Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bloody por lilibel vangarret

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Primero que todo, la obligada pregunta en estas fechas, ¿Ya tienen sus disfraces de Halloween? *O*  Aunque en algunos países ya es de noche, en otros es de día. Eso sucede aquí. Lo segundo, postearé este día 2 capítulos a causa de no poder hacerlo el lunes. ¡La fiesta de Halloween va pa´ largo! >///< ¡VIVA HALLOWEEN, yupi!

Luego de tanta cháchara... El tan ansiado capítulo donde todo será descubierto. Las tantas preguntas que me hicieron del ¿por qué Jun lastimo a Zero? ¿Por qué Rido le puso los cuernos a Haruka? ¿Por qué murieron los padres de Zero? ¿Por qué le saco tantos enredos a esta histo... No. Esa no UoU

Y muchas más interrogantes que los tienen pegados al techo. Disfruten el 1er cap, de hoy ^_^

 

 

 

 

 

-Shizuka, ya tú te encargaste de los padres... yo tengo algo pendiente con el hijo. –alarga sus labios en una sonrisa-

Ninguna lágrima liberan esos ojos violetas fijos a un costado mientras sentía ese cuerpo masculino pegado detrás al suyo. Un último jadea de dolor liberan esos pequeños labios por esa repentina punzada, quedando entre abierta su boca como sus ojos violetas. Poco a poco perdiéndose cualquier rastro de conciencia y brillo en esos irises infantiles...

-Ese es el precio que tú pagaras por tus padres. –relame ese albino la comisura de sus labios retirando ese último rastro de sangre-

-Debemos irnos, Jun. –avisa Hio Shizuka desde el marco de la puerta–. Si no nos vamos pronto, podríamos encontrarnos con aquel Kuran.

Le era inevitable no recordar esa tortura que vivió esa noche. Y ahora, tenía que saber que su hijo llevaba la sangre de ese maldito en sus venas... Forma en puños sus manos hasta tal punto de herir su piel con su uña, empezando a gotear mientras caía como esas lágrimas que aún no liberaba.

Una única gota roja cae sobre el rostro de ese chico de baja estatura que recién iba pasando, causándole detenerse y buscar a su alrededor, hasta que levanta su cabeza hacia la fachada delantera de esa terraza. Asombrando a Zero que solo puede retroceder un paso, otro vampiro. Mejor alejándose.

-Kiryuu Zero... –murmulla Shiki acercando su mano a su mejilla. Retira con el dorso de su mano esa gota sacando su lengua para probarla, alargando sus labios– ¿Ichijou, ya debes saber el lazo que él y yo tenemos?

-Ichiru es tú hijo nos es así? –igualmente posa sus ojos verdes sobre esa presencia cazadora, seguramente destrozada por el descubrimiento-

-Sin embargo, no lo relacionan conmigo porque no fue algo de mutuo acuerdo el traer nuestro hijo al mundo. –baja su cabeza mostrando una sonrisa cínica-

-... –le es inevitable no observar ese cuerpo incrédulo. ¿Había abusado de Kiryuu?–

-... –gira a verlo sin borrar su sonrisa. Se cruza de brazos–. Tú cara me dice que estás impresionado ¿O es por qué traicionaste a Kaname? O... –acerca sus dedos a su cuello– ¿por qué estoy usando el cuerpo de Senri como cebo? –clava sus uñas sobre ese conducto-

-Por favor, para! –toma rápidamente esa mano alejándola. A cambio, "Jun" ríe en burla-

-Ey, no te quedes sentada ahí. Ven aquí, Rima. –suelta su mano de Takuma girando a ver a esa menor de coletas sentada en el muro-

-Ey, tú... No eres, Shiki ¿cierto? –inquiere inexpresiva– ¿Quién eres? –entrecierra su azulada mirada–. No te dejaré escapar tan fácilmente.

 

 

 

 

 

Noche21 Un deseo imposible.

 

 

 

 

 

 

Dulcemente le peina Kaname esa cabecilla platinada con un leve gesto de dolor en su rostro por tomar esa decisión. Pero la vida de Ichiru era primero y la consciencia de Zero. Se incorpora de la cama acercándose a la ventana, abriéndola.

