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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

FINAL IITemporada.

Advierto que, en este fic, para que no se pierdan, es lo siguiente:

A la edad de 6 años se encuentra con Zero ya que Haruka y Rido se estaban aliando con la familia Kiryuu, en ese tiempo Zero tenía 5 años y un geniecito de pocos amigos. ^_^.

A la edad de 9 años perdió Kaname a "sus padres". O sea, Haruka y Rido.

2 años después Kaname conoce a Zero, teniendo 11 años (Zero tiene 10) Y precisamente es cuando los padres cazadores mueren y nuestro albino protagonista es abusado por Jun. ¿Vamos bien?

Y, meses después, cuando Ichiru nació prematuramente se realiza ese banquete o fiesta donde Kaname se encuentra con Aidou, Akatsuki, Ruka y hasta el mismo Shiki (pero ese encuentro será después ^_^)

 

 

 

 

 

Eran ocupados uno de los camarotes de aquel tren de alta velocidad subterráneo que rodeaba al mundo, el cual conectaba varios países. Dentro, ese par de jóvenes solo se interesaban de un momento de paz.

Un sofocante aire devoraba esa cerrada habitación. Hallándose dos cuerpos por fin disfrutando de ese tiempo a solas.

Clavaba sus uñas en la piel de esa espalda de su familiar que lo cubría con su cuerpo, sin dejar de disfrutar de ese placentero beso, mientras las notables erecciones de ambos se frotaban sin ningún estorbo de ropa. Mientras que, las manos de Akatsuki acariciaban el cuerpo de Aidou, y él solo gemía y manifestaba su placer con inconscientes aruñazos.

-Kain... –suspira sofocado-

La lengua del anaranjado fue bajando sobre ese cuello expuesto, lo iba besando, pasando su húmeda lengua con lentitud. Bajaba lentamente, sin pausa, deteniéndose para besar y acariciar casi aleatoriamente cada rincón que se le aparecía. Desplazándose hasta llegar al miembro erguido, sin pausa lo metió en su boca, llevándolo hasta más allá de su garganta, no importándole el gemido desesperado de Aidou, quien cubre con sus manos su propia boca por ese grito involuntario.

Abría Akatsuki la boca cuanto podía, y volvía a meterlo, chupaba, lamía y succionaba. Pronto, el "sabor de Aidou"  le inundó la boca, tan dulce, como si todos los postres que devoraba se hubieran materializado en ese momento, con cierto toque salado. Esa extraña mezcla antes de desagradarlo, lo animaba aún más a doblegar a ese rubio familiar.

Tenía que aprovechar al máximo ese pequeño descanso ¿no?.

 

 

 

 

 

 

Noche 25 Amor correspondido.

 

 

 

 

 

 

Toma Aidou asiento en silencio, sentándose frente a sus primos luego de dejar dicho la tipica frase "ve tu primero, luego saldré yo para no despertar sospechas". ¿Para no despertar sospechas? Si su cara hablaba por si sola, demostrándolo la mirada atenta de Ruka sobre su persona.

-Qué? –inquiere Aidou fingiendo ignorancia-

-Nada, solo pensaba. Ahora entiendo por qué te gustan los suéteres. –regresa su mirada a la ventana con desinterés-

Por consiguiente, posa sus ojos aguamarina sobre Akatsuki sentando al lado de la castaña, quien abre sus ojos para encontrarse con los de su primo/pareja. Encogiéndose el anaranjado de hombros, él no tenía la culpa, Ruka era mujer y por lo tanto intuía.

-Si tan solo alguien hubiera visto a Seiren. No tendríamos problemas en saber hacia dónde se ha dirigido Kaname-sama. –opina la chica con su codo apoyado en el brazo del mueble y descansado su mentón en su puño.

-Muchas cosas están sucediendo a la vez. Era un hecho lo que iba a ocurrir con la Clase Nocturna, debiéndose cerrar la escuela momentáneamente. –dice Aidou imitando la posición de su prima–. En el momento en que miré, Seiren hacía tiempo se había ido. Bien podríamos relajarnos un poco, visitando nuestras familias por un tiempo, e inmediatamente después iremos a buscar a Kaname-sama.

