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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Sí, lo reconozco. El Cápitulo #3 posee "ciertas partes" repetidas, pero es que están basadas en el anime tanto del manga. UoU. (no tengo la culpa U_U) Y no será el único capítulo así.

Según recuerdo, lo advertí antes ¿no? BASADO MAYORMENTE EN EL ANIME Y EL MANGA. Así que no será el único, repito.

Haré lo mismo que hice en Dark Butler... 20% Manga. 60% Anime ^o^

...y 20% Inventiva jajaja

 

 

–"Papá es... ¿un vampiro"

Le era imposible no pensar y evocar cada imagen de ese suceso. Del cómo fue robada su sangre por un vampiro, mismo vampiro que limpiaba con su manga su boca, aun así exhibiéndose de sus labios ese par de colmillos. Resonando fuertemente los latidos de su pequeño y asustado corazón.

 

Aroma que viaja hasta aquella oficina, posando Kaname por inercia sus ojos en la puerta cerrada.

–Qué sucede, Kaname? –repara en su distracción–

–Puedo oler sangre. La sangre de Zero... –exclama sin deja de ver esa puerta–

–Qué? –se levanta de golpe el Director confundido, viendo a ese castaño correr a la puerta–. ¡Kaname-kun!

 

–Ichiru... yo... –da un paso al frente. Otro retrocede el temeroso menor. Atormentando a Zero lo suficiente para desistir–

–Ichiru....?

–Ka...Kaname. –balbucea Ichiru, logrando ver a su amigo castaño ascender–

–Así que finalmente has caído a la sed de sangre de las bestias, Kiryuu? –molesto se coloca frente a Ichiru–

–"Va a lastimar a papá" –piensa. Decide salir de su protección y colocarse de escudo a su padre–. No lastimes a papá, Kaname-sen... –se tambalea hasta perder las fuerzas–

–Ichiru! –sostiene contra su cuerpo el frágil cuerpo de su hijo. Aterrado–

–Te lo advertí. –aclara Kaname viéndolo fijamente–. Tu sed debe haber sido insaciable para haber drenado su sangre al punto que no puede estar de pie. –decide cargarlo entre sus brazos– ¿la sangre de Ichiru... fue en verdad tan deliciosa? –provoca en serenidad, sin reprimir su molestia, llevándoselo–

–Papá... –balbucea con sus párpados cerrados estrujando entre sus manos la tela– ¿Kaname... por qué papá...? –en tristeza calla, agotado–

–Director –pasa Kaname al lado del rubio con dirección a enfermería–

–Sí, lo sé.

 

 

 

Noche4 El Niño Preciado.

 

 

 

 

–Kaname-senpai, estoy bien. –sentado indica Ichiru, cabizbajo–. Estaré bien si me siento por un rato.

–No. –se encorva a su altura para tomarle el mentón–. Déjame ver.

Siente el pequeño albino su rostro movido suavemente por la mano contraria, exhibiendo su cuello, jadeando por el leve movimiento.

–Ya casi dejó de sangrar, pero la herida es profunda. Te mordió agresivamente. –considera, posando sus ojos sobre ese pequeño rostro– Ichiru... ¿Te duele? –prefiere sentarse frente a los ojos violetas que derramaban lágrimas–

–Eh? ¿Qué? –eleva su cabeza, bajándola después, estrujando entre sus manos su pantalón–

–Le temes a los vampiros ahora? –toma una de las pequeñas manos, reconfortándolo–

–Uh? –lo observa en silencio. Niega después con su cabeza–

Sin embargo, su llanto no paraba, mordiendo su labio para reprimir todas esas dudas que rondaban su pequeña cabeza.

–Kaname-kun. –toca Cross la puerta para hacerse notar–. Me preguntaba si podrías ir al salón por un rato. La Clase Nocturna se está inquietando con el olor a sangre en el aire. –penetra un paso–

–Entendido. –deja esa pequeña mano sobre uno de sus muslo para incorporarse, yéndose–

Por su lado, Cross se acerca a Ichiru, notando su llanto. Hincándose para colocarle una curita lo suficiente grande para cubrir esas heridas gemelas.