Minutos después de ser abandonado ese cuarto ese cuerpo obtenía movimiento. Frota Ichiru su mano sobre su párpado adormilado. Se sentía agotado pero mucho mejor que horas antes. Suspira para sentarse en el borde de la cama. Busca con su par de ojos violetas la figura de su padre.

-Papi? –llama suavemente incorporándose-

Ichiru se incorpora acercándose a la puerta tomando la perilla para ir a buscarlo.

-¿Uh?

Se sobresalta Ichiru por presentir ese sonido del seguro de un arma. Sorprendido decide abrir la puerta, abriéndose sus ojos por esa presencia albina sosteniendo a Bloody Rose.

Un paralizado Zero no podía dejar de ver esa figura infantil de grandes y tristes ojos violetas fijos en los suyos, no pesando que alguna vez le apuntaría.

-Yo también soy un humano que se trasformó en vampiro. Aunque eres mi hijo... yo solo puedo sentir ahora, es a un arrogante Sangre Pura que juega con los humanos.

Llora Ichiru por escuchar esas palabras dedicadas a él, sin embargo, una punzada en su cuello se presenta. Traga grueso por ese apetito ardiente de beber agua.

-"Tengo sed... La garganta me arde". –piensa tomando su cuello-

Ve Zero a su hijo lentamente agacharse hasta quedar arrodillado sin dejar de tomar su cuello empezando a respirar con su boca abierta. Suponiendo claramente lo que sentía. Estaba sediento por su despertar. Irremediablemente la preocupación de un padre hacia su hijo se hace presente, guardando su arma e impulsándose a levantarlo del suelo, abrazándolo hasta acostarse en la cama, teniéndolo sobre él.

De golpe abre Ichiru sus ojos apoderándose de su iris el color rojo.

-"Tengo sed..." –piensa agitado-

-No te esfuerces... –le peina el flequillo alzando su torso para admirar ese rostro de ojos abiertos-

Inconscientemente posa sus ojos rojos en ese cuello, logrando reparar en esas venas bajo esa piel, como el latido del corazón de su padre.

-Papá, yo... –se levanta sin dejar de ver ese cuello. Pero, la cordura lo golpea cerrando fuertemente sus ojos–. No, yo no puedo... –se niega sin descubrir su rostro, no pudiendo dejar de escuchar esos latidos contrarios ni retirar de su mente esa circulación–. No quiero...

-Sé lo que quieres... Hazlo ¿sí? –estrecha contra sí ese pequeño–. Comprendo lo que necesitas. –siente esas pequeñas manos presionarse tras su espalda y torso–. Perdóname por lo que te dije. –cierra sus ojos acostándose lentamente en la cama-

Cierra Ichiru sus ojos para acercarse a ese cuello cercano, inconscientemente percibiendo su nariz el aroma contrario, después sacando su lengua para lamerlo igual a como hubiera hecho su padre alguna vez.

-Ichiru, lo siento. –pide tomando esa cabecilla no dejando de peinarla-

Pronto siente ese par de pequeños colmillos pero no menos de hirientes sobre su piel.

-Sí, eso es... Hijo.

Para sí decía esas palabras ya que irremediablemente evocaba a ese Sangre Pura que arruinó su vida. Tragando grueso para no alejar violentamente ese pequeño cuerpo que rodeaba entre sus brazos. Pese a ser un Kurenai, su hijo también era un Kiryuu, llevaba algo de su sangre entre sus venas. Por eso no debía por qué temerle u odiarlo... Más miedo tenía su hijo, demostrándolo precisamente esas temblorosas manitos presionarse en su cuerpo, asimismo sintiendo una humedad en su cuello.

-Ichiru, no llores. –reanuda sus caricias en esa coronilla–. Yo nunca pensé que habría un día como esté pero nunca dejaras de ser mi hijo.

No escuchaba esas palabras de su padre, solo se enfocaba en saciar su ansiedad, sin embargo, una extraña imagen de su padre y Jun bañados en sangre igualmente logra ver.

-"¿Qué es esto?"

De golpe se separa por esa imagen, observando con sus ojos bañados de lágrimas al mayor.

-Qué era eso? –inquiere admirando a su padre

-Nada. Esos son míos. Lo siento. –alza su mano para acariciar esa mejilla y retirar ese llanto salino de esos ojos rojos–. Fue algo extraño ¿cierto?

