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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

El comienzo es aburridor... Si quieren lo pueden saltar U_U y se preguntaran ¿entonces por qué lo puso? Necesitaba "rellenar" las palabras que me hacían falta con algo para que AY lo aceptara ¿no? UoU

 

 

 

 

 

En una montaña de arena quedan los rastros de ese vampiro cortado por esa espada de aquel rubio ex cazador de largo cabello.

-Ya suponía algo así. Pero realmente, oponerte a la Asociación con tu arma para proteger a esos vampiros. Has perdido la cabeza, Kaien Cross. –describe ese robusto hombre recostado contra un árbol de brazos cruzados, uno de los tantos subordinados de la Asociación de cazadores-

-Mi arma? –posa Cross sus ojos claros sobre el Presidente protegido en medio de esos cazadores y vampiros–. No tengo arma contra ustedes.

-En serio son unos débiles! –opina Yagari a su lado con su escopeta en mano-

-Aquéllos que van a desperdiciar sus vidas en esta lucha. No son ustedes sino los vampiros que han liberado. –continua Cross-

-Deja esta batalla como se planeó a los esclavos vampiros. Tú y los demás capturen a los estudiantes de la Clase Nocturna. –avanza ese Presidente Cazador, opinando al lado de ese cazador recostado en el árbol-

-Presidente! –se sobresalta por tal orden–. Pero...

-Su existencia es inconveniente y causa problemas a los humanos. Ve y disfruta como te plazca, querido cazador. De todas formas, el problema de allí se resolverá de inmediato. –opina esa presencia de kimono con ese abanico cubriendo sus labios-

Presienten los demás cazadores presencias, provocándoles alzar sus ojos y posarlos en los árboles sembrados tras ellos. Demás vampiros tomaban sus posiciones entre los brazos de los pinos de ese bosque.

-Como me supuse, ya han llegado. Pero siendo convocados a la batalla con tanta facilidad. –nota el pelinegro cazador de parche, empezaba a, junto a Cross a ser rodeados– ¿Desde cuándo la Asociación de Cazadores se ha hecho tan amigo de los Subordinados del Consejo de Ancianos?

-Presidente, que demonios se supone que es esto? –inquiere esa castaña cazadora cercana. Perpleja por tales palabras escuchadas-

-En el mundo de los cazadores y el mundo de los vampiros, deben colaborar para eliminar los problemas del otro. Me di cuenta de que esto es necesario a partir de ahora. Hm... –alarga sus labios en una sonrisa, cubriéndola con su abanico–. Pronto lo entenderás. Entonces....

Esos vampiros se arrojan sobre ese serio rubio iguales a fiera sedientas.

-Conviertan en cenizas ese castillo de arena de esta escuela que creó un estúpido para cumplir con un sueño utópico bajo la influencia de ese tonto hombre.

 

 

 

 

 

 

 

Noche24 Loco amor de bestias.

 

 

 

 

 

 

Varios montones de polvo deja delante suyo antes de poder esos vampiros haberlo tocado. No dejando de observar con molestia a ese representante de la Asociación de Cazadores, ganándose la mirada atenta del mismo Yagari. Sí que su pareja estaba molesto, demasiado.

-Mejor iré a detener a los que fueron a la Clase Nocturna. –dice Yagari-

-Cuento contigo. ¿Uh? –gira su rostro por sentir esa mano acariciar su coronilla. Posa sus ojos en ese pelinegro, sonríe a cambio por su apoyo–. Terminaré este asunto de inmediato.

-No seas tan rudo, viejo. –dice Yagari en retirada acompañándolo demás cazadores– ¿Qué...? ¿Abrieron los ojos?

-Ahora mismo haré que este hombre no permanezca como Presidente de la Asociación. –regresa Cross sus ojos claros al frente, sorprendiéndose por verlo precisamente delante suyo a escasa distancia, apuntándole con su abanico-

-Cross... –sonriente admiraba el rostro del rubio, sosteniendo a cms. de ese cuello su abanico cerrado– ¿Así que pretendes tomar mi cargo como Presidente? Eres merecedor del apodo que te dieron, "El Vampiro sin Colmillos"

Frunce Cross su ceño tomándole la muñeca fuertemente, acercándola contra su nariz para olfatearla como cualquier vampiro, extrañando al Presidente.

