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El Cuartel del Metal por HitchNoDanna

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Notas del fanfic:

ACOTACIONES

'Conceptos o frases enfatizadas, así como algunos modismos propios de mi país'

Letra de la canción (y su traducción en caso de ser idioma diferente al español)

–Diálogos –acciones y narración

"Pensamientos"

Notas del capitulo:

ADVERTENCIAS PARA ESTE PRIMER CAPÍTULO: OoC –sobre todo Shinobu– y OC. Lamento decirles que todavía no introduciré yaoi, eso será en los episodios siguientes.

»El Cuartel del Metal«

 

Capítulo 1: Búsqueda

 

Como siempre en la clase de Literatura, Takahashi Misaki miraba por la ventana a los pajaritos volar. Suspiró, pensando en que le gustaría ser como ellos para volar libre, sin preocupaciones ni ataduras. Estaba tan abstraído en sus observaciones que se percató demasiado tarde de la goma de borrar que iba directo a su cabeza, tumbándolo de su pupitre. Se levantó y se sobó la frente. Aunque era pequeña, el material era lo suficientemente duro como para dejarle un moretón que tardaría por lo menos tres días en curarse.

 

–¡Señor Takahashi, si va a desperdiciar mi valioso tiempo de clases, es mejor que se largue de una vez! –soltó su sensei, conocido como El Demonio Kamijou

–Etto… ¡No volverá a pasar! –titubeó el chico, muerto de miedo

–See, claro –siseó el profesor, no muy convencido, y murmuró por lo bajo: –Si las promesas fueran galletas, todo mundo estaría más que obeso

 

Y el resto de la tarde transcurrió entre las aburridas clases a las que debía prestar atención. En cuanto finalizó su última clase, salió corriendo como alma que lleva el diablo. No le importó que la gente le mirara raro, ni haber chocado dos veces con una cabina telefónica y un poste de luz; lo único que quería era llegar a su adorable lugar feliz, un lugar donde podía expresarse sin que ningún adulto le reprimiera, en donde reinaba la tranquilidad y sobre todo, donde por un momento olvidaba lo monótona y aburrida que se volvió su vida en la universidad.

 

Sacó del bolsillo una llave plateada y se detuvo frente a la puerta del garaje de una casa. Abrió y luego de eso se dedicó a recoger lo poco que dejó esparcido la semana pasada: unas hojas con partituras de guitarra hechas a mano, un lápiz y algunas virutas de madera. Cuando estuvo todo limpio, sacó su guitarra eléctrica de un armario bastante bien conservado y luego de conectarla y afinarla, empezó a tocar y cantar. Primero lo hacía en voz bajita, pero subía el volumen sabiéndose completamente solo.

 

Betting on the cure
‘Cause it must get better than this
Betting on the cure
Yeah everyone's gotta have the sickness
‘Cause everyone seems to need the cure
Precious cure

(Apostando por la cura
Porque se tiene que poner mejor que esto
Apostando por la cura
Sí, todos deben tener la enfermedad
Porque todos parecen necesitar la cura
Preciosa cura) (1)

 

No cantaba igual que el vocalista de su banda favorita, pero al menos le ponía energía y mucho corazón. Igual que cada viernes por la tarde.

 

En tanto, en un lugar cercano, tres jóvenes tomaban unos tragos en una de las mesitas de un bar, hablando de bandas para el show con el que se inauguraría una especie de bar-café para metaleros la semana siguiente.

 

–Hmm, ninguna da el ancho –suspiró pesadamente un pelirrojo de cabello no demasiado corto ni ondulado, ojos azules, tez clara, de unos 28 años, que respondía al nombre de Kai Shinoda (2), que garabateaba una servilleta de papel con bolígrafo verde

–Y el tiempo se nos viene encima –sentenció de igual forma un rubio de cabellera corta y lacia, ojos color verde agua, tez acanelada, de 27 años, llamado Kazuo Reese

–¿Qué hay de la segunda banda que audicionó? –preguntó otro de ojos grises, cabello color chocolate, mediano y ondulado, piel clara, de la misma edad de Kai, conocido como Ray Kimoniya– Tocaron bastante bien

–Llamaron hace tres días –respondió Kazuo– Cancelaron porque perdieron a su guitarrista

–¡Qué ineptos! –replicó Kai– ¡¿A quién se le ocurre eso a una semana de un show?!

–Yo qué sé, cosas de guitarristas –siseó Ray despreocupadamente, pero luego agregó con tono serio: –El problema ahora será conseguir otro… con eso de que ya cualquiera se cree Jimmy Page (3)

–Si no conseguimos una banda más, estamos perdidos –suspiró el pelirrojo llevándose las manos a la cabeza

–Necesitaremos un milagro –espetó Kazuo

 

En la misma situación se encontraban 3 amigos, que volvían de la universidad.

 

–¡¿Es demasiado pedir que toquen siquiera One (4)?! –dijo cierto rubio de ojos grises, gesticulando en una especie de berrinche– ¡Por todos los cielos, es la canción con la que todo guitarrista aprende a tocar! Digo, no igual que Kirk Hammett (5), pero… ¡Por todos los cielos! –soltó lo último levantando las manos al cielo

–Hmm… lástima que ya nadie en Japón conoce la buena música –suspiró un castaño de ojos ámbar

–¡Todo por el idiota de Sumi! De buenas a primeras se le ocurrió largarse

–Déjalo, ya ni llorar es bueno –espetó un azabache de ojos azules, que era más alto que los otros dos

–¡Pero es que…! –el rubio ardía en rabia y seguía haciendo gestos– ¡De no ser por su actitud de soy mejor que ustedes no se habría largado y estaríamos tocando en El Cuartel del Metal el sábado que viene!