-... –asiente–. Era ese vampiro malo de Jun... ¿Ya no soy humano, verdad? Ahora soy como ese malo vampiro. Por eso me odias... me odiaras. –se abraza a asimismo atemorizado–. No soy un vampiro soy otra cosa. Algo que odiaras. –presiona sus manos en su cabeza-

-Ichiru, intenta calmarte. –levanta su torso estrechando ese cuerpo-

-No quiero que me odies. No quiero... –repetía evocando la imagen de ese cañón apuntado a su dirección-

-No, esto es malo. Hijo, cálmate.

Inevitablemente esa herida convertida en dolor se presenta en ese muro detrás de ese menor, desquebrajándose igual a una serpiente a su paso, alcanzando esa ventana cercana como la cortina.

-No debí haber nacido!!!

Todos los cristales de ese ventanal se estallan, provocando dicho fuerte sonido la atención de esos dos custodios de fuera. Kain y Aidou, quienes habían decidido abrazarse entre sí en busca del calor corporal del otro.

Sus brazos había protegido ese pequeño cuerpo no habiendo alcanzado a herirlos los cristales rotos. Regresa en sí Ichiru, girando su cabeza para ver aquel ventanal sin cristal.

-Yo... –murmulla para después ocultar su rostro contra su padre temblando aterrado de él mismo-

-Durante estos 7 años he cuidado de ti, y no será la excepción. –besa esa cabecilla estrechando con dulzura a su hijo-

-Papá... –levanta su cabeza para verlo, desapareciendo su roja mirada y regresando la cálida violeta– ¿Papi, tú vas a dejarme solo por qué soy así? Porque sé que soy igual a Kaname-senpai. O eso creo. –ladea su cabecita mostrándose maduro– ¿Planearas dejarme solo nuevamente?

-"Solo de nuevo". –piensa–. Nunca. –le sonríe ayudándose de su pulgar para retirarle esa mancha de sangre cerca a esos pequeños labios-

Sonríe de gusto el hijo, borrándose de golpe su gesto alegre por un aroma a sangre penetrar por esa ventana sin cristales, llamándole inevitablemente la atención.

-Qué es... ese olor? –gira a ver la ventana– ¿Sangre? –se sorprende– ¿De quién será, papá?

-... –lo estrecha nuevamente contra sí–. Está bien, no te asustes. De esa forma entenderás... a que lado perteneces. Iré a ver ¿sí?

-No. –estruja entre sus manos la camisa de su padre-

-No tengas miedo. Permanece aquí. –lo sienta en la cama–. Volveré pronto. –le besa la coronilla incorporándose–. No salgas. –insiste acariciándole la cabeza. Se va-

Luego de ver a su padre fuera baja de la cama corriendo hasta la ventana abierta.

-"¿De quién será esta sangre?". –piensa-

 

Buscaba Zero con su olfato ubicar esa sangre en el aire, pero por una extraña razón no se hallaba. Como un sabueso alterado por pimienta. De golpe se detiene en medio de ese pasillo por esa sensación en su cuerpo.

-Maldición! –se encorva a adelante acercando su mano a su garganta-

Un escozor se apoderaba de su cuerpo como la primera vez que sufrió de "esos ataques" de ansiedad por la sangre. Irremediablemente aparece su rojiza mirada hallándose completamente confundido.

-Qué me... pasa? –toma su cabeza por esa extraña sensación-

-Kiryuu-kun?

No logra enfocar esa figura que se acercaba delante suyo. Pronto no logrando mantenerse en pie y cayendo arrodillado.

-Kiryuu-kun! –corre Cross a tomarlo-

-N-No de nuevo. –se desploma en el suelo-

 

 

Hincada cae con la mano cubriendo su herido costado, posando su molesta mirada sobre su atacante.

-Hiriendo el cuerpo de una modelo ¡Eres horrible! Y encima fue un ataque repentino. –opina ella frunciendo su ceño, incorporándose–. En momentos como este me alegro de ser vampiro.

Cicatriza esa herida solo quedando en el suelo las gotas de sangre y en sus prendas desgarradas, alargando "Shiki" sus labios en malicia sin bajar ese látigo de sangre como defensa.

-La herida ya es bastante profunda, no te esfuerces mucho, Rima. –prefiere el rubio interferir colocándose delante de la chica–. Este no es el momento de usar las manos de Shiki para hacer este tipo de cosas. –continua el Vicepresidente-

-Y qué si te digo que tarde o temprano eliminaré todos los que están en contra del Consejo, tal como Ichiou deseo. No serán los primeros.

