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Bloody Rose por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

u.u

 

 

 

 

En silencio veía Yuuki a ese joven rubio subir lentamente las escaleras y caer arrodillado frente a esa capa de arena que alguna vez fue un Noble vampiro. Su mente estaba en blanco. Inmóvil veía a Aidou derrumbado llorando. ¿Kaname oniisama asesino al padre de Aidou-senpai? ¡Él lo mato!

-Padre...

-Ustedes dos permanezcan aquí. Iré tras Kaname-kun! –pone al tanto Cross bajando rápidamente las escaleras-

-Por qué... Kaname-sama?! –exclama Aidou en dolor-

 

 

-Kaname-kun! –llamaba Cross buscándolo en todo ese bosque– ¡Maldición. No puedo rastrear su presencia más lejos de aquí! –presiente una compañía, girando a ver detras suyo en prevención– ¡Yuuki! ¡Te dije que permanecieras dentro! ¡Espera! –le toma el brazo al verla cruzar al lado suyo-

-Suéltame! –forcejea con esa mano– ¡Que me sueltes! –continua resistiéndose-

-Yuuki! –la abofetea logrando que volviera en sí–. No puedo hacer eso. Como tu padre adoptivo, no puedo permitir que vayas con él. –se relaja, pero no la libera­–. Lo que acabas de presenciar dista mucho del comportamiento normal de Kaname-kun. No veo razón para actuar contra Aidou-dono.

-Me quiero ir... papá. –con un gesto de dolor lo observa–. Por favor... Necesito preguntarle por qué está haciendo esto. Él dijo.... "que lo amaba" –piensa–. Pensé... ¡PENSÉ QUE LO AMABA! ¡Déjame ir...!

Empieza su respiración a agitarse. Se sentía extremadamente molesta, ofuscada, traicionada. Cabizbaja solo es sostenida por el mayor. Su flequillo cubre su rostro, sintiéndose como una muñeca deshechada.

¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!  ¡Por su culpa Kaname oniisama está cometiendo esa locura! ¡ODIO A ZERO!

Tras su espalda aparecen un par de enormes alas de mariposa no exhibiendo su rostro gesto ni su mirada, como lo hubiera Kaname con los murciélagos. Se asombra Cross, aún asi no le libera el brazo. Olfatea su nariz el entorno, esa brisa que llegaba hasta su posición. Mostrándose como calculador y perseverante cazador persiguiendo a su presa.

"La presencia de Zero está tan lejos... al igual que la de Kaname".

Eso no le interesa a ella, empezando a agitarse esas alas para tomar vuelo con un solo pensamiento en mente. Lastimar a Zero, y si era posible, desaparecerlo de su camino.

-Lo siento, Yuuki, pero no puedo dejarte ir!!! –a cambio recibe un corte en su mejilla–

Percibe ese aroma de la sangre del cazador, haciéndola volver en sí, viendo con asombro esa herida sangrar.

-Se una buena niña y tranquilízate. Calma. –la suelta-

Agotada se deja caer arrodillada al suelo, empezando a desaparecer esas alas como llegaron. Quedando en el suelo, ayudándose a sostenerse con sus manos.

"Ella... Ella deseo lastimar... a Zero. Matarlo"

-Pensé que volverías a donde perteneces. Pero, tu relación con Kaname ya no es tan simple. –se hinca frente a ella–

-... –cierra sus ojos-. "Lo sé. Él ya no me ama, lo ama a él"

 

 

 

Noche 11 Rápidas Maniobras.

 

 

 

Sentado tras ese escritorio estaba en silencio revisando esas carpetas, apoyando su codo en la madera para descansar su rostro en el dorso de su mano. Teniendo la compañía de una secretaria que igualmente se paseaba por toda la oficina. Prefería pegarse un tiro que continuar en ese lugar. Sentía como se asfixiaba e inquietaba, pero le daba algo de paz en medio de su insomnio.

-Estoy impresionado. –hace Kaito su aparición con una sonrisa–. No estás insultando y estás ayudando con el trabajo del Presidente. De ti esperaría que estés haciendo un trabajo perfecto, de lo contrario, no harías nada en absoluto.

