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Esta Noche por Malenny

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Notas del fanfic:

Basada en el cuento "La sirenita" historia original de Hans Christian Andersen.

 

Pueden leerla aquí http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/la_sirenita.htm

 

 

Notas del capitulo:

"Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo"
-H. Andersen-

Esta noche

Hace muchos años atrás, existió un mundo acuático, lleno de vida, de cristales y piedras preciosas, el cual era conocido como el reino de las sirenas, los seres marinos más hermosos que pudieran existir, no había nadie que se les comparara a su voz o belleza física. Sin embargo en ese mundo, existía un joven quien sobresalía de los demás, no solo porque era el príncipe y futuro rey de aquel palacio de cristal, sino porque su belleza era tal que opacaba a aquellos seres hermosos, tenía la voz más angelical que podía hechizar a cualquiera, ¿Su nombre? Luhan; Su cabello era de un rubio platinado con algunos destellos en azul pastel que apenas se reflejaban, sus ojos eran marrón claro como la miel, hacia juego con su piel pálida y su cabello, tenía un cuerpo delgado, bien formado y alargado. Después estaba el problema, su problema: tenía aleta, una aleta azul zafiro.

Luhan tenía todo lo que cualquier joven de aquel reino pudiera soñar o aspirar, él amaba a su familia y amigos, sin embargo tenía un gran problema, odiaba su vida.

-¿Qué crees que se sienta estar en tierra y caminar? – le decía a su mejor amigo Minseok.
– No lo sé Luhan, deja de estar diciendo cosas sin sentido – Minseok le ayudaba a Luhan a colocar aquella corona de perlas y zafiros en su cabeza, era una corona sencilla pero bonita, puesto que aún era el príncipe, después tendría aquella enorme que ahora estaba sobre su padre.
– pero tienes que dejar de estar subiendo tanto a la superficie, sabes muy bien que es de lo mas peligroso, tu más que nadie tiene que ser responsable y respetar las reglas.  – Luhan cerró los ojos queriendo ignorar las palabras de su mejor amigo y huir, pero a cambio le contesto – lo se Minseok, lo sé – Luhan acaricio el rostro redondeado de aquel y ambos salieron para reunirse con su padre a hacer el recorrido real por las casas de aquella ciudad.
Luhan le sonreía a los habitantes, su sonrisa era reconfortante y angelical, sonreía por fuera pero se sentía vacío por dentro, algo faltaba en su vida, el siempre había sido una persona curiosa de todo lo que pasaba, siempre quería saber que era todo aquello que había mas allá del palacio o de aquellas aguas, pero sobre todo quería saber de la vida en la tierra,
Conocía algunas cosas porque leía en los libros que encontraba en barcos hundidos, tenía incluso una guarida secreta de la cual solo su fiel amigo Minseok y el sabían de su existencia, ahí tenía un sinfín de “tesoros” como el los llamaba, de cosas que no existían en su mundo, cuadros, libros, artefactos, ropa, entre muchas cosas más. Leía historias de las llamadas personas quienes tenían piernas y no aletas, podían caminar, correr, bailar. Todo eso lo había aprendido leyendo y con las ilustraciones, pero según su padre esos Seres conocidos como humanos, eran los seres más peligrosos que podían existir, eran crueles, despiadados y sin alma, que le arrancaban la vida a otros seres vivos, los descuartizaban y hacían banquetes, es por eso que todo ser marino tenía prohibido subir a la superficie. Luhan pensaba diferente que aquellos.

- Quita esa cara – le decía Minseok a Luhan – algún día encontraras a esa persona especial en tu vida, será la sirena mas hermosa del reino, esa persona que llenara lo que ahora le falta a tu corazón y serás muy feliz, serás el rey, tendrás a tus hijos, ¿Qué mas pudiera alguien pedir? – El trataba de animarlo, pues lo veía un poco melancólico.
 – Tienes razón, algún día seré feliz, ya lo veraz – le regalo una sonrisa sincera y cálida – Por lo pronto, cúbreme esta noche – Luhan le sonrió.
 - ¿Qué piensas hacer ahora? Luhan, por favor, no hagas cosas locas, deja de hacer tonterías, ya tienes 16 años Tienes que empezar a crecer, tenemos que crecer – Su amigo lo regañaba como vil padre.
 – entonces, ¿me cubres? – Luhan sonreía.
 – ¿Qué otra opción tengo? – Minseok suspiro y el rubio lo abrazo fuerte.
 – Muchas gracias, eres el mejor amigo de la historia- Beso las mejillas de su amigo y ese se las limpio rápido, ambos rieron un momento pero después todo volvió a ser seriedad.
 – solo…ten mucho cuidado, no hagas cosas atrevidas, Cuídate, no me perdonaría si te pasara algo - Luhan asintió y al regreso al palacio se encerró en la torre de su habitación esperando a que llegara el anochecer para salir en busca de aventuras en la superficie, estaba decidido, esta vez no solo nadaría cerca a la superficie, esta vez saldría por completo, iría arriba esa misma noche a explorar el otro mundo, lo que tanto anhelaba, sintió que los minutos se hacían cada vez más largos y eternos.

La noche llego y con ella la aventura que le esperaba al chico, salió de su habitación cuando sintió que todos dormirían, sin hacer le menor ruido dejo el palacio y se fue nadando hasta el lugar de su escondite, tomo algunas cosas como su libro favorito y nado hacia la superficie, sentía que su corazón iba a salir de la emoción y los nervios que en ese momento sentía. Cuando sintió estar a pocos metros de esta, nado más despacio, saliendo poco a poco, divisando lo que había en el exterior, sintió un aire un poco frio en su cabello y frente que ahora estaban en la superficie, poco a poco salió hasta tener la cabeza completamente fuera, podía respirar, podía respirar de aquel oxígeno, volteo hacia arriba, aquel que llamaban cielo era aún mas hermoso que en las historias que leía, o las fotos que encontraba, puntos brillantes muy luminosos estaban en el, estrellas, le parecían las cosas mas hermosas, ¿Cómo es que se había perdido de tanto todo este tiempo? ¿Cómo les podían prohibir salir a la superficie cuando todo era hermoso?.
A lo lejos observo que había una ciudad, tenía un puerto muy lindo, de el estaba zarpando un barco, Luhan sintió curiosidad, pero pensó que ya llevaba mucho tiempo fuera de casa y que tenía que regresar antes de que alguien pudiera notarlo, pero se prometió a si mismo que al día siguiente volvería, volvería para ver de nuevo aquel barco.

La noche siguiente de nuevo logro escaparse, subió a la superficie, recordaba exactamente aquel lugar que había visto la noche anterior, salió, pero no encontró aquel barco que esperaba, en cambio había un joven sentando en la orilla del muelle de madera, tenía los pies dentro del agua y jugaba con algún objeto en sus manos. Luhan le observo por varios minutos fijamente, observaba cada movimiento de él, cada vaivén se su pecho al respirar, aquel joven era realmente apuesto, la luz de la luna reflejaba sus facciones masculinas y su buen cuerpo que se dejaba ver por su camisa entreabierta. El muchacho empezó a tararear una canción muy bajo, Luhan había oído a seres cantar el doble o el triple más hermoso que aquel humano, pero para sus oídos aquella era la melodía mas perfecta que podía existir, cerró los ojos y por un instante quiso seguirlo en aquella canción pero se detuvo, no podía ser descubierto, no podía acercarse, despejo esos pensamientos de su cabeza. El joven que estaba en el muelle volteo hacia el mar al escuchar ruidos - ¿Hola? – Pregunto, afortunadamente Luhan logro esconderse detrás de una roca, casi era descubierto, respiraba agitado, escucho que unos pasos se alejaban, lo supo por el crujir de la madera. Volteo y donde antes había aquel humano apuesto, ahora solo quedaban leves ondas en el agua donde estaban sus piernas y nadie más cerca de ahí. Sintió un profundo vacío por la partida de aquel, así que solo opto por regresar, nado hacia el fondo del océano, tenía que volver a su casa.