-Jun-sama. –se sorprende el rubio-

-Ya me estás enfadando. –dice Rima apareciendo en su mano miles de rayos frunciendo su ceño–. Usar la apariencia y voz de Shiki para decirme cosas tan vulgares. Voy a echarte del cuerpo de Shiki ¡Tenlo por seguro!

-Hm.. Eso no es tan fácil...

Estira ella su mano aumentando ese choque eléctrico contenido en su mano, no contando con que aparecería un ataque subterráneo de ese "Shiki".

-Rima! –toma Ichijou a la anaranjada alejándola-

Jadea el rubio sintiendo como ese lazo de sangre salía de su cuerpo necesitando ser sostenido por Rima, bajando hasta caer arrodillado, cubriendo con su mano su torso herido.

-Ichijou-san! –se angustia por esa mancha de sangre-

-Acerté. Y eso que no he practicado. –alarga "Jun" en malicia sus labios, preparando un nuevo ataque-

-No me importa dar mi vida... si así protego... l-la de Shiki. –balbucea cabizbajo-

Admiran esos ojos celestes el cuerpo de ese rubio que no se podía levantar, cambiando su tonalidad a azules, mostrando el rostro del modelo un gesto de confusión.

-Ichi... jou... –balbucea admirando la mano de ese rubio cubrir su herida-

Desaparece Shiki ese lazo para tomar su rostro con su mano, luego trasladando su mano en su vientre, encorvándose en dolor.

 

 

-Ey, Hanabusa. –llama Akatsuki suavemente por ver ese menor platinado arrojarse al vacío-

-Uh...?

-Como esperábamos, él está huyendo.

Sin herirse o lastimarse cae Ichiru posando su vista en ese par de rubios en pie.

-Kiryuu Ichiru! –repara Aidou, pero después, cae en cuenta de quién era–. No... Ichiru-sama. Kaname-sama nos dijo que no importa lo que pasara, tendríamos que protegerte.

-Aidou-senpai, Kain-senpai, ustedes no han visto a mi papi? No ha regresado. –trasmite–. Ah, ya sé. Iré a buscarlo. –gira para reanudar sus pasos, pero, Kain se le interpone-

-No podemos.

-Por favor regresa a tu habitación, Ichi... –secunda Aidou pero es silenciado por esa mirada violeta, o mejor, la mirada de ese Sangre Pura-

-Pero quiero saber si está bien. –hace un puchero. Suspira–. Está bien. Iré.

 

En ese momento, la llegada de Yagari se hacía presente. [N/A: Se nota lo inspirada que me hallaba jajajaj]

 

Cabizbajo se desplaza Ichiru a las escaleras siendo seguido por ese par de rubios, sin embargo, después desvía su dirección saliendo a correr.

-Ey! –sigue Aidou a ese niño-

-Qué Sangre Pura tan problemático. –suspira Kain rascando tras su nuca-

-Espera, Ichiru! No, quiero decir, Ichiru-sama. –llama tras él– ¿Por cuánto tiempo más planeas estar descalzo?

Se detiene el menor levantando su pie para ver su palma

-No me digas que... –se paraliza Aidou– ¡¿Te has lastimado?!

-Pensé que me había lastimado... –inocente responde-

-"¡¡¡Pensé que sería asesinado por Kaname-sama!!!!" –piensa irremediablemente. Prefiere hincarse dándole la espalda–. No importa, te cargaré. Quiero decir, por favor déjeme cargarlo... Ichiru-sama.

-... –ladea su cabecita admirando a ese rubio, asimismo ve esos ojos aguamarina posarse en los suyos–. Nunca pensé que Aidou-senpai pudiera llamarme algún día Ichiru-sama. Se siente extraño O.o –confiesa petrificado de tal formalidad de buenas a primeras–. Siempre ha sido Ichiru o el hijo de Kiryuu. Incluso ¡oye tú! O.o

-Estoy realmente apenado hasta ahora... –_- –desvía su rostro apenado. Tenía el menor razón–. Como sea. Suba. Quiero decir, por favor. –ve a ese menor estirar sus manos y rodearle el cuello–. Si no regresa a su habitación, Kaname-sama se preocupara, o Kiryuu.