-Cálmate, Kaito. Que te preocupes por mí es molesto. –sonríe sin verlo-

-Lo siento, mi error. –no se siente ofendido–. Pero bueno, me impresiona el que no necesite preocuparme, y tú no deberías quejarte cuando la gente se preocupa por ti. –apoya su mano en la madera-

-Aprecio el trabajo duro. ¿Otra cosa, podrías por favor convencer a esos tipos de afuera que estoy bien? –fija su mirada violeta en la puerta tras Kaito–. No hay motivo para que esperen algún acto violento de mi parte.

-Sí, pero entiende que sus sentimientos por ti son complicados. Alguien quien se suponía era un aliado, se convierte en enemigo por culpa de los vampiros. Es tan raro ver que suceda en estos días. Ese dolor atravesó directo al corazón de cada cazador.

Entre sus cabellos de plata y mano apoyada en su mejilla ve de reojo a ese castaño, asimismo, Kaito fija su mirada en él. De nuevo esa mirada castaña junto a esas palabras....

-Aqui tiene, este es el siguiente documento. Y su té. –interviene la secretaria dejando dicho mamotreto junto a esa taza, solo recibiendo la mirada violeta de Zero-

-En serio, sí que no tienes encanto... –suspira Kaito sentándose en el borde sobrante del escritorio–. También diles a los de alla afuera que yo me encargaré.

-Lo haré, Kaito-san. –realiza una venia la mujer-

De reojo siguen sus ojos castaños a esa rubia salir del cuarto dejandolos solos.

-...–abre Zero ese folder para leerlo–. ¿Entonces está no es la única razón por la que estás aquí? –gira a verlo, pero se extraña al tener el rostro del mayor cerca-

Se había inclinado Kaito mientras apoyaba su mano en la madera, admirando con detalle esas violetas frente a su rostro, estirando su otra mano para tomarle el mentón.

No rebate Zero a tal cercanía, antes se queda observándolo, esperando lo que haría el castaño. Sintiendo el tan ansiado beso, permitiéndole profundizar en su boca y robarle el aire. Es inclinado a atrás por esa mano trasladarse a detrás de su nuca y perderse entre sus platinados cabellos, provocándole su movimiento que se causara una cortadura en el dedo, misma que lo hace romper el beso y desviar su rostro.

Trata de recuperar el aire perdido, mientras que Kaito endereza su posición incorporándose, mostrándose sereno. Ambos se muestran bastante serenos pese a esa inusual situación.

-Tenemos reportes del Presidente de la Asociación. El lider de la familia Kuran ha sido declarado como vampiro peligroso. Y la hermana igualmente, y está siendo mantenida bajo custodia. –cruzado de brazos trasmite Kaito, viéndolo de reojo-

-... –observa con desinterés su herida–. Solo hago el trabajo que se me fue dado. –regresa su atención a las hojas-

¿Por qué le interesaba más el futuro del bastardo que el de Yuuki?

 

*               *              *                    *                 *             *

 

En pasos suaves se dirige hacía esa puerta abierta del Cuartel General de la Asociación, escoltada por Cross, deteniendose. Admirando esa edificación con detalle.

"Cuando era humana, no era capaz de sentir, que la atmosfera que persiste en la sede de la Asociación pertenecía a ella. Pertenece a esa mujer. A la persona que ama Kaname"

Repara en el suelo, dando a un así un paso al frente, cruzando con éxito.

Precisamente, ese albino bajaba una de las numerosas escaleras de esa edificación, junto a la compañía de Kaito. Sintiendo Zero una repentina sed, misma que nota el castaño-acosador que estira su mano a tomarlo, impidiéndoselo con alejarla. El hecho que se dieran ese beso no le daba derecho a convertirse en su ¿quién sabe qué?

 

De golpe se detiene nuevamente la castaña por reparar a Zero a unos metros frente a ella. Con un nudo en su garganta observaba a ese albino que igualmente repara en su ubicación. ¿Qué hacer? ¿Decirle la verdad o simplemente callar? ¿Qué Zero continuara ignorante a lo que un obsesionado amor causaba a las personas?

