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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Nuevo capítulo anticipado ^_*

 

 

 

 

 

No te has puesto a pensar hasta cuán lejos sería capaz de llegar por lo que quiero.

Solo piensa en Keira. Le permito vivir solo por ti, Zero. Por ti.

Sus neuronas estaban a punto de bullir de tanto pensar en ese tema.

-No tienes nada que ver conmigo... Kaname Kuran. –murmulla sentando en el suelo, recostándose contra el mesón del baño-

-Cielos, estoy cansada. –abre Keira la puerta sin avisar, entrando–. Ah, Zero... ¿ibas a tomar un baño ahora?

-Toca antes de entrar. –suavemente reprende-

-Tú eres el que nunca toca! –se defiende con esa toalla entre sus brazos–. Además, no olvides colgar una toalla en la manija, la llave está rota.

Regresa el cazador sus ojos violetas a un costado suspirando para levantarse y empezar a desabotonar su camisa. Dándole la espalda a la chica.

-Qué es lo que Kuran Kaname quiere en realidad de ti? –se atreve a inquirir ella sin gesto-

-Ah? –por sobre su hombro la observa deteniendo su acto-

-Nada. No importa. –borra su sonrisa-

-Sal ya. –zanja regresando su vista al frente-

A cambio, esa toalla que cargaba la pelinegra es arrojada recibiéndola la platinada cabeza del cazador.

-Por qué eres tan poco caballeroso! ¡Tonto!

Se desliza de su cabeza una de las prendas arrojadas por Keira, sosteniéndola Zero entre su mano para observarla inexpresivo, reconociendo que era... Velozmente es arrebatado aquel sostén por esa mano femenina.

-Esto es mío! –avergonzada y molesta aclara, cerrando de un portazo-

Regresa a desabotonar su camisa pero siente unas manos colocarse delante de su pecho, sobresaltándose, seguido de sobresalir un rostro de la curvatura de su hombro. Ojea ese espejo de su costado, sorprendiéndose por tratarse de Kaname. Por inercia busca a Keira detrás de ellos, ya no estando.

-No me toques. –balbucea tratando de alejarlo con su voz-

-Olvide decirte algo. –murmulla Kaname acercando sus labios a la oreja del albino, atrapándola entre sus dientes-

Siente las yemas de esos dedos palpar su torso hasta alcanzar sus pezones, estrujándolos, de paso lamiendo su oreja.

-Ah... –jadea el cazador encorvándose a adelante, cerrando sus ojos–. Basta...

Es ignorado por ese castaño que estrujaba entre sus dientes el lóbulo de su oreja, mientras sus dedos se encargaban de esos botoncitos rosados descubiertos. Traslada Kaname su lengua a ese cuello, descendiendo por ese conducto hasta la curvatura, siendo para Zero esa sensación placentera. Sorpresivamente, son tomados sus hombros por un par de manos, haciendo que su espalda chocara contra el muro cercano.

Parpadea Zero confuso, admirando fijamente esos ojos castaños observarlo atentamente. En silencio mueve Kaname su cabeza que acerca a su descubierto cuello, solo tragando el platinado grueso y cerrando involuntariamente sus ojos, algo nervioso por las acciones del castaño.

¿Tú le permitirías a Kuran Kaname beber tu sangre?

-No. –abre sus párpados por evocar esas palabras-

Deja ese castaño de sostenerlo de los hombros para maniatarlo de sus muñecas, pegándolas a cada lado del muro del baño, reparando Zero, en un par de ojos rojos en vez de los oscuros. Petrificándolo.

-Kaname.. –cierra sus ojos en pavor-

Abre nuevamente sus ojos violetas, viéndose sentado en el suelo recostado en el muro del baño ¿Había sido... un sueño? Sí, había sido un pésimo sueño, según. Ya que en el fondo le había agradado esas caricias, antes de que a esa ilusión de Kaname le dio por querer morderlo.

-Eres un tonto. Eres tú el que no lo tiene claro. –se reprende Zero a si mismo-

Suspira incorporándose. Se dispondría a bañarse para serenarse por ese inusual "sueño". En ese momento, es interrumpido ahora por Cross.

-¬¬

La hija ni el padre lo dejaban bañar.

