Tsukishima terminó envuelto en unas peripecias incontrolables; Salir al cine el martes, besarse bajo la lluvia, mirar las nubes tambalearse en el cielo o incluso planear cómo decirles tu relación a tu hermano. No sabía arrostrarlas pero aprendería a manejarlas en un ambiente con olor a pan horneado y chocolate caliente y quizá también aprendería amarlo a él.

(KuroTsukki y BokuAka)

Se sentía abstraído por la presencia del morocho.  

No puede evitar apreciar cada movimiento que realiza, le gusta la pericia a la hora de elegir alguna estrategia y le enoja esa arteria provocación de bromas y risas a Lev para su mejoría, siente que el capitán de Nekoma, además de ser irritante, en algún rastro de su mente, muy adentro, es menesteres mencionar que odia admitir, piensa que Kuroo es interesante.

KuroTsukki

Siempre fue indiferente antes esas abstractas sensaciones que le revolvían el estómago; Le causaban náuseas y unas ganas ominosas de llamar la atención de Tetsuro, pero nunca se rebajaría a realizar actos infantiles para poder retener su atención hacia él. Si llegará a hacerlo, lo haría a su retorcida manera.

KuroTsukki

Blanca y bella navidad

Lo sería, pero ciertamente no lo sería para ellos, nunca lo sería. Ya que, de alguna u otra manera, Tadashi siempre terminaba atado con moños rojos en su lecho, terminaba embrutecido por un placer que carcomía su moral y dejaba su cordura tirada, olvidándose de las reglas y convencionalismo sociales con las que ambos habían crecido desde sus impúberes años.

Un peligro tambaleante que nadie conocía, pero Francesco tomaría ese riesgo.  Porqué sólo Francesco era capaz de soportar tanta adrenalina y tensión. Nadie, nadie tenía una fuerza descomunal como Francesco, nadie aguantaría  el vértigo incomparable en sus entrañas, nadie comprendería su presencia leonina, extraña y ponzoñosa. Nadie excepto Francesco.

Francesco x Mcqueen 

Jack era peligroso, lo era para Hiccup: Una cara de ángel torcida, una doble moral, una laguna sin virtud.  Incoaron como amigos, pero el destino se había encargado de imponer situaciones y escenarios que sometieran a Hiccup en la sodomía de ese retorcido laberinto como lo era su amistad.

Hijack

Para Hiccup el Halloween siempre fue desagradable, tenía muy buenos fundamentos para ello, fiestas a las que no era invitado, dulces pútridos, trajes en decadencia y, por supuesto, decoraciones y calabazas, esas horribles calabazas.