–Llevé a Zero a su habitación. Ahora está más calmado. –finaliza irguiéndose–. Te lo hemos ocultado por tanto tiempo. Tienes todo el derecho a estar aterrado... Especialmente después de esto. Perdóname, Ichiru.

–Pero cómo es posible que papá sea un vampiro! –levanta su carita empapada en llanto– ¡Él es humano. Como yo!

–O lo era.

–Lo era?

–... –suspira Cross. Debía decirle la verdad–. Hace 7 años, la familia de Kiryuu fue atacada por un vampiro. Sus padres, tus abuelos, estaban ahí, pero solo Zero pudo sobrevivir. Después de haber sido encontrado, descubrimos marcas de una mordida profunda de colmillos en su cuello.

–"Un vampiro... mordió a papá" –piensa, ya habiendo cesado su llanto–. Entonces... él si era un humano pero ahora es un vampiro... porque lo mordieron. –murmulla tratando de comprender–

–Pensabas que sólo era cosa de leyendas que los humanos se convertían en vampiros al ser mordidos? Pero existen. Vampiros que convierten humanos en uno de ellos. –señala hacia ese parche puesto minutos antes–. Solo existen unos pocos... Los vampiros Sangre Pura.

–Sangre... Pura? –repite. Pero, por inercia palpa preocupado ese vendaje–

–Pero no tienes de que preocuparte, Ichiru. Zero obviamente no es un Sangre Pura. Así que... no te convertirá en vampiro. Ven, hoy dormirás con tu abuelo. –regresa esa infantil personalidad–. Como de pequeño. –le toma la mano–

–"Durante 7 años lo ocultó de mí... ¿Por qué?" –se deja levantar entristecido–

 

Dentro de aquella habitación sale del cuarto de baño con su corto cabello empapado, no interesándose en secar su cuerpo. Avergonzado se deja caer con esa toalla alrededor de sus hombros, recargando su espalda contra la cama.

Había lastimado a su hijo.

Posa su vista en el tejado de su oscuro cuarto, desprendiéndose de sus platinadas hebras esas gotas de agua que se deslizaban por todo su rostro como si hubiera llorado profundamente. La compañía de Ichiru hacía falta... Suspira, cerrando sus ojos violetas en dolor.

 

*                      *                      *                      *

 

Entre abre esa puerta del salón de clase ocupado por la Clase Diurna, asomando su violácea mirada dentro, desplazándola hasta la silla que su padre siempre ocupaba, empezando a levantarse los estudiantes de negro uniforme.

–"Papá no está" –piensa Ichiru, mejor cerrando la puerta–

Ni siquiera lo había visto en la noche anterior ya que había dormido junto a su "abuelo", cosa que a su padre le hubiera disgustado si llegaba a enterarse, e incluso hubiera ido él mismo a sacarlo del cuarto de Cross. Pero así no fue... Y estaba confundido en ir al cuarto que ambos compartían. Lo aceptaba. Tenía miedo. Mucho miedo.

Entristecido decide seguir caminando sin rumbo. Cabizbajo avanzaba por ese pasillo a dirección de la oficina del Director, deteniéndose frente a la entreabierta puerta, filtrándose voces de ella.

–Cuánto tiempo más pretende dejarlo en la Clase Diurna?

–... –ladea su cabeza confuso por reconocer la voz–. "Es Kaname-senpai". "Será mejor que espere... ¿Pero qué hace aquí?" –piensa recostándose al costado de la puerta sin hacer ruido. Esperaría–

–Pero no hay precedentes para la transferencia de la Clase Diurna a la Nocturna. –trata Cross de mediar, sentado tras su escritorio–

–No tiene que haber precedentes ¿o sí? No hay más alternativa que transferir a Zero a la Clase Nocturna. –demanda frente a Cross, inexpresivo–

–"Transferir a papá a la Clase Nocturna?" –piensa sorprendido– "Debo decirle". –se aparta, saliendo a correr–

De reojo ve Kaname aquella puerta entre abierta donde presintió esa conocida presencia.