-Me pregunto por qué apenas percibo una extraña esencia desde tu cuerpo... –levanta sus ojos observándolo–. La esencia de un vampiro, que no solías tener antes.

En un veloz movimiento mueve su espada cortando de tajo esa extremidad, gritando desgarradamente esa "mujer" a cambio, retrocediendo mientras cubría su herida que sangraba.

-Y me pregunto, por qué un arma anti vampiros puede atravesarte con tanta facilidad.

-Im.. Imposible!

-Pre.. Presidente!

-Pero... no recuerdo haberme trasformado en vampiro. –dice en medio de su dolor, aterrándose por ver como empezaba a deformarse su brazo-

-Dejaste de perseguir al Consejo de Vampiros a cambio de la Sangre Pura que te dieron, verdad? La sangre de un Sangre Pura puede fortalecer el cuerpo o actuar como un veneno. Pensaste que habías absorbido su poder, cuando ocurrió lo contrario. –describe Cross dejando caer esa extremidad que se consume en el suelo-

Por su lado, ese Presidente gritaba en medio de esa tortura mientras se deshacía, después transformándose sus desgarradores gritos por risas psicóticas, cambiando su voz por una que representaba lo que era, un ser demente.

-Idiotas insolentes! ¡¡Mueran con el arrepentimiento de sus actos estúpidos mientras puedan, porque ahora que me han perdido, ustedes también pierden!!

Por última vez se escuchan esos pensamientos egoístas, llegando a su fin, bajo la mirada sorprendida de los demás cazadores.

-Ey, Cross! ¿el Presidente... qué demonios fue eso?! –toma del hombro a ese rubio-

-Eran los últimos minutos de un hombre que estaba equivocado.

-Oh, pero Cross, tú también has cometidos demasiados errores. Fuiste tú el que trajo ese nido de cuervos a una escuela repleta de niños humanos. Lo hiciste por el bien de otras personas. No sería más que tú deseo egoísta. –frunce su ceño-

-Kaien Cross, estás bajo arresto por la Asociación de Cazadores. –opina otro cazador en firmeza-

El resto de cazadores empiezan a rodear a ese rubio que solo se mantiene en su posición admirándolos, bastante sereno.

-Como Director de la Academia, no me dejarán al menos tratar el asunto adecuadamente? Aun necesito borrar todo rastro de presencia de vampiros.

 

 

Unos látigos rojos se abalanzan a dirección de Ichiru a causa de bajar su guardia, separándose en miles de tentáculos de puntiagudas uñas que no le realizan daño, solo se empiezan a formar detrás suyo. Sujetando el menor con fuerza el bastón de Artemis.

-Zero... –murmulla  un poco materializado Jun detrás suyo encorvado para alcanzar su oído-

-Qué...? –ve por sobre su hombro esa masa que empezaba a formar la figura de ese hombre–. Yo no... no soy mi padr...

-Por qué no soy lo suficiente bueno, Zero? ¿Por qué..? –le interrumpe-

-"Qué es esta sensación...? No quiero saber... la profundidad de esta lujuria que..." –piensa él menor aterrado-

-Qué es lo que me falta? Qué debo hacer por ti para... incluso cuando yo... –mueve su mano hasta el cuello del menor, exhibiendo una sonrisa de colmillos, permaneciendo tras ese cuerpo más bajo–. Incluso cuando yo te quiero tanto que siento que quiero comerte como a él.

Antes de que consiguiera Jun su cometido, cambia ese menor la dirección de la hoz que sostenía con una mano por ser rodeado su torso por un brazo del mayor, alcanzado a mover su otra extremidad que le ayuda a terminar de clavarle la mitad de la hoja afilada en el costado izquierdo.

-Mi pequeño, Zero... Esa no es el arma que atinó.

Sin darle tiempo a Ichiru a reaccionar o algo, una fuerte ráfaga pasa a su lado, tratándose de miles de enredaderas que habían hecho presa el cuerpo de ese Sangre Pura. Estando delante suyo ese cazador con su mano en alto apuntándole. De golpe siente un extraño roce en su mejilla, pudiendo percibir que pertenecían a unos dedos que provenían detrás.

