Capitulo 1: Tiene Que Ser Una Pesadilla
Podía verlo desde mi posición aunque fuese de noche y el bosque cubriese todo, podía verlo mientras goteaba sangre de su arma y ropa, ahora me persigue porque presencie un asesinato que él llevo a cabo, pero ya no puedo seguir huyendo, mi respiración es agitada y entrecortada, no siento mis pies ni manos, es cuestión de tiempo para que me encuentre y acabe con mi vida.
Ese ser era imponente y desprendía un aire maligno, su piel blanca y cabello cenizo brillaban con el resplandecer de la luna que aunque no estuviese llena iluminaba el camino, pero la vista de ese hombre era aterradora… como ya había dicho antes de su ropa y arma goteaba sangre de sus antiguas victimas provocándome aun más miedo del que ya tenía, trate de levantarme del árbol hueco donde me había refugiado, ese sujeto no se percato de que salí de mi escondite, como pude corrí fuera del bosque sin mirar atrás, me aterraba mirar atrás, pero todo había acabado, al momento de salir al asfalto un auto me arrollo, luego de eso todo era obscuro, escuchaba voces a mi alrededor pero ninguna era conocida entre abrí los ojos y me encontraba en una habitación blanca con toques celestes, la ventana estaba abierta dejando pasar el aire fresco, cuando fije la vista a mi costado la sorpresa que me lleve hizo que el alma me saliera del cuerpo para luego volver a entrar, el asesino estaba allí, a mi lado, con los ojos cerrados y un semblante tranquilo. Mi cuerpo comenzó a temblar, intente moverme pero un dolor punzante en mi espalda, abdomen, piernas y manos hizo que desistiera de mi idea y liberara un quejido, en ese momento por primera vez escuche su voz…
-¿Realmente pensaste que estaba dormido?-Era profunda y seductora su boca era lo único que se movía cuando concluyo su habla abrió los ojos, unos ojos tan obscuros como un mar negro indescifrable que me consumía e impedía mi habla, había quedado prácticamente mudo, sentí como sudaba frio y en ese momento tocaron a la puerta para luego ser abierta y dejar paso a una chica con un uniforme blanco, entonces lo supe, me encontraba en un hospital pero ¿Qué hacía allí? Recuerdo que me había atropellado un auto pero si se supone que él es el asesino ¿Qué hace aquí? ¿Por qué no estoy muerto? Todas mis preguntas se fueron al caño en el momento en el que la enfermera hablo y provoco que otras miles se formularan.
-¿Su hermanito ya despertó señor?, ¡Que alegría!-
¿Hermanito? ¿Hermano? ¡¿Hermano?! ¡¿A qué se refiere con hermano?! Pero todo empero cuando ese sujeto respondió con una sonrisa en el rostro.
-Sí, muchas gracias por todos los cuidados que le han dado-
La enfermera se dirigió a mí y me examino los signos vitales, tensión y temperatura para luego decir que me encontraba bien y mi recuperación era increíble, luego de eso solo se fue, dejándome nuevamente solo con él, que ya de por si me tenia nervioso, en todo el chequeo no había parado de mirarme, debía preguntar qué ocurría sentía que moriría si no me enteraba.
-¿Po…por qué?-Centro aun más la vista en mí, no sabía qué hacer-¿Por qué no estoy muerto?
-El hombre que te atropello bajo del auto para auxiliarte, tuviste muchas heridas y derramabas sangre, por suerte no golpeaste tu cabeza o si habrías muerto.-Su semblante era demasiado serio me ponía los nervios a flor de piel.
-¿Por qué no estoy muerto? ¿Por qué esta usted aquí?- Sinceramente no quería saber esa respuesta pero no tenía otra opción.
-No has muerto porque llegaste a tiempo al hospital y yo estoy aquí porque tengo que preguntarte algo-
Ante lo último me tense, ¿que se supone que tenía que preguntarme?
-¿Por qué ella dijo que era mi hermano?-¡¿Qué demonios le pasaba a su cara?! El hecho de que su semblante no cambie me pone la piel de gallina, es demasiado serio, por favor Dios con tu poder has que este sujeto demuestre una emoción… solo una y te lo agradeceré…
-Al momento de tu arrollamiento yo me dirigí a tu cuerpo y le dije al conductor que eras mi hermano y que tendría que hacerse responsable de lo que te hizo-Tal parece que no me quieres, de todas formas gracias Dios por darme esta increíble y cálida compañía (nótese el sarcasmo)
-Pe… pero-Sinceramente lo que me decía no me ayudaba a comprender más las cosas, seguía confundido y temeroso pero no podía hacer nada, solo limitarme a preguntar y esperar una respuesta más o menos entera, además ese conductor ¿acaso era ciego o qué? ese sujeto… su ropa estaba llena de sangre por todas partes-Pero tu ropa… te… tenía sangre-
-Supongo que por la adrenalina del momento no lo notó.
