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El sonido de la cascada por OlivierCash

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Notas del capitulo: Antes que nada recordar que la obra original fue escrita y dibujada por Masami Kurumada y el Lost Canvas por Shiori Teshirogi
—...quiero.

Una luz que procedía del lugar en el que estaba Shion entre sus brazos brilló de manera cegadora, tanto que se vio obligarlo a cerrar los ojos. Cuando volvió a abrilos, Shion se había esfumado. Tanteó el aire como buscándolo, mas su vista no le engañaba, Shion simplemente se había esfumado sin dejar rastro. Dohko miró alrededor de la cabaña, para ver si había aparecido cerca, pero no había rastro de él.

Por su parte, Shion habría dado cualquier cosa con tal de poder estar tranquilo con Dohko en vez de encontrarse en la compañía de ese hombre. Ese hombre lo veía sonriente, con esa particular prepotencia y habilidad para mirarle por encima del hombro tan propia de él.

—He de admitir que me alegra verte tan vivo—dijo el hombre muy sonriente.

Iba vestido con ese abrigo que vistió la última vez que se encontraron. …l se acercaba a Shion, provocando que Shion retrocedía, con sus piernas temblorosas. No podía ser que ese hombre causara esa reacción, no podía ser que ese hombre todavía le diera tanto miedo.

—A mi no me alegra verte Lune—escupió. Quería que su voz sonara valiente y decidida, pero solo salió temblorosa.

Lune sonrió al ver como Shion le temía, sin duda eso parecía hacerle sentir bien.

—¿Qué haces aquí?—se atrevió a preguntar Shion.

—Los Espectros de Hades estamos despertando y sembrando el mal allá donde aparecemos, ni más ni menos—explicó Lune—Aunque había escuchado que un joven Caballero de Oro rondaba por aquí, por ello me apeteció ver que tan fuerte era ese caballero.

Shion se puso en posición de combate. No sabía si era a él al que se refería o era a Dohko. No quería que Lune atacara a Dohko ,si alguien tenía que encargarse de ese Espectro, sería él.

—La verdad me alegra verte por aquí.

El problema que tuvo Shion en ese momento, fue que el miedo que le tenía a ese hombre le nubló el juicio. Era un gran guerrero, pero todavía le faltaba mucha experiencia y demasiadas batallas que le hicieran templar su carácter. Por ello se lanzó contra Lune sin persarlo y este no tuvo ningún problema en hacer que mordiera el polvo con un solo golpe. Shion se golpeó con el suelo provocando un boquete en este.

—Siempre es divertido jugar contigo—dijo Lune, agachándose para agarrar a Shion por la estola y levantarlo—He oído que has estado luchando bien por aquí, tengo muchas ganas de ver en que te has convertido.

Lune pasó su mano fría por la nuca de Shion ,acariciando su cicatriz con un extraño y terrorífico cariño Shion al notar esto se quedó paralizado, pero pronto intentó recuperar la compostura y lanzarle una patada a Lune. Este solo lo lanzó de nuevo para evitar la patada.

—Creo que hoy no es tu día—dijo Lune con burla.

El rubio comenzó a elevar su cosmos y de nuevo, se volvió a lanzar en un inútil ataque contra Lune. Quien lo esquivó sin ningún problema. Es más, Lune sacó su látigo y le dio con el mango de este a Shion en el estómago. Shion volvió a caer al suelo.

En la cabaña, Dohko notó algo extraño en el cosmos de Shion, provenía del pueblo y parecía estar en una batalla. Se olvidó de la desilusión de lo que había ocurrido hacía unos minutos y se dio cuenta de que Shion estaba en problemas. Así que decidió que por fin era hora de ayudarlo.

Movió su cama para coger lo que siempre tenía bajo una trampilla. Su armadura. Cogió su armadura y se la colocó lo más rápido que pudo. Al fin se la ponía, hacía tiempo que no lo había hecho. Mas su armadura no era muy impresionante, estaba rota y no brillaba. Aun así, Dohko salió corriendo en dirección al pueblo para ayudar a Shion.

Este en verdad necesitaba la ayuda, porque Lune no estaba teniendo ningún problema para hacerle morder el polvo. Si bien era más veloz que la última vez que se encontraron, Shion era incapaz de esquivar todos los latigazos de Lune y poco a poco se le estaban abriendo diferentes heridas. No tan profundas como la que le hizo Lune en su día en el cuello.