-Mi hijo...

Escucha esa voz seguido de esos dedos acariciar el flequillo de su costado con una extraña dulzura que no pensó que ese hombre pudiera sentir. Sin siquiera mirar a su costado puede oír como Jun se desquebrajaba hasta terminar en un estallido de miles de cristales.

Lentamente "esas armas" regresan a su dueño, y sin importarle que su hijo fuera un obstáculo lo cubren para pasar sobre él, sin causarle daño. También permaneciendo Ichiru inmóvil sin temor alguno, trataba de asimilar lo anterior.

-Papá, estás bien? –preocupado inquiere frente a él por ver varias sogas enredadas en el torso de su padre igual a sanguijuelas-

-No te acerques tanto a mí... O ellas te harán daño. –cabizbajo dice desde esos escombros donde estaba parado–. Todo... estoy cansado de todo... Es por eso que... quiero poner fin a todo esto.

Esas palabras toman al hijo por sorpresa. Solo calla, sin dejar de ver a su cabizbajo padre.

 

 

En calma se hallaba Asato Ichijou en pie en aquel lugar frente a ese vacio ataúd donde antes descansaba Jun Kurenai, pudiéndole ser claro el repentino olor a sangre y muerte de esos Nobles de la Oficina del Consejo de Ancianos por estar impregnados sobre esa presencia de aquellos pasos que se acercaban.

-Kaname-sama... –repara en la presencia de ese castaño que recién entraba, quedando bajo el marco de la puerta–. ¿Así que has venido en persona para destruirme...? Es un honor que uno de nuestros ancestros renacidos hiciera tal cosa por mí. –sin verlo ironiza-

-Eso es porque te debo una en el pasado, Asato Ichijou.... Y también porque he recuperado el poder que tuve antes de mi "sueño" "Como ciertas cosas según el pasar del tiempo". –piensa lo último-

-Éste es el sótano donde Jun-sama pasó varios años regenerándose. Mientras permanezco en esta habitación, siento que mi convicción aumenta de qué hice lo correcto después de todo. Efectivamente manipulé y usé a la familia Kuran, por sobre todo a Rido-sama como instrumentos con el poder y la influencia de cualquiera del Consejo. Fui capaz de lograr fácilmente el cargo de controlar la sociedad de vampiros. Sí, todo lo que tuve que hacer estuvo bien. –suspira viendo hacia arriba–. ¿Kaname-sama, no eres tú... el único que tiene la culpa?

-Hm... Pueda que sí. –alarga sus labios en una sonrisa burlona-

 

 

-Ahora está bien... Está bien, Papá. –abrazado estaba ese pequeño Ichiru al brazo de esa copia años mayor–. Permaneceré así una y otra vez...

Promete él a causa de haber presenciado como su padre aruñaba su cuello con sus propias manos, estando sentado a su lado en esa esquina del cuarto. Lo habia asustado el verlo tan herido, no conociendo la razón.

-"Su mano es tan cálida.... pero..." –cabizbajo pensaba, sin sentir dolor– "es su hijo"

-Papi, qué pasa? ¿Alguien te hizo daño allí o te duele allí? Entonces... me quedaré agarrando tu cuello de esta forma hasta que puedas olvidarlo. Así que por favor, no te hagas más daño ¿está bien, papá? –lo observa con un gesto de dolor, derramando llanto-

-... –se queda viéndolo en silencio mientras pensaba, incrédulo–. "La próxima vez impediré que lo puedas descubrir" Esta bien. –miente, desviándole la mirada-

Gesto que pasa desapercibido para Ichiru que ve a su padre incorporarse e ir al baño, seguramente para cubrir su herida. En silencio decide salir.

 

Tenía miedo, mucho miedo. ¡Quería que parara! Él no pidió eso. ¿Por qué a él?

Estruja entre sus dedos esa almohada debajo de su cabeza, cerrando fuertemente sus párpados.

Agitadamente respira abriendo de golpe sus ojos violetas, pasando su brazo por su frente, viéndose en la protección de ese solitario cuarto. Aun así, repentinamente presiente algo, causándole entrecerrar sus ojos a dirección de esa puerta.