 

Agitado corre Ichiru, desplazándose a los Dormitorios del Sol.

–"Kaname-senpai quiere mandar a papá porque se ha convertido en un vampiro" –piensa–

Misma palabra que le provoca detenerse de golpe, en medio de la noche solitaria de ese jardín, quedando a metros de la edificación perteneciente al Dormitorio del Sol de los chicos. Un vampiro. Mismo que lo atacó sin importarle que era su hijo. Sería lo más natural enviarlo donde habían demás vampiros ¿no?. Pero.... también lo enviarían donde estaban los seres que su papi odiaba. Era cierto. Desde que tenía memoria, pudo presenciar ese drástico cambio de aprecio a odio hacía los estudiantes de la Clase Nocturna y hacía Kaname-senpai. Un odio que podría...

–"Papá odia tanto a los vampiros que los mataría a todos si pudiera". –piensa, abriéndose de golpe sus ojos–. Papá siempre se ha odiado a sí mismo. –murmulla perplejo–. Ahora, incluso él se odia... ¡No! Yo no lo odio. Él es mi padre y siempre me ha protegido. Quiero verlo... –se entristece–. No lo he visto en todo el día.

¿Pero qué hacer? Aún estaba muy confundido.

 

Arroja esa chaqueta y pantalón de su negro uniforme a la cama. Encargándose en sacar de su closet su ropa colgada en los ganchos, deslizándose precisamente de una de estas prendas una foto que cae hasta su zapato. Extrañado ve esa fotografía suya acompañado de su pequeño. En pie, estaba él inexpresivo sosteniendo con uno de sus brazos a Ichiru; e igualmente le rodeaba tras el cuello con un brazo, sonriendo alegremente. Ambos usando el uniforme de la Clase Diurna, cortesía de Cross.

Su hijo. A quien lastimó por hundirse en esa locura...

Cae sentado en el borde de la cama, olvidando por completo guardar su ropa en la maleta ubicada a su lado, asimismo sosteniendo cabizbajo su arma en su mano. Sin temor quita el seguro.

Ya que eres un Prefecto, te daré esto en caso que suceda algo malo. Esta arma no lastimara a los humanos, pero matará a un vampiro.

Evoca las claras palabras del Director cuando le cedió el arma. Cierra Zero sus ojos apuntando ese cañón platinado en su sien... La puerta delante de ese platinado se abre, mostrando a otro albino más pequeño, quien empalidece.

–Papá... –exclama, petrificándose– ¡Papá, no! –corre arrojándosele encima, apartando ese cañón– ¿Qué crees que haces?

–Nada... –desvía su mirada avergonzado. Aún no podía perdonarse–

–Mentiroso! ¡Le quitaste el seguro al arma!

–Por qué viniste? –inexpresivo lo observa–

–Qué? –se extraña–

Es tomado por su padre, arrojándolo violentamente a la cama, cambiando de posición. Parpadea Ichiru confuso por verlo arrodillado sobre él. Desplazando su padre su mano hasta su cuello, retirando esa curita aun protegiendo sus heridas.

–Pudiste oírlo, verdad? El sonido que hice cuando tomé tu sangre. –pasa sus dedos por ese pequeño cuello–. Mientras ese sonido corra por mis oídos... No estarás seguro conmigo. –se alzan sus cejas en dolor–

–Por qué? –llora– ¡¿POR QUÉ?! ¿Por... qué?

Sin temor o asco estira sus brazos, rodeando ese cuerpo que le dio la vida, derramando lágrimas de temor pero, por el hecho de por poco perderlo.

–No puedo evitar el querer alimentarme de ti. Bien podría matar al próximo humano al que ataque. ¿No me tienes miedo? –toma con su mano el pequeño rostro. Niega Ichiru, firme– ¿Por qué?

–Porque eres mi padre. –convencido declara–. El Director me contó todo. Así que, yo no debo porque temer de ti.

–Está bien, mi niño. –lo abraza, estrechándolo entre sus brazos–

 

Aliviado por hallarse entre los brazos de su padre se queda Ichiru dormido, a diferencia de Zero que solo lo protegía bajo su cuerpo procurando no aplastarlo por su peso. Con sus ojos abiertos admiraba la maleta. Suspira prefiriendo levantarse, cubriendo con la sábana a su heredero.