-Sí. –muestra ella una sonrisa por la iniciativa–. Pero realmente... –regresa su vista a un costado–. Si él tan sólo hubiera dejado la impresión de que estaría a salvo por su cuenta, no habría necesidad de preocuparnos.

-Cómo puedes decir esas cosas?! –reprende Aidou. Ruka ríe después–. En serio... –suspira cruzándose de brazos ¿cómo ella podría tener ese humor en aquella situación?–

-Ey, Akatsuki, estás muy callado. Aidou no te lo ha contado. –ladea ella su cabeza-

-Contarle? ¿Qué debo contarle? –se sobresalta el nombrado. Aidou–. Ruka... –advierte-

-... –ríe viéndolo de reojo–. Qué aunque te muestres atento con Kaname, tú estás empezando a amar a Akatsuki.

Traga grueso poniéndose rojo como un tomate. Ahora si quería matar a Ruka o salir corriendo, inclinándose por ambas. No atreviéndose a sostenerle la mirada a su familiar. ¿Acaso Ruka sabía lo que planeó hacer años atrás?

-Lo sé. –posa Kain sus ojos en Aidou que le rehuía la mirada posándolos en el cristal–. "Pese a los años tú mirada no ha cambiado. Tus ojos cuando lo viste siguen siendo hermosos como siempre". –piensa sin dejar de verlo de reojo-

 

Bastante sacado de onda solo puede ese pequeño Kain ver como Ruka le "regalaba" una bofetada a Aidou ¿qué hacer en ese momento? ¿Defender a su tormento imprudente o ganarse la ira de esa mini vampiresa? No, mejor era solo mirar. De un golpe no pasaba ¿no?

-Acaso crees que simplemente puedes ir y decir "Te odio, Kaname-sama" así como así?

-Cállate, tonta ¿Tú crees que todos debemos simplemente amaaaaar a todos los Sangre Pura? ¡Esos idiotas actúan cortésmente, pero en el fondo son lo peor que hay! ¡Y eso me dolió! –se defiende ese pequeño Aidou desde el suelo frotando su mano en su mejilla herida-

-Ah, sí?! ¡¡Cómo si supieras algo malo de Kaname-sama que te permita decir eso!! ¡Y yo jamás te dije que amarás a nadie! –en pie se hace notar la menor de cortas hebras castaña claras-

-Uh? –ladea ese castaño recién llegado su cabeza, logrando su atención detener esa discusión–. Por favor, no te molestes con Hanabusa. Todo lo que hizo fue dar una opinión honesta, tales cosas son buenas. –se acerca al rubio– ¿Puedes ponerte de pie? –ofrece Kaname su mano educadamente-

Lo observa Aidou en silencio ruborizándose, camuflando tal sensación con levantarse por él mismo, retirando después con sus manos el polvo de su ropa. Kaname solo puede sonreír. Hasta que siente una castaña mirada silenciosa sobre su persona de ese otro chico de anaranjados cabellos.

-Qué sucede? –observa extrañado a ese chico de cabellos anaranjados-

-Bueno, eh.. ¿Querrías jugar con una Sandboard? –inexpresivo señala Kain hacia el suelo con su dedo índice–. Quiero decir... ¿participar en el trabajo que realizamos investigando la resistencia en la arena?

-Espera un minuto, Akatsuki. ¿Estás sugiriendo que Kaname-sama ensucie sus manos en un juego como ese? –rebate Ruka-

-Juego? Pero si es una investigación... ¡Sí, Akatsuki! ¡Ese chico no merece la oportunidad de pertenecer a nuestro grupo de investigación! –apunta en desacuerdo Aidou-

-Le llamaste "ese chico"! –se altera/molesta la pequeña Ruka-

-.... –Kain solo callaba admirando a sus familiares. En eso sí que se parecían-

-... –ladea su cabeza Kaname en inocencia–. Eso se ve divertido ¿Realmente puedo jugar con ustedes?

-Oh. –se ruboriza Ruka, y se petrifica Aidou-

Por su lado, Kaname tímido posa su pisada sobre ese cuadro de arena, inconscientemente sonriendo. Decidiendo dar unos cortos pasos hasta detenerse.