Baja Yuuki su mirada, reanudando los pasos, cruzando Zero en silencio justo a su lado.

-Kiryuu-kun, a dónde vas?

-Tengo que realizar una cacería de emergencia.

-Zero, no vayas" –piensa, deseando ser "escuchada"-

Pero su dolido corazón sella sus deseos internos.  ¿Por qué todo había cambiado en su vida?

 

*           *             *                *              *               *                 *

 

De pie estaba dentro de ese estrado, que más bien parecía una pequeña celda a causa de los barrotes de madera que la rodeaban, frente a Cross y Yagari, en ese interrogatorio.

-Kuran Yuuki, entonces usted desconoce el paradero o los planes de Kuran Kaname? ¿Realmente es así? –inquiere Cross mostrándose imparcial–. Como hermana y prometida del líder de los Sangre Pura, y como miembro de la que una vez fue la real familia Kuran ¿A qué cree que se deban las acciones de su hermano?

Se sobresalta ella por esa palabra de "prometida" viendo fijamente al mayor. Luego, baja su mirada avergonzada y pensativa. Necesitaba salir y proteger a Zero. Mientras el cazador estuviera fuera, estaba en peligro.

-No lo sabría decir. Yo sólo puedo hablar de sus intenciones con un sinnúmero de especulaciones. –miente ella sin verlo–. Yo misma iré a buscarlo y le preguntaré. Por favor, no interfieran.

-Noto que ni siquiera tú sabes. Tendré que darme por vencido, y habrá que preguntarle a él directamente. Pero, Yuuki, conoces los términos del Tratado entre Kaname-kun, el líder de los Kuran?

-Orden pacifico entre los vampiros.

-Y la prohibición de contactos agresivos con humanos. Así como la cooperación con la Asociación, el representante debe esforzarse para conseguir eso. Si Kaname-kun hizo una promesa con nosotros sobre su sangre Kuran,  y tú como su hermana tienes la obligación de cumplirla sobre esa misma sangre Kuran... Es cierto que el hecho de que Kaname haya desaparecido es algo ya bien conocido. Y los vampiros maliciosos que siempre esperan una oportunidad para cometer cosas malas, han comenzado a actuar. Así que, te pido que no interfieras.

-Pero...

-Desafortunadamente, lo que está sucediendo ahora es lo mismo que ocurrió después de que el Consejo colapsara. Es frustrante pero tenemos que tomar medidas de inmediato. Por ahora, Yuuki, necesitas pensar en ello. Eres libre de hacer lo que quieras dentro de la sede. –de manera suave insiste en que no interfiriera-

 

 

Por los tejados saltaba ese vampiro con esa pequeña víctima inocente en brazos, teniendo tras de sí a dos cazadores siguiéndolo desde el suelo.

Se detiene Kaito para localizar a esa bestia, logrando divisar una silueta contrastar con la luz de la luna al haber saltado de un tejado a otro.

-Zero! ¡Por allá!

Sigue el albino la indicación del castaño saliendo a correr tras ese vampiro.

Diciendo mejor movilizarse al igual que su presa, dando un salto, cayendo de pie en la cortiza.

-Estoy en ello.

 

*           *        *        *       *        *        *

 

Ve dentro de esa habitación de puerta abierta, reparando en Aidou sentado en la cama cabizbajo. Prefiere penetrar en silencio y sentarse frente a él en el suelo.

-Aidou-senpai... puedes ir a casa si lo deseas. –él solo le desvía la mirada–. No tenías que venir conmigo hasta aquí. –baja su mirada entristecida–. Asumiré la responsabilidad y le preguntaré a ese hombre... a Kaname, el motivo...

-Kaname-sama te puso a mi cuidado. Así que no me iré a casa... ¿por qué padre lo aceptó? –de nuevo lo embarga el dolor, mordiendo su labio-

Sin moverse continúa observando a un silencioso Aidou, pero, presiente algo afuera. Gira su cuello de golpe hacía la puerta abierta. Deja a Aidou, saliendo y bajando las escaleras llevada por un presentimiento, viendo solo al compañero de él en la puerta con una niña inmóvil en brazos, junto a otro cazador. Solo quedando en silencio a observar.