–Lo siento. –besa la frente, peinándole el flequillo–

Toma seguro esa maleta con la poca ropa que había logrado meter, yéndose del cuarto.

 

De su pequeña mano cae esa foto de su reducida familia, pero la necesaria para existir, saliendo agitado del cuarto. Corre con esa arma en su mano. Logra divisar esa espalda avanzar en medio de la noche.

–A dónde vas, papá? ¡Espera! –llama Ichiru, deteniéndose después– ¡Detente! Dispararé...

Trata de seguir corriendo pero su debilidad lo golpea, mareándose y provocándole recostar uno de sus hombros contra un muro. Ni siquiera podía sostener el arma. Respira agitadamente con sus ojos cerrados, escuchando esas pisadas apresuradas de su padre acercarse, arrodillándose frente a él.

–Sólo harás que tu hombro te duela. Déjalo, hijo. –toma el cañón de Bloody Rose intentando quitárselo–

–No. –toma aire. Decide levantar su cabeza y verlo con su ceño fruncido–. No dejaré que te vayas.

–Dispara. –firme redirige ese cañón a su cuello, sin gesto, consiguiendo que esos ojitos idénticos a los suyos se abrieran exageradamente–. La próxima vez que te ataque pueda que te mate. Así que, dispárame. ¿Me tienes miedo, no es verdad? No es un crimen matar a un vampiro.

–Basta! ¡Basta ya! –llora de nuevo desplomándose arrodillado al suelo– ¡Nunca lo haría y tú tampoco me atacaras de nuevo! Ya todo está bien...

Pierde el arma de sus pequeñas manos, deslizándose esas gotas salinas de su rostro al suelo. Decidiendo abrazarse a él.

–No sabía ni entendía nada. Pero por 7 años siempre, siempre hemos estado juntos... Así que, no te tengo miedo. Yo te apoyare. –presiona sus manos sobre el cuerpo que ahora él protegería–. No permitiré que haya una "próxima vez". E incluso... si vuelve a suceder... ¡No te dejaré hacerlo! ¡Te detendré, papá!

Sin palabras permite que su pequeño lo rodeara. Ya no podría irse sin lastimar ese gran corazón.

Cerca de ese camino, en aquella edificación, estaba el castaño Líder y Presidente de la Clase Nocturna de brazos cruzados admirando a esos dos albinos. Poco a poco conseguiría a Zero... Gracias a ese pequeño aliado que estaba a su favor. Poco a poco.

 

*                      *                      *                      *

 

Esa gota roja asemejada a la sangre desciende, pero antes de manchar el suelo, es congelada.

–Al final no averiguamos más acerca de aquel olor a sangre de ayer en la noche. –opina un aburrido Aidou en esa mañana. Sentado sostenía esa copa con el sustituto de sangre líquido–. Tampoco no nos dijeron nada.

–A mí ni me importa. –bosteza Kain pasando a su lado. Poseía una toalla alrededor de su cuello, sin camisa–

Derrama más de ese líquido que por obligación debían beber en reemplazo de la sangre, después congelándolo, quedando dentro parte de esa helada bebida.

–Era el olor de la sangre de Ichiru. –seguro menciona, cortando el camino conectado con la copa, acercándola a su lengua–

–Porque no mejor me acompañas a ducharme. –propone apoyándole la mano sobre el cabello–. Así esa excitación la diriges a mí. –propone desplazando su mano tras la nuca de Aidou, obligando a lanzar la cabeza atrás–

Recarga su cabeza el rubio de ojos aguamarina contra el borde del espaldar de su asiento, quedando sobre él el rostro de Kain, lamiéndole la comisura de los labios, pasando a juntar sus bocas y a besarlo. Aidou accede, dejando la copa a un lado, rodeándole el cuello con los brazos, continuando el juego de sus bocas.