-El sonido de la arena bajo mis pies me provoca nostalgia. –sonríe admirando esa arena atentamente–. Espera... ¿Nostalgia? –borra su alegría cambiándola por confusión, tomando adolorido su cabeza– "Si mis padre no me dejan salir". –piensa cubriendo su mano su ojo-

-Te encuentras bien? –inquiere Kain a su lado-

-Venga, Kaname-sama. –interviene ese escolta–. Es tiempo de irnos, Mi Señor.

Se deja llevar, pero, por sobre su hombro observa a ese trio de niños que dejaba atrás.

"Ahora que lo pienso...

Esa fue la primera y la última vez que vimos al Presidente del Dormitorio como a un chico normal.

La siguiente vez que lo vimos, fue varios años después...

Incluso luego de la muerte de sus padres."

 

-Oh, el pobre, pobre niño. Esa tragedia rompe un corazón.

-No podemos intentar comprender lo que siente un Sangre Pura al vivir alejado, al punto de crecer aburrido y decidir poner fin a su vida.

-Suicidarse de pronto sin importarles que dejan a un niño solo.

-Nunca pensé que terminaría escuchando un requiem en el primer baile que asisto. –suspira esa Ruka años mayor con sus brazos apoyados en la balaustrada de ese balcón interno, sosteniendo su rostro entre sus palmas-

A su lado, Kain la acompañaba igual de elegante.

-Ruka, no vas a ir a ver a Kaname? Pese a hace dos años morir sus padres, no se cansan de recordárselo en cada fiesta.

-... –niega con su cabeza–. Hanabusa fue hace un momento, hecho un manojo de nervios. Yo... realmente no sabría qué decirle. ¿Qué podría decirle luego que le han dicho una y otra vez las mismas palabras vacías para reconfortarlo? Esos adultos que no sienten nada de lo que dicen...

Corta su frase por presentir una presencia detrás, levantándose de golpe para girar a ver, imitándola Kain, sorprendiéndose ambos por ver precisamente a ese chico castaño y tema de conversación. Sentado en el saliente alfeizar de ese ventanal se hallaba Kaname, con su pierna flexionada, sosteniendo en su mano esas tabletas de sangre.

-Ustedes dos podrían quizás... por favor permanecer a mi lado por un rato? –pide sin verlos, acercando esa tableta a sus labios, empujándola con su dedo, pasándola después-

-Kaname-sama... –exclama Ruka nerviosa–. Ah...Umh... Tiempo sin vernos ¿no es así? –dice sin dejar de lado su timidez-

-No hay necesidad de que me digas nada. Por cierto, tus sentimientos de antes son más que suficientes. Gracias, Señorita Souen. –otra nueva tableta a su boca-

-No tienes por qué tomar esas tabletas de sangre. Escuché que ellos prepararon "sacrificios" para poder consolar tus penas con sangre. –inexpresivo opina Kain-

-Las estoy tomando para no tener que matarlos a ellos por accidente. –admira esa tableta entre sus dedos con detalle–. Después de todo, ellos son frágiles humanos. –dice para verterla todas después-

-Así que el Consejo trajo humanos que querían convertirse en vampiros. –entrecierra sus castaños ojos Kain–. No deseas tener que pasar por eso, así que ¿no puede simplemente decirles que te rehúsas a hacer los sacrificios?

-Sí ¿No puedes? –secunda su prima-

-Gracias. Me siento un poco mejor gracias a la compañía de ustedes dos. –baja su pierna para obsérvalos por segundos– Pero no se preocupen por mí. Estoy satisfecho con las atenciones que el Consejo tuvo conmigo. O, al menos... –cambia su gesto amable por una sonrisa molesta–... Eso es lo que me conviene que ellos crean. Por ahora. Por ahora... –decide incorporarse e irse-

-Kaname-sama! –avanza Ruka un paso, logrando detenerlo–. Kaname-sama, yo...

-Oh, es cierto. Casi me olvido de preguntar. ¿Ustedes dos son mis enemigos o mis amigos? –los ve por sobre su hombro de reojo, inexpresivo-

Se paraliza Ruka por ese extraño tono usado de ese chiquillo 2 años mayor que ella, sonriendo Kaname a cambio. Prefiere sacar esa caja de tabletas de su bolsillo y vaciarlas en su palma.

