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Dreams Come True por blackfriday

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Notas del fanfic:

Fanfic inspirado en la canción de HammerFall: Dreams Come True y en el triste hecho de que no hay muchas historias de estos dos hermanitos.


Si gustan pueden escuchar la rola, es muy buena :D


Este es mi primer FanFic! xD


El Hobbit y sus personajes pertenecen a J.R.R Tolkien

“Dreams Come True”

 

Nunca creí que sentiría de nuevo

Sentir la oscuridad desvanecerse y ver el sol matutino surgir

Nunca creí que me sentiría vivo de nuevo

 

Después de que Thorin cayera en la Batalla de los Cinco Ejércitos es turno de Fíli de reinar bajo la montaña, pero no es tan fácil como decirlo. Fíli había llevado su luto demasiado lejos, se negaba a hablar con alguien y permanecía encerrado en sus habitaciones reales, se negaba incluso a dirigirle la palabra a su hermano menor. Después del deceso de Thorin ambos hermanos habían cruzado apenas unas cuantas palabras, Fíli se había asegurado de que la vida de su hermanito estaba fuera de peligro y entonces se había hundido en el dolor de su pérdida ajeno al dolor del joven castaño.

La Compañía había estado intentando acercarse y ayudar al Rey a llevar su dolor y superarlo y Fíli –después de noches en vela y largas reflexiones- los recibiría a todos excepto a Kíli y nadie conocía la razón. Cualquier persona con la mitad de cerebro habría notado que ambos hermanos compartían una conexión como ninguna otra lo que hacía aun más increíble el distanciamiento entre ambos jóvenes.

 Fíli lentamente superaba la muerte de su Tío, sabía que nada sería como antes, que aunque hubieran reclamado Erebor como su hogar este jamás estaría completo sin el hombre que los crió y amó como sólo un padre podía haberlo hecho. Fíli se decía así mismo que levantaría y reconstruiría Erebor complacido Es lo que él hubiera hecho, lo que él hubiera querido se repetía. Su estado anímico y físico mejoraba con cada día que transcurría, cada día era un poco más el Fíli que era antes pero algo -o alguien, mejor dicho-le hacía falta para sentir que su vida estaba realmente completa, porque no hay un verdadero Fíli sin su Kíli y ningún Kíli sin su Fíli.

Fíli se mantenía distanciado de Kíli, el más joven de ambos había intentado por todos los medios recuperar a su hermano pero Fíli simplemente le hablaría un momento con su gentileza característica y luego lo haría a un lado argumentando que tenía deberes que atender como Rey Bajo la Montaña. Kíli se alejaría, lo que menos pretendía era agobiar a su hermano con sus tonterías sentimentales cuando Fíli parecía ni siquiera necesitarle un poco de lo que Kíli a él. Lo único que el Príncipe Bajo la Montaña quería era lo mejor para su hermano y en vista de lo incomodo que su hermano se mostraba cuando él estaba cerca había decidido dejar de buscarlo, incluso había dejado a Balin ocupar su lugar como Consejero del Rey. Kíli estaba embotellando sus sentimientos por su hermano junto con lágrimas y sangre. La idea de que su hermano no le necesitaba era como tener un puñal clavado en el pecho que le desangraba mientras lentamente se abría paso hacia su corazón. Pero todo alcanza un límite, Kíli estaba por alcanzar el suyo. Necesitaba hacerle saber a su hermano que él –Fíli- era su persona. La única que tiene y tendría su corazón para siempre, porque los Enanos sólo aman una vez en su vida entera.

Kíli tenía recurrentes pesadillas en las que veía a Thorin muriendo de sangrientas y diferentes maneras, constantemente añoraba los esporádicos abrazos que su Tío le regalaba y recordaba las palabras de aliento que él le había dado cuando Kíli le buscó para contarle que se había enamorado de su propio hermano “No tienes de que avergonzarte, nadie elige a quien amar. Incluso si se trata de tu propio hermano el amor es lo más puro que existe en la Tierra Media” era todo lo que le había dicho mientras lo sostenía fuerte en un abrazo y le acariciaba el pelo, eso había sido suficiente para Kíli. Pero el dolor de la pérdida seguía en él, no solo por su tío sino que desde aquella maldita batalla parecía también haber perdido a su hermano para siempre.

Kíli ya estaba sintiendo las consecuencias de la falta de alimentación y descanso, su cuerpo se sentía pesado y las heridas de la batalla no estaban mejorando. Su muñeca izquierda –que se había roto en batalla- le molestaba bastante, la cabeza le daba vueltas, la fiebre le iba y le venía, pero lo peor de todo era el corte que le bajaba en diagonal desde el pecho hasta el abdomen, había sido un corte bastante profundo, uno que bien pudo haberle costado la vida, la herida se estaba reabriendo lentamente y dejaba salir la sangre aún en pequeños hilos, el verdadero problema era el dolor, intenso como tener miles de agujas enterradas. Óin había atendido sus heridas luego de la batalla y le había dejado claro que debía guardar reposo al menos hasta que la herida fuera solo superficial y que debía mantenerse limpiándola periódicamente para evitar infección, pero claro: Kíli no tenía la cabeza en su debido sitio y no dijo nada de nada.