 

 

–Sigues enojado? –inquiere Zero, jalado por su pequeña copia. Ninguna respuesta. Suspira–. No me dirás nada. –insiste suavemente sin oponerse a ser arrastrado por el pasillo–

–A dónde pensabas ir después de abandonarme? –se detiene de golpe Ichiru girando a verlo-

–Hablemos después de eso... –desvía su mirada avergonzado. No le gustaba recordar sus locuras-

–Está bien. –bufa, después acercándose a la puerta, abriéndola–. Director, necesitamos habl....

–Buenos días, llegaron en el momento correcto! ¡Miren esto! ¡Este es el nuevo uniforme de la Clase Nocturna de Kiryuu! >O< –orgulloso muestra precisamente esa prenda en su gancho–

A cambio, Zero lo arrebata dándole una cachetada con el mismo conjunto de ropa. Noqueándolo.

–Me voy. –da media vuelta en retirada–

–Espera un momento, papá! –se abraza Ichiru a su brazo deteniéndolo– ¡Director, deje de provocarlo!

–No importa lo que pase, sigo siendo el Director. –se defiende, cubriendo con su palma su roja mejilla–. Te ves muy enérgico, Kiryuu. –sonríe después, complacido. A cambio, el joven lo ojea sobre su hombro–. ¿Ichiru, tenías algo que decirme?

–Ah, sí. Sé que papá no es el mismo de antes... –ojea por segundos a su padre, sin soltarle la mano–. "Papá se odia a sí mismo". –piensa–. …Pero no quiero que vaya a la Clase Nocturna. ¡Definitivamente no!

–Hm... Si es así. –suspira Cross–. Considerando la objeción de Ichiru y que Kiryuu aún es necesitado como Guardián... –busca en el cajón de su escritorio–. Ichiru, ponte este brazalete. –accede el menor–. Kiryuu, ahora tú pínchate el dedo.

–Ah? –arquea Zero su ceja–

–Solo hazlo. Necesito tu sangre. –ofrece Cross ese cuchillo–. No te preocupes tanto.

Es tomada la muñeca de Ichiru luego de su padre cortar su dedo índice, de paso, siendo acercado al brazalete, dejando caer sobre el dije una gota de sangre.

–Qué me acabas de hacer? –dice Zero por sentirse pegado al suelo junto a unos cosquilleos en su mano–

–Esta era una técnica secreta usada por los cazadores de vampiros para "domar a los vampiros". –describe tomando de la cintura a Ichiru y separándolo del suelo, subiéndolo sobre el escritorio–. Tocando esto. –señala el tatuaje de Zero en su cuello–. Con esto. –acerca la mano infantil con ese dije–

Ambos albinos se sorprenden por aquella luz rojiza salir repentinamente, cerrando por inercia Ichiru sus párpados, no soltándole Cross la cintura. Luego de sentir calma, el menor los abre nuevamente.

–Papá! –salta del escritorio preocupado– ¡¿Estás bien?!

–Despreocúpate, solo está inmovilizado. –resta Cross importancia–

Parpadea Zero confundido y sacado de base. Por poco se le sale el corazón... Acostado en el suelo se hallaba con 4 dagas imaginarias "clavadas" en sus extremidades, como alfileres y el fuera el muñeco de práctica.

–Ichiru, si Zero pierde el control y trata de morder a alguien de nuevo detenlo con eso. Debes tocar su tatuaje en el cuello con el brazalete.

–Uh? "Es el mismo símbolo que el tatuaje de papá". –piensa, admirando el dije colgar de su muñeca– ¿Este tatuaje puede suprimir el proceso de trasformación de papá?

–Sí, pero no por completo. Puede permitirte suprimirlo, ya que sus instintos de vampiro han despertado por completo. –describe Cross para el menor–. Ichiru, no debes permitir que la Clase Diurna o Nocturna se entere de esta verdad ¿puedes? Esta es la condición para que permanezca en la Clase Diurna. O en eso quedé con Kaname-kun.

–Kaname-senpai?