Esas manos infantiles dejan de rodearlo, obligándolo a girar a verlo por sobre su hombro, notándolo llorar.

-Dónde estará papá. –exclama desviando sus ojitos violetas-

-... –siente tristeza por ese menor–. Nunca se ha oído que un Sangre Pura llore enfrente de otros... Luego lo buscaremos. Por ahora debe regresar.

 

 

Abre aquella puerta de esa habitación donde antes residían Ichijou y Shiki, esta vez, estando a pocos metros reposando un ataúd. Sosteniendo esa katana con su funda se acerca en lentos pasos.

-No, la residencia temporal de Jun Kurenai. –murmulla Kaname-

Con dos espadazos corta esas cadenas que rodeaban el contorno de ese ataúd. Ayudándose de esa misma punta aparta cada unión de eslabones, escuchándose el tintineo de estas con el suelo. Se toma unos minutos para admirar esa tapa.

Apoya Kaname la bota de su zapato para empujar esa gruesa tapa, causando un estruendo al chocar con el suelo.

-Debí no haber dejado pedazo alguno de tu carne... Jun. –entrecierra sus ojos castaños frunciendo levemente sus cejas–. Ha llegado la hora que había estado esperando.

Rápidamente desenfunda esa katana dejando a la vista esa afilada hoja, clavándola sobre ese pecho descubierto.

 

 

La luz del nuevo día en ese momento se manifestaba y fastidia sus ojos violetas provocándole jalar de esa cortina y cerrar ese ventanal, chasqueando su lengua. En ese momento escucha la puerta ser abierta, entrando dos presencias.

-Eh, Zero... he venido a verte tras un largo tiempo. Mi hija fue a avisarme lo que pasaba. –describe Yagari penetrando– ¿Te estás convirtiendo en un ermitaño, estúpido estudiante?

En silencio cierra Cross la puerta detrás suyo.

-Anoche estaba nevando, pero se siente bastante bien esta mañana. Deberías por lo menos abrir las cortinas. –muestra una sonrisa el pelinegro-

-Eso es decisión mía. Brilla más que antes. –opina Zero en un tono fastidiado, cubriendo su flequillo platinado sus ojos-

-Kiryuu-kun ahora no está de humor para eso, han pasado muchas cosas ¿No te lo dije mientras corrías como loco hasta acá?

-Director. ¿Usted sabía lo de Ichiru? –inquiere cabizbajo aparentando serenidad, recargándose cerca al muro de la ventana-

-... –lo observa, bajando su cabeza después–. Sí. –suspira resignado-

A cambio, levanta de golpe su cabeza mostrando unos ojos rojizos por segundos, regresando después la violenta pero no menos molesta mirada violeta.

-Ki...Kiryuu-kun, no te enfades! ¡Das mucho miedo! –busca protección tras su pareja– ¡Hay cosas que uno no puede decir! ¿Lo entiendes, verdad?

-Eh, Zero, de qué sangre has bebido? –saca ese cigarro que acerca a su boca–. Has obtenido un aura muy extraña, toda entremezclada.

-... –calla sorprendiéndose, apareciendo esa roja tonalidad en su mirada. Así que esa era la razón. La sangre de su hijo– ¿Maestro, para que has venido? ¿Para darme lecciones?

-Hay un Sangre Pura del que se desconocía su paradero... estaba investigando y las pistas me guiaron hasta aquí. –confiesa el pelinegro– Tú y yo sabemos de quién se trata ¿no es así?

 

 

Cierra la menor de coletas la cortina de esa habitación donde estaba Ichijou acostado, teniendo a su lado la compañía de un igualmente inconsciente Shiki.

-Hm... –suspira Rima ojeando al par de enamorados que acepto en su habitación-

-Shiki... –dormido balbucea ese rubio en un susurro-

 

 

La sangre de esa herida se libera manchando completamente ese torso, saliendo varios chorros de ese mismo líquido de entre esa hoja de metal que firmemente sostenía.

Sin embargo, ese cuerpo perteneciente a Jun Kurenai se evapora dejando un féretro vacío. Solo puede ver esa katana que había atravesado varios centímetros, incluso dando con ese atril donde reposaba ese señuelo en que se convertía ese ataúd.

Bufa Kaname sacando esa hoja. Mostrando segundos después una sonrisa pese a esa trampa de parte de Jun.