Absolutamente nada.

 ~~~~~~~

A la noche del día siguiente la Compañía, casi entera –a excepción claro de Thorin y Bilbo, que había vuelto a La Comarca- se reunió en el comedor del castillo para una cena informal con su Rey, una cena entre amigos.

Once de los doce enanos estaban inmersos en el banquete que Bombur había preparado ¡y vaya que se había lucido! Unos cantaban o charlaban y algunos –la mayoría- se ahogaban en cerveza al escandaloso coro de ¡Fondo, fondo, fondo!. Ori, menos borracho y escandaloso que el resto, parecía haber notado más que los otros la ausencia de Kíli.

“Erm…Su Majestad Fíli…” llamó el joven Ori para obtener la atención del rubio, cuando la tuvo siguió “si me permite preguntar… ¿Mi Señor Kíli no se nos unirá?” todos se giraron a mirar un momento a ambos muchachos pero continuaron con lo suyo notando a su Rey un poco incomodo.

“Uhm supongo que tuvo un día difícil y fue a su alcoba a tomar un descanso” respondió Fíli hundiéndose de hombros, avergonzado de no saber lo que sucedía con su hermanito. Una incómoda sensación le sacudió el cuerpo, sintiéndose repentinamente preocupado ¿hace cuantos días que no le hablaba, que ni siquiera lo veía? Estas pensando tonterías sin sentido, Fíli se respondió.

“Ahh…” suspiró Gloin sacudiendo la cabeza en negación “Debe estar muy cansado, pobre muchacho, hace apenas unos meses estaba tendido al borde de la muerte. ¿Se ha estado recuperando bien?” Gloin sentía un cariño muy especial por ambos muchachos –como todos en la compañía, claro-

“Yo…” titubeo Fíli, el comentario le había venido como balde de agua fría.

“No puedes esperar que lo sepa si parece ser que el muchacho se alejó de su hermano en cuanto Kíli pudo volver a caminar él solo” dijo Dwalin con el ceño fruncido.

“¡Vamos! Están siendo muy duros con el muchacho, tiene demasiadas responsabilidades…” dijo Bofur pero fue interrumpido por Dwalin.

“¡no quieras ponerte de su lado! Todos tomamos una parte de las responsabilidades, ¡su trabajo no es la gran cosa, incluso tiene tiempo de sobra para desperdiciarlo por ahí!” Gritó Dwalin.

“¡Ya basta! Ya basta… Yo-yo…” susurró Fíli, las palabras anudadas en su garganta al reconocer la razón en las palabras de Dwalin.

“Tranquilo muchacho” le dijo Balin, acercándose para darle un gentil apretón al hombro. “Me parece que es tarde y debemos retirarnos” le dijo a la Compañía y poco a poco, uno a uno, se despidieron del rubio.

“No olvides, muchacho, que Kíli también perdió a su tío, no le dejes creer que también perdió a su hermano. Y discúlpame por ser tan duro” le aseguró Dwalin al salir, dejando a Fíli a solas.

Kíli. Fíli suspiró.

 ~~~~~~~

 A la mañana siguiente, un día libre de todas las obligaciones Reales, Fíli tomó un baño y se puso sus ropas más cómodas dispuesto a tomar el desayuno en compañía de Dís, su adorable y consentidora madre.

“Buenos días, Fíli” le saludo ella con una encantadora sonrisa.

“Buenos días, Ma” le saludo mientras se sentaba junto a ella la mesa “¿Lograste relajarte en el viaje?” le preguntó

“¡Oh, claro! Me siento mejor, gracias cariño” le respondió ella. Dís había estado fuera unos días para despejar su mente de la pérdida de su hermano mayor, el golpe había sido muy duro para ella puesto que la guerra ya le había arrebatado a su abuelo, su padre y ahora a sus dos hermanos.

“Me alegro” sonrió él complacido, comenzando con su desayuno.

“¿Fíli…?” Dís estaba por hablar cuando su atención la capto alguien detrás de Fíli

Fíli, consternado por la mirada de su madre se giró lentamente.

“Cariño, ven a tomar el desayuno con nosotros” La voz de Dís temblaba, lentamente se levantó para dirigirse a su pequeño Kíli que recién había entrado y se apoya en el marco de la puerta con su brazo derecho, el muchacho temblaba y tenía la mirada en algún sitio entre sus pies, su cabello despeinado cubriendo la vista a su rostro.

Kíli no respondió ni se movió.

Fíli se levantó de su silla lentamente y se dirigió a su hermanito, su corazón parecía irle a saltar de pecho por la fuerza con que latía.

“Fí…” susurró el castaño aún sin moverse un solo centímetro, Fíli se quedó congelado, el tono en la voz de Kíli era demasiado débil, demasiado triste. “Fí, perdóname… por favor no me dejes…” volvió a susurrar y esta vez Fíli se acercó a él lentamente.

“Kí ¿estás bien? Mírame, por favor” Fíli estaba de frente a Kíli pero el menor se negaba a levantar el rostro, el rubio se movió lentamente y tomó el rostro de su hermanito para levantarle la mirada, Kíli estaba ardiendo en fiebre y por un momento el mayor olvidó como respirar. Su pequeño hermano estaba pálido, solo sus mejillas estaban teñidas de un rojo intenso, estaba ojeroso y tenía la mirada perdida. “¿Ma-mamá? Necesito que traigas a Oin…” Dís salió corriendo y Fíli se las arregló para llevar a su hermanito a su habitación.

Cuidadosamente lo acomodó sobre su cama y empezó a quitarle la ropa. Primero le quitó las botas y lentamente, como si Kíli estuviera hecho del más fino cristal, empezó a quitarle el grueso abrigo. Estuvo a nada de gritar de desesperación cuando notó la camisa de su hermano teñida de carmín No, no…

“Fí…” susurró Kíli

“Shhh… no digas nada Kí, Oin estará aquí en un segundo, vas a estar bien hermanito” Fíli trató de que su voz sonará segura pero estaba demasiado asustado, las manos incluso le temblaban. Alzó su mano y la posó sobre la cabeza de su hermanito, deslizándola lentamente sobre su pelo castaño.

“No te vayas, Fí…” susurró antes de que la oscuridad lo arrastrara a sus dominios.

 

                                           

Notas finales:

los comentarios son apreciados :D


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