-Estás solo, qué conveniente. Tengo algo que decirte en secreto. –busca en sus bolsillos-

-Qué es? –gira Zero a verlo en total resignación-

-Es de la Organización secreta del gobierno "Asociación de cazadores". –exhibe ese sobre–. Quieren probar si eres de "utilidad" para ellos. Como sucesor de la familia Kiryuu, te quieren poner a prueba.

-Yo...

-Lo siento, Zero... pero no tienes derecho a negarte.

 

 

 

 

 

Noche 9 El único que tira del gatillo.

 

 

 

 

 

-"¿Qué planea hacer saltándose las clases?" ¡Oh no, está huyendo de casa! –se le escapa decir a ese pequeño Ichiru-

Misma reacción que causa que Zero se detuviera. Rápidamente ocultándose Ichiru tras un muro. Luego de notarse a salvo continúa en su persecución. Su padre no se alejaría de su lado.

Asoma su cabecita por finalmente detenerse su padre en una casa abandonada, o eso demostraba su fachada llena de maleza y grietas de variados tamaños. Pero también algo le lanzaba desconfianza en ese lugar. Solo pudiendo permanecer en su ubicación a esperar.

 

Hasta esas dos presencias Zero se acerca, apuntándole a una de ellas en la cabeza. Al chico sentado en el suelo que tenía sobre su regazo a una inconsciente chica.

-Quién eres tú? –sereno abre ese chico sus párpados que posa en ese albino-

-Fuiste tú el que asesinó a 4 chicas adolescentes?

-No, deberías haberme disparado antes de hacer preguntas. –suelta una risilla burlona, dejando ver su par de colmillos–. Gracias a ti antes de que me dispares puedo cortarle la garganta a esta chica... Tal vez es tu primera "caza real" ¿Señor buen cazador? No creo que vayas a entenderme.

Golpea la pared tras él aprovechando el abandono de aquella vivienda, ocasionando un enorme hoyo. Asimismo se incorpora cargando a esa chica inconsciente entre sus brazos

-Siento lástima por ti, que no puedes sacrificar a la rehén ni salvarla. –ríe mientras se introducía por ese hoyo perdiéndose por esa estancia-

Inmóvil había quedado Zero después de estar frente a un vampiro diferente a los que conocía en la Academia. Ni aquel Noble de nombre Hanabusa era tan detestable... Cabizbajo libera una risilla de burla, pensativo.

-Por qué son así los vampiros? –murmulla cubriendo con su mano su rostro, sin dejar de sonreír. No debió tener compasión y no compararlos a todos como ese chupasangre castaño–. Yo te acabaré. –exhibe una molesta mirada violeta-

 

 

-Es aquí? –inquiere Shiki en medio de la calle acompañado de Rima-

-Ey, Shiki. –suavemente le llama la chica de coletas naranjas consiguiendo su atención– ¿Qué haces sin sombrilla, que vas a hacer si te quemas con el sol? –inquiere bajo la protección de una sombrilla–. A mi no me importa pero si a Ichijou.

-Ah? -_-

-Tengan cuidado con lo que llaman "negocio" o llegaran tarde a la sesión. –recuerda la manager dentro de su auto al lado del pavimento–. Y Shiki-kun, tú te quemas hasta ponerte rojo, ¡Comparte la sombrilla de Rima! Por favor, actúa como un modelo profesional.

-De acuerdo. –responde él consiguiendo que se fuese. Resignado se acerca a Rima bajo esa sombrilla– ¿por qué tenemos que exterminar a un ex humano en pleno día? –avanza-

-El Concilio dijo que tenemos que lograrlo antes que la Asociación de Cazadores.

-Ja... una competencia al parecer. –sin gesto comenta Shiki-

-Este no ha sido Nivel E por mucho tiempo, así que debe ser más listo que los otros. Bueno, no es gran cosa.

-Ah... –se detiene por reparar en esa presencia de uniforme negro–. Un miembro de la Academia Cross.

-Shiki-senpai! ¡Touya-senpai! –se sorprende igualmente ese pequeño Ichiru que paciente esperaba– ¿Por qué ustedes dos están aquí?

-Más cazadores? Lamentablemente estoy haciéndome cargo de un asunto ahora... –exclama aquel Nivel E-

Escuchan los tres a lo lejos esa voz, viendo que de una de las paredes de la fachada de la planta alta se asomaba un hombre, mismo Nivel E que debían cazar.

