblemente había varias cajas de pizza apiladas en un rincón… eran de esas que tenían dos por caja, una encima de otra. Y había varios envases de refresco al lado de las pizzas, además de servilletas y… ¿Una bolsa de mentas? Pensaron en todo jajaja…
-Huele a ¡¡PIZZA!! –Grito Konu desde la lejanía. Todos reaccionaron y lo siguieron para ver con sus ojos aguados las cajas de donde salía el olor a queso caliente.
-Wowww Hace rato no comíamos esto –dijo Daji.
-Es raro que nos den tan bien de comer…hhggg –Koji tenía una baba saliéndole de la boca.
-¿Qué es eso? –pregunto Rei.
-¡Es pizza Rei! –afirmo Konu animado, aunque después su mirada cambio… Y no solo la de él, todos nos mordimos la lengua al pensar en aquello… - ¿No sabes lo que es Pizza? –una sonrisa triste se formó en la cara de mi primer hermano.
-No se… ¿Es algo rico? –En su cara se veía todo. Reisuke no sabía lo que era una Pizza.
-¡¡Claro que si Rei!! –Fue Takuya quien rompió este silencio incomodo, a sorpresa de todos –Mira, te enseñare a comerla… -saco una caja de las apiladas y la abrió. Eran 4 trozos de deliciosa Pizza con mucho queso. Takuya saco un trozo -Primero debes comerte los bordes, así, mira… -dio un mordisco –Inténtalo… - puso el trozo al frente de la boca de Rei, que solo la miraba algo… raro.
-¡Vamos Rei! ¡Es deliciosa! –Alce la voz animándolo – ¡Prometo que te gustara! –le anime a hacerlo.
-¡SII REI!! – Grito Koji.
-¡VAMOS… solo un mordisquito y veras! –Dijo Konu.
- Si no quieres, entonces yo me la come… - Antes de que Takuya terminara su frase Rei había dado su primera mordida.
-¡¡EEEHHHH!! –Celebramos todos. Es muy difícil cuando no comes algo y apenas lo vas a probar… pero nunca pensé que eso sucediera con este tipo de comida. Después de todo ¿A quién no le gusta la Pizza?
-¿Te gusto? –pregunto Takuya con un media luna dibujada en su cara. Rei asintió con un brillo en los ojos– Segundo paso: Comerte todo el queso de encima… así – Con su dedo saco un poco de queso derretido y se lo metió a la boca chupándolo como un caramelo. Lo lamia de forma… algo pervertida –Te toca –volvió pasar el dedo por el trozo de pizza y saco otra cantidad de queso, después lo dirigió lentamente hacia la boca de Rei ¿Le estaba ofreciendo que le chupara el dedo? Qué asco, no puede… Dejándonos con la boca abierta a todos, Reisuke se metió a la boca el dedo de Takuya y lo chupo durante varios segundos.
- ¡Delicioso! –Alzo la voz sonriente – Gracias –
-¡Vamos a Comer! –Grito Koji mientras se abalanzaban sobre las pizzas.
PPPPPPUUUUMMMMMMMM
-Guarda tus modales… -Daji lo había azotado contra el suelo. Ante los ojos abiertos y pasmados de todos los presentes – Además, ahí hay una nota –señalo un pequeño trozo de papel en medio de los refrescos embotellados.
-¿Nota? ¿De quién será? –se preguntó Takuya rascándose la cabeza. No dudo en tomarla, abrirla y leerla en voz alta:
Para los nuevos miembros del club de Lógica y su talentoso presidente. Que este sea el inicio de un nuevo grupo lleno de talento y amistad… ya que en un futuro eso será lo único que nos motivara a seguir adelante.
F. R
-¿Clu re hogika?- pregunto un pelirrojo con la boca llena.
-Mmm ¿Presidente? – murmuro confuso Takuya.
-¡Miren! –Nos sobresaltó a todos la voz de Rei – ¡Es de Uva! –Dijo eufóricamente alzando una de las botellas como si fuera un premio- ¿Me lo abres? –Me pidió mirándome atentamente – ¡Gracias! –Respondió después de dárselo sin tapa. Tomo un sorbo -¡Esta Ricooo! Hermano pruébalo – me puso la botella en la boca como si me estuviera dando un biberón.