—Me parece que no me estas tomando muy en serio—se lamentó Lune.

Shion no le decía nada, solo le atacaba sin mucho sentido y con una estrategia inexistente. En un momento dado, Lune consiguió enroscar su látigo alrededor del cuello de Shion. Este se quedó paralizado y se llevó las manos para sujetar el látigo en un estúpido intento de que no le hiciera daño.

—Cuando tus ojos me miran así, con ese miedo, es cuando más bonito me parecen—aseguró Lune.

—¡Callate!—habló Shion por fin.

Lune tiró de su látigo para atraerlo hacía él, Shion se resistió, pero Lune tenía las de ganar y así lo hizo, ganó a Shion y este acabó justo en frente de él. Estiró la mano con la que no sostenía el látigo y la pasó por la cara de Shion en forma de una siniestra caricia que provocó que este se estremeciera.

—Has crecido, aunque sigues teniendo unos rasgos infantiles bastante adorables.

El rubio no supo si sentir asco ,repulsión ,miedo o los tres juntos. Lo que si que notó es que todo él temblaba. Por la frustración y la humillación de estarle poniendo todo tan fácil a Lune.

—¡No me toques!—Shion intentó apartar la mano de Lune, pero solo consiguió que la presión del látigo aumentara, provocandole algo de tos.

—Ha decir verdad, no me canso de mirarte y dudo que jamás lo hiciera—se agachó un poco, para que su cara quedara demasiado junta a la de Shion—La propuesta que te hice hace años todavía sigue en pie y siempre seguirá en pie para ti.

En ese momento Shion supo que si, tenía que sentir asco, repulsión y miedo. Y lo sintió, demasiado bien paras u gusto.

—Jamás me iré contigo—su voz no sonó tan valiente como el hubiera deseado.

De repente y en un rápido movimiento, Lune apartó el látigo de su cuello y se giró, dándole a alguien que le había atacado por la espalda y que acabó estampado en una de las casas que había cerca.

—Se ve que vamos a tener que posponer nuestra charla—le dijo Lune a Shion con una sonrisa—Otro asunto requiere de mi atención.

Shion no tuvo que ver a la persona que había sido estampada contra la pared para saber quién era. Solo miró en esa dirección deseando que Dohko estuviera bien. Había sido un completo idiota, había dejado que el miedo le venciera y Dohko había tenido que ir a salvarle. Eso era tan humillante. Y lo peor de todo es que sino hubiera sido por su orgullo, se habría dejado caer al suelo, porque del miedo ya casi no tenía fuerzas ni para mantenerse en pie.

Entre los escombros y el humo que se había levantado, apareció Dohko. Quien dirigió su mirada para asegurarse de que Shion estuviera bien, se había asustado cuando había visto al Espectro tan cerca de él.

—¿Estas bien?—le preguntó Dohko a Shion ,se veía demasiado seria para ser él. Shion solo asintió y Dohko miró a Lune con caras de pocos amigos—¿Tú has sido el que le ha herido?

Y Lune sonrió ante eso, a lo mejor ese encuentro era más interesante de lo que le había parecido al principio.

—Si, he sido yo—contestó con una radiante sonrisa.

Dohko no necesitó oír más para lanzarse contra Lune. Shion se quedó observándolo y no pudo negar que Dohko peleó mucho mejor de lo que él lo había hecho. Pero sus heridas y esa armadura muerta no le ayudaron en nada y no fue rival para Lune.

En resumen, Lune hizo que Dohko mordiera el polvo en poco tiempo y Shion fue corriendo a su lado. Se arrodilló junto a Dohko para ver si las heridas eran graves, por fortuna solo tenía algunos golpes. Lune se había contenido.

—Me sorprende que con tu aprecio para las armaduras no la hayas reparado—comentó Lune. Quien estaba de pie a varios metras de distancia—Es una pena, sería divertido comprobar que tan buen reparador de armaduras eres.

Shion apretó los puños y decidió no responder a Lune. Dohko se le quedo mirando un tanto dubitativo por lo de reparar las armaduras, sabía que se le tendría que explicar más tarde, pero no le importaba. El rubio se puso de pie ,para encarar a Lune ,de todas maneras, Dohko no debería haber intervenido en una pelea que no era la suya. Shion miraba a Lune directamente ,decidido a pelear contra él y esa vez hacerlo bien.