-¿Qué!? ¡¿Cómo que viste a un humano?! – Le exclamaba su fiel amigo.
 – Shhh, te van a oír – Luhan le cubrió la boca – Si, lo vi Minseok, no tienes idea, era…era el ser más hermoso – Luhan hablaba y casi irradiaba luz por todo su cuerpo.
 – Luhan, no son como nosotros, ellos son malos – Luhan frunció el ceño.
 – No lo son, son indefensos, indefensos y hermosos, él lo es. – Minseok abrió los ojos
– Espera.. ¿El? ¿Es un macho? –  Minseok pregunto y el rubio le miro con cierta tristeza
– si – le contesto.
- ¿Estás enamorado de un macho? – Minseok no lo podía ni creer.
– No...no estoy enamorado, solo…solo quiero ser su amigo, quiero estar con él, quiero hablarle, quiero tocarle, sentirle – Minseok lo miraba con un gesto de desaprobación.
 – Seokie, tienes que ayudarme a verlo otra vez – Le decía Luhan, tomando a su amigo por los hombros.
 - ¿Cómo crees eso? No quiero Luhan, nos vamos a meter en problemas - pero al final se sintió tan conmovido por la expresión triste y a la vez ilusionada de su amigo que decidió ayudarlo – Está bien, pero solo será una noche más, solo una más, Luhan...y no volverás a subir a la superficie, ¿verdad? – Luhan le sonrió
– solo esta noche.

- ¿Qué le pasa a mi hijo? – Pregunto el padre de Luhan al encontrárselo vagando por el palacio dando vueltas y llevando flores de aquí para allá.
 – Si me permite intervenir majestad, Creo que está enamorado – dijo una de las sirvientas
 - ¿Enamorado? – El rey no lo podía creer.
 - sí, que no es obvio, canta a cada rato, no deja de sonreír, jamás lo habíamos visto así de feliz, todos en el palacio lo están comentando –el Padre de Luhan sonreía ante lo que escuchaba.
 – Así que mi bebe esta al fin enamorado, ¿Quién será la sirena que ha robado su corazón? Crecen tan rápido, apenas fue ayer cuando era un pequeño curioso, Me siento tan feliz de verlo, esta noche hablare con él, quiero saber quién es la chica que logro entrar en su corazón de roca – El rey salió a sus deberes con una sonrisa.

La tan anhelada hora llego y Luhan más rápido que antes nado hasta la superficie, se escondió detrás de aquella roca que ya era su fiel cómplice, escucho que alguien se acercaba, si no le fallaba su sentido de orientación y noción del tiempo, era la misma hora que el día anterior, se asomó con cuidado y lo vio, era el, de nuevo aquel humano, vestía elegante, Luhan se imaginó en aquellas prendas, se preguntaba si él se miraría igual de atractivo que aquel si vistiera de esa forma, probablemente no, aquel joven de piel tostada hacia que toda el autoestima de Luhan se difuminara.
Sintió su corazón acelerarse cuando se arriesgó a acercarse más, iba detrás de las rocas refugiándose, hasta que nado por lo profundo y salió justo debajo del muelle, debajo de aquel chico, sintió que los nervios lo acabarían y que la adrenalina se disparaba sin control por todo su cuerpo cuando vio que las piernas del moreno entraron en el agua, justo como la noche anterior, el movía los pies lentamente, pies que estaban a escasos centímetros de Luhan ¿Qué se sentiría tocar la piel humana? ¿Pies? Eso era lo que los hacia diferentes. Quiso tocarlo, quiso abrazarse a él y no dejarlo ir, pero no podía, la desesperación se apodero de su cuerpo y casi pudo llorar de la impotencia por no poder tenerlo, cruzo por su mente la idea de jalarlo  y arrastrarlo hasta el fondo del océano con él, de llevárselo consigo y poseerlo por siempre, pero si algo había aprendido de las historias en los libros, era que los humanos no podían respirar en el agua, entonces eso acabaría con la vida de aquel ¿no? Él no lo quería muerto, el quería que su corazón latiera, que latiera por él.

-¡Kai! ¿Qué haces? Te estamos esperando – otra voz se escuchó acercarse, Luhan se agacho escondiéndose en el agua ¿Kai? Ese es su nombre, es hermoso, pensó Luhan solo de sus ojos para arriba salían de la superficie, aunque seguía escondido debajo del muelle, ¿Quién era esa voz que se acercaba? Era grave, así que debía ser un hombre.
– Ya voy Taemin, solo vine por un poco de aire – El moreno saco las piernas del agua, se secó y se puso sus zapatos, camino hacia aquel joven que se le había acercado. Luhan se asomó para ver a donde iban o quien era ese otro humano, vio que el moreno lo abrazaba por el hombro y así juntos abandonaban el muelle.

Los celos se apoderaron de él, si tan solo conociera el fuego, en ese momento el estaría que lanzaba llamas a todas partes, las sirenas eran conocidas por ser seres hermosos y bondadosos, eso era cierto pero también por ser las criaturas más celosas y posesivas que pudieran existir, podían transformarse en verdaderos monstruos asesinos, los más peligrosos, aquel otro humano de nombre Taemin le había quitado a su Kai, se lo había llevado cuando apenas convivían, si es que a eso se le pudiera llamar convivir, Luhan estaba completamente cegado por la ira, se lo cobraría, se lo cobraría caro.

Esa noche Luhan no pudo dormir, daba vueltas y vueltas, ¿Quién sería aquel otro humano? ¿Por qué se abrazaban? ¿Serian algo? Muchas cosas le daban vuelta, le había prometido a Minseok que sería la última noche, pero obviamente no sería la última y menos con lo que acababa de pasar, así que al día siguiente volvería, volvería por él y no le importaba lo que su amigo o los demás pudieran decirle.

A la mañana siguiente despertó como cualquier otro día, se arregló el cabello y coloco su corona para realizar sus cortos deberes reales, en realidad no tenía muchas ganas de hacerlo, el solo quería salir nadando por aquí y por allá, jugando con caracoles con su mejor amigo, pero tenía deberes, que una vez cumplidos, dejaría el palacio para irse por ahí.

-¡Luhan! ¡Luhan! – La voz de Minseok sonaba por todos los pasillos del palacio.
 – ¿Que sucede? Estoy ocupado – Le dijo el príncipe
 – deja de hacer eso!, tengo algo para ti – Minseok sonreía y la curiosidad de Luhan era enorme, así que dejo pendiente lo que estaba haciendo y salió con su amigo para ver aquello que quería mostrarle.

 Llegaron a la “guarida” donde tenían todos sus tesoros, una vez que se aseguraron que nadie los veía, Minseok saco de una pequeña bolsa un objeto que parecía como una caja redonda.
 – Ábrelo – Luhan lo abrió y de ella salieron dos personas que bailaban juntas, giraban al mismo tiempo que una melodía lenta empezaba a sonar.
 – ¡Es la canción de Kai! – Exclamo Luhan.
 - ¿Kai? ¿Quién es Kai? – Su amigo no parecía comprender.
 – Es su canción, la canta todos los días, lo escucho, sé que es esta – Luhan miraba perdido la pequeña caja de música y como aquellas figuras se movían
 – ¿Dónde lo conseguiste? – Sonreía, se sentía muy feliz de poseer aquel regalo que le había hecho su amigo.
 – Nadaba por los corales y lo encontré, brillaba mucho así que quise saber que era, cuando lo vi, supuse que te encantaría – Minseok estaba emocionado
– y me encanta, muchas gracias Seokie – Luhan lo abrazo y el otro le correspondió.
 – Considéralo un pequeño regalo porque sé que cumplirás tu promesa de no volver a subir – La sonrisa de Luhan se borró
 – Acerca de eso, volveré Minseok, tengo que volverlo a ver – El otro no podía creer lo que escuchaba.
 – Luhan me lo prometiste, ¡dijiste que no volverías a subir!, corres mucho peligro, no quiero que vayas – Minseok hizo una pausa – además, tengo la sospecha de que no somos los únicos que saben de esto, pienso que hay quienes nos observan y saben, tu eres el príncipe, los ojos están siempre puestos en ti. – Minseok le decía pero Luhan parecía no escucharlo.
 – Tendré cuidado, nadie lo sabrá… - jugaba con la caja de música mientras sonreía embelesado en la melodía –