–Uh? – inconscientemente posa Zero sus ojos violetas en Cross. Después mordiendo su labio en desagrado por la mala pasada de su cerebro por el nombre de ese chupasangre. Regresa su vista a la nada–

–Mientras no se resista podrás volver a moverte de nuevo. –regresa sus ojos paternales en el joven alumno–. Lo siento, no quería hacer esto...

–Está bien. Así está bien... –suavemente responde a cambio–

–De ahora en adelante hay algo que debo hacer. –ladea Cross su rostro mostrando seriedad–. Si en verdad quieres tomar sangre, no te preocupes... eres bienvenido a tomar la mía. ^////^ –retira el cuello de ese abrigo ofreciendo su cuello–

Una vena salta del albino en el suelo que, como asesino en serie se incorpora, regalándole un puñetazo certero que lo avienta al suelo.

–Papá, cálmate! ¡Cálmate! –se aferra el Ichiru a la espalda del "asesino-cazador" tratando de inmovilizar con sus brazos los de su padre–

–Deja de actuar como si aceptaras ser acosado sexualmente!! –cabreado se contenía a seguir asesinándolo. Bueno, por su hijo–

–Creo que ya puede moverse –balbucea Cross en el suelo–

–Vámonos, Ichiru! –toma de la mano a su hijo menor en retirada–

–Espera... Espera, Kiryuu. –balbucea el Director con la cara estampada en el suelo– ¿No olvidas algo importante? –ladea su cabeza para verlo, una llena de vendajes–

Se detiene el albino mayor, trasladando su mirada a su hijo. Notando el pequeño Ichiru la incomodidad de su padre, por eso le libera la mano.

–Me iré primero. –sonríe despreocupado– ¡No llegues tarde a la primera clase, Papá!

Seguro se desplaza el pequeño albino por el camino que lo dirigía a los dormitorios de la Luna. Detiene Ichiru sus pasos para tomar aire luego de ese extenso recorrido de la Academia Cross precisamente a esa residencia. Tomando valor se acerca a ese aterrador vigilante de la entrada.

–Eh... –se detiene frente a esa caseta. Nervioso se acerca– ¿Me puede decir si... los vigilantes pueden entrar?

–Eres la segunda persona en venir aquí. Entrando a estas horas de la mañana, así nada más... –reprende–. Entra.

 

 

Bosteza el rubio de ojos color de mar demostrando su aburrimiento con ese par de hombres de trajes sentados delante suyo. Hubiera sido mejor continuar en la cama con la compañía de su primo-pareja, y no precisamente para descansar. Bueno, un poco.

–Esto solo puede ser asignado a usted el "talento milagroso". –insiste ese joven hombre de lentes–

–Por favor debe ayudar a nuestra Organización ya que fue capaz de escribir esa tesis brillante. –insiste el segundo de escaso cabello y regordete complexión–

–No estoy interesado en trabajar de día. Ya me canse ¿no deberían retirarse? –zanja exhausto ese "jeque oriental" sobre cojines–. La salida está ahí. –señala con su mano, precisamente cuando la puerta era abierta– ¿Ah? Ichiru-kun.

–Ah, Idol, quiero decir... Aidou-senpai. "Es mi primera vez en el dormitorio de la Clase Nocturna. Ya que papá me prohibió venir"

–De acuerdo, chicos, es hora de que vayan a casa. –empuja Aidou a los dos hombres fuera. Pero al abrir la puerta, la luz del día golpea su rostro–. Mucha luz. Estoy cansado, y todo por esos sujetos. –se recuesta contra la madera luego de cerrarla para frotar sus ojos–

–Perdón por molestarlo. –tímido declara Ichiru–

–Olvídalo, es culpa de esos sujetos. Por qué estás aquí. Todos están dormidos. –bosteza estirando su cuerpo–. Viniste a ofrecerme tu sangre. –le rodea el cuello con una sonrisa de agradecimiento, dejando ver sus colmillos–

–Claro que no. Vine a ver a Kaname-senpai. –cuenta algo que creyó obvio–

–Ah sí? –lo suelta con algo de brusquedad–. En ese caso, por aquí. –se desplaza a las escaleras cruzando tras su cabeza sus brazos–

–Me mostrarás el camino? –precavido se acerca unos pasos–

–Ya que el líder Kuran es gentil contigo.... todos tenemos curiosidad. –se detiene viéndolo por uno de los espacios que dejaban sus brazos–. Ichiru-chan ¿de quién son esas marcas de colmillos? –exhibe el parche arrebatado. Sin borra su sonrisa apoya su espalda en el barandal–

Palpa Ichiru su cuello, notándolo desnudo ¿Cuándo se lo quitó?

