Inuyasha se aparto inmediatamente de Sesshoumaru tan pronto pudo zafarse y de inmediato corrió de nuevo hacia la puerta, mas sin embargo nuevamente Sesshoumaru fue mas rápido y lo cogió de ambas manos con una sola y lo alzo, Inuyasha solo gritaba y lazaba patadas de una manera desesperada tratando de soltarse.
-¡AUXULIOOOO…….AYUDAAAAA……..PORFAVORRRRR…….. alguien..¡
Sesshoumaru al ver que le era imposible calmar al pobre Inuyasha le hizo verle a los ojos y por medio de un hechizo Inuyasha quedo inconsciente. Lo tomo entre brazos y le recostó sobre la cama, le quito sus zapatos y le cambio la ropa sin antes acariciar su bello cuerpo, aquel cuerpo que tanto extrañaba, aquel cuerpo que había sido todo suyo en incontables ocasiones pasadas y que ahora se había transformado en un pequeño cuerpo, que ya no recordaba sus caricias.
-Maldito ¿Qué le has hecho a Inuyasha? – decía para sus adentro mientras apretaba fuertemente su puño, con una evidente expresión de ira en su rostro.
A la mañana siguiente Inuyasha despertó tan pronto la luz del sol atravesó su ventana e ilumino su rostro, al despertarse este inmediatamente dio un brinco de su cama al recordar lo que había sucedido la noche anterior, pero para su sorpresa no había en su habitación evidencia alguna de que algo así hubiese sucedido, su cuarto continuaba en perfecto orden, la silla que había atorado en la puerta continuaba ahí justo como la había colocado, las puertas de su balcón estaban cerradas y su querido perro y fiel compañero yacía durmiendo al pie de su cama, como única señal de que el día de ayer no había sido nada bueno… un oscuro moretón en su rostro que cubría gran parte de su mejilla y que llegaba a la zona de su ojo, mientras lo veía en el espejo no pudo evitar tocarlo, sintió un terrible dolor y de inmediato recordó la escena de su padre propinándole tremenda golpiza. Nuevamente su perro lo siguió hasta el baño sin que él se percatara de ello, Inuyasha solo se acerco a él, le abrazo, y sus lagrimas brotaron.
-aquello debió haber sido solo un mal sueño, pero esto- decía al tiempo que tocaba su mejillas – esto si fue real.
Nuevamente su perro le lamio todas sus lagrimas, e Inuyasha solo le sonrió, un ruido de una puerta le hizo salir de sus pensamientos, su padre había llegado, y como por acto reflejo Inuyasha cerró la puerta del baño con seguro, y se metió en la enorme bañera junto con su perro mientras que cerraba la puerta de cristal, como esperando que eso fuese suficiente para protegerlo de quien ahora era… su abusador.
Inutaisho noto que Inuyasha aun seguía en casa al ver sus zapatos en la entrada y su mochila en la sala principal, no era de sorprenderse que no hubiese querido ir a la escuela después de lo sucedido. De inmediato se fue a su estudio, no tenía ningún ánimo de irse a trabajar, mas sin embargo tras lo ocurrido, no le serie agradable quedarse y toparse con Inuyasha, estaba seguro que su hijo ahora le tenía miedo, luego de lo ocurrido. Se dirigió rápidamente hacia su habitación se cambio de ropa, no tenía necesidad de bañarse pues ya lo había hecho en el hotel, tomo su portafolio y se dirigió de inmediato a la salida no sin antes detenerse al pie de la escalera, sintió una fuerte presencia, un gran poder proveniente de la habitación de Inuyasha, esto solo le hizo confirmar lo que había sospechado la noche anterior.
De entrada al edificio de su lujosa empresa, le dio la orden a su secretaria que le dijera a su secretario personal que fuera a su oficina de inmediato. Al entrar soltó su portafolio y tomo asiento. No tardo mucho para que su secretario entrara inmediatamente y cerrara la puerta con seguro. Se dirigió lentamente hacia su jefe quien parecía tener la mirada perdida.
-me dijeron que querías verme de inmediato- dijo mientras le dio un suave beso en los labios y se poso detrás de él y comenzaba a darle un masaje en los hombros.
-whow, estas muy tenso que ha sucedido, ¿tu hijo sigue con la idea de una mascota?
Inutaisho giro su silla, le tomo del brazo y le jalo hacia él, haciendo que callera encima suyo, entonces su secretario solo se acomodo y sentó en sus piernas como lo haría una princesa en las piernas de su amado, mientras le rodeaba el cuello con los brazos.
-Naraku, me temo que lo que me pasa es más serio que eso.
De inmediato la expresión de Naraku pasó de ser coqueta y traviesa a una más seria.
-¿a qué te refieres?
Inutaisho tomo una gran bocanada de aire y prosiguió
-Sesshoumaru nos ha encontrado.
-¿Qué?- dijo abruptamente Naraku mientras se incorporaba.
-eso mismo, nos ha encontrado, y lo peor es que ya dio con Inuyasha y ahora está en mi casa con él.
-¿Qué has dicho?, ¿Cómo puede ser posible?
-el ha adoptado la forma de un perro, pero un perro muy llamativo, tanto que Inuyasha al verlo y en su deseo de querer una mascota le quiso de inmediato, lo llevo a casa el día de ayer, pensando que era eso, un simple perro callejero. Anoche al llegar a casa lo vi a al final del pasillo con Inuyasha a un lado suyo, me pidió que lo dejara conservarlo. Lo reconocí de inmediato, su olor, su energía y su inconfundible poder emanante. No pude controlarme al verlo y reaccione violentamente, reprendí a Inuyasha por haberme desobedecido y….- se tomo unos segundos para recobrar el aliento y prosiguió.- yo le propine un golpe que casi le hace perder el conocimiento, Sesshoumaru fue en su defensa y se atravesó entre él y yo… de no ser por eso quizá le hubiese hecho más daño.
Naraku estaba completamente estupefacto, no sabía que decir o hacer en esos momentos, Inutaisho se incorporo y le abrazo fuertemente al tiempo que apoyaba su cabeza en su hombro.
-¿Qué voy a hacer?, le borre la memoria, le hice volver a ser un niño, nos traje siglos en el futuro y aun así… no ha servido de nada, Naraku dime..¿Qué voy a hacer?
Continuara………………