La noche apenas y se asomaba cuando Luhan ya estaba rumbo a la superficie, según el cuidaba que nadie lo veía, ya no tenía la confianza de que su amigo lo cubriría, pero aun así no le importo y salió del palacio, llego a su fiel Roca, la que lo cubría.
Pasaron 5 minutos, 10, 30 y nadie se asomaba por aquel muelle, Luhan empezó a desesperarse, ¿Dónde estás? ¿Por qué no vienes? Pero nunca nadie se pasó por ahí. Sus dedos empezaban a moverse impacientes, su expresión era en angustia ¿Por qué Kai no había llegado ese día? Le entristecía pero también le enojaba.
Cuando sus ojos se clarificaron miro un barco a lo lejos, podía recordarlo como el barco que miro la primera vez que subió, noto que de aquella nave salían luces chispeantes y de colores, eso le llamo la atención y se acercó nadando lo más rápido que pudo hasta llegar al barco, se acercó y noto que había lo que parecía una fiesta, había música, comida y gente bailando, sabía que no debía estar ahí pero la curiosidad siempre había sido más poderosa que él, estaba arriesgando todo.

-¡Felicidades por tus 18! ¿Porque no bailas para nosotros? – se escuchaban voces y gritos desde la cubierta, Luhan se asomó por una rendija con mucho cuidado y lo pudo ver, ahí estaba, aquel hermoso moreno, por el que había estado esperando en el muelle, así que esta era la razón por la que no apareciera en aquel lugar, le estaban celebrando su cumpleaños. Luhan lo miraba perdido, estaba perdido en el baile de Kai, no despegaba sus ojos llenos de admiración. Ojala yo pudiera bailar como el, se decía a sí mismo.
 – Es la mejor fiesta de todas las que has hecho Kai – El mismo joven de la noche anterior, llamado Taemin estaba abrazando a Kai, lo abrazaba y ahora bailaban juntos, Luhan sintió como la sangre le subía a la cabeza y su expresión se volvió sombría.

 Parecía que el clima se había coordinado con él pues de pronto el cielo empezó a retumbar, se volvió todo más oscuro y un fuerte aire empezó a embravecer el mar, las olas comenzaron a chocar con el barco, Luhan salto hacia el agua, el barco se movía de un lado a otro por las olas, los rayos comenzaron a caer y la lluvia llego, todos en aquella nave corrían de un lado a otro, el agua entraba por todas partes, un rayo cayó justo en medio del barco, los marineros comenzaron a saltar al agua, el barco comenzaba a hundirse.
Luhan diviso una silueta que caía al mar, se acercó y pudo comprobar quien era, ese rostro que no olvidaría y que ya odiaba, jalo a Taemin por las piernas cuando este intentaba sostenerse a flote de un pedazo de madera, Luhan lo arrastro y mientras lo hacía, presionaba contra su cuello, quería ahorcarlo, que se ahogara, que no viviera más, Taemin abrió los ojos, alcanzando a ver aquella criatura que le causaba el mal, pudo ver la ira y odio en los ojos de Luhan, se asustó y empezó a patalear desesperado intentando quitarse a aquel de encima y poder nadar a la superficie, pero le era imposible zafarse de esas garras.

Luhan estaba a punto de lograr lo que buscaba, pero fue interrumpido al ver a lo lejos como Kai, caía al fondo del océano, necesitaba ayuda, alguien que lo hiciera salir a flote, así que soltó a Taemin y nado rápido hacia su Kai, lo tomo de los brazos levantándolo con toda la fuerza que pudo reunir, lo saco a la superficie nadando entre escombros y partes destruidas y quemadas del barco, lo arrastro hasta una roca lejos de los ojos de alguien, presiono contra su pecho para que el moreno sacara el agua, este lo hizo, pero quedo inconsciente a los pocos segundos, cayo desmayado.
 Cuando todo se volvió más tranquilo, Luhan arrastro a Kai hacia la orilla de la playa, como pudo lo dejo sobre la arena, no había nadie cerca así que salió y se recostó de lado del joven, le acariciaba el cabello, las mejillas, los parpados, por fin podía sentir la piel humana, era tan suave, tan cálida, recorrió sus labios con las yemas de los dedos, bajo por su cuello, Kai era hermoso y el solo hecho de tenerlo en sus brazos provocaba que su corazón saltara de felicidad y se llenara de calidez, con mucha suavidad y esa hermosa voz que lo caracterizaba, Luhan empezó a cantar la canción que varias veces había oído de la voz de Kai, le cantaba mientras acariciaba sus brazos y ponía la manos sobre su pecho.

A los pocos minutos Kai empezó a moverse, respiraba profundo y fruncía el entrecejo, medio abrió los ojos y pudo ver aquel rostro angelical, aquellos ojos grandes que le observaban, eran unos ojos llenos de amor, llenos de ilusión, estaba medio inconsciente, no estaba en sus sentidos pero su cerebro aun recordaba la canción así que canto las últimas líneas que le faltaban a Luhan para terminar la estofa, después dijo – tu….me salvaste – Kai apenas podía hablar o ver, las imágenes que captaban sus ojos eran borrosas, pero podía distinguir aquel rostro pálido y de labios rosados, era de lo más bello, levanto una mano para poder tocar a aquella criatura – Volveré por ti...te lo prometo, volveremos a vernos – Dicho esto y con todo el dolor de su corazón, Luhan se separó de Kai, pues tenía que volver al agua, no podía estar mucho tiempo fuera de ella, nado escondiéndose detrás de una roca, aún era de noche pero el sol empezaba a divisarse en el horizonte, estaba por amanecer, vio que unas personas se acercaron para ayudar a Kai, así que Luhan no pudo hacer más que salir de ahí, nadando hacia el fondo del océano, otra vez.

-¿Luhan dónde estabas? ¿Sabes lo preocupado que estaba? No apareciste en casi toda la noche, estuve a punto de ir a buscarte…. ¿Luhan? – Minseok lo miraba, este parecía perdido, tenía una sonrisa amplia.
 - ¿Qué tienes? ¿Te pasa algo? – le pasaba la mano por el frente de los ojos para hacerlo. Reaccionar.
 – Lo toque Seokie, es tan suave y cálido – Luhan se miraba la mano.
 - ¡¿Cómo que lo tocaste?! Cuéntame lo que paso – su amigo casi se infartaba de oír lo que el príncipe decía.
 – Si, los humanos son criaturas fascinantes… - Luhan le conto toda la historia de todo lo que había pasado, excepto la parte donde casi asesinaba a uno de ellos.


Se hizo de noche, Luhan nuevamente salió como todas las noches a la superficie a verlo, aquello se había convertido en una costumbre.