–Antes de ayer el olor a sangre llenó el salón de clase tomándonos a todos por sorpresa... Pero yo fui el único que notó de inmediato, que el olor era el de tu sangre, Ichiru-chan. –ladea su cabeza viéndolo por sobre su hombro–. Solo nos calmamos porque el Líder Kuran nos dijo que lo olvidáramos.

–Kaname-senpai... "Aunque quiso trasferir a papá, mantuvo en secreto ese incidente a la Clase Nocturna. Lo hizo por papá, estoy seguro". –muestra inconscientemente una sonrisa–. Ya veo.

Frunce a cambio Aidou su ceño, apagándose repentinamente las luces que iluminaban la estancia. Extrañando a Ichiru que borra su sonrisa.

–Esto realmente me está exasperando. –acerca su mano a la baranda, congelándola– ¿Ichiru-chan, qué eres tú para Kaname-sama?

Traga grueso por la palpable molestia de ese vampiro, incluso alcanzando esa serpiente de hielo salida de las escaleras, y atrapando su pie.

–"Es una habilidad especial de los vampiros de Clase Noble". –piensa. Ve al rubio descender, saltando varios escalones, aterrizando frente a él–

–Ey, Ichiru-chan. –mete la mano a su bolsillo– ¿Qué eres tú para Kaname-sama? Pensé que era el padre pero veo que...

–Kaname-senpai era amigo de papá, y ahora es mi amigo! –confiado defiende–

–Qué? ¿Eso sucedió alguna vez? –alza sus cejas en asombro–. Debes estar bromeando. –sonríe en burla–. Entonces, para pagarle el favor de eso que supuestamente hizo alguna vez, te sientes obligado a darle tu sangre.

–Mi sangre?

–Sí. Tu sangre le pertenece ahora. Pero... esa marca de mordida no es de Kaname-sama –se le acerca, encogiéndose ese menor en su puesto–. No deberías dársela a nadie. Ni a mí.

Ichiru solo ve en silencio esos ojos contrarios fijos en los suyos, acercando Aidou su mano a su cuello, precisamente donde aún estaban esas marcas, apoyando las yemas de dos de sus dedos sin presionar.

–Algún día, tu cuello será tocado por los labios de Kaname-sama... Sus colmillos se hundirán lentamente en el... Lo escucharás bebiendo tu sangre... –pica en malicia sin borrar su sonrisa– ¡Ah, ya sé! ¡Deberías pedirle que lo haga ahora! Ya que alguien más lo hizo, no te molestaría decirle "Por favor, bebe mi sangre"

–Qué? No. –aleja esa mano de su cuello–. Claro que no. Yo no... no quiero eso.

–Te avergüenza? –bruscamente le toma uno de los brazos, misma extremidad que procede a congelar, encorvándose a su altura–. Déjame congelarte y llevarte a él.

–... –empuña sus manos frunciendo su ceño. Conteniendo esa repentina molestia– ¡Aidou-senpai, ya déjame! –levanta su pequeña mano a golpearlo–

Antes de poder herir a ese rubio, su muñeca es tomada por otra mano.

–No lo hagas, Ichiru.

–Kaname-senpai! –repara en el castaño colocarse a su lado. Recién notando aquel hielo de su pie y brazo evaporado, incluso el de las escaleras–

–Kaname-sama! –se sobresalta Aidou. Ve a su Líder girar y posar sus ojos en él, a la vez levantar su mano, abofeteándolo fuertemente, sorprendiéndose el mismo Ichiru–

–Quién quiere hacer qué, Aidou? –regresa Kaname la pregunta con aquel suave tono amenazador–

–Fui demasiado lejos. –inclina su cabeza, hincándose–. No tengo excusa para mis actos, Kaname-sama.

