Esto es muy simple: el acoso a veces puede llegar un poco lejos, créanme. Puedes llegar a acostumbrarte, a necesitarlo. Y eso, nuestro JungKook, podría estar a punto de descubrirlo.

Quizás.

Cuando la esperanza del amor se encuentra totalmente perdida, suele suceder este hecho, esta mágica oportunidad que nos hace pensar que al fin todo ha caído en su lugar. Y los ilusos estamos seguros de que nada en el mundo nos podría quitar esa felicidad. Pero la realidad nunca es justa…

A punto de fallecer, los recuerdos llegan tan rápidos como y bravos como un torbellino, haciendo que todo el dolor se sienta en carne viva. Eso fue exactamente lo que le sucedió a Jeon JungKook.

Se hundió en la inconsciencia y su memoria le trajo de vuelta cada pequeño e insignificante detalle del día más significativo de su vida. Aquella vez con TaeHyung.

Su mejor amigo, amante por unos minutos, se convirtió en la persona que más daño le haría en toda su existencia. Pero, ¿acaso esto podía ser remediado? Imposible, de todas formas, ya estaba muriendo…