-"Dónde está? Sentí la sangre de Zero... una cantidad muy mínima, pero..."

Desvía Kaito por inercia su mirada hacía la puerta, reparando en esa Sangre Pura Kuran.

-Sentí el olor de la sangre y me pregunté si alguien podría estar herido... –confiesa Yuuki, acercándose-

-Siempre es así aquí, siempre hay alguien herido. Esta niña solo tiene unos rasguños. No deberías acercarte más a ella. –advierte Kaito ante esas dos espadas de que sus compañeros hacen aparecer y interponerse en su cuello como defensa-

-Dónde estará Zero? –inquiere sin dejarse intimidar-

-Me dejara medio muerto si te lo digo. Lo siento. –se aleja Kaito con la pequeña-

 

*             *                 *                  *                   *                *

 

-Oye! ¡Trabaja! ¡Estamos ocupados!

Trata Yagari de volver a la vida a ese rubio de lentes esparcido en el escritorio con un aura depresiva ¿Dónde había quedado el despiadado cazador de la antigüedad? Ya esa actitud empezaba a darle nauseas.

-Yuuki definitivamente me odia...

-Que molesto... –y él tenía que pasar por eso-

-Aunque era la primera vez que hablábamos en mucho tiempo.... –se incorpora Cross sobre la mesa en actitud dramática– ¡La abofeteé y la interrogué! ¡Soy tan mal padre!

-Baja o te lastimaras la cadera... anciano.

-No fumes en la oficina! ¡A demás de que es malo para tu salud no me gusta el olor del tabaco!–hace un puchero quitándole de la boca el cigarrillo-

Pero, sufre Cross un resbalón del escritorio, perdiendo pronto el equilibrio, pero siendo tomado a tiempo por el pelinegro.

-Te advertí que te caerías. –cargándolo entre sus brazos veía en serenidad al mayor-

-Dijiste que me lastimaría la cadera. –corrige bastante ruborizado por verse en esa posición, y en brazos de su compañero años menor–. Podrías... Bajarme. –pide-

Pero el ojiceleste no mostraba intenciones de hacerlo, notándole una mirada arrogante por tenerlo asi. Posando por inercia su mirada en la puerta. Un pequeño intruso se asomaba en la madera entreabierta sin haber avisado.

-Qué? Si tienes algo que hacer aquí, solo entra, idiota. –cede Yagari a su manera-

-Iiiiiii!!!! –chilla el Presidente ante ese trato– ¡Yagari-kun, no creo que sea una buena manera de hablarle a mi hija!

-Umm, disculpen la interrupción, pero... bueno... –se ruboriza ella por esa imagen-

Repara Cross en donde estaba, palideciendo de la vergüenza, bajando rápidamente del pelinegro por él mismo, dejando una enorme distancia entre ellos.

-Habla, habla, hija, ignora esto. –mueve su mano de arriba y abajo restándole importancia-

-La próxima vez dejo que te rompas la cadera. –murmulla viendo de reojo al rubio-

-Director... No. Presidente de la Asociación, por favor, permítame salir de aquí. Por favor, deme permiso de castigar al vampiro que huyó de Zero. "Definitivamente protegeré a Zero de Kaname"

-Está bien... En ese caso, ve.

-Oye, Cross! Qué se supone que signifique la palabra detención para tí...

Rápidamente da Yuuki una venia, retirándose de la oficina.

 

*          *           *           *        *       *      *

 

Sobre esa cama cual largo era se hallaba, presionando sus manos en las sabanas. Cerrando fuertemente sus ojos para no tener que recordar el fallecimiento de su padre a manos de la persona que apoyaba y veneraba. Tras suyo percibe una iluminación, viendo extrañando por sobre su hombro, asombrándose.

-Kain...? ¡Kain!