–Retírate.

A cambio, Aidou abandona en silencio el lugar. Por su parte, Ichiru se siente avergonzado, siguiendo con la mirada la retirada de ése Clase Nocturna. Y todo por su culpa...

–Sus palabras parece que te hicieron enojar. Lo siento, Ichiru. –gira a verlo, mostrando una sonrisa amable–

–Eh... Sí. Digo, no... Bueno, un poco. –baja su cabeza avergonzado–

–Está bien. Sólo sé tú mismo. –le toma la mejilla consiguiendo ese rostro albino elevarse de golpe–. Eres diferente a mis subordinados de la Clase Nocturna. Hay mucha calidez en ti. Con eso es suficiente.

–"Por qué se ve tan solo en este momento... Igual que papá." –piensa sin dejar de ver esos bajos ojos castaños, ruborizándose–

–Es hora de que te vayas. –desvía su vista a la puerta soltando esa mejilla infantil–. No vengas a un lugar tan peligroso solo. ¿De acuerdo? –le rodea tras la espalda encaminándolo con suaves pasos a la puerta–. Ven con Kiryuu-kun. ¿O te le has escapado?

–Eh? –oh, oh, lo habían pillado–

–Al haber tomado algo de ti, al menos debería servir para ese propósito.

–No digas eso! –se suelta de él girando a verlo extrañado– ¿Por qué hablas así de papá?

–Preguntas por qué...? –le toma suavemente el cuello de su camisa blanca apartándolo, justo al lado de esas marcas–. No puedo estar tranquilo... Además, eso que hizo no es permitido.

–Kaname-senpai, a usted le sigue importando mi papá? Porque vine aquí a pedirle un favor. No lo mande a la Clase Nocturna.

–Por qué? –ladea su cabeza mostrándose sereno–

–Aunque siempre he estado a su lado... él me lo ocultó por tanto tiempo. Nunca... me di cuenta que él...  –baja su cabeza sollozando–

–Sé que lo quieres, Ichiru, pero no es algo que tú puedas manejar...

–Te equivocas! –cierra fuertemente sus párpados sacudiendo su cabeza–

–Lo siento, Ichiru. Aunque sea tu deseo, no puedo hacerlo. –retira las lágrimas de sus pómulos–. Un humano que se ha convertido en vampiro, definitivamente alcanzará el Nivel E. Seguramente no querrá que lo veas en ese estado.

–"¿Por eso quería irse?" –piensa deteniéndose su llanto–

Separa su castaña mirada de esos ojos violetas, posándola en la puerta que se abría, dejando ver a un platinado en pie.

–Papá... –lo observa por sobre su hombro–

En silencio penetra Zero, tomando la muñeca de su hijo y alejándolo de Kaname, yéndose como llego, sin decir palabra. Permaneciendo el castaño a esperas de alguna mirada o palabra, solo cerrándose esa puerta en su cara.

–No veo la razón por la que estés tan apegado a ese niño ¿Buscas acaso ganarte al padre? –interviene Kain recostado en un muro del solitario salón cruzado de brazos, con cierta molestia con lo sucedido con Aidou minutos antes–. Para empezar, nadie está de acuerdo con permitir que el último miembro de la familia Kuran, descarto a Shiki porque no es Sangre Pura... –sigue con la mirada el acercamiento de su Líder–

Pasa Kaname de largo delante de ese anaranjado, peinando con su mano su castaño flequillo de su frente.

-... esté tan cerca de alguien como Kiryuu Zero, miembro de esos cazadores de vampiros, y mucho menos que tengan una relación. –admira esa espalda al fin detenerse a varios pasos–

–Zero es... –por sobre su hombre lo observa– la única persona que me importa en el mundo. –confiesa con una sonrisa–

 

Notas finales:

Creo que con la última parte maté a más de un/una fanatic@ pese a no haber lemon juju *u*.

Pregunta, pregunta, pregunta ¿Por qué creen que Kiryuu odia a Kaname? Encantada escucho opiniones.... OPINIONES, no insultos UoU


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