-Gracias Rei –dije en señal de agradecimiento y le devolví la pequeña botellita. Me pareció un sabor muy particular y único, aunque todavía me preguntaba porque la nota que estaba con la comida me mencionaba a mí. Yo seré el presidente, y los integrantes serán lo que son hacen parte de mi dormitorio… ¿Ritsu habrá enviado esto? ¿Sera que es oficial que el Club está formado? Puede que sea “Otra” forma de dar una bienvenida en este lugar… dando comida a tus miembros jaja. Pero… ¿F.R? ¿Qué significa eso? No conozco a nadie con esas iniciales.
-No has comido ¿No tienes hambre? –interrumpió mis pensamientos el mayor de todos, que se veía un tanto alegre conviviendo con nosotros… aunque no se mirara con Koji.
-¿Hermano estas mal? ¿Te duele algo…? ¿Fiebre? –la mano engrasada por la pizza de un Pelirrojo estaba tocado mi frente. Había llamado la atención de todos, que tenía sus ojos fijos sobre mí.
-Estoy bien. Solo estoy algo distraído jeje –me sobe la cabeza mostrando mis dientes.
-Mira… te comparto de la mía. Tiene mucha carne –Rei me ofreció un trozo que tenía mucho salami.
-¿O quieres esta?... Tiene vegetales muy sanos –ahora fue Daji quien me ofreció comida. Lo mire sorprendido, pues nunca había pasado… ni siquiera hoy que se tomó más de 10 vasos de limonada –Tienes que comer bien –entono con tono preocupado.
- Esta bien –suspire, y comí lo que me habían ofrecido – ¡Mejor la mía! –tome un caja de las que todavía estaban apiladas y la abrí casi extasiándome… era de tocineta, y olía… Ufff - ¡Mucho mejor! –dije mostrando con orgullo la que por derecho era mía. Comiéndomela lentamente frente a las bocas babeantes de Koji y Konu.
-Me dasssss -suplico Konu, arrodillándose a mis pies
-Compartir con alegría –Koji tenía los ojos como estrellados –me encanta esa cosa… -
Y así fue como la siguiente hora nos la pasamos comiendo, riéndonos y charlando entre nosotros. Hasta Takuya y Koji se reían estando el uno cerca del otro, me pregunto ¿Qué habrá sucedido entre ellos dos? Nos acabamos todo lo que había en esa gran caja, todos los refrescos, todas las cajas de pizza… hasta las servilletas desaparecieron. Durante ese tiempo pude olvidarme por un rato de que Keijo tramaba algo con Konu, pero después esa preocupación volvió cuando el mencionado entre por la puerta de muy mal humor. No saludo a nadie, ni pregunto por su comida, ni dijo nada… solo subió a su camarote, tiro su camisa y su pantalón… y se cobijó, dejándonos a todos boquiabiertos.
Por mi se podía quedar callado para siempre, su voz molesta me hace hervir la sangre y todo lo que dice siempre lastima a alguien. No me importa donde estaba; Ni porque no había llegado a la cena, sabiendo que todos sabían que era en los dormitorios; O porque carajos le regalo un aparato a Konu… ¿O que tiene en mente ese cuatro ojos? Por hoy no me importa más Keijo, me importan más las risas de los que me rodean, y me alegra más que Takuya se interese por pasar tiempo con nosotros. Aunque creo que era porque la cena de él también estaba en la caja jaja… Aun así, me alegra que este aquí.
-¿Quieren dulces? –pregunto sonriente mientras recogía la basura dentro de la caja.
-¡SSII!! –Gritaron los dos pequeños.
-¿Tienes? –Rei lo miro expectante esperando su respuesta – A mí me gustan los dulces –repitió tímidamente sonrojado; después de repente miro para otro lado.
-¡Claro! Los tengo en mi habitación –dijo confiando – Tommoky acompáñame por ellos –más que una pregunta fue una orden ¿Por qué yo? Quizá quiere hablarme algo a solas… ¿O querrá estar conmigo? NNNAAAAHHH NO CREO jajaja.
-Vamos – respondí sin dudar. Me dirigí a la puerta y la abrí –Ahora vuelvo… y traeré dulces –sonreí, después empuje a Takuya para que saliera y cerré la puerta tras de mí.
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Caminamos, bajamos las escaleras y salimos del edificio principal. Estaba oscuro y caía una pequeña llovizna que se veía a la luz de los reflectores. Aun así, esta no asustaba a la enorme cantidad de estudiantes, que con ropas informales abundaban le vista de los alrededores de los bloques.