Entonces, ocurrió algo que el rubio no se hubiera imaginado. Lune se rió y se dio media vuelta, comenzando a irse ante las atónitas miradas de Dohko y Shion.

—¿Adónde te vas?—exigió saber Shion.

—Ya sabes que soy alguien muy ocupado—contestó Lune, había parado para hablarle. Luego se giró un poco para echarle un ojo a la pareja—No me apetece perder el tiempo peleando contra ti ,que pareces incapaz de poder pelear contra mí. Ni contra tu mascotita —dijo refiriéndose a Dohko y a quien miró con autentico desprecio— Tiene la armadura rota y es un inútil en combate.

A Dohko no le gustó que hablaran así de él, no le gustó nada. Apretó los puños y comenzó a levantarse lentamente y haciendo uso de todo su esfuerzo. Pudo notar que Shion estaba dispuesto a ayudarle a levantarse, pero él negó antes esa ayuda, eso era algo que tenía que hacer él solo.

—Ahora...¿ahora vas a ir a atacar a más gente inocente?—preguntó Dohko con la voz entrecortada y mucho más oscura que de normal.

Lune miró a Dohko con una sonrisa y no le dijo nada. A Dohko eso no le gustó y sin que Shion pudiera detenerlo se lanzó contra Lune. Este lo paró con su brazo, Shion lo pudo ver, por un momento, Dohko había mostrado el caballero dorado que era.

—Vaya, al final parece que eres un poco más interesante de lo que esperaba—comentó Lune con una aterradora sonrisa en la cara—Es una pena que tenga cosas más importantes de las que ocuparme.

Y Shion supo lo que Lune tenía intención de hacer. Por ello corrió para agarrar a Dohko y apartarlo del Espectro. Todo ocurrió en menos de lo que dura un parpadeo, Dohko vio como un látigo se acercaba a él a una gran velocidad y él levantó el brazo para protegerse con el escudo roto. El golpe nunca llegó. Al levantar el rosto pudo ver como una especie de barrera extraña había evitado el golpe de Lune. Ante él podía ver los colores de esa barrera que se pintaban sobre las casas que tenía en frente. Esta barrera se fue difuminando poco a poco.

Ese fue el momento en el que Dohko notó la mano de Shion sobre su hombro, porque en ese lado la hombrera estaba rota. Giró la cabeza para mirarlo, había tantísimas cosas que quería preguntarle ,pero la cara de Shion le hizo cambiar de idea.

—¿Estas bien?—preguntó Dohko.

Se giró para mirarlo mejor, Shion se veía algo triste y melancólico, sin embargo, lo que más estaba era enfadado ,enfadado con Lune por volver a aparecer y enfadado consigo mismo por haber sido incapaz de pelear en condiciones contra Lune. Quien en esos momentos estaba campando a sus anchas puesto que ya se había marchado. Dohko puso su mano sobre la Shion, que todavía seguía en su hombro. Luego agarró esa mano y tiró de Shion para acercarlo más a él y abrazarlo.

—No lo se—respondió Shion.

Shion no se inmutó ante ese abrazo, ni se quejo ni lo correspondió. Y a Dohko le dio igual porque por fin podía abrazarlo.

—Encontraré a ese Espectro y le venceré—aseguró Dohko, abrazando más fuerte a Shion.

—Si alguien debe vencerlo alguna vez, ese seré yo.

El rubio rompió el abrazo y comenzó a caminar hacía la cabaña de Dohko, quien no tardó en seguirlo ,esperando que dijera algo más. Shion no abrió la boca ni cuando llegaron hasta la cabaña. No dijo nada ni cuando Dohko, después de haberse quitado la armadura, le curó las leves heridas que se había hecho. Shion mismo curó a Dohko sin decir ni pio, demasiado absorto en sus pensamientos. Luego, el chino se echó en su cama ,dejando un hueco para Shion.

—Tú también necesitas descansar—dijo Dohko, dándole la espalda.

Dohko pensó que Shion volvería a pasar de él como la anterior vez, pero en esa ocasión, se tumbó a su lado y Dohko tuvo unas ganas ingentes de girarse, por supuesto ,no lo hizo. Shion se quedo pegado al borde la cama y Dohko a la pared.

—¿Me vas a decir quién era?—preguntó Dohko, con calma y sin querer presionarlo.

—Un error ,uno que cometí en el pasado, eso es lo que es—contestó Shion, sonaba muy frustrado.

—Todos cometemos errores—afirmó Dohko.