 

Contra su pecho pegaba esa cabecita infantil, apoyando su mano tras esas cortas hebras de distinta tonalidad a la suya, pero no le importaba ese detalle, solo le interesaba brindarle la suficiente calidez para que ese menor durmiera en tranquilidad. Estando dentro de esa habitación sin ventanas, sentado sobre la cama.

-Haruka...

Aleja Haruka sus ojos castaños de ese pequeño que en su regazo cargaba para posarlos en su hermano recargado en el marco de la puerta. Observando como Rido cargaba en sus brazos a otro menor. a su hijo Kaname.

-Te estábamos buscando. –sonríe Rido refiriéndose a él mismo y al dormido Kaname– ¿Te pasa algo para que te hayas ocultado con Senri?

-Como ustedes no estaban, preferí venir aquí. –muestra una sonrisa, viendo a ese castaño mayor acercársele–. ¿Dónde estaba Kaname? Me asuste un poco al no verlo en casa.

-En los alrededores de la casa de los Kiryuu. –sonriente toma asiento, acostando a ese dormido Kaname en la cama, cubriéndolo con la sábana-

-Cómo? –parpadea confuso, posando su mirada en su hijo–. Fue sin que nosotros lo acompañáramos...

-Creo que ese mini cazador y su "linda" personalidad han llamado la atención de Kaname. –bromea–. Eso solo indica una cosa. Ese cazador no dudara ni un día en quedar prendado de este Kuran. –orgulloso y algo malicioso opina-

-Rido... -_- –suspira Haruka por tal pensamiento arrogante–. ¿Cómo puedes sacar esas conclusiones? A lo mejor, solo quiere que sea su amigo. A parte de Shiki y Takuma, no ha tenido contacto con demás niños. Hm... Y él es un Cazador.

-Te molesta eso?

-No, para nada. Solo que... El Consejo no le permitirá a Kaname ser feliz. –baja en tristeza su cabeza-

-Haruka... –le toma el mentón con sus dedos, haciéndolo que lo viera–. Eso no pasara. Después de que derroquemos a los Ancianos, Kaname podrá enamorarse del que sea sin complicaciones. –le acaricia el flequillo con su mano, sin borrar su sonrisa y entusiasmo–. Así que, prepárate para ser suegro de un cazador ^_^. –opina para después reír-

-Rido... –exclama, contagiándose de una sonrisa-

-Iré a dejar a Senri en su casa. –se acerca a tomar al pequeño de brazos de Haruka–. Esperemos que no se despierte en el camino. Soy pésimo para hacerlo dormir. U_U

Se encorva para alcanzar los labios de Haruka y besarlo apasionadamente, olvidando que tenían la compañía de dos menores.

-No demorare. –se va-

-Está bien. –responde sonriente. Pero, al verse a solas, cambia su alegría en tristeza–."Tengo esta noche una mala corazonada. Cómo si una tormenta se avecinara". –piensa suspirando-

 

Vuelan en el aire esas gotas de sangre de esa herida, cayendo múltiples partes de ese destrozado cuerpo al suelo de nieve frente a esa edificación.

-Ustedes están bien educados. Ya están aquí ¿qué los detiene, perros del Consejo? –inquiere Haruka sosteniendo entre sus dedos esas hebras de aquella cabeza decapitada, misma que se convierte en polvo-

-El primer grupo ya ha sido hecho polvo. –alarga Rido sus labios en una maliciosa sonrisa confirmándolo esa montaña de polvo formada a sus pies-

-Haruka-sama, se equivoca. –toma la vocería un vampiro de ojos rojos en donde se podía leer la palabra "asesino" en ellos–. Nosotros no estamos relacionados con el Consejo. Somos sirvientes de Jun-sama.

-Así que ese demente también cayó en las vacías palabras de los Ancianos. No me sorprende. Es peor que yo. –opina Rido sin borrar su maliciosa sonrisa burlona hacia ese albino– Dejen de vacilar y por qué no jugamos de una vez.