-... suspira cerrando sus ojos–. ¡Ey, tú! ¡¿Hasta cuándo piensas quedarte así?! ¡Regresa a tu habitación y duerme!

Pronto ve esa puerta abrirse, mostrando ese rostro infantil a medio asomarse.

-Lo siento, papá... Parecía que no dormías bien, así que me preocupe... ¿Puedo entrar?

Admira Zero a ese preocupado menor, viendo como mostraba un gesto de dolor por su silencio. No importándole, por eso se gira y cubre con esa sábana, de pies a cabeza.

Muerde sus labios al escuchar la puerta ser cerrada. No quería cerrar sus ojos y ver el rostro de ese hombre, pero inconscientemente el ver a Ichiru también se lo recordaba.

-"Por qué no le dije que se quedara". piensa cubriendo con sus manos su rostro, presionando sus dedos entre sus flequillos-

Buscaba intentar no comparar a su hijo con ese hombre, pero el terrible peso de esos dolorosos recuerdos se llevaban poco a poco su cordura. Tenía miedo. Sin esperarlo, siente una mano sobre su coronilla, viendo aterrado por sobre su hombro al causante, serenándose al tratarse de Ichiru, quien le sonreía dulcemente.

-Yo también tengo pesadillas por eso me quedaré aquí hasta que te quedes dormido, papá. Me pasaba lo mismo cuando estaba asustado y no podía dormir. empieza Ichiru a darle caricias tiernas–. Conseguía sentirme a salvo y quedarme dormido. Sabes que él tiene unas manos cariñosas, y él me ha enseñado a hacerlo lo mismo que te hago a tí. Así que... Estaré aquí. –muestra una alegre sonrisa inocente sentándose-

-"Seguramente es Cross... ¿Entonces Ichiru también tiene pesadillas?" –piensa bajando su cabeza-

Admiraba como ese pequeño podía mostrarle una sonrisa alegre pese a haberlo tratado muy mal. Sin poderlo evitar toma esa manita sobre su flequillo, cerrando sus párpados. Recarga Ichiru su cabeza sobre su hombro, decidiendo descansar y acompañarlo.

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

Sentado frente a la mesa se hallaba comiendo, acompañado de Cross e Ichiru, que pese a su corta edad tomaba ciertas actitudes maduras, era de esperarse, si él le prestaba poca para no decir que nula atención.

-Kiryuu-kun, es mejor si lo miras por ti mismo, porque si eres tú creo que lo entenderás. –habla Cross frente a él-

-Qué quieres decir?

En cuanto a Ichiru, él había alcanzado a escuchar la puerta, alegrándolo, obligándolo a ir a atender a causa de la distracción de los mayores.

-Apúrate, apúrate. Ven rápido. –alegre se deja ver a un Ichiru que trataba de hacer entrar a su invitado-

A cambio, Ichiru recibe una caricia en su coronilla, haciéndolo sonreír de gusto. Incluso pasando esa palma por su flequillo hasta tomar su mejilla.

Repara Zero en su niño sonreír ante esas caricias que alguien más aparte de Cross le daba. Solo habiendo una persona a quien solo se lo permitiría, y la cual le permitió pisar esa casa. Precisamente viendo como persistía Ichiru en tomarlo del  brazo y hacer que ese joven cruzara, posándose esos ojos castaños sobre los suyos. Un escalofrió recorre su cuerpo ante ese castaño de pie frente a él.

-Qué haces aquí? –de golpe se levanta Zero frunciendo su ceño-

-Yo le dije que tu estabas enfermo. –confiesa Ichiru-

-Te dije que dejaras de verlo. –recuerda tanteando con su mano la mesa, logrando dar con el cuchillo-

-Pero Kaname-sama es mi amigo...

-No lo es! –interrumpe furioso tomando con firmeza esa arma-

-Uh? –observa Ichiru ese cuchillo extrañado– ¿Papi, qué haces?

-... –corre a dirección de ese castaño que aleja a Ichiru para recibir esa hoja sobre su brazo– ¡Vampiro!