-No soy más que un mentiroso y una persona en la que no se pude confiar. De todas formas, no necesitan responder seriamente, simplemente pueden decir que estarán a mi lado, sin ser sinceros.

Luego de decir esas palabras vierte esas tabletas en su garganta, tragándolas sin chistar, causando su acto nauseas en ambos primos.

-Adiós. –se aleja-

-Es la primera vez que veo a un vampiro consumir tantas de esas cosas, como si se hubiera vuelto tonto. –opina Kain con esa imagen presente en su cabeza-

-Y no saben para nada bien. Me pregunto si en verdad él no estaba muy hambriento. ¡Ey, espera un segundo, Akatsuki. Cuida cómo hablas de él! –gira a verlo–. Sufrir ese tipo de "hambre" de la forma en que sufría él... No es normal. Puede que él haya entrado en shock luego de hace casi 2 años de la muerte de sus padres. Yo debería... Yo debería darle mi sangre, si a él le parecía bien.

-... –en silencio traslada Akatsuki su mirada de su prima a un costado de ese pasillo, entrecerrándola-

-Ah? –se ruboriza ella– ¡No quise que sonara de esa forma! –cubre su rostro apenada-

-En otras palabras, estás intentando decir que estás del lado de Kaname-sama. –regresa su mirada a verla-

-Sí! –asiente–. Pero tú también, ¿no es así? Has sido amable con él y todo.

-Bueno... Sí. No tengo razones para ser su enemigo. –se encoge de hombros-

-Ha sucedido algo? –inquiere Aidou recién llegando-

En silencio posa Kain sus ojos sobre su primo, notándolo extraño.

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

 

Decide ese rubio de ojos aguamarina tomar esa perilla de aquella puerta cerrada, siendo su boca cubierta por una mano y su cintura rodeada, alejándolo de ese cuarto. Minutos después, pasaba un Kaname sosteniendo entre sus brazos ese albino de cabello platinado, penetrando. Tiempo después aparecía Ruka.

-Nos escuchaste no es así? –inquiere dejando a Aidou sobre la cama-

-Qué? Además, por qué me llevaste así, Akatsuki. –se sienta sobando su brazo-

-Responde, Hanabusa. ¿Esa conversación de años atrás con Ruka de darle su sangre la oíste no es así?

-Sí es así qué?! –se defiende ruborizado-

-Lo sabía. Logre sentirte. ¿También tú lo deseaste... En esa fiesta? –suspira cerrando sus ojos– ¿Ofrecerle su sangre?

-... –baja avergonzado su vista. Asiente-

-Y ahora que se formó la Clase Nocturna es tu oportunidad. –prefiere sentarse a su lado, sobre la cama. Le toma el brazo levantando esa camisa– ¿Dónde te duele? –inquiere viéndolo-

-... –lo observa– Aquí. –señala-

A cambio, Kain la acerca a sus labios besándola, bajo la atenta mirada de esos ojos aguamarina. Decidiendo alcanzar con su mano esa mejilla y estirarse para probar esos labios. Lo abraza Aidou, recostándose en la cama atrayéndolo contra sí.

 

 

-Mira, Ruka. Este chico, hasta no hace mucho tiempo, caminaba torpemente y tropezaba con sus propias palabras. Y entonces, en lo que pareció sólo un instante, el cuerpo humano madura rápidamente. –pasa Kaname delicadamente su mano por esa mejilla-

Profundamente se hallaba dormido Zero en esa cama ajena con la compañía de ese castaño sentado a su lado.

-Kaname-sama. –llama Ruka suavemente, no teniendo respuesta–. Kaname-sama, todos están alterados porque has traído a este chico a tu habitación.

-Sí. Hasta ahora él era como un niño que parecía tan delicado que podría llegar a morir si yo simplemente le acariciara levemente con mis colmillos. –exhibe un triste gesto, viendo como esa cabeza se mueve quedando inconscientemente ese cuello expuesto-

-Kaname-sama, tomaré la responsabilidad de llevarlo a salvo a la oficina del Director. Tú solo tienes que dejármelo a mí. –se ofrece continuando tras él-

-Yo solo quería vigilarlo desde lejos tanto como fuera posible pero... –inconscientemente aparece su roja mirada encorvándose a dirección de ese cuello albino-

-Kaname-sama!!! –logra tomarlo con sus brazos y alejar su rostro de ese cuello– ¡Pretendes transformar a ese chico en un vampiro! Parece que has estado protegiéndolo por mucho tiempo ¡¿Estás seguro que quieres hacer eso?!