-Tal vez pretenden quitarme mi postre? Eso no es bueno... –finge fatalidad dando un salto hacia abajo–. No pueden hacer algo así. Es mi diversión para después.

-"Un vampiro..." –piensa el pequeño albino asombrado-

-Estás es mi camino. –delante de Ichiru se coloca Shiki-

Muerde el pelimarrón su dedo índice, saliendo de él múltiples lazos delgados de su propia sangre que se desplazan hasta ese Nivel E, solo levantando una nube de polvo y, saliendo huyendo intacta esa presa.

-Ups, huyó. –dice sin mucha expresión, manteniendo inmóvil-

-Qué haces? Ve tras él. –cierra la anaranjada su sombrilla suspirando-

-Perseguir a alguien no me parece divertido. –alega Shiki a su defensa viéndola por sobre su hombro-

-Solo ve tras él. –firme insiste ella-

Es ignorada esa pequeña discusión de ese par de modelos por Ichiru, quien preocupado corre dentro de esa casa para buscar a su padre pese a no escuchar disparo alguno. Deteniéndose de golpe sus pasos por ser sujetado su pie. Asombrado ve como sobresalía un brazo de entre ese pasillo de cemento.

-Hola... –asoma ese vampiro su torso por ese hoyo-

-Ah! –grita por ser jalado por ese vampiro hacia ese hoyo, quedando colgado en el borde-

-He tenido mucha suerte hoy... Aunque no eres una chica, eres mi segunda presa hoy. –alarga sus labios en una sonrisa maliciosa quedando abajo–. Ven, seré muy bueno contigo. –estira su mano para nuevamente alcanzarlo-

Un balazo impide que la mano de ese vampiro alcanzara a Ichiru, clavándose en su mano, sangrando.

-Papá... –aliviado observa a ese platinado mayor-

-Este es el fin para ese tonto juego de escondidas.

Por sobre Ichiru se arroja Zero cayendo sobre ese Nivel E, solo escuchando el menor el fuerte choque en el suelo debajo de él. Se asoma, logrando ver con dificultad a su padre quedar arrodillado sobre el cuerpo de ese chico.

-No toques a mi hijo con tus sucias manos. –firmemente le apunta con su arma–. Este es el fin.

-Papá, que haces? –se suelta para caer dentro de aquel hoyo, al lado de ellos-

-No te dejaré detenerme. –lo observa, sacando esa hoja de papel–. Me dieron una orden como cazador de vampiros. Por el crimen de asesinar continuamente con propósitos vampíricos, te pondré disciplina. –regresa su vista a ese que sometía-

-Oh, cielos... Me atraparon. Pero ahora al menos ya no tengo que matar gente. –opina en un extraño tono de alivio con su rostro ladeado-

Ichiru solo puede ver como su padre presionaba el gatillo, obligándolo a cerrar sus ojos, escuchando el fuerte disparo de esa arma. Nuevamente abre sus párpados, reparando en ese rastro de ceniza dejado debajo, posando sus ojos violetas en su copia adulta.

-Oigan, recogimos a esta chica ¿Que debemos hacer? Aún sigue viva. –pone Rima al tanto asomada, señalando con su dedo a Shiki quien la sostenía en uno de sus hombros-

-Papá... –se acerca abrazándose a él–. Hiciste algo bueno, Papá. Esa chica esta a salvo gracias a ti. Me salvaste igual a mí. –levanta su rostro sonriéndole-

Una extraña corazonada lo obliga a apartar sus ojos de su hijo y posarlos a un costado. Sintiendo un repentino escalofrio que lo impulsa a rodear ese pequeño cuerpo y saber que lo tenía cerca. En realidad, se sentía vigilado.

Esa perfecta imagen de ese joven padre abrazando sobreprotectoramente a su hijo era captada por esos rojos ojos de aquel negro cuervo, que descansaba en ese tronco de aquel árbol cercano a esa casa derruida por el pasar del tiempo, sirviendo de conexión a esa chica de un par de ojos rosáceos.

-Encontré a Zero-chan. –una voz risueña informa–. Kyaa... esos ojos tristes son tan lindos. –agita sus piernas infantiles sobre ese butaca delante suyo donde descansaban sus negros botines–. Ahora es un chico bastante atractivo... y con ese niño que se ve bastante delicioso. –relame sus labios rojos de forma maliciosa-

Estira esa niña su infantil brazo, posándose sobre su muñeca ese cuervo negro. Decide ver por sobre su hombro a ese acompañante recostado contra el muro con sus brazos cruzados tras su cintura.

