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Última noche por Amy_chan

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Notas del fanfic:

¡Mi primer fanfic [terminado]!

Dedicado a mi mejor amiga. Feliz cumpleaños atrasado.

*Ninguno de los personajes me pertenecen, son de Hiromu Arakawa -sensei, mangaka de Fullmetal Alchemist.

Notas del capitulo:

Es un one-shot~ (Seguramente sea el primero y último que escriba, soy pésima imaginándome situaciones cortas y puntuales).

Me gustó mucho, un poco triste, pero espero que les deje un "buen sabor de boca"

De alguna forma logré escabullirme, por ser el General estoy siempre acompañado y vigilado -aunque puedo defenderme muy bien solo, no por nada fui alguna vez el Alquimista de Fuego. Pero esta noche es diferente. La mayoría del personal de Central debe estar en estos momentos reuniéndose con su familia, celebrando año nuevo. Riza se fue con unas primas así que cuento con mucha más libertad para cumplir mi propósito.


Le había visto caminando por un pasillo. Edward Elric. Con quien he pasado las noches más placenteras y excitantes de mi vida.  Aun si él le había prometido la mitad de su vida a la jovencita Winry y yo estaba haciendo los preparativos de la boda con Riza -que sería en un mes-.


Esta será nuestra última noche, ambos lo sabemos, nos lo habíamos dicho con la mirada y el breve saludo que intercambiamos en el pasillo. La última vez, por eso le deseo como nunca, hoy obtendría de él lo que podría tener toda la vida si fuese posible. Pero no lo es, yo soy el General, y una relación entre hombres no tiene futuro en estos tiempos, tal vez cambie más adelante, pero ahora no es posible de ninguna manera. Ambos lo hemos sabido desde un inicio.


La última habitación del pasillo, ahí está él, siempre escoge esa habitación, la más alejada para que nadie pueda escuchar sus gemidos. Entré sin hacer ruido para no alarmarle, cerré la puerta con llave, dejándola en mi pantalón. Mi ropa parecía pedir ser arrancada con impaciencia, así que desnudé mi torso.


Pensé en sentarme a su lado en la cama y despertarle con un beso, pero cambié de opinión, él dormía de lado, así que me acomodé con cuidado bajo las sábanas y le abracé por detrás.


— ¿Pero qué…? —Exclamó sorprendido e intentó soltarse de mi fuerte agarre.


— Shhh… Harás que me encuentren —Bromeé. Él se relajó al instante y lamí su oído.


— ¡No! ¡Espera, no vine a esto! —Susurró, alarmado.


— ¿No? —Pregunté, travieso y medio confundido. Dejé con mi lengua un húmedo surco, él se estremeció.


— ¡Te casas en un mes! —Exclamó. Me puse un poco encima para besarle ¡Ah! ¡Cuánto lo deseaba! Aquella cavidad húmeda y dulce… Le callé con pasión.


Él jadeaba y comenzaba a temblar imperceptiblemente. Yo también estaba muy agitado. Sonreí, sólo él me ponía así.


— Sabes que el casamiento es algo que me pidió el concejo, para parecer más sensato y cercano a la gente… Riza tampoco se lo toma muy en serio, hasta que ambos tengamos un anillo con el nombre del opuesto, somos libres de hacer y estar con quien queramos —Mientras hablaba le quité la ropa. Le di mis dedos para que los humedeciera.


Nn… —Gimió ligeramente al sentirme preparándole con rapidez. Estaba en mi límite, apenas lubricado, quité mis dígitos y le penetré— ¡Ah! ¡Id…! —No pudo completar su insulto, pues su mente procesó todas las sensaciones que le causé entrando tan repentinamente en su interior. Por unos segundos dejó de respirar, sus ojos seguramente se llenaron de lágrimas, sus manos se crisparon y retorcieron las sábanas. Luego jadeó con fuerza, como intentando recordar cómo se respiraba. Me quedé quieto esperando que se recuperara, de todas formas estaba muy estrecho para hacerlo. Besé con suavidad su nuca y acaricié su miembro, que había perdido su dureza, con mi otra mano torturé sus tetillas.