Decide éste serenarse, observando ese dormido albino.

-No sé mucho sobre la situación, pero... hay algo que comprendo dolorosamente bien. Kaname-sama... –toma valor– ¿Todo este tiempo has estado deseando la sangre de ese chico, no es así?

-... –baja su cabeza observando a ese albino, para después ver a esa chica de reojo-

-En este momento, si esto pude saciar tu sed al menos un poco. Por favor toma mi sangre.

 

-Ya regreso. No intentes salir. –besa esa frente mientras se ponia su abrigo

-Uju... –un adormilado Aidou asiente-

Cierra sus párpados mientras descansaba su cabeza sobre esa almohada, cubriendo la abrigadora sábana su cuerpo desnudo. Kain solo recoge esa ropa de su primo en el suelo en medio de su camino a la salida, dejándola en la silla cercana para después irse. No sin antes dejarla con seguro. Aunque tuviera la habilidad del hielo, su primo era muy obediente en no dejar desorden y más si estaba Kaname-sama cerca. Así que, estaba seguro que se abstendría. Avanza hasta esa habitación, deteniéndose sus pisadas por ese aroma. Ruka lo había logrado. Simplemente se recuesta en el muro en silencio. Minutos después, un menor albino salía apresurado sin mirar atrás.

Ve la puerta abierta decidiendo penetrar, viendo a la castaña clara en brazos de su superior, desmayada.

-Kaname-sama...

-Yo le he hecho algo injusto y egoísta a Ruka. –cabizbajo dice ese castaño-

-No, no es cierto. Eso era lo que Ruka deseaba. Aunque no pudiera tener tu sangre a cambio, ella aún quería darte la suya. –se acerca recibiéndola entre sus brazos-

Se incorpora Kaname del alfeizar de la ventana para ver por esta, dándole la espalda, apoyando su mano en el cristal.

-No estoy diciendo que debes ser recíproco con los sentimientos de ella, Kaname-sama, pero, si al final terminas haciéndola infeliz. No voy a perdonarte por ello. –lo ve por sobre su hombro-

-Me parece bien. –sereno retira su mano, dejando sus huellas manchadas de sangre marcadas–. Está bien que no me perdones si llegara a hacer eso. –posa su atención en ese albino alejarse en medio de la noche junto a la hija del director-

 

Suspira entrando a su cuarto, luego de dejar a Ruka en el suyo inconsciente. Posa sus ojos en su cama, para su sorpresa, Aidou aun dormía. ¿Acaso lo había consumido tanto? De solo pensarlo se ruboriza. Prefiriendo quitarse su abrigo mientras se acercaba, dejándolo caer al suelo mientras se quitaba sus zapatos.

-Eres un idiota, sabías? Y yo también. –le toma un rubio mechón de cabello que juega entre sus dedos-

Se encorva para nuevamente besarle la frente con sus ojos cerrados, inconscientemente los labios de ese rubio dormido se curvean en una sonrisa.

Aunque siempre supe perfectamente que no sería fácil enamorarte, fue imposible que no me abrazara a esa vana esperanza.

Y entonces,

luego de muchas preocupaciones y consideraciones y que abrías tu corazón...

-Sí, sí! No podemos dejar a Kaname-sama que esté solo con sus cosas. –opina Ruka con su dedo levantando– ¿No tienes también el presentimiento de que él no estará bien?

-Hmm... –largamente suspira Aidou de brazos cruzados-

-No sientes lo mismo, Akatsuki? –gira a verlo

-... –decaído la observa. Bufa igualmente cerrando sus ojos, descansando su mejilla en su mano–. Bien. Creo que yo también comprendo esos sentimientos de los que hablas. –la observa-

-Si? –se sorprende ella misma por ser apoyada. El amor si que cambiaba a las personas–. Sin gente sensible a su alrededor, que pueda darle un poco de sentido común, sus oportunidades no parecen buenas.