-Y su hijo ha crecido... ¿Te hace feliz que ese chiquillo esté vivo y no muerto? –inquiere ella, rozando su violáceo cabello con su rostro, solo consiguiendo que esos labios se alargaran en una sonrisa–. Me he decido... Iré también a la Academia Cross.

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Revuelo, revuelo y más revuelo como era acostumbrado en la Academia Cross, y ese día no era la excepción. Esta vez, se habían atrevido a asediar a la Clase Nocturna hasta la entrada de su dormitorio, igual a caníbales con la apetitosa carne expuesta. Sufriendo Keira en carne propia lo que era una venganza de Ichiru Kiryuu, ya que, ese pequeño de angelical rostro de espaldas cruzaba sus brazos ignorándola sin mostrar ganas de ayudarle.

-Ichiru, una mano! ¡O por lo menos dile a Zero que me dé una mano! –se queja la pelinegra abriendo sus brazos para impedir que esas chicas cruzaran-

-Básicamente, no soy Prefecto. ^u*

-Ichiru ¬¬# –¡Sí. Digno hijo de Zero!– ¡Todas retrocedan, detrás de la línea! ¡Kyaaaa! >///<

Valiéndoles poco a esas demás chicas que pasan por encima de Keira... Habían logrado cruzar la primera barrera, solo faltaba la barrera conformada por ese inmóvil Zero más adelante.

-Si avanzas un paso delante de mí te voy hacer llorar. –confiesa/amenaza Zero con voz pausada sin dejar de ver al frente. Y si ella creía que era mentira, la mirada severa de esos ojos violetas a su posición se lo aseveraba–

-... –cae arrodillada y petrificada al suelo detrás de esa línea imaginaria de ese platinado-

-Se valiente. En estos días Kiryuu ha estado tranquilo, así que no hay problema.

-No hagan mucho problema. –logra el cazador con su mirada dispersar ese tumulto a su alrededor que iba a atreverse a desafiarlo-

-Qué comieron hoy! –se levanta Keira insistiendo en detenerlas con sus brazos abiertos-

-Vamos, Keira-senpai, usted puede. –anima Ichiru ladeando su cabecita, mostrando inocencia-

-Digno hijo de tu padre. -_- –suspira viéndolo de reojo-

-No empujen! –se queja Ichiru por tal excesiva euforia, pero sufriendo el debido y rutinario empujón-

Pero, antes de que cayera al suelo de espaldas, unas manos le impiden tal golpe.

-Quieres que te ayude a hacerlas retroceder? –inquiere Aidou tras el menor–. Solo bromeaba. –sonríe maliciosamente para tomarlo de la muñeca, cerrando después la puerta con ellos dentro–. Lo siento, chicas.

-Eso no es justo! ¡¿Por qué él?! >O<

-Aunque me guste el shota no es justo!

Hacían ver las chicas su voz de protesta, siendo escuchadas en completo gusto por ese Aidou al otro lado de la madera.

-Están tan celosas de ti pese a que eres simplemente un niño. ¡Qué hermoso ¿no?!

-Déjame ir por favor. Necesito regresar. –hace un puchero-

-Por qué esa actitud, te ayudé. –sonríe arrogante tomándole la pequeña mano-

-El "pequeño prefecto" solo está preocupado, Aidou. –intercede Kaname en las escaleras, acompañándolo el resto de la Clase Nocturna, sonriendo–. Ichiru, te vas a lastimar si te esfuerzas demasiado.

-Sí... tendré cuidado. –sonríe tímido-

Pero, sorpresivamente son abiertas esas dos puertas detrás suyo, solo golpeándolo el aire provocado por ese visitante, agitándose sus platinados cabellos.

-Qué haces siendo secuestrado. Vámonos. –del brazo sujeta Zero a su hijo sin decir palabra, arrastrándolo fuera-

Por inercia, ojea Zero a ese castaño Sangre Pura dentro mientras avanzaba, conectándose inconscientemente sus miradas. Notándolo Ichiru que solo callaba y se dejaba llevar.