— Shhh… relájate, vamos, sólo respira profundo —Ambos estábamos siendo torturados, yo tengo mi pene estrangulado sin poder moverme, y Ed seguramente siente un dolor desgarrador, al ser expandido hasta lo más profundo. Seguía jadeando y se estremecía cada tantos— Me sorprende, jamás habías tardado tanto en acostumbrarte.


UhEstás… más grande… de lo normal… —Gimió en respuesta.


— Ya veo, lo siento… —Él me miró, se estaba calmando.


— Muévete, pero hazlo lento… — Yo iba a replicar, pero giró su cabeza buscando mi boca, y le correspondí, por supuesto. Lamí su lengua y paladar, haciéndole estremecer y gemir en mi boca, lo que me calentó tanto que por poco lo embisto a lo bestia. Ya no estaba tan tenso, por lo que comencé con un vaivén lento, y profundo. Él intentaba mantenerse relajado, y me di cuenta de que se mordía la muñeca, con demasiada fuerza.


— No hagas eso —Dije alarmado, y dejé de moverme. Me miró contrariado— Lo siento, soy un animal —Salí con cuidado.


— No… No quiero que pares —Sus ojos derramaron lágrimas.


— Pero no puedo seguir así —Con suavidad le giré para que quedase recostado de respaldas, y me incliné sobre él. Le miré a los ojos, queriendo trasmitir todos mis sentimientos, el de amor especialmente, también cuánto lo había extrañado, y la pasión que me encendía al tenerle entre mis brazos.


Por última vez.


— Pero, es nuestra última oportunidad para estar juntos, no quiero… —Le callé, nuevamente con un húmedo beso.


— Por eso empezaré de nuevo —Volví a posar mis labios en los suyos. No recordaba cuánto había pasado desde la última vez que le había besado tan tiernamente, rozaba suavemente nuestros labios, acariciaba su mejilla con una mano, y con la otra entrelacé mis dedos con los suyos. Luego dejé caer mi cabeza a un lado de la suya, sentí un calor ajeno en mi mejilla, Ed estaba enrojeciendo. Pero mi parte inferior no quiere cooperar conmigo, duele.


— Tengo una idea… —Me apoyé en mis codos y miré ambas entrepiernas, para luego juntar nuestros miembros con una mano y los acaricié lento. En los seis años de nuestra relación no recuerdo haberlo hecho alguna vez de esta forma.


— O… Oye… Así no… —Estábamos tan cerca que sentía su aliento entrecortado en mi mejilla. Él me miraba totalmente ruborizado, podía sentir el calor de su rostro.


— No seas tímido —Sonreí, con mi mano libre enredé mis dedos en su cabello, él rodeó mi cuello con sus brazos mientras nos volvemos a besar. Comencé a restregar mi miembro contra el suyo. Nuestros jadeos se funden en la boca ajena.


Me muevo más rápido conforme el ambiente se calienta. Pronto el respirar se volvió un intento desesperado, pues no separamos nuestros labios ni un solo segundo. Enredé mi lengua con la suya, maravillado, ya que ni la oscuridad de la noche podía esconder aquel fulgor áureo de sus ojos. Gemí, no podré resistir mucho más, él tampoco, en mi mano siento la prueba— Venga… juntos… —Pedí de alguna forma, hasta que sentí una húmeda interrupción afirmativa.


Por un breve instante me sentí caer en un abismo, vagamente percibí que Ed se convulsionaba y gemía alguna versión distorsionada de mi nombre. Me recosté a su lado, ambos con la respiración agitada, pero no le dejé descansar más. Le rodeé la cintura con mi brazo y le atraje hacia mí, él emitió un breve jadeo de sorpresa.