-Espera un momento, Ruka. –interviene Aidou– ¿El Consejo no ha utilizado esas mismas palabras como excusa una y otra vez para rodear a Kaname-sama e intentar hacer que actuara exactamente como ellos querían?

-... –cae ella en cuenta. Baja su cabeza–. Pero nosotros no somos como los del Consejo. No puedo explicarlo bien, pero.. –retoma su sonrisa–. Sólo siento que sería maravilloso que Kaname-sama nos considerara sus mejores amigos.

-Uh...? Tienes razón.

-... –admira Kain la sonrisa de Aidou. Suspira cerrando sus ojos– "Mientras Hanabusa sea feliz, yo estoy bien. Si Hanabusa cree en alguien yo también creo en él". –piensa, sonriendo con sus ojos cerrados-

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

 

La noche en aquel largo día cae, avisando a ese joven de aquel acogedor cuarto que debía despertar luego de un largo día de descanso obligado. Necesitando apoyar su mano contra su verdoso ojo y cerrar el otro. Ese movimiento había dolido.

-Te sientes mejor?

Busca con la mirada esa voz conocida, alegrándose por ver a ese joven de cabellos marrones y ojos azules.

-Shiki... –exclama sonriendo-

Levanta Ichijou su torso sintiendo un leve dolor, interesándose en esa cicatriz que por poco alcanzó su corazón. Ve a Shiki acercársele hasta tomar asiento en la cama.

-Dónde estamos?

-No en la Academia, claro. En casa de Rima, ya que pensé que ninguno de los dos querría ir a sus respectivas casas.

-Cómo estás... están? –se corrige tomándole la mejilla dulcemente– ¿Y no iras a trabajar?

-Pedí el día libre para estar así contigo, Ichijou-san. Y estoy bien.

-Estás seguro? Porque... no quiero perderlos –baja su mano para palpar ese vientre aun plano donde se estaba formando su hijo, o hija. Haciéndolo sonreír ese pensamiento–

-Eso no pasara. –le rodea el cuello con los brazos, besándole la mejilla-

Quería sentirlo cerca. Saber que ese rubio estaba a su lado con vida, conectándose sus miradas en un mismo sentimiento en mente, juntándose sus rostros. Da un casto beso sobre esos fríos labios sin dejar de admirar esas atentas esmeraldas, para después separar los suyos, cerrar sus ojos azules y besarlo. Dejándose Ichijou lentamente acostar en la cama cerrando sus párpados a ese gesto, rodeándole tras la cintura con las manos.

-No seas muy ruidoso. –opina Shiki sin gesto observándolo fijamente-

-Uh? –parpadea. Luego sonríe por comprender lo que insinuaba–. Pero no te esfuerces mucho ¿vale?

No bastaron minutos para que ese modelo comenzara a devorarle el cuello con la boca y el torso con las manos. Solo pudiendo el Vicepresidente jadear y balbucear en completo placer.

 

A varios kilómetros de allí, la luna menguante trataba de ser alcanzada por las puntas de esos pinos y árboles que se agitaban en aquel bosque, pronto siendo ocultada por esas nubes de esa helada brisa, asimismo cayendo copos de nieve, no impidiendo el avanzar de esas 3 presencias. Entre ese camino oculto de aquella cueva transitaban.

Entre uno de sus brazos cargaba ese albino a esa copia años menor que se recostaba contra su cuerpo, descansando su cabecita platinada en uno de sus hombros, teniendo a su lado la compañía de ese castaño. Zero simplemente seguía ese camino en silencio. Y en ningún momento había soltado esa mano del castaño asida a la suya.

-Te has vuelto menos hablador a lo largo del camino. ¿Estás cansado por el largo camino hasta la entrada subterránea, Ichiru? –opina Kaname posando su vista sobre ese menor. Asintiendo Ichiru a cambio– ¿Y tú?

-No soy tan débil para cansarme tan fácilmente. –da su primera intervención el platinado sin verlo–. Es mejor que estar dentro de un auto todo el tiempo.