-Ya estoy harto en convertirme en el interés del Consejo. Yo y mi familia. –dice Haruka sin dejarse intimidar-

-Aunque... –se escucha la voz de ultratumba de un vampiro que se regeneraba rápidamente–. En comparación con ustedes que siempre mantuvieron distancia con el Consejo, yo siempre tuve una buena relación con ellos. –responde recuperando su cuerpo intacto pero no su kimono que mostraba varios desgarros–.  Pero de que te sorprendes, Haruka, si Rido también cayo. ¿o no tiene un hijo Noble por escuchar las palabras del Consejo? Es imposible que no lo sepas o niegues.

-... –levemente se frunce sus cejas, no dejando Haruka de observar a ese albino-

-Lo reconozco, cometí un error al caer en las manipulaciones de esos Ancianos, obligándome a distanciarme de Haruka. –toma Rido la palabra–. No me arrepiento porque supe de las verdaderas intenciones. Yo solo fui un títere... No metas a Senri en esto. Pese a todo, es mi hijo. Algo que tú nunca podrás tener. –tienta. No era un santo pero ese niño no tenía la culpa-

-... –sonríe Haruka en orgullo por las palabras de su pareja–. Ese niño no tiene la culpa de esa manipulación. –defiende–. Aparentemente la vigilancia del Consejo ha sido nula. Ahora, tener que ver tú cara... Luego de que tú fuiste quien mato a varios vampiros en contra del Consejo.

-Sí que eres ingenuo, Haruka. Ahora entiendo porque Rido te manipula. Deberías dejar que el odio y la ira te dominen. ¡Haber comenzado con tu propio hermano! ¿No fue por su culpa que murió tu hijo? Cobrar esa compensación con destruir su cabeza o corazón ¡Hasta un Sangre Pura inmortal sería detenido! –libera una maliciosa sonrisa–. Bueno, a menos que le des tu sangre para que regenere. –comenta frotando con su palma su hombro expuesto, solo quedando una de sus mangas. En donde recibió el ataque del propio Haruka-

-... –frunce Haruka irremediablemente sus cejas por el cinismo de ese albino–. Entonces el siguiente ataque no será en tu hombro sino en la cabeza o el corazón. –frunce sus cejas oscuras–. No te permitiré renacer, Jun.

-Ustedes, vayan por ese Kuran dentro de casa. –ordena Jun peinando su blanco y largo flequillo-

Antes que pudiera reaccionar, Rido se les interpone, siendo él quien atacara a los sirvientes de Jun. Pero, una repentina y leve nevada invade sus cabezas. Levanta Haruka su mano tomando uno de los copos que descendía hasta caer unos cuantos a la blanca arena.

-Sakura... –piensa por percibir ese aroma repentino– ¡Rido! –avisa viendo hacia el frente-

A solo dar Haruka un paso al frente miles de fragmentos se dirigen en aquel lugar donde ese castaño, ese albino y su sequito se encontraban, necesitando él mismo dar un paso en retroceso para no ser alcanzado. Levantándose una enorme nube de nieve por la enorme extensión. Se disipa está dejando ver varios cuerpos en el suelo. A la vez unos cuantos sirvientes vivos.

Lentamente se acerca no reconociendo a Jun entre las montañas de polvo que empezaban a formar esos cuerpos caídos a su paso, paralizándose. Alzándose sus cejas admira ese cuerpo completamente manchado en sangre, teniendo debajo un enorme charco a causa de esos delgadas varillas de hielo, habiendo una "estaca" más grande donde se alojaba el corazón.

-Ha llegado la hora después de tanto tiempo, no? –dice arrodillándose al lado de ese castaño en el suelo–. Sabes que Kaname se pondrá furioso... Se parece a ti. –pasa sus manos por ese rostro, rozando con esa heterocromada mirada– ¿Qué le diré a Senri? Tú muy bien lo dijiste, es tu hijo.

-Lamento eso... Fue una vida muy larga soportándome. –opina. Muestra Haruka una sonrisa pese a la obvia situación–. He hecho muchas idioteces, pero no me arrepiento de haber sido feliz contigo. –acerca Rido su mano a esa vara que atravesaba su corazón-

-Ni yo. Hemos sido siempre felices sin importar lo que haya pasado. Después de tanto tiempo de consideración, tuvimos unos preciosos hijos... Kaname y Senri. –muestra una sonrisa sin apartar su mano de ese rostro, notando la sorpresa de su hermano mayor–. Yo también lo quise como a un segundo hijo. Y a Kaname le gustaba su compañía pero no “usaba” mucho de ella para que ese niño no fuese lastimado. Y tenía razón.

