-Inutaisho, la verdad es que cualquier cosa que yo te dijera en estos momentos no creo que sirva de mucho, salvo que hables con Sesshoumaru.
- ¿de qué me serviría hacer algo así?, sabes lo peligroso que es, la última vez que intente racionar con él, casi me mata y ni se diga lo que mi pobre Inuyasha tuvo que vivir. Naraku no me perdonaría que algo le volviese a ocurrir, incluso ahora estoy muy incomodo con la idea de que estén los dos solos en casa ahora.
-entonces debemos ir para haya ahora mismo, ¿no te parece?
-no, iré yo solo, tu quédate aquí a salvo.
-no, Inutaisho yo iré contigo, es peligroso como para que vayas tu solo.
-NO ME DISCUTAS NARAKU…. No quiero volver a perderte, entiende, no podría volver a soportar algo así.
Naraku, derrotado por aquellas palabras, decidió no discutir más con él.
-de acuerdo, pero llámame cuanto antes, quiero saber que estés bien y también Inuyasha.
-lo hare.
Y ambos se besaron y abrazaron fuertemente.
Mientras tanto Inuyasha preparaba el desayuno para él y su perro que obedientemente se había sentado en la silla esperando como le había dicho, le sirvió su plato de comida y se sentó junto a él y prosiguieron a desayunar.
-perdón amigo pero aun no se me ocurre un nombre para ponerte, quiero que sea un nombre especial, ya que eres un perro muy especial, pero no se me ocurre ninguno.
Entonces el perro tumbo el tazón de leche de la mesa, Inuyasha se apresuro por un pañuelo para secarlo cuando observo que el perro lo estaba lamiendo del suelo, pero por partes, cuando este término observo que los sitios que lamio y quedaron sin leche, eran de hecho letras que conformaban una palabra: Sesshoumaru.
-Sesshoumaru, ¿así te llamas?
El perro asintió de inmediato con su cabeza. Pero Inuyasha de inmediato recordó al hombre de sus sueños que lo había besado, si mal no recordaba el le había dicho que era Sesshoumaru, cosa que por un momento le causo escalofríos, pero aparto el pensamiento de su cabeza de inmediato, pensando que tan solo era una casualidad.
-muy bien, ese será tu nombre Sesshoumaru – le dio un fuerte abrazo y le acaricio la cabeza.
Inuyasha se levanto de la mesa y tomo los platos, los lavo y acto seguido se dirigió a la sala con Sesshoumaru.
-¿Sesshoumaru quieres ver tele un rato?
El perro asintió nuevamente, este acto no dejaba de impresionar a Inuyasha, quien le hizo una señal para que se sentara en el sofá junto con él, de inmediato encendió el televisor en el canal de historia.
-sabes una cosa, me encantan estos programas, son como poder ver lo que pasaba en la antigüedad, cuando los veo o leo sobre estas épocas siento como si yo perteneciera ahí, pero supongo que eso le puede pasar a cualquiera que le encante la historia como a mí.
-Te equivocas Inuyasha.
-¿He?...¿dijiste algo Sesshoumaru?
El perro únicamente se le quedo viendo como si en esta ocasión no hubiese entendido lo que Inuyasha le dijo, solo le miro indiferentemente mientras recostaba su cabeza en las piernas de Inuyasha haciendo un pequeño aullido en señal de que le acariciara la cabeza.
-Ho, debió ser mi imaginación solamente, sabes desde que ocurrió….bueno tu sabes, he tenido sueños raros.
En ese momento Inuyasha escucho el ruido del auto de su padre, al mirar por la ventana vio que su padre había llegado y salió de su auto muy apresuradamente.
-No puede ser, se supone que aun no debía llegar…¡Sesshoumaru corre, vámonos!
Sesshoumaru corrió de inmediato junto con Inuyasha, ambos se dirigían a las escaleras, pero en ese momento Inuyasha paro, y cambio de dirección haciendo que este le siguiera, se dirigieron al patio trasero, la mansión tenía un enorme traspatio era de hecho un espeso pero hermoso bosque que no tenía cerca alguna, eran grandes e interminables extensiones de bosque, su padre jamás había ido haya, pero Inuyasha por otra parte siempre que se sentía triste o aburrido desidia irse hacia haya y ya lo conoció muy bien. Mientras corrían Inuyasha solo podía pensar en lo agresivo que su padre había sido aquella noche y que no quería verlo, tenía miedo, supo que fue una buena elección cambiar de dirección, era algo obvio que él estuviera en su habitación su padre lo encontraría de inmediato.