Le es imposible no desviar sus ojos violetas a esos atentos castaños, solo durando segundos ya que se regaña mentalmente por haber caído en la táctica del mayor. Era más que obvio que hace mucho lo observaba para que él tuviera que hacer lo mismo. Sintiendo como era su mano apretada por esos dedos entrelazados entre los suyos, obligándole a su corazón que diera un vuelco, empezando a palpitar más rápidamente.

Mientras que Ichiru cerraba sus párpados, quedándose poco a poco dormido por ese movimiento placentero del avanzar de su padre.

-Puede sonar raro... –murmulla Zero bajando su mirada sin dejar de avanzar, tratando de cambiar todas esas frases que iban y venían en su mente–. Pero ahora me gusta... Esto. Sostener mi mano de esta forma. –igualmente realiza un apretón en referencia-

-Igual yo. –concuerda Kaname viendo al frente, sin detenerse–. En un inicio, todo lo que pude pensar fue en hacernos llegar bien hasta aquí. Por ahora... al menos están físicamente a salvo. Yo sé... que no tengo completamente tu confianza pero tú elegiste estar aquí. Y eso es suficiente para hacerme muy feliz.

-.... –prefiere detenerse, bajando su cabeza-

-Zero?

-Para mí eso no es suficiente... Quiero saberlo todo. Todo sobre mis padres y... y Jun. Yo... –muerde su labio sin atreverse a levantar su cabeza-

-No debí haberte dicho tal cosa. –deja ese agarre para tomarle la mejilla y obligarlo a levantar su cabeza. Notándole un gesto temeroso-

-No quiero... No quiero que me mientas. –lo observa fijamente en silencio-

-Si es exactamente lo que quieres... Has olvidado cosas importantes, ya que esa es la razón por la que tuve que contenerme. –le peina el flequillo–. Precisamente estoy en un estado de necesidad, y soy un vampiro herido, si olvido mi moderación y pierdo mi control del hambre, podría hacerte terribles cosas, Kiryuu. Esto me aterra ya que no sé qué podría pasar cuando me pongo así.

Mucha, demasiada información. ¿Entonces, eso quería decir que...? De solo pensarlo traga grueso desviando su mirada que posa a esa mano aun herida por Bloody Rose.

-No estoy mintiendo. –le sonríe-

-"Sí, te creo". –_- –piensa Zero en silencio-

-Siento lo mismo que tú, odiaría que mintieras. Es como si buscáramos conocernos de nuevo, así que.. –avanza, dejándolo detrás–. Fui el único que toma la vida de Shizuka-san y su poder, planeaba hacer lo mismo con Jun-san.

-... –calla el cazador solo observándolo inexpresivo-

-Aquí estamos. –se detiene en esa puerta robusta al final de ese pasillo de piedra, abriéndola–. Y yo hice todo cuanto me fuera posible para preservar la lejana distancia que existía entre Jun y tú, para que fueran Ichiru y tú libres y para protegerte por mí mismo. Entra. Esta es la casa en la que nací.

Posa Zero sus ojos sobre su dormido hijo, para luego regresarlos a Kaname.

-Desearía haberte podio mostrar la sala principal, y no este pequeño subterráneo, pero, en la superficie, hay mucha gente a los alrededores vigilando la mansión y esperando a que aparezcamos. Muchas cosas problemáticas están pasando ahora.

En silencio decide Zero pasar a su lado, apoyando su mano en el marco, decidiendo detenerse en la entrada dándole la espalda, quedando Kaname detrás.

-Cosas problemáticas? ¿Haces referencia a yo y mi hijo haber matado a Jun Kurenai? ¿Misma razón que le impidió a Ichiru poderse despedir de Cross? –gira a verlo sin expresión-

-Así que Ichiru te ayudo a finiquitarlo. Eso no es todo, Kiryuu. –lo observa–. Yo maté a todo el Consejo de Vampiros. –ladea su cabeza sin dejar de verlo–. Ya no te ves sorprendido.

-Debería?

-Sabes por qué estoy hablando de todo esto ahora? –cierra la puerta, avanzando suavemente hacia él–. Es porque quiero preguntarte cómo te sientes al saber todo esto. Mis manos están más corrompidas de lo que puedas imaginar. ¿Podrías soportar la idea de vivir cada día siendo tocado por alguien tan corrompido como yo?