-Qué bueno que a ustedes no les guste salir estos días –por fin interrumpió el mayor, intentando poner conversa.
-¿Salir? ¿Tenemos permiso para estar afuera los viernes? –pregunte sorprendido.
-Que no se los dije… claro que se los dije –se sobo el cabello, moviendo esa cosa que el casi nunca usaba.
-No que yo sepa –mencione sin darle importancia –Además para que querríamos salir, si entre nosotros nos podemos divertir – Aclare. No tenía razón para socializar con más personas, y menos a esta hora un viernes… pensándolo bien, sería algo peligroso después de todo lo que se me ha pasado por la cabeza.
-¡Bien dicho! Y así no tendré llamados de atención – afirmo Takuya alzando su puño como si celebrara algo – ¿Ya lo conocías?-Pregunto. Nos encontrábamos al frente del bloque D… Recuerdo que era un lugar donde algunos profesores tenían su oficina y donde dormían algunos empleados.
-Algo así –respondí sin certeza.
-Sígueme… -
La entrada era normal, el pequeño vestíbulo con las escaleras y los pasillos. Para mi sorpresa, no subimos… giramos por un pasillo y bajamos por otras escaleras. Diría que estábamos en el sótano, aunque no sabía que los edificios de aquí tuvieran sótano… y no solo uno, sino dos porque bajamos otro piso. Los pasillos eran igual, y suponía que las habitaciones también.
-¡Aquí es! Aquí es donde yo duermo –Paramos después de pasar varias puertas iguales… ¿Todas serian habitaciones?
-¿Por qué duermes aquí? –pregunte. Si él también era estudiante ¿Por qué dormía en un sótano? No se ve nada mal… pero ¿Por qué?
-Digamos que tengo mis razones –dijo sonriendo –Vamos… te daré lo que prometí. Pasa –Después de entrar, sentí un ambiente más de hogar que estando en mí mismo dormitorio. Olía a limpio, se sentía cómodo… además solo había una cama. Había una pequeña ventanita que permitía el acceso de una pequeña ráfaga de luz lunar y justo al lado había un baño privado.
-Mira –De un armario bastante amplio. Abrió un cajón, revolcó unos momentos y saco una bolsa de gomitas en forma de ositos –Son las favoritas Reisuke –
Me sorprendió que supiera eso… incluso lo que hizo hoy animando al peli anaranjado me dejo sorprendido. No sabía que Takuya tuviera ese lado en su ser; En lo poco que lo conocía creía que era un perezoso tonto que no hacía nada. Bueno jaja Aun no sé qué hace, pero me parece que si le preocupan los demás… o por lo menos Rei.
-Gracias por animarlo en la cena –sonreí. Le iba a preguntar porque lo hizo, pero decidí que sería mejor… bueno simplemente esperar a que me lo dijera –Lo que le dijiste a Konu, sobre lo que escuchaste sobre nosotros ¿Era verdad? – me senté en un banquito ante su mirada, un poco disconforme. ¿Sera que quiere que me largue?
-Claro que es verdad. Todo lo que llamas la atención y crees que no me daría cuenta –Se sentó en la cama, cruzo una pierna sobre la otra y se cruzó de brazos mirándome – Te enfrentas al coordinador, a los vigilantes, quieres formar un club, entrenas a unos niños sin supervisión y hasta haces “cosas” con el genio de las matemáticas –Me helado al escuchar su voz, hablaba tan rápido que era como si se lo supiera de memoria… pero como era posible que supiera tan… -¿Qué cómo lo sé? –Se preguntó así mismo –Lo sé porque lo tengo que saber… pero todo es para bien –sonrió y soltó una ligera carcajada –Deberías ver tu cara –
-¿Me dijiste que viniera para decirme todo esto? –tome seriedad. Yo sé que era una invitación indirectamente.
-Me gusta te deducción, eres como ese niño detective de la televisión… ¿Cómo es que se llama? –Se rasco la cabeza pensativo –AAHHH Konan ¿Lo conoces? –
-No tengo ni idea de quien es –dije secamente, está evadiendo mi pregunta. –Me gusta mucho Sherlock Holmes –
- OOH Quien diría que fueras tan peculiar jaja-se volvió a reír. Saco una caja debajo de su cama y me la lanzo- Toma, te servirá más a ti que a mí –
-¿Y que es es…? –
PAMM PAM PAM PAM
-¿Quién es? –pregunto Takuya alegremente, quien me habría tapado la boca fuertemente justo después del primer golpe.