Se incorpora de golpe, abrazándose a ese pelinaranja, empezando a derramar las lágrimas que retuvo antes. Sintiendo como son tomadas sus mejillas por esas manos retirándole el llanto, fijando sus ojos aguamarina nublados por el dolor en esos marrones del más alto. Hace tanto no era tratado así por su primo. Tomando aire percibía esas dulces caricias,

-Cómo... entraste? –inquiere, logrando calmarse–

Sin decir palabra se inclina Kain sin liberarle las mejillas, ni dejando de observarlo con esa intensidad como cuando decidieron dejarse llevar por lo que sus cuerpos sentían, siendo besado por iniciativa del mayor.

Aidou no daba crédito a lo que sucedía sólo pudiendo seguir los labios del mayor.

Cada beso pretendía dejar una marca en la piel del más joven, precisamente, desciende Kain al área del cuello dejando uno especialmente salvaje, escuchando como Aidou dejaba escapar un largo suspiro extasiado. Alzando el rubio su cuello permitiéndole un espacio para continuar devorándole la piel.

Se ayuda Kain de su lengua para recorrer ese preciado espacio, arrancando nuevos suspiros de pasión de su primo.

-Ah... Kain.

Sus dedos se mueven por si solos hacía ese cuerpo del anaranjado, desabotonando con maestría cada boton sin que saltaran de la camisa, exponiendo ese torso y deslizando sus dedos por los moldeados abdominales de Kain, deshaciéndose de la estorbosa camisa que él llevaba

 

*        *       *        *        *       *       *

 

Avanzaba ella con ese retrato plasmado en la hoja de papel, misma que exhibía a las personas con las que se encontraba. Notando ella por sobre su hombro a ese par de hombres que la seguían desde que salió de la Asociación. No importándole eso a ella que continua caminando. Frente a un establecimiento penetra causa de tener la puerta abierta. No pensando que se lo complicaría todo...

-Dónde están los niños? –insiste ella-

En respuesta, ese hombre sale a correr, decidiendo ella arrojarle su bolso. Logrando atinarle, y para su sorpresa, lo noquea. Corre ella, hincándose frente a ese inconsciente vampiro. A cambio, percibe su nariz el débil aroma de Kaname, obligándola a girar a ver el muro contrario, asombrándose por ver a un sereno Zero recostado con sus brazos cruzados.

-"El aroma de Kaname en Zero está empezando a disminuir"

-Esa era mi presa.

-Entonces no debiste dejarla escapar. –se incorpora ella sin dejar de verlo-

-Pensabas... que podrías lidiar con cualquier cantidad de ellos tú sola? Últimamente ha habido mucho trabajo y se ha acumulado más esta noche. –se separa del muro metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón–. Debes estar al tanto de quién ha causado todo este problema. Hay gente de la asociación siguiéndote. Entrégale ese tipo a ellos. –se aleja sin ver hacía atrás-

Yuuki simplemente lo ve alejarse.

 

*        *        *       *       *        *

 

Centímetro a centímetro Kain entraba en Aidou invadiendo esas entrañas dilatadas. Cada empuje, Aidou lo sentía con profundidad, y a cada uno de ellos, gemía de placer, incluso llegando a cubrir con su mano su boca para no gritar, y de vez en cuando, Kain le daba suaves besos sobre los labios.

-Ah... mmm! –sin poderlo evitar deja brotar ese gemido sorpresivo a causa de sentir ese miembro entrar lentamente como si lo torturara-

-Mmm... –igualmente gime Kain por esa estrechez que persistía en el más joven-

Poco a poco entraba ese trozo de carne como cuando lo preparaba y esperara que se amoldara a su grosor.

En menos de un minuto estuvo por completo en su interior, deteniéndose para escuchar con claridad ese gemido que Aidou dejó salir de su garganta, asimismo viéndolo retorcerse sobre las sabanas con un gesto de sumisión en su rostro. ¿Por qué si tenía ese lindo rostro a sus ojos, no podía grabarlo completamente en su corazón?

Llevado por un extraño instinto recarga su frente contra la de Aidou, provocándole a este a abrir sus párpados y exponer esos grandes ojos color del mar, conectándose sus miradas de tal manera que lo hacen sonreir y pasar sus nariz por sus mejillas, recorrer sus pómulos e incluso sus labios. Decidiendo el mismo aguamarina perder sus dedos entre esa cabellera anaranjada.