-... –admiraba ese gesto sonriente, decidiendo recuperar la suya–. Entonces, me marcharé. Acaba con ese par.

Simplemente acerca Haruka su mano a la de Rido para ejercer presión y sacarla, pasando después por última vez su mano por esa mejilla rozando con esos largos cabellos, dándole un corto beso.

Se desquebraja ese cuerpo que le muestra una sonrisa para finalmente expirar.

Se incorpora con ese fragmento sobre su mano, admirándolo. En ese momento se deja caer Jun de ese árbol, permaneciendo sobre la rama sin hojas Shizuka Hiou.

-Reiniciamos?  –en tono burlón opina Jun–. Vayan. –ordena a los pocos sirvientes vivos-

Sobre ese inmóvil castaño se arrojan los leales sirvientes a dirección de la mansión, olvidándose de la fuerza de su contrincante, que levanta su mano clavando sus uñas a la cabeza de uno de estos explotando el segundo por esa furiosa aura, cubriendo su flequillo castaño sus ojos. Entre sus dedos ese cuerpo pierde su forma dando vida a un colosal monstruo deforme sobresaliendo la carne de su piel que dan forma a enormes fauces, incluso abarcando su propio brazo.

-Ahora devora a tu Maestro por mí. –ordena Haruka observando a ese albino, frunciendo su ceño-

Ahora, su nuevo objetivo es dirigirse y atacar a su anterior amo. Jun.

 

Abre de golpe la puerta luego de haberse quedado dormido, habiendo presentido algo que lo asustó. El fallecimiento de Rido. Posando sus ojos castaños sobre esa colosal criatura atrapar a Jun, pero asimismo, como Haruka sacaba de un costado de su cuerpo una espada reteniéndola entre su mano.

-Esa espada... ¡No otousama! –corre Kaname hacia él–. Esa espada pertenece a los cazadores.

-Kaname... –se extraña por ve a ese menor colocarse delante suyo mientras arrojaba esa espada a un costado-

-Por favor, apártate, otousama. Asesinarlo es mi mayor obligación. Y no dejes que este tipo de sangre de Baja calidad te toque.  Así como se ayudó de Hiou Shizuka trajo un arma cazadora a un enfrentamiento entre vampiros ¿Uh? ¿Y papá? –inquiere al no verlo, refiriéndose a Rido-

-Kaname, por favor apártate. –lo abraza por el cuello paternalmente– ¿Al protegerme no destruyes mi orgullo como padre?

-... –repara en ese fragmento que sostenía Haruka–. Uh... Eso... Papá. –se asombra por suponer quién era–. No es eso, otousama. –baja su mirada-

-Está bien, te dije que lo entiendo. –muestra una sonrisa-

-... –se aterra por ver como se desquebrajaba–. Haruka... ¡¿La espada a alcanzado tu corazón?!

-Aun así, eso no cambia el hecho que seas nuestro adorado hijo. –posa sus ojos sobre los castaños de ese menor-

En silencio toma la mejilla del mayor con un gesto de tristeza consiguiendo una sonrisa de Haruka que lo estruja contra sí cerrando sus ojos, sin liberar ese otro fragmento en su mano. Ese claro sonido se hace extenso hasta escucharse como explotaba en varios trozos de cristal por el aire, quedando ese menor con su mano alzada como si quisiera volver eterno ese gesto, cayendo unos cuantos fragmentos junto a ese que perteneció a Rido. Pierden su consistencia quedando dos montañas de ceniza unidas.

-Incluso si recuperaras tu verdadero poder yo volveré de nuevo y terminare contigo, Kuran.

-Entonces, hasta que ese día llegue encontrare la manera de destruirte.

Asimismo, un resquebrajamiento seguido de una segunda explosión se oye, quedando tras Kaname, aquellos trozos congelados de carne esparcidas en el suelo como varias manchas de sangre de esa criatura que debería estar devorando a Jun. Desapareciendo después quedando solo cenizas. Pero, no quedando rastro del albino, solo su sangre en el aire.

Gira Kaname a ver sobre su hombro hacia ese árbol careciendo igualmente la presencia de Shizuka. Vuelve su vista al frente posando su atención en esa katana clavada en la nieve.

Notas finales:

No me quieran matar ¡Onegai! >O< ¡Maten a Jun o a Shizuka!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).