-¡Kanbara! ¡Es hora! –Sonaba un poco mayor, bastante fuerte y seria. No sé porque… pero se me hacía conocida – ¡Te esperare en el mismo lugar! –después de eso Takuya se dirijo a la puerta y pego su oído sobre ella.
-Ya se fue… es hora de que te vallas. ¿Recuerdas el camino cierto? –Asentí algo desconcertado – Si alguien te pregunta lo que hacías aquí, les dirás que estabas con Taichi Yagami ¿Entendido? –MMM
-¿Taichi también vive aquí? –alcance a preguntar.
-¿Conoces a Taichi? –Su expresión de sorpresa me pareció extraña jaja - Que pequeña es esta escuela jaja –se rio – Vamos vete… mañana hablaremos –
-¿Y esto? –Le mostré la caja que me había tirado antes - ¿Por qué me lo das?
-Tómalo como una muestra de amistad, o si quieres no lo tomes–Sonrió mientras se daba vuelta y cogía algo de su cama –No olvides lo que dirás y ahhh… no muestres los dulces por ahí –Ahora fue el quien me empujo para que saliera de la habitación, cerro tras el… y salió corriendo por el pasillo -…No te preocupes, esto no es nada –
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Llegue antes de lo que pensé, no tuve inconvenientes con nadie… nadie me pregunto nada; Aunque cuando salí al exterior muchos estudiantes que transitaban cerca volteaban a mirarme o se callaban cuando yo pasaba. Me limitaba a seguir mi camino, pues tenía algo muy importante que entregar… y esos eran los dulces; Además estaba esta caja que no sabía lo que era, aun así no podía rechazar un regalo de alguien que había sonreído al dármelo. Al menos no es una bomba jaja
-¡Llegaste!!!- brinco sobre mi Rei, haciendo que perdiera el equilibrio y callera al suelo.
-Mira. Supe que son tus favoritos –sonreí mostrándole la bolsa de gomitas que traía conmigo –Compártela con todos ¿Si? –
Rei abrió la boca de par en par y corrió tirando ositos de gomita por todas partes, llamando la atención de todos. Mientras miraba como Reisuke le ponía dulces en la boca a Konu y a Koji, me puse a analizar la caja que me habían regalado. No había imagen en la caja, ni instrucciones ni nada que dijera que era. No perdí tiempo y quite la cinta… abrí la caja, quite envoltura y me vi cara a cara con… lo que parecía un equipo de sonido, pero solo tenía una cosa de esas por donde suena la música. Una como se llame ¿Qué será esto? ¿Es como un radio gigante? ¿O algo así?
-Wow es un amplificador –exclamo Daji a lo lejos. Todos giraron y corrieron para ver que tenía en mis manos. Así que era eso… miraba muy confundido el aparato negro.
-¿Y para qué es? –Pregunto Konu adelantándose a mi pregunta.
-Sirve para escuchar tu Ipod más fuerte-Aclaro Koji y me arrebato el aparato para conectar un cable en la electricidad –Pásame ese aparato –Konu le presto el Ipod y Koji enchufo otro cable en donde se conectaban los audífonos –Y ahora mira lo que pasa-
De repente esa cosa empezó a funcionar. Emitía el sonido de una guitarra y después de otro instrumento… estaba sonando una canción. La canción que sonaba en el Ipod de Konu, el amplificador la hacía sonar más fuerte y mejor. Tanto yo como los dos pequeños estábamos asombrados; Yo un tanto estupefacto… mientras que los otros dos sonreían de felicidad mientras se movían con una voz masculina que daba inicio a la canción, la cual nunca había escuchado, o no la recordaba. Estaba algo extasiado por el regalo que me acababan de dar.
-Ahora podremos cantar con todos –exclamo Konu que saltaba locamente –Esta es una de mis favoritas – no bailaba ni tenía ritmo, solo saltaba con energía y emoción al escuchar tan maravilloso regalo. A decir verdad, no sonaba tan mal, además ver a Rei imitando a konu a que cantaban con un micrófono nos sacaba una sonrisa así tuviéramos preocupaciones.
“…Doko mademo kimi ni ai ni yukou
Aimai na kotoba tte igai ni benri datte…”
Grito con fuerza Konu fingiendo tocar un guitarra, intentando llamar mi atención.