—El problema es que este error parece disfrutar de afectar a otros a parte de mí—dijo Shion con rencor, se sentía furioso y la estaba pagando con las sabanas de la cama. A las cuales tenía agarradas con el puño—Te ha herido—murmuró Shion, sintiéndose terriblemente culpable por eso.

El pelirrojo se giró, con calma e intentando que Shion no se diera cuenta. Se acercó poco a poco hasta su compañero y pasó su propio brazo por encima de la cintura de este. Para atraerlo un poco hacía si mismo, a modo de abrazo. Shion al igual que con el abrazo de antes, no se quejó, pero tampoco pareció agradarle.

—Soy un Caballero, me van a herir muchas más veces—aseguró Dohko, sus palabras se escucharon tan seguras—Shion, le he estado dando vueltas, le he dado muchísimas vueltas desde el momento en que apareciste a mi lado. Yo soy un Caballero y aun me queda mucho camino por recorrer, no he sido capaz de hacerle frente a un Espectro que no llevaba armadura y no pude hacer nada contra unos soldados—su cuerpo se tensó por la rabia que le provocaba esos recuerdos—Y creo que la razón por la que no quería ir al Santuario es porque tenía miedo—Shion pareció sorprenderse ante esa afirmación—Tenía miedo de no ser nada en comparación a los otros Caballeros, pero, durante un segundo, cuando temí lo que podría hacer ese Espectro, noté que brillaba como un autentico Caballero y siento que es a eso a lo que realmente debo aferrarme.

Dohko se relajó y sonrió ampliamente. Por fin se sentía bien consigo mismo, por fin se sentía capaz de poder llegar a ser un gran Caballero.

—Si, al menos tú conseguiste que Lune se sintiera algo amenazado—escupió Shion.

Su compañero paso su mano por los rubios cabellos de Shion a modo de caricia y le miraba sonriendo, aunque Shion no pudiera verle.

—Shion, por lo que has demostrado estos días, eres un gran guerre...

—¡Pero no pude ni rozar a Lune!—cortó Shion a la vez que se giraba un poco para apartar la mano de Dohko.

—¿Por qué?

Esa pregunta que Dohko le formuló con tanta tranquilidad se le clavó como un puñal en el corazón. Sabía a la perfección la respuesta a esa pregunta, pero no por ello se le hacía fácil admitirla en alto. Miró a Dohko a los ojos, a esos grandes y verdes ojos que emanaban una sorprendente calma y seguridad. Y Shion, notó por primera vez desde que le conoció, que podía confiar plenamente en él y que Dohko, se había ganado su cariño. Desvió un poco su mirada de los claros ojos de Dohko.

—Porque me da miedo—murmuró tímidamente. Una de sus manos de traslado inconsciente a la nuca, para rozar con la yema de sus dedos la cicatriz que Lune le regaló tiempo atrás.

—No se nada sobre vuestra historia—admitió Dohko y Shion se le quedó mirando, en ese momento Dohko brillaba, de alguna manera, conseguía brillar en esa oscuridad—Pero ya no tienes porque tener miedo Shion ,no te estas enfrentado solo contra él, yo estoy a tu lado y no pienso abandonarte.

La verdad es que si alguien le hubiera preguntado el porqué de lo que hizo, no habría sabido responder, a lo mejor fue por la sinceridad de Dohko, o porque estaba asustado, también podía haber sido por su extraño humor en esos momentos, incluso por las palabras de Manigoldo sobre vivir su propia vida, hasta podría haber sido todo lo anterior junto. Lo único claro que tenía Shion es que besó a Dohko y no fue ni en la mejilla ni en la frente. Le besó en los labios, en su defensa, solo fue un beso suave y fugaz.

O esa fueron sus intenciones, las cuales se vieron truncadas por la rápida intervención de Dohko quien no pensó desaprovechar el momento e intensificó el beso.

No era la primera vez que Shion compartía uno de esos besos con alguien, pero jamás había sentido esas mariposas revolotear en su estomago o la sensación de volar, de querer que eso nunca se acabara. En ese instante temió que muy en el fondo de su corazón, estuviera comenzando a sentir algo por Dohko. Y no sabía si tenía que temer eso o si por el contrario, disfrutarlo.

Una vez que acabaron el beso y cuando se estaban mirando mutuamente un tanto incrédulos, Dohko sintió que era hora de decirle lo que sentía por él, lo que le iba a decir antes de lo de Lune. Sin embargo, Shion debió leerle la mente, porque posó uno de sus dedos sobre los labios de Dohko y comenzó a negar con ansias.