-Kaname-sama! –grita aterrado, continuando tras el mayor-

-Atacarme así de pronto... No es muy amable de tu parte. –opina sereno sin dejar de ver a ese furioso albino-

-Cállate, vampiro. –lo enfrenta con su ceño fruncido– ¡Tú eres justo como ese... –calla por escuchar el llanto de su hijo. Precisamente posando sus ojos en ese aterrado menor-

-Como sea, no tengo la intención de dejarme matar por ti. –toma sereno ese cuchillo que arrebata de esa mano para arrojarlo a un lado-

-Estás confundiendo la persona con la que debes vengarte, Kiryuu-kun. –interviene Cross paternal-

-Kaname-sama... está sangrando... –entre balbuceos dice ese menor con sus manos en puños en sus ojitos bañados en lágrimas-

-No es nada, sanará pronto. –se hinca a su lado tomándole la carita para limpiar esa mejilla húmeda–. Soy un vampiro ¿recuerdas? –le muestra una sonrisa despreocupada– "No soy yo el que siente dolor.". –piensa admirando esa espalda que se alejaba-

 

-Papi... –penetra Ichiru más calmado–. Kaname-sama ya se fue. También me explico por qué lo lastimaste, porque lo confundiste.

No recibe respuesta, solo ve a su padre claustrado en su habitación acostado sobre la cama, recostado contra la pared, cabizbajo.

-También me dijo que sí era un vampiro ¿Papi, te sientes bien? –se acerca  estirando su manita, pero es manoteada por la del mayor-

-¡No te atrevas a tocarme con la mano que lo tocaste a él! –con molestia lo observa–. No me toques con cuando lo tocaste a él. ­dice cabizbajo-

Ichiru solo puede tomar con su mano aquella que fue alejada, reprimiendo el dolor de eso. ¿Por qué su papi no lo quería? Por eso se va corriendo del cuarto. Zero repara en su error estirando su mano para alcanzarlo, siendo demasiado tarde, nuevamente quedaba solo.

 

En cuanto a Kaname, recién subía a ese auto, recibiéndolo un sonriente Ichijou.

-Bienvenido, Kaname. Vuelves temprano ¿terminaste tus asuntos?

-No, he decidido hacerme de ello en la otra ocasión. –toma asiento trasladando su mirada a la ventana-

-Pero no pensé que volverías lastimado. Sangre. Aun está en tu muñeca. –opina observando dicho lugar–. Toma, una toallita húmeda ^U^ –ofrece esa caja-

Es ignorado por el castaño que simplemente lame ese rastro de sangre de su herida, recargando su codo en el brazo de la silla y descansando su palma en su mejilla.

-Qué..? ¿Acaso fue Ichiru... O Kiryuu-kun? –ladea su cabeza con una sonrisa-

A cambio, Kaname solo posa sus ojos en él por segundos. Había acertado, pero no se lo sostendría, por eso regresa su vista a la nada.

 

*                      *                      *                      *                      *

-Dejaré aquí las nuevas vendas, pero por favor, cámbiatelas. pide el hijo desde el marco de la puerta sosteniendo esa bandeja-

Ichiru simplemente deja esa bandeja en el suelo dentro del cuarto y se retira. Quedando un Zero viendo hacia esa lámina con su boca abierta, deseando haberlo detenido. Se riñe mentalmente decidiendo acercarse al espejo.

-"No debí gritarle. Pero es que me molesto que me desobedeciera". –piensa sin pausa. Aunque después se detiene– "O es por qué....  ese Sangrepura ha puesto más atención en él que yo mismo que soy su padre. Enseñándole como mostrar un cálido y amable corazón hacía los demás".

Aunque le molestara admitirlo, se inclinaba por la segunda opción. Exhibe frente a ese cristal su cuello dejando caer al suelo esos vendajes....

-No puede se... –calla alejando el cuello de su pijama–. "Yo siempre me curaba más rápido que la mayoría de la gente... pero... está velocidad" perplejo observaba ese reflejo, palpando su mano la piel de su cuello–. Esto... clava sus uñas nuevamente en la piel en clara ofuscación-

Forma en un puño su mano para chocarla contra ese espejo.

-Papá! entra Ichiru angustiado, luego de quedar cerca de su pasillo ¿Papá...?