Mientras tanto Inutaisho entro a la casa gritando desesperadamente el nombre de Inuyasha, al escuchar el sonido de la televisión se dirigió de inmediato a la sala, donde solo se encontró con el televisor encendido, pero no había nadie ahí, subió corriendo las escaleras al cuarto de Inuyasha, abrió la puerta de golpe, no había nadie, entro al baño de la habitación, únicamente vio un botiquín de primero auxilios en el suelo, esta imagen le hizo sentirse horrorizado, corrió a todas partes buscándolo desesperadamente, a la cocina, a su estudio incluso, reviso habitación tras habitación de la enorme mansión el entrar al comedor, quedo estupefacto al ver en el suelo un rastro de leche que tenia forma la palabra Sesshoumaru.
-No puede ser, esto no puede ser.
Noto una pequeña ventisca y se percato de que la puerta que daba hacia el bosque estaba abierta, salió corriendo desesperadamente hacia haya, jamás había estado ahí, pero sentía el enorme poder de Sesshoumaru emanando de las profundidades del bosque, no era capaz de percibir el olor de Inuyasha debido a esto, Sesshoumaru no se lo estaba permitiendo.
-¡SESSHOUMARU MALDITO……¿DONDE TIENES A MI HIJO?!!!!!!!!!!
El grito fue tan potente que hizo que una parvada de pájaros saliera volando de los arboles en dirección contraria.
-no es posible papa está muy enojado, ¿que nos va a hacer?
Inuyasha temblaba sin control, tan solo de recordar la golpiza que le propino su padre, su rostro enfurecido, y ahora este grito enardecido, sentí que sus piernas eran tiras de espagueti no se podía levantar, ambos estaban ocultos en el bosque dentro de un gran árbol con un hueco que cubrieron con unas ramas para disfrazarlo.
-¿Qué nos va a hacer? –decía Inuyasha mientras lagrimas de desesperación recorrían sus mejillas.
Entonces unas manos le rodearon su pecho y sintió un fuerte abrazo, entonces se percato de que un largo cabello blanco caía sobre su cabeza, no es posible, Inuyasha alzo la mirada y vio nuevamente al joven de sus sueños. Trato de soltarse y salir corriendo, pero este lo sostuvo fuertemente de ambos brazos.
-¡suéltame…quien eres…Sesshoumaru….Sesshoumaru….ataca amigo ayuda!
Entonces el joven de cabellos blancos le tomo del mentón y le dio un pasional beso, que hizo a Inuyasha sentirse débil.
-Inuyasha yo soy Sesshoumaru –al decir esto tomo nuevamente la forma del perro que Inuyasha conocía y acto seguido volvió a tomar la forma de aquel apuesto hombre.
Ante esta escena Inuyasha quedo completamente pasmado, no podía creer lo que estaba viendo, esto quería decir que lo que pensó era solo un sueño, en realidad si paso.
-¿Cómo es posible?, tu….¿quién eres?....¿porque tu…..haces esto?
-¿Inuyasha en verdad no me recuerdas? –la cara de asombro y desconcierto de Inuyasha solo confirmaron su pregunta, en verdad no le recordaba.
-ese maldito infeliz, ¿qué te hizo?
Sesshoumaru obligo nuevamente a Inuyasha a verlo a los ojos y nuevamente le hechizo para que perdiera la consciencia, salió del árbol y con un hechizo hizo que este se cerrara, de inmediato se dirigió a las afueras del bosque, en búsqueda de Inutaisho. Ahí estaba el desesperado tratando de entrar al bosque inútilmente gracias a la barrera que había colocado.
-¡¿DÓNDE ESTÁ INUYASHA?, ¿POR QUÉ NO PUEDO ENTRAR AL BOSQUE?!
-yo soy quien hago las preguntas… ¿dime porque Inuyasha no me recuerda?..¿Qué le has hecho?
-no voy a decirte nada, Inuyasha no forma mas parte de tu vida.
Esto hizo enfurecer tremendamente a Sesshoumaru, quien le lanzo un rayo que le hizo retroceder
-¡HABLA MALDITO!!!.......¿QUE LE HAS HECHO A MI AMADO INUYASHA?
-TE LO REPITO….. EL YA NO FORMA PARTE DE TU VIDA.
Continuara……….