-Pero… cuando llegamos aquí alguien tuvo que haberse percatado del estado de tu ropa.
-Eres un idiota-¿Qué? ¿Por qué me insultaba ese… ese idiota?-Tú estabas sangrando cuando te cargue tu sangre se confundió con la que ya yo tenía ¿Entendiste? Idiota.
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Flash Back
Un auto había arrollado al niño que estaba siguiendo, una cosa era segura no podía dejarlo morir, ese niño tenía algo que yo quería, si dejaba que se lo llevaran o peor que muriera jamás la encontraría. Escondí mi arma favorita entre unas ramas para luego correr a la escena, colocando mi mejor cara de preocupación, hasta ese momento no había visto al niño o al menos no claramente, no sabía cómo lucia o que traía puesto, pero cuando vi en el suelo a un chico castaño con la piel ligeramente bronceada aparentando unos 15 años y un gesto de tranquilidad en el rostro con sangre brotando de manos, piernas, brazos y espalda con la ropa rasgada y sucia por tierra y polvo al mismo tiempo que era iluminado por la tenue luz del alumbrado público…se veía como un ángel cubierto de sangre, sentí un bulto en mi entrepierna, era estúpido pero tenía una erección.
Siendo sincero no me sorprendió que la tuviera, siempre al estar en combate, la excitación de la pelea provocaba “eso”, pero esta vez era diferente, no solo porque ya había acabado la batalla o caza mejor dicho y ya debería de haber bajado pero eso era lo que precisamente no pasaba, no bajaba, de hecho se animaba cada vez más, hasta llegar al punto de volverse molesto y doloroso, no podía seguir pensado en la incógnita que mantenía a mi hombría de esa manera, tenía que calmarme, olvidarlo y quizás así bajaría. No podía dejar morir a ese enano si lo hacía no podría terminar mi trabajo, finalmente despeje mi mente e ignore lo mejor que pude mi erección, me incline hacia el chico lo tome en brazos y me di media vuelta para encarar al conductor el cual ya llevaba un pequeño rato arrodillado en el suelo murmurando un “no puede ser…”
-Usted provoco esto-Dije moviendo al chico en mis brazos para agregar énfasis-Ahora tendrá que responsabilizarse por lo que le hizo a mi hermano-¿Hermano? Si como no… fue lo único creíble y más coherente que se me cruzó por la mente en ese momento, si ese sujeto no está dispuesto a ayudar lo matare y tomare el auto.
Pero todo lo que pensé con respecto a asesinato se fue por la borda cuando el hombre se dirigió a la puerta trasera del auto para abrirla y decirme tartamudeando que entrara, lo hice, en un mal movimiento mientras me sentaba apoye al chico en mi regazo y desgraciadamente se volvió a ser presente mi creciente “problema”, el olor a sangre combinado con el olor natural de ese chico me tenia atontado, no lo moví de mi entrepierna, se sentía bien, pero para mi mala suerte o tal vez buena ese sujeto manejaba descontrolado y no esquivaba los baches lo que provoco que el chico saltara descaradamente sobre mi hombría, lo deje ahí por un momento pero de pronto no lo podía seguir soportando o quitaba a ese castaño de ahí o me bajaría los pantalones y lo haría mío en ese mismo instante, así que opte por la primera opción apartándolo y dejándolo a un lado para luego abrir la ventana y rezar para que el frio aire me ayudara a bajar la calentura.
Al llegar al hospital le dije a ese sujeto que desapareciera de mi vista o lo mandaría a su casa en pequeñas cajas de correo, tal parece que lo entendió bien porque al salir del auto este arranco como alma que lleva el diablo y desapareció en una esquina. Ahora debía inventar dos nombres y un apellido falso, puesto que no puedo decir el mío y no conozco el de este niño. Entre por emergencia, fue una suerte que el chico estuviera ensangrentado por el accidente, su sangre se confundió con la de mi ropa producto de mi último trabajo, no, aun no he terminado este trabajo, no hasta hablar con este chiquillo, de pronto un equipo médico ya me lo habían quitado, lo acostaron en una camilla y se lo llevaron, hable con la recepcionista el nombre falso que utilice fue Cristian y el del niño seria Jimmy. Cristian y Jimmy Crown. Luego de eso fui al baño del hospital a dos cosas una era bañarme y cambiar mi ropa y la otra era calmar mi calentura.
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Fin de Flash Back
Tocaron a la puerta y apareció la misma enfermera de hace un rato pidiéndome salir para poder bañar al paciente, me levante para salir pero la voz del castaño me detuvo en el momento que tome el pomo de la puerta.