Sin embargo no se imaginaba que esa sería la última noche.
Como las otras, nado hacia el palacio y entro a su habitación, venía con una sonrisa, pero su cuerpo se petrifico al ver a su padre ahí dentro.
 - ¿Dónde estabas? – Luhan volteo a ver a Minseok como buscando una respuesta en sus ojos, pero su amigo estaba casi llorando del miedo.
 – Minseok, vete a tu casa… y desde ahora te prohíbo rotundamente que vuelvas a dirigirle la palabra a mi hijo, ni si quiera que lo vuelvas a ver, o tu familia recibirá las consecuencias – Al oír las órdenes del padre de Luhan, Minseok salió rápido de la habitación tenia lágrimas en los ojos. Luhan no comprendía lo que pasaba pero se lo podía imaginar, había sido descubierto, alguien le había dicho a su padre lo que había pasado, era su fin.
 - Sabes que todos tienen rotundamente prohibido subir a la superficie – Su voz era fuerte, grave y oscura.
 – me esfuerzo para que los habitantes respeten las reglas. Y vienes tú, ¡mi propio hijo a romperlas! ¡MI PROPIO HIJO!, No solo subiste a la superficie, si no que tuviste contacto con un sucio humano, esas criaturas apestadas del mundo, Habrase visto semejante situación, ¡debiste dejarlo ahogarse y que alimentara a los tiburones! – el rey gritaba molesto-
- ¡JAMÁS! –grito Luhan y el rey abrió los ojos.
 – ¿porque me retas Luhan? ¿Por qué lo defiendes si no es mas que un pedazo de carne inservible que… – Pero el rey fue interrumpido
-  ¡Basta ya! ¡Deja de insultarlo! Él no es como tú dices, ¡yo lo sé! – Luhan gritaba furioso pero la voz de su padre era aún más grave e imponente.
 – ¡Tú no sabes nada, eres un niño! – El rey estaba que lanzaba rayos por los ojos.
 – Yo lo sé, ¡YO LO AMO! – Los ojos de su padre se abrieron a más no poder, estaba furioso, levanto su pesada mano y dejo caer con toda su fuerza un golpe a la mejilla de Luhan.
– No lo puedo creer… era esa basura de quien estabas enamorado… ¿Qué voy a hacer contigo? ¡¡¿POR QUÉ TE NIEGAS A OBEDECER?!! – Las lágrimas no salían de los ojos de Luhan, no lloraba, sentía dolor, un dolor inimaginable, pero no lloraba.
 – Porque no me cortas la cabeza y ya…se acabarían tus problemas ¿No? ¡Ahórrate los discursos! – Luhan miraba retadora y fulminante a su padre, el cual se sorprendió al oír a su hijo pronunciar aquellas palabras.
 – No, te quedaras encerrado en la torre, no volverás a salir, no más diversión o juegos, vas a madurar por las malas. Olvídate de la libertad, así tenga que encadenarte, lo hare.

El rey cerro todo, ventanas, puertas y todo lo que le hiciera tener contacto con el exterior, encerró a su hijo y salió de ahí. Luhan estaba inconsolable, lanzo todo lo que en su habitación había, adornos, objetos y espejos, rompió todo lo que tenía a su alcance, no le dolía el enojo de su padre, no le dolía perder su libertad, no le dolía el golpe en su mejilla, le dolía en no poder ver otra vez a quien tanto amaba, no volvería a sentir el aire del exterior o la brisa chocar con su rostro, ahora estaba prisionero, prisionero en su propia habitación, prisionero de una aleta. Maldecía por su vida.
Cuando logro relajarse intento por todos los medios abrir las ventanas o la puerta, buscar una rendija por donde se pudiera colar pero no había nada, todo estaba perfectamente sellado, fue a su bolso en busca de algún objeto que pudiera utilizar y encontró la caja de música que le había regalado Minseok, le dio cuerda y la puso a funcionar, se sentía triste, muy triste aun así, las lágrimas no aparecían en sus ojos.

Observo una luz que se hacía notar en la oscuridad de aquella habitación, era una luz verde que poco a poco se hacía más intensa, Luhan abrió los ojos como platos, estaba un poco asustado por aquello, la luz se transformó en una extraña criatura marina lo que parecía como un pez pero más feo, traía un mensaje.
-Criatura que sufres, conozco a quien tiene la solución a tu desgracia, no tienes por qué sufrir más, toca mi aleta y te guiare a tu destino – Luhan tenía miedo, no sabía qué hacer, pero aquel extraño pez se transformó en la figura de Kai, el cual le extendía la mano con una sonrisa, Luhan pensó que alucinaba, se tallo los ojos pero ahí seguía aquel, así que como hipnotizado estiro el brazo y tomo la falsa  mano de Kai, no se sentía cálida, pero al momento sintió como electricidad que subía por su cuerpo, quedo inconsciente por fracción de segundos.

 Apareció en zona muy lejos de donde él conocía, se encontraba en un lado del océano que era desolado y triste , no había corales, arrecifes o peces nadando alegres, sin flores o criaturas hermosas, solo había animales extraños y algas grises sin vida.
 - ¿Dónde estoy? – Luhan sintió un escalofrío cuando el pez extraño de su habitación le contesto.
 – Donde tú quieras estar – el pez Le mostro algo que parecía una sonrisa, pero ni se le acercaba, era retorcida y malévola.
 – Sígueme, príncipe azul–

Prácticamente aquel lo empujó hacia una cueva, al principio todo era oscuro pero después algunas luces fueron apareciendo, era una guarida realmente extraña, tenía extraños animales encerrados en frascos, había pociones por todas partes, el miedo seguía presente en su cuerpo
- ¿Qué hacemos aquí? – Pregunto temblando
 –¿esto?…es lo que querías – y el pez desapareció.
 - ¿Hola? ¡Hey!...no me dejes aquí, ¿Cómo regreso? – Luhan volteaba a todas partes.
 – No tengas miedo – una voz grave apareció.
 - ¿Quién es? – Luhan se giró y vio frente a él aquella figura de la que tanto había oído hablar en mitos pero que nunca había visto personalmente y dudaba de que existiera, había rumores del hechicero del océano, alguien desalmado y cruel , pero nunca se imaginó encontrarse con aquel, le observo a detalle, era alto, muy alto, su extremidad inferior era de una anguila, se miraba la electricidad por sus venas, su torso era muy marcado, tenía algunas cicatrices y tatuajes al igual que en su rostro había algunas marcas pasadas y en su oreja perforaciones, tenía los ojos como de un felino, irradiaban maldad, su cabello negro como la noche enmarcaba su rostro, aun así aquel le regalo una sonrisa retorcida a Luhan.
 – Relájate, estamos entre amigos ¿no? – El hechicero se escurrió atrás de Luhan y lo abrazo por los hombros.
 – Solo quiero ayudarte, mi nombre es Tao – la voz de aquel sonaba profunda.
 – ¿Qué puedes hacer tu por mí? déjame – tenia miedo, pero quiso aparentar seguridad así que se soltó de aquel abrazo.
 – quiero irme a mi casa, ¿Cómo salgo de aquí? – Pero Tao rio malévolo.
 - ¿Estás seguro que quieres ir a tu casa...? –chasqueo los dedos y frente a Luhan apareció la figura de Kai, el abrió los ojos grandes pero su figura desapareció cuando quiso alcanzarlo.
 –Yo puedo ayudarte príncipe, se lo que tu corazón desea…solo tienes que pedirlo – Tao le susurraba al oído y moviendo sus dedos hizo que una figura de Luhan apareciera ante sus ojos, definitivamente era el, pero ahora tenía piernas, rápidamente esa imagen desapareció, dejando a un Luhan Curioso e interesado.
– ¿Por qué quieres ayudarme? – Luhan lo miraba, desconfiaba, pero también sabía que aquel hechicero podía darle lo que tanto anhelaba.
 – Digamos que, me siento bondadoso – Tao se separó de él y fue a acomodarse el cabello frente a un espejo que había en aquella cueva.
 – Quiero convertirme en humano – dijo Luhan con una voz seria, entonces una sonrisa diabólica se dibujó en el rostro del hechicero.
 – No tan rápido, guapo, aún no hemos hablado de lo que yo recibiré a cambio…todo en esta vida tiene un precio, incluso para ti – Tao tocaba el cabello de Luhan, sus caricias eran agresivas
 – Pídeme lo que sea, ¿Perlas? ¿Joyas? Te lo daré –Luhan le miraba pero arqueo una ceja al ver como Tao se carcajeaba.
 Nuevamente el hechicero chasqueo los dedos y pociones y objetos empezaron a atravesar por todas partes como con vida propia, explotaban contra las paredes derramando sustancias y luces.
 – Ponme atención niño bonito – Tao tomo la barbilla de Luhan con fuerza dirigiéndola hacia un punto fijo donde unas imágenes aparecían – Me traerás el corazón latiente del príncipe…pero no un corazón cualquiera… sino uno enamorado - las palabras escupían veneno.
 – tu tendrás que lograr que el príncipe se enamore de ti, solo entonces le arrancaras el corazón y me lo traerás. – Luhan abría los ojos cada vez más, estaba asustado, todo giraba a su alrededor y las palabras lúgubres del hechicero retumbaban en su cabeza.
 - Entonces serás humano para siempre… - apareció ante sus ojos una imagen de él sonriendo, tenía piernas y bailaba a lado de Kai.
 -  Pero si no lo haces antes de la media noche del tercer día… te convertirás en simple espuma de mar. – Pociones empezaron a explotar por todas partes, una luz invadió el cuerpo de Luhan.
 - ¡¿Qué dices Luhan? ¡¿Aceptas o no?! – la magia empezaba a dispararse y Luhan solo podía ver los ojos terroríficos de Tao.
 – Solo tienes que firmar – un pergamino apareció ante sus ojos, todo le daba vueltas, su mente se nublaba, estaba bajo presión, tomo la pluma y firmo aquel pergamino sin pensarlo más. La risa malévola del hechicero era cada vez más fuerte.
 – Olvide mencionarlo Luhan, me quedare con tu voz, no la vas a necesitar, tu belleza te será más que suficiente, ¡a nadie le va a importar si hablas o no! mejor que seas callado – Aquel seguía riendo, Luhan se sintió engañado, quiso retractarse pero había firmado y no había vuelta atrás, después lo único que pudo escuchar fue aquella risa que retumbaba en sus oídos, antes de ver como las luces y chispas rodeaban su cuerpo por cada rincón, sintió que no podía respirar, no podía abrir los ojos.