Asombrosamente, e involuntariamente lo había conseguido, Kain se abría con él como con ninguna persona. Su primo estaba disfrutando tanto como él.

 

-Ah ¡Kain! ¡Kain...! –jadea y suspira ese nombre, abrazándose al mayor-

-Ah... Ah...

Eran dos cuerpos unidos bajo la misma sabana y olvidando sus preocupaciones. Resonando en la habitación el sonido de la cama por sus fuertes movimientos, mezclándose con el que hacían sus respiraciones agitadas. Ya no les importaba que tan alto gemían, exclamaba o decían incoherencia llevados por el placer, solo dejaban que sus cuerpos se expresaran y sus bocas se devoraran.

había eyaculado entre su vientre y el de Romero, mientras que éste lo había hecho en su interior. Los dos se dejaron caer, el uno junto al otro, en la cama intentando recuperar el aliento.

Finalmente, tras un acertado empuje de Kain que tocó con precisión su próstata, salió a unísono de ambas gargantas un grito gutural de culminación, sintiendo Aidou el semen de su amante llenarlo, a la vez que él eyaculaba entre la mano del mayor que acariciaba su erección con velocidad, como si quisiera vaciar hasta la última gota.

Trata de regular su respiración, sintiéndose adormilado, no era para menos, si había tenido uno de los mejores orgasmos de su corta existencia. Se ve rodeado por la sabana para brindarle protección, así como dulcemente un beso sobre sus labios.

-Kain...? –exclama adormilado por ver a ese anaranjado incorporarse e ir por su ropa-

¿Se iría? ¿Lo abandonaría justo cuando más lo necesitaba?

Ve a vampiro del fuego acercársele ya vestido, atrapando sus labios entre los suyos en un demandante beso, mismo que de nuevo le roba el aliento.

-Kain, no... me dejes. –con un débil hilo de voz pide sin moverse de la cama. Eso más el llanto, habían consumido sus fuerzas–. Quédate a mi lado.

-Perdoname, Hanabusa. –otro beso antes de acariciarle el flequillo-

Aidou entre dormido solo lo ve alejarse en una llamarada.

 

*                  *                   *                 *                *

 

-Parece que los Nobles buscan a ciegas a Kaname-sama. Mientras que su hermana ha decidido permanecer en la Asociación... –le da Rima un pausado sorbo a esa bebida mientras descansaba de esa sesión de fotos–. ¿Tú qué opinas, Shiki?

Lo ve ella desde la comodidad de su asiento, notando al pelimarrón abstraído del mundo, recostado en el muro detrás suyo. Suspira por su amigo. Era claro en quién pensaba.

-Piensas en Ichijou-san?

-A ti no te causó curiosidad ese bulto que cargaba y que nos impidió ver? –sin verla inquiere–. Olvídalo. –gira a verla por segundos, luego regresando sus ojos azules a un extremo-

Frunce su ceño la anaranjada de coletas, suspirando en resignación. Eso era amor, así su inexpresivo amigo lo evadiera o negara.

-Incidentes terroríficos han estado ocurriendo últimamente... desde que los nobles que deberían mantenerse vigilando, no tienen tiempo para eso. –opina Shiki sin verla-

-No podemos culparlos, no hay nada más aterrorizante para los Nobles que Kaname-sama. –apoya su codo en el brazo de la silla, descansando su mentón en el dorso de su mano, girando un poco su cuello a dirección de su amigo–. Mató al líder de la familia Hanadagi y luego al Padre de Aidou-san. Sus intenciones son confusas, así que... debe ser aterrorizante.

Atento Shiki la observa por sobre su hombro escuchándola atentamente.