—Por favor...no lo digas—suplicó, porque no se sentía con las fuerzas de asimilarlo ,de enfrentarse a esa realidad que tenía delante.

Y Dohko solo pudo hacerle caso. Dándose la vuelta para darle la espalda a Shion, no estaba enfadado, solo decepcionado. Su noche estuvo repleta de sueños y pesadillas sobre lo que podría haber sido. Las cuales se vieron truncadas cuando notó un suave calor danzado por sus parpados de una manera un tanto molesta.

Al abrir los ojos lo primero que notó es que estaba mirando hacía donde había estado durmiendo Shion. Y lo segundo de lo que se dio cuenta fue de que Shion se había levantado y estaba frente a él, junto a la armadura de Libra. La estaba examinando con mucho detenimiento. En ese instante las palabras del Espectro pasaron por su mente ,esa mención sobre que Shion sabía reparar armaduras. Por ello intentó dejar a un lado lo ocurrido la noche anterior, si Shion se quería hacer el tonto, él no sería el que sacaría el tema.

—¿La puedes arreglar?—preguntó Dohko con tranquilidad.

Shion se sobresaltó un poco cuando lo escuchó hablar, había estado muy metido en sus pensamientos y ni se había percatado de que Dohko ya se había despertado. El rubio se giró para mirar a Dohko, tenía mala cara y Dohko lo notó algo cansado. También pudo notar un pequeño rubor en su blanca piel ,pero decidió ignorarlo.

—Si, pero me costará un poco.

—¿Tan mal esta?—preguntó Dohko preocupado.

En cuanto había escuchado que Shion era un reparador de armaduras ,había sentido esperanza, esperanza por su armadura y por poder usarle en todo su esplendor. Aunque a decir verdad, él no tenía ni la más remota idea sobre como se reparaba una armadura.

—Esta muerta—dijo Shion, con un suave y melancólico tono, acompañado de una tierna caricia a la armadura.

Dohko sintió como un sudor frio le recorrió la nuca. No podía creer que su armadura estaba muerta, no podía ni creer que una armadura dorada tuviera una vida que pudiera perder. Pero Shion le había dicho que podía solucionarlo, suspiró,i ntentando mantener la calma. Porque Shion le había dicho que él podía hacerlo, así que eso quería decir que tenía solución. Shion debió notar el nerviosismo de Dohko, porque intentó calmarlo.

—Las armaduras tienen una vida, cuando reciben pequeñas heridas o golpes se reparan ellas solas, como cuando tú te haces un pequeño golpe. Por ello ,cuando reciben muchas heridas, pierden la vida, pero es posible revivirlas. Así que no te preocupes,l a voy a revivir sin ningún problema, entre otras muchas cosas que tengo que hacer en el Santuario, reparar las armaduras es una de mis funciones—explicó Shion, estaba muy tranquilo y cuando habló sobre las armaduras, Dohko pudo notar un grandisimo cariño hacía las armaduras—Dohko ,¿la armadura ya estaba así cuando la recibiste?

—Si—aseguró Dohko.

Y por fin, Dohko consiguió comprender lo que le ocurría a su armadura y volvió a tener esperanzas. Porque cuando Shion reparara su armadura, podría apreciar el verdadero poder que esta tenía.

—Si podías arreglarla—comenzó Dohko dubitativo—¿Por qué no lo hiciste antes?

—Porque no sabía donde estaba guardada.

Dohko le miró sorprendido y extrañado, no ,no podía ser ,él recordaba haber llevado la armadura cuando fue a enfrentarse a los Espectros. Pero tenía demasiadas lagunas sobre ese momento, había algo que no le encajaba.

—Tú...tú me salvaste de los Espectros y yo no recuerdo haberme quitado la armadura.

Shion se quedó pensativo, eso no parecía tener sentido. De repente se acercó hasta Dohko y se quedó mirando su pecho, que como siempre llevaba al aire y lo único que estaba cubierto era su pecho, por las pocas vendas que aun le quedaban.

—¿Qué pasa?—preguntó Dohko ,algo sonrojado por la mirada de Shion.

—Nada—negó Shion y se alejó de Dohko, dirigiendo su mirada a cualquier otro lado—solo creo que deberías ir cambiándote las vendas—comentó,p ero Dohko pudo notar que obviamente, le ocultaba algo.