Perdió la conciencia.   

 

Abrió los ojos pesadamente, algo caliente le molestaba en  el rostro observo una luz muy brillante sobre él, se cubrió con la mano, cuando al fin logro abrir los ojos y enfocar se dio cuenta de que aquello era el cielo, el aire fresco que corría le movía algunos mechones de cabello, se sentó y miro hacia el frente, estaba el mar, aquel océano que había amanecido tranquilo esa mañana.
Bajo la vista y ahí estaban. Piernas. Sintió una emoción inexplicable, su cuerpo estaba desnudo completamente pero no le importaba, tenía piernas, no dejaba de tocarlas, verlas y admirarlas, su piel era suave tal vez más de lo que podía recordar la vez que toco la de Kai, y ahora él se sentía cálido y no frio, intento ponerse de pie de inmediato, pero no se acostumbraba a aquellas, así que cayó en la arena, al fin sentía la arena, enterró los pies en ésta jugando, cuando vio que alguien que caminaba por la playa se le acercaba, intento esconderse, pero ahora no era tan rápido y ágil, al contrario era torpe y lento.
 - ¿Quién está ahí? – se escuchaba una voz que gritaba, Luhan se quedó tumbado lleno de arena al no poder huir.
 –¡Válgame Dios! ¿Qué le ha pasado joven? – Aquella persona se le acerco y se quitó el saco para ponerlo sobre los hombros de Luhan y cubrirlo
 - ¿Cómo llego aquí? – Luhan quiso explicarle pero no salía sondo alguno de su boca.
 – Déjeme ayudarlo, venga conmigo, le daré algo de beber y comer, tal vez este cansado – aquel hombre se lo llevo de la playa, entraron a una casa enorme, era gigante y llena de Lujos, Luhan abría los ojos apoyado completamente del hombre que o llevaba, apenas y podía mover los pies. Llegaron a una cocina que era bastante grande, se sentó en una silla.
 – Espérame aquí, puedes comer lo que gustes si quieres, iré a buscar a alguien para que te asista – En eso el joven dio vuelta para irse pero choco con alguien.
 – Oh!, disculpe Señor – se disculpaba.
 – no es nada, solo venía a… - Los ojos de Luhan se iluminaron a mas no poder, aquella persona que había entrado era Kai, sin duda lo era, se miraba mejor que antes, mejor que nunca.
 – ¿Quién es esta persona? – Dijo Kai señalando hacia Luhan.
 – Ah, vera joven, lo encontré en la playa sin nada y débil…creo que es un náufrago, además...no habla – le decía en voz baja a Kai.
 – Ah ya veo – Kai se acercó a Luhan y se agacho acomodándose frente a él. Luhan lo miraba con los ojos iluminados, no podía creer lo que pasaba, al fin aquel moreno sabia de su existencia y le dirigía la palabra, tenía una voz grave y hermosa.
 – ¿eres un náufrago? – Luhan negó.
 – Siento que te he visto antes, Kai se acercó más a su rostro, aquellos ojos, los recordaba en su memoria, El acercamiento hizo que el corazón de Luhan bombeara desmedidamente y que el color subiera a sus mejillas.
 – ¿Cómo te llamas? – Pregunto el moreno, Luhan quiso explicarle con señas de donde venía, su nombre, lo que era y que había pasado. Le quería explicar todo al mismo tiempo pero Kai solo fruncía el entrecejo confundido, pero después sonrió.
 – Creo que ha tomado demasiada agua de Mar – Le acaricio el cabello a Luhan despeinándolo.
 – Suho, denle algo de ropa, y arréglenlo, quiero que sea mi invitado para la fiesta de hoy – Suho quien era el que había encontrado a Luhan en la playa asintió.
 – Si señor, ven muchacho, necesitas urgentemente un baño – levanto a Luhan del brazo.
 – ¿Por qué hueles tanto a pescado? – Suho se lo llevó.

 Entraron a un baño gigante con una tina enorme, la cual llenaron de agua y  jabón, Luhan entro, el agua era cálida y el jabón suave resbalaba por su blanca piel, todo le causaba asombro, la espuma, los artefactos de baño, los adornos, Suho solo le veía y sonreía
- ¿Cuándo años tienes? – Luhan le hizo señas.
 - ¿16? Ahh ya veo, eres un pequeño – Le ayudo a colocar champú en su cabello, lo enjuago y salieron del agua, con ayuda de una toalla lo seco por completo.
 – Aquí te dejo la ropa, vístete, yo esperare afuera para ayudarte con el moño y definitivamente tenemos que hacer algo con ese cabello  - Luhan le sonrió dulce.

 Volteo hacia el espejo que había ahí dentro, su cuerpo se veía frágil, exploro cada parte de este recorriendo desde su pecho, bajando por su abdomen, encontrándose con partes que no tenía idea que existían. Viajo por su cuerpo hasta encontrarse con su rostro, su cabello ahora era rubio dorado, ya no tenía esos destellos azules y plateados que lo caracterizaban, ahora eran color miel. Un sonido de la puerta le interrumpió.
 – ¿Ya está listo? – escucho a Suho que le preguntaba desde afuera, así que se aproximó a la ropa y tuvo problemas para saber que iba primero pero podía recordar como vestían todos y el orden de las prendas, después de un rato salió encontrándose con Suho
– Wow, te vez, diferente – Luhan sonrió apenado.
 -  solo hay que arreglar esa melena – Le dijo y ambos entraron al cuarto de huéspedes, Suho lo sentó frente al tocador y empezó a secar su cabello, se lo acomodo y peino de lado dejando un fleco sobre su frente, enmarcaba perfecto a sus facciones, una vez terminado con el peinado, este le ayudo a hacer el moño en su cuello, finalmente suspiro.
 – Sabia que tenías potencial, eras muy atractivo pero ahora, arreglado creo que vas a dejar a todos boquiabiertos, que suerte tienes ¿eh? Felicítame a tus padres – Suho le sonreía. Lastima que no puede hablar. Pensó él.