–Mira quién lo dice –siseó con sorna el castaño

–Mira, Shinnosuke (6), mejor no empieces porque no estoy de humor

–Calma, Shinobu, calma –apeló el más alto con templanza, dándole un par de palmadas en el hombro– A mí también me molesta, pero seamos realistas… de una u otra forma nuestras diferencias con Keiichi iban a terminar por separar a la banda

–Nowaki tiene razón, es lo mejor –apoyó Shinnosuke– Además, no es el fin del mundo –calló unos segundos y agregó con tono más relajado: –¿Quieren ir a comer pizza?

–Ya qué –resopló Shinobu, resignado

–Anímate, pudo haber sido peor

 

Misaki miró el reloj de pared, que marcaba veinte horas y media.

 

“Dios, ¿Cuánto tiempo estuve aquí?”

 

Siempre era igual: llegaba, abría la cochera y luego de arreglar un poco se ponía a tocar su guitarra hasta que el cansancio o la hora lo detuvieran. Aunque tenía un hogar y un hermano que le esperaba en casa, había ocasiones en las que simplemente prefería venir a este santuario, como él lo llamaba, y desahogar sus frustraciones con la música, todo en completo secreto. No obstante, tal secreto no duraría guardado para siempre.

 

Iba saliendo por la puerta trasera cuando de pronto se oyó que tocaban la puerta principal de la casa al lado del garaje. Retrocedió sobre sus pasos y tal fue su sorpresa cuando vio a dos señoras en delantal frente a la puerta. Abrió para recibirlas, estas le miraban molestas.

 

–No te molestes en invitarnos en pasar, seremos breves –siseó una de ellas tajantemente

–Muy bien, escucho –pronunció educadamente el castaño

–Niño, ya es la quinta vez en el mes que los vecinos se quejan de tu ruidero –habló la otra de igual forma

–No entiendo

–Iré directo al grano –espetó la primera– O dejas de tocar esa estúpida guitarra, o llamaremos a la policía

–Pero yo… -Misaki estaba nervioso

–Deja de causar molestias y lleva tu escándalo a otro lado –ambas se dieron la media vuelta, no sin antes agregar: –Buenas tardes

 

Mientras cuchicheaban sobre lo mal que estaba la juventud de ahora, Misaki seguía parado en la puerta con la mirada perdida.

 

“Molestia” pensó “Siempre he sido una molestia… incluso cuando intento no serlo, termino causando problemas a los demás… tal vez tengan razón, debo dejar esto… Nii-chan…”

 

Sacó la guitarra y las partituras de ahí. Ya vendría por el amplificador la semana siguiente. Iba caminando de vuelta a casa, con un nudo en el estómago, pues a medio camino recordó que había olvidado un par de detalles: uno, una excusa diferente para despistar a su hermano, y dos ¿Cómo ocultaría la guitarra de ahora en adelante? Se sintió observado por un momento pero no le dio importancia y siguió su camino.

 

–Esperen un momento –Kazuo y compañía todavía seguían en el bar, pero ya no bebían– Ese niño…

–¿Qué niño? –preguntó Kai

–Mira disimuladamente –señaló mirando por la ventana, hacia afuera. Kai se paró de su lugar y se pegó al cristal. El rubio sintió una venita en su sien– Dije disimuladamente, baka

–¿Qué hay con él? –preguntó Ray

–Trae una guitarra –espetó el pelirrojo con simpleza- ¿Y?

–Si resulta ser un buen guitarrista, ya tendremos la última banda para el show –concluyó Kazuo

 

 

Notas finales:

1.- Cure, de Metallica, del álbum Load (1996). Lo sé, demasiado ruda y poco que ver con la personalidad de Misaki a la que todo mundo está acostumbrado.

2.- Kai Shinoda es un personaje de mi invención igual que los otros dos. No es ningún pariente de Shinoda del manga de Junjou Romantica ni nada por el estilo. De hecho, el personaje ya lo había inventado mucho antes de incursionarme en esto del Fanfiction, y el apellido lo tomé –por así decirlo- de Mike Shinoda, integrante de Linkin Park.

3.- Jimmy Page, afamado guitarrista, miembro líder y fundador de Led Zeppelin

4.- One, de Metallica, del álbum …And Justice for All (1988)(se escribe con todo y los tres puntos):no es del todo cierto lo que asevera Shinobu, pero por convivencia con varios chicos metaleros he notado que casi todos ellos aprendieron con esa canción. Me basé en esto, además esto es subjetivo.

5.- Kirk Hammett, actual guitarrista de Metallica

6.- La verdad así me lo imaginé en cuanto lo vi en el manga, recomiendo que lo lean para que se den una idea

 

Bueno, creo que eso es todo para este primer capítulo. Un review con una crítica constructiva, un comentario o una felicitación no vendría nada mal. Bueno, chaito.


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