“Un hombre adulto que corría torpemente tras burbujas, que reía y las aplastaba, siempre sería considerado un loco.

La inhibición que sentía lo hacía un hombre arrojado y lo estaba aprovechando lanzando elogios a las mujeres que se cruzaban en su camino. Recordaría vagamente haber recibido un golpe en su rostro, pero después, se hizo de un grupo de bellas mujeres que reían a su lado, le besaban y acariciaban mientras recorrían las calles.

A la mañana siguiente, eso sería lo último que Penguin recordaría de esa borrachera, después, juraría que no lo volvería a hacer y no sólo por las náuseas, el dolor y el malestar de la enorme resaca.”

El alter de peguin resurgió con su borrachera,  sin recordarlo, el guerrero masacre  lo conoció.

KillerxPenguin