Luhan bajo las escaleras que daban hacia el gran salón donde la fiesta se celebraba, las personas vestían elegante, el salón estaba casi completo adornado de un color dorado y luces amarillas, los ojos de Luhan se iluminaron al ver a aquellas personas bailar, lo hacían al ritmo de la música clásica.
 – ¡Wow! ¡Te ves increíble! – Kai llego a donde estaba él y le tomó del brazo.
 – Ven conmigo, pero ¡no me vayas a quitar a mis admiradoras! – Obviamente eso no estaba en los planes de Luhan, solo había espacio para una persona y esa persona lo llevaba ahora del brazo. La noche siguió.
- ¿Por qué no bailas? – Le preguntaba Kai a Luhan al verlo sentado, llevaba toda la noche en aquella silla, claro que Luhan se moría de ganas por bailar, pero no sabía cómo hacerlo, no tenía ritmo y aun le costaba coordinar sus piernas, suspiro y como pudo le dio a entender a Kai que no sabía cómo hacerlo
 – yo te enseño – el moreno le sonrió dulce y le ayudo a levantarse tomándolo de las manos.
 – primero tienes que escuchar el ritmo, la música te dice si ir lento o rápido – él lo guiaba.
 – Después mueves tus pies, tus brazos – Kai lo acerco de la cintura quedando sus cuerpos algo juntos.
 – ¿lo sientes? Solo es cuestión de que encuentres el ritmo – Luhan sentía a su corazón latir cada vez más rápido por el acercamiento, aun así parecía seguir el ritmo de la música, se movía lento pero eran movimientos atinados, le sonreía a Kai y este le correspondía de la misma manera, hasta que Luhan lo pisaba y este se quejaba, pero luego reían y seguían intentándolo.
 – estas mejorando – Sus miradas se cruzaron quedándose así por unos segundos, observándose fijamente el uno al otro.
 -  estoy seguro que esos ojos…. – Kai fue interrumpido.
 – ¡Hey!– La voz de Taemin se escuchó, este venia acercándose por detrás de Kai
 - ¿Quién es tu ami…..go… - Taemin se quedó congelado cuando miro a Luhan.
 – Hola Tae, ¿hablas de él? Suho Hyung lo encontró en la playa esta mañana, al parecer es naufrago, no puede hablar pero es muy agradable, se quedara con nosotros hasta que pueda regresar a su hogar o algo  - Taemin no dejaba de observar al Rubio.
 – Kai, ¿podemos hablar? – Le dijo y el moreno acepto –
 Ya regreso, no te pierdas – le regalo una sonrisa a Luhan y siguió a Taemin a un lugar mas privado.
 - ¿Qué pasa? – Pregunto curioso.
 – Pasa que ese chico no me da confianza, ¿al menos sabes cómo se llama? O ¿de dónde viene? – Kai se le quedo viendo, no sabía esas respuestas.
 – Exacto, no lo sabes, no deberíamos confiar de un completo extraño, no sabes nada de él y ya lo estás alojando en esta casa, en el palacio real, ¿te has vuelto loco? – Lo cierto no era que Taemin desconfiara tanto de la gente, pero aquella mirada, aquellos ojos profundos solo le traían escalofríos pues recordaba perfectamente aquel rostro que lo llevaba al abismo, esa criatura que lo hundía, se había convencido días atrás de que había sido quizás un sueño, pero el ver a aquel chico, podría jurar que había sido él, aunque sonara descabellado.
 – Cálmate Tae, es muy tierno e inofensivo, no sabe nada. Solo relájate, no estará aquí para siempre, ahora si me disculpas iré a ayudarlo antes de que choque con más personas y tire más copas, ¡nos vemos!.

-¡BUSQUENLO!, ¡que nadie descanse hasta que mi hijo aparezca! Manden a todo delfín, a todo pez y crustáceo a buscarlo, no se lo pudo haber tragado la tierra – El rey del océano estaba inconsolable, había discutido con él y ahora estaba perdido, su único hijo ser más importante, ya no estaba.
Minseok no quería quedarse de brazos cruzados así que busco a su amigo en todos los lugares secretos donde solo ellos sabían y pensaba que él podía estar, pero ni rastro de él, solo le quedaba una opción, la superficie.
 Él nunca había ido ahí, tenía miedo, no sabía qué clase de cosas se pudiera encontrar arriba, pero era el único lugar que le faltaba así que reunió valor y se dispuso a subir. Nado un rato hasta que logro llegar a la superficie, el aire que corría era frio, sintió miedo y se escondió detrás de un par de rocas cuando escucho algún ruido, se asomó y ahí estaba, ahí estaba su amigo, sentado en un muelle de madera, tenía los pies dentro del agua  ¿pies? Si, pies, Minseok se tallo los ojos para comprobar que no estaba alucinando y no lo estaba.

Con mucha precaución se acercó a aquel, primero se aseguró que fuera su amigo, tenía que ser el, era idéntico, no había otra razón, necesitaba una explicación.
 – ¿Luhan? – Minseok hablo bajito saliendo debajo del muelle, Luhan pego un salto pero rápidamente se le abrieron los ojos y bajo la mirada en busca de su amigo, reconocía esa voz.
 – Aquí estoy – Luhan se agacho y lo vio debajo del muelle.
 - ¿Por qué no me hablas? – Luhan suspiro triste, le conto con señas y todo lo que pudo a Minseok, pero a diferencia de los humanos, este le entendió a la perfección
 – ¿entonces tienes que hacer que se enamore de ti el príncipe? ¿Y…solo te quedan 2 días? – Minseok descifraba lo que el rubio le decía.
 – ¡ay Luhan! , ¿Cómo te metiste en esto?... No te preocupes, te ayudare en lo que yo pueda – Luhan se agacho y abrazo a su amigo, beso su mejilla pero lo soltó rápido cuando ambos escucharon unos pasos que se acercaban.
 – Hasta pronto amigo – Le dijo Minseok y se fue nadando.

 

-Estas usurpando mi lugar – Luhan volteo y vio que venía Kai caminando hacia el
- ¿Qué hacías eh? Estas todo mojado – Le señalo la ropa, Luhan solo sonrió.
 – este es mi lugar favorito, siempre vengo aquí a pensar, a despejar mi mente, a veces canto, cuando me siento un poco triste – Kai empezó a tararear aquella canción que Luhan se sabía de memoria, puso una mano sobre su hombro intentando consolarlo, No estés triste, estoy yo aquí. Pensaba.
 – Gracias – Pareciera que el moreno le escuchaba y le entendía – No sé de dónde has llegado pero, me caes bien...Quisiera saber tu nombre – Luhan no sabía cómo decirlo y no podía escribir, así que decidió buscar objetos que tuvieran sonidos similares al de su nombre.
 – L..u… ¿Lu? – el asentía emocionado cuando Kai descubría una nueva letra
 – Lu …Lu… ¿Lui? – El rubio se ponía la mano en la frente pues el moreno no encontraba las palabras correctas.
 – Lu hen..Luian, Luhan..lu.. – Luhan asintió emocionado.
 –¿Luhan? – sonreía y no dejaba de asentir.
 – ¡Luhan!, ¿ese es? Wow ¡lo adivine! – Kai sonreía emocionado también, como si hubiese descifrado el enigma de la vida.
 – Es un nombre muy lindo, aunque suena extraño…me gusta – le acaricio el cabello a Luhan, ese ser que con tan solo unas horas de haberlo conocido ya se había ganado un lugar especial
 – Bueno Luhan, es hora de descansar, ¿nos vamos? – este asintió y ambos se levantaron, caminaron hasta el palacio para dormir, mañana sería un nuevo día.

A la mañana siguiente el sol brillaba en lo alto y entraba por la ventana de la habitación de Luhan, este abrió los ojos, estaba despierto pero no quería abandonar aquella, la cama era tan cómoda y las cobijas tan suaves que bien podía pasarse todo el día ahí. Se levantó y fue a tomar un baño, ahora sabia como hacerlo, al principio le tomo un poco de tiempo pero después se acostumbró al agua en cascada que corría por su cuerpo, se secó el cuerpo y el cabello, del armario saco algo de ropa casual pero que pensó que sería bonita, se probó varias cosas frente al espejo hasta que estuvo satisfecho en cómo se veía, como siempre su modelo era a seguir era Kai y lo que el vestía siempre estaba inspirado en él, alguien toco la puerta de su recamara, la abrió y para su sorpresa, era aquel moreno.
 – Que bueno que estás listo ya, vamos a salir – Lo jalo del brazo.
 – quiero que conozcas la ciudad – .