-¿Qué es lo que necesita preguntarme?-Ese chiquillo era estúpido, se supone que a los ojos del hospital somos familia, no puede tratarme como si fuese un desconocido, idiota.
-Te lo diré luego- Sonreí de la forma más hipócrita que podía para que esa enfermera se lo tragara y salí del recinto.
La sonrisa que mostro ese hombre antes de salir, no era… eso, no era una sonrisa, no sabía cómo describirlo.
-Su hermano mayor es muy guapo, señorito Crown-
¿Crown? Acaso ese era el apellido que tenia, no puedo decir la verdad, que ese no era mi nombre y que ese no era mi hermano, tengo que seguir el juego de este sujeto para lograr salir con vida de esto sino quien sabe que pueda llegar a ocurrirme, además ¿Qué necesita preguntarme? Puede que tal vez sea eso, si tal vez sea eso.
Ese niño tenía que saber donde estaba ese molesto paquete, si no lo sabía lo mataría o en todo caso haría que sufriera un infierno en tierra, ahora me dirigía a su habitación ya había anochecido. Me llego a enojar y estresar fácilmente cuando se trata de algo que me importa, aunque esa cosa en realidad no me interesara podría sacar provecho de ella si así quisiera, además a mi nadie nunca me ha negado ni me negara nada simplemente porque se trata de mi y ese chiquillo no sería la excepción.
Si tal vez se trataba de esa jeringa, ayer salí de la cabaña donde estaba pasando las vacaciones de verano de la escuela por un grito, me levante rápido de la cama para mirar por la ventana de la habitación y divise a unos dos o tres hombres, estaban huyendo, mas no sabría decir de que exactamente, salí de la habitación era bueno que aun no me había cambiado para dormir, traía una camisa blanca con toques celestes en los bordes y un pantalón azul marino, me coloque los zapatos, corrí hacia la salida y cuando la abrí vi a los hombres dirigiéndose al bosque que había a un kilometro y los seguí, ahora que lo pienso ¿Quién me mando?, si no los hubiese seguido no habría pasado nada.
Logre alcanzar y detener a uno, pero para ese momento ya estábamos en el bosque, ese hombre traía en su mano un pequeño estuche, esa maldita caja, el hombre me dijo de la forma más calmada que pudo que me llevara la caja, que la escondiera en un lugar seguro y que huyera lo más rápida que pudiera, lo hice, me escondí en unos arbustos cercanos y voltee para ver a la persona que me había dado el objeto, entonces fue cuando llego ese sujeto, acorralo al hombre colocándole su arma en el cuello, una espada y le pregunto dónde estaba el paquete, me paralice por un momento, ese sujeto estaba preguntando por la caja que me habían dado momentos atrás, el hombre que estaba amenazado por el arma parecía no tener ninguna intención de responder y supongo que no fui el único en llegar a esa conclusión ya que de un simple movimiento el recién llegado lo había decapitado… Todo el suelo tenía sangre, sangre que emanaba de ese cuerpo, el asesino se había empapado del liquido carmesí en aquel acto, fue tal mi impresión por la escena que me quede estático como una roca y la caja resbalo de mis dedos provocando un ruido sordo el cual no paso desapercibido por el asesino, entonces supe que moriría, me matarían por un algo que ni siquiera sé que es, eso pensé hasta que un hombre encaro al asesino que se dirigía hacia mí, sentí que alguien me movía de un lado a otro tratando de llamar mi atención y lo logro, volví en si para ver a otro de esos hombres, así que si eran tres los hombres que huían, el sujeto que me había sacado del letargo tomo la caja del suelo la abrió y me dio el contenido, una inyectadora con aguja sin protector, nuevamente me dijeron que huyera, comencé a correr y a unos pocos metros me detuve y voltee para ver qué había ocurrido, el asesino ya había matado al otro y solo quedaba el que tenía el estuche de la inyectadora que ahora llevaba en mi mano, ese hombre llamaba la atención del asesino con el estuche vacio, solo fue hasta que lo atravesó con su arma que el hombre dejo de moverse, aun sin sacar la espada del pecho del otro tomo la caja y la abrió, solo pasaron nanosegundos antes de que el asesino soltara el estuche, sacara la espada y con un movimiento decapito al hombre.
Sentí mi cuerpo pesado, no podía levantar mis brazos, la inyectadora rozaba peligrosamente mi pierna a través de la tela del pantalón, di media vuelta y me enrede con mis propios pies, la inyección se clavo de lleno en mi pierna vaciando todo su contenido en mi, por tal dolor no solo de la inyección sino del liquido, grite… Sentí mi pierna ardiendo, quise arrancármela por tal sensación insoportable, luego recordé que estaba huyendo, me quite la inyección y la arroje lejos, me levante como pude y comencé a correr aunque ya ese tipo me había visto y me seguía.
CONTINUARA….