Este drabble corresponde al segundo duelo de parejas del forito, esta vez, entre Albafica/Shion y Dohko/Shion. Ya sabrán por cuál pareja me incline. A pesar de que no logro ver la relación de Dohko y Shion más que como una hermandad casi sanguinea, quería que esto fuera más por el lado verdaderamente DohkoxShion. Se me acabaron las palabras así que no sé si lo logré realmente. En fin, me gusto poquito más que el del duelo anterior :)
Espero que a ustedes también les guste!
Fortaleza.
Dohko apenas se sostiene en pie. Le tiemblan los muslos, se le contrae el estómago con el esfuerzo de mantener el torso erguido. Sus dedos, incapaces de aprehender por más tiempo una de las espadas de Libra, la dejan resbalar cubierta de sangre y el sonido que hace al golpear el suelo pasa completamente inadvertido.
La sangre le quema las venas y tiene el corazón desbocado. No sabe exactamente porqué. Puede ser la sangre de su diosa haciendo estragos dentro de su cuerpo. Puede ser el agotamiento y el esfuerzo sobrenatural por no rendirse bajo su peso y desplomarse, fatigado. Podría ser una reacción normal a la cantidad de sangre que ha perdido durante la batalla.
Ahora que la guerra se ha acabado, ahora que la adrenalina baja de golpe y comienza a apreciar las cosas en su totalidad, puede que sea, por fin, simplemente al abatimiento y la desesperanza haciendo mella en su espíritu.
Sin embargo, cuando ve a Shion soltar la otra espada de Libra y dejarse caer de rodillas, pocos metros más adelante, agotado y recorriendo con ojos desamparados la destrucción que se extiende frente a ellos, se le cierra la garganta y le arden los ojos. Ve la desesperación en los ojos de su compañero, ve la sombra de una soledad que empieza a anidarse y ve el dolor y el sufrimiento que no puede esconder y se refleja en su rostro manchado de sangre y Dohko entiende, en milésimas de segundo, que no puede permitirse desfallecer. Que no puede permitirse ser dominado por el mismo dolor y la misma desesperación que cargan las espaldas de Shion hasta doblarle las rodillas y que le aprietan el corazón con los puños.
Sólo uno de ellos puede desmoronarse, llorar la pérdida de los compañeros caídos, de los maestros y los alumnos y rendirles tributo con su luto y Dohko deja que sea Shion quien lo haga. Shion, que necesita sufrir y valorar la pérdida de los que dieron su vida por defender a Athena y todo lo que ella significa y todo lo que ella protege. Él puede esperar. Él, en ese momento, necesita ser lo suficientemente fuerte para que Shion pueda levantarse, junto con las ruinas del Santuario.
Se muerde los labios, parpadea rápido y traga aire, tratando de hacerlo pasar por el nudo que le bloquea la garganta sin mucho éxito y, a pesar del dolor que le causa ver a Shion tan abatido, es el único momento de debilidad que se permite.
Con pasos temblorosos se acerca al santo de Aries, ganando firmeza a medida que avanza. Le mete los dedos ensangrentados en el cabello y siente las sacudidas que recorren el cuerpo de Shion cuando pone una rodilla en el suelo y presiona la frente contra su sien cubierta de sudor y sangre reseca.
"Estoy aquí", le susurra al oído y Shion asiente, se aferra a su hombro con firmeza y se deja arrastrar cuando Dohko se pone de pie, siendo fuerte por ambos.
FIN