Quién lo mando a saber la verdad. Golpeándolo la obviedad de haber accedido a estar con un Sangre Pura. En realidad dos si contaba a su ignorante hijo. Solo puede bajar su cabeza y desviar su rostro. ¿Aún no se hallaba seguro de haberlo acompañado? Misma indecisión que es admirada por el castaño, entristeciéndolo.

-Seiren, estás ahí? –desvía su rostro. Ocultando su castaño flequillo sus ojos-

-A sus órdenes, Mi Señor. –aparece la escolta hincándose delante de ellos-

-Por favor muéstrale la habitación en la que podrán descansar. –pide apartándose, dándole la espalda-

-Me siento triste por algunas cosas y enojado por otras, así que estoy confuso en este momento. –gira Zero a verlo-

-Puedo imaginarlo.

-Bien, venga, es por aquí. –se ofrece Seiren acercándose al cazador-

-El que decidieras gastar tu eternidad en mi compañía a pesar de cualquier cosa... me hizo querer confesarte mis crímenes. Así que ya deberías saber, que, incluso si no me dejas volver a tocarte nunca más, sólo te pido que me dejes por favor estar cerca de ti.

Exageradamente se abren sus ojos violetas por esa confesión, dejando que esa escolta de corto cabello celeste le retirara cuidadosamente a Ichiru de las manos. Por él había hecho Kaname todas esas cosas ¡¿por ellos?! Eso era lo que necesitaba escuchar su corazón, por eso reanuda sus pasos hasta tomar esa muñeca intacta, girando a ese castaño. Con ambas manos le toma el rostro a Kaname hasta unir sus labios, obligándolo a retroceder hasta un muro servir de obstáculo.

Por su lado, Seiren solo realiza inexpresiva una venia alejándose con Ichiru.

Siente como la mano de Kaname se pierde tras su cabeza para invertir las posiciones, ahora siendo recostada su espalda mientras presionaba sus manos sobre ese cuerpo que le robaba el aire. Sofocado baja su cabeza por ese rubor agolparse en sus mejillas.

-Qué cara es esa cazador? Justo ahora y en un momento así. –pica con una sonrisa–. Una mirada como esa es una tentación a la que los vampiros no se pueden resistir.

-Púdrete. Es tu culpa. –se defiende el albino bajándola ruborizado-

Siente un nuevo beso de ese castaño en sus labios, de paso como era desabrochado su cuello, sobresaltándolo y obligándolo a pausar ese juego de sus bocas, admirándolo temeroso. Notándolo Kaname que decide besarle el cuello suavemente para demostrarle que confiara, retumbándolo esas palabras del comienzo.

"Precisamente estoy en un estado de necesidad, y soy un vampiro herido..."

Traga grueso trasladando sus manos por ese cuerpo hasta descansar una tras esa espalda y la otra perdiéndose entre esos cabellos castaños de la nuca.

-Kiryuu... –aparta esos cabellos de ese blanco cuello-

-S-Sí..? –balbucea por sentir esas yemas recorrer la piel de ese sensible lugar-

-Sabes que el hambre de un vampiro sólo puede ser satisfecha por la sangre de la persona amada. Sí, debes saberlo, eres un cazador. –susurra nuevamente dándole un beso en el cuello-

-Ah... –jadea por esos colmillos penetrar su carne-

Trata de tranquilizar su agitado corazón y temerosos pensamientos hacia ese Sangre Pura. Jalando inconscientemente de esas hebras castañas tras esa nuca, clavando sus uñas sobre la tela de ese hombro. Lo que había pospuesto había llegado esa noche sin haberlo previsto o haberse preparado para eso, pero no haciéndolo desistir o querer alejarlo. Cualquier sentimiento de dolor o miedo desaparece, provocándole cerrar sus párpados y estrechar ese cuerpo que le proporcionaba ese placer, ignorando esa mancha de su sangre que dejaba impregnada en esa pared.

Notas finales:

Que les pareció este final de la II temporada ¿Excitante, no >O<? Nos leemos después. Me voy de vacaciones forzadas. En unos días pondré la 3ra y última parte de esta sangrienta historia.

Próximo cap: Miércoles 23 de Noviembre de 2015. Necesito tiempo para desarrollar esta última Temporada ¿no? ^_^.


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