Retiene el aire ante ese chico años mayor en pie apoyado contra el desquebrajado cristal, con su mano herida en forma de puño obstaculizando su rostro, empezando a manchar la manga de su camisa por la sangre que goteaba.

-Papá, detente. Tu mano... se le acerca bastante preocupado, tomándole el brazo. Te estás cortando con los cristales rotos... Vamos, tenemos que..

-No me toques!! de un manotazo lo aleja, de paso, le causa un rasguño en su mano-

-Papi...

Sin poderlo evitar, sus ojos se posan en esas gotas que liberaba ese pequeño albino, agitándose su corazón ante ese aroma golpear su nariz. Por eso, solo puede desviar su mirada cubriendo su rostro con su mano herida.

-Por... favor... Busca al director por mí.

Asiente Ichiru preocupado, saliendo obediente.

-Qué me pasa? ¿Es como... si estuviera hambriento, por el contrario, estuviera sediento? –presiona sus manos sobre ese cristal delante suyo, pegando su frente suavemente en el-

"Su sangre olía diferente a mi sangre o la de Kaname. Pensé... que olía muy bien"

 

-Kiryuu-kun... –penetra Cross-

-Director, tengo... tengo que hacerme fuerte... –presiona sus dedos contra el espejo-. Así no perderé... contra los vampiros y contra mí mismo.

"Ese fue el momento cuando enfrenté la realidad de que ya no era humano..."

Decide salir con ese vendaje ya cambiado por uno limpio, viendo a su pequeño hijo recostado en el muro, al lado de la puerta, completamente dormido descansaba su cabeza entre sus brazos cruzados, como un animalito abandonado. Decide hincarse y peinarle el cabello dulcemente.

-Papi..? –inquiere entre abriendo sus ojitos violetas. Decide frotar sus ojos con su puño bostezando– ¿Papi, estás mejor? –levanta su torso-

-Lo siento... lo de tu mano.

-Uh? –repara esa bandita sobre su mano. Después sonriendo–. No es nada. Estoy bien, no te preocupes. Estoy contento que estés calmado, realmente estaba un poco asusta... –tapa su boquita con su mano–. Quiero decir, no me asuste, solo que... pensé que debiste haber pasado por algo terrible. –baja su cabeza tímido-

-Lo siento. –lo estrecha contra sí–. Perdóname. "Tarde o temprano yo me convertiré en un vampiro aterrador que te hará daño" –piensa arrodillándose en medio del pasillo-

-Está bien. –le rodea con sus brazos el cuello–. Yo estaré aquí siempre aunque pasen cosas malas. Estaré a tu lado.

-Igual yo..., Hijo.

Seguro tenía Ichiru su mirada sobre la de su platinado padre, sosteniendo a Artemis.

-No hiciste nada malo, Ichiru, perdóname... No te alejé de esto ¡Es mi culpa! ¡ES MI CULPA! –levanta su compungido rostro– ¡NO ME HUBIERA IMPORTADO SI YO....SI YO MORÍA AQUÍ MISMO!

Queda completamente sorprendido Ichiru por la imagen que tenía delante. Su papi lloraba delante suyo... Hasta ahora entendía todo, su papi siempre tuvo miedo y lo camuflaba tras esa terquedad y valentía.

-Yo estaré a tu lado. –evoca Ichiru esas palabras en seguridad-

 

 

Con sus dos alas desplegadas por el frío cielo, volaba. En determinados momentos juntaba los extremos sobre su cabeza para luego tomar impulso. Fijaba sus grandes ojos rapaces para permitirle a su dueña en aquella casa igualmente poseer esa visión de la ciudad y todo lo que pudiera captar.

-"¿Dónde estás... Ichiru-chan?" –piensa ella, sentada en esa silla de madera frente a la ventana de su habitación-

Ella no se daría por vencida en dar con Ichiru, a él le cogió bastante cariño en todo ese tiempo que estuvo a su lado sirviendo a Shizuka y a Jun, sus padres.

Sobre una amplia ventana se posa el búho, curioseando dentro, por si quizás, lo hallaba, logrando Maria contemplar una figura de mirada y cabellos castaños, quien se hallaba sereno e impávido en medio de unos cuerpos que se calcinaban. No contando ella, en que esa persona posaría su mirada castaña sobre la de su ave. En realidad, como si éste la mirara a ella.