-Y los otros Sangre Pura sólo observan en silencio lo que sucede fuera de sus dominios. –suspira ella-

 

*                 *                  *                *              *           *

 

-La has dejado merodear libremente estos días. Veo que tu objetivo es hacer que Kuran salga de su escondite. –opina Zero una posibilidad, frente a ese rubio sentado tras su escritorio-

-Yuuki no perseguirá a Kaname-kun por ahora. Ella sabe lo que se supone que debe hacer. Además, aparentemente es a ti a quien sigue últimamente. –entrelaza Cross sus dedos sobre la mesa-

-Lo has notado. Es una molestia que esté detrás de mí todo el tiempo. Yo no le he pedido que lo haga. Así que, tú díselo, te hace más caso a ti ¿no?

-Ey! –abre Yagari la puerta sin avisar, teniendo la compañía de Yuuki– ¿Tienes un minuto?

Da Zero su retirada, pasando al lado de ella sin decir palabra, avanzando hasta estar en los territorios de los dormitorios. Abre una de las puertas sin tocar, viendo al rubio Noble sentado en el suelo recostado en la cama.

-A qué vienes? –inquiere Aidou en voz serena, sin verlo. No se sentía para nada bien-

-A nada en realidad. Sólo a decirte algo. La persona que se supone debes vigilar parece estar buscando problemas. Si prefieres dejarlo como está, para mí está bien, pero si te preocupa, ve y pregúntale al Director o a ella misma los detalles.

-Tú... en realidad viniste a ver como estoy ¿verdad? Viniste a ver si estoy atormentado por la traición de Kaname-sama y de su hermana. –cierra sus ojos, abrazando sus piernas-

-No. Porque me incomoda tenerla detras de mí. –sencillamente dice el albino desde el marco de la puerta-

-De ninguna manera... definitivamente no me convertiré en algo como tú. No importa lo duro que es este momento... –toma su cabeza al punto del llanto–. Maldición.... Sólo estoy pensando en cosas malas.... Kain, me haces mucha falta... –cierra sus ojos en dolor-

Zero simplemente cierra la puerta ojeando a ese rubio buscando calma a sus confundidos pensamientos. ¿Él se vería así? No quería ni le importaba saberlo.

 

*                 *                  *                *                 *               *

 

Delante de esos nobles estaba de pie, no mostrando en ningún momento debilidad, o tratando de mostrar una valentía que carecía, pero si quería afrontar los acontecimientos debía hacer las cosas por ella misma. Entre ellas, reiniciar la Clase Nocturna. Pero como iban las cosas... Nunca renacería la clase Nocturna.

-No debería molestarse en pedirnos permiso a los Nobles, puede hacer lo que quiera con el poder que ustedes, los Sangre Pura tienen. ¿Y qué pretende hacer respecto a Kaname-sama? Hanadagi-sama y Aidou-dono perecieron por su mano... No podemos negar la posibilidad de que Kaname-sama pueda terminar siendo nuestro enemigo.

-Usted solo está discutiendo sobre la Clase Nocturna en lugar del tema de Kaname-sama? Con el debido respeto, en este momento no hay ni una sola persona que desee colaborar con usted ¿o si? –bombardea otro-

-En ese caso, nosotros colaboraremos. –decide Shiki interferir luego de mantenerse escuchando en silencio-

-Entendemos lo que ella habla. –concuerda Rima-

-Aidou no ha venido ¿no? –repara su primo modelo en la falta del rubio-

-No se lo dijiste? –inquiere la modelo de coletas viendola-

-No por ahora. Simplemente no pude preguntarle. –confiesa Yuuki-

-Ya veo. Entonces debo ser franco con usted. –toma un Noble la palabra–. El hijo de Aidou-dono debe sospechar de usted más que nosotros.

-O nos castigará por desobedecerla, Yuuki-sama? –provoca una mujer en pie– ¿O si lo prefiere, por qué no sólo usa su poder de Sangre Pura para hacer que la sigamos?

-Ella es incapaz de hacer algo así. Yo creo en ella.

-Aidou-senpai... –se asombra la castaña-

-Perdonen por entrometerme. Yo también colaboraré con ella. –seguro apoya Aidou-

 

*                 *                    *                  *                  *

 

Cómodamente sentada en ese largo sofá se hallaba con su pequeño harem femenil a su alrededor, como si fuesen mansas ovejas al rededor del pastor. Un pastor con mentalidad de lobo y piel de oveja.