 

 

Con la luna menguante arribaba ese carruaje, descendiendo un joven albino con su rostro cubierto por una máscara veneciana sin muchos adornos sosteniendo una maleta, a la vez que ofrecía su mano a esa presencia infantil. Bajo esa caperuza negra posa esta menor su atención en aquella edificación perteneciente a la escuela Cross a unos metros.

 

-Ichiru, sabes dónde está Keira? –inquiere Cross sin dejar de ver por la ventana, pero luego da con ese rostro infantil de ceño fruncido. Suspira– ¿Estás molesto conmigo por haber dejado ir a Zero aquella vez?

-.... –asiente cruzado de brazos–. No me gusta que sea obligado.

-Zero nació en una familia de cazadores, así que tarde o temprano se le iba a asignar esa clase de trabajos.

-Está diciendo que es su deber?

-Sí, si él elige vivir como humano. –se le acerca tomándole paternal la mejilla-

-Entonces... yo tendré que hacer lo mismo que él cuando crezca? –inquiere observándolo con un gesto triste-

-Lamento llegar tarde! –apresurada entra Keira. Notando un gesto entristecido en Ichiru– ¿Uh? ¿Pasa algo?

-Al fin llegas, hija. Es respecto al favor que te trajo hoy. Puedes retirarte, Ichiru. –le muestra una sonrisa al menor– ¿Ichiru? –insiste-

-Uh? –levanta su cabeza por hallarse distraído-

-Quiero que le enseñes la escuela a una nueva estudiante. –se acerca a su escritorio tomando esa carpeta, dirigiéndose a su hija-

-Nueva estudiante? –ladea Ichiru su cabeza–. Yo también puedo ayudar. –se ofrece sonriente-

-Eh? No, es mejor que te vallas. Se supone que debía haber sido admitida antes, pero estaba mal de salud. Estaba en una villa en lo profundo de las montañas hasta ahora. –describe ojeando esas hojas-

La puerta es tocada en ese momento.

-Ah, creo que ya llego. –posa Cross por inercia su vista en el pequeño albino suspirando– Pasa. –concede-

-Ehh, buenas noches. –asoma tímida su rostro esa chiquilla de cabello violáceo-grisáceo-

-Una estudiante de la clase nocturna? –se sobresaltan Ichiru y Keira-

-Su nombre es Maria Kurenai. –presenta Cross–. Kurenai-san, ella es mi hija, Keira.

-Y él? –repara en el pequeño albino ladeando su cabeza-

-... –se ruboriza un poco por esos ojos grisáceos claros fijos en los suyos–. Encantado en conocerla. Mi nombre es Ichiru. –inclina su cabeza el menor en respeto-

­-Qué pequeño de apariencia tan deliciosa y saludable... –inconscientemente opina Maria-

-Ey, esa es una frase tabú en la Academia. UoU –reprende gentilmente el Director-

-Lo siento o_o –cubre con su palma su boca–. Un gusto en conocerte, Ichiru-kun. –ladea su cabeza sonriendo a ojos cerrados-

Admira Ichiru a esa chica, le había caído bien, por eso le responde el gesto con una sonrisa.

 

Cross solo podía ver por la ventana como se alejaban las dos chicas acompañadas de Ichiru. Suspirando resignado.

 

-Esta es la Biblioteca. Pero a esta hora está cerrada y la Clase Nocturna usan la de su Dormitorio. –describe Keira a la cabeza, detrás la albina, siguiéndolas Ichiru–. Ah, y este es el salón que la Clase Nocturna está usando esta noche... –repara en esa chica detenerse– ¿Pasa algo?

-Keira-san... –entrelaza Maria sus manos por sobre su falda–. De hecho estoy asustada, de haber sido aceptada ¿Me creerías si digo eso? Un vampiro débil... probablemente me excluirían de ellos ¡Lo ves! ¡No me crees! –cubre su rostro con sus manos-

-Eh, no... No es eso. –interviene Ichiru un poco nervioso de la tristeza de esa chica–. Keira-san si te cree solo que... fue algo inesperado.

-Ichiru, papá dijo que fueras a tu cuarto. –recuerda Keira. A cambio, la pelinegra arquea su ceja sin dejar de observar a esa Clase Nocturna, teniendo algo de incredulidad hacia esa vampiresa-

-Este... Creo que estarás bien –tímido se le acerca para darle apoyo. Consigue que Maria girara a verlo–. Ambos, el Presidente y el Vice son amables... –tímido dice–. Si tiene algún problema, puede buscarme a mí, a Keira o al Director. Estaremos dispuestos a ayudarte, Maria-san. –sonríe a ojos cerrados-

Siente Ichiru unas manos tomar las suyas, seguido de unos brazos rodearlo y un cuerpo estrecharlo. Otro vampiro Clase Nocturna a parte de Kaname lo abrazaba, no incomodándolo. Manteniendo Keira sus ojos bien puestos en ella.