De golpe separa su conexión con ese búho por semejante susto ¡Esa aura fue la que la asustó!

-Oh, no... –entre sus manos sujeta esa pluma de su ave, empezando a tener temblores involuntarios–. Es horrible ¿Qué debo hacer? "Hace tiempo en la escuela... recuerdo haber visto a esa persona de antes, cuando rebuscaba en la conciencia de Okaasama y otousama mientras me poseían. Esa persona es..." Los ancianos del Consejo... Ellos....

De golpe se incorpora Maria corriendo a dirección de la puerta.

-¡Ojisan! ¡Obasan! ¡Ha ocurrido algo horrible! ¡Kaname-sama ha...!

 

 

-Papi. –llama suavemente por verlo cabizbajo. Se sobresalta por presentir una presencia–. Kaname-senpai... regreso. –se alegra corriendo hacia él-

Aproxima el castaño sus pasos hacía esa pareja de albinos, siendo abrazado por Ichiru, a cambio le acaricia la mejilla. Sin embargo, presiente una amenaza obligándolo a alejar a ese menor a un costado, pronto abalanzándose a su dirección verdes y espinosas enredaderas que se atan en su brazo.

-Vaya bienvenida. –dice Kaname, fijando su mirada en ese cazador-

-Qué pasa? ¿Papi, qué haces? –se extraña decidiendo dar un paso al frente para salir a correr-

-No te muevas, Ichiru. –aconseja Kaname sin verlo-

-... –extrañado se detiene, girando a ver a Kaname. Ladea su cabeza indeciso–. Pero papá...

-Aun estás molesto? –inquiere el castaño viéndolo-

-He decidido aniquilar a todos los Sangrepura... Kuran, tú eres el siguiente. –promete sin levantar la cabeza mientras más sogas se ataban en el brazo contrario-

-Papá, no!

-Debo agradecerte por haber reforzado esos problemáticos grilletes, pero debes de una vez por todas abrir los ojos y darte cuenta de la realidad ¡Así deba obligarte!

Puede Ichiru sentir esa fuerte aura chocar contra la de su padre, que incluso por un momento separó sus labios para decir algo, sin embargo, no levantó su rostro, si no que una de las sogas le hace perder la mano al castaño de tajo, mismo que la regenera, mientras que demás enredaderas buscaban apresarlo.

-Ah... –se sorprende Ichiru, que solo en silencio observaba-

-Incluso si deba herirte, no pienso dejarte caer nuevamente. –agarra con su mano regenerada unas cuantas sogas, mismas a las que su propia mano empezaba a aferrarse–. Bloody Rose, si has despertado, ¿Puedes reconocer mi voz? Al igual que el sabor de mi sangre...

Igual a miles de corrientes eléctricas invaden cada soga de su arma que se ataba en todo su cuerpo, obligándolo a encorvarse a adelante agarrando su brazo.

-Puedes quitarme amablemente estas ramas que me retienen? Hay alguien a quien quiero proteger, así sea de si mismo. –confiesa Kaname continuando inmóvil-

En suma obediencia poco a poco es dejado libre por estas, que ni siquiera se atreven a tomarlo de nuevo. La forma de su brazo poco a poco comienza el castaño a perder, transformando su mano a su propia arma. Enormes garras del doble del tamaño de Artemis. Mientras el cazador tomaba esa masa al rededor de su brazo, encorvándolo a adelante. Muerde Zero su labio luchando contra ese dolor, persistiendo en tomar firmemente esa arma.

-Bloody Rose...!  No olvides quién es el enemigo. –retoma Zero la autoridad en su pistola, presionando sus dedos con fuerza en ella-

-Deténganse!!! –interviene Ichiru colocándose en medio de esas dos razas que se iban a matar por una tontería– ¡Ya basta! Ya basta... –retiene el llanto observándolos a cada uno-

-Ichiru! –detiene su golpe el mayor hacía el albino, por poco rozando al menor–. Ichiru, debes alejarte. Te apuntó con un arma que incluso pudo haberte matado. –ve en molestia al cazador, mientras que esa arma perdía su filo y forma–. Mira lo que me haces hacer, Zero. –suspira más sereno-

-También tú, papá. Basta.