Salieron del palacio y caminaron por todas las avenidas de aquella ciudad, Kai compro pan dulce, Luhan lo comió y no pudo detenerse, comió como unos 3, compraron algunas frutas, nada de lo que ahí había era algo que Luhan hubiese visto en su vida, todo le emocionaba y cautivaba.
 - ¿Cómo es que puedes ser tan lindo? ¿Seguro que eres hombre? – Le dijo Kai, Luhan se sonrojo y Kai le sonreía pero a la vez no dejaba de admirarlo, aquel chico era realmente atractivo, sus facciones eran perfectamente irreales, y su piel se miraba extremadamente suave, se preguntaba si era tan tersa como se veía,  cada que lo miraba sentía una emoción extraña, algo que no podía describir, pero lo sentía, como si quisiera pasar todo el tiempo pegado a el, a Luhan y al menos este día así lo seria, había decidido a pasar todo el momento posible con su nuevo amigo .
 - ¿Te gustan las flores?  - compro un ramo de ellas y le puso una en el cabello, la cual Luhan se quitó de inmediato, Kai se echó a reír.
 – entiendo, los hombres no las usan, pero pensé que te quedaría bien – jugaron y caminaron toda la tarde incluso bailaron cuando llegaron a la plaza donde se celebraba una feria y Luhan escucho que había música, al parecer su ritmo había mejorado.
 El atardecer empezó a asomarse, Kai llevo a Luhan a lo alto de un mirador para admirar la puesta de sol, la cual solo le recordaba a aquel que solo que quedaba un día, no había encontrado al príncipe, solo había estado pasando tiempo con Kai, con su amado Kai.
 – Dicen que en este pueblo es donde se ven los atardeceres más hermosos, donde la luna y las estrellas brillan más, ¿tú qué piensas? – Volteo hacia Luhan, pero este no miraba el atardecer, solo lo miraba a él, en los ojos color miel de Luhan se reflejaban los rayos naranjas del sol, Kai le sonrió con extrema dulzura.
 - ¿Quién eres Luhan? – dijo esa pregunta en voz alta pero era más una pregunta para sí mismo, pues sabía que no tendría respuesta, se limitó a abrazar a aquel.
 – Tenemos que volver, no olvides tus cosas – Luhan tomo todo lo que habían comprado en el mercado durante su paseo.

Llegaron al palacio y en cuanto entraron se toparon con Taemin.
 – Hola Tae, ¿Dónde estuviste todo el día? – Taemin lo observaba serio.
 – ¿Tu donde estuviste? Te perdiste todo el día… - volteo a ver a quien acompañaba a Kai
- Veo que tuviste compañía, ¿no te paso nada Raro? – esto último lo dijo, mirando a Luhan, no era una mirada amigable, pero en cambio el rubio le sonrió, sabía que Taemin lo odiaba y claro que se acordaba por qué razón, pero ahora no tenía tiempo de discutir con el
 - ¿Raro? Mm ¿Porque me pasaría algo raro? Al contrario, lo pasamos genial, ¿Verdad Luhan? – el asintió.
 – Bueno, nos vamos a descansar, tú también hazlo Tae, te ves agotado – le palmeo el hombro y subió las escaleras gigantescas tomando a Luhan de la mano.

Llegaron a la habitación de Luhan y los dos entraron.
 – ¿Te gusta la habitación? Pedí que te dieran la mejor – Luhan le afirmo, realmente le gustaba dormir ahí, la cama era la mejor del mundo y ojala tuviera voz para decirle, así como muchas otras cosas que deseaba confesarle.
Luhan se acostó sobre aquella suave cama y Kai le imito.
 – Woo..Si es muy suave, podría quedarme dormido justo aquí – Luhan volteo hacia él, no dejaba de verlo, Kai se dio cuenta y por un momento sintió calor en sus mejillas.
 – mmh.. ¿No sientes calor aquí? – intento cambiar el tema y se desabotono un poco la camisa para dejar pasar aire, Luhan le miro con los ojos abiertos, se sonrojo, su cuerpo ahora no era como aquel entonces donde por primera vez había visto su pecho, ahora sentía diferente y reaccionaba diferente , algo que no se podía explicar empezaba a accionarse en su cuerpo.
– tal vez ocupa ventilación – Kai se levantó y abrió el ventanal que daba al balcón dejando entrar una leve corriente de aire, cuando volteo hacia la cama para ver a su amigo, se encontró con un Luhan sonrojado, corrió y se lanzó a la cama encima de Luhan jugando y con cuidado de no lastimarlo.
 – Si, mira tus mejillas, están rojas, pudiste mencionar desde antes que estabas acalorado… - Kai observaba a Luhan cada vez más rojo, se le hizo un poco extraño y se preocupo pero sin quitarse de encima le pregunto.
 – ¿Te pasa algo? – Claro que pasaba algo, cada movimiento del moreno era una serie de sensaciones que provocaban reacciones, Luhan no sabía que hacer o que decirle, no sabía si lo que sentía en la parte inferior de su cuerpo era normal, así que solo miro a Kai con cara de inocencia, de no entender lo que sucedía, pero al verlo, el moreno rápidamente entendió lo que ahí pasaba.
 – oh…ocupas espacio – Kai se quitó de encima y se volteó.
 – yo… me iré si quieres estar solo, yo…yo entiendo – Luhan trago saliva y suspiro, no sabía qué hacer, Kai puso la mano sobre la perilla de la puerta y volteo a verlo una vez más antes de salir pero se encontró con un Luhan confundido, su expresión era como de dolor y desesperación, entonces el moreno comprendió que tal vez…
 - ¿no sabes cómo hacerlo? – pregunto tímido, pero la expresión de Luhan le dio la respuesta, ¿acaso podía alguien ser tan puro e inocente?.
 – Ya sabes, tocarte…para bajar…la excitación – las palabras le salían un poco torpes, pero su expresión fue aún más de asombro cuando vio que Luhan no comprendía ni una palabra.
 - Nunca te has… ¿tocado? – El rubio seguía sin comprender, así que negó con la cabeza, la expresión de Kai fue aún más de sorpresa ante la respuesta de aquel.
 – pues… ¿Cómo te explico? – Kai se acercó a Luhan despacio y tímido, se posiciono estando de pie frente a él.
– solo…lo haces…así...puedes imitar lo que hago.. – Kai bajo su propia mano hasta ponerla sobre su miembro, Luhan le imito.
 – …con movimientos suaves y lentos…. – el rubio seguía las instrucciones de Kai, su rostro se volvía cada vez más rojo y su cuerpo se estremecía ante las leves caricias.
 – Así…despacio, - Kai le hablaba con voz suave pero grave.
 –.. y solo…lo haces sin…sin tu ropa – el moreno trago saliva, ¿aquello estaba realmente pasando? ¿Le estaba enseñando a masturbarse? Eso no era lo peor, ahora Luhan no era en único con problemas debajo de sus pantalones. Con mucha torpeza Luhan llevo las manos al borde de su pantalón desabrochando el botón.

Sintió que unos labios cálidos se posaban sobre los de el en un beso apasionado, los ojos se le abrieron pero no tardo en corresponder, el moreno se acercó por completo quedando nuevamente encima del rubio, mientras lo besaba bajo sus manos hasta el cuerpo de Luhan y le termino de desabrochar el pantalón quitándoselo por completo, después siguió con su ropa interior hasta dejarlo completamente desnudo, la respiración de Luhan estaba acelerada, él se quitó la ropa también, estaba sonrojado, aquello estaba mal, era hermosamente incorrecto, pero el deseo se apoderaba de los cuerpos de ambos y ya no había marcha atrás, paso las manos por el cuerpo desnudo de Luhan tocándolo por todas partes sin detenerse, Luhan se estremecía y arqueaba la espalda al sentirlo, estaba realmente excitado al igual que Kai, Las caricias de su compañero eran la mejor sensación, nunca antes había tenido esta experiencia y era la mejor de todas, su cuerpo agitado empezaba a sudar, no entendía muy bien que era lo que pasaba pero sí que lo disfrutaba y si estaba con Kai, todo el momento era perfecto.