-Oye Takuma, esta carta, tiene algo interesante escrito. –gira Sara a ver a ese rubio de pie con su hijo en brazos–. Dice que ella quiere que tú seas el líder de la Clase Nocturna.

-Líder? –deja de tener su atención en ese despierto mini rubio. Luego bajando su mirada entristecida a su descendiente-

-Supongo que era de esperarse, ya que Kaname-sama no está más aquí, Takuma. –a cambio, éste frunce sus rubias cejas–. Oh, cielos, que expresión tan atemorizante, si supone que verás al padre de tu hijo. Espero que él tenga una expresión más amable cuando te vea. –recarga su cabeza contra la de otra chica, que sentada a su lado plácidamente dormía bajo sus caricias–. Sabes, también quisiera ir a la clase nocturna. Junto con mis queridas marionetas ¿Puedo?

 

*             *              *                 *                *              *

 

Del baño sale con esa toalla rodear su cuello, se sentía extremadamente cansado y esa ducha, ayudo de mucho a tranquilizar sus ideas. Todo estaba patas arriba, a causa de ese chupasangre engreído y sus grandes hazañas por exterminar a sus iguales. Y, los demás Sangre Puras restantes solo observaban en silencio, Una jauría de hipócritas que ocultos desde la comodidad de sus lujosas y ostentosas mansiones señalaban y fingían sin unirse y darle fin a ese nuevo enemigo.

En parte, podía entender las acciones de Kuran Kaname. En su caso, ya hace mucho habría cortado esas venenosas lenguas, no esperado hasta haberse hartado para hacerlo.

Arroja esa toalla a una de las sillas, sentándose en el borde de la cama. Frota su palma tras su nuca cerrando en agotamiento sus ojos. Por otro lado, él aún no podía dormir. ¿Por qué le temía a dormir? Era como si, cada vez que cerrara sus párpados al descanso, su alma se separara de su cuerpo, permitiéndole la entrada a un "nuevo Zero". Mismo, que en esa separación era feliz. Ya no enojándolo, confundiéndolo, pero empezando a tratarlo.

-No bajes la guardia. –se convence a asimismo abriendo sus ojos violetas-

Por otro lado, la imagen de esa joven castaña golpea su mente.

-Acaso no piensa en Yuuki? Todo se lo está dejando a ella. –suspira sintiendo molestia-

Si él tuviera a ese Chupasangre, le regalaría una bala de su Bloody Rose y con un moño.

Sacude su cabeza mientras estiraba su mano a tomar de la mesa de noche esa caja de tabletas.

Se extraña, posando sus ojos en esa ventana entre abierta. Había sentido una presencia fuera. Se incorpora, acercándose a esa lamina que abre, asomando su cabeza, reparando en la oscura noche, admirando frente a su vivienda ese frondoso árbol, entrecerrando sus ojos y viendo con atención esas hojas. Suspira. Se estaba volviendo paranoico.

Mete su cabeza, cerrando esa ventana, mientras vertía esas tabletas a su garganta encaminándose a la cama.

 

Profundamente se hallaba sobre esa cama luego de esa extenuante labor. Minutos después, es interrumpido ese silencio por el crujir de esas dos láminas que se separan por centímetros la una de la otra, permitiéndole el paso a ese negro murciélago a invadir esa habitación, tomando después la figura de ese castaño y rutinario visitante nocturno del cazador.

Sin hacer ruido se sienta en el borde de esa cama que se hunde bajo su peso, estirando Kaname su mano hasta dar con esa cabellera platinada que acaricia con detalle.

-Perdóname. –baja su cabeza hasta la de Zero, rozándose sus dos tonalidades distintas de cabellos–. He tratado reprimir esta ansiedad que me causa tu sangre, pero... –aparece esa roja tonalidad en su mirada, acariciando con su nariz esos cabellos alrededor de ese pálido cuello–, ya soy adicto a ella.

Separa sus labios, dejando a la vista un par de colmillos...

Notas finales:

Dedicado a Nicky LOL31


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