Gira Ichiru a ver a su padre, sorprendiéndose al verlo encorvado hacía adelante tomando en dolor con su otra mano esa masa verdosa en que se convertía su brazo derecho, cubriendo su platinado flequillo sus ojos.

-Papá! –corre hacía él. Lo ve con su cabeza baja, cubriendo sus flequillos platinados sus ojos– ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado para que te pongas a...? –calla ante ese sonido de corazón retumbar en sus oídos. ¿Le parecía o había más sogas rodeando a su padre?– ¿Por qué Bloody Rose esta bebiendo sangre? Es... como un vampiro... –opina–. Papá, suéltala. Vamos deja esa pistola.

No recibe respuesta, como si el albino estuviera en un estado de shock, por eso, prefiere él mismo tomar esa arma y tratar de quitársela. Tratando. Ya que, como al inicio con Artemis, una descarga envuelve sus manos al jalonear de ella ¿Acaso estaba adherida a la mano de su padre? Pues parecía. Decide mejor tomar el brazo como el cañón del arma, empezando a jalar a lados contrarios.

Exitosamente consigue separarlos poco a poco, regresando en sí el cazador que abre sus ojos lentamente, recobrando la consciencia, mientras que Ichiru de un jalón continua alejando completamente esas enredaderas, no midiendo su fuerza, provocando que Zero liberara un alarido de dolor, tomándose el brazo liberado.

-Lo siento, lo siento, papá. ¿Estás bien? –estira sus manos para tomar la de su padre-

No puede seguir insistiendo ya que su padre le toma fuertemente la muñeca, jalándolo hacía él. Entre sus brazos  se ve rodeado, apoyándole Zero una de las manos tras la cabeza y la otra tras la espalda. De nuevo sentía esa protección de su padre al estar refugiado en esos brazos mayores.

Levanta su mirada el cazador sin liberar a su hijo, posándola sobre esa presencia delante suyo, reparando en esa mano incompleta. Kaname simplemente lo observa en pie, para después hincarse tras Ichiru y estirar su mano intacta, dándole una corta caricia en la mejilla.

-Debemos irnos. Además, ya saben de sobra, al único lugar al que pertenecen. –lo ve Kaname-

Había olvidado ese detalle. Irse. Dejar la Academia.

Observa en silencio a ese castaño, ya no sintiendo miedo o temor, solo admirando como esos ojos castaños no dejaban de verlo igualmente. Estira su rostro juntando sus labios, perdiéndose los dedos de Kaname entre ese platinado flequillo de su costado. Siendo ese gesto observado por un inocente Ichiru.

 

 

 

-Ustedes chicos hicieron un excelente trabajo al acabar con estos tipos.

Levanta Yagari su ojo celeste que posa en el horizonte, llevándose el viento esas cenizas de aquellos vampiros enemigos que intentaron penetrar en la escuela. Saca su relajante de nicotina para darle una larga bocanada.

-Tenía mucho menos trabajo que hacer, pero gracias a que...ya saben. Los vampiros que suelen optar por luchar contra el Consejo de Ancianos, están condenados al rechazo de sus familias y ser masacrados de la forma más horrible. Es el mismo caso, incluso para los aristócratas. –los ve por sobre su hombro– ¿Qué tan lejos piensan llegar al proteger a los humanos?

-Bueno, ellos son estudiantes de la misma escuela que nosotros. –toma Kain la palabra al lado de sus primos–. Y es nuestra responsabilidad detener a esos vampiros estúpidos que piensan que los seres humanos no son nada más que comida.

-En primer lugar, nuestras familias nos han permitido venir a esta escuela. –peina Ruka con su mano su cabello–. Fue un verdadero problema para ellos, pero estoy segura que entienden nuestra decisión.

Notas finales:

Falta un capítulo para el final de la 2da Temporada. El siguiente... Los va a dejar con la boca abierta *O*

Lo que todos ansiaban... ¡la mordidita de Kaname al cazador Kiryuu! >////<

Bien, nos vemos en el próximo.... El final. ^_*


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