-Muchas gracias, Ichiru-chan. –lo estrecha a un más-–. Amo a alguien como tú. –entrecierra sus ojos grisáceos-

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Pensativo Zero recostaba su cuerpo en ese tronco, guardando sus manos entre los bolsillos de su pantalón. Aparta sus ojos violetas del ambiente para posarlos en su pequeño niño que se había colocado delante suyo. Pero, antes que pudiera saludarlo, un golpe en su brazo recibe.

-Me entere que te saltaste las clases! –frunce su ceño el hijo-

-Por qué de pronto... –suspira–. Ahora tú pretendes ser el padre.

-Sabes, oí del Director que la chica que salvaste hace un tiempo, luego que sus memorias fueran borradas están bien. ¿Estás aliviado, verdad? –ladea su cabeza, mejor sonriendo-

-En realidad no. No es como si fui a cazar al Nivel E para salvar a alguien. De todas formas no tiene que ver con lo que piense... Es solo "trabajo". –desvía su rostro sereno–. Es mi deber.

-Ese día pensé... que nuevamente huías. –confiesa bajando su cabeza-

-Viniste a decirme eso? –muestra una risilla-

-No te rías! –hace un puchero regalándole otro manotazo-

-... –tose. Eso no se lo esperaba–. Veo que aprendes rápido de Keira. A este paso perderé alguna parte de mi cuerpo.

-Te dolió? –ladea inocente su cabecita-

Niega Zero sonriente medio adolorido, pero, su sonrisa se borra por presentir una inesperada presencia. Posa sus ojos violetas sobre esa chica de la Clase Nocturna, ondeándose sus largos cabellos grisáceos con visos violetas por la brisa de la noche, paralizándose sus movimientos, abriéndose exageradamente sus ojos.

-Maria-san, pasa algo? –inquiere Ichiru con una sonrisa-

-Creo que lo lleve demasiado lejos, así que ahora no le agrado a nadie. –toma entre sus dedos un mechón de su largo cabello, posando sus ojos grisáceos sobre ese albino mayor-

-Uh? –repara Ichiru en la repentina seriedad de su padre, mismo que metía su mano dentro de su chaqueta. Sorpresivamente ve como sacaba su arma, apuntándole a esa chica– ¡No! –se interpone con sus brazos abiertos–. Sin ninguna razón, así de repente... ¿Qué sucede? –preocupado lo observa, mientras Maria se ocultaba detrás suyo-

-Qué hace una como tú aquí? –inquiere Zero sin bajar su arma, frunciendo su ceño-

-Encantada de conocerte... Me llamo Maria Kurenai. –se presenta sin salir de la protección de Ichiru-

-... –en silencio guarda su arma. Se acerca hasta Ichiru tomándole la muñeca–. Aléjate de Ichiru. –se lo lleva-

-Pero... –trata Ichiru de protestar siendo llevado-

-Espero que nos volvamos amigos ¿sí?! –comenta mientras se alejaban el par de albinos–. Lo espero con ansias.

 

 

-Kaname, esa estudiante nueva... –detrás del castaño se coloca Ichijou dentro de esa biblioteca del Dormitorio de la Luna– ¿Qué vas hacer con ella? –ladea su cabeza inocente-

-Entonces, Ichijou encárgate de ella. –sin verlo abre ese libro que luego deja en la estantería-

-Eh? Oo –quién lo mando a abrir la boca-

-Será un problema si salgo y me muevo por ahí. –toma otro libro que igualmente ojea–. Las piezas que ella quiere están todas en esta Academia. Es un hecho, claro. Ya que... –lo ve por sobre su hombro– yo las he juntado.

Notas finales:

Llego Maria Kurenai para poner esa escuela patas arriba!!!! ¿Qué sucederá...?

Lamento no poner lemon, pero es que... Aun no es tiempo. Y no tengo ideas para uno, "estoy en blanco", como vestido de novia jajajaja.


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