Dohko le asintió a eso, aunque notaba que le ocultaba algo ,era verdad ,debía cambiarse las vendas de una vez y en esos momentos, ya podía hacerlo él solo. Aunque no negaría que le era más cómodo cuando era Shion el que lo hacía.

—¿Me las puedes cambiar tú?.

El rubio asintió y le cambió las vendas y curó las heridas sin más. Sin embargo, Shion se quedó mirando alguna de sus heridas,incluso pasó la mano por dos de esas heridas que miraba pensativo. Sin duda, Shion sospechaba algo.

—¿Alguien más sabia donde guardabas la armadura?—preguntó en un momento dado.

—No, por eso me sorprendió que siguiera ahí.

Como respuesta recibió un asentimiento distraído. Dohko le preguntó a Shion cuando le arreglaría la armadura y este le respondió que en unas horas, cuando se encontrara algo mejor de los golpes del día anterior. Dohko solo dijo que vale. A la tarde, le propuso de salir a dar una vuelta ,Dohko quería aprovechar que ya se encontraba mucho mejor, si había logrado ir corriendo sin ningún problema hasta la aldea, ya no tendría mayor problema por caminar por los caminos que rodeaban a la cascada.

Ese día soplaba una fría brisa y ambos caminaron el silencio. El día estaba algo nublado ,pero ninguna era nube de tormenta. Se estaba bien, sin más. Durante todo el camino no hablaron mucho, por lo que se podía escuchar el sonido de la cascada muy de fondo, o a los pequeños animales que había por los alrededores.

—¿Te marcharás pronto?—preguntó de repente Dohko.

Shion se le quedó mirando unos instantes, para después suspirar mientras dirigía su mirada hacía el suelo ,no parecía con muchas ganas de hablar sobre ese tema.

—Al final voy a pensar que lo que quieres ,es que me vaya—comentó como una pequeña broma, pero con un suave y velado tono tristón.

—Si te lo pregunto tanto, es porque no quiero que te vayas.

Ambos se quedaron quietos en mitad del camino ,mirándose fijamente a los ojos e incapaces de parpadear. Fue Shion quien acabó desviando la mirada hacía otro lado.

—Dohko...—fue lo único que dijo ,pero lo dijo con tanta tristeza que Dohko sintió como si esas palabras llegaran hasta lo más hondo de él.

—¿Crees que yo sería un buen caballero?—preguntó Dohko, sorprendiendo a Shion con esa pregunta.

Este volvió a mirarle, pero en esa ocasión,con una gran y brillante sonrisa.

—Por supuesto Dohko.

—¿Por qué?—necesitó saber Dohko.

—Porque cuando quieres proteger a alguien ,eres capaz de brillar más que las estrellas.

Quería volver a abrazarlo, lo que más deseaba Dohko en ese momento era volver a abrazar a Shion. Pero no se sentía con el valor suficiente como para hacerlo. Notó como la suave brisa removió sus cabellos y sus ropas. Y junto a esa brisa llegaron un puñado de hojas que habían caído de los árboles. Una de estas hojas, se quedó enredara en el pelo de Shion. Por lo que Dohko se acercó hacía él para retirarle la hoja. Cuando extendió su mano y antes de que sus yemas tocaran la hoja, Shion retrocedió un poco, mirando hacía el suelo. Sin embargo, Dohko insistió y en esa ocasión no se apartó.

Tomó la hoja y se la mostró a Shion, este la miró sin mucho animo, parecía que le estaba dando vueltas a demasiadas cosas a la vez.

—Dohko—murmuró Shion muy nervioso—Te parecerá precipitado y bastante estúpido...pero creo que te quiero—soltó Shion, totalmente de repente y sin venir a cuento.

Y Dohko no supo muy bien como reaccionar, Shion le acababa de decir lo que quería escuchar, mas ,¿por qué no se sentía tan ilusionado? A lo mejor era porque a Shion no parecía alegrarle eso,¿cómo no podía estar contento de querer a alguien? Y aun más cuando ese alguien le correspondía. Mil cosas pasaron por la cabeza de Dohko en ese momento, pero decidió hacer frente a la realidad después. Porque de repente tenía el valor suficiente como para abrazar a Shion y así lo hizo. Por primera vez, este le correspondió el abrazo y le abrazó como si su propia vida dependiera de ello. También tuvo el valor suficiente como para besarlo de nuevo y así lo hizo.

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