El moreno se acercó a besar la mejilla de Luhan, después a su cuello mordiéndolo, pudo comprobar que efectivamente la piel del rubio era extremadamente suave y adictiva, Siguió tocándolo por toda su intimidad estimulándolo en cada movimiento, Kai se sentía sucio pues él tenía experiencia, la cual obviamente el joven que estaba debajo de él, no.
 – Luhan perdóname… - Kai se disculpaba porque sentía que le estaba violando, que le robaba su inocencia, y era cierto, solo que ambos estaban conscientes de aquel acto y lo permitían

En un arranque de deseo y de no poder contenerse más, Kai penetro al rubio, intento ser lo más cuidadoso que pudo, de ser delicado, pero sus instintos le ganaban, estaban haciendo mal, ¿desde cuándo él se metía con hombres? No, no era cualquier hombre. El gesto de dolor de Luhan le recordaba lo mala persona que era por aprovecharse de aquel, pero después el rostro pálido de aquel se fue transformando en placer, placer que le motivaba a seguir, lo hizo con más fuerza y velocidad, solo los leves gemidos de Kai se podían escuchar en la habitación, así como el choque de sus labios al besarse, lo  hicieron hasta que ambos terminaron.

Luhan le abrazaba fuerte, sumido en placer, sus cuerpos estaban calientes y un poco sudados por la fricción, Kai acaricio la mejilla y el cabello de Luhan.
 – Eres hermoso…. – Beso sus labios.
 – no sé cómo paso….pero, siento tantas cosas por ti , me gustas mucho, por favor perdóname... – Luhan beso su frente y le sonrió, ambos ahora eran cómplices de lo que había sucedido y ninguno de los dos se lamentaba de aquello.

 

La mañana del tercer día se hizo presente y con ella la angustia de Luhan, todo estaba perdido ahora, no había buscado al príncipe para arrancarle el corazón, en pocas horas se convertiría en espuma y jamás volvería a ver su amado Kai, pero al menos se llevaría en el corazón los momentos que habían pasado juntos, los últimos dos días habían sido un sueño, los mejores, lo que hicieron anoche había sido mágico, así era como los humanos se demostraban que se deseaban, Kai lo deseaba, y le había dicho que lo quería, el también, también le quería como nadie más.

Luhan bajo las escaleras para ir a desayunar, había encontrado un sabor único y delicioso en la comida de los humanos, pero se encontró con algo que sus ojos no podían creer si no lo estuvieran viendo.
-Príncipe Kai, estoy muy honrada de que me aceptara como su futura esposa – una linda chica hacia una reverencia ante el moreno el cual le respondió.
 – Espero que los preparativos fluyan pronto, no puedo esperar por el día de nuestra boda – le contesto Kai y la chica se ruborizo.

El corazón de Luhan no solo se hizo pedazos, sino que se partió en miles de ellos, el dolor le invadió, era un conjunto de sentimientos, ira, tristeza, decepción, Él era el príncipe, quien siempre había sido su objetivo, Tenia que asesinar a Kai,  el hechicero lo sabía, le había jugado mal, lo supo desde el principio y le había engañado. Pero ahora oírlo comprometerse con alguien mas le destruía el doble, tan solo una noche anterior le había demostrado amor, le había dado todo lo que tenía, le ofreció el alma, cambio su vida por él, ahora todo estaba perdido.
Kai volteo y alcanzo a ver como Luhan salía corriendo del salón, mientras la chica se acercaba a su pecho recargándose en el para abrazarlo. 

Se fue a caminar a la playa, al menos quería disfrutar sus últimas horas de vida, después se convertiría en espuma, se iría con el mar, nadie lo recordaría, se preguntaba si sus padre al menos pensaba en él, jamás debió desobedecer, jamás debió ir a con aquel hechicero, vendió su alma, su vida, todo por alguien que no era para él.
 Aun le quedaba la opción de asesinar al príncipe, robarle el corazón y entregarlo al hechicero, entonces podría vivir para siempre, vivir sin amor, pero había un problema, el príncipe no lo amaba, lo había comprobado esta mañana al verlo comprometerse con alguien más, su mente daba vueltas.
 Se quedó mirando al vacío, miro su último atardecer, después de todo Kai tenía razón, los atardeceres de aquel pueblo eran los más hermosos, el sol se ocultó, con el toda esperanza de vivir, profunda llegada la noche, camino hacia el muelle de madera, aquel que había iniciado todo, se sorprendió al ver a su amigo ahí, Minseok tenía lágrimas en los ojos.
 - ¿Cómo que no pudiste hacerlo? Aun estas a tiempo Luhan, ¡aun puedes! Solo tienes que arrancarle el corazón, no quiero que te conviertas en espuma– Luhan negaba, no lo haría, estaba resignado.
 – Destruye el corazón de Kai, como el hizo con el tuyo, aun puedes vivir – se negó por última vez y se sorprendió cuando vio que su amigo salía huyendo a toda velocidad hacia el fondo del mar.

 

-Tómalo Luhan – esa voz grave sonó detrás de él, Luhan volteo y ahí lo vio, de pie, su semblante era serio.
 – Toma mi corazón, extírpalo, no sientas pena por hacerlo – Luhan lo miraba confundido y triste.
 – Escuche lo que tu amigo te decía…y ahora lo entiendo todo - Kai le dio una daga, poniéndola en su mano.
 - ¡Hazlo! – Le ordenaba.
 - ¡NO! – Luhan grito, ambos se sorprendieron, había salido un sonido de su boca, el hechizo estaba terminando, su voz había vuelto y eso solo significaba que quedaban pocos minutos para la media noche.
 – Luhan mírame – Kai lo tomo del rostro y beso sus labios una y otra vez, eran besos desesperados llenos de sentimientos.
 – Solo hazlo, no dejare que de conviertas en espuma – Le decía entre besos.
 – No Kai, no puedo hacerlo – Por primera vez las lágrimas empezaron a salir, recorriendo las mejillas de Luhan sin detenerse, entonces empezó a cantar la canción que Kai siempre tarareaba, recordó que lo hacía cuando estaba triste, pero Kai le interrumpió.
 – Detente – Luhan tenía la voz más hermosa que jamás hubiera escuchado, pero no podía dejarle seguir con aquella canción, le dolía demasiado, le limpio las lágrimas.
 -  No llores, no llores amor, no esta noche – Kai abrazaba a Luhan con fuerza, ambos lo hacían.
 – yo estoy aquí, solo hazlo, hazlo por favor – Luhan levanto la daga tomándola entre sus dedos temblorosos, Kai cerró los ojos y beso los labios de Luhan con todas sus energías y amor, como nadie más pudiera besar a otro alguien.

 

Escucho como un sonido metálico chocaba contra la madera, abrió los ojos tan grandes como pudo. Donde antes estaba el cálido cuerpo de aquel ser amado, ahora no había rastro alguno.
 – no, no…no ¡NO! – Kai gritaba, gritaba hacia el mar, gritaba con todas sus fuerzas, su garganta se desgarraba, lloraba y gemía.
- ¡No me puedes dejar!
- ¡vuelve Luhan! –gritaba casi ahogado en sus propias lágrimas.
 – Luhan…mi Luhan…yo te amo – decía entre sollozos. Tomo la daga que estaba en el piso, estaba decidido a aquello, la acerco a su corazón.

 Antes de que pudiera atravesarla, Suho y Taemin llegaron.
 – ¿Qué estás haciendo? – Le quitaron el arma de las manos y lo abrazaron.
 – ¡Se fue!, se fue, me ha dejado…me dejo para siempre – Kai lloraba, estaba inconsolable.
 – Tranquilo, tranquilo – le decía Suho, pero Kai no lo escuchaba.

 

Los días pasaron, Kai no volvió a hablar con alguien, la gente solo miraba caminar cada noche por aquel muelle, por aquella playa una y otra vez, a veces cantaba, a veces le hablaba al mar, otras bailaba solo al ritmo de las olas.
El día que Kai murió una estrella nunca antes vista por los habitantes de aquel pueblo apareció en el cielo nocturno, era demasiado brillante y hermosa, la gente pensó que era el, el príncipe quien se había convertido en aquel astro iluminado, pocas veces se aparecía esa estrella, pero cuentan los pescadores que en las noches que aparece y brilla en todo su esplendor, el mar se vuelve más fuerte, las olas cargadas de espuma azotan en las rocas, se dice que es la prueba de que aún existe ese amor que no pudo consumarse.

Algunos hasta afirman escuchar una hermosa melodía sonar cuando caminan ciertos días a media noche por esa playa. 

Notas finales:

Recuerden no confiar en extraños, aunque sean Sexys como Tao.



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