— Quiero besarte… por todas partes —Declaré, recibiendo un ceño fruncido y ruborizado en respuesta. Aún con él encima de mí fui rozando mis labios por su piel, un ligero mordisco en su mandíbula, en su suave lóbulo, un camino de besos por su cuello, sintiendo un poco de cosquilleo por su cabello. Él procura mantenerse quieto, apoyado en sus codos, de vez en cuando deja escapar un gemido, señalándome que le gusta lo que hago. Adoro molestar sus rosadas tetillas, son tan suaves, y él se estremece más cuando las tiro con mis labios.


— Ya deja de jugar —No pude evitar reír, fue justo lo que esperaba. Humedecí mis dedos y comencé a acariciar su entrada, hasta que él movió su cuerpo en busca de más contacto. Esta vez le haré pedirme que lo haga. Él ya está perfectamente preparado, pero no tengo prisa. Paso mi lengua jugueteando con su miembro, nuevamente duro, mientras mis dedos acarician su suave interior. Él se estremece, y gime frustrado -no creo que pueda haber sentimiento más placentero que el saberse deseado-, sé que él está en su límite, está succionando mis dedos, y en mi lengua siento el líquido pre seminal. Yo no estoy mucho mejor, pero quiero que lo diga— O-oye… ya…


— ¿Mmm? —Finjo desentendimiento. Le siento estremecer en mi boca, y busco en su interior el punto que sé que le enloquece.


¡Ah! —Gime muy alto, y yo no puedo evitar suspirar, le deseo tanto— P-para —Pide sin fuerza, decido dejar de torturarlo, así que quito mis dedos y apoyándome en mis codos me arrastro de espaldas hasta quedar al mismo nivel.


— ¿Qué quieres, Ed? —Le besé— Dímelo —Otro beso— Por favor —Le miraba a los ojos, él desvió la mirada.


— Y-ya sabes… —Posé mis labios con suavidad  en su cuello, y aspiré su olor, me embriaga.


— Por favor… —Rogué— Quiero que lo digas.


— T-Tú… molestas —Acaricié su espalda, él volvió a estremecerse. Le escuché suspirar— Te… quiero dentro de mí… ya —Sonreí, triunfante, pero antes de que cumpliera su petición, le vi erguirse, y él mismo se penetró, ambos soltamos un gemido. Sin decir nada, comenzó a moverse, en ese mismo instante, afuera tronaron los fuegos artificiales.


— F-Feliz… —Intenté hablar, pero él me calló con un beso.


Mm… —Nos hundimos en la locura, él montándome, yo tomando su cintura, tan fuerte que seguro le dejaré mis dedos marcados, la cama cruje bajo nosotros. Pero nada importa ahora, sólo estamos él y yo, desenfrenados. La vista es gloriosa, mas, le quería bajo mío. En un instante cumplí mi deseo, y transformé sus deliciosos gemidos en gritos.


Hermosa forma de comenzar año nuevo.


Pocas horas antes del amanecer Ed me despertó asustado, debía irme si no quería levantar sospechas. Me vestí rápidamente, mientras él me observaba adormílalo. De despedida le di un beso en la frente.


— Te amo.


— Lo sé, también yo.


Luego del almuerzo salí a caminar, estuve todo el día firmando papeles, Riza estaba por llegar. Pensé distraído en la noche anterior, sintiendo una leve molestia en el pecho, suspiré. En ese instante vi al dueño de mis pensamientos, estaba a punto de salir, me vio de reojo, se detuvo un segundo y me sonrió, yo le devolví la sonrisa, luego se dio la vuelta, levantó la mano en señal de despedida y siguió caminando.


Vagamente recordé que iría a pedirle matrimonio a la señorita Winry, y en un momento pensé que podríamos hacer una ceremonia doble. Hablaría con Riza de ello.


El dolor había desaparecido.

Notas finales:

Tengo muchas ideas para fanfic, de hecho, las tengo todas anotadas en resúmenes, pero escribirlo se me hace... largo, admiro a las personas que escriben espontáneamente.

Cualquier duda, sugerencia, faltas ortográficas o gramaticales, por favor, escribir un review, lo agradecería mucho. 

También me gustaría que me escribieran si les gustó, es el primero que termino/publico.

Bye bye~

∑¦3


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